Si le pregunta a un inglés quien fue el más glorioso navegante de la historia dirá que James Cook. Sin embargo, doscientos años antes de que Cook realizara sus viajes, Vasco Núñez de Balboa fue el primer europeo en ver el océano Pacífico desde la orilla de americana, y tras cruzar el istmo de Panamá, tomó posesión de sus aguas en nombre de los reyes de España el día 25 de septiembre de 1513, y le otorgó el nombre de Mar del Sur. Unos años más tarde, el navegante portugués Fernando de Magallanes durante su expedición a Filipinas y las Molucas al servicio de la Corona de España, le dio el nombre de Pacífico por encontrarse aguas tranquilas durante la mayor parte de su viaje desde el estrecho de Magallanes. En su viaje, Magallanes descubrió y reclamó las Filipinas para la corona española pero las corrientes y los vientos que hacían posible llegar, dificultaban en cambio volver, de forma que la alternativa consistió en continuar hacia la Península por la costa africana pasando el Cabo de Buena Esperanza, tal y como completó Juan Sebastián Elcano en 1522, tras la muerte en Filipinas de Magallanes, consiguió realizar la primera circunnavegación de la tierra. Sin embargo, la ruta no estaba abierta a los barcos españoles, puesto que, según el Tratado de Tordesillas, la costa africana pertenecía a los portugueses.
No fue hasta que Miguel de Urdaneta y Miguel López de Legazpi descubrieron el denominado Tornaviaje, el camino de vuelta, una ruta totalmente distinta, por el norte del océano Pacífico, cuando la empresa española se transformó, de aventura geográfica, en el mayor imperio colonial de todos los tiempos. Fueron dos siglos de predominio mundial y naval sólo compartido con los portugueses, en los que el Imperio Español de los Austria se erigió como la potencia mundial hegemónica. El descubrimiento español de las Islas Salomón es sólo un pedazo de la historia de la navegación española en el Océano Pacífico, una gigantesca aventura que comenzó a hacer posible hace ahora más de 500 años. Con aquel descubrimiento, el Imperio Español alcanzaría su mayor gloria y expansión, tras las sucesivas expediciones de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, Miguel de Urdaneta, Jofre de Loaisa, Álvaro de Mendaña. El navegante James Cook fue quien cartografió lo que es hoy Australia y Gran Bretaña utilizó al principio el territorio para usarlo como penal por la enorme cantidad de presos que tenían. A la vez colonizó el continente y las islas. Las islas Hawái fueron descubiertas por el español Álvaro de Saavedra en 1527 y la circunnavegación y cartografía de Terranova y Nueva Zelanda. Cook fue un navegante, explorador y cartógrafo británico, nacido en octubre de 1728 y murió en Hawái en 1779. Reclamó para Gran Bretaña de la costa este de Australia, que ya había sido descubierta por los españoles en el siglo XVI. Realizó tres viajes por el océano Pacífico, durante los cuales se describieron con precisión grandes áreas, y muchas islas y costas fueron documentadas por primera vez en mapas europeos. EL TORNAVIAJE -Al parecer, el marino inglés sentía admiración por este Luis Vaz de Torres, español que descubrió el paso entre Australia y Nueva Guinea y que avistó el cabo de York (o sea, la costa norte australiana), en el que no desembarcó por creer que estaba ante una isla más. El inglés mostró su consideración con claridad: fue uno de los pocos nombres españoles que respetó en sus mapas. Álvaro de Mendaña descubrió las islas Marquesas en 1595. James Cook se dirigió hacia Nueva Zelanda, cruzó dos veces el Círculo Polar Antártico en busca del continente que nunca halló y continuó viaje hacia las islas Marquesas que descubrió, casi doscientos años después de Álvaro de Mendaña. En su tercera vuelta al mundo en 1776 volvió a la mar. Otra vez Nueva Zelanda, de nuevo Tahití, para alcanzar las Tuamotu (cuyo significado es muchas islas), que ya había estado Magallanes en 1521, y fue llamado el Archipiélago Peligroso. Luego acertó a descubrir las islas de la Sociedad (o sea, Hawái), en las que ya había estado Juan Gaetano en 1527 según consta en un mapa publicado a mediados del siglo XVI. Volvió a las islas Sociedad. O sea, a Hawái. Ya no servían las medallas que solían utilizar como moneda de cambio ni las mercaderías que llevaban para ese mismo fin, porque se habían acabado. Entonces, Cook exigió alimentos y agua a cambio de nada. Los habitantes de la bahía de Kealakekua no estaban dispuestos a regalarle cuanto pidiera. Un día robaron una chalupa (dicen que fue una trampa urdida por el propio Cook para provocarlos) y bajó a tierra casi sin protección con el fin de recriminarles la acción violentamente y exigirles su devolución inmediata. Se negaron. Los ingleses dispararon sus armas y retrocedieron para embarcarse. Un hawaiano clavó un cuchillo en la espalda de Cook (tal vez regalado por los marinos ingleses). No pudieron rescatarlo. Era el 14 de febrero de 1779. El hombre que había conocido el océano Pacífico como si fuera la piscina de su casa había muerto. Lo trocearon y se lo comieron. Igual que otros habían hecho con Magallanes doscientos cincuenta años antes.