viernes, 25 de agosto de 2023

ROMANOS Y VISIGODOS

Retomando la historia unos siglos antes de la terminación del capítulo anterior debemos decir que en el siglo IV ante el empuje de los hunos, procedentes de la estepa euroasiática determinó la división de pueblos que acabó por desbordar las fronteras romanas, precisamente en un momento en que Roma estaba instalado en un momento de crisis social, política y económica, pero nada hacía anunciar su declive.


Los pueblos germánicos, como dijimos, se habían instalado en las fronteras e incluso dentro, forzados por su huida y por los cambios climáticos en Escandinavia hacia el 500 a.C. Su continuo movimiento entre unos pueblos y otros, durante siglos habían mantenido muy viva una tradición guerrera. 
Los godos eran un pueblo indoeuropeo, nórdico. Su lengua, el gótico, hasta donde se sabe de ella, entronca con el germano antiguo y posiblemente tuviera la misma raíz.
Desde allí, se desplazaron hacia el sur y el este y en el siglo II d.C. se establecen en las estepas de lo que hoy es Ucrania. Allí se dividieron, por un lado los godos del este en gran parte se quedaron en estas regiones y a partir de entonces se les conocerá con el nombre de ostrogodos. Por otra los godos del oeste se les llamaron visigodos. Éstos se desplazaron hacia las llanuras de Rumanía y Hungría. Al igual que los romanos en esta época, eran cristianos, pero practicaban el arrianismo, doctrina creada por Arrio, un sacerdote de la ciudad de Alejandría. Eran seminómadas.
Roma desde el siglo I, en pleno apogeo, había desistido de la conquista de Germania, pueblos belicosos e incontrolables que habitaban en un país muy frío, boscoso y ofrecía dificultades para extender la cultura romana. Hubo batallas y triunfos no obstante, pero Roma optó por replegarse y construyó una línea defensiva. Pero a finales del siglo III hubo muchas incursiones germanas en territorios romanos y los militares romanos ya no tenían la disciplina que siempre les caracterizó. Con el tiempo incluso fueron adoptando hombres germanos entre las tropas romanas. Luego hasta llegaron a puestos de mando importantes. Los germanos llegaron a romanizarse plenamente.

REORMA DE DIOCLECIANO 

Finalmente en el 298 después de Cristo, Diocleciano hace una nueva división administrativa con 5 provincias en la Península Ibérica y más adelante una sexta incluida en Hispania que comprendía parte del norte de Africa, ya que los romanos también habían conquistado todas las costas del Mediterráneo ("Mare Nostrum").
La situación parecía haber llegado a un equilibrio o al menos a una coexistencia y entre Roma y los germanos, nada hacía presagiar la catástrofe que se avecinaba. Al llegar el siglo V ya eran evidentes las dificultades económicas del Imperio, también había problemas sociales  por las diferencias con las desigualdades.
Y para colmo los hunos, un pueblo nómada que recorría la estepa euroasiática, que fueron desalojados por los chinos y  se desplazaron al Oeste, arrollando a los pueblos que iban encontrando. Hacia el 370 franquearon el Don y encontraron a los ostrogodos a los que desplazaron y eso hizo que a sus hermanos, los visigodos establecidos al otro lado del Dniéster, parcialmente cristianizados e influidos por Roma, ante el empuje de los Hunos pidieron ayuda al emperador Valente. El emperador no consideraba peligrosos a los visigodos y les permitió atravesar el río Danubio para escapar de los hunos. Se calcula que entrarían unos 200.000. Una vez en los Balcanes marcharon hacia el Mediterráneo con  saqueos y pillanes que Valente intento atajar.

El 19 de Agosto de 378 cerca de Adrianópolis, se produce la batalla fundamental que cambió el curso de la historia de aquel momento. Unos 18.000 visigodos derrotaron a unos 70.000 romanos, y el mismo emperador romano, Valente, moriría en la batalla.
El sucesor, Teodosio evitó la toma de Constantinopla por los godos y les obligó a pactar y los instaló en Tracia. A la muerte del emperador en el 395, el Imperio se dividió en dos, una parte oriental, que conocemos como Imperio Bizantino adjudicado a Arcadio, y otro occidental adjudicado a Honorio. Los godos reemprendieron sus correrías en diversas partes del Imperio de Occidente.
Geroncio, general de Constantino, que conspiró para quitarle el poder, se alió con las bandas de suevos, alanos y vándalos que merodeaban por las Galias, y les franqueó el paso a Hispania. En el 408 Geroncio acompañó en Hispania al hijo de Constantino, el recién nombrado César, Honorio.
En el 409 es cuando se inician las primeras incursiones de pueblos germánicos en la península, los pueblos suevos, vándalos y alanos que habían cruzado los Pirineos y se asentaron sin encontrar ninguna resistencia y se dedican al pillaje durante dos años. Geroncio realizó un pacto con los visigodos que se habían instalado en el sur de la provincia de Aquitania para que atravesaran los Pirineos y entraran en Hispania. Así llegaron los visigodos. A los Alanos les concedió las provincias de Lusitania y la Carthaginensis, los Vándalos recibieron la Bética, los Suevos ocuparon la actual Callaecia y los visigodos controlaban la Tarraconensis, ya que los visigodos civiles buscaban un asentamiento con intención de población definitiva. Se asentaron en el valle del Ebro. Entraron también en la Cartaginense, estableciendo poblamientos desde Soria hasta Ávila. Los visigodos trasladan a Hispania las formas de gobierno que ya habían tenido en la Galia.
Y en agosto del 410 los visigodos comandados por Alarico entran en Roma. Era la primera vez en 800 años que un ejército extranjero ponía los pies en la ciudad de Roma, Alarico consintió el saqueo que duró 3 días. Roma quedo hecho un estropicio. Asesinaron, violaron, quemaron edificios y templos. Y aunque Roma ya no era lo que había sido era todavía un símbolo del Imperio y su destrucción conmovió al mundo
En 415, en virtud de un pacto (foedus) celebrado entre el emperador romano Honorio y el rey visigodo Walia, los visigodos se asentaron en la provincia romana de Aquitania Secunda (Aquitania II), en el sur de las Galias. Para frenar el avance, el Imperio romano de Occidente autorizó a los visigodos a asentarse en el sur de la Galia y controlar territorios de Hispania. Los visigodos recibieron tierras donde establecerse, a cambio de la obligación de defender el Imperio frente a los enemigos. A partir de dicho establecimiento se constituyó un reinado en suelo imperial, con capital en Tolosa, (que perduró hasta el 507 en la batalla de Vouillé entre francos y visigodos, con derrota de estos, que tuvo como consecuencia el traslado del reino visigodo de Tolosa, Toulouse, actual en Francia, a Toletum, Toledo en Hispania).
Fracasados los romanos ante los suevos aceptaron abandonar la península en manos de los barbaros. Más tarde, los vándalos, atraídos por las riquezas romanas en África y bajo la presión de las luchas permanentes con los visigodos, en el año 429 d.C. dejan España por el estrecho de Gibraltar.
Quedan pues los visigodos al principio en una situación de inestabilidad que contribuyó a empeorar las condiciones sociales que ya se vivían. Se registraron revueltas en la primera mitad del siglo V, por grupos de población. Protestas de campesinos víctimas de la explotación y genes de las ciudades. Los habitantes naturales de Hispania ya no se sentían romanos pero no tenían un proyecto político. Algunos autores han querido ver en ello el embrión confuso del primer sentimiento nacional y empeño de desvincularse de un poder superior. 

BAGUADA 

Se denominaron “bagaudas”, y fueron un elemento más en la descomposición política. Fueron derrotados por los visigodos. Roma se sumió en la anarquía y los germanos acabaron por hacerse con el control del gobierno imperial de Occidente.
Los últimos emperadores fueron hombres de paja al servicio de los germanos hasta que la situación terminó con el último emperador, Rómulo Augústulo en el 476. Y así fue como Roma desapareció de Hispania después de seiscientos años.
El Imperio Romano de Occidente desapareció en 476, y los visigodos alcanzaron su independencia. A partir de aquí desaparecen los romanos y hablaremos de los visigodos.
Los visigodos al ser rechazados por los francos se fortalecieron durante todo el siglo VI en Hispania. Llegaron acarreando ya cierta organización política y social, heredada de la tradición clásica, aunque introdujeron cambios en muchos aspectos. Trajeron con ellos una monarquía electiva, aunque no siempre se respetó.
Los habitantes de la Hispania visigoda quedaron divididos en dos poblaciones, la hispanorromana, con sus propias leyes, su cultura latina y su cristianismo católico, y los invasores visigodos, que eran cristianos arrianos, y que, aunque estaban en minoría, detentaban el poder militar. Su número sería de unos 250.000 frente a los 7 millones de nativos peninsulares.

lunes, 21 de agosto de 2023

LOS ROMANOS

En Hispania entre el 416 y 476 los visigodos luchan contra los alanos y los vándalos, y confinaron a los suevos en Galicia. Después de derrotar a los visigodos, los alanos le ofrecen la corona a Gunderic (428-477 d.C.), quien comienza a llamarse rey de los vándalos y los alanos.



Los Vándalos en su territorio (Vandalucía), vencieron a un ejército romano en el 428, se apoderaron de Sevilla, Cartagena y pasaron a las Baleares. Y vencieron a los Suevos en Mérida. Fracasados los romanos ante los suevos aceptaron abandonar la península en manos de los barbaros. Más tarde, los vándalos, atraídos por las riquezas romanas en África y bajo la presión de las luchas permanentes con los visigodos, en el año 429 d.C. dejan España por el estrecho de Gibraltar.
Mientras tanto Atila, rey de los Hunos, y los embajadores del imperio romano de oriente deciden firmar un pacto. Atila se autoproclama como emperador de los hunos, (434 al 453). En el año 449 intentan asesinarle, dicen que enviados por el imperio romano de oriente. Atila logró reunir más de quinientos mil guerreros. Ahí estaban los ostrogodos, estaban los estitas, de innumerables tribus se acercaron para combatir al lado de Atila.
Junio del año 441. El imperio romano de occidente, que ha logrado unificar también algunas tribus. Con ellos están los visigodos, los francos. Y se disponen a presentar batalla a los Hunos, que venían con sus aliados ostrogodos y demás. El choque fue brutal, pero los romanos utilizaron una táctica que los Hunos no dominaban del todo, y era la del combate a pie y la victoria fue para los romanos.  La última gran victoria de los romanos en los campos de los Cataláunicos
El 3 de Julio del año 442 Atila y sus miles de guerreros están frente a las murallas de Roma. Atila estaba también deseando conocer al Papa. Se entrevista y el papa trata de evitar la invasión de los Hunos. Lo consigue y León I llega a Roma con la buena noticia: los hunos se van. Atila simplemente los menospreció, y se volvió hacia su reino.
Atila murió inesperadamente. Rápidamente, los germanos se unieron, y presentaron batalla a los hunos. Los hunos después de una serie de fracasos, se entroncaron con los ostrogodos, y ahí se perdió la pista de los hunos. Atila, el rey de los hunos, murió en el 453.

ATILA 

Años antes, en Roma, Constantino III (407-409) se hizo proclamar emperador desafiando a Honorio (384-423), a quien legítimamente correspondía el título, ya que heredó los derechos para gobernar la parte occidental del Imperio tras la muerte de su padre, Teodosio (347-395). Se hizo enseguida con el mando de gran parte de Galia y de Hispania. Nadie se opuso a él salvo algunos parientes de Teodosio. Constantino III, a pesar del éxito conseguido cometió dos errores importantes, que provocaron el descontento entre los hispanos: por una parte, saqueó indiscriminadamente algunas zonas conquistadas, y por otra, encargó la defensa de los Pirineos occidentales a sus tropas, rompiendo así la tradición de confiarla a las tropas locales.
Por otro lado, el general romano Geroncio (?-411), confiado en el prestigio alcanzado tras los éxitos militares, se subleva contra su emperador, Constantino III, lo que inició una segunda confrontación civil. Geroncio concedió a las tropas bárbaras el derecho a saquear los campos palatinos y el deber de proteger los pasos de los pirineos.
En primer lugar realizó un pacto con los bárbaros que se habían instalado en el sur de la provincia de Aquitania para que atravesaran los Pirineos y entraran en Hispania. Así llegaron los Godos, Suevos, Vándalos y Alanos a Hispania. A los Alanos les concedió las provincias de Lusitania y la Carthaginensis, los Vándalos recibieron la Bética, los Suevos ocuparon la actual Callaecia y los Godos controlaban la Tarraconensis, Pretendía que le ayudaran en la lucha contra Constantino III. Una vez en Hispania, siempre por medio de pactos, les permitió la libre circulación y el asentamiento en las zonas dominadas. Los planes fueron desarrollándose según lo previsto, pero la ambición pudo con Geroncio. Se dirigió hacia el sur de Galia para finiquitar a Constantino III. Sitió a la ciudad de Arles, donde se encontraba Constantino III. Justo en aquel momento entró en escena, finalmente el general Honorio(384-423).

MONEDAS DE CONSTANTINO III

Paradójicamente, con el fin de lograr el triple objetivo de eliminar a Constantino III, Geroncio y Máximo (?-422), Honorio solicitó la ayuda de quienes poco antes habían arrasado Roma: los visigodos, que a la sazón se hallaban decidiendo qué rumbo tomar tras la muerte de su primer gran rey, Alarico. No fue la primera ni la última vez en la que un emperador legítimo se sirvió de fuerzas bárbaras para asegurar su gobierno. Realmente se vislumbraba la decadencia del Imperio Romano.
El poder legítimo de Roma volvía a imponerse en la península, pero sólo en una mínima parte, la franja costera de la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos, usurpadores, que se lo habían servido en bandeja, los visigodos.
En 415, en virtud de un pacto (foedus) celebrado entre el emperador romano Honorio y el rey visigodo Walia, los visigodos se asentaron en la provincia romana de Aquitania Secunda (Aquitania II), en el sur de las Galias. Para frenar el avance, el Imperio romano de Occidente autorizó a los visigodos a asentarse en el sur de la Galia y controlar territorios de Hispania. Los visigodos recibieron tierras donde establecerse, a cambio de la obligación de defender el Imperio frente a los enemigos, las “bagaudae” (rebeliones),  y otros pueblos germánicos.
En 414, Constancio atacó al rey visigodo Ataúlfo, que proclamó de nuevo emperador a Atalo. Ataúlfo fue forzado por Constancio a refugiarse en Hispania, y Atalo, perdiendo otra vez la ayuda de los visigodos, fue capturado y depuesto. Aquí es donde na
ce la monarquía en Hispania, con Ataúlfo.

ATAÚLFO 

Los visigodos entre 416 y 476 luchan contra los alanos y los vándalos, y confinaron a los suevos en Galicia. Después de derrotar a los visigodos, los alanos le ofrecen la corona a Gunderic (428-477 d.C.), quien comienza a llamarse rey de los vándalos y los alanos.
Los Vándalos en su territorio (Vandalucía), vencieron a un ejército romano en el 428, se apoderaron de Sevilla, Cartagena y pasaron a las Baleares. Y vencieron a los Suevos en Mérida. Fracasados los romanos ante los suevos aceptaron abandonar la península en manos de los barbaros. Más tarde, atraídos por las riquezas romanas en África y bajo la presión de las luchas permanentes con los visigodos, en el año 429 d.C. los vándalos dejan España por el estrecho de Gibraltar. Así es como Hispania queda con sus habitantes hispano-romanos, y con los visigodos.
Roma se sumió en la anarquía y los germanos acabaron por hacerse con el control del gobierno imperial de Occidente. Los últimos emperadores fueron hombres de paja al servicio de los germanos hasta que la situación terminó con el último emperador, Rómulo Augústulo en el 476. Y así fue como Roma desapareció de Hispania después de seiscientos años.
Roma no sucumbió ni a la guerra ni a la revolución. En el último día del imperio, el 4 de septiembre del 476 d.C., un miembro bárbaro de la tribu germánica Siri y excomandante en el ejército romano entró sin oposición a la ciudad. El único poder militar y financiero del Mediterráneo no pudo resistir. Odoacro fácilmente destronó al emperador.
La caída de Roma simplemente vino porque los bárbaros aprovecharon las dificultades que ya existían en Roma: problemas que incluían una ciudad en decadencia (tanto física como moral), poco o ningún ingreso fiscal, superpoblación, gobernación corrupta, Justicia inoperante según que casos, los cultivos se desperdiciaban, la tecnología deficiente se reducía a la producción de alimentos, la ciudad estaba superpoblada, el desempleo era elevado y, por último, siempre existían las epidemias. A esto se agregaba un gobierno inepto e indigno de confianza.
La caída se debió a la estructura del ciudadano romano. Se debió, en parte, a la posible decadencia moral de la ciudad, su caída es una reminiscencia del "declive" de la República siglos antes
Los visigodos constituyeron un reinado en suelo imperial, con capital en Tolosa,(Toulusse) que perduró hasta el 507 en la batalla de Vouillé entre francos y visigodos, con derrota de estos, que tuvo como consecuencia el traslado del reino visigodo de  Toulouse actual en Francia, a Toletum, (Toledo) en Hispania.  Y aquí permanecería hasta la invasión musulmana en el 711.
El Imperio Romano de Occidente había desaparecido en el 476, y los visigodos alcanzaron su independencia. En ningún momento los visigodos se consideraron a sí mismos invasores ya que su asentamiento en Hispania había sido legalizado por el ya muerto Imperio Romano de Occidente.
La población autóctona, los hispanorromanos, tampoco los vio como invasores.
Por resumir la división de la provincia de Hispania hecha por Roma:
Hubo distintos cambios a lo largo de los siglos en cuanto a las divisiones administrativas.
La conquista de Hispania duró 2 siglos entre el 218 antes de Cristo al año 19 a. C.
PRIMERA ORGANIZACIÓN ROMANA 

1.- La primera organización dividía la península en 2:
Hispania Citerior, con capital en Tarraco, actual Tarragona
Hispania Ulterior, con capital en Corduba, actual Córdoba.



SEGUNDA ORGANIZACIÓN 

2.- En el año 27 a. C., Octavio Augusto divide Hispania en tres provincias, llamadas Baetica, Lusitania y Tarraconensis.
En esta división se introduce Lusitania con capital en la actual Mérida (Emerita Augusta)
La Hispania Citerior pasaba a ser la Tarraconensis y
la antigua Hispania Ulterior se dividía en 2: Lusitania y Baetica

TERCERA ORGANIZACION 

3.- Finalmente en el 298 después de Cristo, Diocleciano hace una nueva división administrativa con 5 provincias en la Península Ibérica y una sexta incluida en Hispania que comprendía parte del norte de Africa, ya que los romanos también habían conquistado todas las costas del Mediterráneo ("Mare Nostrum"). Ahí las capitales eran:
Tarraconensis.- Tarraco / Tarragona
Gallaecia. Bracara (actual Braga)
Cartaginensis.- Carthago Nova actual Cartagena, previamente fundada por los cartagineses, pero ya derrotado Aníbal por Escipión el Africano.
Baetica.- Corduba / Cordoba
Lusitania.- Emerita Augusta / Merida
Mauretania Tingitana con capital en Tingis (actual Tanger)

viernes, 18 de agosto de 2023

LOS ROMANOS

El Siglo II d. C., a finales, es la época floreciente en Hispania. Se enseña latín, se realizan obras espectaculares de ingeniería y arquitectura, calzadas, puentes y acueductos, se aplica el Derecho Romano que es la base del actual Derecho en Europa.

TRAJANO

Los emperadores de origen hispano son los que llevan al imperio a su máximo esplendor y la época de paz, Trajano y su sucesor, Adriano.
Antiguos campamentos militares y asentamientos iberos, fenicios y griegos fueron transformados en grandes ciudades, unidas por una extensa red de carreteras. El desarrollo de la construcción incluye algunos monumentos de calidad comparable a los de la capital, Roma.
La ingeniería civil son imponentes construcciones como el Acueducto de Segovia o el Acueducto de los Milagros de Mérida, en puentes como los de Alcántara sobre el Tajo, el de Córdoba sobre el Guadalquivir o el de Mérida sobre el Guadiana. También se construyeron faros como el que aún está en uso en La Coruña, la Torre de Hércules.
La arquitectura lúdica como los teatros de Mérida, Cartagena, Sagunto, Tiermes o Cádiz, los anfiteatros de Mérida, Itálica, Tarraco y Segóbriga y los circos de Mérida, Córdoba, Toledo, Sagunto y muchos otros prueban de la importancia de Hispania.
La arquitectura religiosa también se extendió por la península.
Roma estableció su dominio sobre la Península Ibérica, pero también trajo su cultura, su economía, su legislación, el sistema político y militar, las infraestructuras que les permitieron crear y conservar un imperio y las manifestaciones artísticas de todo tipo. De todo ello se conserva hoy un importante legado no sólo arqueológico, sino también cultural.

ACUEDUCTO DE SEGOVIA 

La latinización, fue un proceso que trajo la pérdida de los idiomas indígenas, a excepción del euskera, y la sustitución de éstos por el latín, del que más tarde derivarían las lenguas romances. La escritura ibérica se siguió usando en muchos ámbitos durante siglos, baste comprobar los grafitos marcados a punzón sobre cerámicas o bien los nombres de las ciudades escritos sobre monedas en ibérico o en latín de modo que, a veces se vuelve al uso del ibérico después de haber acuñado monedas con textos latinos.
La religión de Roma fue fundamental en la vida de las personas e influye en las decisiones. La palabra religión procede del latín religare o re-legere, que significaría volver a ligar o unir. Es decir, atar lo mortal con lo divino. El culto a los dioses en Roma era un deber cívico.  A comienzos del siglo IV, el emperador Constantino abraza la fe católica y deja de ser perseguida para ser la religión oficial de Roma, el cristianismo se encontraba ya desarrollado en Hispania. Tras haber sido impuesto como religión oficial, sufrió la segregación entre el arrianismo que traían los germánicos y el catolicismo de los hispanorromanos hasta la conversión al cristianismo de Recaredo en 586.


Los Hispano-romanos eran las gentes habitantes de Hispania tras la dominación romana que se habían quedado como propia la cultura romana, en toda su extensión. Son los ascendientes que al mestizarse con los visigodos fueron los reyes cristianos posteriores a la invasión musulmana.
No obstante la introducción del cristianismo en Hispania romana ofrece varias lagunas. La llegada de Santiago el Mayor es dudosa. La predicación de san Pablo es poco probable. La introducción del cristianismo debió realizarse mediante una predicación procedente del norte de África, durante el siglo I. A finales del siguiente siglo ya estaba muy extendido y en la siguiente centuria se consolidó.
En otro orden de cosas los romanos dieron a Hispania una fisonomía distinta, al dotarla de grandiosas obras de arquitectura e ingeniería. Con su sistema constructivo basado en sillares de piedra, el arco y la bóveda, levantaron grandes murallas, arcos triunfales, templos, puentes y acueductos. Además de teatros, anfiteatros, circos, y todo tipo de monumento conmemorativo o funerario. Las ciudades de Hispania compitieron por la grandiosidad y la proliferación de sus construcciones monumentales. Roma era un imperio, una cultura, un pueblo de conquistadores, pero que trataba de consolidar su poder más allá de la simple ocupación militar. Un dominio que iba a incidir profundamente en las costumbres y la cultura.
A partir del final del siglo II el sistema imperial romano fue debilitándose. Las legiones militares y las unidades administrativas aumentaron su capacidad de autonomía, hasta conformar estados paralelos al propio Estado.

TEODOSIO 

Decaía el sistema esclavista en el que se asentaba la economía. Levantamientos y revueltas sociales fueron numerosas. Las oligarquías abandonaron el poder y se trasladaron a sus villas. Se debilitó la demanda y la producción. Todos estos problemas económicos y sociales se vieron agravados por los militares dada la presión que ejercieron los pueblos bárbaros sobre las fronteras del extenso imperio.
Se constituyeron diferentes reinos dominados por pueblos de origen bárbaro, aunque fue más bien un ingreso más o menos atropellado y generalmente tutelado por el mismo Imperio Romano. Roma se sirvió con frecuencia de los bárbaros como complemento necesario de su cada vez más precario ejército, que dedicaba la mayor parte del tiempo a resolver enfrentamientos internos y no prestaba la debida atención a la defensa de las antiguas fronteras.
En el año 378 Teodosio el Grande se convierte en el máximo dirigente del Imperio Romano y toma dos importantes decisiones. Por un lado declara al Cristianismo como la nueva religión del Imperio, de esta forma la iglesia cristiana fue asumiendo cada vez más poder y llegó a desempeñar importantes cargos administrativos. Por otro lado decide hacer un pacto con los Godos y les ofrece territorios dentro del Imperio a cambio de que sirvan en las legiones romanas.
Se dirige primero una invitación a vándalos, alanos y suevos para que entren. Y no sólo entran, sino que se instalan. Y únicamente saldrán de España, pasados algunos decenios, o bien para conquistar tierras del norte de África o bien por presiones de un pueblo más fuerte y mejor organizado, el visigodo, que tras su segundo ingreso en la península permanecerá en ella hasta la llegada del islam. Teodosio (347-395), reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano. Después de su muerte, las dos partes del Imperio se separaron definitivamente.

miércoles, 16 de agosto de 2023

LOS ROMANOS

Los romanos fue uno de los muchos pueblos que tanto antes como después llegaron a la península. Pero el más importante. Como toda metrópoli a sus colonias, Roma explotó económica y socialmente a sus provincias de lo que llamó Hispania. La conquista romana de la Península Ibérica, comienza en el 218 a. C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y se mantuvieron hasta los principios del 400 d. C. A lo largo de este extenso periodo de más de seis siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas. 

Pero la península recibió un legado cuya trascendencia llega hasta el presente. Todas las lenguas hispánicas, salvo el euskera se derivan de la romana, es decir del latín, hablado por los mercaderes y soldados. Y hoy junto con otras lenguas europeas, (francés, portugués, rumano, etc.) forman el tronco de las lenguas románicas. También los conceptos básicos del derecho tienen su origen en el derecho romano. El arte y los estilos habían llegado de Grecia y también a través de Roma. Y en los últimos tiempos del Imperio fue el intermediario imprescindible para la introducción de la religión cristiana, que acabaría por unificar a la península como dato identitario.
Con Roma la península Ibérica entró definitivamente en los anales de la historia, recibió el nombre con el que se la conoce, Hispania, y forjó por primera vez una unidad política. Pero siempre se debe huir de proyecciones nacionalistas, que no favorecen la realidad histórica. Don Marcelino Menéndez Pelayo apuntó a que gracias a Roma dejamos de ser una multitud de tribus, dispersas, luchando unas contra otras y nos da la unidad del idioma, de la religión, de la administración, el ejército, la cultura de la arquitectura y las magníficas obras de ingeniería. En fin, nos sacaron de la oscuridad, aunque no lo hicieron pidiendo permiso, precisamente.


Entrando en harina, hay que tener presente que la romanización no fue un hecho pacífico, como no lo es ningún cambio trascendental en la historia. Roma entra en la península a causa de su pugna con Cartago por el control del Mediterráneo.
La conquista de cada uno de los pueblo que habitaban la península no se realizó del mismo modo. Tampoco reaccionaron de la misma manera. La conquista se prolongó durante des largos siglos, del 218 al 19 a.C. En un primer periodo fue a consecuencia de la Segunda Guerra Púnica, por la que toda la costa del Mediterráneo quedo en poder de Roma. Asegurar la fronteras de los dominios deparó numerosas luchas que se extendieron durante todo el siglo II a.C. La fase final  fueron las guerra contra las tribus cántabras y astures.
La primera guerra de los Cartagineses contra los romanos se desarrolló entre el 264 y el 241 a.C. aunque tuvieron importantes victorias finalmente salieron derrotadas por Duilio, general Romano, y Cartago tuvo que ceder Sicilia y asumió unos fuertes tributos a Roma. Se llamaron Guerras Púnicas dado que los romanos los llamaban Punici, refiriéndose al origen fenicio de Cartago. Sobre estas guerra ya hemos hablado en el capítulo de los Cartagineses.

En momento determinado el gran general cartaginés Aníbal (247-183 a. C.), que había intentado tomar Roma trató de negociar una paz honrosa con los romanos, pero fue vencido en Zama por Escipión el Africano, y el tratado que puso fin a la guerra fue muy oneroso para los cartagineses. Roma exigió su cabeza y se vio obligado a huir. Ante las fuertes presiones de los romanos, y temiendo ser entregado, se suicidó. Corría el año 183.
Las fuerzas romanas se habían instalado en Tarraco (Tarragona), convertida así en el principal centro romano en Hispania. Posteriormente, en el 149 hasta el 146 a.C. Se produjo la Tercera Guerra Púnica, que en realidad consistió en la destrucción total de Cartago y la matanza o esclavitud de sus habitantes. Con lo cual desaparece el pueblo cartaginés. Los romanos fueron recibiendo ayuda de griegos e íberos en sus luchas contra Cartago. Finalizadas las Guerras Púnicas, los griegos que quedaban en la península se fueron romanizando al igual que los aliados celtíberos.
Roma es la nueva civilización dominante en la península. “Carthago Nova” hoy cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico; este patrimonio abarca diferentes épocas como la cartaginesa, romana y bizantina. La ciudad se había fundado en el año 227 a.C.
A partir del años 150 a.C. los romanos se propusieron extender sus dominios al interior de la península, encontrando resistencia por parte de algunas tribus y alianzas por parte de otras. Roma ya tenía la alianza de los íberos en sus filas. Se fue anexionando territorios desde el 197 a. C. Como dijimos, la península no respondía a una unidad política, sino a múltiples divisiones y subdivisiones de poder, que a su vez eran sostenidos por diferentes modelos económicos y sociales.
La conquista se prolongó durante un largo periodo, no solo por la gloriosa resistencia tantas veces magnificado en la enseñanza, sino porque responde su dominio a diferentes proyectos expansivos de Roma, no a un plan establecido puramente militar. Los romanos son la nueva civilización dominante en la península.
Roma realizó una expedición hasta la Gallaecia (el norte de Portugal y Galicia). Y en el 133 a.C. fue destruida la ciudad de Numancia, con impresionante resistencia de su población, el hambre hacía imposible la resistencia. Los jefes celtíberos se suicidaron con sus familias y el resto de la población fue vendida como esclavos. La ciudad fue arrasada. Era el último bastión de los celtíberos. Vascones y celtíberos se disputaron las tierras del valle del Ebro. Los celtíberos eran enemigos de Roma, y los vascones eran sus aliados. Cuando fue destruida Calagurris (Calahorra), por los romanos, fue repoblada con vascones
Dividieron en dos, Hispania Citerior (actuales, Cataluña, Valencia, y Murcia), y Ulterior(parte de Andalucía). Las zonas costeras aceptaron a los romanos pero en el interior lucharon contra ellos. Las tensiones de los romanos con los indígenas dieron lugar a rebeliones y a partir del 154 a. C. desplegaron un gran esfuerzo bélico contra los lusitanos cuyo jefe era Viriato al que lograron vencer en el 139 a.C.


EMPERADOR CESAR AUGUSTO 
El último territorio no romano de la península cayó casi cien años después. Roma ya no era un República y el primer emperador, Cesar Augusto mandó a Agripa para terminar de someter a las tribus cántabras y astures, que atacaban las zonas romanas buscando su botín.
Entre los años 29 y 19 a.C. desarrollaron una campaña militar. Aunque toda la península ya es romana, se pusieron puestos de vigilancia en las zonas del norte al pie de la cordillera cantábrica, lo que da a entender que esa zona montañosa seguía siendo conflictiva.
Cuando termina la conquista de la península con la guerra contra los galaicos, cántabros y astures sobre el 29 al 19 a.C., el emperador César Augusto realiza una nueva organización en provincias, subdivididas en conventos jurídicos. Tarraconense, lo que antes era la Citerior prolongada hasta el noroeste, incluye Gallaecia, que llegaba hasta el Duero. Capital en Tarraco.
Bética (Baetica) capital en Córdoba. Hasta la orilla sur del Guadiana. Era una subdivisión de la Ulterior. Lusitania capital en Emerita Augusta (Mérida), sobre la orilla norte del Guadiana. Incluye el centro y el sur del futuro Portugal, Extremadura, Salamanca y Zamora.
Los romanos aprovecharon a fondo las posibilidades económicas de Hispania, en particular sus explotaciones mineras. En el distrito minero de Carthago Nova, en donde se extraía ante todo plata, pero también plomo, se calcula que trabajaban unos 40.000 hombres. Otra actividad destacada era la pesca, en particular los salazones de la costa atlántica de Andalucía. Importante fue asimismo el desarrollo de la esclavitud, que alcanzó cotas muy elevadas. La sociedad, su parte, estaba dividida en dos grupos claramente contrapuestos: por una parte, los “Honestiores”, es decir los dominantes; por otra, los “Humiliores”, la capa popular. De todos modos había una clara diferencia entre los que poseían la ciudadanía romana y los que no la tenían. Esa situación duró hasta el año 212, fecha en la que el emperador Caracalla decidió conceder a todos sus súbditos la ciudadanía romana. También es Caracalla el que produce otra división del territorio y se crea Gallaecia por subdivisión de la provincia Terraconense, quedando Gallaecia, Tarraconense, Baetica y Lusitania.
En el 293 vuelve a reorganizarse en general todo el imperio y se crea la Cartaginense, de la que surgirá en el año 385 la Baleárica.

viernes, 11 de agosto de 2023

LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO -MAGALLANES - ELCANO

Para un europeo del siglo XV o XVI era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Tenían los escritos antiguos y mapas de navegación, pero eran reconstrucciones de viajes hechos por hombres de mar que antiguamente habían surcado las aguas. Y de viajeros, casi aventureros, que se habían internado en remotos países, con otras costumbres, diferentes idiomas y comerciado con ellos con productos nuevos en Europa. Sin embargo, por el siglo XV la gente culta ya sabía de la redondez de la tierra, pero no estaba demostrado. Colón llegó a lo que el pensaba que era la India, pero no era cierto y murió sin saber que había descubierto un nuevo continente. El que supo explicarlo fue Américo Vespucio en 1503. Pero aún quedaba por seguir navegando hasta llegar a las tierras de las especias, que había sido el objetivo de Colón.


El deseo de llegar por las rutas de Occidente a las islas de las Especias, la acababan de descubrir los portugueses navegando por las costas africanas, pasando por el Cabo de Buena Esperanza. Los portugueses tenían colonias por las costas de África y Asia, controlaban las rutas a las islas de las especias en dirección este. La primera vuelta al mundo partió de la idea de Hernando Magallanes, un marino portugués nacido en 1480, experto en las artes de navegar e intrépido aventurero. Había realizado unos primeros viajes por la India y Malaca entre 1505 y 1511, regresando a Portugal sabedor de la enorme riqueza que generaba la importación a Europa de las especias asiáticas.  Su proyecto trataba de buscar una ruta alternativa a la ya establecida por la corona portuguesa, en dirección oeste buscando un estrecho marítimo en América que permitiera pasar al mar del Sur, el mismo que la expedición de Vasco Núñez de Balboa llamó también Pacífico. Pero su proyecto fue rechazado por el monarca luso Manuel I el Afortunado.                              MAGALLANES

Sólo España tenía las condiciones necesarias para abordar semejante proyecto. Tenía además de la experiencia marinera, el conocimiento geográfico y cartográfico, la audacia humana, la voluntad política y los recursos económicos para emprender tal aventura marítima. Por eso, en 1517 Fernando de Magallanes viaja hasta Sevilla, donde se puso en contacto con Juan de Aranda, factor de la Casa de Contratación. Ambos consiguieron que en 1519 llegase su proyecto expedicionario a manos de Carlos I quien recibió al portugués en Valladolid, la capital de España. El objetivo era llegar a las islas Moculas para obtener especias. El plan consistía en abrir una ruta por el oeste, rodeando el continente americano por su extremo sur, y pasando sólo por dominios españoles. Surgió una dificultad diplomática, ya que según el Tratado de Tordesillas firmado en 1494 entre Castilla y Portugal, ambos países se habían repartido el mundo en dos mitades. Por tanto, si las islas Moculas quedaban del lado luso, Carlos I quebrantaría las relaciones diplomáticas con Portugal. Magallanes, basándose en los mapas de su tiempo, creyó que el camino occidental es viable y que las primeras islas asiáticas están cerca de la barrera americana. El rey de España confió en la empresa y puso al portugués al frente de 265 hombres y cinco barcos: la capitana Trinidad, la Concepción, la Victoria, la Santiago y la San Antonio. Es la llamada Flota de las Malucas. Juan Sebastián Elcano, un marino guipuzcoano con amplios conocimientos náuticos. tuvo conocimiento del proyecto y tomó partida en él como contramaestre de la nave Concepción.
                  ELCANO

La expedición parte de Sevilla el 10 de agosto de 1519. Tras una prolongada escala de avituallamiento, el 20 de septiembre la expedición zarpó definitivamente de Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Cruzaron el océano Atlántico en dirección a Sudamérica. Bordeando la costa de Brasil, hicieron un breve descanso en Río de Janeiro y exploraron la gran boca del Río de la Plata y el litoral de la Patagonia. Pero comenzaban a surgir los problemas y las desconfianzas de la tripulación con respecto a Magallanes debido a varios motivos: el primero era que Magallanes mantenía en secreto el objetivo de su viaje, lo cual inquietaba al resto de capitanes; el segundo, los capitanes españoles desconfiaban en buena parte por las discusiones establecidas en Sanlúcar con agentes portugueses; y tercero, la costa suramericana parece interminable, no aparecía ningún paso hacia el otro lado y, además, a bordo hacía un frío insoportable. La armada navegó por el hemisferio sur, donde en invierno empieza en marzo, las temperaturas eran tan bajas que decidieron invernar en la bahía de San Julián, en la Patagonia, donde hubo un intento de sublevación. Magallanes pudo resolver el problema con astucia, pero fue severo con los cuatro cabecillas del complot. Más bien prefirió contemporizar con unos marineros muy necesarios para continuar el viaje. Uno de los más beneficiados por aquella indulgencia fue Elcano, subordinado de Gaspar de Quesada, que estaba entre los cabecillas del motín. Elcano se vio atrapado en un conflicto de fidelidades: o seguir al capitán de su barco, o seguir al jefe de la expedición. Primero se amotinó, pero luego contribuyó a sofocar el motín, ganándose la confianza de Magallanes. Sobreviven durante cinco meses bajo el frío, cazando animales como avestruces, zorros y moluscos y derritiendo el agua de bloques de hielo. La nao Santiago, durante un reconocimiento, se estrella contra la costa por un temporal, sin consecuencias. Y toman contacto con los indios tehuelches, los "patagones" por las enormes huellas que sus abarcas dejan en la nieve. El 21 de octubre de 1520, se adentraron en el deseado paso al que Magallanes bautizó como estrecho de Todos los Santos y de las Once Mil Vírgenes. El 28 de noviembre salieron al mar del Sur, al que denominaron con el nombre de mar Pacífico o mar de las Damas por los suaves vientos alisios que soplaban. Por él navegaron durante tres meses en condiciones calamitosas, los marineros mueren a mansalva al carecer la tripulación de agua y provisiones frescas y, en consecuencia, padecieron de escorbuto. Cuando los víveres se agotaron, llegaron a alimentarse de cuero, ratas, cucarachas y todo lo que encontraban. En enero de 1521 llegaron a la isla de Guam. Luego llegan a Cebú, perteneciente a Filipinas, establecen buenas relaciones con los indígenas y descansan. Pero luego los nativos se revelan y son atacados. Magallanes pereció en la llamada batalla de Mactán con una tribu cebuana encabezada por el jefe tribal Lapu-Lapu, en la isla filipina de Mactán. Magallanes había desembarcado con 60 hombres armados pero los aborígenes contraatacaban con flechas envenenadas. Realmente los había infravalorado. Hubo otra emboscada donde muere otro capitán. Decidieron hundir la nao Concepción porque estaba carcomido el casco por los moluscos. La cada vez más mermada tripulación se repartió entre las dos únicas naves efectivas. Gonzalo Gómez de Espinosa mandaba la Trinidad, y Juan Sebastián Elcano recibía la Victoria. Elcano, al mando de la expedición, llegaron a las Molucas, el archipiélago de las ricas especias, a finales de 1521. Allí, en la isla de Tidore, establecieron tratados con los príncipes nativos y cargaron un importante cargamento de especias, con lo que se cumplió el objetivo del viaje. En diciembre, la expedición se divide. La Trinidad sufre una avería, por lo que se acuerda su permanencia en las Molucas. La proximidad de los portugueses, hizo que Elcano al frente de la Victoria pusiese rumbo al oeste. Allí se gestó el proyecto de dar la vuelta al mundo. Regresar a España por el océano Índico suponía la violación del Tratado de Tordesillas. Acompañado de 47 españoles y 13 naturales, arribó a la isla de Timor, ya en 1522, donde supo de la existencia de otras tierras e islas, las actuales China, Java e Indonesia. La expedición de Elcano cruzó el océano Índico por una ruta lo más meridional posible, pasando un calvario de hambre, sed y enfermedades. Por otra parte, el rey Juan de Portugal se propuso sabotear la nueva ruta, por eso, ordena a todos los puertos portugueses que negaran cualquier ayuda a las expediciones españolas. El 19 de mayo de 1522, doblaron el cabo de Buena Esperanza. En Cabo Verde, en el África occidental, Elcano decide enviar a trece hombres. La colonia es de dominio portugués, y su gobernador se ofrece a comerciar, cuando consiguieron agua y comida, cometen el error de pagar en especias, descubriendo su ilegal procedencia, por lo que los marineros son apresados. Es en Cabo Verde donde supieron que llevaban un día de retraso como consecuencia de haber navegado de este a oeste, dando la vuelta a la Tierra. Un descubrimiento más, comprobado empíricamente por la expedición. Elcano comprenden la situación, nadie puede aportarles ayuda, y pone rumbo final por la costa oeste del Atlántico hacia España. Muchos días y días interminables por el Atlántico, los supervivientes navegaron sin probar alimento fresco. El escorbuto se cebó en los hombres, a los enfermos se les hinchaban las encías y se les caían los dientes, muchos murieron completamente extenuados entre grandes dolores.   Cuando ya estaban cerca, una enorme tormenta desvía la nao Victoria hacia las portuguesas islas Azores. Por fin, después de tres años menos catorce días de navegación, el 6 de septiembre de 1522 la expedición al mando de Magallanes-Elcano, tras recorrer 14.000 leguas, entraba en el puerto gaditano de Sanlúcar de Barrameda. Llegó con sólo 18 supervivientes, exhaustos, hambrientos y enfermos, a bordo de la nave Victoria, la única que quedaba de las cinco que partieron, eso sí, con las bodegas cargadas de especias. Los 18 supervivientes que llegaron a Sevilla se dirijen a la iglesia y arrodillados llegan al altar a agradecer a Dios el haber podido volver con vida. El cargamento traído en la nao Victoria es de 381 sacos. Su venta en el mercado español y europeo cubre los gastos de la expedición y arroja un beneficio. Carlos I, Rey de España y el V Emperador del Sacro Imperio Romano Cristiano llenó de honores a los héroes, recibió personalmente a todos los supervivientes y, además, se preocupó de que fueran liberados los marineros apresados por los portugueses tanto en Filipinas como en Cavo Verde. Elcano recibió una cuantiosa renta anual y un escudo de armas cuya cimera, un globo terráqueo, lleva la leyenda “Primus circumdedisti me” (El primero que me diste la vuelta).

martes, 8 de agosto de 2023

LOS CARTAGINESES

Cartago había sido un pequeño establecimiento fenicio fundado en la costa de Túnez a comienzos de I milenio, fundada por emigrantes fenicios de Tiro.
La ciudad de Tiro a partir del siglo X a. C. ejerció la hegemonía sobre las ciudades fenicias, que duró hasta el siglo VI a. C. que es cuando ya habían progresado de tal forma que se independizaron de Tiro. Ya se habían establecido en Ibiza hacia el 650 a.C. como plataforma para el dominio de la costa mediterránea. Acabarán con los Tartessos sobre 500 a.C. Llegaron a ser la primera potencia del Mediterráneo occidental. 

Al decir Cartagineses, pueblo antiguo con capital en Cartago, hablamos también de Fenicios. Seguramente sus herederos. La ciudad de Cartago fue, en sus inicios, una colonia fundada por los Fenicios de Tiro que, en su avance marítimo hacia el oeste, lograron establecer un gran asentamiento comercial en lo que hoy es Túnez. Ni los fenicios de Tiro, ni los griegos dominaron el interior de la Península lo que sí hicieron los Cartagineses.
Dos periodos su establecimiento. El primero, hasta el siglo V, se consideraba fenicio.  A partir de esta fecha hasta la conquista romana, (sobre el 145 a.C.), el papel principal es cartaginés. El auge de Cartago pronto tomó carácter militar. A partir del siglo VI se enfrentan con los griegos, apoyándose en determinados momentos en los etruscos,  para evitar la competencia helénica, para impedir la ampliación del territorio de colonización griego como a la adquisición de nuevos mercado. 

La batalla de Himera
En 535, es un hito en estas luchas marítimas. Ya en el siglo IV a.C., las fuerzas de una Cartago bajo un régimen republicano y como la ciudad más grande a este lado de la península Itálica, decidieron invadir el interior de Ispnya llegando a dominar hasta el sur del río Tajo y al norte, casi hasta llegar a los Pirineos. A estos nuevos territorios, habría que sumarles los que ya los antiguos Fenicios habían colonizado como el reino Tarteso.
Los cartagineses fueron un pueblo o grupo de pueblos. Cuando aparecen citados mercenarios ibéricos luchando junto a cartaginenses o griegos podrían ser íberos o gentes procedentes de Iberia, celtíberos, celtas u otros pueblos no ibéricos.
Estuvieron regidos por jefes efímeros similar a un rey. Personajes que emergían como consecuencia de una victoria. Ampliaban los límites geográficos de un pueblo o de una tribu. Por ello los límites territoriales fueron móviles e inestables.

PUERTO DE CARTAGO (RECREACIÓN)

Entre los pueblos que los componían se puede identificar a los sordones con el Rosellón, los layetanos con la zona de Barcelona, cosetanos con el llano de Tarragona, Ilergetes con Lérida (Ilerda), Jacetanos con Jaca y Sedetanos con Monegros y valle del Ebro (desde el sur de la Sierra de Alcubierre). En la comarca de las Cinco Villas estaban los Suessetanos, lindando al oeste con los vascones, gentes que no se consideran hoy iberas. Por citar algunos más tenemos los Ilercavones en la costa (desde el Ebro hasta Sagunto), los Mastienos en la zona de Cartagena, los Bastetanos en Andalucía oriental y los Turdetanos en Andalucía central
La primera guerra contra los romanos entre el 264 y el 241 a.C. aunque tuvieron importantes victorias finalmente salieron derrotadas por Duilio, general Romano, y Cartago tuvo que ceder Sicilia y asumió unos fuertes tributos a Roma. Se llamaron Guerras Púnicas dado que los romanos los llamaban Punici, refiriéndose al origen fenicio de Cartago.

BATALLA DE LAS GUERRAS PÚNICAS

Al quedar empobrecidos pusieron su empeño en conquistar la península Ibérica, o al menos en la región andaluza y levantina. Fueron luchando y venciendo por las armas o por la diplomacia a los pueblos que se fueron encontrando, fundamentalmente colonias griegas. El dominio fue muy rentable con prospecciones nuevas de plata que empezó a manar hacia ellos.
Ese fue el proyecto y la acción del general Amílcar Barca, que murió habiendo conseguido para Cartago la plata y los mercenarios Ibéricos.

ALMICAR BARCA 
Cartago estableció también, una serie de colonias en la costa meridional atlántica de España y un conjunto de otras colonias en el extremo norte de África y en la costa africana del Atlántico, donde progresaron notablemente en dirección sur. La isla de Ibiza era escala obligada en las travesías por el Mediterráneo occidental y fue pronto cabeza de puente para abrir las relaciones comerciales con el Mediterráneo noroccidental.
Le sucedió Asdrúbal un pacificador que funda Cartago-Nova (Cartagena) además firma un tratado con Roma fijando límites para los dos imperios.
Dentro de esos límites estaba Sagunto, que debería permanecer libre y autónoma. En realidad Roma buscaba una forma de mantener las distancias entre los galos y los cartagineses. Cualquier ejército que quisiera cruzar los Pirineos debía pasar por Sagunto. Asdrúbal murió asesinado y le sucede Aníbal, un hombre de 25 años y auténtico guerrero. Atacó la meseta central y luego fue atacado por carpetanos, vacceos y olcades a los que derrotó, amplió dominios y consiguió riquezas y mercenarios. Animado por sus victorias Aníbal decidió conducir su ejército a través de una ruta terrestre. Al frente de sus mercenarios ibéricos y norteafricanos, cruzó los Pirineos, en donde se le unieron los emisarios galos que lo guiarían por las montañas alpinas. Con sus 90.000 hombres, 12.000 jinetes y 40 elefantes, empleó 36 días en cruzar los Alpes, una de las marchas militares más célebres de todos los tiempos, las emboscadas de los montañeses, la falta de pasto en las cumbres y sobre todo la nieve que escondía el camino y hacía despeñar hombres y caballerías.
No respetando el acuerdo con Roma se propuso atacar Sagunto asediando la ciudad y resistiendo ésta con un increíble heroísmo defendiéndose rabiosamente. Finalmente todo estaba perdido por lo que los saguntinos reunieron todo el oro y la plata y la fundieron con plomo, cobre y estaño y por si fuera poco se arrojaron a las llamas, prefiriendo esa muerte que el cautiverio. Roma que había sido avisada por los saguntinos llegó tarde. En realidad dejaron hacer el trabajo sucio. 

ESCIPIÓN EL AFRICANO 

El asedio duró seis meses, es decir que tuvieron tiempo para acudir. Roma mandó a Publio Cornelio Escipión para atacar a Aníbal. Pero éste ya marchaba contra Roma. Lo que hizo que el romano le esperase en Italia. Aníbal ya en la península itálica, en su marcha por las pantanosas llanuras del centro, con un ejército diezmado y desmoralizado, perdió un ojo y el único elefante que había sobrevivido. Aun así logró rehacer sus huestes y, tras vencer a los romanos en Trebia y Trasimeno, en el 216 los derrotó ampliamente en Cannas, pese a la inferioridad numérica de sus hombres. Decidió no atacar Roma y retirarse a Capua. Entonces volvió a Cartago. Allí trató de negociar una paz honrosa con los romanos, pero fue vencido en Zama por Escipión el Africano en el 202, y el tratado que puso fin a la guerra fue muy oneroso para los cartagineses.

ANIBAL MARCHA SOBRE ROMA 

Aníbal demostró que era un estadista tan notable como genio militar. Roma exigió su cabeza y se vio obligado a huir. Ante las fuertes presiones de los romanos, y temiendo ser entregado, se suicidó. Corría el año 183. Cuatro décadas más tarde, su patria era arrasada por Roma.
Las fuerzas romanas se habían instalado en Tarraco (Tarragona), convertida así en el principal centro romano en Hispania. En el 149 hasta el 146 a.C. se produjo la Tercera Guerra Púnica, que consistió en la destrucción total de Cartago y la matanza o esclavitud de sus habitantes. Con lo cual desaparece el pueblo cartaginés. Roma es la nueva civilización dominante en la península. La ciudad se fundó, en el año 227 a.C.

CAPTURA DEL STANHOPE - 1710

Blas de Lezo, el almirante “Medio Hombre” , debido a la pérdida de una pierna a los 17 años en el combate naval de Vélez (Málaga), un ojo tr...