lunes, 9 de enero de 2023

COLONIZACIÓN DE AMERICA ANGLOSAJONA

 

San Agustín, la ciudad más antigua del territorio actual de USA fue fundada por españoles. También fueron fundadas por españoles, San Francisco, San Antonio, Tucson, Los Ángeles, Santa Fe, San Diego … etc., etc. Ocho de los cincuenta estados que forman Estados Unidos conservan su nombre en español : California, Colorado, Florida, Montana, Nevada, Nuevo Méjico, Tejas y Utha. En rios: Bravo, Sacramento, Colorado, Grande. La presencia de España en USA a se extendió durante 309 años, desde que el 12 de abril de 1513, cuando Juan Ponce de León llegó a las costas de Florida; hasta 1822 coincidiendo con la independencia de México. El legado español en USA refleja los más de tres siglos de presencia de la cultura española en este territorio. Exportada a Norteamérica por los colonos españoles desde La Nueva España, el Virreinato creado por la Corona de España en México. Gracias a Ponce de León , USA entró hace más de 500 años en la historia de Occidente. 107 años después llegarían a bordo del Mayflower a Massachusetts los peregrinos puritanos. Durante el reinado de Jacobo I se poblaron las regiones que hoy constituyen los estados de Maryland, Pennsylvania y Virginia, que en la segunda mitad del siglo XVI sólo habían sido escenario de las correrías de corsarios como John Hawkins y Francis Drake, más enfrascados en acciones contra España que en algún objetivo fundacional.                           AMERICA DEL NORTE EN 1810

La verdadera colonización del territorio no comenzó hasta principios del siglo XVII, producto de los esfuerzos conjuntos de la Corona y de particulares. A finales de 1606 la Compañía de Londres envía tres buques a la bahía de Chesapeake, cuyos tripulantes fundan al año siguiente la villa de James-town, unas 30 millas curso arriba del río James. Los colonos estaban dirigidos por John Smith, quien disfrutó del favor de Pocahontas, hija del cacique Powhatan, el cual les permitió establecerse. Para hacer rentable la nueva colonia introdujeron en 1612 el cultivo del tabaco. En el otoño de 1620 arribaron un conjunto de pilgrims (peregrinos) quienes, procedentes de Inglaterra pero refugiados en Holanda, víctima de las persecuciones religiosas de los anglicanos, consiguieron hacerse a la mar rumbo a América en el buque Mayflower y fundar el pueblo de Plymouth en Nueva Inglaterra. Sus inicios fueron duros, pues carecían de lo más elemental, pero en noviembre de 1621 recibieron un barco con provisiones, consiguieron una buena cosecha de maíz y con la caza de pavos y venados organizaron una fiesta de Acción de Gracias a Dios (Thanksgiving) por haber podido subsistir, tradición que mantiene hasta hoy el pueblo americano. Más tarde, en 1628 llegaron puritanos de Inglaterra y fundaron cerca de la anterior colonia las villas de Boston, Salem y otras. Estaban dirigidos por John Winthrop y su gente venía con abundantes vituallas y aperos que les permitieron organizar una colonia rica. Introdujeron en cambio una profunda intolerancia religiosa, reflejo de la situación inglesa. Hubo otras colonias, como las de Connecticut y Rhode Island, pero estas fueron iniciadas por gentes tolerantes y de espíritu democrático. En 1632 el rey Carlos I de Inglaterra propició una colonización católica, aunque bajo el espíritu de la tolerancia religiosa, a cuya cabeza puso a Lord Baltimore, a quien concedió las tierras entre el río Potomac y el paralelo 40 a cambio del simbólico precio de dos flechas indias al año. Fue el hijo de Lord Baltimore quien, en 1649, proclamó el Acta de Tolerancia, una de las primeras leyes de tolerancia religiosa de las colonias americanas. Para esta convivencia fundó la ciudad de Filadelfia («ciudad del amor fraterno» en griego), concediendo la igualdad de derechos a los blancos e indios de la región. Esta experiencia inspiró a algunos pensadores del Siglo de las Luces, como Voltaire. En su honor, la fraternal colonia fue denominada “la selva de Penn”, Pennsylvania. La Corona inglesa intervino directamente en la colonización anglosajona de otros territorios. Para evitar el avance hacia el norte de los españoles de La Florida y realizar al mismo tiempo una obra humanitaria, el filántropo James Oglethorpe destinó las tierras al sur del río Savannah a la gente empobrecida y deudora de Inglaterra. Jorge II le concedió tierras que fueron denominadas Georgia en honor de dicho monarca. Sus inicios fueron difíciles a causa del paludismo endémico de aquella región pantanosa, pero pronto se introdujo el cultivo del arroz y, con la llegada de negros esclavos, la colonia comenzó a prosperar. En el siglo XVIII la configuración de la primitiva Norteamérica estaba constituida por trece colonias: Nueva Jersey, Delaware, Nueva York, Nueva Hampshire, Virginia, Massachusetts, Connecticut, Rhode Island, Maryland, Pennsylvania, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia, en las que a mediados del siglo XVIII habitaban cerca de un millón y medio de habitantes. En la cúspide del poder político de las trece colonias se situaba un gobernador nombrado directamente por la Corona. Esta tradición de autogobierno en la América británica se remonta al pacto que los peregrinos del «Mayflower» firmaron para erigirse en gobierno, dotarse de leyes iguales para todos y en pro del bien común. La incipiente democracia se veía limitada por el hecho de que para ejercer el derecho al voto era necesario ser propietario de tierras, si bien el derecho a la crítica y a hacerse oír lo tenían en principio todos los ciudadanos. La colonización anglosajona se produjo un siglo después que la hispana y, en consecuencia, sus instituciones tenían una estructura más moderna; por otra parte, disfrutaban, al menos al principio, de una mayor autonomía respecto a la metrópoli y los colonizadores no aspiraban a retornar enriquecidos al Viejo Mundo, sino que, fugitivos de una situación de intolerancia religiosa, económica y política, deseaban echar raíces en América. Todos estos factores imprimieron a las colonias sajonas unas características que todavía hoy pueden detectarse en el entramado socioeconómico de los EE. UU. y Canadá. Con el desarrollo de las técnicas de cultivo y de comercialización, las estructuras hicieron que la sociedad se dividiera en propietarios aristócratas y comerciantes capitalistas de un lado, y en pequeños propietarios mercaderes y artesanos del otro. La propiedad agrícola, riqueza fundamental del país, variaba sus características según el tipo de suelos, de cultivos y de poblamiento. Al cabo de cierto tiempo el sistema fracasó, pues dio lugar a especulaciones fraudulentas que ya a principios del siglo XVIII habían hecho posible la formación de una nueva clase de terratenientes que arrendaban la mayor parte de sus tierras. Esto dio lugar a la aparición del latifundismo y a una profunda diferenciación social, una de cuyas manifestaciones fue la proliferación de los squatters u ocupantes ilegales de tierras. En las colonias del centro los agricultores pagaban renta por las tierras a la Corona o a dueños particulares, según fuesen propietarios o arrendatarios. En un país esencialmente agrícola, esto condujo a innumerables fricciones sociales y a encuentros violentos por el cobro de estas rentas, así como a una sociedad de castas liderada por los terratenientes adictos a la Corona. No obstante, esta situación tuvo un aspecto positivo, pues el agricultor, presionado por las rentas, tuvo que diversificar sus fuentes de ingreso y recurrir en régimen de economía familiar a la elaboración artesanal y comercialización de sus propios productos. En los territorios de Nueva Inglaterra las asambleas locales concedían a las nuevas comunidades de agricultores una porción de tierra, el town (seis millas cuadradas), libres de tributación durante cierto tiempo. En el centro del lote se construía la villa, y en el centro de ésta una casa comunal que servía como iglesia y ayuntamiento a un tiempo, y alrededor de la cual construían sus casas los vecinos. Éstos recibían un lote de terreno para su cultivo con arreglo a ciertas jerarquías, pues las mejores tierras eran para los funcionarios elegidos por la comunidad y los hombres de iglesia. También se dejaban tierras comunales para pasto, leña y forraje. La propiedad comunal de estas tierras desapareció a principios del siglo XVIII, al consolidarse la propiedad agraria. Los nuevos colonos tenían que comprar o arrendar sus tierras sin derecho al uso de las comunales, que se hizo privativo de los primeros pobladores. Nueva Inglaterra se dedicó más a la ganadería, y como la agricultura no era demasiado pródiga, se orientó al comercio y la industria. Las colonias del centro se especializaron en el cultivo de cereales, en especial el trigo, que exportaban a Las Antillas, donde no se podía cultivar por el clima. Las colonias del sur comenzaron a destacarse en el sistema de grandes plantaciones de un solo cultivo que dio origen al capitalismo de plantación, cuya producción se destinaba al comercio internacional, a base de una mano de obra que pronto fue la del trabajo esclavo de negros africanos. El primer cultivo extenso y de gran riqueza fue el del tabaco, en Virginia, que predominó hasta el auge posterior del algodón. Las trece colonias inglesas tenían sistemas políticos, constitucionales y legales muy similares, y fueron dominadas por protestantes de habla inglesa. Eran solo una parte de las posesiones de Gran Bretaña en el Nuevo Mundo, que también incluyeron colonias en la actual Canadá y el Caribe, así como en el este y en el oeste de la Florida. Las trece colonias tenían un alto grado de autonomía y las elecciones locales eran activas, y cada vez más se resistieron a las demandas de Londres para un mayor control. En la década de 1750, las colonias comenzaron a colaborar entre sí, en lugar de tratar directamente con Gran Bretaña. Estas actividades inter-coloniales cultivaron un sentido de identidad americana compartida y condujeron a las peticiones de protección de los derechos como ingleses (Rights of Englishmen) de los colonos, especialmente el principio de «no hay impuestos sin representación». Las quejas contra el gobierno británico llevaron a la revolución americana, en la que las colonias establecieron un Congreso Continental y declararon la independencia en 1776.

jueves, 5 de enero de 2023

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD- 15- CATEDRAL SANTIAGO DE COMPOSTELA


La tumba de Santiago el Mayor fue descubierta una noche del 813 en el monte sagrado del Libredón, bajo una lluvia de estrellas, y sería la piedra fundacional de una prodigiosa Catedral y de una ciudad que, desde entonces, atraería las huellas de los caminantes hasta convertirse en un destino con el rastro y el eco de toda Europa. Así ocho siglos después de la muerte del Apóstol Santiago, un ermitaño llamado Pelayo o Paio dijo que vio una estrella posada en el bosque Libredón. Se lo comunicó al obispo Teodomiro, obispo de Iria Flavia. Fueron allí y descubrieron en la espesura la antigua capilla, donde existe un cementerio de la época romana. El hallazgo del supuesto sepulcro coincide con la llegada al reino astur de mozárabes huidos de las zonas dominadas por los musulmanes, buscando poder practicar sus creencias religiosas.

Alfonso II de Asturias (760-842), “el Casto”, fue el primer rey que viajó devotamente al enterarse de la noticia del hallazgo del sepulcro del Apóstol, de forma que se le puede considerar el primer peregrino jacobeo. Entre los años 820 y 830 fue cuando se descubrió la cámara sepulcral, posiblemente romana, conteniendo los restos del Apóstol y dos de sus discípulos. Fue muestra de su fe la construcción de una pequeña iglesia, donde se cree que reposan los restos del Apóstol. Aproximadamente desde el año 921, con el hallazgo de las presuntas reliquias del Apóstol y con el beneplácito de Carlomagno, que quería defender sus fronteras de invasiones árabes, Compostela se convertirá progresivamente en un centro de peregrinaje.

La construcción de un sitio destinado a rendir culto a los restos del apóstol Santiago, tenía sus raíces en torno al siglo II, en un mausoleo pagano de Compostela (Campo de Estrellas) que contenía los restos de dos mártires cristianos. Este edificio sepulcral, despertó el interés del obispo Teodomiro, quien en torno a 829, identificó los restos como pertenecientes al apóstol Santiago y a dos de sus discípulos, Atanasio y Teodoro.
Pero Almanzor el invasor musulmán, sobre el año 997 quemó el templo prerrománico dedicado a Santiago, respetando el sepulcro. Las peregrinaciones por el Camino continuaron de todas formas. Se reconstruyó, pero se quedaba pequeña para atender a los fieles.  Ya la iglesia se quedaba pequeña para albergar tanta gente, por lo que Alfonso VI, el Bravo, inició las obras de la catedral románica en el año 1075, con unos 50 canteros, datos que nos ofrece en detalle el famoso Códice Calixtino. La construcción de la Catedral comenzó promovida por el obispo Diego Peláez. 
Tras derruir una parte de las antiguas construcciones, el sepulcro pasó a figurar en el presbiterio y más tarde se impulsó las obras del primitivo claustro, los trabajos se mantuvieron de forma intermitente, hasta quedar completada en 1105.
El número de peregrinos aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre las naciones europeas. La noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a arribar al venerable lugar del sepulcro, el denominado “Campus Stellae”, que devendrá en el famoso vocablo Compostela.
Un privilegio concedido en 1122 por el papa Calixto II declaró que serían “Año Santo” o “Año Jubilar” en Compostela todos los años en que el día 25 de julio, día de Santiago, coincidieran en domingo; este privilegio fue confirmado por el papa Alejandro III en su bula Regis aeterni en 1179. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1896,2​ y la ciudad vieja de Santiago de Compostela, que se concentra en torno a la catedral, fue declarada bien cultural Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.
Ya en el siglo XV, la iglesia se convirtió en centro de peregrinación de la Cristiandad, dando origen a los que llamamos “El camino de Santiago”, que desde luego hay muchos.
Por esta vía se expandieron en la Península los nuevos estilos arquitectónicos que triunfaron en Europa.
La gran catedral ocupa una superficie de ocho mil metros cuadrados. Ya en el siglo XII tiene nueva naves inferiores y tres superiores. La primera y principal es la que se extiende des la puerta  principal  hasta los cuatro pilares centrales que sostienen la iglesia  y a su lado hay don naves pequeñas.
Las tres naves principales se extienden a los más alto de la basílica, Rodean el templo veinticinco capillas y la actual cúpula  gótica del crucero sustituye a la linterna románica originaria.
Pero lo más extraordinario de la catedral es su exterior, sus magníficas portadas, tres principales y otras siete pequeñas.
La fachada que mira a occidente es el “PÓRTICO DE LA GLORIA" realizada en el 1188 por el maestro Mateo. Obra cumbre de la escultura románica que se desarrolla en un pórtico con tres arcos. En el central se representa la Gloria, destino final de los justos, presidida por un gran Cristo resucitado. En el izquierdo al pueblo judío esperando en el Limbo de los Justos la llegada de Cristo y en el derecho el Juicio final al que serán sometidos todos los seres humanos.
La gran fachada barroca del OBRADOIRO, del siglo XVIII, es obra de Fernando Casas y Novoa, (1738-1750) Arriba, en el centro, aparece la figura de Santiago Apóstol, en medio la urna y la estrella (representación de las luminarias que vio el ermitaño Pelayo) entre ángeles y nubes. Una combinación de piedra y vidrio, destacando el gran ventanal del cuerpo central, de los mayores anteriores a la Revolución Industrial.
En la fachada de las PLATERÍAS destaca el desbordamiento de la escultura fuera del marco de los tímpanos, donde se narra el ciclo de la Redención. La naturaleza divina queda reservada al tímpano de la izquierda, presidido por las figuras del Salvador y el colegio apostólico. En las jambas, escenas del Génesis y la figura elegante del rey David. La Puerta Santa, barroca (1611), sólo se abre los años santos. En la de Platerías encontraremos la única fachada románica que se conserva de todo el templo, haciendo honor al oficio que allí se llevaba a cabo.

La fachada este o de la QUINTANA tiene dos puertas. La puerta santa está dedicada a Santiago y a su lado los discípulos Teodoro y Anastasio. A ambos lados de la puerta están colocadas veinticuatro estatuas sedentes de Apóstoles, patriarcas y profetas. La otra es la puerta real, cuyo nombre hace alusión al escudo que tiene. Y la Puerta Santa y rodeado por la casa de la Parra y el convento de la Quintana de Vivos.
La fachada da ACIBECHERÍA (Azabachería), es neoclásica (Ventura Rodríguez y Lois Monteagudo), antiguamente Puerta del Paraíso, por la que entraban los peregrinos. Corresponde a la zona Norte de la Catedral y fue, durante mucho tiempo, la puerta principal del templo. 

En la plaza, los peregrinos lavaban sus manos y harapos. El nombre de esta fachada viene dado por el gremio de los “azabacheros”, en cuyo material Compostela era destacada y  de nuevo en honor a los puestos de venta ubicados en la misma; a día de hoy aún podremos encontrar algunos de ellos aquí mismo.
Varias plazas rodean esta mastodóntica catedral.
Por último, la catedral se encuentra custodiada por la plaza de la Inmaculada y por la de Azabachería. 
Cabe resaltar la parte superior de la catedral: sus cubiertas. Estas se pueden recorrer bajo previa reserva gracias a una visita guiada.

martes, 27 de diciembre de 2022

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - 14 - CAMINO DE SANTIAGO -

Durante más de mil años, el Camino de Santiago ha conducido a los peregrinos hasta el santuario de un apóstol de la Cristiandad: Santiago el Mayor. Su tumba, descubierta una noche del 813 en el monte sagrado del Libredón, bajo una lluvia de estrellas, sería la piedra fundacional de una prodigiosa Catedral y de una ciudad que, desde entonces, atraería las huellas de los caminantes hasta convertirse en un destino con el rastro y el eco de toda Europa.
Alfonso II de Asturias (760-842), “el Casto”, fue el primer rey que viajó devotamente al enterarse de la noticia del hallazgo del sepulcro del Apóstol, de forma que se le puede considerar el primer peregrino jacobeo. Entre los años 820 y 830 fue cuando se descubrió la cámara sepulcral, posiblemente romana, conteniendo los restos del Apóstol y dos de sus discípulos. Se inició una modesta construcción y años después una Basílica.
Cuando Sancho III, alcanzó el trono, el Camino discurría por Roncesvalles, Pamplona, Miranda de Ebro y Burgos. Sin embargo con el fin de controlar sus dominios, sobre el inicio del milenio modificó el trazado desviándolo hacia el sur y aprovechando viejas calzadas romanas lo hizo pasar por Puente La Reina, Estella, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada y Burgos.
Este itinerario era algo más corto y abierto, evitaba pasos estrechos y desfiladeros, y facilitaba el tránsito de comerciantes y el desplazamiento de sus ejércitos. Y no sólo mejoró el trazado y la protección de la ruta, sino que tomó medidas para fomentar la hospitalidad con los peregrinos, y anuló las exigencias fiscales a las que se veían sometidos.
La iglesia se quedaba pequeña para albergar tanta gente, por lo que Alfonso VI, el Bravo, inició las obras de la catedral románica en el año 1075, con unos 50 canteros, datos que nos ofrece en detalle el famoso Códice Calixtino. La construcción de la Catedral comenzó promovida por el obispo Diego Peláez. Tras derruir una parte de las antiguas construcciones, el sepulcro pasó a figurar en el presbiterio y más tarde se impulsó las obras del primitivo claustro, los trabajos se mantuvieron de forma intermitente, hasta quedar completada en 1105.
En el siglo XI el número de peregrinos aumentó considerablemente gracias a contactos culturales entre las naciones europeas. La noticia se extiende por toda la Europa cristiana y los peregrinos comienzan a arribar al venerable lugar del sepulcro, el denominado Campus Stellae, que devendrá en el famoso vocablo Compostela.
Ya en el siglo XV, la iglesia se convirtió en centro de peregrinación de la Cristiandad. Por esta vía se expandieron en la Península los nuevos estilos arquitectónicos que triunfaron en Europa.
Fue el Emperador Carlomagno el responsable del esplendor del camino en su tiempo, dado el interés que se tomó, incluso contribuyendo económicamente a su desarrollo. El Camino finalmente es un conjunto de diferentes vías que van cruzando los Pirineos y desde aquí, siempre en dirección al Occidente nos llevan al Santo Sepulcro.
El Camino Francés comienza a convertirse en la gran vía transversal de comunicación de los reinos cristianos del norte de España tal y como quedaría descrito hacia 1130 en el Codex Calixtinus.  El Camino Francés que hoy conocemos es la consecuencia de la unificación en el Pirineo Navarro de tres de los cuatros grandes trayectos galos, que se juntan todo en Puente la Reina. Se lo debemos a los reyes Sancho el Mayor, de Navarra y Alfonso VI de León. En tiempos de éste último se alzó la planta románica de la catedral de Santiago en 1077.  El Codex Calixtino, o Guía del Peregrino Medieval, escrita en 1139 se considera el punto de referencia donde inicia la descripción de la ciudad y su catedral.
El Año Santo Compostelano se remonta a 1179. El éxito fue impresionante. Embajadores, príncipes, nobleza y pueblo de todas partes de Europa llegaban y de todos los rincones del mundo. Muchos dejaban firmada la herencia ante la inseguridad del regreso. 
La piratería inglesa no dejo de amenazar el litoral gallego y el nacimiento del protestantismo en el corazón de la vieja Europa enfrentó y sacudió los cimientos del mundo occidental. Y de paso supuso obstáculos para el desarrollo de las peregrinaciones. 
El Camino de Santiago fue declarado el Primer Itinerario Cultural Europeo y también Patrimonio de la Humanidad.
Año Jacobeo es aquel que la festividad de Santiago Apóstol coincide en domingo. 
Existen varios caminos que describiré brevemente;
• Por Aragón - En el Pirineo de Huesca a 1.632 m de altitud en la localidad navarra de Puente la Reina.
• Por Navarra - De Roncesvalles al valle de Ebro y del embalse a Puente la Reina. Es el camino más usado por la vía francesa. Es de gran riqueza socio-cultural.
• Por La Rioja - Procedentes de Navarra se llega a La Rioja Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, son sitios obligados de conocer. El peregrino encontrará multitud de iglesias y monumentos de interés y una naturaleza que rinde su encanto al viajero.
• Por Castilla- Ya en Burgos, visita obligada a la catedral, de una magnificencia evidente. Luego se entre en tierras palentinas, luego León, donde nos maravillaremos con rutas y ruinas romanas. Después la región del Bierzo. Villafranca es la última etapa en tierras leonesas antes de entrar en la provincia de Lugo, en Galicia.
• Hacia el Apóstol - Al subir el puerto de Piedrahita quedaremos extasiados con las vistas panorámicas. Iglesias prerrománicas. Llegaremos después al río Cateiro zona de aguas medicinales. Gargantas de los cañones del Sil y la Ribeira Sacra, lugares cargados de historia. Entraremos en la provincia de la Coruña donde podremos admirar infinidad de lugares de interés y una naturaleza impresionante. En el Monte do Gozo podemos admirar por primera vez la ciudad de Compostela.
Santo Domingo de Bonaval es un monumento a visitar. Desde aquí ya es visible la catedral. El Camino de Santiago, recibió un aumento constante de peregrinos durante el reinado de Sancho III, por la paz y seguridad que respiraba. Un hecho que trajo a hombres de letras, que aportaban nuevas mentalidades y que el rey supo recibir. 
El Año Santo Compostelano se remonta a 1179. El éxito fue impresionante. Embajadores, príncipes, nobleza y pueblo de todas partes de Europa llegaban y de todos los rincones del mundo. Muchos dejaban firmada la herencia ante la inseguridad del regreso. 
La piratería inglesa no dejo de amenazar el litoral gallego y el nacimiento del protestantismo en el corazón de la vieja Europa enfrentó y sacudió los cimientos del mundo occidental. Y de paso supuso obstáculos para el desarrollo de las peregrinaciones. 
El Camino de Santiago fue declarado el Primer Itinerario Cultural Europeo y también Patrimonio de la Humanidad.
Año Jacobeo es aquel que la festividad de Santiago Apóstol coincide en domingo. 
Existen varios caminos que describiré brevemente;
• Por Aragón - En el Pirineo de Huesca a 1.632 m de altitud en la localidad navarra de Puente la Reina.
• Por Navarra - De Roncesvalles al valle de Ebro y del embalse a Puente la Reina. Es el camino más usado por la vía francesa. Es de gran riqueza socio-cultural.
• Por La Rioja - Procedentes de Navarra se llega a La Rioja Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, son sitios obligados de conocer. El peregrino encontrará multitud de iglesias y monumentos de interés y una naturaleza que rinde su encanto al viajero.
• Por Castilla- Ya en Burgos, visita obligada a la catedral, de una magnificencia evidente. Luego se entre en tierras palentinas, luego León, donde nos maravillaremos con rutas y ruinas romanas. Después la región del Bierzo. Villafranca es la última etapa en tierras leonesas antes de entrar en la provincia de Lugo, en Galicia.
• Hacia el Apóstol - Al subir el puerto de Piedrahita quedaremos extasiados con las vistas panorámicas. Iglesias prerrománicas. Llegaremos después al río Cateiro zona de aguas medicinales. Gargantas de los cañones del Sil y la Ribeira Sacra, lugares cargados de historia. Entraremos en la provincia de la Coruña donde podremos admirar infinidad de lugares de interés y una naturaleza impresionante. En el Monte do Gozo podemos admirar por primera vez la ciudad de Compostela.
Santo Domingo de Bonaval es un monumento a visitar. Desde aquí ya es visible la catedral. El Camino de Santiago, recibió un aumento constante de peregrinos durante el reinado de Sancho III, por la paz y seguridad que respiraba. Un hecho que trajo a hombres de letras, que aportaban nuevas mentalidades y que el rey supo recibir. 
El Año Santo Compostelano se remonta a 1179. El éxito fue impresionante. Embajadores, príncipes, nobleza y pueblo de todas partes de Europa llegaban y de todos los rincones del mundo. Muchos dejaban firmada la herencia ante la inseguridad del regreso. 
La piratería inglesa no dejo de amenazar el litoral gallego y el nacimiento del protestantismo en el corazón de la vieja Europa enfrentó y sacudió los cimientos del mundo occidental. Y de paso supuso obstáculos para el desarrollo de las peregrinaciones. 
El Camino de Santiago fue declarado el Primer Itinerario Cultural Europeo y también Patrimonio de la Humanidad.
Año Jacobeo es aquel que la festividad de Santiago Apóstol coincide en domingo. 
Existen varios caminos que describiré brevemente;
• Por Aragón - En el Pirineo de Huesca a 1.632 m de altitud en la localidad navarra de Puente la Reina.
• Por Navarra - De Roncesvalles al valle de Ebro y del embalse a Puente la Reina. Es el camino más usado por la vía francesa. Es de gran riqueza socio-cultural.
• Por La Rioja - Procedentes de Navarra se llega a La Rioja Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, son sitios obligados de conocer. El peregrino encontrará multitud de iglesias y monumentos de interés y una naturaleza que rinde su encanto al viajero.
• Por Castilla- Ya en Burgos, visita obligada a la catedral, de una magnificencia evidente. Luego se entre en tierras palentinas, luego León, donde nos maravillaremos con rutas y ruinas romanas. Después la región del Bierzo. Villafranca es la última etapa en tierras leonesas antes de entrar en la provincia de Lugo, en Galicia.
• Hacia el Apóstol - Al subir el puerto de Piedrahita quedaremos extasiados con las vistas panorámicas. Iglesias prerrománicas. Llegaremos después al río Cateiro zona de aguas medicinales. Gargantas de los cañones del Sil y la Ribeira Sacra, lugares cargados de historia. Entraremos en la provincia de la Coruña donde podremos admirar infinidad de lugares de interés y una naturaleza impresionante. En el Monte do Gozo podemos admirar por primera vez la ciudad de Compostela.
Santo Domingo de Bonaval es un monumento a visitar. Desde aquí ya es visible la catedral. El Camino de Santiago, recibió un aumento constante de peregrinos durante el reinado de Sancho III, por la paz y seguridad que respiraba. Un hecho que trajo a hombres de letras, que aportaban nuevas mentalidades y que el rey supo recibir. 
A lo largo del camino surgieron nuevas hospederías, hospitales, monasterios, asentamientos de comerciantes y artesanos que dieron vida a un gran crecimiento urbano. Los monasterios atravesaron una edad dorada, se sucedían las fundaciones, donaciones de tierras, joyas y dinero procedentes de los tributos de los musulmanes y los botines de los saqueos.
Existen otros caminos como el Portugués, de Fonsagrada, Camino Inglés, Vía de la Plata, Ruta de Arousa, etc.
Las razones para realizar el Camino de Santiago pueden ser muchas, no necesariamente tienen que ver con la religiosidad que cada uno pueda o no tener. Es verdad que caminando por la naturaleza (o en bicicleta), se puede encontrar una paz espiritual. No miento si digo que gran número de personas consideran el Camino como un viaje espiritual. Encontrarse a uno mismo a lo largo de sus etapas, reflexionar, meditar antes de tomar una decisión importante, etc.



El simple hecho de vivir en contacto con la naturaleza ya que el Camino te llevará por sendas y rutas increíbles, también perfectas para aprender a orientarte. Si hace buen tiempo y algún día decides dormir al raso verás los cielos estrellados libres de contaminación, especialmente en Galicia, donde tenemos uno de los 14 destinos “starlight” que hay en el mundo. Se pueden descubrir paisajes y conocer nuevos lugares. Cuando viajamos de otras formas a veces no reparamos demasiado en el propio camino. No es lo mismo el tren o el coche, que ir caminando, y si te gusta la fotografía aún mejor. También se aprender a vivir con lo mínimo y valorar más las pequeñas cosas. Tendrás que lavar  y poner la misma ropa día tras día.
Por supuesto que te desintoxicarás de la tecnología. Es algo que prácticamente todo el mundo se pone como tarea pero luego no realiza. El Camino de Santiago es el momento.
Pero lo mejor de ver en los peregrinos es la sonrisa que tienen en la cara en el momento de la meta final. Ese momento en el que todo lo que les inunda es satisfacción no se paga con dinero. Las ganas de repetir la experiencia, el subidón de adrenalina…

jueves, 22 de diciembre de 2022

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD -13- CATEDRAL DE SANTA MARÍA DE MEDIAVILLA – TERUEL

 La singularidad del edificio motivó que en 1931 fuera declarado Monumento Histórico-Artístico, y en 2004 Bien de Interés Cultural. Pero sin duda el mayor orgullo para los turolenses es la mención de Patrimonio de la Humanidad, con el que la UNESCO declaró la Torre, el Cimborrio, la Techumbre, y el resto del Patrimonio Mudéjar de la Ciudad en el año 1986.

En 1096 se reconquista Huesca, en 1118 Zaragoza, al año siguiente Tarazona y Tudela y en 1120 se anexiona Calatayud y Daroca. Sin embargo, pasará algún tiempo hasta que se construyan los primeros edificios mudéjares. Los monarcas aragoneses muestran una clara voluntad de implantar en estos territorios recién ganados al Islam el arte occidental del momento. Pero van a chocar con dos carencias: la escasez de piedra en la zona del Valle del Ebro, y el hecho de que no tienen mano de obra cualificada para el trabajo de cantería. Los primeros monumentos mudéjares datan de mediados del s. XIII y se encuentran en Daroca y en Teruel. El esplendor de Teruel tiene lugar entre finales del s. XIII y mediados del s. XIV. Esta riqueza contribuye y explica el esplendor arquitectónico que la ciudad conoce en estos tiempos. El título de ciudad le fue concedido en 1347 por Pedro IV el Ceremonioso.
La catedral es la principal representación del arte mudéjar de la ciudad de Teruel y posiblemente de Aragón, junto con la Seo de Zaragoza y la Catedral de Tarazona.
Fue antiguamente la parroquia de Santa María de Mediavilla. En 1423, el pontífice aragonés Benedicto XIII (más conocido como el Papa Luna) la ascendió al rango de colegiata, y posteriormente en el año 1587 fue elevada a catedral.
Su construcción se inició en 1171 y se finalizó en 1257 con la torre mudéjar. A mitad del siglo XIII, bajo la supervisión del maestro morisco Juzaff, se procede a elevar las naves laterales. Tras su paso a colegiata, se pintará la techumbre en su nave central, se luce y decora el crucero y los nuevos ábsides mudéjares, obra del maestro Yucaf de Huzmel.
En 1537 se encarga de las trazas del nuevo cimborrio mudéjar. Por último, a principios del siglo XVIII se comenzará la construcción de la girola.
Anterior a la Catedral, existió la Iglesia de Santa María, construida en el siglo XII junto a la torre. Se componía de tres naves de arquitectura románica en sus inicios.
Es en la nave central donde nos encontramos el elemento más impresionante de la iglesia, la cubierta de madera. Posee una estructura de armadura de par y nudillo única en Teruel y es considerada como la Capilla Sixtina del arte mudéjar. Sus piezas visibles están decoradas con una mezcla de la tradición ornamental islámica (vegetales, geométricos o epígrafes) y elementos de tradición ornamental occidental, como los figurativos, angelitos, caballeros, nobles, reyes o santos.
El Cimborrio de la Catedral de Teruel es uno de los tres, junto a La Seo de Zaragoza y la Catedral de Tarazona, que conserva el estilo mudéjar en Aragón. Fue realizado en 1538 por el maestro Martín de Montalbán.  El aspecto exterior del cimborrio tiene forma de prisma octogonal con contrafuertes en los ángulos y grandes ventanas entre ellos. En la parte inferior nos encontramos más ventanas enmarcadas en arcos de descarga de medio punto adornadas con un medallón en la parte superior con figuras de cabezas humanas de corte renacentista. En la parte superior, los paños que bordean los ventanales en la parte alta están cubiertos por un friso de cruces en forma de rombos.

LOS MOZÁRABES

A los cristianos que viven bajo el poder musulmán que invade España desde el 711 se les llama “mozárabes”. Desde el siglo IX están en minorí...