lunes, 11 de marzo de 2019

25- FELIPE V - (3) DECRETOS NUEVA PLANTA

A la muerte del emperador José I a quien sucede su hijo, el archiduque Carlos de Habsburgo, que sin renunciar al trono español hizo que la posibilidad de un emperador al estilo de aquel Carlos V de dos siglos antes, abrieran los temores de Europa y sobre todo Inglaterra. Era preferible que reinara el francés Felipe de Anjou en España. Por lo tanto, esto nos lleva al 11 de abril de 1713 en que se firmaba en Utrecht el primer tratado entre Francia, Gran Bretaña, Prusia, Portugal, el ducado de Saboya y las Provincias Unidas (aproximadamente la actual Bélgica). Como se ve, España queda excluida de este primer acuerdo. Bueno ya hemos hablado en el capítulo anterior de las condiciones, negativas para España, de este tratado. Sólo recordar la pérdida negociada de Gibraltar. Las tropas austriacas se marchan del principado de Cataluña en junio de 1713. A partir de ahí comienza una guerra que se prolongó durante casi catorce meses, concentrada en Barcelona y Cardona. El punto de inflexión será cuando las tropas felipistas rompan el sitio de Barcelona el de 1714. Mallorca, Ibiza y Formentera cayeron diez meses más tarde, el 11 de julio de 1715. Carlos de Habsburgo, se había marchado el 27 de septiembre de 1711 abandonando Barcelona para ser coronado emperador con el nombre de Carlos VI, pero había dejado a su mujer para determinar su influencia todavía. Recién el 19 de marzo de 1713 abandonaba Barcelona con toda solemnidad la emperatriz Isabel Cristina de Brunswick habiendo nombrado cuatro días antes capitán general de Cataluña a Starhenberg. Retiradas las tropas inglesas, las Cortes catalanas debían decidir si se entregaban a Felipe V, tal como habían pactado una semana antes los representantes imperiales y borbónicos en el Convenio de Hospitalet. La Diputación de Cataluña proclamó la resistencia. Pero la nobleza se opuso prestando obediencia a Felipe V. También el clero y las ciudades de Vich y Valls. Batalla de Almansa. 
Batalla de Almansa, por Ricardo Balaca. Siglo XIX.
No están del todo claras las razones para continuar la lucha contra el Borbón. La temporal unión con Francia no traía buen recuerdo. La postura antifelipista no tenía ningún sentimiento separatista a tenor de que habían luchado a favor del otro candidato, a Carlos de Habsbugo incluso lo habían hecho jurar antes las Cortes y proclamado como Carlos III para el conjunto del país. Se editó un folleto en el que se justificó seguir la lucha, no por defender la secesión sino un estado federal y por la lucha de la libertad de España. Felipe V sitió Barcelona a finales de julio de 1713, en las luchas por ambos bandos se cometieron atrocidades, quemados, torturados, etc. En abril de 1714 comenzó el bombardeo de Barcelona por la artillería borbónica que no pararía hasta su rendición, que se produciría el 11 de septiembre de 1714. Pero aquí es necesario aclarar unos puntos. Los Decretos de Nueva Planta que instauró Felipe V, (entre 1707 y 1716), por los cuales quedaron abolidas las leyes e instituciones propias del Reino de Valencia y del Reino de Aragón en junio de 1707, del Reino de Mallorca en noviembre de 1715 y del Principado de Cataluña, tiempo después en enero de 1716. Todos integrantes de la Corona de Aragón que se habían decantado por el archiduque Carlos. Estos decretos también fueron aplicados a la organización jurídica y administrativa de la Corona de Castilla. Cataluña nunca fue un estado soberano, y en 1714 era una región un con algunas instituciones propias, como en cualquier otro lugar de la Europa del Antiguo Régimen, y parte constituyente de la Corona de Aragón. No se trataba de una guerra entre castellanos y catalanes, sino entre partidarios de dos candidatos al trono de España. Felipe V no incorpora a Cataluña a Castilla, sino que uniformó legislaciones y centralizó el gobierno, fenómeno general en toda la Europa de aquel tiempo. No todos los catalanes eran austracistas ni todos los castellanos borbónicos. Muchos de los más importantes gobernantes castellanos fueron austracistas y en Cataluña hubo comarcas enteras que se destacaron por su borbonismo. Cataluña no fue partidaria de Carlos desde el primer momento, pues las cortes catalanas juraron por rey a Felipe V en 1702, tres años antes de hacer lo propio con el Archiduque Carlos tras el desembarco anglo-holandés en Barcelona. El 11 de septiembre de 1714 hubo castellanos defendiendo Barcelona del mismo modo que el ejército de Felipe V contó con miles de voluntarios catalanes. Los catalanes austracistas no eran separatistas, sino al contrario. Durante el sitio de Barcelona por las tropas de Felipe V, todos, sitiadores y sitiados, ven claramente que la ciudad tiene los días contados porque el asedio es poderoso y los límites de la resistencia de los defensores están a punto de alcanzarse. Por ello, sus propias autoridades lanzan un último llamamiento a los defensores y demás habitantes de Barcelona para que acudan a las murallas rotas para el esfuerzo final. Pero al poner un plazo para ello y la condición de que aparezcan fuerzas suficientes para continuar la lucha, están revelando que lo que desean es agotar la última posibilidad y llegar a negociaciones sobre los términos de la rendición. Proclaman sus deseos con un escrito que finaliza así. “Derramar su sangre por su rey y por la libertad de toda España. Dado en la Casa de la Excelentísima Ciudad residente en el portal de San Antonio, estando presentes los citados Excelentísimos señores y personas asociadas, a 11 de septiembre, a las 3 de la tarde, de 1714.” Lo que ahora se festeja como “Diada” Por entonces no existía el derecho individual de cada uno para elegir en cada ocasión en qué bando luchar. Por lo tanto, hubo súbditos de Felipe V que, por decisión propia, se convirtieron ante él, en reos de Lesa Majestad al haberse puesto de parte de los que querían arrebatarle la corona. Y fueron castigados conforme a los estándares europeos de aquel siglo XVIII. Así como el rey castigó la deslealtad, premió la lealtad de diversos modos. Por ejemplo, Cervera (Lérida) fue agraciada con la única universidad autorizada en Cataluña, y el escudo de Murcia recibió un león coronado que sujeta una flor de lis y un lema laudatorio, en reconocimiento del apoyo que había prestado al rey. Honores similares fueron concedidos a otras localidades españolas. Como se suele decir, “Después de un incendio, no se dejan rescoldos”. Y eso ha pasado siempre después de una guerra. Pero, como dijimos durante la guerra Felipe V, en 1707 había promulgado los “Decretos de Nueva Planta”. Solo las Provincias Vascongadas y Navarra, así como el Valle de Arán, conservaron sus fueros e instituciones forales tradicionales por su demostrada fidelidad al nuevo rey durante la Guerra de Sucesión. Este es el momento en que diversos autores señalan como el nacimiento de la Nación Española (La Promulgación de Los Decretos de Nueva Planta) en el sentido que ahora se le da, si bien con una monarquía absolutista, que era lo que imperaba en Europa en aquella época.

BATALLA DE AYACUCHO

Ayacucho, 9 de diciembre de 1824 Es considerada la última batalla y desencadena el principio del fin del Imperio Español en América. En agos...