sábado, 17 de mayo de 2025

LA MISIONES DE LOS JESUITAS

La película de Roland Joffé "La Misión", de 1986 está inspirada en la vida de un jesuita peruano del siglo XVII, el P. Antonio Ruíz de Montoya, quien fuera misionero en el Paraguay. Es un buen ejemplo de esta forma de concebir la empresa y la gerencia por parte de los jesuitas.


Está ambientada en el siglo XVIII en las reducciones jesuíticas del Paraguay y noreste de Argentina y recrea los eventos que condujeron a la destrucción de esas misiones y a la supresión de la Compañía de Jesús.
El rey Carlos III y el Reino de Portugal y el Rey de Francia en 1767 ordenaron la expulsión de los jesuitas de todos los dominios de las coronas, incluyendo la incautación del patrimonio de la Compañía de Jesús.
Las misiones guaraníes empezaron en 1609. Los guaraníes eran tribus guerreras, indómitos, que vivían en las márgenes de grandes ríos. Caza y pesca eran su forma de alimentación, realmente estaban en la edad de piedra. Casi no hacían sembrados y tampoco sabían cuidarlos. Vivían en promiscuidad sexual, practicaban el canibalismo, no solo por cólera sino también por gula. Eran valientes guerreros pero crueles. Allí entraron los jesuitas, sin ayuda militar, aunque en misión de los reyes, que habían trazado el cuadro jurídico al que debían ajustarse.

Los hombres blancos nunca habían entrado en aquella espesa selva paraguaya y al navegar por esos ríos tañían la flauta para animarse en su camino. Pero los indios entendieron que esos hombres sufrían penalidades y se estaban sacrificando por dar sus enseñanzas, y poco a poco, se fue trabando un relación de cierta amistad y luego cariño recíproco. 
Los jesuitas fueron innovadores en la explotación de sus haciendas y propiedades en la América Hispánica. Durante los siglos XVII y XVIII gestionaron con sistemas que se adelantaron a la actualidad incluso. Uno de los más importantes fue la explotación de las minas de Uspallata (Argentina) de plomo, plata y cinc. Agregaron la participación de lo recaudado en las haciendas para ser redistribuido entre indígenas, esclavos y empleados, con lo que fueron los primeros en otorgar una suerte de “títulos de propiedad” a sus subordinados. La finalidad de estas propiedades era sostener sus colegios, que, debido a una rigurosa concepción del voto de pobreza, eran gratuitos.

En 1611 se publicó la real orden de protección de las misiones, en la que se dotaba a cada misión con total autonomía para gobernarse, se prohibía el acceso a las reducciones a externos y se garantizaba a los nativos que nunca caerían en manos de encomenderos y esclavistas. Así, bajo la influencia de la Compañía de Jesús, los nativos quedaban protegidos de los encomenderos españoles y los esclavistas portugueses.
Pero los conflictos no cesaron, lo que obligó al abandono o reubicación de algunos pueblos. La batalla más conocida fue la batalla de Mbororé (actualmente municipio de Panambí, provincia de misiones, Argentina), reconocida como la primera batalla naval en Sudamérica y que enfrentó a los guaraníes que habitaban las Misiones Jesuíticas con los bandeirantes, exploradores y aventureros portugueses, que terminó con la victoria guaraní.

Más de 130 misioneros perdieron la vida en las junglas mientras evangelizaban a los indígenas, pero otros religiosos consiguieron organizarse para defenderles de la esclavitud de los “bandeirantes” portugueses.
Cada misión incluía entre dos mil y cuatro mil indígenas, que eran dirigidos por dos o tres jesuitas y los caciques de cada pueblo. Ya a mitad del siglo siguiente los indios vivían en casas limpias, tenían templos, horarios para trabajar, sistemas de organización con la paz como objetivo.
Besaban las manos de los misioneros en señal de gratitud, arrodillados. Acudieron en ayuda del Imperio Español contra las invasiones paulistas del Brasil. Llegaron a trabajar en la construcción de la misma Catedral en Buenos Aires.

Sin embargo, la riqueza de estos complejos y haciendas atrajo la ambición de las Coronas Europeas y particulares y, a la larga, fue un factor para la supresión de la Orden. Dios se apiade del alma de Francisco Bucareli, autor de las mentiras que llegaron a convencer a algunos grupos de indígenas provocando el rechazo de estos hacia los jesuitas. Bucarelli fue el encargado de conseguir  ese desprecio para facilitar la desaparición de la orden en aquellas tierras.
El primer país en expulsar a la Compañía de Jesús fue Portugal. El marqués de Pombal  encerró en el calabozo a 180 jesuitas en Lisboa y expulsó al resto en 1759. Así robusteció la autoridad real y dio una señal al Papa de que no toleraría sus intromisiones en los asuntos del Estado. Más de mil jesuitas de Portugal y sus colonias fueron deportados con destino a los Estados Pontificios. Clemente XIII protestó por la medida.
En 1763, Luis XV de Francia acusó a la Compañía de Jesús de malversación de fondos debido a una quiebra en Martinica. El Parlamento de París, había impugnado la presencia legal de la Orden en Francia y el Rey decretó la disolución de la orden y el embargo de sus bienes.
Más tarde, los jesuitas fueron expulsados de los territorios de la Corona española a través de la Pragmática Sanción de 1767 dictada por Carlos III el 2 de abril de 1767 y cuyo dictamen fue obra del marqués de Campomanes Fiscal del Consejo de Castilla. Al mismo tiempo, se decretaba la incautación del patrimonio que la Compañía tenía en estos reinos (haciendas, edificios, bibliotecas), aunque no se encontró el supuesto “tesoro” en efectivo que se esperaba. Los hijos de San Ignacio tuvieron que dejar el trabajo que realizaban en sus obras educativas (lo que supuso un duro golpe para la formación de la juventud en la América Hispana) y sus misiones entre indígenas, como las famosas reducciones guaraníes y las misiones en el noroeste de México (Baja California, Sonora y Sierra Tarahumara) y a lo largo del Amazonas (misiones del Marañón).
El Papa Clemente XIV cedió y mediante el breve Dominus ac Redemptor suprimió la Compañía de Jesús que fue llevada a cabo en 1773, cuando se enfrentó a fuertes presiones de los reyes de Francia, España, Portugal y de las Dos Sicilias.

En 1789, el mismo año en que la Constitución de Estados Unidos entró en vigor y en el que se inició la Revolución francesa, fue fundada por el ex jesuita John Carroll la universidad católica más antigua de Estados Unidos. En el siglo XIX sería integrada a la Compañía restaurada. Cuarenta años después, en medio de los efectos causados por la Revolución francesa, las guerras napoleónicas y las guerras de independencia en la América Hispánica, Pío VII decidió restaurar a la Compañía. Durante el siglo XIX la Orden sufre las consecuencias de las revoluciones políticas de corte liberal y tiene que afrontar numerosos ataques. Acaba siendo nuevamente expulsada de Portugal, Italia, Francia, España, Nicaragua, Colombia, Ecuador, Alemania, etc..
En España, por decreto de 23 de enero de 1932, la Segunda República disuelve la Compañía de Jesús con el pretexto de que obedece a un poder extranjero e incauta todos sus bienes. Durante la guerra civil ese decreto es derogado el 3 de mayo de 1938 y la Compañía vuelve a adquirir plena personalidad jurídica.
El padre Gabriel (Jeremy Irons) es un soldado de la Cruz, un soldado de Cristo. Rodrigo Mendoza, (Robert de Niro) otrora esclavista, es un hombre realmente arrepentido que decide también convertirse en soldado de la Cruz. Cambia su espada por el amor, la bondad, la Fe, la esperanza. Y qué mejor forma de demostrar ese cambio radical que irse a la selva a pasar el resto de sus días haciendo al bien a aquellos a quienes tanto hizo el mal.
Si bien la conquista del continente por la corona española no fue como la imagen de pillaje y genocidio que nos quieren pintar continuamente, la verdad es que hubo de todo, pero también grandes hombres que entregaron su existencia a la protección de los indígenas y se mezclaron con ellos, dándoles lo mejor que tenían, la fe, el idioma y los avances de la civilización europea de aquel tiempo. Y a muchos les costó la vida.
La película tuvo 7 nominaciones a los Oscar consiguiendo la de mejor fotografía. Evidentemente las imágenes son espectaculares. Con las cataratas del Iguazú de fondo que se encuentran en la frontera entre Paraguay y Argentina. Fueron elegidas como una de las “Siete maravillas naturales del mundo”.
"The Mission"  no consiguió ser un éxito en los cines estadounidenses de los ochenta. Y buena parte de ello se debió a las opiniones adversas que recibió por parte de la "crítica especializada".

Ubicación de algunas misiones actualmente 
El reconocimiento más importante que tuvo el film fue su victoria en el 39º Festival de Cannes, donde se alzó con el máximo premio: La Palma de Oro.  "The Mission" fue nominada a siete premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor dirección. Ganó uno a la mejor fotografía. Actualmente la película goza de gran aceptación por parte de la audiencia.
Su épica banda sonora tal vez sea de las más bellas del maestro Ennio Morricone (1928-2020). Sin embargo el compositor italiano habría sugerido que el film no tuviera música.
El propio Morricone relató la anécdota. “Un día el productor Fernando Ghia me arrastró hasta Londres para ver la exhibición de una película sin música junto a su director Roland Joffé», contó el maestro italiano, quien durante dos horas analizó detenidamente el film. Al llegar a la última escena estaba llorando como un niño. Déjenlo así, les dije, la música es superflua”. Al parecer, la película tenía tanta belleza visual y sonora que hacía innecesaria la música. Por lo menos esa era la opinión de Morricone. Al final se hizo cargo del proyecto y hoy podemos seguir disfrutando esta increíble obra.
 
 
En toda la zona comprendida entre Argentina, Brasil y Paraguay todavía existen (y se pueden visitar) ruinas de las antiguas misiones jesuíticas guaraníes. Pero en una región bastante alejada de las Cataratas de Iguazú, existió realmente una misión jesuítica llamada "San Carlos Borromeo", concretamente ubicada en la actual provincia de Corrientes (Argentina).
Así también, el personaje del Padre Gabriel tendría varias fuentes, entre las que podemos mencionar por un lado el mártir Roque González de Santa Cruz, un religioso criollo presbítero convertido en santo por la Iglesia Católica en 1988, quien falleció asesinado por un cacique guaraní en 1628. Por otro lado, también compartiría varios aspectos de la personalidad del sacerdote jesuita y compositor de música barroca Domenico Zipoli, quien trabajó como jesuita en Córdoba (Argentina) en el Siglo XVIII.
Otra particularidad del film es que la comunidad que aparece en el film no es realmente guaraní. Se trató de los Waunana originarios de Colombia.
Ocho pueblos paraguayos componen este circuito de misiones jesuitas por este país visitando las poblaciones y las misiones que los religiosos levantaron junto a los indígenas en medio de las selvas sudamericanas. Las fundaciones jesuíticas fueron más de cincuenta, si bien solo treinta se consolidaron finalmente en Brasil (7), Argentina (15) y Paraguay (8). El Camino de los Jesuitas es el descubrimiento del gran legado cultural, espiritual y organizativo de los jesuitas y las comunidades; es una aventura entre lo desconocido y lo indómito; convivir con nativos que mantienen vivas sus costumbres desde hace siglos.  Y gozar de las maravillas naturales que forman un legado inigualable, aún vigente en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Chile.
El Camino de los Jesuitas atesora 42 sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, tanto culturales como naturales, 19 de los cuales forman parte del patrimonio jesuítico que hoy configura un legado inigualable.
Los jesuitas consiguieron que los indios aprendiera a leer y escribir, un sistema de agricultura y ganadería, a construirse casas con desagües y sus calles, etc.

Todas las misiones jesuíticas fueron fundadas siguiendo el mismo modelo: la iglesia, la residencia de los padres y las casas regulares de los indios que se ubicaban alrededor de una gran plaza. El sistema de económico de los jesuitas se basaba, por un parte, en el aprovechamiento de los recursos a través de la explotación agraria y minera, en la producción de diversos productos como herramientas, ebanistería o instrumentos musicales. Con su trabajo en el campo, además de conseguir su alimentación lo que sobraban lo vendían como una cooperativa y se regulaba los beneficios de forma social.
Cataratas del Iguazú 
Por otra parte, el intercambio entre las distintas misiones y haciendas fue clave en su desarrollo, y alcanzó un grado de influencia tal, que puso en cuestión los sistemas de poder económico y administrativo de la Corona y de los poderes locales. Desgraciadamente esta cuestión fue una de las causas desencadenantes de su expulsión de los territorios de la Corona primero la portuguesa y más tarde la española, aunque fueron expulsados de toda Europa durante siglos. Siempre fue una orden problemática para los poderes gobernantes.

jueves, 15 de mayo de 2025

MARIANA PINEDA

 
Ejemplo de la manipulación histórica. Se la reconoce como una heroína de la libertad, republicana y andalucista. Nada más lejos de la verdad. La realidad fue mucho más prosaica.


Nació en Granada en septiembre de 1804 y fue ejecutada durante la restauración de Fernando VII en mayo de 1831.
Cuando ella, con 15 años, se casó tuvo dos hijos y enviudó al poco tiempo. Más adelante ayudó a su primo, un activista liberal a salir de la cárcel llevándole unos hábitos de monje con los que disfrazarse. Se dice que tuvo una relación sentimental con él, pero no hay pruebas de ello. Pero si tuvo como amante al abogado J. de la Peña, que después sería Ministro de Hacienda con Isabel II, del que tuvo en enero de 1829 una niña a la que Mariana reconoció como hija natural a pesar de que no vivieran juntas, aunque no así José de la Peña, que esperó a 1836 para "adoptarla", a 1846 para reconocerla como hija y a 1852 a reconocerla como heredera en su testamento. Mariana también tuvo otros amantes como el Marqués de Salamanca.

Estatua en Granada 
Aunque se ha insistido en el carácter progresista de Mariana, lo cierto es que nos encontramos ante una bella mujer, al que a los hombres gustaba. Pero a partir de 1831 comenzó la desgracia para Mariana. A principios de ese año la causa Liberal estaba perseguida por el reinado absolutista de Fernando VII. El alcalde y jefe de policía supo de la existencia de una bandera que se utilizaría en un alzamiento de los liberales granadinos. Aquí parece ser que dicho alcalde, Ramón Pedrosa, que requería de los favores de Mariana, había sido despechado.
Los liberales reunidos en Gibraltar decidieron encomendar a Mariana la tarea de coser una bandera. Ello no sabía bordar de modo que encargó a su vez el trabajo a las bordadoras del Albaicín. Decisión imprudente ya que una de las bordadoras, que mantenía relaciones con un clérigo, enseñó el trabajo a éste. El clérigo era liberal en realidad, pero advirtió a su padre, el doctor Juan Herrera, absolutista convencido, de que moderase sus ímpetus ya que la revolución era inminente. El secreto estaba descubierto.
El alcalde obligó a llevar la bandera a la casa de Mariana, donde hizo que fuera descubierta por la policía. La bandera no era ni republicana ni mucho menos andaluza, como se ha mostrado intencionadamente. Se había cosido un triángulo verde en la que se leía en rojo “Igualdad, libertad y ley”, lema liberal y los colores masones. Con esa prueba Mariana fue arrestada y encarcelada.
Fotograma de la película 
Si hubiera entregado a su amante o con Pedrosa hubiera sido complaciente quizá se hubiera salvado.
Fue ejecutada el 26 de mayo de 1831 en la actual plaza de la Libertad; solo tenía 26 años
Durante el juicio, el fiscal imputó a Mariana el delito de “rebelión contra el orden y el monarca”, castigado entonces con la pena de muerte. La defensa adujo que la supuesta bandera no tenía que ver con ninguna revolución sino con la masonería, como demostraría el lema que aparecía en ella. Sus argumentaciones cayeron en saco roto.  Fue condenada a pena de muerte a garrote vil y ejecutada.
Fue olvidada durante años pero con la Primera República Española, se erigió en su memoria un monumento público en Granada.
Su muerte pretendió dar un escarmiento a los liberales, pero la convirtió en una mártir y en un símbolo. Fue enterrada en el cementerio de Almengor, sin que nada identificase su tumba. Desde 1856, sus restos se conservan en la cripta de la catedral de Granada, bajo una sencilla lápida. Cada año, el Ayuntamiento granadino organiza la Fiesta Cívica de Mariana Pineda el domingo más cercano al 26 de mayo, aniversario de su muerte. Los actos discurren en la actual plaza de Mariana Pineda.
Regresó al olvido otra vez y posteriormente fue reconocida durante la Segunda República mediante una serie de honores militares.
El Ministro socialista Fernando de los Ríos, fue el que al parecer despertó su memoria e inculcó en el romanticismo de Federico García Lorca su interés, lo que le llevó a escribir en 1925 la obra de teatro Mariana Pineda.
Lorca no la presenta como un mito Liberal, sino que la muestra en su inconformidad histórica, en su rechazo al absolutismo y su rebelión que le llevan a la desgracia.
Nada que ver cómo se la muestra por lo general.
 

miércoles, 14 de mayo de 2025

HERNANDO DE MAGALLANES - BIOGRAFÍA Y DESCUBRIMIENTO

Hernando de Magallanes nació en Portugal en 1480 y moriría en la Isla de Mactán (Islas Filipinas) en 1521. Navegante y descubridor portugués al servicio de la Corona de España, caballero comendador de la Orden de Santiago.


Miembro de la nobleza portuguesa, Hernando de Magallanes estudió náutica y cartografía en Lisboa. En 1505 formó parte la expedición a la India mandada por Francisco de Almeida. En su siguiente viaje, esta vez a Marruecos y bajo las órdenes del duque de Braganza, resultó herido.
En marzo de 1509, enrolado en la armada de Diego López de Sequeira, partió hacia Malaca, con escalas en Madagascar, Ceilán, actual Sri Lanka, y Sumatra. El 11 de septiembre, fondeados en Malaca, fueron atacadas las naves por los indígenas. Magallanes salvó de una muerte segura al capitán Francisco Serrano, lo que volvió a hacer unas semanas más tarde, cuando la nave de Serrano fue atacada por un junco armado. De estos hechos surgió una gran amistad entre estos dos hombres. Este primer reconocimiento de Malaca resultó, por tanto, un verdadero desastre, que fue en gran parte compensado por las valiosas informaciones náuticas conseguidas y las noticias auténticas de las islas de las Molucas, a donde llegó Francisco Serrano.
Como consecuencia de su ejemplar comportamiento Juan de Meneses, le nombró cuadrillero mayor. El nuevo cargo le hacía responsable de la seguridad de los prisioneros de guerra y encargado de la custodia del botín capturado a los moros.

Hernando de Magallanes 
En mayo de 1514 murió su gran valedor en las tierras marroquíes, Juan de Meneses, y los enemigos de Magallanes, envidiosos por su cargo de responsabilidad, iniciaron una campaña de desprestigio contra él. El nuevo jefe lo destituyó y ordenó que se le abriese un proceso y que fuese juzgado por un consejo de guerra. Magallanes, convencido de su recto proceder, no le dio importancia al tema y regresó a Portugal.
Nuevamente en Lisboa, el rey, Manuel I el Afortunado, le ordenó trasladarse a Marruecos para ser juzgado. Salió absuelto del juicio y volvió a Lisboa, donde en audiencia con el Rey, tras enumerar sus méritos, solicitó la gracia llamada de “moradía en la casa real”, que suponía el ascenso de rango y autorización para servir a la Corona en una de las carabelas que partiesen hacia las Molucas o viajar en una nave particular a las islas de las Especias, lo que le fue denegado. Magallanes pensó que se le hacía una gran injusticia y decidió salir de su patria.
Recibió noticias de Francisco Serrano, en las que le comunicaba que las islas Molucas, estaban muy lejos de la costa de Malaca y que a tenor del Tratado de Tordesillas, de 7 de junio de 1494, que modificaba la bula (Inter Caetara II) del papa Alejandro VI, estableciendo una línea de demarcación a 370 leguas a occidente de las islas de Cabo Verde, a poniente de la cual podrían explorar los españoles y a oriente los portugueses, y por tanto las Molucas estaban dentro de la demarcación reconocida a España.
Por aquel entonces, concretamente el 25 de septiembre de 1513, Vasco Núñez de Balboa había descubierto desde el istmo panameño el que llamó “mar del sur”, actual océano Pacífico, pero lo comunicó al rey al año siguiente. Confirmadas las conjeturas de cartógrafos y navegantes sobre la existencia de un océano entre las islas Indias colombinas y el continente asiático, quedaba por descubrir un paso interoceánico que uniese el Atlántico y el Pacífico y, como consecuencia de las exploraciones por la zona realizadas hasta la fecha por varios exploradores españoles nada rechazaba la posibilidad que hubiese una comunicación natural entre ambos océanos.
De hecho, en algunas representaciones cartográficas de la época se afinaba el aún desconocido sur del Nuevo Mundo y podía atisbarse un paso marítimo. La existencia de este paso permitiría a España llegar a las Molucas sin vulnerar ningún tratado.
El trato de Magallanes con navegantes y cosmógrafos, su correspondencia con Serrano y su resentimiento con el rey portugués, le llevaron a buscar el apoyo de España para tratar de hallar el sospechado paso. Para ello renunció públicamente a la ciudadanía portuguesa y, dispuesto a buscar la ruta que permitiría llegar a las Molucas por poniente, se trasladó a Sevilla, eje de todos los negocios relativos a la expansión ultramarina, allí conoció a hombres de importancia en asuntos marítimos.

Juan Sebastián Elcano 
En la Corte de Lisboa se conocieron estas gestiones, con el consiguiente temor de que los castellanos pudiesen perturbar el monopolio portugués sobre las especias, hasta el extremo de que llegaron a pensar en entorpecer de algún modo la empresa e incluso en eliminar a su promotor, razón por la que el obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca, vicepresidente del Consejo de Indias, puso una escolta a Magallanes.
En España había muerto el rey Fernando el Católico y estuvo como regente el cardenal Cisneros hasta la llegada de Carlos I, que a finales de 1517.
Carlos I se informó a fondo del proyecto de Magallanes y le dio su aprobación. En el documento de capitulación firmado en Valladolid el 22 de marzo de 1518, quedó bien claro que, por un período de diez años, Magallanes y Faleiro se reservaban los derechos a los viajes posteriores que se realizasen, no concediendo la Corona permiso a nadie que no fuese a ellos, siempre y cuando la búsqueda del paso se intentase por la ruta que ellos señalaban en la costa de América.
Realmente fueron los portugueses quienes llegaron primero a las islas de las Especias, navegando por las costas africanas, pasando por el Cabo de Buena Esperanza. Los portugueses tenían colonias por las costas de África y Asia.

Su proyecto trataba de buscar una ruta alternativa a la ya establecida por la corona portuguesa, en dirección oeste buscando un estrecho marítimo en América. Sólo España tenía las condiciones necesarias para abordar semejante proyecto. Tenía además de la experiencia marinera, el conocimiento geográfico y cartográfico, la audacia humana, la voluntad política y los recursos económicos para emprender tal aventura marítima. El plan consistía en abrir una ruta por el oeste, rodeando el continente americano por su extremo sur, y pasando sólo por dominios españoles.
Carlos I con solo 19 años de edad, confió en la empresa y puso al portugués al frente de 265 hombres y cinco barcos: la capitana Trinidad, la Concepción, la Victoria, la Santiago y la San Antonio. Es la llamada Flota de las Molucas.
Aquí aparece Juan Sebastián Elcano, un marino guipuzcoano (nacido en 1487), con amplios conocimientos náuticos tuvo conocimiento del proyecto. Estaba perseguido por la justicia por haber entregado como pago por sus deudas una nave de su propiedad a unos marinos extranjeros, en tiempos de guerra era una traición grave. Arruinado y sin medios de fortuna, Elcano tuvo que abandonar su villa natal de Guetaria, donde dejó su hijo Domingo. Debió deambular por varias ciudades españolas, aunque se ignoran cuáles. Su peregrinación de proscrito terminó finalmente en Sevilla, donde se encontraba en 1518, cuando empezaba a organizarse la armada de Magallanes para el descubrimiento de la Especiería. Se ofreció como tripulante y tuvo la suerte de ser aceptado por su experiencia marinera. Elcano, a quien se incluyó, sin tener en cuenta su carácter de proscrito, que le impedía embarcar en cualquier nave, y más aún en una real. Lo curioso es que tuvieron que valorarse sus cualidades de marino, pues fue nombrado maestre de la nao Concepción, que mandaba el capitán Gaspar de Quesada y llevaba como piloto al portugués Juan López de Carvalho.
Tras una escala de avituallamiento, partieron del puerto de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Cruzaron el océano Atlántico en dirección a Sudamérica. Bordeando la costa de Brasil, hicieron un breve descanso en Río de Janeiro y exploraron la gran boca del Río de la Plata y el litoral de la Patagonia. Pero comenzaban a surgir los problemas y las desconfianzas de la tripulación con respecto a Magallanes debido a varios motivos: el primero era que Magallanes mantenía en secreto el objetivo de su viaje, lo cual inquietaba al resto de capitanes; el segundo, los capitanes españoles desconfiaban en buena parte por las discusiones establecidas en Sanlúcar con agentes portugueses; y tercero, la costa suramericana parece interminable, no aparecía ningún paso hacia el otro lado y, además, a bordo hacía un frío insoportable. La armada navegó por el hemisferio sur, donde en invierno empieza en marzo, las temperaturas eran tan bajas que decidieron invernar en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación.

Magallanes pudo resolver el problema con astucia, prefirió contemporizar con unos marineros muy necesarios para continuar el viaje. Uno de los más beneficiados por aquella indulgencia fue Elcano que se vio atrapado en un conflicto de fidelidades: o seguir al capitán de su barco, o seguir al jefe de la expedición. Primero se amotinó, pero luego contribuyó a sofocar el motín, ganándose la confianza de Magallanes.
El 24 de febrero llegaron a una gran bahía, que bautizaron con el nombre de San Matías, en la que no encontraron el paso que buscaban. El 2 de marzo penetraron en una nueva bahía, que bautizaron como bahía de los Trabajos, actualmente conocida como Puerto Deseado, y el 31 del mismo mes llegaron al puerto que denominaron San Julián donde pasaron una fría y dramática invernada de cinco meses de duración.
Sobreviven bajo el frío, cazando animales como avestruces, zorros y moluscos y derritiendo el agua de bloques de hielo. Y toman contacto con los indios tehuelches, los "patagones" por las enormes huellas que sus abarcas dejan en la nieve
Aquí salieron a relucir abiertamente los resentimientos y agravios acumulados durante el viaje, Magallanes invitó a comer en su nao a capitanes y pilotos, pero sólo Mesquita aceptó la invitación. El clima de descontento y sedición aumentó de tal manera que, una noche, Juan de Cartagena y el capitán de la Concepción, Gaspar de Quesada, se dirigieron con treinta hombres a la San Antonio, prendieron a Mesquita y mataron al maestre Juan de Elorriaga.
Adueñados de la San Antonio, la Concepción y la Victoria, los amotinados requirieron a Magallanes que se atuviera a las instrucciones reales y la contestación fue el apresamiento de los mensajeros y el envío de un batel con gente armada a la Victoria, Magallanes bloqueó la entrada a la bahía con los tres barcos leales, la San Antonio fue vencida cuando intentaba escapar y la Concepción se rindió. Los oficiales amotinados fueron apresados, Álvaro de Mesquita fue nombrado capitán de la San Antonio.
El 24 de agosto, reanudaron la marcha las cuatro naves que quedaban, pero a los dos días tuvieron que refugiarse de los vientos junto a la desembocadura del río Santa Cruz. La San Antonio penetró por la embocadura unas cincuenta leguas y regresó con la noticia de que estaban en un estrecho que bautizaron con el nombre de Todos los Santos, festividad religiosa del día, y al que la historia le daría el nombre de Magallanes. Perdura el topónimo con que los expedicionarios denominaron al macizo que les quedaba por babor, Tierra de los Fuegos, o Tierra del Fuego, en alusión a las hogueras nocturnas que señalaban los campamentos de los indígenas.
Durante la navegación por el estrecho, Magallanes ordenó a la San Antonio que explorase una de las posibles aperturas al mar. Durante la exploración el piloto Esteban Gómez hizo prisionero al capitán Mesquita y convenció a la tripulación para desertar y volver a España pasando por Guinea. El 27 de noviembre, los tres buques que quedaban llegaron al océano, en el que navegaron durante tres meses y veinte días sin provisiones frescas ni agua, lo que hizo que empezasen a padecer de escorbuto. Durante este tiempo no encontraron una sola tormenta, por lo que denominaron océano Pacífico al mar que Núñez de Balboa había bautizado como Mar del Sur. Inicialmente pusieron rumbos de componente norte. El 4 de febrero descubrieron la que llamaron isla de los Tiburones, incluida con la anterior en la denominación de Infortunadas o Desventuradas, que bien pudieron ser las actuales Fakahina y Flint. No encontraron en estas islas los víveres que necesitaban.
El día 6 de marzo avistaron el actual archipiélago de las Marianas.  Fondearon en la mayor de las islas, la de Guam.
Permanecieron allí solamente tres días para abastecerse y una semana después avistaron la isla de Siargao, al nordeste de Mindanao, en las actuales Filipinas, y posteriormente llegaron a Limasawa el 28 de marzo, donde se les acogió amistosamente. Allí se ofició la primera misa en tierra filipina.

Una semana más tarde llegaron a la isla de Cebú, donde el rey Humabón les recibió con los brazos abiertos,
Magallanes le regaló a la Reina una imagen del Niño Jesús tallada en madera negra, que el arzobispo de Sevilla le había entregado antes de salir de España. Es curioso que más de cuarenta años después, el 16 de mayo de 1565, los soldados de Legazpi encontraran en la misma isla aquella imagen, a la que el pueblo filipino rinde aún hoy en día un culto entrañable en una capilla del convento cebuano de los padres agustinos
En la isla de Cebú, con el fin de afianzar la soberanía española en toda la comarca Magallanes pidió a los caciques vecinos que se sometiesen al dominio del rey de Cebú. Éstos enviaron regalos al monarca isleño como símbolo de su adhesión, excepto uno de ellos, Lapulapu, gobernador de Mactán, que no aceptó la invitación del capitán general, que reaccionó tratando de humillarle por la fuerza. Humabón y los oficiales españoles desaconsejaron un enfrentamiento abierto, pero Magallanes insistió en llevar a cabo una operación de castigo y tomó personalmente el mando de la acción. En la mañana del 27 de abril, con unos setenta hombres a bordo de dos bateles y escoltado por varias canoas cebuanas, se dirigió al poblado de Mactán, donde desembarcaron bajo una lluvia de flechas envenenadas y consiguieron prender fuego a las chozas del poblado.
Según historiadores Magallanes primero “fue herido en la pierna derecha por una flecha envenenada…a él asestaban sus tiros y por dos veces le quitaron la celada de la cabeza hasta que un indio logró herir al Capitán en la cara con una lanza de caña.” Luego “recibió otra herida en el brazo derecho. los enemigos se abalanzaron contra él en gran número y uno de ellos con un arma semejante a una cimitarra, dióle tan tremendo golpe en la pierna izquierda, que le hizo caer de bruces”. Luego se le fueron encima “y con cuantas armas tenían, le acometieron hasta dejar sin vida a nuestro espejo, nuestra luz, nuestro consuelo y nuestro verdadero guía”.

Monumento a Lapulapu en la Isla de Mactán

Magallanes falleció en Mattan el 27 de abril de 1521 junto a otros ocho expedicionarios. Ni siquiera pudieron recuperar luego su cadáver. Tras esto, los navegantes se reorganizaron y en vista de la traición experimentada, abandonaron de inmediato tales islas.
Sabemos que tomaron rumbo a las Molucas arribando a éstas el 8 de noviembre; en el trayecto se deshicieron de la nave Concepción. El 21 de diciembre dejaron Tidore, cargados de especias, en cantidad tal que con ello se financió la expedición. La nave Victoria, al mando de Juan Sebastián Elcano regresó a España.
Pero el regreso merece otro capítulo.

Monumento a Magallanes en Chile 
El Estrecho de Magallanes es un paso marítimo ubicado en el extremo sur de América del Sur, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico. Se encuentra en el sur de Chile y Argentina, separando la Patagonia de la Isla Grande de Tierra del Fuego.
Tiene una longitud de aproximadamente 570 kilómetros. Su ancho varía entre 2 y 32 kilómetros. Administrativamente, pertenece a la región de Magallanes y de la Antártica Chilena, el territorio chileno más austral. Fue descubierto en 1520, por Magallanes durante su expedición para encontrar una ruta hacia las Islas de las Especias, las Molucas.
Fue la principal ruta marítima entre el Atlántico y el Pacífico hasta la construcción del Canal de Panamá en 1914.
Es conocido por sus aguas peligrosas y desafiantes, debido a los fuertes vientos, corrientes y condiciones climáticas extremas.
A pesar de su dificultad, fue una ruta clave para el comercio y la exploración durante siglos. Es hogar de una rica fauna marina, incluyendo ballenas, delfines, pingüinos y lobos marinos.
El estrecho está rodeado de paisajes impresionantes, como montañas, glaciares y fiordos. En sus costas se encuentran ciudades como Punta Arenas (Chile), uno de los principales puertos de la región.
Hoy en día, es utilizado principalmente por barcos que son demasiado grandes para el Canal de Panamá o que prefieren esta ruta por razones estratégicas. También es un destino turístico popular para cruceros y expediciones.
A diferencia del Canal de Panamá, el Estrecho de Magallanes es una ruta natural entre ambos océanos y no requiere de esclusas o infraestructura artificial.
Sin embargo, es más largo y menos predecible en términos de condiciones climáticas.

martes, 13 de mayo de 2025

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

Su origen, como la mayoría de las universidades medievales europeas, fueron las escuelas catedralicias. Instituido en 1218 creado por Alfonso IX de León, quiso tener estudios superiores en su reino y por ello creó en 1218 las “scholas Salamanticae”, germen de la actual Universidad, fue el segundo más antiguo de España, tras su homólogo palentino, fundado entre 1208 y 1221 respectivamente, siendo la primera institución educativa europea en obtener el título propiamente de Universidad la de Slamanca por la real cédula de Alfonso X el Sabio fechada el 9 de noviembre de 1252, y posteriormente ratificada por Alejandro IV en el año 1255.

Patio de las Escuelas y estatua de Fray Luis de León 
Fue el rey Alfonso X, el sabio el que el 8 de mayo de 1254 otorgó  a la Universidad de Salamanca unos estatutos que definían su sistema de financiación y creaban el cargo de bibliotecario y nuevas cátedras. Se convirtió así en la primera de Europa en contar con una biblioteca pública.
Este título de Estudio General manifiesta la diversidad de las enseñanzas impartidas, su característica no privada (abierta a todos) y la validez de sus títulos. La Universidad de Salamanca nació como un Estudio eminentemente jurídico, en consonancia con la Universidad de Bolonia y en contraste con las universidades de Oxford y París, más centradas en la Teología y las Artes.

Biblioteca 
Se impartían entonces estudios en Derecho, Medicina, Lógica, Gramática y Música. Los profesores de asignaturas relacionadas con el Derecho gozaban de un sueldo mayor, al tratarse de una universidad inclinada hacia las disciplinas jurídicas. Durante los siglos XIII y XIV se fueron creando nuevas cátedras, especialmente en Derecho. El espaldarazo final le llegó en el año 1255 con la bula del papa Alejandro IV, que le otorgó la “Llicentia ubique docendi”, con la que se reconocía la validez de los grados otorgados por la Universidad de Salamanca en todo el mundo.
La Universidad en su andadura ha quedado vinculada a la Historia Universal por hechos y personalidades que llegaron a marcar la evolución de la sociedad occidental
La creación de la primera gramática del castellano en 1492 por Antonio de Nebrija. Los preparativos de Cristóbal Colón para su primer viaje en el descubrimiento de América. La primera mujer universitaria del mundo: Beatriz Galindo, “La Latina”. La primera mujer profesora de universidad del mundo, Lucía de Medrano, curso 1508-1509. Los años de estudio de Hernán Cortés antes de partir a América. La defensa de los derechos de los indígenas del Nuevo Mundo por parte de la Escuela de Salamanca.
El calendario Gregoriano actualmente es utilizado en todo el mundo. La traducción parcial de la Biblia al español, hecha por Fray Luis de León. El libro impreso sobre ajedrez moderno más antiguo conservado, publicado en Salamanca en 1496. La estancia de Miguel de Cervantes Saavedra, como alumno.

Palacio de Anaya- Facultad de Filosofía y Letras
La Universidad de Salamanca se convirtió, junto con París, Oxford y Bolonia en una de las primeras universidades europeas y hoy en día es la única española que ha mantenido su actividad a través de los siglos.
Destacan especialmente el Edificio de Escuelas Mayores con su fachada plateresca, en el interior del cual se encuentra la Biblioteca General Histórica con 2.774 manuscritos, 483 incunables y alrededor de 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVIII. Visita obligada es también el Patio de Escuelas Menores que alberga en una de sus salas la conocida pintura del “Cielo de Salamanca”, obra atribuida a Fernando Gallego que recoge temas astronómicos y astrológicos.

Escuelas Menores 
Son obras de arte y reflejos de la historia de la institución. Una historia cargada de tradiciones donde destacan, por ejemplo, las tradicionales ceremonias de investidura de los doctores honoris causa con su tradicional y colorido desfile de togados, la celebración del patrón Santo Tomás o las aperturas solemnes de curso en las que el rector repasa los principales retos que aborda cada ejercicio la institución.

CASTILLO DE TORIJA – GUADALAJARA

Es donde ahora se ubica el Centro de Interpretación Turística de Guadalajara. La fortaleza perteneció a la poderosa familia Mendoza quienes ...