LA TRAICIÓN DE UN REY - Rafael José María Manuel Antonio del Riego, fue criado en un hogar donde se respiraba un ambiente ilustrado y donde las tertulias eran frecuentadas por los más destacados intelectuales asturianos, no seria ajeno a las ideas liberales, y forjaría su temperamento idealista. Seria testigo y formaría parte de los que participaron en el motín de Aranjuez patrocinado por el príncipe Fernando un 17 de marzo de 1808. En la Guerra de la Independencia, algunos españoles serán leales a los franceses y a las ideas liberales que traían, y otros se mantendrán fieles a Fernando VII aunque posteriormente decretarían en Cádiz una Constitución de orden liberal que, preservando el catolicismo y la figura del monarca español, traía consigo ciertas ideas de liberalismo político y económico tanto para España como para sus territorios en América. Esta sería la Constitución de 1812 que se convirtió en el hito democrático en la primera mitad el siglo XIX, transcendió a varias constituciones europeas e impactó en los orígenes constitucionales y parlamentarios de la mayor parte de los estados americanos durante y tras su independencia. Limitó el poder del monarca, la abolición del feudalismo, la igualdad entre peninsulares y americanos y finalizó la inquisición. Sin embargo, cuando los franceses son derrotados y Fernando VII llega a España en 1814, derogará la Constitución y tiene lugar la Restauración, es decir, el restablecimiento de la monarquía absoluta. Pero antes de esta Constitución, cuando ocurrió el alzamiento del 2 de mayo de 1808, Riego se encontraba en Aranjuez. Más adelante, en la batalla contra los franceses de Espinosa de los Monteros son vencidos y puede huir con su general herido, es capturado luego por el enemigo, Riego es conducido prisionero a los depósitos franceses. En su obligada estancia Riego se influye aún más de las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, e inició una relación con masones y otros prisioneros de diversas nacionalidades con lo que su espíritu se abría a las más opuestas ideologías. Durante cinco años vagó por los depósitos de prisioneros de Francia. Se fuga el 8 de enero de 1814, en la que logra cruzar la frontera con Suiza, de donde pasa a Alemania y unido a otros españoles embarcan en Rotterdam con rumbo a Plymounth (Gran Bretaña) donde había un depósito que regulaba los traslados a España. El 6 de febrero siguiente le otorgan la Medalla de oro de Sufrimiento por la Patria, creada el año anterior para premiar a los militares que hubiesen padecido cautiverio en Francia. Con la nueva llegada de Bonaparte desde la isla de Elba con ánimo de ocupar nuevamente el Trono, se apresta Riego para incorporarse a las tropas con las que las potencias europeas del momento formarían un frente común presentando un ejército aliado para su defensa. Por España el general en jefe sería nuevamente Castaños, que venció en la batalla de Bailén, el capitán del Riego se presentaría voluntario a formar en él. El 7 de junio de 1815 se le nombrará Adjunto al Estado Mayor de Castaños, sin embargo el rápido desenlace del acontecimiento le privaría de entrar en liza. En esos días los absolutistas o realistas, se enfrentaban cada día más encarnizadamente a los liberales, constitucionalistas, por considerar que estos hacían peligrar el futuro de la monarquía. De la mano de estos idealistas, auspiciados en casos por los miembros de la Francmasonería, tienen comienzo los movimientos con los que se intentaba realizar un nuevo ordenamiento civil. Los pronunciamientos de varios militares finalizan todos con la persecución de todos e incluso en algún caso con el ajusticiamiento. La esperada oportunidad parecía más propicia con motivo del movimiento de tropas que se realizaba para enviar tropas a las colonias de América. Con destino a engrosar el ejército de Buenos Aires, por tierras de Cádiz se reunía un Cuerpo Expedicionario compuesto por unos 22.000 hombres. Su Comandante en Jefe era el general Enrique O'Donell. En aquellas tierras andaluzas se hallaban oficiales y jefes, en su mayoría formando en las logias masónicas de la época. Antonio Alcalá Galiano también concurría a las reuniones que con aquella oficialidad, y gracias a su fácil verbo, se trazaban los renglones para atraer a otros jefes y así posibilitar el pronunciamiento de aquél Ejército.
BUSTO DE RIEGO EN OVIEDO