España renunció a tener bases en África de acuerdo con el Tratado de Tordesillas (1494), que otorgaba a los portugueses el dominio sobre
el hemisferio oriental en el que se encontraba África.
DIVISIÓN SEGÚN EL TRATADO DE TORDESILLAS
La llegada de Cristóbal Colón a América se realizó en un contexto donde los reinos españoles, si bien no tenían el comercio de esclavos africanos en sus manos, estaban plenamente involucrados en el uso de éstos en sus campos de producción, a los que se sumaban los canarios, moros y otros grupos. El mismo Colón había vivido un tiempo en Madeiras, la cual contaba con una numerosa cantidad de esclavos que trabajaban las plantaciones de azúcar. En su llegada a América, en la isla Guanahani se encontró con los indios taínos. Andaban desnudos y no conocían el trabajo del hierro, por lo que muchos autores los describen como culturalmente inferiores a los pueblos subsaharianos de África. La relación con los nativos del lugar fue descrita por él mismo como una relación amistosa, y confiaba que los indígenas fácilmente se harían cristianos. Así, Colón tomó siete hombres y los llevó a Castilla con la intención de “que aprendieran nuestra habla y volverlos, salvo que Vuestras Altezas, cuando mandaren, puédanlos llevar todos a Castilla o tenerlos en la misma isla cautivos, porque con cincuenta hombres los tendré a todos sojuzgados y les hará hacer todo lo que quisiere”. Aún con estas buenas relaciones que se dieron con los nativos, Colón vio la posibilidad de hacer ganancias con el tráfico esclavista con estos indígenas, lo que puede parecer contradictorio. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en la mentalidad de la época, la esclavitud a los pueblos bárbaros o conquistados o vencidos en batallas era algo normal. Tal vez la única excepción se dio en la década de 1470 cuando la reina Isabel prohíbe el tráfico de los habitantes de Canaria, los “Guanches”.
La llegada de Cristóbal Colón a América se realizó en un contexto donde los reinos españoles, si bien no tenían el comercio de esclavos africanos en sus manos, estaban plenamente involucrados en el uso de éstos en sus campos de producción, a los que se sumaban los canarios, moros y otros grupos. El mismo Colón había vivido un tiempo en Madeiras, la cual contaba con una numerosa cantidad de esclavos que trabajaban las plantaciones de azúcar. En su llegada a América, en la isla Guanahani se encontró con los indios taínos. Andaban desnudos y no conocían el trabajo del hierro, por lo que muchos autores los describen como culturalmente inferiores a los pueblos subsaharianos de África. La relación con los nativos del lugar fue descrita por él mismo como una relación amistosa, y confiaba que los indígenas fácilmente se harían cristianos. Así, Colón tomó siete hombres y los llevó a Castilla con la intención de “que aprendieran nuestra habla y volverlos, salvo que Vuestras Altezas, cuando mandaren, puédanlos llevar todos a Castilla o tenerlos en la misma isla cautivos, porque con cincuenta hombres los tendré a todos sojuzgados y les hará hacer todo lo que quisiere”. Aún con estas buenas relaciones que se dieron con los nativos, Colón vio la posibilidad de hacer ganancias con el tráfico esclavista con estos indígenas, lo que puede parecer contradictorio. Sin embargo, debemos tener en cuenta que en la mentalidad de la época, la esclavitud a los pueblos bárbaros o conquistados o vencidos en batallas era algo normal. Tal vez la única excepción se dio en la década de 1470 cuando la reina Isabel prohíbe el tráfico de los habitantes de Canaria, los “Guanches”.
COLÓN TRAE INDIOS A LOS RR.CC.
El cautiverio de estos nuevos paganos por parte de Colón no era necesario justificarla al tratarse de tierras vacantes por tanto estaban susceptibles a que un príncipe cristiano los dominara. La venta de estos esclavos indígenas, fue explícitamente autorizada por los reyes católicos en una carta escrita el 12 de abril de 1495. Curiosamente, cuatro días después es despachada una carta que suspende la venta de indios esclavos hasta conocer la opinión de los letrados, teólogos y canonistas, lo que resulta muy curiosa, considerando que la esclavitud estaba plenamente inserta en la sociedad española, tal como lo entendió Colón a su llegada. Esto marca el principio de lo que sería una larga discusión sobre la licitud de la esclavitud en América y muestra por parte de los Reyes Católicos un espíritu de justicia. La soberana castellana se convirtió en la primera persona en preocuparse de los derechos de los indios.
Las carabelas vuelven a España el 24 de febrero de 1495 con un cargamento de 400 esclavos indios. Sabemos esto por dos Reales Cédulas del 12 y 16 de abril de 1495.
Al parecer, los indios fueron hechos esclavos en acciones de guerra emprendidas por Colón y descritas por Bartolomé de las Casas. Los así “alzados”, en el derecho de guerra de la época, eran hechos prisioneros en calidad de esclavos. No puede sorprender por tanto que el almirante actuase de ese modo, conforme a las ideas comunes de su tiempo. A no ser que esa acción de guerra fuese “injusta”, como la califica el propio De las Casas, censurando a Colón por actuar “sin voluntad de los Reyes”, pero reconociéndole al mismo tiempo como hombre “cristiano y virtuoso y de muy buenos deseos”.
Antonio de Torres había salido de La Isabela con un cargamento de esclavos, el 2 de febrero de 1495, arribando al puerto de Cádiz a primeros de abril. En pocos días, el obispo de Badajoz, Juan Rodríguez de Fonseca, comunicó la llegada de la remesa a los reyes, pidiéndoles instrucciones sobre los esclavos. El 16 de abril salió de la cancillería una Real Cédula en la que se ordenaba al obispo Fonseca que paralizase la venta de esclavos “Porque nos querríamos informarnos de Letrados, Teólogos e Canonistas si con buena conciencia se pueden vender”. De esta consulta a teólogos y canonistas no se conserva más documento hoy que el anuncio de los propios reyes en su carta, ya citada, del 16 de abril.
El 4 de mayo de 1493, por la famosa bula “Ínter Caetera II”, de Alejandro VI, quedaba oficialmente incorporado a la real Corona de Castilla el reino de las "Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano".
El cautiverio de estos nuevos paganos por parte de Colón no era necesario justificarla al tratarse de tierras vacantes por tanto estaban susceptibles a que un príncipe cristiano los dominara. La venta de estos esclavos indígenas, fue explícitamente autorizada por los reyes católicos en una carta escrita el 12 de abril de 1495. Curiosamente, cuatro días después es despachada una carta que suspende la venta de indios esclavos hasta conocer la opinión de los letrados, teólogos y canonistas, lo que resulta muy curiosa, considerando que la esclavitud estaba plenamente inserta en la sociedad española, tal como lo entendió Colón a su llegada. Esto marca el principio de lo que sería una larga discusión sobre la licitud de la esclavitud en América y muestra por parte de los Reyes Católicos un espíritu de justicia. La soberana castellana se convirtió en la primera persona en preocuparse de los derechos de los indios.
Las carabelas vuelven a España el 24 de febrero de 1495 con un cargamento de 400 esclavos indios. Sabemos esto por dos Reales Cédulas del 12 y 16 de abril de 1495.
Al parecer, los indios fueron hechos esclavos en acciones de guerra emprendidas por Colón y descritas por Bartolomé de las Casas. Los así “alzados”, en el derecho de guerra de la época, eran hechos prisioneros en calidad de esclavos. No puede sorprender por tanto que el almirante actuase de ese modo, conforme a las ideas comunes de su tiempo. A no ser que esa acción de guerra fuese “injusta”, como la califica el propio De las Casas, censurando a Colón por actuar “sin voluntad de los Reyes”, pero reconociéndole al mismo tiempo como hombre “cristiano y virtuoso y de muy buenos deseos”.
Antonio de Torres había salido de La Isabela con un cargamento de esclavos, el 2 de febrero de 1495, arribando al puerto de Cádiz a primeros de abril. En pocos días, el obispo de Badajoz, Juan Rodríguez de Fonseca, comunicó la llegada de la remesa a los reyes, pidiéndoles instrucciones sobre los esclavos. El 16 de abril salió de la cancillería una Real Cédula en la que se ordenaba al obispo Fonseca que paralizase la venta de esclavos “Porque nos querríamos informarnos de Letrados, Teólogos e Canonistas si con buena conciencia se pueden vender”. De esta consulta a teólogos y canonistas no se conserva más documento hoy que el anuncio de los propios reyes en su carta, ya citada, del 16 de abril.
El 4 de mayo de 1493, por la famosa bula “Ínter Caetera II”, de Alejandro VI, quedaba oficialmente incorporado a la real Corona de Castilla el reino de las "Indias Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Océano".
LEYES DE BURGOS (1512)
A diferencia de lo que ocurre en África con los portugueses, en América se da una intensa conquista y colonización, por lo que se pasó de extraer esclavos del continente a importarlos, una vez que esclavizar a los locales se restringe por parte de la reina Isabel. Fernando el católico promulga las Leyes de Burgos en 1512 puesto que la esclavización no encajaba con las leyes castellanas, esto causó controversias jurídicas. En 1530, bajo el reinado de Carlos I, la esclavitud de los indios fue prohibida oficialmente, aunque algunos la practicaron de forma ilegal. Algunos españoles disponían de las encomiendas, un sistema de trabajo en el que el conquistador disponía de un determinado territorio y una cantidad establecida de indígenas para el trabajo. Pero en 1534 permite la esclavización de los rebeldes capturados en guerra justa, y finalmente en 1548 la Escuela de Salamanca, tras un profundo estudio humanístico, entre otras cosas vino a regular el trabajo de los indios, y sus derechos sociales, cosa que se promulgó ya con el rey Carlos I. Fundamentalmente sus puntos es que suprime las Encomiendas hasta la muerte del propietario, que tanto problemas habían dado, y regula la forma de hacer los nuevos Descubrimientos y de gratificar a los Conquistadores. También suprime todo tipo de esclavitud de los indígenas, y las guerras de Conquista. Recogen, entre otros, los siguientes derechos: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños. Esto en el año 1542.
A diferencia de lo que ocurre en África con los portugueses, en América se da una intensa conquista y colonización, por lo que se pasó de extraer esclavos del continente a importarlos, una vez que esclavizar a los locales se restringe por parte de la reina Isabel. Fernando el católico promulga las Leyes de Burgos en 1512 puesto que la esclavización no encajaba con las leyes castellanas, esto causó controversias jurídicas. En 1530, bajo el reinado de Carlos I, la esclavitud de los indios fue prohibida oficialmente, aunque algunos la practicaron de forma ilegal. Algunos españoles disponían de las encomiendas, un sistema de trabajo en el que el conquistador disponía de un determinado territorio y una cantidad establecida de indígenas para el trabajo. Pero en 1534 permite la esclavización de los rebeldes capturados en guerra justa, y finalmente en 1548 la Escuela de Salamanca, tras un profundo estudio humanístico, entre otras cosas vino a regular el trabajo de los indios, y sus derechos sociales, cosa que se promulgó ya con el rey Carlos I. Fundamentalmente sus puntos es que suprime las Encomiendas hasta la muerte del propietario, que tanto problemas habían dado, y regula la forma de hacer los nuevos Descubrimientos y de gratificar a los Conquistadores. También suprime todo tipo de esclavitud de los indígenas, y las guerras de Conquista. Recogen, entre otros, los siguientes derechos: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños. Esto en el año 1542.
ESCLAVOS NEGROS LLEGAN A AMERICA
La corona de Castilla nunca tuvo barcos negreros. Pero para reemplazar a los indios llegaron los negros por esclavistas europeos dentro de las civilizaciones amerindias. Pero no sería exacto decir que los europeos introdujeron la esclavitud en el Nuevo Mundo. Tal institución ya existía, y en formas brutales, dentro de las civilizaciones amerindias. Ello no los disculpa. Sistemas análogos, pero mucho más atenuados, imperaban en Europa.
El comercio comienza con la disposición de caciques negros, que se introducen en el territorio africano y brutalmente se hacen con personas que sean susceptibles de ser vendidas a los negreros europeos. Los tiranos de África los venden, o entre ellos mismos los negros se venden. Los asientos o monopolios para la importación de negros a las colonias españolas se van sucediendo sin interrupción. El contacto con el mundo negro se origina con las expediciones portuguesas a las costas occidentales de África. Cuando se manifiesta que los indios americanos son ineptos para el trabajo del embrionario capitalismo europeo, se echa mano del resistente negro de África. La intervención de los Papas no va más allá de los principios del derecho internacional de la época: se acantonan en su poder espiritual de estimuladores de las Cruzadas. Las concesiones de Eugenio IV o de Nicolás V, de invadir y aun someter a esclavitud a los sarracenos y demás infieles que estuvieran en posesión de tierras cristianas, no volvió a repetirse por parte de los demás Papas.
La corona de Castilla nunca tuvo barcos negreros. Pero para reemplazar a los indios llegaron los negros por esclavistas europeos dentro de las civilizaciones amerindias. Pero no sería exacto decir que los europeos introdujeron la esclavitud en el Nuevo Mundo. Tal institución ya existía, y en formas brutales, dentro de las civilizaciones amerindias. Ello no los disculpa. Sistemas análogos, pero mucho más atenuados, imperaban en Europa.
El comercio comienza con la disposición de caciques negros, que se introducen en el territorio africano y brutalmente se hacen con personas que sean susceptibles de ser vendidas a los negreros europeos. Los tiranos de África los venden, o entre ellos mismos los negros se venden. Los asientos o monopolios para la importación de negros a las colonias españolas se van sucediendo sin interrupción. El contacto con el mundo negro se origina con las expediciones portuguesas a las costas occidentales de África. Cuando se manifiesta que los indios americanos son ineptos para el trabajo del embrionario capitalismo europeo, se echa mano del resistente negro de África. La intervención de los Papas no va más allá de los principios del derecho internacional de la época: se acantonan en su poder espiritual de estimuladores de las Cruzadas. Las concesiones de Eugenio IV o de Nicolás V, de invadir y aun someter a esclavitud a los sarracenos y demás infieles que estuvieran en posesión de tierras cristianas, no volvió a repetirse por parte de los demás Papas.