En
Hispania entre el 416 y 476 los visigodos luchan contra los alanos y los
vándalos, y confinaron a los suevos en Galicia. Después de derrotar a los
visigodos, los alanos le ofrecen la corona a Gunderic (428-477 d.C.), quien
comienza a llamarse rey de los vándalos y los alanos.
Los Vándalos en su territorio (Vandalucía), vencieron a un ejército romano en el 428, se apoderaron de Sevilla, Cartagena y pasaron a las Baleares. Y vencieron a los Suevos en Mérida. Fracasados los romanos ante los suevos aceptaron abandonar la península en manos de los barbaros. Más tarde, los vándalos, atraídos por las riquezas romanas en África y bajo la presión de las luchas permanentes con los visigodos, en el año 429 d.C. dejan España por el estrecho de Gibraltar.
Mientras tanto Atila, rey de los Hunos, y los embajadores del imperio romano de oriente deciden firmar un pacto. Atila se autoproclama como emperador de los hunos, (434 al 453). En el año 449 intentan asesinarle, dicen que enviados por el imperio romano de oriente. Atila logró reunir más de quinientos mil guerreros. Ahí estaban los ostrogodos, estaban los estitas, de innumerables tribus se acercaron para combatir al lado de Atila.
Junio del año 441. El imperio romano de occidente, que ha logrado unificar también algunas tribus. Con ellos están los visigodos, los francos. Y se disponen a presentar batalla a los Hunos, que venían con sus aliados ostrogodos y demás. El choque fue brutal, pero los romanos utilizaron una táctica que los Hunos no dominaban del todo, y era la del combate a pie y la victoria fue para los romanos. La última gran victoria de los romanos en los campos de los Cataláunicos
El 3 de Julio del año 442 Atila y sus miles de guerreros están frente a las murallas de Roma. Atila estaba también deseando conocer al Papa. Se entrevista y el papa trata de evitar la invasión de los Hunos. Lo consigue y León I llega a Roma con la buena noticia: los hunos se van. Atila simplemente los menospreció, y se volvió hacia su reino.
Atila murió inesperadamente. Rápidamente, los germanos se unieron, y presentaron batalla a los hunos. Los hunos después de una serie de fracasos, se entroncaron con los ostrogodos, y ahí se perdió la pista de los hunos. Atila, el rey de los hunos, murió en el 453.
ATILA
Años antes, en Roma, Constantino III (407-409) se hizo proclamar emperador desafiando a Honorio (384-423), a quien legítimamente correspondía el título, ya que heredó los derechos para gobernar la parte occidental del Imperio tras la muerte de su padre, Teodosio (347-395). Se hizo enseguida con el mando de gran parte de Galia y de Hispania. Nadie se opuso a él salvo algunos parientes de Teodosio. Constantino III, a pesar del éxito conseguido cometió dos errores importantes, que provocaron el descontento entre los hispanos: por una parte, saqueó indiscriminadamente algunas zonas conquistadas, y por otra, encargó la defensa de los Pirineos occidentales a sus tropas, rompiendo así la tradición de confiarla a las tropas locales.
Por otro lado, el general romano Geroncio (?-411), confiado en el prestigio alcanzado tras los éxitos militares, se subleva contra su emperador, Constantino III, lo que inició una segunda confrontación civil. Geroncio concedió a las tropas bárbaras el derecho a saquear los campos palatinos y el deber de proteger los pasos de los pirineos.
En primer lugar realizó un pacto con los bárbaros que se habían instalado en el sur de la provincia de Aquitania para que atravesaran los Pirineos y entraran en Hispania. Así llegaron los Godos, Suevos, Vándalos y Alanos a Hispania. A los Alanos les concedió las provincias de Lusitania y la Carthaginensis, los Vándalos recibieron la Bética, los Suevos ocuparon la actual Callaecia y los Godos controlaban la Tarraconensis, Pretendía que le ayudaran en la lucha contra Constantino III. Una vez en Hispania, siempre por medio de pactos, les permitió la libre circulación y el asentamiento en las zonas dominadas. Los planes fueron desarrollándose según lo previsto, pero la ambición pudo con Geroncio. Se dirigió hacia el sur de Galia para finiquitar a Constantino III. Sitió a la ciudad de Arles, donde se encontraba Constantino III. Justo en aquel momento entró en escena, finalmente el general Honorio(384-423).
Años antes, en Roma, Constantino III (407-409) se hizo proclamar emperador desafiando a Honorio (384-423), a quien legítimamente correspondía el título, ya que heredó los derechos para gobernar la parte occidental del Imperio tras la muerte de su padre, Teodosio (347-395). Se hizo enseguida con el mando de gran parte de Galia y de Hispania. Nadie se opuso a él salvo algunos parientes de Teodosio. Constantino III, a pesar del éxito conseguido cometió dos errores importantes, que provocaron el descontento entre los hispanos: por una parte, saqueó indiscriminadamente algunas zonas conquistadas, y por otra, encargó la defensa de los Pirineos occidentales a sus tropas, rompiendo así la tradición de confiarla a las tropas locales.
Por otro lado, el general romano Geroncio (?-411), confiado en el prestigio alcanzado tras los éxitos militares, se subleva contra su emperador, Constantino III, lo que inició una segunda confrontación civil. Geroncio concedió a las tropas bárbaras el derecho a saquear los campos palatinos y el deber de proteger los pasos de los pirineos.
En primer lugar realizó un pacto con los bárbaros que se habían instalado en el sur de la provincia de Aquitania para que atravesaran los Pirineos y entraran en Hispania. Así llegaron los Godos, Suevos, Vándalos y Alanos a Hispania. A los Alanos les concedió las provincias de Lusitania y la Carthaginensis, los Vándalos recibieron la Bética, los Suevos ocuparon la actual Callaecia y los Godos controlaban la Tarraconensis, Pretendía que le ayudaran en la lucha contra Constantino III. Una vez en Hispania, siempre por medio de pactos, les permitió la libre circulación y el asentamiento en las zonas dominadas. Los planes fueron desarrollándose según lo previsto, pero la ambición pudo con Geroncio. Se dirigió hacia el sur de Galia para finiquitar a Constantino III. Sitió a la ciudad de Arles, donde se encontraba Constantino III. Justo en aquel momento entró en escena, finalmente el general Honorio(384-423).
MONEDAS DE CONSTANTINO III
Paradójicamente, con el fin de lograr el triple objetivo de eliminar a Constantino III, Geroncio y Máximo (?-422), Honorio solicitó la ayuda de quienes poco antes habían arrasado Roma: los visigodos, que a la sazón se hallaban decidiendo qué rumbo tomar tras la muerte de su primer gran rey, Alarico. No fue la primera ni la última vez en la que un emperador legítimo se sirvió de fuerzas bárbaras para asegurar su gobierno. Realmente se vislumbraba la decadencia del Imperio Romano.
El poder legítimo de Roma volvía a imponerse en la península, pero sólo en una mínima parte, la franja costera de la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos, usurpadores, que se lo habían servido en bandeja, los visigodos.
En 415, en virtud de un pacto (foedus) celebrado entre el emperador romano Honorio y el rey visigodo Walia, los visigodos se asentaron en la provincia romana de Aquitania Secunda (Aquitania II), en el sur de las Galias. Para frenar el avance, el Imperio romano de Occidente autorizó a los visigodos a asentarse en el sur de la Galia y controlar territorios de Hispania. Los visigodos recibieron tierras donde establecerse, a cambio de la obligación de defender el Imperio frente a los enemigos, las “bagaudae” (rebeliones), y otros pueblos germánicos.
En 414, Constancio atacó al rey visigodo Ataúlfo, que proclamó de nuevo emperador a Atalo. Ataúlfo fue forzado por Constancio a refugiarse en Hispania, y Atalo, perdiendo otra vez la ayuda de los visigodos, fue capturado y depuesto. Aquí es donde nace la monarquía en Hispania, con Ataúlfo.
Paradójicamente, con el fin de lograr el triple objetivo de eliminar a Constantino III, Geroncio y Máximo (?-422), Honorio solicitó la ayuda de quienes poco antes habían arrasado Roma: los visigodos, que a la sazón se hallaban decidiendo qué rumbo tomar tras la muerte de su primer gran rey, Alarico. No fue la primera ni la última vez en la que un emperador legítimo se sirvió de fuerzas bárbaras para asegurar su gobierno. Realmente se vislumbraba la decadencia del Imperio Romano.
El poder legítimo de Roma volvía a imponerse en la península, pero sólo en una mínima parte, la franja costera de la Tarraconense y las zonas del curso medio y bajo del Ebro. El resto del territorio estaba ya en manos de aquellos bárbaros a los que otros romanos, usurpadores, que se lo habían servido en bandeja, los visigodos.
En 415, en virtud de un pacto (foedus) celebrado entre el emperador romano Honorio y el rey visigodo Walia, los visigodos se asentaron en la provincia romana de Aquitania Secunda (Aquitania II), en el sur de las Galias. Para frenar el avance, el Imperio romano de Occidente autorizó a los visigodos a asentarse en el sur de la Galia y controlar territorios de Hispania. Los visigodos recibieron tierras donde establecerse, a cambio de la obligación de defender el Imperio frente a los enemigos, las “bagaudae” (rebeliones), y otros pueblos germánicos.
En 414, Constancio atacó al rey visigodo Ataúlfo, que proclamó de nuevo emperador a Atalo. Ataúlfo fue forzado por Constancio a refugiarse en Hispania, y Atalo, perdiendo otra vez la ayuda de los visigodos, fue capturado y depuesto. Aquí es donde nace la monarquía en Hispania, con Ataúlfo.
ATAÚLFO
Los visigodos entre 416 y 476 luchan contra los alanos y los vándalos, y confinaron a los suevos en Galicia. Después de derrotar a los visigodos, los alanos le ofrecen la corona a Gunderic (428-477 d.C.), quien comienza a llamarse rey de los vándalos y los alanos.
Los Vándalos en su territorio (Vandalucía), vencieron a un ejército romano en el 428, se apoderaron de Sevilla, Cartagena y pasaron a las Baleares. Y vencieron a los Suevos en Mérida. Fracasados los romanos ante los suevos aceptaron abandonar la península en manos de los barbaros. Más tarde, atraídos por las riquezas romanas en África y bajo la presión de las luchas permanentes con los visigodos, en el año 429 d.C. los vándalos dejan España por el estrecho de Gibraltar. Así es como Hispania queda con sus habitantes hispano-romanos, y con los visigodos.
Roma se sumió en la anarquía y los germanos acabaron por hacerse con el control del gobierno imperial de Occidente. Los últimos emperadores fueron hombres de paja al servicio de los germanos hasta que la situación terminó con el último emperador, Rómulo Augústulo en el 476. Y así fue como Roma desapareció de Hispania después de seiscientos años.
Roma no sucumbió ni a la guerra ni a la revolución. En el último día del imperio, el 4 de septiembre del 476 d.C., un miembro bárbaro de la tribu germánica Siri y excomandante en el ejército romano entró sin oposición a la ciudad. El único poder militar y financiero del Mediterráneo no pudo resistir. Odoacro fácilmente destronó al emperador.
La caída de Roma simplemente vino porque los bárbaros aprovecharon las dificultades que ya existían en Roma: problemas que incluían una ciudad en decadencia (tanto física como moral), poco o ningún ingreso fiscal, superpoblación, gobernación corrupta, Justicia inoperante según que casos, los cultivos se desperdiciaban, la tecnología deficiente se reducía a la producción de alimentos, la ciudad estaba superpoblada, el desempleo era elevado y, por último, siempre existían las epidemias. A esto se agregaba un gobierno inepto e indigno de confianza.
La caída se debió a la estructura del ciudadano romano. Se debió, en parte, a la posible decadencia moral de la ciudad, su caída es una reminiscencia del "declive" de la República siglos antes
Los visigodos constituyeron un reinado en suelo imperial, con capital en Tolosa,(Toulusse) que perduró hasta el 507 en la batalla de Vouillé entre francos y visigodos, con derrota de estos, que tuvo como consecuencia el traslado del reino visigodo de Toulouse actual en Francia, a Toletum, (Toledo) en Hispania. Y aquí permanecería hasta la invasión musulmana en el 711.
El Imperio Romano de Occidente había desaparecido en el 476, y los visigodos alcanzaron su independencia. En ningún momento los visigodos se consideraron a sí mismos invasores ya que su asentamiento en Hispania había sido legalizado por el ya muerto Imperio Romano de Occidente.
La población autóctona, los hispanorromanos, tampoco los vio como invasores.
Por resumir la división de la provincia de Hispania hecha por Roma:
Hubo distintos cambios a lo largo de los siglos en cuanto a las divisiones administrativas.
La conquista de Hispania duró 2 siglos entre el 218 antes de Cristo al año 19 a. C.
Los visigodos entre 416 y 476 luchan contra los alanos y los vándalos, y confinaron a los suevos en Galicia. Después de derrotar a los visigodos, los alanos le ofrecen la corona a Gunderic (428-477 d.C.), quien comienza a llamarse rey de los vándalos y los alanos.
Los Vándalos en su territorio (Vandalucía), vencieron a un ejército romano en el 428, se apoderaron de Sevilla, Cartagena y pasaron a las Baleares. Y vencieron a los Suevos en Mérida. Fracasados los romanos ante los suevos aceptaron abandonar la península en manos de los barbaros. Más tarde, atraídos por las riquezas romanas en África y bajo la presión de las luchas permanentes con los visigodos, en el año 429 d.C. los vándalos dejan España por el estrecho de Gibraltar. Así es como Hispania queda con sus habitantes hispano-romanos, y con los visigodos.
Roma se sumió en la anarquía y los germanos acabaron por hacerse con el control del gobierno imperial de Occidente. Los últimos emperadores fueron hombres de paja al servicio de los germanos hasta que la situación terminó con el último emperador, Rómulo Augústulo en el 476. Y así fue como Roma desapareció de Hispania después de seiscientos años.
Roma no sucumbió ni a la guerra ni a la revolución. En el último día del imperio, el 4 de septiembre del 476 d.C., un miembro bárbaro de la tribu germánica Siri y excomandante en el ejército romano entró sin oposición a la ciudad. El único poder militar y financiero del Mediterráneo no pudo resistir. Odoacro fácilmente destronó al emperador.
La caída de Roma simplemente vino porque los bárbaros aprovecharon las dificultades que ya existían en Roma: problemas que incluían una ciudad en decadencia (tanto física como moral), poco o ningún ingreso fiscal, superpoblación, gobernación corrupta, Justicia inoperante según que casos, los cultivos se desperdiciaban, la tecnología deficiente se reducía a la producción de alimentos, la ciudad estaba superpoblada, el desempleo era elevado y, por último, siempre existían las epidemias. A esto se agregaba un gobierno inepto e indigno de confianza.
La caída se debió a la estructura del ciudadano romano. Se debió, en parte, a la posible decadencia moral de la ciudad, su caída es una reminiscencia del "declive" de la República siglos antes
Los visigodos constituyeron un reinado en suelo imperial, con capital en Tolosa,(Toulusse) que perduró hasta el 507 en la batalla de Vouillé entre francos y visigodos, con derrota de estos, que tuvo como consecuencia el traslado del reino visigodo de Toulouse actual en Francia, a Toletum, (Toledo) en Hispania. Y aquí permanecería hasta la invasión musulmana en el 711.
El Imperio Romano de Occidente había desaparecido en el 476, y los visigodos alcanzaron su independencia. En ningún momento los visigodos se consideraron a sí mismos invasores ya que su asentamiento en Hispania había sido legalizado por el ya muerto Imperio Romano de Occidente.
La población autóctona, los hispanorromanos, tampoco los vio como invasores.
Por resumir la división de la provincia de Hispania hecha por Roma:
Hubo distintos cambios a lo largo de los siglos en cuanto a las divisiones administrativas.
La conquista de Hispania duró 2 siglos entre el 218 antes de Cristo al año 19 a. C.
PRIMERA ORGANIZACIÓN ROMANA
1.- La primera organización dividía la península en 2:
Hispania Citerior, con capital en Tarraco, actual Tarragona
Hispania Ulterior, con capital en Corduba, actual Córdoba.
1.- La primera organización dividía la península en 2:
Hispania Citerior, con capital en Tarraco, actual Tarragona
Hispania Ulterior, con capital en Corduba, actual Córdoba.
SEGUNDA ORGANIZACIÓN
2.- En el año 27 a. C., Octavio Augusto divide Hispania en tres provincias, llamadas Baetica, Lusitania y Tarraconensis.
En esta división se introduce Lusitania con capital en la actual Mérida (Emerita Augusta)
La Hispania Citerior pasaba a ser la Tarraconensis y
la antigua Hispania Ulterior se dividía en 2: Lusitania y Baetica
2.- En el año 27 a. C., Octavio Augusto divide Hispania en tres provincias, llamadas Baetica, Lusitania y Tarraconensis.
En esta división se introduce Lusitania con capital en la actual Mérida (Emerita Augusta)
La Hispania Citerior pasaba a ser la Tarraconensis y
la antigua Hispania Ulterior se dividía en 2: Lusitania y Baetica
3.- Finalmente en el 298 después de Cristo, Diocleciano hace una nueva división administrativa con 5 provincias en la Península Ibérica y una sexta incluida en Hispania que comprendía parte del norte de Africa, ya que los romanos también habían conquistado todas las costas del Mediterráneo ("Mare Nostrum"). Ahí las capitales eran:
Tarraconensis.- Tarraco / Tarragona
Gallaecia. Bracara (actual Braga)
Cartaginensis.- Carthago Nova actual Cartagena, previamente fundada por los cartagineses, pero ya derrotado Aníbal por Escipión el Africano.
Baetica.- Corduba / Cordoba
Lusitania.- Emerita Augusta / Merida
Mauretania Tingitana con capital en Tingis (actual Tanger)