El crecimiento económico español fue tan fuerte desde el año
59 hasta la muerte del dictador en 1975 que se ha bautizado el periodo como “El
Milagro Económico Español.
Aunque la falta de libertades en muchos sentidos nos hace
pensar que las dictaduras es un pésimo sistema político, el caso del franquismo
fue diferente en el sentido económico.
Primero pensemos que se salió de una
Guerra Civil que dejó al país destrozado, sin una población joven, con una
deuda impresionante y un estado de penuria. A pesar de todo esto, el sistema
proteccionista bien regulado fue creando el mejor momento de crecimiento a
pesar de que sus inicios coinciden con la Segunda Guerra Mundial y de un
bloqueo económico posterior y sin ayudas de ningún tipo.
La consolidación de la supremacía de los Estados Unidos y un
nuevo consenso social en los países occidentales más afectados por la guerra
abrieron una nueva época durante la cual se alcanzaron unos ritmos de
crecimiento desconocidos. Lo relevante aquí es que aquella transformación
estuvo dominada por lo que se conoce como convergencia económica, un fenómeno
en el cual las economías menos avanzadas en términos de renta por habitante
acortan la distancia que las separa de las más desarrolladas.
Si se comparan las cifras españolas con las de Grecia o
Portugal en lugar de con las de los países líderes, se constata que las del
“milagro económico” del franquismo (7.06% anual acumulativo) son menores que la
de la economía helena (7.7%) e iguales a las de la portuguesa (6.9%). Y
superiores, como cabía esperar, a las de Reino Unido (3.17%) y Francia (5.8%)
que partían de un nivel de desarrollo superior. Las cifras, como puede
comprobarse, no reflejan una trayectoria española excepcional: en una comparación
pertinente, España dentro de los países del Sur de Europa, la evolución dista
de ser la que le otorga la percepción todavía hoy habitual sobre el franquismo
y la economía.
Pantano de Aracena- Huelva
Pero es algo para tener en cuenta que al terminar la dictadura,
con la muerte de Franco el país tenía un déficit 0, la deuda pública era solo
del 9%, el paro era inexistente, solo un testimonial 3,7%, las vivienda se
vendían sin hipotecas, no existía ni el IVA ni el IRPF, ni siquiera se hacía la
Declaración de la Renta y Patrimonio. España estaba situada como la 8ª potencia
mundial. Más adelantada en términos absolutos que Grecia o Portugal, que no
sufrieron el bloqueo internacional decretado por la ONU hacia España hasta
1950, lo que ralentizó muchísimo la recuperación después de la guerra civil.
En la década de 1950 entró en funcionamiento el INI, las
obras de ampliación de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, se construyeron
nuevos embalses, nuevos trenes como el Talgo y un plan de electrificación de
algunas provincias extremeñas y andaluzas. El INI se creó en 1941, dos años después del fin de la
Guerra Civil, para reconstruir y desarrollar la economía productiva española.
Tras un primer período de constitución y crecimiento, el INI atravesó distintas
etapas hasta trasformarse en 1992 en una Sociedad Anónima bajo el nombre de
TENEO. Hoy en día esta sociedad ha pasado a denominarse SEPI y sólo conserva
algunas empresas como HUNOSA o RTVE. A pesar de todas sus ineficiencias y
errores estratégicos, el INI tuvo un efecto positivo y decisivo en el paso de
una economía primaria en los años 40 a la terciaria de los 70 y 80, pero perdió
su razón de ser con la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea
y al comercio internacional.
Edificio del Instituto Nacional de Industria (INI)
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