En la península la presencia de nobles que se
habían refugiado en la zona astur y cántabra contribuyó a darle un carácter
institucional a las empresas de resistir al empuje musulmán.
Los musulmanes siguieron a lo suyo. Se expandieron por la península y no era la búsqueda de nuevos territorios simplemente, sino el avance de una civilización con usos políticos, culturales, religiosos y militares, completamente distintos a los pueblos de ámbito romano.
Las cosas, aunque se conseguían, no eran gratis ni tan sencillas como habían pensado. Omar II, el Califa por entonces en Damasco, en el año 718, hasta se pensó seriamente abandonar Hispania.
Los musulmanes siguieron a lo suyo. Se expandieron por la península y no era la búsqueda de nuevos territorios simplemente, sino el avance de una civilización con usos políticos, culturales, religiosos y militares, completamente distintos a los pueblos de ámbito romano.
Las cosas, aunque se conseguían, no eran gratis ni tan sencillas como habían pensado. Omar II, el Califa por entonces en Damasco, en el año 718, hasta se pensó seriamente abandonar Hispania.
El
impresionante gasto militar para sostener un poderoso ejército lejos del
Califato proporcionaban unos ingresos que no compensaban el esfuerzo. Por otra
parte los bereberes estaban recién islamizados. Los árabes veían a los
bereberes con desdén por este motivo. Para colmo los bereberes habían recibido
una pequeña parte de las pagas y se sentían ofendidos.
Los conquistadores también se reforzaron
ofreciendo la libertad a los esclavos que se convertían al islam. El jefe
musulmán Musa no modificó los impuestos, salvo que las cantidades las recibía
el walí, que era su propio título. Las leyes antijudías fueron derogadas, lo
que facilitó las cuestiones con ese pueblo. No sabemos mucho de las comunidades
judías posterior a la conquista musulmana. Pero parece ser que los judíos
fueron eficaces colaboradores cuando la invasión y su suerte mejoró con ellos ya que habían sido perseguidos con
los visigodos, que les mantuvieron en una situación de leyes prohibitivas de
esclavos y expansión. Sisebuto hacia el año 600 endureció la política antijudía
e inició una campaña de conversiones forzosas de los judíos al cristianismo,
que culminó con el decreto de la primera conversión general al catolicismo de
todos los judíos. Muchos judíos abandonaron Hispania, pero su número exacto se
desconoce. Joseph Pérez afirma que pudieron ser cerca de 100.000 personas.
Relegado al olvido por los emires de Córdoba,
el pequeño reino astur se iba consolidando. Un duque visigodo tenía una hija
que se casó con el hijo de Pelayo, Alfonso. Muere Pelayo en el 737 y le sucede
su hijo Fabila, quedos años después muere atacado por un oso. Le sucede su
cuñado en el trono astur, Alfonso de Cantabria (739 al 757) que fue el primer rey del reino de Asturias, (Don Pelayo fue nombrado "Princeps"), el primero de una
larga serie de reyes españoles que llevarían ese nombre. Llamado "Alfonso I el católico" su reinado duró apenas dos años.
ALFONSO I
Mientras los musulmanes tienen en su capital una guerra civil, un enfrentamiento entre clanes árabes rivales y éstos con l abundante población bereber. Conflictos sociales, luchas religiosas jalonan los últimos 15 años del emirato. El jefe Musa había traído dos grupos étnicos rivales, unos nómadas y otros sedentarios, agricultores, y esto fomento la rivalidad. Alfonso I aprovechó las revueltas musulmanas para hacer incursiones en el valle del Duero y atravesando el Ebro llegar a La Rioja.
Mientras continuaban estos conflictos en Damasco sucumbía la Dinastía Omeya en el 750. Y era sustituida por la Abbsí. Un príncipe omeya superviviente de la matanza llegó al norte de África y negoción con los musulmanes de la península para restaurar el poder Omeya. Los yemeníes le prestaron su apoyo. Él se llamaba Abd al-Rahman y se inaugura entonces el emirato Independiente de Córdoba. Reinó desde el 756 al 788 y se dedicó fundamentalmente a aplastar las revueltas del anterior señor del territorio, de los partidarios de los abasíes y de algunos grupos bereberes. Al ser proclamado Emir recurre a los sirios, a los bereberes y un grueso cuerpo de esclavos, en total quizá unos 40.0000 hombres. Las consecuencias de este tipo de ejército que se conservó en los descendientes, fue un elemento de debilidad que se haría sentir en el futuro. Los bereberes se organizaron en bandas armadas practicando guerra de guerrillas. Durante diez años mantuvieron en jaque al emir y fueron derrotados en el 776.
Pero cuando se fundó el Emirato de Córdoba, el
reino Astur con Alfonso I se hicieron fuertes en el norte dejando una zona
desierta entre ellos y el emirato recién fundado. Cesaron los avances
cristianos y durante las siguientes monarquías el reino Astur fue vasallo del
cordobés pagando los correspondientes tributos. Estaba claro que se oponían a
estos pagos y dejaron de hacerlo con el siguiente rey.
Mientras los musulmanes tienen en su capital una guerra civil, un enfrentamiento entre clanes árabes rivales y éstos con l abundante población bereber. Conflictos sociales, luchas religiosas jalonan los últimos 15 años del emirato. El jefe Musa había traído dos grupos étnicos rivales, unos nómadas y otros sedentarios, agricultores, y esto fomento la rivalidad. Alfonso I aprovechó las revueltas musulmanas para hacer incursiones en el valle del Duero y atravesando el Ebro llegar a La Rioja.
Mientras continuaban estos conflictos en Damasco sucumbía la Dinastía Omeya en el 750. Y era sustituida por la Abbsí. Un príncipe omeya superviviente de la matanza llegó al norte de África y negoción con los musulmanes de la península para restaurar el poder Omeya. Los yemeníes le prestaron su apoyo. Él se llamaba Abd al-Rahman y se inaugura entonces el emirato Independiente de Córdoba. Reinó desde el 756 al 788 y se dedicó fundamentalmente a aplastar las revueltas del anterior señor del territorio, de los partidarios de los abasíes y de algunos grupos bereberes. Al ser proclamado Emir recurre a los sirios, a los bereberes y un grueso cuerpo de esclavos, en total quizá unos 40.0000 hombres. Las consecuencias de este tipo de ejército que se conservó en los descendientes, fue un elemento de debilidad que se haría sentir en el futuro. Los bereberes se organizaron en bandas armadas practicando guerra de guerrillas. Durante diez años mantuvieron en jaque al emir y fueron derrotados en el 776.
Alfonso II el casto.
Por otro lado ya hemos dicho que los francos
detuvieron a los musulmanes en la batalla de Poitiers, que tuvo lugar el 10 de
octubre de 732 entre las fuerzas comandadas por el líder franco Carlos Martel
(abuelo de Carlomagno), y un ejército musulmán a las órdenes del valí de
Al-Ándalus, cerca de la ciudad de Tours, en la actual Francia, aunque esta
batalla está en entredicho de si en verdad llegó a producirse o fue una
retirada estratégica de los musulmanes, lo cierto es que los musulmanes no
avanzaron. Los francos cristianos derrotaron al ejército musulmán. Este hecho
frenó la expansión musulmana hacia el norte, desde la península ibérica y es
considerada como un acontecimiento muy importante ya que impidió la
continuación de la invasión musulmana por Europa. Además de haberse defendido y
preservado la religión cristiana. Por lo tanto los musulmanes se conformaron
con lo conseguido hasta los Pirineos.
Recordemos que en el 714 Zaragoza fue ocupada por el sarraceno Musa y se convirtió en un centro musulmán importante llamado “Medina al-Baida Saraqusta” (Zaragoza la Blanca), que más adelante Carlomagno intentó ocupar sin éxito el año 788.
Mientras tanto Barcelona formó parte del al-Ándalus desde el año 718 al 801. En aquel tiempo, la ciudad fue conocida como (Barshilūna o Barshaluna). Estamos hablando, pues, de casi un siglo de historia.
Recordemos que en el 714 Zaragoza fue ocupada por el sarraceno Musa y se convirtió en un centro musulmán importante llamado “Medina al-Baida Saraqusta” (Zaragoza la Blanca), que más adelante Carlomagno intentó ocupar sin éxito el año 788.
Mientras tanto Barcelona formó parte del al-Ándalus desde el año 718 al 801. En aquel tiempo, la ciudad fue conocida como (Barshilūna o Barshaluna). Estamos hablando, pues, de casi un siglo de historia.
En el reino astur como dijimos Oviedo fue
saqueada por los musulmanes en el 794 por Hishsan , el sucesor de Abd al-Rahman I. Desbastó la región
alavesa y Asturias. Alfonso II lo derrotó en Lotus, pero al año siguiente fue derrotado
en Asturias y Galicia, volvieron a saquear Oviedo, aunque en Galicia sufrieron
los musulmanes serias pérdidas. Pero la superioridad militar era evidente en
los musulmanes, además que para ellos era una guerra Santa, dentro del ambiente
devoto del reinado de Hisham I.
Pero si la guerra era santa para ellos, pronto lo sería también para los cristianos. El supuesto hallazgo del santo Sepulcro de Santiago, fue determinante en ese sentido. Los comienzos de la Iglesia en el norte fueron difíciles, debido a la nula cristianización de los pueblos primitivos, (prerromanos), pero debido a la posición social y cultural los cristianos hispano-visigodo se pudieron imponerse. De ahí es cuando surge la aparición de la herejía adopcionista entre los mozárabes de al-Andalus, un conflicto ideológico que hubiera sido muy problemático de no mediar Carlomagno con su poderosa iglesia franca que se había erigido en la guía intelectual del Occidente cristiano. Se hundían los jerarcas mozárabes y la asturiana se erigía en la legítima heredera de la tradición visigoda apoyada por todo Occidente. Es por esto la influencia carolingia en Septimania y los condados pirenaicos además de tender lazo con el reino asturiano.
Los escrito del Beato de Liébana (776), contribuyó a difundir la devoción a Santiago. El clima espiritual se identificaba con la tumba del apóstol en un sepulcro hallado en un monte cercano a la antigua ciudad de Iría Flavia. La fe se propagó. Alfonso II mandó construir un iglesia y surgieron leyendas y el campo fue llamado “Campus Stella”, (Compostela), por la estrella que indicó con su resplandor el sitio exacto de la tumba. Tales fueron los modestos comienzos de una devoción llamada a hacer de Compostela el más importante centro de peregrinación de Occidente.
Pero si la guerra era santa para ellos, pronto lo sería también para los cristianos. El supuesto hallazgo del santo Sepulcro de Santiago, fue determinante en ese sentido. Los comienzos de la Iglesia en el norte fueron difíciles, debido a la nula cristianización de los pueblos primitivos, (prerromanos), pero debido a la posición social y cultural los cristianos hispano-visigodo se pudieron imponerse. De ahí es cuando surge la aparición de la herejía adopcionista entre los mozárabes de al-Andalus, un conflicto ideológico que hubiera sido muy problemático de no mediar Carlomagno con su poderosa iglesia franca que se había erigido en la guía intelectual del Occidente cristiano. Se hundían los jerarcas mozárabes y la asturiana se erigía en la legítima heredera de la tradición visigoda apoyada por todo Occidente. Es por esto la influencia carolingia en Septimania y los condados pirenaicos además de tender lazo con el reino asturiano.
Los escrito del Beato de Liébana (776), contribuyó a difundir la devoción a Santiago. El clima espiritual se identificaba con la tumba del apóstol en un sepulcro hallado en un monte cercano a la antigua ciudad de Iría Flavia. La fe se propagó. Alfonso II mandó construir un iglesia y surgieron leyendas y el campo fue llamado “Campus Stella”, (Compostela), por la estrella que indicó con su resplandor el sitio exacto de la tumba. Tales fueron los modestos comienzos de una devoción llamada a hacer de Compostela el más importante centro de peregrinación de Occidente.