martes, 31 de enero de 2023

LA SEGUNDA REPUBLICA - (Capítulo 3)

Aprobada la Constitución comenzaba el gobierno de la coalición republicano-socialista había que poner en marcha la leyes de la Constitución, es decir, la reforma del ejército, la reforma religiosa, la reforma agrario, la de la enseñanza y otras de menor calado.
El Estatuto de Cataluña fue el reto más importante, dependía la posterior articulación del Estado. Tanto la izquierda como la derecha apoyaban la Unidad, incluso intelectuales como Ortega y Unamuno. Azaña se mostró defensor de un Estatuto que impidiera la rebelión y acomoda el problema tanto para nacionalistas como para los demás.

CARTEL EN MADRID DE LA CEDA
La derecha había planteado unas 200 enmiendas al proyecto de Estatuto catalán. Finalmente en septiembre se aprobó el Estatuto de Cataluña que sería un Parlamento con presidente. Tanto el español como el catalán quedaban como lenguas oficiales. Se creó así la Generalitat y hubo entendimiento durante un par de años con el gobierno de Madrid.
El tema vasco era muy diferente. La visión catolicista del PNV chocaba con los planteamientos republicanos del gobierno. El proyecto presentado fue rechazado y se trató de negociar pero la división entre Navarros y vascos fue un problema cada vez más complejo. Cinco años tardó en ser aprobado el Estatuto vasco. El estatuto gallego también tuvo sus dificultades, pero fue aprobado en junio de 1936. En Valencia se estudió el tema, pero por los desacuerdo s llegaron tarde y estalló la guerra antes de su aprobación. Cosa parecida pasó con el Estatuto de Aragón. El caso  de Andalucía se había resulto para julio de 1936, pero evidentemente quedó también sin aprobación. Luego tanto en Castilla y León como en las regiones insulares, pasó exactamente igual.
MUERTOS EN CASAS VIEJAS

En septiembre de 1932 se aprueba la ley de la Reforma Agraria, que mediante expropiaciones y asentamientos tendría que consolidarse. La aplicación fue un fracaso, solo se logró asentar finalmente a unos 4300 campesinos.
España en toda su historia ha sido fundamentalmente compuesta por el cristianismo, la Monarquía y la Milicia, que siempre han sido los elementos de su unidad.
La Reforma del Ejército era una de las bases para el afianzamiento de la República. Azaña, ministro de la guerra tomó una serie de medidas que suponían la reducción de jefes y oficiales, el cierre de la Academia de Zaragoza y otras medidas que fueron recibidas con rechazo. Se creó el Consorcio de Fábricas Militares y se decretó el pase a la reserva de muchos oficiales. Precisamente estos serían muchos de los que se sublevarían mas adelante.
La Reforma de la Enseñanza era otro asunto fundamental. Muy debatido en Cortes ya que todo el mundo vio que la cuestión era de primer orden. La base de la reforma se asentaba en la enseñanza obligatoria y gratuita, única y laica. Por lo que se apartó a la iglesia de ese trabajo. Se construyeron 10.000 escuelas y se habilitaron miles de maestros. La Universidad fue reformada con reducción de exámenes, planes de estudios nuevos. La Facultad de las letras de Madrid se convirtió en la mejor de España. Se reformó la legislación del Patrimonio Artístico y se creó un red de Archivos Nacionales. La reforma cultural cubrió muchos aspectos que sería largo de detallar, pero la cultura popular siguió por su camino de populismo folclórico.
Todas estas reformas, tan rápidas en su programación y ejecución, no tuvieron ni siquiera un tiempo para la asimilación popular y contaron con el rechazo de la derecha, sobre todo en lo referente al laicismo, la expulsión de los jesuitas, la prohibición de impartir clases a las órdenes religiosas, todo esto era impopular y también ejecutadas con prisas y por lo tanto innecesarias y provocó un enfrentamiento entre los católicos y el nuevo régimen. La quema de conventos en 1931 y otras medidas propiciaron la movilización de los católicos contra la República creando la CEDA, (Confederación de Derechas Autónomas). Por lo tanto el republicanismo lo que obtuvo fue que la cristalización de la derecha a la República fuera imposible. El tono de revancha y la falta de tacto conjuntamente con una avalancha de medidas muy nuevas y contrarias al acervo nacional, enrarecieron el ambiente político y social. 
EL GENERAL SANJURJO 
 
Evidentemente la República es lo contrario a la monarquía. En aquél entonces fue además anticristiana y separatista. “La II República fue la anti-España” escribió José M. Pemán.
Provocados y aguijoneados constantemente el gobierno republicano perdió apoyos en amplios sectores de la clase media y rural. En ese tiempo gente como Gil Robles, Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma, Calvo Sotelo, Primo de Rivera, (hijo) fueron los hombres que encabezaban agrupaciones que iban a tener trascendencia en los hechos posteriores.
El gobierno dominó la rebelión y los proyectos en discusión se aceleraron. Militares descontentos, al mando del General Sanjurjo, protagonizaron un intento de golpe de Estado en el verano de 1932, que fracasó. Pero puso de manifiesto el sentimiento de gran parte del ejército de oposición ante la autonomía de Cataluña y la tensión creada por las continuas huelgas, manifestaciones y desordenes. Fue un serio aviso.
Las huelgas eran el pan de cada día. Ha habido 734 huelgas en 1931, y 1127 en 1933. Esto desgastó al gobierno de Azaña.  Un asalto y fusilamiento de 14 campesinos en el pueblo de Casas Viejas, episodios que tuvieron lugar entre el 10 y el 12 de enero de 1933 en Andalucía, durante una revuelta anarquista provocaron una intensa campaña de críticas. Los anarquistas ya repudiaron a la República. La tachaban de burguesa y reaccionaria.
La iglesia y los militares no estaban precisamente contentos, y los de abajo, tampoco iban a facilitar las cosas. La clase media casi no existía y todo el personal después de tanto soportar injusticias y miseria, cargados de razones, de ganas y de rencor, querían acelerar las cosas. Derechas e izquierdas habían hecho imposible la primera República, y se disponía el personal para hacer lo mismo con la segunda.
El gobierno estaba herido y Azaña dimitió en septiembre de 1933. Hubo elecciones Generales el 19 de noviembre en las que las mujeres ya podían votar. La CEDA, el partido de derecha liderado por José María Gil Robles fue la fuerza más votada evidenciando el motivo sectario por el que buena parte de la izquierda se negó a apoyar este derecho de las mujeres.
JOSÉ MARÍA GIL-ROBLES 

La CEDA, ganadora de las elecciones, en realidad no aceptaba los postulados de la República. Pensaba en rectificar todo el periodo de Azaña para caminar primero hacia un Estado conservador para legar después aun Estado autoritario. Pero la CEDA reunía tal cantidad de credos e intereses que no fue posible unificar a la hora de poner en marcha criterios propios.
Es que ni bien llegaron al poder tomaron algunas medidas como devolver las tierras a los nobles, dotación presupuestaria para el clero, que había sido suprimida, y amnistía para los golpistas de Sanjurjo y Primo de Rivera que estaban encarcelados. Se intentó paralizar los procesos autonómicos vasco y catalán. Y el ministro de la Guerra, incorporó a los más altos mandos del ejército a los generales más contrarios a la República, Goded, Fanjul, Franco y Mola.
La izquierda más extremista, los anarquistas de la CNT, inician el 8 de diciembre de 1933 un levantamiento golpista disfrazado de huelga general, que se salda con 89 muertos y 163 heridos, atentados con explosivos, destrucción de archivos, quema de iglesias y atentados contra vías férreas, puentes, líneas telegráficas y telefónicas. El acto más grave es el descarrilamiento del tren Barcelona-Sevilla, un atentado terrorista que mata a 23 pasajeros y deja 38 heridos. Traería sus consecuencias.

BATALLA DE AYACUCHO

Ayacucho, 9 de diciembre de 1824 Es considerada la última batalla y desencadena el principio del fin del Imperio Español en América. En agos...