martes, 18 de noviembre de 2025

SALAMANCA PATRIOMONIO DE LA HUMANIDAD

 

Universal, magnífica, sabia, joven y dorada. Todo español debería conocer esta ciudad. Su Centro Histórico ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Posee un legado monumental magnífico, con ejemplos arquitectónicos sobresalientes de distintos estilos: románico, gótico, barroco, plateresco. La Universidad, además de ser de las más antiguas de Europa, es una de las mejores muestras del renacimiento en España. No obstante, en la actualidad, Salamanca continúa siendo un importante lugar de encuentro e intercambio cultural, hasta el punto de convertirse en Capital Europea de la Cultura en el año 2002.


CATEDRAL VIEJA 
La Catedral de Santa María se empezó a construir en el primer tercio del siglo XII gracias a las aportaciones de los reyes Alfonso IX y Fernando II y se terminó a finales del siglo XIV, aunque el exterior es de estilo románico, el interior es de un nuevo estilo que se empezaba a imperar en España, el “Ojival” o gótico. La fábrica románica en su pureza hay que acercarse al patio y admirar los ábsides y sobre todo la “Torre del Gallo”, un bello cimborrio orientalista, en línea con el de Zamora pero más esbelto y elaborado gracias a dos filas de ventanas superpuestas y a su remate final en forma de pirámide. Parece pequeña al lado de su hermana la nueva, así su portada se modificó en el siglo XVII. Al interior del templo se puede acceder desde la catedral nueva y vemos su sencillez. Planta de cruz latina, con bóvedas de crucería, tres ábsides y esculturas, capiteles y estatuas románicas y tumbas mudéjares. Dada la necesidad de una sede episcopal de mayor dimensión, Fernando el Católico decidió levantar la nueva catedral y se decidió, con buen criterio, no derribar la antigua.

CATEDRAL NUEVA DE SALAMANCA 
Se divide en dos partes, la primera obra del siglo XVI, crucero, fachada sur capillas laterales, etc. y la otra al lado Este ya en el siglo XVII y siguiente. En 1560 se trasladó el culto a la catedral nueva. En 1491 el Cabildo salmantino planteó la necesidad de un templo de mayores dimensiones por resultar la catedral vieja, románica, algo pequeña y oscura. Se encontraron los maestros mayores de las catedrales de Toledo y Sevilla. Su misión fue la construcción de la nueva con la supervisión de arquitectos como Gil de Hontañón, Covarrubias, Juan de Álava y otros. Se colocó la primera piedra el 12 de mayo de 1513. 

CATEDRAL 
De planta rectangular, con tres naves, crucero y capillas entre contrafuertes. Esbeltos pilares góticos separan las tres naves y a la vez apean las bóvedas, más elevada la central. Durante la construcción intervinieron otros muchos arquitectos de renombre para dar su parecer sobre la marcha de las obras hasta tal punto que la catedral es una de las páginas más vivas e interesantes de la arquitectura española. En 1714 la familia Churriguera levantaron el cimborrio que hubo de rehacerse por los daños producidos por el terremoto de Portugal. Los maestros del siglo XVII y XVIII respetaron la inicial arquitectura gótica del templo. Los hermanos Churriguera desarrollaron todo su talento en la sillería del coro y el retablo. Exteriormente causa una gran impresión cuando se contempla desde la Plaza de Anaya por su fastuosa decoración gótica y el bello color rosado de la piedra de Villamayor. La Catedral de la Asunción de la Virgen es la sede de la Diócesis de Salamanca. Es la segunda mayor catedral de España en dimensiones y su campanario ocupa el segundo puesto también en altura de entre los de las catedrales españolas, con 110 metros

PUENTE ROMANO 
Se sitúa la construcción del puente en el siglo I d. C., en tiempos del emperador Trajano. El puente atraviesa una de las zonas más anchas del río Tormes y está situado sobre un subsuelo rocoso. Su longitud alcanza los 176 m. y la anchura es de 3,70 m. Está dotado de 26 arcos de medio punto y robustos pilares. Forma parte de la Calzada romana de la Plata, que unía Mérida con Astorga.

Huerto de Calixto y Melibea. 
Es un pequeño espacio ajardinado sobre la muralla que tiene unas hermosas vistas de las Catedrales y de la ribera del Tormes. Se halla en un lugar de encuentro de los protagonistas de la obra de Fernando de Rojas, "La Celestina"

CASA DE LAS CONCHAS 
De estilo gótico. Su construcción se inició a finales del siglo XV, aunque también está dotada de elementos renacentistas y mudéjares. Pertenece al denominado arte isabelino. Este edificio civil, llama la atención por las más de trescientas conchas que revisten sus muros exteriores. En el siglo XVIII sufrió agrietamientos, por lo que fue remodelada en su parte más alta, la cual carece de las conchas que decoran el resto de la fachada. Destaca su puerta de entrada, con un escudo gótico en su parte superior que contiene representadas las flores de lis. Actualmente alberga la Biblioteca Pública de Salamanca y una oficina de información.

Plaza Anaya y lateral de la iglesia de San Sebastián



PALACIO DE ANAYA 
Contiene la Facultad de Filosofía y Letras, y un legado histórico con gran solera impreso en sus paredes, ventanas y rincones. Fue construido a principios del s. XV por Diego de Anaya y Maldonado, para la enseñanza. Fue fundado en 1762. Todo el edificio es de estilo neoclásico. La fachada cuenta con grandes columnas jónicas rematadas por un frontón triangular y una amplia escalinata. También se le conoce como Colegio Mayor de San Bartolomé. A mediados del s. XVIII fue derribado y reconstruido, por lo que actualmente podemos visitar el “nuevo” Palacio de Anaya. Podemos contemplar la zona del Colegio, donde encontramos entre otros atractivos preciosos paseos de columnas y escalinatas, el busto de Unamuno, o el Aula Magna y su galería. Por otro lado, encontramos la Hospedería, donde antiguamente se alojaban los alumnos del colegio tras terminar los estudios y mientras se introducían en el mundo laboral, y donde actualmente encontramos un magnífico edificio con impresionantes enrejados en ventanas y balcones, y un patio interno interesantísimo por las galerías repletas de arcos.


PLAZA MAYOR DE SALAMANCA 
Debido a la expansión de la villa hubo que buscar un nuevo centro geográfico donde instalar el mercado, dado que el que existía a espaldas de la iglesia de Santa María de la Sede se había quedado pequeña. La encrucijada de los caminos que venían desde Zamora y Béjar fue el lugar elegido. Ya existía un mercado o zoco junto a la parroquia de San Martín. Pronto, sin más, la Plaza de San Martín se convirtió en la Plaza de Salamanca. Se instaló en ella un mercado estable, pero el proceso de traslado de todos los comerciantes y habitantes de la ciudad fue muy lento y duró casi toda la Edad Media. No así el Consejo, que se trasladó enseguida, aunque la nueva Casas Consistorial no se levantó, por orden de los Reyes Isabel y Fernando hasta 1485. Con el tiempo se fue convirtiendo en el centro de la vida social de la ciudad. La plaza no solo celebraba el mercado permanente, sino todo tipo de fiestas y espectáculos públicos, motivo por el que influyeron en la creación de una Plaza Mayor. Ésta, que es la actual, fue construida desde el año 1729 al 1756, por orden de Felipe V, si bien la iniciativa partió del Ayuntamiento y también el sufragio enorme de la parte económica ya que se pensó en estilo barroco. El diseño es del arquitecto Alberto Churriguera (constructor de pabellones Real y de San Martín) y posteriormente continuada por otros con pocas modificaciones respecto al proyecto inicial. A comienzos del siglo XIX sufrió diversas remodelaciones urbanísticas, hasta que poco a poco a mediados del siglo XX fue desprovista de sus jardines, quiosco de música central y urinarios públicos para quedar diáfana. Fue declarada Monumento Nacional. Definida por Miguel de Unamuno, que hacía su tertulia diaria en la terraza que tiene en la plaza el Café Novelty: “Es un cuadrilátero. Irregular, pero asombrosamente armónico.”

LA CLECERÍA

LA CLERECÍA 
Nombre dado al antiguo Real Colegio del Espíritu Santa, de la Compañía de Jesús. Construido entre los siglos XVII y XVIII, de estilo barroco. Se diferencia la Iglesia del colegio. San Ignacio de Loyola (fundador de la orden), fue encerrado en la torre de la Catedral por la Inquisición y en desagravio, en tiempos de Felipe III su esposa, Margarita de Austria, mandó construir el edificio. Posteriormente en 1767 Carlos III expulsó a los jesuitas y se entregó el edificio a la Real Clerecía de San Marcos, y éste cedió el inmueble, salvo la iglesia, a la Diócesis de Salamanca donde instalaron el él, el Seminario de San Carlos. Hoy en día es la sede de la Universidad Pontificia. Se encuentra frente a la Casa de las Conchas, creando un enorme conjunto arquitectónico formado por la iglesia, dos grandes pabellones que inicialmente fueron residencia de estudiantes y religiosos, el claustro que es otra joya del barroco salmantino y varias dependencias. Todo el complejo arquitectónico, además de definir el perfil de la ciudad, se integra en el tejido urbano de manera sorprendente.

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA 
Ha quedado vinculada a la Historia Universal por una serie de hechos y personalidades. La creación de la primera gramática del castellano en 1492 por Antonio de Nebrija. Los preparativos de Cristóbal Colón para su primer viaje en el descubrimiento de América. La primera mujer universitaria del mundo: Beatriz Galindo, “La Latina”. La primera mujer profesora de universidad del mundo, Lucía de Medrano, durante el curso 1508-1509. Los años de estudio de Hernán Cortés antes de partir a América. La defensa de los derechos de los indígenas del Nuevo Mundo por parte de la Escuela. Aquí es donde se propuso al papa Gregorio XIII el calendario que se vino a conocer como calendario gregoriano actual. El hecho de que el primer bibliotecario con sueldo de la historia se dio en la biblioteca antigua de la Universidad de Salamanca. La traducción parcial de la Biblia al español, hecha por Fray Luis de León. El libro impreso sobre ajedrez moderno más antiguo conservado, publicado en Salamanca en 1496. La estancia de Miguel de Cervantes Saavedra, como alumno. Es instituido en 1218 creado por Alfonso IX de León, fue el segundo más antiguo de España, tras su homólogo palentino, fundado entre 1208 y 1221. Pero Salamanca fue la primera institución educativa europea en obtener el título propiamente de Universidad, por la real cédula de Alfonso X el Sabio fechada el 9 de noviembre de 1252, y posteriormente ratificada por Alejandro IV en el año 1255. Alfonso IX de León quiso tener estudios superiores en su reino y por ello creó en 1218 las “scholas Salamanticae”, germen de la actual Universidad de Salamanca que ha cumplido los 800 años de historia ininterrumpida creando, promocionando y divulgando el conocimiento. Entre la legislación fundacional de la Universidad salmantina destacan la carta otorgada por el rey Alfonso X, con fecha de 8 de mayo de 1254, por la que se establecen las normativas de organización y dotaciones financieras; y las bulas pontificas de Alejandro IV, expedidas en el año 1255, por las que se confirma la fundación universitaria, se reconoce la validez universal de los grados por ella otorgados y se le concede el privilegio de tener sello propio. El primer Estudio contó, según el decreto de 1254, con un maestro en leyes, otro en decretos, dos de decretales, dos de lógica, dos de gramática, dos de física o medicina, uno de órgano, un apotecario, un bibliotecario y dos conservadores. Así, la Universidad de Salamanca se convirtió, junto con París, Oxford y Bolonia en una de las primeras universidades europeas y hoy en día es la única española que ha mantenido su actividad a través de los siglos. Destacan especialmente el Edificio de Escuelas Mayores con su fachada plateresca, en el interior del cual se encuentra la Biblioteca General Histórica con 2.774 manuscritos, 483 incunables y alrededor de 62.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XVIII. Visita obligada es también el Patio de Escuelas Menores que alberga en una de sus salas la conocida pintura del “Cielo de Salamanca”, obra atribuida a Fernando Gallego que recoge temas astronómicos y astrológicos. Son obras de arte y reflejos de la historia de la institución. Una historia cargada de tradiciones donde destacan, por ejemplo, las tradicionales ceremonias de investidura de los doctores honoris causa con su tradicional y colorido desfile de togados, la celebración del patrón Santo Tomás o las aperturas solemnes de curso.

CONVENTO DE SAN ESTEBAN 
Quedó consagrado, casi desde sus comienzos, como centro de estudio y docencia de la Teología. En 1299 se establece en él el Estudio General de los Dominicos de España. En cambio, la enseñanza principal en la Universidad (fundada hacia 1218) era la de Derecho. La Teología entra en ella en el siglo XIV, cuando se crean cuatro cátedras de Teología. Dos de ellas las regentarán los dominicos de San Esteban. La progresión de la Teología en las aulas universitarias y en San Esteban será constante hasta bien doblado el siglo XVII. En el siglo XVI la universidad salmantina, de la mano de los grandes teólogos de San Esteban, adquirió su máximo prestigio. El más sobresaliente de todos sus Maestros fue fray Francisco de Vitoria (1483-1546), iniciador de la «Escuela de Salamanca», creador del Derecho Internacional y defensor de los derechos humanos, que aplicara a los indígenas de América en sus famosas Relecciones. Junto a él destaca fray Domingo de Soto (1495-1560), preclara inteligencia y teólogo principal en el concilio de Trento. La rica historia de San Esteban se completa con la aportación a la Evangelización de las tierras de América y Filipinas. En el año 1509, los frailes de este convento decidieron comprometerse en la tarea misionera de las nuevas tierras descubiertas de América. A él pertenecían los primeros dominicos que llegaron a la isla de La Española a mediados de septiembre de 1510. Allí predico fray Antón Montesinos, el 21 de diciembre de 1511, el primer sermón en defensa de los derechos de los indios –«Estos, ¿no son hombres?»–, contra la opresión a que eran sometidos por los encomenderos. A este grupo se uniría el clérigo encomendero Bartolomé de Las Casas, que, convertido por la predicación de Montesinos, se haría dominico en su mismo convento de La Española. Durante la guerra de la Independencia, el convento fue ocupado por los franceses en 1809. No destruyeron mucho, fuera de algunas imágenes, relieves, columnas, etc., pero se apoderaron de todos los objetos (o de casi todos) de oro y plata que tenía el convento. Los frailes hubieron de salir y el edificio quedo como cuartel de las tropas de Napoleón hasta 1813.

lunes, 17 de noviembre de 2025

MIGUEL DE UNAMUNO

(Bilbao, 29 de septiembre de 1864-Salamanca, 31 de diciembre de 1936)
Escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. Cultivó todos los géneros literarios: ensayo, novela, poesía, periodismo y teatro.
Rector de la Universidad de Salamanca de 1900 a 1914 y de 1931 a 1936, destacado opositor a la dictadura de Primo de Rivera. Diputado de las Cortes constituyentes de la Segunda República, de la que se fue distanciando hasta el punto de adherirse a la sublevación militar que dio inicio a la Guerra Civil, si bien terminó retractándose de dicho apoyo
En 1886 publicó en El Noticiero bilbaíno su primer cuento, titulado “Ver con los ojos”. Viajó a Italia y Francia en 1889. En 1891 opositó a la Cátedra de Griego de la Universidad de Salamanca ante un tribunal presidido por Menéndez Pelayo, y allí conoció a Ganivet, que optaba, ante el mismo tribunal, a la Cátedra de Granada. Unamuno obtuvo la plaza, y pocos meses después, en verano de 1891, acudió a Salamanca, que entonces era una ciudad de 23.000 habitantes, para tomar posesión de su cátedra. 

En octubre de 1894 comenzaron las contribuciones de Unamuno al semanario de inspiración socialista “La lucha de clases”.  En 1899 se celebró la oposición a la Cátedra de Filología Comparada del Latín y el Castellano de Madrid, a la que concurrió Menéndez Pidal. Unamuno, que figuraba entre los firmantes, no se presentó. En 1900, Unamuno fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca. En 1902 apareció el primer volumen publicado por Unamuno: En torno al casticismo, que reúne cinco ensayos publicados en 1895 en la revista La España Moderna. El 26 de agosto de 1908 actuó Unamuno como mantenedor en los Juegos Florales de Bilbao, donde pronunció un discurso, que irritó a muchos, en el que instaba a abandonar el cultivo del vascuence (lengua en la que “no cabe el pensamiento moderno”) y a “irrumpir en el castellano”.
En 1915 fue elegido concejal del Ayuntamiento de la ciudad, función que desempeñó hasta 1920. En noviembre de 1917 publicó el artículo “Ni indulto ni amnistía, sino justicia”, que llevaba como subtítulo “Si yo fuese rey”. Como consecuencia se produjo el inmediato proceso del autor, y los tribunales valencianos condenaron a Unamuno a dieciséis años de cárcel por injurias al Rey de España. Se negó a solicitar el indulto y sólo aceptó pedir la revisión de su condena.
La Facultad de Letras eligió decano a Unamuno y a comienzos de 1921 fue elegido vicerrector por el claustro universitario. En 1922 Unamuno acudió a Palacio y se entrevistó con el Rey, en medio de una gran expectación.
En 1923, la instauración del directorio de Primo de Rivera despertó en Unamuno los peores augurios. En una carta a Alfonso Reyes, fechada el 23 de octubre de 1923, escribió: “El Primo ese de Rivera no tiene más seso que una rana; es un prototipo de frivolidad y vanidad señoritil”. En febrero de 1924 recibió la comunicación de que había sido destituido de sus cargos, suspendido de empleo y sueldo y condenado a pena de destierro. Pasó ocho días en un hotel de Cádiz, y allí recibió a un enviado de Martínez Anido que le ofreció el indulto a cambio de una retractación pública. Unamuno rechazó el ofrecimiento. En compañía del periodista Rodrigo Soriano, también deportado, Unamuno llegó a Las Palmas el 2 de marzo. Significativa fue la protesta de ciertos escritores extranjeros, como Romain Rolland, Max Scheler, Gabriele D’Annunzio o Leopoldo Lugones. En España, algunas reacciones a favor de Unamuno acarrearon sanciones inmediatas: Fernando de los Ríos fue procesado, y a los catedráticos de Madrid Jiménez Asúa y García del Real se les abrió expediente administrativo. Instalado ya en la pensión de Puerto Cabra se trasladó a París, adonde llegó el 21 de julio. Allí lo acogieron, entre otros, Eduardo Ortega y Gasset, Alfonso Reyes y Crawford Flitch. En agosto de 1925 decidió acercarse a España y se instaló en Hendaya.
En su refugio de Hendaya recibió Unamuno las visitas de escritores como Jules Supervielle y el conde de Keyserling. Corrió la voz de que Unamuno figuraba entre los candidatos a recibir el Premio Nobel de Literatura, y el gobierno español hizo saber al de Suecia que el escritor vasco era considerado “un factor de desorden”. En diciembre de 1929 se produjo la caída de Primo de Rivera. El 9 de febrero de 1930, Unamuno cruzó la frontera de Hendaya y pisó tierra española después de seis años de ausencia. El 11 de febrero llegó a Bilbao. La entrada en Salamanca al día siguiente, en un automóvil se produjo entre las aclamaciones de la multitud. Unamuno se encaminó directamente a casa para saludar a su familia y luego, desde el balcón, dirigió algunas palabras a los miles de personas que abarrotaban la calle, a quienes recordó que se había cumplido la promesa que hizo seis años antes en la estación, cuando partía hacia el destierro: “Volveré, no con mi libertad, que nada importa, sino con la vuestra”. El advenimiento de la República en 1931 volvió a colocar a Unamuno en un lugar destacado de la vida pública: el 12 de abril fue elegido concejal de Salamanca por la coalición republicano-socialista, y dos días después fue el encargado de proclamar la República desde el balcón del Ayuntamiento. 


El 18 de abril, el claustro universitario lo eligió nuevamente rector; el 27 del mismo mes recibió el nombramiento de presidente del Consejo de Instrucción Pública, y el 28 de junio fue elegido diputado de las nuevas Cortes Constituyentes. El día 1 de octubre de 1931, Unamuno inauguró, en su calidad de rector, el nuevo curso académico, y lo hizo “en nombre de Su Majestad España, una, soberana y universal”. A comienzos de 1932 murió su hermana María, y en noviembre Unamuno rompió con el diario El Sol y pasó a colaborar en Ahora. El 14 de diciembre la Real Academia Española eligió a Unamuno miembro de número. 1931 fue el año del fallecimiento de su mujer, Concha. En 1934 se produjo la jubilación oficial. Al acto de homenaje asistió el presidente de la República y Unamuno pronunció su última lección. Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República, había dejado firmado un decreto por el que se nombraba a Unamuno rector perpetuo de la Universidad y se creó una cátedra con su nombre. Se inauguró el busto de Unamuno, hecho por el escultor Victorio Macho en Hendaya, que preside la escalinata del palacio de Anaya. A raíz de la Revolución de Asturias y el restablecimiento de la pena de muerte, Unamuno vio cómo el 18 de octubre se prohibía la publicación de un artículo. El 10 de febrero de 1935 asistió en Salamanca a un mitin de Falange Española, cuyo fundador, José Antonio Primo de Rivera, lo había visitado antes en su despacho. A finales del mismo mes viajó a Inglaterra para recibir el doctorado honoris causa que le concedió la Universidad de Oxford. El 10 de abril Unamuno acudió a París, con Blas Cabrera, Ortega y Gasset y otras personalidades, para asistir a la inauguración del Colegio de España, donde pronunció una conferencia sobre Quevedo. Pocos días más tarde, el 13 de abril, un decreto presidencial nombró a Unamuno ciudadano de honor de la República. En 1936, poco después de estallar la rebelión militar del 18 de julio, Unamuno efectuó a un corresponsal de la agencia International News unas declaraciones críticas contra el gobierno de Azaña. Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Esto provoca la derogación, el 22 de agosto de 1936, del decreto por el que, dos años antes, se había nombrado a Unamuno rector perpetuo de Salamanca. Desde la sede del Gobierno provisional de los sublevados en Burgos y a manera de réplica, el general Cabanellas firmó el 1 de septiembre otro decreto para confirmar a Unamuno en todos sus cargos. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. Mientras, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra.

La deriva sangrienta del conflicto y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros provoca que Unamuno empiece a cuestionar su postura inicial y a sopesar sus principios. Cuando Franco traslada su cuartel a Salamanca y es nombrado Jefe del Estado en la zona nacional, Unamuno acude a su Palacio, decidido a hacerle una petición. Ocho días antes del incidente de la Universidad denunció directamente ante el dictador los desmanes del bando nacional. Miguel de Unamuno se reunió con el general Franco el día 4 de octubre de 1936 en el Palacio Episcopal de Salamanca. Unamuno le recrimina a Franco: "No se trata de conquistar; hay una diferencia entre conquistar y convertir"
Unamuno, que en principio veía con simpatía el hecho de que las fuerzas militares tratasen de poner orden en la anarquía reinante sin pronunciarse por ello expresamente contra la República, reaccionó pronto ante la ola represiva de condenas y fusilamientos que se desató en Salamanca apenas instaladas en la ciudad las fuerzas rebeldes. El día 12 de octubre, en el acto literario celebrado en el Paraninfo de la Universidad, Unamuno intervino para declarar que “La nuestra es una guerra incivil” y que “Primero hay que persuadir porque vencer no es convencer”, junto a otras observaciones que exasperaron al general Millán Astray y a otros jefes militares y desencadenaron actitudes amenazadoras. Unamuno tuvo que salir del recinto acompañado por la esposa del general Franco. A raíz del incidente, el claustro universitario pidió la destitución de Unamuno como rector, y, por decreto de 22 de octubre, las nuevas autoridades nombraron a Esteban Madruga. Unamuno permaneció recluido en su domicilio, donde aún recibió algunas visitas, y murió el 31 de diciembre.


Comentario:
Miguel de Unamuno se reunió con el general Franco el día 4 de octubre de 1936 en el Palacio Episcopal de Salamanca. Apenas cuatro días antes, el 30 de septiembre, el Boletín Oficial de la Junta de Defensa de España había publicado el nombramiento de Francisco Franco como Generalísimo de los Ejércitos y Jefe del Gobierno del Estado.
"La entrevista fue publicada en enero de 1937 en el número 52 de la revista: “Esprit: revue International”. "Fue realizada el 5 de noviembre del 36 por un periodista que trabajaba para el grupo de prensa católica belga Ven l'Avenir, seguramente Maurice Tock, y acabó publicada sin firma en la revista Esprit porque Unamuno era un referente en el pensamiento cristiano y humanista de aquella época en Europa", nos aclara el autor del libro.
"He lanzado un grito de alarma -dice Miguel de Unamuno-. He sido también el primero en proclamar que era necesario salvar la libertad de España.
Se cometen crímenes, venganzas, ejecuciones sumarias, no aquí en Salamanca, sino en Valladolid, por ejemplo, y en los pueblos apartados donde reina la fuerza y la arbitrariedad.
Esto es inadmisible. He sugerido a Franco que debía hacer reinar el orden en todas partes. No se trata de conquistar; hay una diferencia entre conquistar y convertir.
El libro de Severiano Delgado lleva como subtítulo "El acto del 12 de octubre de 1936 en el paraninfo de la Universidad de Salamanca" La estructura del libro se sostiene sobre las 15 entrevistas concedidas por Unamuno a diferentes periodistas, entre el 6 de agosto y el 26 de diciembre de 1936.
Basándose en nuevos documentos, Delgado refuerza su tesis de que fue Luis Portillo, joven profesor de Salamanca que participó en la guerra en el bando republicano y posteriormente se exilió a Londres, quien creo el mito del brutal enfrentamiento dialéctico entre Unamuno y Millán Astray. Según su investigación la realidad de lo ocurrido nada tiene que ver con lo que ha llegado al imaginario popular: "Luis Portillo construyó su relato literario sin haber estado ahí. Unamuno no contestó a Millán Astray. Anunció, al principio del acto, que lo presidía en representación de Franco (su mujer estaba sentada a su lado). Unamuno tomó la palabra para contestar un discurso previo del catedrático de Literatura Francisco Maldonado que había identificado a Cataluña y el País Vasco con la "antiespaña". Eso era algo que Unamuno no podía soportar.
Para él hablar de lo "antiespañol" o la "antiespaña" era algo inadmisible que había combatido toda su vida. Él tenía un concepto universal de lo español enlazado con el idioma. Y utilizó el ejemplo de lo ocurrido con José Rizal (fusilado injustamente por los españoles y posterior héroe de la independencia de Filipinas). Fue la referencia a José Rizal lo que hizo saltar a Millán Astray que lanzó el grito "Mueran los intelectuales traidores" porque él había combatido en la guerra de Filipinas contra los autoproclamados seguidores de Rizal". Según lo recordado por Millán Astray él, después de pedir hablar, advirtió con unas breves palabras a los jóvenes soldados para que no fuesen embaucados "por intelectuales que hacían juegos malabares con las palabras".
Para Delgado, el discurso que Luis Portillo puso en la boca de Unamuno como respuesta a una supuesta intervención anterior de Millán Astray, es una invención literaria de arriba abajo. "Ni viva la muerte, ni gritos de rigor, ni venceréis pero no convenceréis, ni retratos de Franco... Nada de eso ocurrió. Unamuno tomó la palabra y de una manera muy didáctica intentó explicar por qué vencer no era convencer y conquistar no podía ser convertir. Hace unos días se lo había explicado también a Franco. Denunció con claridad los excesos de la guerra a la que calificó como "incivil" y específicamente las barbaridades que se estaban cometiendo en la zona nacional y, especialmente, la actitud de las mujeres que acudían a los fusilamientos entre rezos y rosarios".
La fabricación de la leyenda que ha llegado hasta nuestros días, incluso reproducida en el cine a través de la película de Amenabar Mientras dure la guerra, queda perfectamente documentada con la reproducción por parte de Severiano Delgado de un sinfín de documentación. Entre ellos la primera página de dos documentos desconocidos: la nota de prensa de la Oficina de Propaganda del Gobierno de la República (probablemente redactada por Luis Portillo), y una copia mecanografiada de "Unamuno`s Last Lecture" (el artículo que Luis Portillo publicó en la revista Horizon en 1941 y que fue la fuente en la que bebió Hugh Thomas en su primera investigación sobre la Guerra Civil en 1961) sin firma ni fecha encontrada en la Universidad de Puerto Rico.

viernes, 14 de noviembre de 2025

DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y CAÍDA DE ALFONSO XIII

Durante el transcusrso de la Gran Guerra, (1914-1918), aunque España era nuetral, el clima social, político y la economía influyó negativamente. En el exterior se veía a España como un país imposible de gobernar. En 1920 hubo 1.060 huelgas. Los anarquistas reconocieron la revolución rusa de 1917 como la oportunidad esperada para terminar con el capitalismo. Esto forzó la división del PSOE y en el ala más izquierda se independizó con el nombre de Partido Comunista de España. La guerra del Rif, nunca solucionada desde 1909, terminó con el Desastre Annual de 1921,con cerca de 20.000 soldados muertos, lo que propició muchas reticencias del pueblo hacia el ejército y el rey.
Y apareció un militar en septiembre de 1923, el general Primo de Rivera da un golpe de estado que durará hasta 1930. Se propuso poner orden social y asegurar la unidad de España, pero sin un programa político. 

Miguel primo de Rivera
Entre los tantos a su favor se cuentan la construcción y equipamiento de nuevas escuelas, el respeto a la huelga y los sindicatos libres, la jubilación pagada para cuatro millones de trabajadores, la jornada laboral de ocho horas, que hay que decir que fuimos los primeros del mundo en adoptarla, una sanidad nacional razonable, lazos estrechos con Hispanoamérica, las exposiciones internacionales de Barcelona y Sevilla, la concesión de monopolios como teléfonos y combustibles a empresas privadas (Telefónica, Campsa), y una inversión en obras públicas, sin precedentes en nuestra historia, que modernizó de forma espectacular reservas de agua, regadíos y redes de transporte.  Promulgó la ley del sufragio femenino en 1924. Se concedió el voto a las mujeres solteras y viudas mayores de edad para las elecciones municipales, que incluso en las elecciones de 1931 pudieron ejercer su derecho al voto.
Pero el pueblo y la Iglesia, sobre todo, seguían en su letanía. El nacionalismo catalán jugaba fuerte para conseguir una autonomía propia.
La represión de Primo de Rivera se centró especialmente en intelectuales y periodistas, la crítica de la dictadura. Blasco Ibáñez, Unamuno, Ortega y Gasset, entre muchos, tomaron partido contra él. Y Alfonso XIII comenzó a distanciarse tímidamente.
Cuando el rey dejó caer a Primo de Rivera, la monarquía parlamentaria estaba muerta. Tras el fracaso de la dictadura de Primo de Rivera, unos se inclinaban por soluciones autoritarias conservadoras, y otros, menos, pero bastantes, por soluciones autoritarias desde la izquierda. Siempre hubo republicanos de izquierdas y de derechas.

Rey Alfonso XIII
Las ideas nacionalistas vasca y catalana complicaban el gobierno.
En enero de 1930 se preparaba en Andalucía una conspiración para el día 28 de la que estarían al tanto Diego Martínez Barrio, Miguel Maura, Carlos de Borbón. Iba a ser dirigida por el general Goded, gobernador militar de Cádiz. No llegó a suceder, pues Primo de Rivera terminó dimitiendo el 28 de enero, y se exilió en París.
El monarca asignó el gobierno al general Dámaso Berenguer, dando paso al periodo conocido como la “Dictablanda” (1930-1931) un régimen más permisivo que el anterior. Su objetivo era volver a aplicar la Constitución de 1876 y evitar cualquier enfrentamiento y desbordamiento social. Pero por una parte estaban lo socialistas y anarquistas y por otra el creciente número de partidarios del naciente partido Alianza Republicana (1926) respaldado por intelectuales, estudiantes y algunos miembros de ejército y por Acción Republicana (1925) liderada por Azaña, cada cual con deseos de cambio absoluto. Además del creciente protagonismo del nacionalismo, tanto catalán como vasco. 
Y así es como aparece el 17 de agosto de 1930 el “Pacto de San Sebastián”, un encuentro entre los diferentes partidos políticos republicanos para poner fin a la monarquía y acabar con la dictadura militar de Berenguer, que había recibido el apoyo del rey.

Miembros del Pacto de San Sebastián 
El casino de la ciudad vasca fue el lugar elegido para la reunión de los precursores de la Segunda república. Entre ese grupo de políticos destacaban figuras tan relevantes como Alejandro Lerroux, Miguel Maura, Manuel Azaña e Indalecio Prieto. Aunque no estuvieron en ese encuentro, unos meses más tarde la UGT y el PSOE también se sumaron al pacto. La única formación que no acudió a San Sebastián fue el Partido Federal Español, que estaba en reconstrucción. En el Pacto de San Sebastián es donde se encuentran las ideologías que marcarán la futura República Española. El plan era conseguir unas elecciones que sirviesen para crear unas Cortes que elaborasen una nueva Constitución ya republicana. Hubo unos principios de acuerdo entre los partidos. Entre las decisiones que se tomaron fue la de crear un Estatuto de Autonomía para Cataluña y abrir el camino a que otras regiones de España pudiesen hacer lo mismo. También se acordó promover una huelga general en diciembre para forzar la caída del sistema monárquico. El gobierno fue desestabilizado por un grupo de militares tras el levantamiento de Jaca en diciembre de 1930, que fracasó y luego sus cabecillas fueron fusilados convirtiéndose en héroes para los partidarios de la República.
El general Berenguer, antes de ceder el poder al almirante Juan Bautista Aznar, con buenas intenciones decidió aplazar las elecciones previstas y en su lugar convocó elecciones municipales para abril de 1931. El gobierno de Berenguer había iniciado su singladura con el objetivo de retornar a la Corona su discutida autoridad moral. Legaliza partidos y sindicatos, pero es inútil, Berenguer constata su soledad política.. Berenguer dimite en febrero de 1931 y el declinar de la monarquía es imparable. Se constituye un gobierno de concentración nacional presidido por Juan B. Aznar, un militar. A este gobierno agonizante sólo le da tiempo a convocar elecciones municipales, las primeras en España, la fecha es el 12 de abril de 1931.
En los resultados, si bien las opciones monárquicas obtienen más votos, los partidos republicanos son los que consiguen más concejales, 34.368 frente a los 19.035 de los monárquicos. Es sin duda el advenimiento de la República. Alfonso XIII tenía las horas contadas.

Juan Bautista Aznar 
Realmente ya se sabía que las elecciones municipales eran realmente un referéndum, no sobre los ayuntamientos sino sobre monarquía o república.
En Eibar la población se echa a la calle proclamando la República. 
Ese mismo día 14 de abril, el rey emprende un viaje a Francia, sin retorno.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

BÁRBAROS EN HISPANIA

El Emperador romano, Teodosio el Grande  que nació en Hispania, en la ciudad de Cauca, la actual Coca en el año 347 d.C., se convierte máximo dirigente del Imperio Romano en el año 378 y toma dos importantes decisiones. Por un lado declara al Cristianismo como la nueva religión del Imperio, de esta forma la iglesia cristiana llegó a desempeñar importantes cargos administrativos.
Por otro lado decide hacer un pacto con los Godos y les ofrece territorios dentro del Imperio a cambio de que sirvan en las legiones romanas.
Teodosio reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano.

TEODOSIO EL GRANDE 
Las invasiones germánicas en la península ibérica (o invasiones bárbaras) surgen en el siglo V, en el contexto de las grandes migraciones que alteraron la distribución de los pueblos en Europa y precipitaron el final del Imperio romano de Occidente. La península ibérica, en particular, sufrió la ruptura de la organización política y administrativa que el Imperio romano había adoptado, en las distintas provincias en que se dividía administrativamente Hispania.
Teodosio trasladó la corte a Constantinopla en el año 380. En este momento, el Imperio Romano se hallaba en una situación novedosa, los dos emperadores eran católicos.
Teodosio convocó el primer concilio de Constantinopla en el año 381, donde el arrianismo fue condenado. Endureció las penas contra los herejes.
Bajo los emperadores Graciano y Teodosio el Grande los ciudadanos romanos se convirtieron en masa al cristianismo. Muchos tal vez sólo para evitar perjuicios, pero los hijos de estos conversos por conveniencia recibieron una educación cristiana.
Algunos arrianos se hicieron católicos, otros adoptaron otras religiones menos perseguidas, especialmente el maniqueísmo, y otros decidieron abandonar el Imperio y predicar el arrianismo entre los germanos.
A medida que los bárbaros germanos entraban en contacto con la civilización fueron aceptando también el cristianismo, pero lo hicieron en la versión arriana, en parte porque eso les daba una excusa para seguir considerando a los romanos como enemigos.
Después de la muerte de Valentiniano II en el año 392, Graciano renunció al control de las provincias ilirias y se retiró a Tréveris en la Galia para dejar que Teodosio actuara sin estorbos. Los romanos presentan una gran debilidad tras la derrota de Adrianópolis y como solución buscan el reclutamiento de los bárbaros para luchar contra otros bárbaros.
Teodosio gobernó como emperador único de todo el Imperio Romano. Nombra co-augusto para Occidente a su hijo menor Honorio. Reunifica bajo su mando, en el año 394, a todo el Imperio romano y siendo por ello el último emperador en gobernar la totalidad del Imperio.

CONSTANTINOPLA 
Los godos y sus aliados, vándalos, taifalae, bastarnos y los nativos carpianos, afianzados en las provincias de Dacia, Panonia inferior y oriental absorbieron la atención de Teodosio. Pactó finalmente con los godos y los dejó asentarse al sur del río Danubio como un reino independiente con la condición de que custodiasen la frontera. Los tratados finales con el resto de las fuerzas godas, firmados en  octubre del 382, permitieron a amplios contingentes de godos, principalmente tervingios establecerse a lo largo de la frontera del río Danubio en su zona meridional en la provincia de Tracia.
Después de la muerte de Graciano en el año 383, el interés de Teodosio se centró en el Imperio Romano de Occidente. Teodosio favoreció el alistamiento de godos y otros bárbaros en las legiones romanas. Convirtió en generales a un buen número de ellos. Los godos entonces tuvieron obligaciones militares de luchar por los romanos como un contingente nacional, en lugar de integrarse completamente en las fuerzas romanas. Las legiones de Britania eligieron emperador a su general, Magno Clemente Máximo, quien se adueñó de la Galia en el año 383, y mató a Graciano. Teodosio nombró Augusto a su hijo menor Flavio Honorio en el año 393, que sólo contaba con nueve años de edad y le otorgó el gobierno del Imperio Romano de Occidente.  Teodosio se encontraba todavía en Milán en el año 395, cuando cayó enfermo y murió poco después.


VÁNDALOS, SUEVOS y ALANOS
en el 409 llegaron a Hispania varias oleadas de  estos pueblos germánicos, denominados (étnicamente iranios), que habían sido violentamente desposeídos de sus tierras por las invasiones hunas y que, después de esa expulsión, habían vagado por Europa hacia occidente en busca de nuevas tierras donde instalarse. Los alanos eran oriundos de la región del Cáucaso, los vándalos eran de origen escandinavo; los suevos, también germánicos, estaban emparentados con los anglos y los sajones que en ese tiempo se instalaron en Inglaterra.
Aunque los romanos reconocieron los hechos, llegando a acuerdos para el asentamiento de estos pueblos en distintas zonas de Hispania, los suevos fueron los únicos que alcanzaron una mayor estabilidad y se organizaron políticamente. Crearon un reino que abarcaba Galicia y la zona norte del actual Portugal, con capital en Braga. El reino se expandió luego hacia el sur del Duero.
Mientras en Roma, Constantino III se hizo proclamar emperador desafiando a Honorio, que había heredado los derechos tras la muerte de su padre, Teodosio. Constantino III se hizo con la Galia y Hispania. A pesar del éxito conseguido cometió dos errores importantes, que provocaron el descontento entre los hispanos: por una parte, saqueó indiscriminadamente algunas zonas conquistadas, y por otra, encargó la defensa de los Pirineos occidentales a sus tropas, rompiendo así la tradición de confiarla a las tropas locales. El general romano Geroncio, se subleva contra su emperador. Geroncio concedió a las tropas bárbaras el derecho a saquear los campos palatinos y el deber de proteger los pasos de los pirineos. Realizó un pacto con los bárbaros que se habían instalado en el sur de la provincia de Aquitania para que atravesaran los Pirineos y entraran en Hispania. Así llegaron los Godos, Suevos, Vándalos y Alanos a Hispania. A los Alanos les concedió las provincias de Lusitania y la Carthaginensis, los Vándalos recibieron la Bética, los Suevos ocuparon la actual Callaecia y los Godos controlaban la Tarraconensis, Pretendía que le ayudaran en la lucha contra Constantino III. Una vez en Hispania, siempre por medio de pactos, les permitió la libre circulación y el asentamiento en las zonas dominadas.
Geroncio se dirigió hacia el sur de Galia para finiquitar a Constantino III. Sitió a la ciudad de Arles, donde se encontraba Constantino III y también el general Honorio.

MONEDA DE CONSTANTINO III 
Honorio solicitó la ayuda de quienes habían arrasado Roma: los visigodos, que a la sazón se hallaban decidiendo qué rumbo tomar tras la muerte de su primer gran rey, Alarico.
El poder legítimo de Roma volvía a imponerse en la península, pero sólo en una mínima parte, la franja costera de la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos, usurpadores, que se lo habían servido en bandeja. Los visigodos, tras esta primera incursión en Hispania, regresaron al sur de la Galia. Volverían pocos años después para instalarse definitivamente.

PACTOS DE LA MONCLOA- 1977

Adolfo Suárez, presidente del gobierno, había sostenido conversaciones con Felipe González y Santiago Carrillo, después de constituirse las ...