viernes, 27 de diciembre de 2024

FELIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE

Nació en Poza de la Sal, Burgos, 14 de marzo de 1928-y murió por accidente aéreo en Shaktoolik, Alaska, 14 de marzo de 1980. Fue un naturalista y divulgador ambientalista español, defensor de la naturaleza y realizador de documentales para radio y televisión, entre los que destaca la serie El hombre y la Tierra (1974-1980). Estaba Licenciado en Medicina por la Facultad de Medicina de Valladolid y autodidacta en biología, fue un personaje polifacético.


Este gran hombre de hechos y no de palabras, ha sido relegado al olvido por los gobiernos desde que falleció en accidente. Este hombre sí que era un ecologista de verdad, cuyos documentales han sido premiados en todo el planeta, fue el primero en concienciar a la gente del peligro que corrían muchas especies como el lobo, el oso, las rapaces, etc. Era un comunicador espléndido, y la reintroducción de la cetrería permitió que muchos aviones despegaran y aterrizaran con seguridad en los aeropuertos.
Fue el último descubridor y promotor de los barrancos de Peregrina en Guadalajara, quien tomó aquellos parajes como escenario ideal para sus correrías acerca de la fauna salvaje de la Península. Ave mítica, el águila real, resultaba, sin embargo, muy poco conocida por entonces.
Su legado perdura pero de una manera propia, no porque las autoridades estén volcadas en él. En general España no ha sabido valorar el nivel de Félix Rodríguez de la Fuente oficialmente, porque en Francia sí tienen una fundación relevante,
No son muchos los lugares de la provincia de Guadalajara que, con tantos merecimientos paisajísticos e históricos, sean a su vez tan poco frecuentados por el público excursionista de dentro y de fuera de la capital. Algún que otro pequeño grupo de estudiosos, interesados por la Geología o simpatizantes de nuestra fauna nacional. Aquellas inolvidables imágenes televisivas, uno acaba por regocijarse en el recuerdo al considerar cómo toda aquella maravilla, perdido paraíso para estos tiempos que corren.

Esta mañana cogí el coche y me fui solo a gozar del paisaje desde la Pelegrina, el mirador construido en su recuerdo, sobre el barranco, junto al ramal de carretera que va desde Torremocha del Campo hasta Sigüenza. Un matrimonio de avanzada edad acaba de colocar un humilde ramo de flores al pie del monumento que recuerda al viajero la personalidad y la obra del naturalista fallecido. El detalle resulta emotivo en un momento de falsas idolatrías, donde por lo general la gratitud y el reconocimiento son monedas caducas y de escaso porvenir. La tarde anda de caída; los buitres y los quebrantahuesos dibujan lentamente círculos concéntricos sobre el cielo de Sigüenza. A nuestra izquierda se alcanza a ver, lejana, la chorrera que el río produce al despeñarse por la angosta abertura que, con el paso de los siglos, consiguió surcar entre las rocas. 

El rugido de las aguas al caer apenas llega hasta nosotros. Después, tomando, el arroyo pasa lento entre los arbolillos en sombra que crecieron a lo largo y el apacible hierbazal por el que se cuela, como una cinta, la estrecha senda de los campesinos. En pleno verano, cuando la media tarde abre en la comarca, el barranco del río Dulce se cubre de sombras antes de abocar en Pelegrina. El pueblo aguas abajo, sobre un leve oterillo en medio de la vertiente.
Los documentales del doctor Rodríguez de la Fuente, sobre todo la serie dedicada a la fauna ibérica, deberían ser de visionado obligatorio en los colegios. 

MONUMENTOEN SU PUEBLO NATAL - POZA DE LA SAL 

FRAY LUIS DE LEÓN

Nació en Belmonte (Cuenca) en 1527 y murió en Madrigal de las Altas Torres, (Ávila) en 1591
En 1541 el joven Luis es enviado a estudiar a Salamanca, donde su tío Francisco de León, es catedrático de Leyes. Pertenece Luis a una familia bien situada de juristas, y la intención de su padre debió de ser la de que el primogénito continuara la saga familiar. Sin embargo, el joven debió sentir la llamada de la vocación religiosa, pues ya en la capital del Tormes, ingresa en el convento de los agustinos en 1542.

ESTATUA JUNTO A LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA 
PATIO DE LS ESCUELAS 

Inicialmente cursa los estudios de Artes (Gramática latina, Lógica, Filosofía Moral y Natural), necesarios para acceder a una de las titulaciones superiores (Teología, Medicina, Leyes, Cánones). Era frecuente que los frailes profesos cursaran esos estudios en sus propios conventos. El curso 1546-47 se matricula como estudiante en la Facultad de Teología, donde cursará sus estudios hasta 1551. A partir de ese momento iría combinando la formación académica con el ejercicio de la docencia en conventos de la propia orden, como los de Soria y Salamanca. En 1557 en que se encarga del sermón de apertura. Su denuncia fogosa de los males de la Orden no dejó indiferente a los mayores, que señalan el celo mal entendido del joven.
En 1560 obtiene mediante exámenes los títulos de licenciado (licentia docendi) y de maestro (doctor) en Teología. A partir de ese momento, podía optar a la docencia universitaria. Comienza un peregrinaje por distintas cátedras de Teología, que le lleva a la cátedra de Santo Tomás, en 1561 y a la cátedra de Durando en 1565. Esta es la que ocupa cuando en 1572 se desata el episodio que mejor se conoce de la vida de fray Luis: la denuncia y prisión en las cárceles de la Inquisición entre 1572 y 1576, el proceso de fray Luis.
El ambiente de crispación en la Universidad de Salamanca venía de lejos. A él contribuye el sistema de oposiciones a cátedras, en las que intervenía el voto de los alumnos, con un complejo sistema de recuento. Era frecuente la formación de grupos de presión, y los sobornos y fraudes no eran extraños. Junto con ello, la polarización en la Facultad de Teología entre agustinos y dominicos, opositando por las distintas cátedras generaba en ocasiones conflictos.
En 1569 se inicia la comisión de teólogos presidida por el decano de la Facultad, Francisco Sancho, comisario después del Santo Oficio. Las reuniones derivaban con frecuencia en duros enfrentamientos y amenazas entre fray Luis y León de Castro, profesor de griego en la Facultad de Artes y defensor de opiniones contrarias a las del agustino. Ese apasionamiento tenía por objeto la puesta en cuestión de la autoridad de la Vulgata y de la traducción griega de los Setenta, frente al mejor conocimiento de los textos originales hebreos.
Los tres contestatarios son denunciados resultando la denuncia en el encarcelamiento de los tres en el mes de marzo de 1572. Se inicia así una experiencia humana de la que fray Luis sale con nueva fortaleza, pero que causa el abandono de su actividad y el retiro por parte de Cantalapiedra, y que acaba en 1575 con la vida de Gaspar de Grajal antes de cerrarse el proceso. Finalmente, los tres serán absueltos, fray Luis en 1576, Cantalapiedra en 1577, y Grajal, cuyo proceso continúa incluso después de muerto, en 1578.
Las acusaciones, diez en primera instancia, a las que se añaden otras nuevas a lo largo del proceso, son de importancia.
Durante los cuatro años largos que dura el proceso, lento y minucioso, de marzo de 1572 a diciembre de 1576, fray Luis se enfrenta con entereza y denuncia la lentitud de la burocracia y la maldad de sus acusadores, la envidia y mentira. También es leyenda que fray Luis escribiera en la cárcel buen parte de su obra literaria.
En esos escritos reconstruimos una concepción de la teología, más acorde con el espíritu humanista: el mejor conocimiento de las lenguas en que se han escrito los textos originales permitirá una mejor traducción de los textos bíblicos. Con todo ello se construirá una teología bíblica en la que nuevos sentidos iluminen los textos. Pero todo ello será visto como escandalosa novedad mal sonante y herética.
El 7 de diciembre de 1576 llega de Madrid sentencia absolutoria, recomendando que sea reprendido y advertido de la necesaria moderación y prudencia. Había pasado la tormenta y el fraile salía fortalecido.
De vuelta a Salamanca en diciembre de 1576, se reintegra a la Universidad, pero como su antigua cátedra de Durando estaba ocupada en propiedad, la Universidad le ofrece una cátedra extraordinaria de Teología para que explique teología escolástica. Ocupa esa cátedra hasta 1578 en que oposita y gana la cátedra de Filosofía Moral, en la Facultad de Artes. Es un paso intermedio para llegar a la que era su verdadera aspiración: la cátedra de Sagrada Escritura, la misma a la que había opositado en su primer intento en 1560. Ahora, en 1579, la gana, teniendo como rival a un hijo dominico de Garcilaso de la Vega. De nuevo la oposición se viste de pendencias entre agustinos y dominicos. Pero la chancillería de Valladolid falla a su favor y podrá desempeñar su docencia sin nuevos cambios de cátedra hasta el fin de sus días.
También en torno a 1561 había realizado el comentario romance al Cantar de los Cantares, retirado por la Inquisición (y que no verá la luz hasta 1798).
Y enseguida se pondrá manos a la obra para construir su prestigio literario, dando a la imprenta su primera gran obra en español y una de las cumbres del Renacimiento: De los nombres de Cristo. El diálogo de los tres frailes agustinos, Marcelo, Juliano y Sabino, constituye un auténtica summa de la teología humanista, y una cumbre prodigiosa de la prosa renacentista, en busca de su estatus de lengua clásica. La obra sale en 1583. Cada una de estas ediciones sale acompañada de una obra, La perfecta casada.
Un nuevo proceso en 1582, por opiniones expresadas en un acto en la Facultad de Teología
Los años ochenta son época de grandes trabajos universitarios, tanto en la docencia de la cátedra de Biblia, y los actos extraordinarios, que le llevan a ser recibido en audiencia por el propio rey Felipe II.  La Madre Ana de Jesús, sucesora de Teresa de Jesús al frente de las carmelitas descalzas le encarga a fray Luis que ponga orden en los papeles de la madre Teresa, y los prepare para la imprenta. Fray Luis llevará a cabo esa labor de editor y crítico textual, culminando con la edición de las obras de la Madre Teresa de Jesús en Salamanca, en 1588.
En 1591 comienza para fray Luis con un agravamiento de su salud, probablemente un tumor. En enero se justifica ante la Universidad por sus largas estancias en Madrid, y presenta certificados médicos de su quebrantada salud. Termina los últimos capítulos del Libro de Job, entre Madrid y Salamanca, se reincorpora a las clases de verano de la Universidad en julio, pero en agosto debe presidir el capítulo de la Orden, que se reúne en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). El 14 de agosto es elegido Provincial de la Orden en ese capítulo, pero no pudo llevar a cabo ninguna acción como tal, porque el 23 de agosto muere en el convento de San Agustín del lugar. Su cuerpo es trasladado a Salamanca, donde llega el día 24 por la noche. Se le entierra con asistencia de la Universidad y de los conventos en el claustro del convento de San Pedro de la Orden de San Agustín.
Muchos años después, reducido el convento a ruinas por el abandono y los estragos de la Guerra de la Independencia, la Universidad de Salamanca y la ciudad se propusieron recuperar los restos de su hijo insigne. El 28 de marzo de 1856 los restos localizados fueron trasladados solemnemente a la capilla de San Jerónimo de la Universidad. Aquel día, sobre el féretro que contenía los restos del agustino, una corona de laurel y un tintero, reposaba el manuscrito autógrafo de la Exposición del Libro de Job, la obra a la que fray Luis puso punto final poco antes de morir.
 

sábado, 21 de diciembre de 2024

GALLEGOS EN AMÉRICA

Comentaba un amigo Ingeniero de minas, que cada vez que su empresa lo enviaba a algún país, al volver su abuelo le preguntaba donde había estado.
-En EEUU abuelo, -¿Y cómo están los gallegos allí?.
- Pues muy bien, trabajan y prosperan. -Bien, los gallegos siempre hemos sabido abrirnos camino en cualquier lugar.
La semana pasada estuve en Francia.
-¿Y allí, que tal los gallegos?. -Muy bien, igual trabajan duro y tienen sus tradiciones.
-Dentro de poco tengo que ir a Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán
- ¿Y eso dónde está?. -En Asia del sur.
-¿Y allí hay gallegos?. No abuelo, donde voy no hay gallegos.
-¿Y judíos, hay judíos?- No abuelo, tampoco hay judíos.
- ¡Coño, no vayas!, un país donde no van ni gallegos ni judíos es un país de mierda!
La anécdota es verídica. El gallego se adapta a cualquier lugar del mundo, lo ha hecho siempre. Y ha sabido formar una familia, prosperar trabajando duro y mantener sus tradiciones y su idioma.


Claro está que en América Hispana la cosa fue más fácil.
A través de las comunidades gallegas en países como Argentina, Venezuela o Cuba, las tradiciones gallegas se han preservado y fusionado con las culturas locales
A lo largo del siglo XIX y XX, miles de gallegos abandonaron su tierra natal en busca de mejores oportunidades en el continente americano. La emigración fue impulsada por la pobreza, las dificultades económicas y la falta de tierras en una Galicia rural que no podía sostener a toda su población. Argentina, Venezuela y Cuba fueron los destinos principales de este éxodo masivo, que marcó un antes y un después en la historia tanto de Galicia como de América Latina.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, Argentina se convirtió en uno de los destinos predilectos para los gallegos. A medida que la economía Argentina crecía, la llegada de emigrantes gallegos permitió que se establecieran nuevas comunidades que mantuvieron vivas sus tradiciones. Estos emigrantes contribuyeron enormemente al desarrollo del país, desde la agricultura hasta el comercio, y su influencia se reflejó en la vida cotidiana, en el lenguaje, la música y las celebraciones populares.
Actualmente Buenos Aires es la ciudad con el segundo mayor número de población gallega del mundo, después de Vigo. Buenos Aires es "La quinta provincia de Galicia, a 10 mil kilómetros de distancia", señalan allí con  orgullo.

La capital argentina posee un total 700 instituciones gallegas que a su vez se agrupan en 83, dos menos que el total en España y que representan la quinta parte de las instituciones gallegas en el extranjero.
Parroquias, teatros, panteones, hospitales, Centros culturales, Centros comerciales, empresas, etc. son la prueba que la comunidad gallega se organiza y avanza en Hispanoamérica.
En Venezuela, las comunidades gallegas desempeñaron un papel crucial en el crecimiento de sectores como la industria petrolera, el comercio y la educación. Muchos de los gallegos que llegaron a Venezuela en las primeras décadas del siglo XX se integraron plenamente en la sociedad, pero sin perder su identidad cultural. La música gallega, las festividades como la fiesta del "Santiago Apóstol" y las costumbres gastronómicas gallegas se mantuvieron vivas a lo largo de las generaciones.
Por su parte, Cuba fue otro de los puntos de referencia para los emigrantes gallegos, que dejaron su huella en la cultura isleña. En este país, la mezcla de culturas, el mestizaje y la influencia gallega se evidencian en el folclore cubano, la música, el baile y la gastronomía. No es casualidad que muchos de los cubanos de ascendencia gallega se identifiquen con las raíces gallegas, celebrando con orgullo las festividades tradicionales como la fiesta de la Virgen de la Peregrina o el Día de Galicia.
Un ejemplo de esta influencia es Fidel Castro, quien, a pesar de ser reconocido por su legado político, también contaba con ascendencia gallega por parte de su padre, lo que añade una dimensión más a la conexión histórica y cultural entre Galicia y Cuba.


Foto del presidente de Cuba, Fidel Castro, y el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, durante una partida de dominó en el municipio de Láncara (Lugo, Galicia), lugar de origen de la familia del líder cubano. 

A pesar de las diferencias geográficas y sociales, las comunidades gallegas en América han logrado conservar sus tradiciones y costumbres a lo largo del tiempo. Las asociaciones culturales gallegas, los centros de estudiantes gallegos y las entidades de ayuda mutua han sido fundamentales para mantener este legado vivo. En ciudades como Buenos Aires, Caracas o La Habana, se siguen celebrando las festividades más importantes de Galicia, como el Día de Galicia, el Día de la Ascensión o las fiestas de los patrones gallegos.
La gastronomía es otro de los pilares fundamentales de esta conexión cultural. En los hogares de los emigrantes y sus descendientes, platos tradicionales como el pulpo a la gallega, el lacón con grelos, las empanadas o el caldo gallego siguen siendo una parte esencial de la dieta diaria, especialmente durante las celebraciones festivas. En muchos de estos países, los productos gallegos han encontrado su lugar en el mercado, gracias a la fuerte demanda de los descendientes de gallegos que no han perdido el vínculo con su tierra.
En América uno de cada tres españoles es gallego. Argentina lidera con 181.037, seguida de Brasil con 51.409 y Cuba con 48.784, Suiza 41.188, Uruguay con 40.818, Venezuela, con 32.118, por delante de Estados Unidos de América con 26.108.
La conexión con América no solo ha beneficiado a las comunidades gallegas en el extranjero, sino que Galicia también ha absorbido influencias de estos países. Con el regreso de muchos emigrantes a su tierra natal, Galicia ha experimentado una revitalización cultural que se refleja en la música, la danza y la literatura. Bandas de música tradicional gallega han incorporado instrumentos y ritmos latinoamericanos, creando una fusión única que celebra el mestizaje cultural. El regreso de emigrantes que traen consigo nuevas costumbres también ha permitido una renovación de las tradiciones gallegas, que ahora incluyen influencias de la gastronomía y la música latinoamericana.

Además, la relación económica y cultural con países como Argentina, Venezuela o Cuba ha sido crucial para el desarrollo de Galicia en áreas como el turismo, el comercio y la cultura. Las relaciones entre Galicia y América continúan siendo fuertes, y los gallegos en el exterior siguen siendo un motor económico y cultural importante para la región.
La emigración gallega a América ha dejado una huella indeleble en ambas orillas del Atlántico. Las comunidades gallegas han logrado mantener vivas sus tradiciones y costumbres a lo largo de los años, mientras que Galicia ha absorbido y adaptado influencias culturales que han enriquecido su identidad. Este vínculo cultural sigue siendo una de las grandes fortalezas de Galicia, que continúa mirando a América con cariño y gratitud, sabiendo que su historia y su futuro están entrelazados con el continente americano.
Personalmente he visto en el puerto de Buenos Aires, en los años 50 y 60 llegar barcos con muchísimos emigrantes en busca de mejor vida. Siempre tenían un familiar allí que les ayudaría a trabajar. Y por entonces salir del pueblo en España para ir a América, era prácticamente despedirse de sus seres queridos para siempre. No era como los que fueron a Alemania o Suiza ya con contrato de trabajo y con la posibilidad de volver.
 

viernes, 20 de diciembre de 2024

REALES ALCÁZARES – SEVILLA

Constituyen un conjunto de edificios palaciegos que tienen su origen con la dominación islámica y que fueron ampliándose sucesivamente con muy distintos sistemas constructivos.

Están situados junto a la catedral y forman en bello conjunto en el centro de la ciudad de Sevilla. Son Patrimonio de la Humanidad junto a la catedral y al Archivo de Indias.
De los alcázares árabes quedan el bello recinto amurallado que se prolongaba hasta el rio. El resto de las construcciones se fueron destruyendo por incendios, terremotos, eran cuarteles, almacenes y reformas efectuadas por orden de Carlos I. Felipe II y también los RR CC  El rey Pedro I edificó un palacio estilo mudéjar.

A principios del siglo X, Abd al-Rahman III, el entonces califa de Córdoba, ordenó la construcción de un palacio fortificado que se utilizaría como nueva sede del gobierno. Esta primera estructura se amplió en los siglos siguientes; en el siglo XI, el rey ordenó la construcción de nuevos establos y almacenes. También supervisó la construcción del palacio Al-Mubarak, que pronto se convirtió en un centro cultural de la ciudad.
Con el paso del tiempo, a través de los reinados de los almorávides y almohades, se construyeron y demolieron más de doce palacios. Hasta la fecha se conservan pocos restos. El mayor cambio de dinámica comenzó cuando los cristianos se apoderaron de Sevilla. El Alcázar se convirtió en un lugar de residencia.


Tras la conquista de la ciudad en 1248, Fernando III no realizó ninguna actualización en el Alcázar. La corte cristiana se estableció durante décadas en los antiguos espacios almohades. Entre 1252 y 1260 Alfonso X aprovechó el espacio del edificio principal para construir el palacio Gótico. Los demás edificios del Alcázar almohade fueron reformados.​ En el siglo XIV, tras el terremoto sucedido en 1356, que afectó gravemente a la ciudad, el rey Pedro I ordenó el derribo de tres edificios palatinos almohades para construir el palacio Mudéjar, que se adosó al palacio Gótico. La construcción comenzó el mismo año 135611​ y, según las inscripciones del propio Alcázar, finalizó en 1364
El siglo XVI trajo más influencia renacentista, dando como resultado lo que vemos hoy: una impresionante fusión de diversas influencias culturales.
En la actualidad, el Real Alcázar de Sevilla es uno de los lugares más importantes y más visitados del sur de España. 

Los visitantes pueden reconocerlo como el telón de fondo de los Jardines del Agua de Dorne en la exitosa serie de televisión Juego de tronos, y como escenario de varias películas notables como El reino de los cielos y Lawrence de Arabia. El palacio sigue siendo la residencia oficial de la familia real en Sevilla.
La puerta del León, situada en la muralla exterior del conjunto, supone la principal vía de acceso al recinto. 
La sala de Justicia se accede por el patio del León. Es de planta cuadrada, de estilo mudéjar y fue construida en el reinado de Alfonso XI. Desde la sala de Justicia se accede al patio del Yeso, que fue edificado a finales del siglo XII, de época almohade. El patio de la Morería es el patio principal y está presidido por la puerta del palacio de Pedro I.
La Casa de Contratación abarcaba desde la actual plaza de la Contratación, donde tenía su fachada principal, hasta la parte occidental del patio de la Montería.
Tenemos el Cuarto de Príncipe, el Patio de las Muñecas, la Sala de los Abanicos, la Alcoba Real, el Salón de Embajadores, La sala de Tapices, el Patio de Crucero, Patio de Crucero, Sala de Justicia, y mucho más.
La visita puede ser guiada por un guía oficial. También hay una página web para ver el Alcázar “on line”.


 

jueves, 19 de diciembre de 2024

LA CRUELDAD DE ENRIQUE VIII

Enrique VIII, el rey inglés, estaba casado desde 1509 con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, una reina muy querida por los ingleses pero que no lograba darle un heredero que viviera más de un par de meses, estaba realmente coladito por Ana Bolena, a la que mandaba docenas de ardientes cartas mientras esta administraba con sabiduría y contención la fogosidad del rey, enardeciéndole aún más.  

A tal punto llegó la  cosa que decidió separarse de su esposa para poder casarse de nuevo, aun cuando ello supusiese un verdadero cisma en la Iglesia y motivo de creación de la Iglesia Anglicana. Y es que Roma no estaba por la labor de la anulación, máxime siendo el todopoderoso español Carlos V sobrino de la casi santa Catalina. El que más adelante sería su enemigo Thomas Cromwell, dijo de ella: "Si no fuera por su sexo, podría haber desafiado a todos los héroes de la historia". El gran erudito Erasmo de Rotterdam dijo que a Catalina le "encantaba la buena literatura y que la había estudiado con provecho desde la niñez." Luis Vives, el importante humanista valenciano, trabajando en Londres, escribió un libro donde defendía que las mujeres tenían derecho a la educación, cosa que en aquel tiempo parecía una pérdida de tiempo. El libro fue encargado por ella y el sabio se lo dedicó, (De institutione feminae christianae).

Catalina no tuvo suerte con los partos y en los dos murieron ambos hijos. En 1513, Catalina volvió a quedarse embarazada pero falleció poco después de nacer cuando Enrique había vuelto de Francia. En diciembre de 1514 tuvo otro hijo, el príncipe Enrique, que falleció al poco tiempo. Recién en febrero de 1516, Catalina dio a luz a una hija que sobrevivió sana. María.

La muerte del varón fue para Enrique un golpe tremendo, y para toda la nación. La primera obligación de una reina era dar un hijo varón al reino, todo lo demás era secundario. A partir de ese momento se acabó la luna de miel entre Enrique y Catalina. Durante los nueve años siguiente la reina tuvo un embarazo tras otro y en esos periodos el rey se entretenía con otras mujeres. Catalina supo disimular, como lo había hecho su propia madre, ya que el asunto no era extraño por entonces. Pero Enrique se mostró respetuoso con Catalina, de momento.

Pero la figura que iba tomando forma en sus intrigas era la del cardenal Thomas Wolsey. Isabel Blount, una amante del rey tuvo un hijo de éste, que fue bautizado y Catalina fue obligada a asistir a la ceremonia, donde se le puso el nombre de Enrique Fitzroy.

Catalina comenzó a hacer muchas obras de caridad, de todo tipo. Incluso en una revuelta donde hubo sangre a los extranjeros señalados culpables de la crisis económica que asolaba Londres, Enrique ordenó ejecutar a todos los revoltosos que se habían apresado. Intercedió Catalina de rodillas ante el rey para que perdonara la vida a los culpables y Enrique cedió a la petición.

Pero la actividad de la reina no solo fue la compasión y la ayuda a los pobres, sino una importante labor para introducir el humanismo en la corte. Se rodeó con Luis vives, con Erasmo y otros.

A todo esto sucedió que Carlos V, sobrino de Catalina, decidió casarse con su prima portuguesa Isabel, lo que enfureció a Enrique que nombró caballero y otros títulos muy importantes a su hijo bastardo Enrique Fitzroy. Catalina manifestó su desagrado y el cardenal Wolsey aprovechó para quitarle todas sus damas y sustituirlas por otras afines a él. Separó a la madre de la hija, mandando a María Tudor, que tenía nueve años, al inhóspito castillo de Ludlow.

ANA BOLENA 

Mientras los ingleses ya hablaban abiertamente en la calle del asunto llamando a la Bolena  con nombres injuriosos o abiertamente ramera. Las protestas arreciaban y Enrique los convocó en las cercanías del palacio y justificó su actitud. No convenció y los abucheos a cardenales y vítores a Catalina se multiplicaban. La reina fue encerrada acusada de sedición por su comportamiento lejos de estar compungida por el pecado. Se le ordenó que permaneciese oculta y sin visitas. Pero el pueblo se acercaba donde ella residía y la aclamaban y vitoreaban mostrándole así su apoyo. Fue convocada a comparecer ante el Tribunal, ningún abogado defensor de su causa había llegado a hablar con ella y el 18 de julio de 1529 se celebró el juicio en el que el rey estaba representado por sus abogados y ella habló por si misma. Estaba tan capacitada como cualquier abogado.

El 18 de julio de 1529 se celebró el juicio ante la Corte Eclesiástica. Catalina se defendió personalmente con argumentos sólidos y bien presentados. Recurrió contra la apertura del juicio ya que estaba el asunto siendo visto en Roma.

Tres días después, en segunda comparecencia fue requerida para hablar ante el Tribunal pero ella se levantó y en lugar de responder fue hacia donde estaba el rey, se arrodilló y mirándole a los ojos le suplicó piedad, diciendo que fue virgen a su matrimonio con él, que había sido coronada como reina consorte y que le había dado varios hijos, si bien con la desgracia de que Dios se los había llevado, quedando solamente una. “Solicito humildemente que me ahorréis el sufrir este nuevo tribunal. Y si lo hacéis encomiendo a Dios mi causa”. Terminada su alocución, hizo una profunda reverencia y se marchó.  Al parecer todos estaban de acuerdo con la tesis de Enrique de que no había habido matrimonio con ella, pues había sido la verdadera esposa de su hermano.


ENRIQUE VIII

El Papa prohibió que Enrique se volviera a casar antes de haberse tomado una decisión en Roma. Wolsey había fracasado y fue despedido ese año. En intrigante cardenal Wolsey, que fue el iniciador de las tramas contra Catalina, trato de realizar un complot contra Ana Bolena para exiliarla comunicándose con el papa. Pero fue descubierto y fue arrestado y retirado falleció poco después.  Tiempo después Catalina fue desterrada de la Corte, y se concedieron sus antiguos apartamentos a Ana Bolena. Se nombró a Thomas Cranmer, el capellán de la familia Bolena, como sucesor al puesto libre de arzobispo de Canterbury.

El caso es que no mucho tiempo después de lograr casarse con Ana Bolena, aproximadamente 1000 días, tras calmar sus ansias y recibir de ella tan solo una hija, la futura Reina Isabel I, el Rey, empeñado como estaba en lograr un varón y sin ser consciente de que esta hija habría de ser la mejor gobernante que han tenido los ingleses y forjadora de todo su esplendor, terminó por acusar a la Bolena de adulterio, incesto y traición, siendo por ello condenada a morir decapitada. El juicio estuvo colmado de irregularidades y la Bolena paso de ser una mujer de innegable atractivo: «Nunca se la describió como una gran belleza, pero hasta aquellos que la aborrecían admitían que tenía un encanto exacerbado. El cutis oscuro y el pelo negro le daban un aura exótica en una cultura que veía la palidez blanca como la leche como parte imprescindible de la belleza. Tenía unos ojos especialmente notables: 'negros y hermosos' escribió un contemporáneo, mientras otro afirmó que eran 'siempre los más atractivos', y que ella 'sabía bien como usarlos con eficacia'.» (Lindsay)  a otro con supuestamente tres pechos, seis dedos... y capaz de lo peor.

"Enrique me hizo marquesa siendo plebeya; luego me hizo reina, y como una mujer ya no puede subir más alto en la tierra, ahora me quiere hacer santa en el cielo, muriendo inocente".  Esas fueron las palabras de la Bolena cuando supo de la sentencia, y no iba descaminada, ya que con el tiempo termino por ser considerada mártir en la cultura protestante y como la reina consorte más influyente de la historia de Inglaterra.

Ana solicitó ser ajusticiada con una espada en vez de con el tradicional hacha, motivo por el cual se requirió los servicios de un verdugo de París, dado que el de la Torre de Londres no era demasiado hábil con la espada. Trás llegar días después el encargado de dar fín a su vida, el alcaide fue a comunicarle tal extremo: "Señora, ya ha llegado", interesándose luego la reina por la habilidad del verdugo con la espada le contestó con gravedad: "No se conocen quejas...". "Bien de todas formas no le daré trabajo porque estos días he adelgazado", " ¡Seré conocida como La Reine sans tête (La reina sin cabeza)!"

Llegado el momento del ajusticiamiento, se presentó con el pelo recogido y vistiendo una enagua roja bajo un vestido gris oscuro de damasco, adornado con pieles. Tras decir unas palabras a los presentes se arrodilló en posición vertical (en los ajusticiamientos con espada, no había bloque en el que apoyar la cabeza) y aunque hay quien mantiene que sus damas le quitarón el tocado y le pusieron una venda sobre sus ojos, mientras ella esperaba la espada repitiendo: «a Jesucristo encomiendo mi alma; el Señor Jesús recibe mi alma.» , otros mantienen que quedó con la cabeza ladeada mirando fijamente al verdugo con sus grandes ojos, quien le dijo: "Milady, si os quedáis mirándome no puedo concentrarme y me resulta imposible dejar caer la espada". Entonces Ana se disculpó al verdugo mientras cerraba los ojos. El verdugo fue certero y solo necesitó un tajo para cumplir su misión.

Fue enterrada sin boato alguno en un ataúd poco apropiado, su cuerpo y su cabeza quedaron en un arca en un lugar una tumba sin marcar de St. Peter ad Vincula. Ni tan siquiera su hija, ya convertida en reina, hizo intento alguno de rehabilitar su memoria o dignificar el lugar de reposo de los restos de su madre. Solo tras unas reformas en tiempos de la reina Victoria se marcó el lugar donde yacen sus restos.

El retrato de Ana Bolena es obra de Frans Pourbus el Joven (1569-1622), es posterior a la muerte de Ana Bolena. Se expone en la Pinacoteca Malaespina de Pavia.

DESPIADADA VENGAZA DE NAPOLEÓN EN DOS PUEBLOS ESPAÑOLES

Al amparo de un bárbaro decreto del general Joachim Murat, el lugarteniente en España de Napoleón, Chinchón y Valdepeñas fueron arrasados y sus ciudadanos pasados a cuchillo.
Durante la guerra de la Independencia, el 27 de Diciembre de 1808, cuatro soldados franceses mueren en Chinchón a manos de las gentes del pueblo.
Todo se inició cuando una partida de soldados franceses obligó a un guarda de Colmenar a que les condujera a Aranjuez, pero éste les llevó a Chinchón, donde ese día se celebraban fiestas, produciéndose una emboscada contra los franceses en la que varios resultaron muertos.


Dos días después las tropas francesas asaltan la villa, y durante tres días de asedio, saquearon e incendiaron numerosos edificios, como la Iglesia Ntra. Sra. de Gracia con sus archivos y documentos, la iglesia del Convento de San Agustín (hoy ermita del Rosario) y el Ayuntamiento. Causan la muerte a 86 vecinos. Los que no fueron ejecutados en la villa, encontraron la muerte camino de Aranjuez, dónde estaba el cuartel de los franceses. Francisco de Goya al pasar largas temporadas en la villa, fue testigo directo de esta masacre, reflejándolo en los Desastres de la Guerra. Por aquel entonces, el pintor Francisco de Goya era vecino de la villa, dejando reflejado en uno de sus grabados la tragedia. Concretamente, en el grabado número 37 de su serie 'Desastres de la Guerra", Goya escribió en el reverso "El de Chinchón".

El otro pueblo fue Valdepeñas, que avisados al amanecer del 6 de junio de 1808 la Junta de Defensa dispuso ocultar a mujeres, niños y enfermos en las bodegas, y mandó armar a todos los hombres que quedaban con sus útiles de labranza. Por otro lado, ante la falta de hombres suficientes, las mujeres formaron un grupo de defensa, tomando las ventanas, armadas con útiles de cocina y agua hirviendo.

Destaca aquí la figura de Juana «La Galana», que luchó en la entrada de la villa cuerpo a cuerpo y armada con una porra.
Ligier-Belair ordena entrar en la villa a la caballería. El pueblo vuelve a atacar desde la calle, tejados y ventanas. El final vuelve a ser el mismo, por lo que el General francés manda entrar por las calles laterales e incendiar casa por casa todo el pueblo. Otro pelotón se situaría a las entradas del pueblo para fusilar a todo el que saliera de él huyendo del fuego. La lucha continúa, muriendo muchos quemados y otros fusilados. En total fueron incendiadas 500 casas del norte y del flanco oeste de la villa.
Al día siguiente, los franceses pudieron entrar desarmados a recoger sus cadáveres. 
El incendio no cesó en tres días, por lo que los entierros de los españoles se hicieron en pleno campo pasado este tiempo.
 

martes, 3 de diciembre de 2024

LA VERDADERA HISTORIA DEL PAIS VASCO

El nombre actual de “Euskal Herria” (Vasconia o País Vasco) aparece en escritos vascos por primera vez en el siglo XVI pero es en el siglo XIX con el surgimiento del nacionalismo cuando comienza a usarse.
El 2 de abril de 1332 se firmó en Vitoria la escritura de incorporación de Álava a Castilla.


Reino de Navarra en tiempos de Sancho VII (1194-1234)
La historia de lo que hoy conforman las tres provincias vascas está directamente vinculada a Castilla y León desde hace más de siete siglos.  Incluso entre los años 1203 y 1237, los reyes Alfonso VIll de Castilla y Fernando III de León y de Castilla impulsaron la creación de cuatro localidades costeras: Fuenterrabía, Guetaria, Motrico y Zarauz, en el futuro fueron cruciales para la presencia marítima del reino en el Cantábrico.  Los pueblos anteriores a los romanos que ocupaban las Provincias Vascongadas actuales no eran vascos sino celtíberos, los várdulos, del Bidasoa al Deva; los caristios, del Deva al Nervión, y los autrigones, del Nervión al Asón y hacia el sur alavés. Fueron los romanos los que facilitaron la expansión vascona, desde el Pirineo occidental hacia toda la zona vascongada o vasconizada actual, agrupada entonces en el convento jurídico de Calagurris, o sea, Calahorra. Creo que muchas fantasías retrospectivas sobre el País Vasco buscan su justificación y hasta su supremacía en lo más remoto ya que no pueden encontrarlas en los datos históricos y científicos. Menos todavía si se tiene un idioma que carece de literatura. Así, a mediados del siglo XVIII, un abate vasco francés, Diharce de Bidassouet, aseguró que el euskera era la lengua del Creador, y otro abate, Perocheguy, afirmó que es el idioma anterior a la Torre de Babel, mientras que el cura de Sare, Dominique Laherjuzan, dice que el vasco prueba la divinidad del Génesis. No eran necesarias tantas fantasías. En la Península Ibérica, desde los tiempos más remotos, los pueblos primitivos anteriores a la invasión celta hablaban una lengua con una serie de dialectos que hoy en gran parte pueden ser traducidos a base del vascuence. Eran los iberos, llamados así porque habitaban en Iberia, cuyo nombre procedía del gran río Iber o Ebro. Así aparece explicado con toda clase de detalles en las obras de los más importantes lingüistas y prehistoriadores, tal como se desarrolla en la obra “Los Vascos en la Historia de España”. La demostración mejor está en la toponimia de toda la Península, cubierta de nombres vascos. Para los romanos todos los habitantes del norte de la Península eran cántabros, desde Galicia hasta Cataluña, y una de sus tribus habitaba en la Navarra pirenaica hasta Jaca, lo que llamaban el “Saltus Vasconum”, que por el sur se extendía hasta el Ebro. En contra de lo que creen algunos, esa región fue romanizada y lo prueban los puertos romanos desde Irún al Nervión y la calzada de Astorga a Burdeos, que cruzaba el País Vasco y Navarra, pasando por Roncesvalles.
Pero dejemos tan remotos aunque aleccionadores antecedentes, incluso los de la tardía cristianización de la región, así como los de la resistencia de la romanizada Vasconia a la invasión de los Bárbaros y al dominio visigodo, que volvió a encerrar a los vascones en las montañas y valles del Pirineo Navarro. Vamos al reino de Pamplona, donde por primera vez aparecen esos vascones como un pueblo histórico, uno de los núcleos clave de la Reconquista. 
Ya en el año 718 los árabes habían ocupado Navarra con muy escasa resistencia. La primera vino desde Asturias, con los reyes Alfonso II y Fruela. Fue por aquellos años, ya siglo noveno, cuando apareció Íñigo Arista (Rey de Pamplona), enfrentado a los francos y afirmando una personalidad histórica plenamente hispánica. 
Lo que es totalmente falso es que existiera en España un Ducado de Vasconia independiente, lo que fue sólo un gobierno provincial del Imperio franco, con jurisdicción únicamente en Francia y dependiente de París. Es un invento de los nacionalistas sabinianos, (Sabino Arana), como el fraile Bernardino de Estella. La verdad es que el ente histórico que hoy se llama Euzkadi, con zeta como lo escribía don Sabino, o Euskal Herría, como los que quieren extender el pequeño imperio a Navarra y a Francia, nunca tuvo entidad política independiente, ni como nación ni como Estado.


REINOS EN 1360
El cambio de milenio, año 1000, eleva al trono de Navarra a Sancho Garcés III, el gran Sancho el Mayor, que convierte a su reino en el centro político y de poder de toda la España cristiana. Ocupa por conquista o por herencia todo el norte de la Península, rey de las Españas, le llaman los códices medievales, rey en León, en Castilla, en Aragón, en su Navarra, en las provincias vasconizadas, hasta Cataluña, que le rinde tributo. Él es el padre y el creador de los reyes y de los primeros grandes reinos, Castilla y Aragón, que distribuye a sus hijos. Sancho el Mayor, (“Hispaniarum Rex”), gran rey vascón, protagonista de la Historia de España. Del reino de Pamplona surge, tras unos primeros años de expansión y la posterior merma territorial a manos de Castilla y Aragón, el Reino de Navarra que se estabilizó con dos territorios diferenciados: la Alta Navarra, al sur de los Pirineos y la Baja Navarra o Navarra Continental, al norte de la cordillera pirenaica, (actual Francia). 
Se fundan Vitoria y San Sebastián, hacia el 1200 con una labor repobladora. Pero Castilla después de un largo sitio se hizo con Guipúzcoa y Álava. El nombre de las tres provincias del País Vasco aparece por primera vez en el Cronicón de Alfonso III el Magno hacia el año 880. Vasca era Munia, la mujer de Alfonso II de Asturias.  Guipúzcoa (Lipuzcoa en los Códices) se incorpora voluntaria y definitivamente a Castilla el año 1200. Todos los reyes juraron los Fueros y juraron también no enajenar jamás dicha provincia, ni aún con la dispensa del Papa. El nombre de Álava, Araba en vascuence, es de origen árabe y ya en el siglo X figura como su señor el conde de Castilla, Fernán González, siendo gobernada la provincia por las Juntas de la Cofradía de Arriaga. 
Vizcaya, Bizcaia, en el siglo IX era un conjunto de unidades tribales, pequeños señoríos, merindades, anteiglesias las Encartaciones. Al margen de leyendas, Arigorriagas, Aitores, Jaun Zuria..., las diversas zonas de Vizcaya se fueron incorporando al naciente condado de Castilla y de modo completo a la Corona en 1379. 
Merindades, Villas, Señoríos ,Anteiglesias y otras son denominaciones de formas de administración que dependían de la Corona de Castilla. 
Bilbao fue fundada el año 1300 por Don Diego López de Haro, noble castellano, reinando Juan I de Castilla. Desde aquellos tiempos, los vascos en general fueron conocidos en la historia como los “vizcaínos”. Y los reyes, primero de Castilla y luego de la España unida por los Reyes Católicos, juraron los fueros bajo el roble de Guernica. 
En la guerra civil en Castilla por el dominio de España entre Castilla y Aragón en 1366-1367, el rey Pedro el Cruel, que había perdido el dominio de la mayor parte de Castilla. Pidió ayuda a Eduardo, príncipe de Gales, heredero de Inglaterra (llamado “el príncipe negro”) y a cambio prometió entregarle el Señorío de Vizcaya, incluyendo la villa de Castro Urdiales. 
Al principio pareció que esta alianza funcionaba. El ejército castellano-francés de Enrique fue derrotado por fuerzas inglesas en la batalla de Nájera,(abril de 1367). Pedro recuperó el trono castellano y el príncipe inglés pidió su recompensa. Pero entonces el rey Pedro le dijo que muy pronto todos los castillos y villas de Vizcaya le reconocerían como soberano pero en privado envió cartas a los caballeros de Vizcaya. La decisión quedó en manos de los linajes señoriales de Vizcaya. Si éstos hubiesen pensado que Vizcaya estaba oprimida por las armas por Castilla y no se hubiesen sentido castellanos tenían una oportunidad de oro para separarse de Castilla y de España para siempre. Pero hicieron todo lo contrario. Como indica el célebre historiador vizcaíno del siglo XIX Labayru, los caballeros vascos les dijeron claramente a los enviados ingleses que “Vizcaya nunca aceptaría como Señor a un príncipe extranjero”. El famoso cronista contemporáneo y futuro Canciller de Castilla, el alavés Pedro López de Ayala afirma en su célebre “Crónica sobre este periodo de la historia de España: “el príncipe de Gales no ovo la tierra de Vizcaya por cuanto los naturales de la tierra sabían non placía al rey fuese aquella tierra del príncipe”. Es decir, los vizcaínos optaron por la lealtad a Castilla. Quedó bien clara de nuevo la hispanidad vasca y vizcaína, quienes, junto a alaveses y guipuzcoanos llenarían las filas del ejército castellano del rey Enrique unos años más tarde en la guerra contra Navarra. Además la muerte del último señor de Vizcaya, don Tello, vasallo del rey de Castilla, propiciaría la unión definitiva entre Vizcaya y la Corona de Castilla, en 1369. 


En 1512 Fernando el católico conquista el reino de Navarra y aunque se había previsto adcribir a la Corona de Aragón, fue incorporado a Castilla, seguramente porque estaba más protegido. En el escudo todavía figura partido con los palos de Aragón.  Ni antes ni después ha existido nunca reseña emblemática ni en los escudos de los reinos, ni ya en otra época hasta el año 1978. 
Los vascos fueron siempre leales a los monarcas y Fernando e Isabel, que mostraron su preferencia por las tierras vascongadas. De allí salieron muchos de sus embajadores, grandes capitanes, almirantes, secretarios y ministros. Y lo mismo ocurrió con Carlos I y con Felipe II. Muchos de ellos, efectivamente, fueron protagonistas de grandes hechos por Europa, en el Mediterráneo y en el descubrimiento, conquista y colonización de las Españas de Ultramar, siempre al servicio de la Corona. Durante la Edad Moderna los vascos sobresalieron sobre todo por las artes náuticas, siendo famosos grandes navegantes y exploradores de la talla de Andrés de Urdaneta, Cosme Damián Churruca, Juan Sebastián Elcano, Juan de Garay, Francisco de Argañaraz y Murguía, Ignacio María de Álava, Blas de Lezo, Miguel López de Legazpi, Juan Martínez de Recalde y Antonio de Oquendo, entre otros muchos. 
Saltando de siglo en siglo, llegamos al XVIII, en el que los vascos fueron honor y gloria de España en el comercio, la navegación y la cultura. No hubo ni una sola gota de antiespañolismo y demostraron su patriotismo nacional, no reñido con su gran amor a su tierra vasca. Recordemos a los Caballeritos de Azcoitia, a la Real Sociedad Guipuzcoana de Cracas, y la Vascongada de Amigos del País. Los vascos lucharon contra la Convención Francesa, como habían combatido al lado de Castilla en favor de Felipe V y más tarde con valor y lealtad a la Corona en la Guerra de la Independencia. Todos sabemos que la mayor parte del País Vasco estuvo a favor de los carlistas. No contra España sino contra los gobiernos liberales con gotas masónicas de la época, no contra la unidad sino para “llevar al rey Don Carlos a la Corte de Madrid”. De la tergiversación política del carlismo nació el primer nacionalismo mal entendido, sectario, clericoide y excluyente. Y frente a opiniones equivocadas puede asegurarse que el carlismo fue siempre español como lo fueron los liberales vascos y más tarde, ya en el siglo XX, los socialistas. En plena guerra de 1936 a 1939, los carlistas lucharon en el bando nacional, y el gobierno del Frente Popular de la II República dio al PNV, a cambio de unirse a su bando, un Estatuto, muy inferior en atribuciones al de la actual Constitución. En aquella guerra, hace ya más de sesenta años, hubo vascos en los dos bandos. Baste recordar los Tercios de Begoña, de la Virgen Blanca, de San Ignacio... aparte de los famosos de Navarra. Y a los gudaris, en el otro bando, los que fueron a conquistar Villarreal de Álava y a defender el cinturón de hierro de Bilbao. La lista de grandes vascos, grandes españoles a lo largo de la historia y en los siglos XX y XXI, sería interminable. En estas líneas, a vuelapluma, no he hecho sino resumir en apretada síntesis algunos de los títulos del índice de mi obra “Los Vascos en la Historia de España”. He querido, como dice el profesor don Julián Marías, “combatir la ignorancia histórica que está adquiriendo proporciones inquietantes y está imponiendo la desfiguración negativa del pasado”. Y lo que es más triste, con la complicidad enfermiza con el terrorismo y la ceguera de algunas gentes “conservadoras”, hasta cientos de eclesiásticos que no quieren oír la voz del Sumo Pontífice.

 
Fuente: José Antonio Vaca de Osma. Embajador de España
“España en la Edad Media” 
 

lunes, 25 de noviembre de 2024

BATALLA DE AYACUCHO

Ayacucho, 9 de diciembre de 1824 Es considerada la última batalla y desencadena el principio del fin del Imperio Español en América.
En agosto de 1821 se consuma la Independencia de México mediante el Tratado de Córdoba. Pero tanto esta como otras independencias y luchas tuvieron un desencadenante importante.

Todo el proceso se desencadena a raíz del "Pronunciamiento de Riego". Llamamos así en realidad a un acto de desobediencia militar ante el reinado del felón Fernando VII. Un gobierno absolutista que había traicionado a su pueblo derogando la Constitución liberal de 1812. Realmente ese Pronunciamiento era la desobediencia para no realizar la “Grande Expedición de Ultramar”. Fue realizado por el teniente coronel Rafael del Riego. Detonante de la Revolución de 1820 y de la pérdida definitiva del Imperio español en América, a causa de la disolución de la mayor flota y el más grande ejército de Ultramar reunidos por España para sofocar la revolución hispanoamericana. Estaba dispuesto un ejército de 22.000 hombres entre infantería y marinos y 12 buques de guerra perfectamente armados.
El Pronunciamiento comenzó el 1 de enero Las Cabezas de San Juan, Sevilla, donde estaban acantonadas las tropas de la Gran Expedición de Ultramar.
Ya en años anteriores una expedición realizada por el general San Martín, desembarcaron en las costas del Perú, provenientes de Chile.  El ejército realista abandonó Lima y se desplazó a Cuzco y San Martín proclamó la Independencia de Perú el 28 de julio de 1821. Se estableció el primer Congreso Constituyente del país.
Pero para los emancipadores era necesario un acuerdo entre los grandes generales, Bolívar y San Martín, cosa que se intentó en la entrevista de ambos en Guayaquil, actual Ecuador. No hay testimonio fehaciente de lo hablado entre ellos, pero lo cierto es que San Martín no convenció a Bolívar de sus ideas monárquicas que tenía, buscando una persona de la casa de Borbón. Ya pocos años antes, incluso el general Manuel Belgrano en Buenos Aires era defensor del “Carlotismo”, una idea que se centraba en la posibilidad de que Carlota de Borbón, infanta hermana del rey Fernando fuera la monarca de toda la América Hispana. Pero el tema aunque tuvo muchos partidarios se fue disolviendo con los años. No obstante, a partir de 1816, como consecuencia de la restauración absolutista en Europa, reaparecieron los proyectos monárquicos en las Provincias Unidas. Incluso el
El proyecto había fracasado principalmente por la injerencia británica. Gran Bretaña no deseaba que una princesa española en un hipotético reino rioplatense anulara las ventajas comerciales que ya disfrutaba.
San Martín sabía que una República no era la solución, ya que por entonces no se trataban de países distintos, sino de virreinatos y regiones muy diferentes. Los que piensen que todo el mundo quería una república están muy equivocados, ya que hay que entender que la idea de “república” era muy nueva en el mundo: solo se conocía el caso exitoso de la Independencia Estadounidense, y este tenía aún pocos años de vida
Por lo que debido a que Bolívar realmente tenía ideas imperialistas, la  entrevista de Guayaquil fracasó y San Martín se retiró de todos sus cargos dejando a Bolívar que continuase su trabajo.

El virrey del Perú era José de la Serna, un héroe militar, de ideas liberales, pero fiel al rey. Los refuerzos esperados nunca llegaron, consiguió retrasar la independencia tres años más. A principios de 1824 las fuerzas de José de la Serna se dividieron a causa de una rebelión encabezada por el general Pedro Olañeta, que generó en batallas mermando las fuerzas, cosa que aprovechó Bolívar para llevar sus tropas a las puertas de Cuzco en el mes de octubre, dejando al mando del final de la campaña a su lugarteniente José de Sucre. En realidad el traidor de Olañeta había negociado con Bolívar y se refugió en el alto Perú dejando a De la Serna solo frente al ejército independentista.
El ejército realista comandado por de la Serna contaba con unos 8.000 hombres, unos 900 nacidos en la península y el resto nacidos en América, eran americanos que deseaban un autogobierno sin romper con la metrópoli. Bien mirado era una gran Guerra Civil, todos eran españoles. Por su parte el ejército de Sucre lo componían entre 7.000 u 8.000 hombres, todos americanos y un contingente de militares mercenarios ingleses. Dado que había familiares en ambos bandos provocó la curiosa circunstancia que muchos de ellos se abrazaran antes de entrar en combate.
Los realistas ocupaban una zona elevada pero no pudieron resistir mucho por la falta de víveres. Por lo cual ante una embestida enemiga, un flanco realista bajó atropelladamente por la colina y sin duda ahí se decidió la batalla. Los oficiales realistas contenían el ataque y hasta pasaron a la ofensiva. El Virrey se lanzó en persona y cayó herido y fue capturado. Sus hombres fueron capturados y los jinetes huyeron.
Poco después se firmó la rendición. El ejército Real del Perú renunciaba a seguir combatiendo y se le permitía el licenciamiento o el regreso a España. Los rebeldes aceptaban que puerto Callao siguiera en poder español. La batalla costó la vida a unos 2.100 hombres de los cuales 1.800 eran del ejército realista.  Al año siguiente Olañeta refugiado con sus fuerzas en el Alto Perú fue derrotado y muerto por Sucre.
Honrosa y heroica fue la defensa de la última guarnición española en el puerto del Callao. Hasta el 23 de enero de 1826 resistieron los españoles del brigadier José Ramón Rodil. Diez meses en la fortaleza Real Felipe, sabiendo que no llegarían refuerzos y hasta agotar los víveres y las municiones frente a una fuerzas muy superiores. Cuando tras la rendición se iba a fusilar a Rodil y sus supervivientes, unos 400 hombres de los 2.800 que habían integrado la plaza, Bolívar dio la orden de no ejecutarlos ya que “El heroísmo no es digno de castigo”.
Ese día se arrió la última bandera española en tierra firme americana. Del glorioso Imperio solo quedaban las islas de Cuba y Puerto Rico en América.
A su regreso a España los supervivientes de Ayacucho y Callao tuvieron que aguantar las maledicencias de algunos que pensaban en un supuesto acuerdo masónico contra el rey Fernando VII.
Los muertos en combate, las heridas del Virrey de la Serna y el heroísmo de los supervivientes del Callao son pruebas más que suficientes para acallar esa teoría de la conspiración. Más bien habría que preguntar que hicieron en la Metrópoli por ayudar a aquellos hombres que defendían la causa del rey.
El gobernador del campo de Gibraltar les preguntó con mala intención “Señores, ¿Con que aquello se perdió masónicamente?” . A lo que el brigadier Francisco de Mendizábal respondió lacónicamente “Señor, aquello se perdió como se pierden las batallas”.
El rey recompensó a de la Serna con el título de Conde de los Andes y a Rodil con el de Marqués de Rodil.  Ellos y otros generales y oficiales veteranos desempeñarían puestos de importancia en la España Liberal ya muerto Fernando VII.
 

Grabado de Denis Auguste Marie Raffet- Batalla de Ayacucho de 1824.
 

sábado, 23 de noviembre de 2024

VIDA EN UN BARCO HACIA AMÉRICA SIGLOS XVI-XVII

A partir del Descubrimiento los viajes fueron incesantes. Los barcos se armaban por lo general en Sevilla bajo condiciones estrictas.  Los marineros tenían que ser castellanos y cristianos viejos, y debían reunir ciertas características: Reputación intachable. Probados sentimientos religiosos y Autorización para embarcar. 

La tripulación para un navío por ejemplo de 100 toneladas era de 31 personas. Contra todas las mentiras que se vertieron sobre el primer viaje de Colón, 6 de cada 10 tripulantes eran profesionales. La primera vuelta al mundo de Magallanes-Elcano, llevó 265 embarcados y 125 expertos en diversas profesiones.

La tripulación estaba compuesta por un capitán, al menos tres pilotos, maestres y contramaestres, alguaciles de orden, cirujanos y barberos, despenseros, carpinteros y calafates. Marineros profesionales, grumetes, lombarderos (artillería), sobresalientes (soldados), al menos 4 clérigos, armeros, herreros, intérpretes, contables, etc. Si no se encontraba personal suficiente, se llevaban forzosos. También iban viajeros e investigadores a veces. También se llevaban animales, para el trueque, compra o venta. El agua era racionada. Cada uno cargaba su propia comida mantas, ropas, etc.  La ración diaria consistía entre otras cosas de bizcocho, o galleta, algo de carne salada, algo de vino, arroz o legumbres, vinagre, ron y un poco de aceite.  El agua se volvía verde y viscosa y la comida con exceso de salazón provocaba más sed. También se llevaban ajos, almendras, azúcar membrillo, ciruelas, harina, miel, pescado seco, tocino, etc.

Se llevaban armas, municiones, lombardas y pólvora. Instrumentos náuticos, relojes de arena, cartas, astrolabio, etc. También paños peines cascabeles, cuchillos, tijeras, espejos, ollas, calderos, leña, esteras, banderas...

La fórmula del tiempo que se empleaba para saber la distancia recorrida, era simplemente un reloj de arena que se volcaba por espacios determinados de tiempo, y multiplicar esto por la velocidad.

La vida a bordo era soportable para esos tiempos. Hoy sería impensable de todo punto. Al amanecer comenzaban las tareas. Limpiar las cubiertas, reparar e izar las velas cuando fuera necesario, remendar redes, y si había habido tempestad los trabajos aumentaban. Se bañaban en el mar en época de calma. Por las tardes estaban más relajados, se quitaban mutuamente los piojos, cantaban, pescaban. El problema alimentario no era por la insuficiencia calórica, era más por el desequilibrio nutricional. Había excepciones, en que el viaje se alargaba más de lo previsto. La comida de mediodía era la más importante y la más calórica solía estar caliente, siempre que las condiciones atmosféricas y estratégicas no lo impidieran y hubiera leña o carbón. El desayuno se comía frio y la cena se realizaba a la luz de un candil, aunque más de una noche tuvieron que comer a oscuras.

La dieta tenía dos alimentos claves: uno, el bizcocho, unas tortas duras de harina de trigo, duras, doblemente cocidas y sin levadura que duraban largo tiempo, por lo que se convirtieron en un alimento básico dentro de los buques. Ahora bien, a veces estaba tan duro que solo los más jóvenes eran capaces de hincarle el diente. Y otro, el vino cuya ración por tripulante y día, en condiciones normales, ascendía a un litro. También se repartían raciones mucho más escasas de vinagre (tres litros al mes) y de aceite de oliva (un litro al mes) solían comer carne al menos dos veces en semana y los cinco días restantes consumían habas, arroz y pescado. El queso también era un componente esencial de las dietas en los barcos por dos motivos: por su buena conservación y porque no se necesitaba cocinar. La comida era difícil de conservar por la humedad, el calor y las plagas (ratas, cucarachas y demás insectos).El bizcocho tapizado de telarañas, negro y duro, era la comida principal. Los oficiales, a veces tenían pequeños privilegios como un vino de mejor calidad, bizcocho blanco o bonito en vez de atún. Pero, cuando el viaje se alargaba y los alimentos y el agua escaseaban compartían con los demás pasajeros los rigores del hambre y la sed.  Las frutas y verduras solo se consumían los primeros días, luego su falta ocasionaba problemas de salud. La hora de la comida era además de la alimentación en sí motivo de vida en común. Los alimentos eran malísimos. Sabemos por crónicas de otros viajes posteriores que por ejemplo las galletas se pudrían, los guisos eran apestosos con carne ya rancia. No tenían especias que disfrazaran algo el sabor. También la tripulación tenía un comportamiento deplorable a la hora de comer.

Hasta 1795 no se descubrió la solución para el escorbuto, (falta de vitamina C). La solución consistía en repartir lima a los tripulantes.  Con las ropas que muchas veces estaban mojadas, acababan por producir artritis y reuma. Se propagaba el tifus por la mala comida con gusanos, que prosperaban en la mala higiene y en ropas húmedas.

Se rezaba dos veces al día, antes del desayuno y de la cena, la asistencia era obligatoria.  Todas estas situaciones eran aún peor en los buques de guerra. Donde el espacio era más reducido para cada tripulante. A esto hay que agregar que la altura bajo el bao era limitada, por lo que no se podía estar de pie.  Hoy podemos reproducir el viaje de aquellos hombres pero algunas cosas es imposible ni siquiera imaginarlas.

Plantearse ir al Nuevo Mundo era asumir una vida dura, difícil y, sobre todo, fugaz. A las inclemencias del tiempo y de la selva, aquellos hombres aguerridos tuvieron que enfrentarse a la enfermedad, los mosquitos, el hambre, la sed, las emboscadas de los indígenas y a la avaricia. Esto era igual para cualquiera.

No demasiados consiguieron llevarse algo de oro y plata. Otros decidieron quedarse allí y muchos más dejaron allí sus vidas. Los que se quedaban solían casarse (por la iglesia lógicamente), con la india, creando así una nueva raza.

 

 

TOMA DE CÁDIZ - 1262

En 1262 Alfonso X el Sabio reconquistaba Cádiz para Castilla. El 14 de septiembre las tropas castellanas lograron tomar Cádiz tras un asedio...