lunes, 21 de noviembre de 2022

9 - PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD - SEGOVIA

Una de las ciudades más bellas del Mundo. Todo contribuye: su Acueducto Romano, su Catedral gótica, su Alcázar de ensueño, sus iglesias románicas, sus palacios renacentistas, sus jardines y calles, sus vistas de la sierra nevada, su gastronomía, su vitalidad turística.

La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y su elegancia, es una catedral construida entre los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas. 
ALCÁZAR
La primitiva Catedral fue destruida en 15211 durante la Guerra de las Comunidades, por su cercanía al Alcázar, el claustro y otros elementos fueron trasladados a este lugar. Comenzó su construcción en 1525 según escritos fue financiada por el pueblo segoviano mediante aportaciones de los gremios y sisas del ayuntamiento.
Por su parte el Alcázar tiene los primeros documentos escritos de esta colosal obra del S. XII. Pero ya en tiempos de la dominación romana de la ciudad ya hubo de haber un castro o fortificación. Sobre los restos de éste, el Alcázar fue erigido como fortaleza hispano-árabe En la Edad Media, estaba formado por un par de torres y un modesto lienzo defensivo que contaba con foso. El Alcázar se ubicó en una zona estratégica y perfecta para la defensa de la ciudad.

El Acueducto de Segovia está situado en la ciudad. Su construcción se data a principios del siglo II d.C., en época del emperador Trajano. La parte más visible, y por lo tanto famosa, es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo, en la ciudad. El acueducto de Segovia conduce las aguas del manantial de la Fuenfría, situado en la sierra cercana a 17 kilómetros de la ciudad, Está construido con sillares de granito asentados sin argamasa entre ellos. Sobre los tres arcos de mayor altura había en la época romana una cartela con letras de bronce donde                                                                                   constaba la fecha y el constructor.

Caminando por Segovia entre sus callejuelas estrechas y retorcidas, destacan la calle Real de Segovia y la calle Cervantes, aparecen iglesias como la de San Martín, del siglo XII y considerada una auténtica joya del románico castellano, a pesar de sus orígenes mozárabes; la de San Millán, con su admirable campanario; o la de San Juan de los Caballeros, la iglesia más antigua que ver en Segovia, plazas, como la Plaza Mayor o la de Medina del Campo, antiguas mansiones y palacetes, y la Judería, donde podrás   admirar el legado de una de las comunidades judías más ricas de Castilla.

CATEDRAL DE SEGOVIA
Además, en el centro encontrarás bares y restaurantes que llenan de vida la parte más histórica que ver en Segovia. Aunque es mundialmente famoso el cochinillo asado segoviano, no dejes de probar otras propuestas como el lechazo asado, los judiones de La Granja, patatas guisadas con chorizo, perdices y setas a la segoviana, o truchas, muy abundantes en las frías aguas de sus ríos y embalses.
La dinastía de los Trastámara sentía una gran predilección por Segovia, convirtiéndola en una de las principales ciudades de Castilla y su Alcázar se transformó en residencia real y se  convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla, en especial de Alfonso X. Fue habitado muchas veces y llegó a ser uno de los más suntuosos palacios-castillos en el siglo XV, siendo testigo mudo de acontecimientos claves de la Historia de España como la proclamación de Isabel la Católica (13 de diciembre de 1474) o la misa de velaciones entre Felipe II y Ana de Austria (14 de noviembre de 1570) en su capilla.

Está ubicado en la Ciudad vieja, y declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985, tanto la ciudad como el Alcázar.
Ha sido castro romano, fortaleza medieval, palacio real, custodio del tesoro real, prisión de estado, Real Colegio de Artillería y Archivo General Militar.
Sobre sus restos, se cree que se edificó alguna fortaleza hispano-árabe, aunque la primera datación que tenemos de una construcción defensiva se la debemos a Alfonso VI de León en 1122. Esta construcción se mantuvo más o menos igual, con su estilo gótico castellano, con interiores mudéjares, al gusto de la época hasta Felipe II, que realizó bastantes cambios para adecuarlo al gusto de los castillos europeos del siglo XVI. Cambia la característica teja segoviana por la teja de pizarra que tan a la moda estaba en Austria. Además edificará algunos torreones, con lo que la construcción adquiere la silueta que disfrutamos actualmente que a tantos ha conquistado. 

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