Las primeras grandes victorias
alemanas de 1940 en la II Guerra, dio un giro en la opinión política y militar en España, y
Franco, convencido de que Alemania ganaría la guerra, consideraba que de rebote
le ayudaría a recuperar Marruecos. Le escribió a Hitler para felicitarle y
recordarle que había sido España la que había iniciado una cruzada contra
enemigos comunes. A la vez que, haciendo gala de su cautela, explicaba las
carencias españolas para entrar en el conflicto. España se declaró no
beligerante. Franco ocupó Tánger para dar seguridad a la zona. Inglaterra lo
aceptó. Franco y Hitler se entrevistaron en Hendaya en octubre de 1940. El
deseo de Hitler fue contestado con la petición de grades cantidades de
alimentos, combustible y mucho material de guerra de todo tipo. Hitler prefirió
no desmantelar su imperio conseguido ya que iba a conseguir muy poco a cambio,
si acaso Gibraltar y poco más. Franco, hablando con Hitler, no dijo que no
entraría, pero no dijo cuándo podría hacerlo, ni cómo. Hitler despreciaba a
Franco y manifestó que prefería que le arrancasen varias muelas tener que negociar con él. De todas formas
Franco estaba en deuda con Alemania por la aportación de la legión Cóndor. Los
alemanes abandonaron sus pretensiones y se acercaron al este europeo.REUNIÓN EN HENDAYA FRANCO-HITLER
En el verano de 1941 se lanzó
la Operación Barbarroja, que fue la invasión de la Unión Soviética de Stalin
por parte de las tropas de Hitler, lo que consigue que Franco encuentre la
ocasión para saldar su deuda con Alemania, seguir siendo no beligerante, pues
no declara la guerra a la URSS y aprueba el envío de tropas de voluntarios, una
división, que sería la llamada División Azul. Lucharon en el frente ruso al
lado de los alemanes entre 1941 y 1943. La camisa azul de los falangistas dio
nombre a la división. La mandaron el general Muñoz Grande primero y Esteban
Infantes después. Fueron instruidos en Alemania antes de dirigirse al frente,
Nóvgorod primero y en el sitio de Leningrado después. - Franco culpaba a Rusia de los
sucesos revolucionarios de los años 30 que desembocaron en nuestra guerra. Se
movilizaron manifestaciones, de estudiantes, falangistas, etc. - El mando español estaría
compuesto por oficiales, pero los soldados, muchos no eran profesionales. Se
organizó una serie de oficinas de reclutamiento por el país y el éxito fue
grande. Aunque se realizó propaganda, se desbordaron las expectativas. Al
principio fueron militares con experiencia y muchos simpatizantes de la causa
falangista. Se les garantizaba un doble sueldo y las familias cobrarían un
subsidio, cartilla de racionamiento más amplia, etc.DIVISIÓN AZUL ESPAÑOLA
Las noticias que fueron
llegando con el tiempo del primer contingente sobre la dureza del invierno hizo
más difícil conseguir reemplazos. Opositores al régimen se alistaron para
obtener una “limpieza de antecedentes”.
Lo cierto y verdad es que
aquellos españoles no combatían ayudando a un régimen nazi directamente, sino
porque su idea era la de derrotar al comunismo en su propio país, ese comunismo
que había sembrado tanto odio y violencia en España.
Pero hay que saber que de los
republicanos españoles exiliados, los marinos republicanos, de los jóvenes
pilotos enviados para formarse en Moscú, de los comunistas resueltos a no dejar
las armas, salieron numerosos combatientes que se enfrentaron a la Wehrmacht
encuadrados en el ejército ruso, como guerrilleros tras las líneas enemigas o
como pilotos de caza. Centenares de irreductibles republicanos exiliados
lucharon y murieron así, en combate o ejecutados por los nazis, tras las líneas
enemigas a lo largo de todo el frente ruso, y también en Checoslovaquia,
Polonia, Yugoslavia y otros lugares de los Balcanes. Y en Rusia se dio,
también, una de esas amargas paradojas propias de nuestra Historia y nuestra
permanente guerra civil; porque en el frente de Leningrado volvieron a
enfrentarse españoles contra españoles. De una parte estaban los encuadrados en
las guerrillas y el ejército soviético, y de la otra, los combatientes de la
División Azul, la unidad de voluntarios españoles que Franco había enviado a
Rusia como parte de sus compromisos con la Alemania de Hitler. Y el caso es
que, aunque la causa que defendían era infame, también ellos pelearon en Rusia
con una dureza y un valor extremos, en un infierno de frío, nieve y hielo, en
el frente del Voljov, en la hazaña casi suicida del lago Ilmen (los 228
españoles de la Compañía de Esquiadores combatieron a 50º bajo cero, y al
terminar sólo quedaban 12 hombres en pie), en el frente de Leningrado o en
Krasny Bor, donde todo el frente alemán se hundió menos el sector donde, durante
el día más largo de sus vidas y muertes, 5.000 españoles pelearon como fieras,
a la desesperada, aguantando el ataque masivo de 44.000 soldados soviéticos y
100 carros de combate, con el resultado de una compañía aniquilada, varias
diezmadas, y otras pidiendo fuego artillero propio sobre sus posiciones, por
estar inundados de rusos con los que peleaban cuerpo a cuerpo. Obteniendo, en
fin, del propio Hitler este comentario: “Extraordinariamente duros para las
privaciones y ferozmente indisciplinados”. Y confirmando así, unos y otros,
rojos y azules, otra vez en nuestra triste historia, aquel viejo dicho medieval
que parece nuestra eterna maldición nacional de que somos buenos vasallos
cuando tenemos un buen señor.SITIO DE LENINGRADO-(españoles en ambos bandos)
La invasión de Rusia por
Alemania favoreció la colaboración entre ambos países.
Los hombres que se alistaron
voluntariamente, para ir a participar en la lucha contra la Unión Soviética,
junto al ejército alemán, lo tenían claro. No era para ayudar a Hitler, era
para luchar contra el comunismo, que era el gran peligro que amenazó a España
años atrás. Fueron casi 50.000 soldados, no todos profesionales los que
participaron en varias batallas. No voy a entrar en la ideología de si estuvo
bien o estuvo mal, solo en el hecho de aquellos hombres que fueron a pelear,
sufrir, morir congelados, ametrallados, en campos de concentración otros y
muchos heridos, amputados, etc. Casi 5.000 españoles murieron, cerca de 9.000
heridos. Los que fueron hechos prisioneros, muchos no pudieron sobrevivir al
cautiverio en los Gulag, campos de trabajo forzado. Los que fueron liberados lo
consiguieron diez años después, una vez muerto Stalin. Los que murieron en
combate se encuentran en un cementerio en Novgodod, en Rusia, pero muchos están
enterrados en el mismo sitio donde cayeron.
Es verdad que tuvieron que
jurar fidelidad a Hitler, pero exigieron que constase que lo hacían para
combatir al comunismo.