A los cristianos que viven bajo el poder musulmán que invade
España desde el 711 se les llama “mozárabes”. Desde el siglo IX están en minoría.
Pueden mantener su religión, pero pagando impuestos adicionales y no pueden
tener cargos, ni propagar su religión. Las iglesias muchas de ellas son
convertidas en mezquitas. En ocasiones, sufren matanzas y martirios. Muchos
mozárabes fueron trasladados al Norte como resultado de las incursiones de la
Reconquista. El arte mozárabe, derivado del visigodo con formas del arte
islámico, se desarrolla en el Norte, en territorios cristianos, en el Sur sólo
quedan unos pocos vestigios.
MOZÁRABES CASTELLANOS
Descendían de hispanovisigodos y decidieron acatar la
autoridad de los invasores, permaneciendo como cristianos en sus pueblos y
ciudades. La convivencia entre esta población y los musulmanes se aseguró por
pactos, pero, con el correr de los años, las autoridades árabes decidieron
romperla, para expandir el islam a toda la población, llegando en algunos casos
a la persecución violenta. Ello motivó la huida de los mozárabes a los núcleos
de resistencia cristiana en el Norte de la Península Ibérica, llevando su
cultura y sus recuerdos del reino godo. Sus aportaciones al progreso de la
cultura, las artes y de las letras fueron indiscutibles, aunque se les
considerase más artesanos que artistas. Los abades y monjes mozárabes
conservaron la cultura visigoda y, más que una leve capa de cultura musulmana, lo
que llevaron al Norte fue la obra de san Isidoro de Sevilla y de san Fructuoso
de Braga. Además, escribieron crónicas y formaron bibliotecas importantes en
los monasterios. Ese clero culto empezó a ocupar los puestos de mayor
responsabilidad y que requerían serios conocimientos en los reinos de Asturias
y León, actuando como preceptores, consejeros y embajadores de sus monarcas.
Aportaron la idea de continuidad y herencia del reino visigodo de Toledo,
justificando su desaparición por sus pecados y la legitimidad del reino de
Asturias para recuperar el territorio perdido, a ser sus herederos y
continuadores, a mediados del siglo IX.SANTA MARÍA DE MELQUE
Cuando dicen que se convivía en paz los pueblos entre las
distintas religiones, deberían saber, por ejemplo que la “Jornada del Foso de
Toledo” en 797, ciudad mozárabe, fue una matanza de los jefes de multitud de
familias. cuando aquella ciudad estaba bajo el control del Emirato de Córdoba.
En el año 797 d.C. Soleimán, era walí (gobernador) de Toledo, ciudad que aún
mantenía su recelo hacia Córdoba cuando Al Hakam asumió el emirato.Algunos cronistas le describen como violento e impío, y lo cierto es que su etapa fue bastante turbulenta. La población era básicamente hispanorromana y visigoda, mozárabes -aunque también había judíos y, por supuesto, musulmanes- y gozaba de cierta autonomía, manifestando a menudo posiciones refractarias a las disposiciones de Córdoba. Harto de aquella oposición, decidió suprimir ese autogobierno y hacerlo además de forma taxativa y ejemplar. Para ello envió como walí a un hombre de su total confianza, al gobernador de Talavera de la Reina, quien debía intentar atraerse a los notables con todo tipo de promesas, aceptando en primera instancia sus exigencias para ganarse su confianza. Así ocurrió, en efecto: Amrus no era árabe ni bereber sino muladí (en este caso hijo de un cristiano converso al Islam). Eso se explica porque los nobles toledanos, que estaban ya en abierta rebeldía desde primeros también eran mayoritariamente muladíes. De hecho aparentemente todo fue bien: Amrus cedió a sus demandas e incluso mandó construir una fortaleza, lo que demostraba que se relajaba la tensión. Una vez estuvo terminada, el walí anunció que vendría a inaugurarla el mismísimo Abderramán II, el hijo adolescente de Al Hakam y futuro emir; Amrus organizó una fiesta y acudió personalmente ese día, invitando a todas las familias aristocráticas que se habían mostrado especialmente levantiscas como forma de agasajarlas una vez más. Para aumentar la pompa, los nobles iban entrando uno por uno al salón, cerrándose la puerta tras ellos hasta dar paso al siguiente. A medida que entraban eran degollados y sus cabezas arrojadas al foso de la propia fortaleza (luego se colgarían públicamente de las almenas). Y así, una tras otra, se calcula que cayeron al menos entre cuatrocientas y setecientas personas. De ahí viene el dicho de “Pasar una noche Toledana”.
De mediados del siglo IX los mozárabes son los mártires de
Córdoba, como san Eulogio, martirizado en 859. Los musulmanes se hacen ceder
iglesias para instalar sus mezquitas; como la Mezquita de Córdoba, construida
sobre la catedral de San Vicente de Córdoba: en 748, obligan a los cristianos a
cederles la mitad de esa basílica para establecer allí la mezquita mayor de la
ciudad, porque aún no tenían capacidad arquitectónica; en 785, Abderramán I,
consolidado en el trono de Al Andalus como emir independiente, obliga a los
cristianos a entregar la otra mitad de su catedral, donde coexistían ambos
cultos por imposición islámica que ahora completan.
En 786, derriba la Catedral para construir allí la Mezquita de Córdoba con alarifes (arquitectos) hispanogodos y decoradores bizantinos de mosaicos, después será ampliada varias veces por sus sucesores.
Toledo consigue cierta autonomía en 873. Al ser reconquistada por el rey de León Alfonso VI en mayo de 1085, desalojó de manera definitiva a las fuerzas musulmanas de Al-Qádir, emir de la Taifa de Toledo, y vivían todavía mozárabes en Toledo. Los mozárabes aportaron a los núcleos cristianos de resistencia del Norte el incremento del sentido cristiano de esa resistencia, con su propio espíritu de resistencia al Islam, esencial en la Reconquista, y aportaron con su emigración, o exilio, o rescate al Norte, el aumento de población esencial para consolidar los territorios liberados y para reconquistar otros. Porque reconquistar era repoblar, tener población dispuesta a vivir en los territorios de primera línea, o en la tierra de nadie, y a defenderlos.
La Rioja, por ejemplo, se repobló en parte con población vascona y en parte con población mozárabe. El arte mozárabe, que es uno de los estilos prerrománicos más destacados, tiene como elemento más característico el arco de herradura procedente del arte visigodo, de donde también lo toma el arte islámico. El hecho de que en la mitad Sur de España queden unos pocos restos es debido a las destrucciones de las épocas de radicalismo islámico.
En 786, derriba la Catedral para construir allí la Mezquita de Córdoba con alarifes (arquitectos) hispanogodos y decoradores bizantinos de mosaicos, después será ampliada varias veces por sus sucesores.
Toledo consigue cierta autonomía en 873. Al ser reconquistada por el rey de León Alfonso VI en mayo de 1085, desalojó de manera definitiva a las fuerzas musulmanas de Al-Qádir, emir de la Taifa de Toledo, y vivían todavía mozárabes en Toledo. Los mozárabes aportaron a los núcleos cristianos de resistencia del Norte el incremento del sentido cristiano de esa resistencia, con su propio espíritu de resistencia al Islam, esencial en la Reconquista, y aportaron con su emigración, o exilio, o rescate al Norte, el aumento de población esencial para consolidar los territorios liberados y para reconquistar otros. Porque reconquistar era repoblar, tener población dispuesta a vivir en los territorios de primera línea, o en la tierra de nadie, y a defenderlos.
La Rioja, por ejemplo, se repobló en parte con población vascona y en parte con población mozárabe. El arte mozárabe, que es uno de los estilos prerrománicos más destacados, tiene como elemento más característico el arco de herradura procedente del arte visigodo, de donde también lo toma el arte islámico. El hecho de que en la mitad Sur de España queden unos pocos restos es debido a las destrucciones de las épocas de radicalismo islámico.
SAN MIGUEL DE LA ESCALADA
Las iglesias, austeras exteriormente, suelen tener un espacio interior muy hermoso y de gusto oriental, con arquerías de herradura, columnas con capiteles corintios de tradición cordobesa y, en algunos casos, tallas escultoras de gran esquematismo imaginativo. Las principales características que definen la arquitectura mozárabe son: Un gran dominio de la técnica en la construcción, empleando principalmente sillería a soga y tizón. (colocación de ladrillos de norte a sur y de este a oeste). Ausencia o sobriedad de la decoración exterior. Diversidad en las plantas, si bien la mayoría destacan por las pequeñas proporciones y espacios discontinuos cubiertos por cúpulas (de arista, gallonadas, de nervios de crucería califal...). Uso del arco de herradura al estilo islámico califal, muy cerrado y con el peralte de dos tercios del radio. Uso del alfiz. (el marco que rodea el exterior de un arco en ventanas o puertas) Uso de la columna como soporte, coronada por un capitel corintio decorado con elementos vegetales muy estilizados. Los aleros sobresalen y se asientan sobre modillones de lóbulos. (viguetas de madera con formas para sostener los aleros).
Las iglesias, austeras exteriormente, suelen tener un espacio interior muy hermoso y de gusto oriental, con arquerías de herradura, columnas con capiteles corintios de tradición cordobesa y, en algunos casos, tallas escultoras de gran esquematismo imaginativo. Las principales características que definen la arquitectura mozárabe son: Un gran dominio de la técnica en la construcción, empleando principalmente sillería a soga y tizón. (colocación de ladrillos de norte a sur y de este a oeste). Ausencia o sobriedad de la decoración exterior. Diversidad en las plantas, si bien la mayoría destacan por las pequeñas proporciones y espacios discontinuos cubiertos por cúpulas (de arista, gallonadas, de nervios de crucería califal...). Uso del arco de herradura al estilo islámico califal, muy cerrado y con el peralte de dos tercios del radio. Uso del alfiz. (el marco que rodea el exterior de un arco en ventanas o puertas) Uso de la columna como soporte, coronada por un capitel corintio decorado con elementos vegetales muy estilizados. Los aleros sobresalen y se asientan sobre modillones de lóbulos. (viguetas de madera con formas para sostener los aleros).
Estos
vestigios que quedan en la mitad Sur de arte mozárabe son la iglesia de Santa
María de Melque en Toledo (s IX), y la iglesia parcialmente rupestre de
Bobastro en la Serranía de Ronda, último reducto de la insurrección de Omar Ben
Hafsún, lo que demuestra que se acabó convirtiendo al cristianismo, puesto que
era muladí (cristiano que abandonaba el cristianismo, se convertía al Islam y
vivía entre musulmanes), cuando se levantó en armas en 884. Lo principal del arte mozárabe está en los
reinos de León y Castilla En León, San Miguel de Escalada (913). San Cebrián de
Mazote. Santiago de Peñalba (937). En Castilla: San Baudelio de Berlanga En La
Rioja: San Millán de la Cogolla, Monasterio de Suso La arquitectura mozárabe
también influyó en el prerrománico de Cataluña.
Además, una parte importante de la pintura de la época prerrománica,
principalmente miniaturas, es pintura mozárabe, como la Biblia Hispalense
(988).
SANTIAGO DE PEÑALVER
El latín, aunque aún es la lengua escrita utilizada por los
mozárabes para los textos religiosos y culturales, ya se ha ido descomponiendo
dialectalmente, de forma que el habla mozárabe es ya muy parecida al castellano
arcaico. En la literatura de Al Andalus, se conservan palabras mozárabes
intercaladas en versos árabes. La jarcha es un pequeño poema o copla en habla
mozárabe insertado al final de cierto tipo de poema en árabe llamado moaxaja.
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