Pocos años
después del Descubrimiento, desde 1503 se fue organizando Instituciones que
algunas gobernaban desde la península. Luego se crearon otras en la misma
América. La primera Institución fue el Gobernador en 1501, Nicolás Ovando, que
destituyó a Cristóbal Colón por denuncias de maltrato a los indígenas. El
primer adelantado fue Bartolomé Colón en 1537.
Francisco Pizarro fue adelantado y primer gobernador de Nueva Castilla,
que fue la base territorial sobre la cual se asentó y expandió el virreinato del
Perú. El primer Virreinato fue el de Perú (1542), con capital en Lima.
Hernán
Cortés en 1521 propuso el nombre de “Nueva España” tras la conquista. Fue su
primer Gobernador y en 1528 la corona instaló una Real Audiencia en Nueva
España con el objetivo de instaurar un mayor control judicial y de gobierno.
Después se creó el Virreinato de Nueva España (1535), con capital en México y
jurisdicción en todo el territorio actual de América Central y del Norte.
Las
Instituciones En La Península Fueron:
El Rey,
El Consejo
De Indias
La Casa De
Contratación
En América
Los Virreyes
Las
Audiencias
Los Cabildos
Los
Adelantados
Los
Capitanes Generales
Los
Gobernadores
Las
Consulados.
Sólo en los
primeros años posteriores a la conquista, el rey tuvo a su cargo directo los
asuntos de América, luego la mayoría de las tareas pasaron a ser desempeñadas
por la Casa de Contratación de Sevilla creada en 1503, que también fue
delegando atribuciones al Consejo de Indias, creado en 1511, que finalmente,
hacia el siglo XVII era la institución española con más poderes en América.
El Consejo
de Indias proponía los candidatos a ocupar los cargos de virreyes, gobernadores
u otros cargos importantes. Presentaba las propuestas de ley que luego eran
evaluadas por el monarca quien decidía sobe la conveniencia de su aprobación.
Tenía
además, funciones judiciales, interviniendo en grado de apelación, sobre las
sentencias de montos elevados dictadas por las Audiencias. Tenía a su cargo el
juicio de residencia que se aplicaba a virreyes, gobernadores, capitanes
generales y otros funcionarios importantes, acusados ante el juez de
residencia, comisionado que se trasladaba a las distintas ciudades de América
con este fin, por abusos de poder o corrupción entre otras cuestiones, y
también cuando finalizaban su mandato. El funcionario acusado debía permanecer
en su puesto mientras duraba el proceso. Las penas a aplicar podían consistir
en multas, confiscación de bienes o prisión.
Enviaba
igualmente Visitadores Generales con funciones de Supervisión y Control.
También le incumbía el ejercicio del Real Patronato, por concesión otorgada a
los Reyes Católicos por el papa Julio II para ejercer en América funciones
eclesiásticas.
La Casa de
Contratación, tenía fines comerciales, regulando la actividad mercantil.
Regulaba el sistema de flotas y galeones, cobraba impuestos y actuaba como
tribunal de comercio. A partir de 1583, el Tribunal de Comercio se independizó
de la Casa de Contratación, y ésta compartió sus actividades con un nuevo
organismo, el Consulado, ente gremial que conformaban poderosos comerciantes
que regulaban el comercio con las Indias, de manera monopólica.
En América,
la máxima autoridad eran los Virreyes, representantes del rey, con poderes
políticos, religiosos, militares y judiciales. En general, duraban tres años en
sus funciones.
Los
Capitanes Generales, ejercían todos los poderes pero en territorios de menores
dimensiones, en los que se dividía el virreinato, llamados capitanías
generales.
Los
Gobernadores, ejercían sus funciones en territorios aún más pequeños, las
gobernaciones. Intervenían en grado de apelación en las decisiones de los
Cabildos, que luego podían apelarse nuevamente ante la Audiencia. Reemplazaron
a los Adelantados, durante el reinado de Felipe II.
Los
Adelantados eran aquellos que habían conquistado las tierras para España, y que
habían firmado con el rey una capitulación, acuerdo por el cual los gastos de
la expedición quedaba a cargo de los conquistadores, recibiendo a cambio
poderes políticos, militares y judiciales sobre los territorios conquistados.
Los
gobernadores designaban como sus asistentes a los tenientes generales y a los
tenientes de gobernador que se desempeñaban en ciudades que no eran cabeza de
provincia.
Las
Audiencias tenían funciones Judiciales y estaban integradas por los oidores,
prestigiosos hombres del Derecho, cuyas decisiones sólo podían ser apeladas
ante el Consejo de Indias cuando se tratara de asuntos de importancia económica
considerable. Entre otras funciones asesoraban y vigilaban a los virreyes en el
cumplimiento de sus funciones. Las Audiencias se instalaban en las provincias
mayores, que contaban con un gobernador-presidente, que presidía la Audiencia.
Las provincias menores contaban sólo con un gobernador.
Existían las
Audiencias Virreinales, ubicadas en las capitales de los virreinatos, que eran
presididas por el virrey. Las pretoriales, presididas por el gobernador y
situadas en la ciudad cabecera de provincia y las subordinadas en otras
ciudades.
Los
Cabildos, gobernaban las más pequeñas unidades administrativas, las ciudades, y
el ámbito rural que las rodeaba. Las ciudades sin Cabildo no tenían existencia
política. Eran instituciones integradas por vecinos, considerándose como tales,
los que tenían casa poblada en la ciudad. La formaban los alcaldes, uno o dos,
con funciones judiciales, los regidores con atribuciones militares, el alférez
real, que representaba a la ciudad en las ceremonias públicas y el alguacil
mayor con poder de policía.
Entre las
autoridades residentes en América no había una jerarquía, sino un equilibrio de
funciones que eran autónomas pero a su vez interdependientes entre sí.
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