Nació
en Poza de la Sal, Burgos, 14 de marzo de 1928-y murió por accidente aéreo en Shaktoolik,
Alaska, 14 de marzo de 1980. Fue un naturalista y divulgador ambientalista
español, defensor de la naturaleza y realizador de documentales para radio y
televisión, entre los que destaca la serie El hombre y la Tierra (1974-1980). Estaba
Licenciado en Medicina por la Facultad de Medicina de Valladolid y autodidacta
en biología, fue un personaje polifacético.
Este gran hombre de hechos y no de palabras, ha sido relegado al olvido por los gobiernos desde que falleció en accidente. Este hombre sí que era un ecologista de verdad, cuyos documentales han sido premiados en todo el planeta, fue el primero en concienciar a la gente del peligro que corrían muchas especies como el lobo, el oso, las rapaces, etc. Era un comunicador espléndido, y la reintroducción de la cetrería permitió que muchos aviones despegaran y aterrizaran con seguridad en los aeropuertos.
Fue el último descubridor y promotor de los barrancos de Peregrina en Guadalajara, quien tomó aquellos parajes como escenario ideal para sus correrías acerca de la fauna salvaje de la Península. Ave mítica, el águila real, resultaba, sin embargo, muy poco conocida por entonces.
Su legado perdura pero de una manera propia, no porque las autoridades estén volcadas en él. En general España no ha sabido valorar el nivel de Félix Rodríguez de la Fuente oficialmente, porque en Francia sí tienen una fundación relevante,
No son muchos los lugares de la provincia de Guadalajara que, con tantos merecimientos paisajísticos e históricos, sean a su vez tan poco frecuentados por el público excursionista de dentro y de fuera de la capital. Algún que otro pequeño grupo de estudiosos, interesados por la Geología o simpatizantes de nuestra fauna nacional. Aquellas inolvidables imágenes televisivas, uno acaba por regocijarse en el recuerdo al considerar cómo toda aquella maravilla, perdido paraíso para estos tiempos que corren.
Esta mañana cogí el coche y me fui solo a gozar del paisaje desde la Pelegrina, el mirador construido en su recuerdo, sobre el barranco, junto al ramal de carretera que va desde Torremocha del Campo hasta Sigüenza. Un matrimonio de avanzada edad acaba de colocar un humilde ramo de flores al pie del monumento que recuerda al viajero la personalidad y la obra del naturalista fallecido. El detalle resulta emotivo en un momento de falsas idolatrías, donde por lo general la gratitud y el reconocimiento son monedas caducas y de escaso porvenir. La tarde anda de caída; los buitres y los quebrantahuesos dibujan lentamente círculos concéntricos sobre el cielo de Sigüenza. A nuestra izquierda se alcanza a ver, lejana, la chorrera que el río produce al despeñarse por la angosta abertura que, con el paso de los siglos, consiguió surcar entre las rocas.
El rugido de las aguas al caer apenas llega hasta
nosotros. Después, tomando, el arroyo pasa lento entre los arbolillos en sombra
que crecieron a lo largo y el apacible hierbazal por el que se cuela, como una
cinta, la estrecha senda de los campesinos. En pleno verano, cuando la media
tarde abre en la comarca, el barranco del río Dulce se cubre de sombras antes
de abocar en Pelegrina. El pueblo aguas abajo, sobre un leve oterillo en medio
de la vertiente.
Los documentales del doctor Rodríguez de la Fuente, sobre todo la serie dedicada a la fauna ibérica, deberían ser de visionado obligatorio en los colegios.
Los documentales del doctor Rodríguez de la Fuente, sobre todo la serie dedicada a la fauna ibérica, deberían ser de visionado obligatorio en los colegios.