sábado, 12 de septiembre de 2020

CAUSAS DE LA DECADENCIA DE LA POBLACIÓN IINDIGENA AMERICANA

Según María Luisa Laviana Cuetos, doctora en Geografía e Historia de América, por la Universidad de Sevilla, Científica Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, nos dice; “No sabemos con exactitud cuánta población existía a la llegada de los españoles a América, pero sí sabemos por qué disminuyó la población indígena, aunque tampoco sea posible valorar con precisión lo que cada una de las causas conocidas representa en el fenómeno global. De la amplia gama de causas que usualmente se mencionan, citaremos sólo tres de las más significativas: primera, la violencia española, segunda, el "desgano vital" indígena y tercera, las epidemias. La primera de ellas, la violencia o brutalidad de los españoles, tanto en la conquista como en la colonización, ha sido, desde Bartolomé de Las Casas, uno de los argumentos más repetidos como explicación del fenómeno, siendo la base de las conocidas teorías homiciditas y del genocidio. Sin duda la conquista fue extremadamente violenta y ocasionó una gran mortandad indígena, aunque no hasta el punto de provocar una contracción tan profunda y duradera en unos pueblos ya de antiguo acostumbrados a guerrear entre sí.
La segunda, el “desgano vital”, cabe decir sobre la explotación laboral (incluyendo malos tratos, trabajos excesivos, desplazamientos de población), que siendo evidente y cierta, no proporciona una explicación suficiente del hundimiento poblacional, sobre todo para los pueblos mesoamericanos y andinos, acostumbrados también a enormes esfuerzos y trabajos. La colonización obligó a los indígenas a un reacondicionamiento económico y social (Nicolás Sánchez Albornoz) que agravó el derrumbe demográfico iniciado por las guerras de conquista. El impacto psicológico causado en los indios por su derrota y dominación (con la consiguiente anulación de todo su sistema de vida y creencias) es un factor muy importante aunque muy difícil de evaluar. Se refleja en el llamado desgano vital, pronto traducido en suicidios, y en la reducción de la capacidad reproductiva indígena. A la mortalidad causada por la violencia, desnutrición, agotamiento, se suma la caída de la fertilidad, impidiéndose así una pronta recuperación demográfica. La contraconcepción, el aborto y el infanticidio no son más que prácticas defensivas derivadas de la condición de sometimiento y explotación. La tercera causa es que sobre esta población anímicamente deprimida y físicamente agotada se cebaron además las enfermedades epidémicas, que resultaron así una de las principales causas de la catástrofe, o la principal causa, según muchos autores. El aislamiento americano había mantenido a sus habitantes en condiciones relativamente salubres y también completamente indefensos ante la repentina invasión de gérmenes europeos, que se reprodujeron entre ellos a gran velocidad. Incluso enfermedades benignas para los adultos blancos, como sarampión, tos ferina o gripe, resultaban letales para los indígenas, y más aún lo eran otras como la viruela, el tifus o la peste bubónica que también causaban estragos en Europa; o enfermedades africanas como la fiebre amarilla y la malaria, que se harán endémicas en el Nuevo Mundo. Y si las epidemias fueron un poderoso aliado en la conquista, incluso precediendo a la presencia física de los españoles (el inca Huayna Capac murió de viruela años antes de la llegada de Pizarro), los sucesivos y reiterados brotes a lo largo de los siglos XVI y XVII, frecuentemente asociados a hambrunas, explican la perduración del derrumbe demográfico indígena.” El mejor resumen de todo esto lo hizo el virrey de Perú, marqués de Castelfuerte, en 1736: "Las causas de la decadencia de la población de las Indias son varias, y aunque todos los que han tratado y hablan de ellas ponen el principal origen de la ruina en... el trabajo de las minas, y aunque no dudo que este trabajo, el de los obrajes y otros concurren poderosamente al decaimiento, sin embargo, la universal que aun sin estas causas ha ido a extinguir esta nación es la inevitable de su preciso estado, que es la de ser regida por otra dominante, como ha sucedido en todos los imperios". Algunos autores sostienen que había en América cuatro millones de indígenas y otros 20 cuando se produjo el descubrimiento. Pero esas cifras no tienen base histórica porque no había censo alguno. Lo que sí se sabe es que cuando llegaron los españoles hubo epidemias devastadoras (como el sarampión) que se pudieron controlar más gracias a que se desarrolló una política activa de control de epidemias, lo que evidencia que el Imperio se preocupaba por la salud de los indígenas. El crecimiento de la población en Iberoamérica fue espectacular. México capital tiene en el año 1621, Siete mil setecientas casas y en 1650, Treinta mil. Y Lima tiene en 1619 Veinticinco mil, y en 1687, ochenta mil. Y según el Archivo de Indias, hasta el año 1700 sólo viajaron a América unos 200.000 españoles. Así que tuvieron que ser los indios o mestizos los habitantes. Los frailes que habían ido solo a evangelizar, los “Dominicos”, no soportaban la injusticia con que se trataba a los indios. En 1508 fundaron la primera iglesia y poco después se rebelaron contra los españoles que extorsionaban con su trabajo a los indígenas. Su rebelión llegó a España y a Europa entera y se planteó una disputa. ¿Eran los indios hermanos o eran bestias similares a los bárbaros medievales? Finalmente se dictaminó que si abrazaban la fe cristiana y sucumbían como súbditos de la corona serían libres. Pero si se negaban o huían serían vendidos como esclavos o encarcelados. Esto se les comunicaba a los indios con toque de tambor y a voz en grito acompañados por soldados, era el sistema militar en uso con lo cual se asustaban y huían despavoridos. Las conductas de abusos a los indios fueron denunciadas como dijimos por Fray Bartolomé de las Casas. Exagerado en su exposición pero con el objetivo claro de protección cristiana a los indios y justicia para los culpables. Sus escritos circularon por Europa y comenzó la llamada “Leyenda negra”. El historiador norteamericano John Tate Lanning, denunció exageración en las atrocidades referidas por el fraile De Las Casas. Ya en el siglo XIX, Charles F. Lummis (1859-1928), historiador estadounidense que se propuso cubrir a pie 3.500 millas a lo largo de 143 días por el estado de Nuevo México y su pasión por el mundo indio y español; publicó su experiencia, en su obra “Los exploradores Españoles del Siglo XVI” y escribió: “Los españoles no solo fueron los primeros conquistadores del nuevo mundo, sino también sus primeros civilizadores. Ellos construyeron las primeras ciudades, las primeras imprentas y publicaron los primeros libros; escribieron los primeros diccionarios, historias y geografías y trajeron los primeros profesores y misioneros. Una de las cosas más asombrosas de los españoles, es el espíritu humanitario y progresivo que desde el principio hasta el fin caracterizó sus instituciones. Algunas historias han pintado a esa heroica nación como cruel para los indios; pero la verdad es que la conducta de España en este particular a nosotros debería avergonzarnos.”

BATALLA DE AYACUCHO

Ayacucho, 9 de diciembre de 1824 Es considerada la última batalla y desencadena el principio del fin del Imperio Español en América. En agos...