jueves, 13 de julio de 2023

LA ESCLAVITUD EN AMÉRCIA PARTE 4

 En el Nuevo Mundo, en islas como Cuba, Puerto Rico y La Española, donde la alarmante tasa de mortalidad de la población nativa provocó las primeras leyes reales para proteger a la población local (Leyes de Burgos, 1512–1513). Aunque en Hispanoamérica hubo esclavos indios (en el Caribe), esta condición fue propia de los africanos. Los indios habían sido  declarados libres por la Corona de Castilla, pero no a los africanos, situación que era considerada normal. Había esclavos negros en casi todas las ciudades costeras de España y hasta en la misma corte papal. Es más, la solución de importar negros en las Indias para aliviar el trabajo de los naturales fue sugerida por los mismos religiosos (dominicos) que luchaban en favor de los indios (el padre Bartolomé de Las Casas incluido). Ante las disputas habidas en la época y con motivo de la evangelización del Nuevo Mundo, en 1537, el papa Paulo III emite una bula donde prohibió que los indios fueran esclavizados. Sobre el comercio negrero la mentalidad era muy distinta a las consideraciones a los indígenas. 

Los negros no eran considerados seres humanos como los demás. Por lo que no podían tener los derechos habituales y eran considerados como objetos en la práctica. Por supuesto que se debatió si tenían o no alma. Los indígenas fueron considerados personas con alma, por lo que no se les podía esclavizar. Por lo tanto salía económico comprar esclavos negros. El “Asiento de negros” era un convenio entre la Corona y un particular o sociedad comercial. La Corona concedía un arrendamiento de una explotación determinada, con exclusividad. Se utilizó para la explotación de minas y para el comercio de esclavos negros. La primera que se concedió el asiento de negros ocurrió en 1516 con una compañía genovesa. Muy pronto, los portugueses se hicieron con este lucrativo negocio y lo controlaron durante siglos.  La legislación española se planteó muy pronto la ilegalidad de dicha práctica (gracias a los escritos de Bartolomé de las Casas y de la Escuela de Salamanca). A partir de 1595 comienza el régimen de asientos, mediante el cual la Corona delega (vende) su monopolio en una persona o entidad mercantil, por un tiempo determinado, señalándose también el número de negros a introducir. En la práctica, los beneficiarios de este sistema serán los comerciantes portugueses, que contaban con factorías en África y eran además, desde 1580, súbditos de Felipe II

ENRIQUE I REY DE PORTUGAL 

El rey de Portugal sacaba beneficios de esto a través de la Casa de los Esclavos, con el asiento de la saca de negros de las factorías, y los monarcas españoles sacaban beneficios a costar de vender licencias para permitir llevar esclavos negros a América. La licencia para transportar un esclavo costaba ocho ducados.  Como en muchas zonas de América ya no quedaban muchos indígenas debido a las epidemias, pero la demanda de mano de obra seguía creciendo, los españoles empezaron a importar esclavos africanos. Incluso el fraile Bartolomé de las Casas recomendó la importación de africanos para eliminar la escasez, si bien Las Casas cambiaría de idea posteriormente y se posicionaría también en defensa de los africanos.

En 1530 el Emperador Carlos V prohíbe la esclavitud de los naturales de América pero en 1534 permite la esclavización de los rebeldes capturados en guerra justa. Pero para reemplazar a los indios llegaron los negros. La legislación española se planteó muy pronto la ilegalidad de dicha práctica (gracias a los escritos de Bartolomé de las Casas y de la Escuela de Salamanca), por lo que hizo que se importaran personas esclavizadas de África, que además tenían mayor resistencia física y a las enfermedades, especialmente las tropicales, comenzando así un comercio a gran escala de esclavos africanos: el comercio negrero.
El cultivo de azúcar es intensivo en fuerza de trabajo. Para cultivar el azúcar los portugueses hicieron uso de un importante número de esclavos africanos. El fuerte San Jorge de la Mina en la Costa de Oro británica, se convirtió en un importante depósito de e
sclavos que eran allí llevados

 ESTATUA EN LA ISLA DE GOREA, SENEGAL 

Los negros fueron así emigrantes forzosos a América, eran considerados seres subhumanos, asimilados frecuentemente a animales, sin tan siquiera poder ser considerados sujetos de derecho y por lo tanto considerados, jurídicamente, como meros objetos. Aunque especialmente, el debate estaba inicialmente en si los individuos de raza negra tienen alma humana, puesto que en caso afirmativo esta actividad sería considerada ilegal por la Iglesia, lo que llevó a un fuerte movimiento para afirmar que las personas de raza negra no tienen alma. En el caso de los indígenas naturales de América se había decidido que tienen alma por lo que no se les podía esclavizar. De hecho era costumbre en muchas plantaciones explotar al esclavo negro bajo severas condiciones hasta su muerte, pues salía más barato comprar nuevos esclavos que mejorar sus condiciones de vida.  La fuente de esclavos fue África, y la Isla de Gorea, colonia francesa, fue el lugar preciso donde se estableció el mercado de esclavos.
La doctrina de la Iglesia referente a la esclavitud de los negros se mantuvo en vigor durante los s. XV y XVI en España. En la práctica durante estos dos siglos para nada cambió la esclavitud de los negros en la España peninsular. Se siguieron comprando y vendiendo ,tanto entre seglares como entre eclesiásticos, como un bien suntuario, aunque su condición fue más llevadera que la de sus hermanos en América.
Pese a lo que se difunde en la famosa "Leyenda Negra" Las Nuevas  Leyes de Indias son una decisión del emperador Carlos I que convocó en 1540 una junta legislativa que se reunió en la Universidad de Salamanca con la organización de un importante grupo de humanistas, legisladores y religiosos, economistas y abogados. Las disposiciones ponen coto a los abusos detectados en la aplicación torticera de la institución de la Encomienda. Recogen una serie de derechos a los indígenas. En el caso de los negros fueron esclavizados.

FUERTE SAN JOSÉ- CARTAGENA DE INDIAS 

El primer asiento de negros fue firmado por la corona a cambio de 900.000 ducados, y obtuvo el monopolio de la introducción de negros a Cartagena de Indias, a donde llevó 25.338 esclavos entre 1595 y 1600. Y el sistema duró hasta mediado el siglo XVII, suspendiéndose en 1640 a raíz de la separación de Portugal. Por ello, hasta mediados del siglo XVI, Portugal se convirtió en el mayor traficante de esclavos de Europa. Los árabes continuaron con sus negocios de esclavos proveyendo, sobre todo, a países orientales. Cuando se abandona el Mediterráneo Oriental y se toma el Reino de Granada eso hace prácticamente imposible que se esclavicen blancos en la Península. Dentro de los esclavos negros estaban los llamados bozales, es decir, los que se habían culturizado en el norte de África o en algún reino cristiano. Los que no eran bozales tenían una vida más complicada, porque primero tenían que aprender prácticamente todo sobre la cultura que les rodeaba.

El jesuita Pedro Claver logró comunicar el cristianismo a los esclavos. Fue el misionero y sacerdote jesuita español que pasó a la posteridad por su entrega a aliviar el sufrimiento de los esclavos del puerto negrero de Cartagena de Indias donde vivió la mayor parte de su vida. Se apodó a sí mismo el “esclavo de los negros”. Fue santificado. Al llegar Pedro Claver a las Indias en 1610, una primera toma de contacto con la plaza fuerte de Cartagena de Indias, ésta era un hervidero de negreros, piratas e inquisidores. Cartagena de Indias era, por su posición en el mar Caribe, el principal mercado de esclavos del Nuevo Mundo. Mil esclavos llegaban allí al mes, y los mosquitos y las enfermedades devoraban a los sanos. El precio de compra de un esclavo era dos escudos. Aunque muriera la mitad del “cargamento”, el tráfico seguía siendo rentable. Ni las repetidas censuras del Papa, ni las de los moralistas católicos podían prevalecer contra ese comercio movido por la avaricia. Los misioneros no podían suprimir la esclavitud, sólo mitigarla.

CAPTURA DEL STANHOPE - 1710

Blas de Lezo, el almirante “Medio Hombre” , debido a la pérdida de una pierna a los 17 años en el combate naval de Vélez (Málaga), un ojo tr...