viernes, 18 de agosto de 2023

LOS ROMANOS

El Siglo II d. C., a finales, es la época floreciente en Hispania. Se enseña latín, se realizan obras espectaculares de ingeniería y arquitectura, calzadas, puentes y acueductos, se aplica el Derecho Romano que es la base del actual Derecho en Europa.

TRAJANO

Los emperadores de origen hispano son los que llevan al imperio a su máximo esplendor y la época de paz, Trajano y su sucesor, Adriano.
Antiguos campamentos militares y asentamientos iberos, fenicios y griegos fueron transformados en grandes ciudades, unidas por una extensa red de carreteras. El desarrollo de la construcción incluye algunos monumentos de calidad comparable a los de la capital, Roma.
La ingeniería civil son imponentes construcciones como el Acueducto de Segovia o el Acueducto de los Milagros de Mérida, en puentes como los de Alcántara sobre el Tajo, el de Córdoba sobre el Guadalquivir o el de Mérida sobre el Guadiana. También se construyeron faros como el que aún está en uso en La Coruña, la Torre de Hércules.
La arquitectura lúdica como los teatros de Mérida, Cartagena, Sagunto, Tiermes o Cádiz, los anfiteatros de Mérida, Itálica, Tarraco y Segóbriga y los circos de Mérida, Córdoba, Toledo, Sagunto y muchos otros prueban de la importancia de Hispania.
La arquitectura religiosa también se extendió por la península.
Roma estableció su dominio sobre la Península Ibérica, pero también trajo su cultura, su economía, su legislación, el sistema político y militar, las infraestructuras que les permitieron crear y conservar un imperio y las manifestaciones artísticas de todo tipo. De todo ello se conserva hoy un importante legado no sólo arqueológico, sino también cultural.

ACUEDUCTO DE SEGOVIA 

La latinización, fue un proceso que trajo la pérdida de los idiomas indígenas, a excepción del euskera, y la sustitución de éstos por el latín, del que más tarde derivarían las lenguas romances. La escritura ibérica se siguió usando en muchos ámbitos durante siglos, baste comprobar los grafitos marcados a punzón sobre cerámicas o bien los nombres de las ciudades escritos sobre monedas en ibérico o en latín de modo que, a veces se vuelve al uso del ibérico después de haber acuñado monedas con textos latinos.
La religión de Roma fue fundamental en la vida de las personas e influye en las decisiones. La palabra religión procede del latín religare o re-legere, que significaría volver a ligar o unir. Es decir, atar lo mortal con lo divino. El culto a los dioses en Roma era un deber cívico.  A comienzos del siglo IV, el emperador Constantino abraza la fe católica y deja de ser perseguida para ser la religión oficial de Roma, el cristianismo se encontraba ya desarrollado en Hispania. Tras haber sido impuesto como religión oficial, sufrió la segregación entre el arrianismo que traían los germánicos y el catolicismo de los hispanorromanos hasta la conversión al cristianismo de Recaredo en 586.


Los Hispano-romanos eran las gentes habitantes de Hispania tras la dominación romana que se habían quedado como propia la cultura romana, en toda su extensión. Son los ascendientes que al mestizarse con los visigodos fueron los reyes cristianos posteriores a la invasión musulmana.
No obstante la introducción del cristianismo en Hispania romana ofrece varias lagunas. La llegada de Santiago el Mayor es dudosa. La predicación de san Pablo es poco probable. La introducción del cristianismo debió realizarse mediante una predicación procedente del norte de África, durante el siglo I. A finales del siguiente siglo ya estaba muy extendido y en la siguiente centuria se consolidó.
En otro orden de cosas los romanos dieron a Hispania una fisonomía distinta, al dotarla de grandiosas obras de arquitectura e ingeniería. Con su sistema constructivo basado en sillares de piedra, el arco y la bóveda, levantaron grandes murallas, arcos triunfales, templos, puentes y acueductos. Además de teatros, anfiteatros, circos, y todo tipo de monumento conmemorativo o funerario. Las ciudades de Hispania compitieron por la grandiosidad y la proliferación de sus construcciones monumentales. Roma era un imperio, una cultura, un pueblo de conquistadores, pero que trataba de consolidar su poder más allá de la simple ocupación militar. Un dominio que iba a incidir profundamente en las costumbres y la cultura.
A partir del final del siglo II el sistema imperial romano fue debilitándose. Las legiones militares y las unidades administrativas aumentaron su capacidad de autonomía, hasta conformar estados paralelos al propio Estado.

TEODOSIO 

Decaía el sistema esclavista en el que se asentaba la economía. Levantamientos y revueltas sociales fueron numerosas. Las oligarquías abandonaron el poder y se trasladaron a sus villas. Se debilitó la demanda y la producción. Todos estos problemas económicos y sociales se vieron agravados por los militares dada la presión que ejercieron los pueblos bárbaros sobre las fronteras del extenso imperio.
Se constituyeron diferentes reinos dominados por pueblos de origen bárbaro, aunque fue más bien un ingreso más o menos atropellado y generalmente tutelado por el mismo Imperio Romano. Roma se sirvió con frecuencia de los bárbaros como complemento necesario de su cada vez más precario ejército, que dedicaba la mayor parte del tiempo a resolver enfrentamientos internos y no prestaba la debida atención a la defensa de las antiguas fronteras.
En el año 378 Teodosio el Grande se convierte en el máximo dirigente del Imperio Romano y toma dos importantes decisiones. Por un lado declara al Cristianismo como la nueva religión del Imperio, de esta forma la iglesia cristiana fue asumiendo cada vez más poder y llegó a desempeñar importantes cargos administrativos. Por otro lado decide hacer un pacto con los Godos y les ofrece territorios dentro del Imperio a cambio de que sirvan en las legiones romanas.
Se dirige primero una invitación a vándalos, alanos y suevos para que entren. Y no sólo entran, sino que se instalan. Y únicamente saldrán de España, pasados algunos decenios, o bien para conquistar tierras del norte de África o bien por presiones de un pueblo más fuerte y mejor organizado, el visigodo, que tras su segundo ingreso en la península permanecerá en ella hasta la llegada del islam. Teodosio (347-395), reunió las porciones oriental y occidental del Imperio, siendo el último emperador en gobernar todo el mundo romano. Después de su muerte, las dos partes del Imperio se separaron definitivamente.

CAPTURA DEL STANHOPE - 1710

Blas de Lezo, el almirante “Medio Hombre” , debido a la pérdida de una pierna a los 17 años en el combate naval de Vélez (Málaga), un ojo tr...