miércoles, 12 de noviembre de 2025

BÁRBAROS EN HISPANIA

El Emperador romano, Teodosio el Grande  que nació en Hispania, en la ciudad de Cauca, la actual Coca en el año 347 d.C., se convierte máximo dirigente del Imperio Romano en el año 378 y toma dos importantes decisiones. Por un lado declara al Cristianismo como la nueva religión del Imperio, de esta forma la iglesia cristiana llegó a desempeñar importantes cargos administrativos.
Por otro lado decide hacer un pacto con los Godos y les ofrece territorios dentro del Imperio a cambio de que sirvan en las legiones romanas.
Teodosio reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano.

TEODOSIO EL GRANDE 
Las invasiones germánicas en la península ibérica (o invasiones bárbaras) surgen en el siglo V, en el contexto de las grandes migraciones que alteraron la distribución de los pueblos en Europa y precipitaron el final del Imperio romano de Occidente. La península ibérica, en particular, sufrió la ruptura de la organización política y administrativa que el Imperio romano había adoptado, en las distintas provincias en que se dividía administrativamente Hispania.
Teodosio trasladó la corte a Constantinopla en el año 380. En este momento, el Imperio Romano se hallaba en una situación novedosa, los dos emperadores eran católicos.
Teodosio convocó el primer concilio de Constantinopla en el año 381, donde el arrianismo fue condenado. Endureció las penas contra los herejes.
Bajo los emperadores Graciano y Teodosio el Grande los ciudadanos romanos se convirtieron en masa al cristianismo. Muchos tal vez sólo para evitar perjuicios, pero los hijos de estos conversos por conveniencia recibieron una educación cristiana.
Algunos arrianos se hicieron católicos, otros adoptaron otras religiones menos perseguidas, especialmente el maniqueísmo, y otros decidieron abandonar el Imperio y predicar el arrianismo entre los germanos.
A medida que los bárbaros germanos entraban en contacto con la civilización fueron aceptando también el cristianismo, pero lo hicieron en la versión arriana, en parte porque eso les daba una excusa para seguir considerando a los romanos como enemigos.
Después de la muerte de Valentiniano II en el año 392, Graciano renunció al control de las provincias ilirias y se retiró a Tréveris en la Galia para dejar que Teodosio actuara sin estorbos. Los romanos presentan una gran debilidad tras la derrota de Adrianópolis y como solución buscan el reclutamiento de los bárbaros para luchar contra otros bárbaros.
Teodosio gobernó como emperador único de todo el Imperio Romano. Nombra co-augusto para Occidente a su hijo menor Honorio. Reunifica bajo su mando, en el año 394, a todo el Imperio romano y siendo por ello el último emperador en gobernar la totalidad del Imperio.

CONSTANTINOPLA 
Los godos y sus aliados, vándalos, taifalae, bastarnos y los nativos carpianos, afianzados en las provincias de Dacia, Panonia inferior y oriental absorbieron la atención de Teodosio. Pactó finalmente con los godos y los dejó asentarse al sur del río Danubio como un reino independiente con la condición de que custodiasen la frontera. Los tratados finales con el resto de las fuerzas godas, firmados en  octubre del 382, permitieron a amplios contingentes de godos, principalmente tervingios establecerse a lo largo de la frontera del río Danubio en su zona meridional en la provincia de Tracia.
Después de la muerte de Graciano en el año 383, el interés de Teodosio se centró en el Imperio Romano de Occidente. Teodosio favoreció el alistamiento de godos y otros bárbaros en las legiones romanas. Convirtió en generales a un buen número de ellos. Los godos entonces tuvieron obligaciones militares de luchar por los romanos como un contingente nacional, en lugar de integrarse completamente en las fuerzas romanas. Las legiones de Britania eligieron emperador a su general, Magno Clemente Máximo, quien se adueñó de la Galia en el año 383, y mató a Graciano. Teodosio nombró Augusto a su hijo menor Flavio Honorio en el año 393, que sólo contaba con nueve años de edad y le otorgó el gobierno del Imperio Romano de Occidente.  Teodosio se encontraba todavía en Milán en el año 395, cuando cayó enfermo y murió poco después.


VÁNDALOS, SUEVOS y ALANOS
en el 409 llegaron a Hispania varias oleadas de  estos pueblos germánicos, denominados (étnicamente iranios), que habían sido violentamente desposeídos de sus tierras por las invasiones hunas y que, después de esa expulsión, habían vagado por Europa hacia occidente en busca de nuevas tierras donde instalarse. Los alanos eran oriundos de la región del Cáucaso, los vándalos eran de origen escandinavo; los suevos, también germánicos, estaban emparentados con los anglos y los sajones que en ese tiempo se instalaron en Inglaterra.
Aunque los romanos reconocieron los hechos, llegando a acuerdos para el asentamiento de estos pueblos en distintas zonas de Hispania, los suevos fueron los únicos que alcanzaron una mayor estabilidad y se organizaron políticamente. Crearon un reino que abarcaba Galicia y la zona norte del actual Portugal, con capital en Braga. El reino se expandió luego hacia el sur del Duero.
Mientras en Roma, Constantino III se hizo proclamar emperador desafiando a Honorio, que había heredado los derechos tras la muerte de su padre, Teodosio. Constantino III se hizo con la Galia y Hispania. A pesar del éxito conseguido cometió dos errores importantes, que provocaron el descontento entre los hispanos: por una parte, saqueó indiscriminadamente algunas zonas conquistadas, y por otra, encargó la defensa de los Pirineos occidentales a sus tropas, rompiendo así la tradición de confiarla a las tropas locales. El general romano Geroncio, se subleva contra su emperador. Geroncio concedió a las tropas bárbaras el derecho a saquear los campos palatinos y el deber de proteger los pasos de los pirineos. Realizó un pacto con los bárbaros que se habían instalado en el sur de la provincia de Aquitania para que atravesaran los Pirineos y entraran en Hispania. Así llegaron los Godos, Suevos, Vándalos y Alanos a Hispania. A los Alanos les concedió las provincias de Lusitania y la Carthaginensis, los Vándalos recibieron la Bética, los Suevos ocuparon la actual Callaecia y los Godos controlaban la Tarraconensis, Pretendía que le ayudaran en la lucha contra Constantino III. Una vez en Hispania, siempre por medio de pactos, les permitió la libre circulación y el asentamiento en las zonas dominadas.
Geroncio se dirigió hacia el sur de Galia para finiquitar a Constantino III. Sitió a la ciudad de Arles, donde se encontraba Constantino III y también el general Honorio.

MONEDA DE CONSTANTINO III 
Honorio solicitó la ayuda de quienes habían arrasado Roma: los visigodos, que a la sazón se hallaban decidiendo qué rumbo tomar tras la muerte de su primer gran rey, Alarico.
El poder legítimo de Roma volvía a imponerse en la península, pero sólo en una mínima parte, la franja costera de la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos, usurpadores, que se lo habían servido en bandeja. Los visigodos, tras esta primera incursión en Hispania, regresaron al sur de la Galia. Volverían pocos años después para instalarse definitivamente.

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