sábado, 27 de diciembre de 2025

REINO DE NAVARRA (segunda parte)

 

Muerto Sancho III en el 1035, el reino de Navarra se desmembró. Como dejó entre sus hijos la herencia repartida. A García le correspondió Navarra, Castilla fue para Fernando, que desde entonces fue con la categoría de reino, y Aragón, también como reino a Ramiro. Los condados de Sobrarbe y Ribagorza fueron para Gonzalo. El último rey de Nájera, Sancho Garcés IV es asesinado por su hermano, con lo cual ya no existen los reyes de Nájera. Se divide el reino y la parte navarra quedó anexionada al Reino de Aragón, poniendo fin al "Reino de Nájera", pasando a denominarse Señorío de Nájera y Ducado de Nájera. Del reino de Pamplona surge, tras unos primeros años de expansión y la posterior merma territorial a manos de Castilla y Aragón, el Reino de Navarra que se estabilizó con dos territorios diferenciados: la Alta Navarra, al sur de los Pirineos y la Baja Navarra o Navarra Continental, al norte de la cordillera pirenaica, (actual Francia). Se fundan Vitoria y San Sebastián, hacia el 1200 con una labor repobladora. Pero Castilla después de un largo sitio se hizo con Guipúzcoa y Álava. Pese a todo Navarra participará en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en la que destacó el monarca navarro Sancho VII el Fuerte. La muerte sin descendencia de Sancho VII, supone la entronización en Navarra durante casi dos siglos de dinastías francesas, la de Champaña, la Capeta y la de Évreux. 


BANDERA DE NAVARRA. (siglo XIV)

En la ciudad de Pamplona es arrasado el barrio de la Navarrería por tropas francesas en 1276 y extendiéndose la confrontación por toda Navarra, venciendo éstos a los aliados castellanos e implantando el acercamiento de Navarra a Francia. Se produce la instauración de la Casa de Trastámara en Aragón a mediados del siglo XV con Fernando de Antequera. Con los años se llevaría a una guerra civil en 1441, cuando Juan II de Aragón (rey consorte de Navarra, Trastámara)) se quedó para sí el trono, en vez cederlo a su hijo Carlos, Príncipe de Viana, al que le correspondía. La guerra civil persistió tras la muerte de Carlos, Príncipe de Viana en 1461 y a la de Juan II en 1479. A finales del siglo XV el rey de Aragón Fernando el Católico realizaba continuas injerencias en la guerra civil de Navarra en apoyo a los Beamonteses, (partidarios del antiguo bando nobiliario de los Beaumont). Éstos eran contrarios a los agramonteses (partidarios del antiguo bando nobiliario de los Agramont). En 1512 el rey de Navarra se vio obligado a firmar el Tratado de Blois, por el cual conseguía apoyo del reino de Francia ante una posible agresión. Esto fue considerado por Castilla y Aragón como una beligerancia, ya que Francisco I de Francia estaba enfrentado al aragonés Fernando. Hemos de saber que la llamada Baja Navarra es una actual región del País Vasco Francés. Fernando el Católico, que era hijo de Juan II y su primer matrimonio con la reina Blanca de Navarra, inició la invasión, y entonces una ciudad de 8.000 almas y mal fortificada, firmó la rendición. En 1513, las Cortes de Navarra, convocadas en Pamplona por el virrey castellano y sólo con la asistencia de beamonteses, nombraron a Fernando el Católico rey de Navarra. El 7 de julio de 1515 las Cortes de Castilla en Burgos, anexionan el Reino de Navarra al de Castilla. 
El nuevo rey se comprometió a respetar los fueros del reino. La conquista de la Alta Navarra no finalizó aquí, ya que Catalina de Foix y Juan III de Albret, y posteriormente Enrique II, apoyados por los monarcas franceses, hicieron hasta tres intentos militares de recobrar el reino. En 1516, aprovechando la muerte de Fernando el Católico realizaron uno de los intentos. 


 JUAN II DE ARAGÓN 
El ejército fue derrotado en el Roncal. Sin éxito la vía militar, se intentó la diplomática-ca. Así tuvieron lugar dos encuentros entre las partes que no arrojaron ningún éxito, por lo que los reyes navarros, apoyados por Francia, realizaron un último intento bélico. En 1521, aprovechando la Guerra de las Comunidades que asolaba Castilla, deseosos de debilitar a toda costa al rey (ya entonces Carlos I), tuvo lugar un alzamiento generalizado en toda Navarra que después de tres años de batallas hubieron de rendirse obteniendo un perdón. En 1530, el rey de Navarra Enrique II, mantuvo la independencia del reino de la baja Navarra. Los reyes posteriores continuaron jurando las leyes propias navarras. En esta parte del reino de Navarra continuó la dinastía Albret-Foix que entroncaría con la de Borbón, quienes llegaron a reinar en Francia y estos territorios navarros les conferían la dignidad real, y muy celosamente sus sucesores la conservaron separada, aún después de acceder al trono de Francia llevaron la titulación de reyes de Francia y Navarra. Luis XIII aceptó una reconciliación en 1611. En 1620 publicó el edicto de incorporación del Reino de Navarra a la Corona de Francia, conservando a sus habitantes en sus fueros, franquezas, libertades y derechos. Durante la Guerra de Sucesión Española, (1701) Navarra (a pesar del fiero sentimiento antifrancés del pueblo) se posicionará a favor del duque de Anjou (futuro Felipe V) en lugar de por el archiduque Carlos de Austria. Es por ello por lo que tanto Tudela como Sangüesa fueron ocupadas por las tropas austracistas. A la finalización del conflicto, Navarra, al igual que las provincias vascas, conservaron sus fueros a diferencia de la Corona de Aragón

viernes, 26 de diciembre de 2025

NAVARRA - REINO (primera parte)


Los vascones, antiguo pueblo autóctono, posiblemente una de las tribus íberas, ocupaban la actual Navarra y parte de Aragón. Con la llegada de los romanos el territorio formó parte de la provincia romana Tarraconensis. Luego a la caída de los romanos los vascones fueron sometidos por los visigodos pero se sublevaron en tiempos de Leovigildo, en el 581, invadiendo y conquistando la Aquitania, que por ello se llamó Gascigne, (Gascuña), en el 587. Hubo entonces una Vasconia francesa (Aquitania), y otra propia o española. Frente a ambos se alzaban los pueblos Visigodos al sur y los Francos al norte. Con la invasión de los árabes en el 711, la época musulmana para los vascones fue una continuación de las luchas para defender su independencia de cualquier invasor, ya fuesen romanos, visigodos o musulmanes. No obstante, con los musulmanes, su aristocracia se convirtió y respetaron las posesiones y ascendencia social.

La Península durante el reinado de Sancho III 
Destacó una estirpe la de los Banu Qasi, convertidos al Islam. Y se aliaron a la familia de los Arista de Pamplona cuyo representante Ínigo Arista fue elegido rey. La dinastía de los Arista gobernó Navarra, sujetos a los emires cordobeses hasta comienzos del siglo X. De este linaje surgió Ben Muza, que fue el valí de Zaragoza. Al desaparecer los reinos visigodos, Vasconia quedó sometida a la influencia franca por un lado y por el otro al poder de las monarquías asturleonesa primero y al Condado de Castilla más adelante. Aunque los musulmanes consiguieron penetrar en los Pirineos occidentales, nunca la ocuparon por mucho tiempo, dejando zonas aisladas, entre ellas Navarra, lo que impidió asimismo que se convirtiera en parte de la Marca Hispánica de Carlomagno, quien aprovechando la rebelión del gobernador de Zaragoza para intervenir en la Península, atravesó en el año 778, con un ejército franco el territorio vascón y destruyó y redujo a ruinas a Pamplona, capital de los vascones que eran aliados. Abandonó el proyecto de tomar Zaragoza dada su dificultad. Pero, en agosto de 778 con un poderoso ejército se dirigió al norte, por Roncesvalles. Allí fueron objeto de una hábil emboscada por los vascones (o árabes, posiblemente), que ocasionaron una gran pérdida en la retaguardia del ejército de Carlomagno que estaba dirigida por un familiar, Roldán, Se hizo famosa, incluso hoy en día se conoce La Chanson de Roland, que inmortalizó el evento. En lo que hoy conocemos como Navarra, el norte de la comunidad permaneció poco tiempo bajo dominio musulmán y pronto se organizó en un núcleo cristiano de fugaz sometimiento al Imperio carolingio y con centro en la ciudad de Pamplona, población fundada en época romana por Pompeyo sobre un asentamiento vascón preexistente denominado “Iruña”. 

ESTATUA DE ÍÑIGO ARISTA EN MADRID

Su primer soberano como dijimos fue Íñigo Arista, hacia el 810, cabeza conocida de la primera dinastía navarra. De este modo se conformó el Reino de Pamplona. Íñigo Arista, señor de Pamplona, se le considera como el fundador del reino y patriarca de la dinastía. En el año 923 el rey pamplonés Sancho Garcés I junto a Ordoño II de León recuperan Nájera y La Rioja del dominio musulmán. Estos territorios quedan en manos de García Sánchez, hijo del anterior, denominándose Reino de Nájera. También se convierte en rey de Pamplona, estableciéndose en Nájera, con lo cual el reino pasa a llamarse Reino de Nájera-Pamplona. La desaparición del Califato de Córdoba liberó a los navarros de enemigos por el flanco sur, lo que permitió a su rey Sancho III el mayor, (1000-1035), concentrarse en sus ambiciones expansivas. El rey Sancho III el mayor, impulsó el reino, lo amplió, fomentó el camino de Santiago, acuñó moneda y celebró Cortes, originando una legislación. Estaba casado con la hermana del conde de Castilla, García Sánchez, y al morir éste asesinado, Sancho el mayor incorporó a su reino el condado castellano como protectorado y también otros condados como el de Gascuña y el de Barcelona que le rindieron vasallaje. Al casarse su hermana Urraca con el rey leonés Alfonso V, el rey navarro pretendió afianzar la unión de los reinos, pero al morir el leonés se avivaron las diferencias entre los reinos. Vermudo III rey de León, se casó con una hija de Sancho, Jimena, lo que animó a defender la causa de Vermudo contra los levantiscos nobles asturianos. Sancho III el mayor fue el primer monarca moderno, el que siguió las prácticas europeas de feudalismo. Guarda para sí el título de Emperador hasta entonces reservado a los reyes de León. Facilitó la entrada de la orden del Cluny y abrió la ruta hacia Santiago a los peregrinos europeos. Muerto Sancho III el reino se desmembró. Como dejó entre sus hijos la herencia repartida. A García le correspondió Navarra, Castilla fue para Fernando, que desde entonces fue con la categoría de reino, y Aragón, también como reino a Ramiro. Los condados de Sobrarbe y Ribagorza fueron para Gonzalo. Estamos en el año 1035.

jueves, 25 de diciembre de 2025

ASTURIAS - PRIMER REINO CRISTIANO

El primer núcleo de resistencia cristiana se formó en la actual Asturias y tuvo como protagonista a Pelayo, un noble visigodo. La batalla de Covadonga (722), dirigida por don Pelayo fue decisiva porque a raíz de esta, los musulmanes abandonaron aquellas tierras y nunca más volvieron. Lo de Covadonga pudo ser solo una escaramuza, pero a los apaleados godos les devolvió el orgullo y la confianza perdidos. La presencia de nobles que se habían refugiado en la zona contribuyó a darle un carácter institucional a las empresas de resistir al empuje musulmán. 

DON PELAYO 
El caso de don Pelayo, según algunos historiadores, parece ser que en realidad fue una simple emboscada para consolidar la posición. Y su valor era meramente simbólico. Lo cierto es que para los reducidos reinos cristianos posteriores, don Pelayo fue la encarnación de la resistencia contra Al-Andalus, y el punto de unión entre la Hispania visigoda y los nuevos reinos cristianos que fueron formándose. Hay numerosas narraciones por parte de los cristianos que exageran desmesuradamente, incluso con ayudas de la divinidad, pero si es cierto que la victoria supuso la muerte del caudillo musulmán Al-Kama. Llamamos a ese periodo Reino Astur, y de hecho los primeros gobernantes no se auto titulaban reyes, sino “Prínceps”.
Alrededor del 714 los moros habían aparecido en el valle del Ebro y dos años después toman Pamplona. El territorio fue campo de batalla entre musulmanes, francos y vascones. El Imperio carolingio trató de proteger la zona con apoyo de los núcleos de resistencia cristianos y en su afán de dominio del territorio, alcanzó alianzas con las familias más poderosas de aquellas tierras. Los vascones siempre intentaron deshacerse tanto del yugo musulmán como del franco, como lo demuestra la batalla de Roncesvalles en el 778 contra el ejército de Carlomagno, y su política díscola con el emir de Córdoba. El avance musulmán se detuvo en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos. Los habitantes de estas zonas crearon sus propios núcleos primigenios de reinos cristianos. La zona de los Pirineos estaba tomada por el Imperio Carolingio ante el avance musulmán, y tuvo una fuerte influencia gala. En su parte occidental se creó el Reino de Pamplona, en la oriental el Imperio Carolingio dominaba la Marca Hispánica que había establecido para detener el avance musulmán, y entre ambas, el Condado de Aragón. No obstante los hispano-romanos y visigodos que componían la población de la península, todos cristianos, a la vez que se desarrolló al-Andalus fueron creando núcleos de resistencia a los musulmanes, primero en el norte y luego irán avanzando y creando lugar a los reinos cristianos medievales, que son los que se encargarán de hacer frente al musulmán, recuperar territorio al cristianismo o someterlos de alguna forma. En la franja norte de la península, desde Galicia a Cataluña, grupos armados combatían a los musulmanes. Operaban sobre todo en la zona cantábrica y eran insumisos a cualquier gobierno desde la época romana, estaban apenas controlados por los visigodos. Aunque se presentan estos hechos como el principio de la Reconquista, más bien parece una continuación de la actitud habitual de los montañeses. Si bien los reinos cristianos no existían entes de la invasión musulmana fueron resistiendo los ataques musulmanes y pudieron destruir guarniciones y atraer a la población visigoda y fundar el hecho y derecho del reino Astur en la persona de Alfonso I, con la corte de Cangas de Onís en el 739. Pensemos que los visigodos llevaban en la península desde el reino visigodo con capital en Toledo desde el 507 y gobernaron hasta la llegado de los musulmanes en el 711. Doscientos años de convivencia con los hispano-romanos, con la mezcla de la población y la unidad lingüística, (los visigodos hablaban el gótico, una lengua germánica extinta, hablada por el pueblo visigodo. Actualmente no existen lenguas derivadas de ella), fueron hablando el latín de los hispanos aunque algunos términos góticos permanecieron y el acceso a la cultura vendría por sí solo con el tiempo. Para finales del siglo VI, escasa o no, la cultura abarcaría a ambas poblaciones. Lo que quiero decir que aquellos visigodos del principio, ya no existían, y eran tan hispanos como los demás, ya que compartían lengua y religión. Volviendo al reino Astur, la presencia de nobles visigodos, refugiados en la zona cantábrica, contribuyó a iniciar de una forma institucional la empresa de constituir un reino. Don Pelayo, descendiente del rey Chindasvinto y fugitivo de la batalla de Guadalete, aclamado como jefe venció a los musulmanes en Covadonga. Los musulmanes despreciaron la zona porque en ese tipo de terreno no estaban habituados a combatir.

Cueva de Covadonga donde se atribuye ser el escenario de la batalla
Tras aquella batalla de Covadonga comienza a organizarse la monarquía. Alfonso I aprovechó las revueltas musulmanas para hacer incursiones en el valle del Duero y atravesando el Ebro llegar a La Rioja. Pero cuando se fundó el Emirato de Córdoba se hicieron fuertes en el norte dejando una zona desierta entre ellos y el emirato recién fundado. Cesaron los avances cristianos y durante las siguientes monarquías el reino Astur fue vasallo del cordobés pagando los correspondientes tributos. Estaba claro que se oponían a estos pagos y dejaron de hacerlo con Alfonso II. Los musulmanes saquearon Oviedo y al volver fueron vencidos en el 794. Es con Alfonso II (791-842) con quien la monarquía se afianza gracias al triunfo de las tesis hereditarias de acceso al trono. Entre los siglos VIII y X el reino astur se expande por las despobladas tierras del valle del Duero y se traslada la capital de Oviedo a León, denominándose desde entonces Reino de León. Será Alfonso II quien conciba el proyecto de la Reconquista y protagonice la primera peregrinación del camino de Santiago al ser descubierta la tumba del apóstol bajo su reinado. Con Alfonso III (866-910) se extenderá la frontera hasta la línea del río Duero, repoblando la zona. A mitad del siglo IX se liberó León del asedio islámico y se venció al ejército musulmán. Los islámicos no pudieron tomar Galicia por mar y a finales del siglo se resistió en Zamora al asedio árabe. El reino Astur llegó a tomar Lisboa, y se contó con el respaldo incondicional de la población mozárabe, que eran cristianos que vivían en zonas árabes, impregnados de la mentalidad visigoda. Esto fundamentó el encadenamiento entre la monarquía y la sociedad visigoda y la astur. El elemento simbólico fundamental de la lucha contra el emirato fue el descubrimiento de unos restos que se atribuyeron al apóstol Santiago y así Compostela comenzó a ser la etapa final de una peregrinación que unió a todos los reinos cristianos peninsulares y de media Europa, impulsada además por el propio Carlomagno. 


En el año 1031 desaparece el Califato de Córdoba y se forman los pequeños reinos Taifas. Poco a poco irán siendo tomados por los reinos cristianos y siendo entonces vasallos de esos reinos y pagando un impuesto por ello.
Los reinos cristianos realmente se sentían herederos del reino visigodo, y debían encargarse juntamente con la defensa, de ocuparse de la expansión de la religión cristiana, aunque no se ajustaban a fronteras naturales. El mayor enemigo de la integración peninsular fue el concepto patrimonial de los reinos, es decir, que no buscaban la unidad como lo consiguieron los visigodos, sino que los reyes se sentían propietarios de las tierras conquistadas y las dejaban en herencia. Los reinos cristianos se van formando desde el siglo VIII al XI. Van extendiendo sus territorios a costa de los musulmanes.

miércoles, 24 de diciembre de 2025

ENRIQUE IV E ISABEL - CONFLICTOS (1454-1467)

Enrique era hijo de Juan II de Castilla y de su primera mujer, María de Aragón. Nació en 1425. Era débil de carácter, abúlico y retraído.
Entre los compañeros de su juventud se contaba Juan Pacheco, que sería su hombre de confianza. Dominado por Juan Pacheco, un noble castellano que consiguió dominar la voluntad del rey, hombre intrigante e interesado sin escrúpulos. Enrique convirtió la corte castellana en un prostíbulo feminoide. El rey se dedicaba a la caza, a la danza y la música y también a prácticas deshonestas sin ningún recato, aficionado a las costumbres musulmanas en el vestir y comer, y tenía una guardia moro generosamente pagada.

JUAN II DE CASTILLA Y LEÓN
En 1440 se celebró el matrimonio del príncipe Enrique con la infanta Blanca de Navarra, hija de la reina Blanca I de Navarra y de Juan II de Aragón y Navarra. En mayo de 1453 se declaró nulo el matrimonio de Enrique y Blanca. Se pensaba una impotencia sexual de Enrique debida a un maleficio. Enrique alegó que había sido incapaz de consumar el matrimonio, a pesar de haberlo intentado durante más de tres años, periodo mínimo exigido por la Iglesia, llevaban trece años de matrimonio. 
En el pueblo de Madrigal de las Altas Torres, en Ávila, nació Isabel de Trastámara el 22 de abril de 1451. Hija de Juan II de Castilla y de su segunda esposa Isabel de Portugal. Al nacer era infanta de Castilla, ya que el heredero y por lo tanto Príncipe de Asturias era su hermano de padre Enrique, (futuro Enrique IV),  hijo de Juan II del primer matrimonio con su prima María de Aragón. Dos años después de Isabel nació Alfonso en noviembre de 1453, En Tordesillas nació Alfonso de Castilla, hijo de Juan II de Castilla y de su segunda esposa, Isabel de Portugal, por lo que su hermana Isabel pasaría a quedar en tercer lugar en la sucesión a la corona.
El rey de Castilla Juan II murió en julio de 1454, por lo que Isabel que tenía tres años no se podría acordar siquiera de su padre. La reina viuda, Isabel de Portugal, seguía siendo la administradora de los bienes, pero con el control de varios religiosos, lo que hace sospechar que ya el marido pensaba en que la reina sufría algún desequilibrio mental, lo que se corroboró, pues a la muerte de su marido ella entró en una profunda depresión, lo mismo que le pasaría a su nieta Juana con Felipe “el hermoso”, años después.
Enrique IV ya rey de Castilla se alió con el reino de Portugal y se materializó en 1455 casándose en segundas nupcias con Juana de Portugal. La boda se celebró sin acta notarial ni una bula papal, ya  que eran primos segundos.

ENRIQUE IV DE CASTILLA Y LEÓN 
Enrique IV envió a sus hermanos, Isabel y Alfonso, con su madre a Arévalo lejos de la corte y cerca de Medina del Campo. Isabel recibió una esmerada educación de acuerdo con lo que se esperaba que aprendiera una princesa del momento. El pueblo de Arévalo está asociado a la niñez de Isabel. Allí es donde se crea su vinculación con la orden franciscana y en especial con Hernando de Talavera. Isabel está condenada desde su primera juventud al cuidado de su madre (loca seguramente), y de su hermano que nunca maduró. Allí fue educada por los monjes en la pobreza y la oración. Nos situamos en un mundo muy lejano al nuestro, pero debemos de tratar de entender, sin juzgar, para comprender la vida y obra de esta mujer. Isabel iba creciendo y quienes la rodeaban insistían en presentarla como un chiquilla especialmente despierta. Fue importante su mentor, Gonzalo Chacón, al que le profesaría un gran afecto que duró toda la vida.
En 1458, falleció el rey de Aragón, sucediéndole su hermano, el rey Juan II de Aragón y de Navarra, que era primo carnal del padre de Enrique IV, (Juan II de Castilla, coincidencia de nombre y numeral), este era el padre de Fernando, el futuro Fernando el católico.
Se formó una Liga nobiliaria en 1460, que planteó un control de los gastos, y aceptó al hermano de padre del rey, Alfonso, como príncipe de Asturias. Enrique IV fue un rey conflictivo, disoluto e impotente y falto de carácter.
En testamento, su padre, Juan II, había dejado en herencia al infante don Alfonso que fuese maestre de la orden de Santiago. Título muy importante durante siglos. Enrique IV por contra se la concedió a Beltrán de la Cueva, con la desaprobación de la nobleza. El rápido ascenso de Beltrán no es bien visto, sobre todo por el marqués de Villena, Juan Pacheco y Alfonso Carrillo, importante prelado, obispo de Sigüenza.

BELTRÁN DE LA CUEVA 

Habían pasado seis años cuando la reina anuncia que está embarazada, lo que provoca gran alborozo en el rey y sospechas en otros. Así las cosas la reina Juana de Avis ve que la línea de sucesión a la corona está marcada por ese nacimiento, ya que desplaza a sus hermanastros, Alfonso e Isabel. Por lo que se decide llevar a la corte a ambos, por seguridad, se argumenta, hasta ver que se hará con ellos, pero separándolos de su madre que quedaría en Arévalo.
La hija de Enrique IV obtuvo el reconocimiento de todos los nobles y eclesiásticos de sucesora por ser hija del rey y su esposa Juana, otorgándole el título de Princesa de Asturias, formalidad tradicional en Castilla que aún se conserva para quién es heredero a la corona. Pero Pacheco protestó por ello por escrito pero no explica por qué no tenía derecho la niña. Se puede decir que pensaba que le correspondía a Alfonso, por ser varón y por lo tanto no podía ser desplazado en la sucesión. O porque pensaba que no era hija legítima.
Lo cierto es que el documento no fue exhibido en esas fechas, sino mucho después, como ya veremos. A pesar de todo Juan Pacheco la apadrinó en su bautizo, siendo las madrinas, su propia esposa y la infanta Isabel que tenía once años.

ALFONSO DE CASTILLA

Las voluntades testamentarias del rey Juan II iban siendo burladas una a una. Cuellar que le correspondía a Isabel pasó a manos del de la Cueva. El señorío de Arévalo le fue despojado a su madre, la reina viuda, entregándose a Álvaro de Zúñiga, que iba a contraer matrimonio con una hija de Pacheco. Estos y otros muchos hechos que sufrió en carne y en su familia, las guardó Isabel en su memoria y en su mentalidad de que dado que el destino de las mujeres de esta clase social, estaban ligados a las uniones para enaltecerlas y no para destruirlas, esto sucedería de forma que ella misma tomaría la decisión, matrimonio político podría ser, pero con su voluntad, no sin ella.
Enrique nombra a Beltrán de la Cueva conde de Ledesma, lo que hace pensar en que es un pago por los servicios prestados. La hija de Enrique IV, Juana, obtuvo el reconocimiento de todos los nobles otorgándole el título de Princesa de Asturias, formalidad en Castilla que aún se conserva.
El rey Enrique tenía sus partidarios. El más leal los nobles de la casa Mendoza. en septiembre de 1464 el rey cedió a la presión de una gran parte de la nobleza castellana y nombró Príncipe de Asturias a su medio hermano Alfonso. A pesar de ello, el descontento nobiliario no disminuyó y en junio de 1465 las Cortes, o parte de ellas, con Pacheco a la cabeza, se reunieron en Ávila, derrocaron a Enrique y proclamaron rey de Castilla a Alfonso, de solamente 11 años de edad, con el nombre de Alfonso XII. Este episodio fue llamado por sus detractores "la farsa de Ávila", nombre con el que ha pasado a la historia. Al parecer fue en torno a este momento cuando los nobles empezaron a propagar el rumor de que Juana no era hija de Enrique IV sino de su valido Beltrán de la Cueva, de ahí el apodo de Juana "la Beltraneja" con el que se la ha conocido posteriormente.

JUAN PACHECO 

La Farsa de Ávila fue un acto burlesco que era una indignidad, que intentaba poner en ridículo a Enrique IV, destronarlo y proclamar en su lugar al príncipe Alfonso como rey de Castilla. Por lo tanto en Castilla había dos reyes, enemigos y hermanos de padre.
Estalló entonces la guerra abierta entre los partidarios de Enrique IV y los de Alfonso XII, una guerra que terminará tres años después, en 1468. Pero Alfonso reinó incluso con el nombre de Alfonso XII durante tres años. Fue un títere en manos del marqués Pacheco y no fue seguido por muchos castellanos que seguían fieles a Enrique IV. Pero tuvo una corte con actividad cultural a la que acudían caballeros de renombre.
Pasado el invierno de 1465 a 1466 era evidente que ambos bandos en lucha no estaban en condiciones de obtener la victoria. Pacheco sabedor que no podría asaltar la fortaleza de Segovia, ofreció al rey una propuesta de paz. Eliminaría a su rival (Alfonso) de la escena política. El rey debía alejar de la corte a los Mendoza y fundamentalmente a Beltrán de la Cueva y devolvería a él los cargos que había ostentado y a la vez ofrecería a Isabel para casarla con su hermano, Pedro Girón. Éste era un hombre bruto, ya maduro para Isabel, ambicioso y hombre violento. Enrique dio su consentimiento. Y también Alfonso. Isabel se encomendó a la protección de Dios, según la espiritualidad que le habían enseñado. En el viaje de vuelta Girón se sintió enfermo y sorpresivamente murió en abril de 1466.
La muerte de Pedro Girón detuvo toda negociación y prosiguió la guerra. En el mes de agosto de 1467 ambos bandos se enfrentaron en Olmedo, conocida como la Segunda Batalla de Olmedo. Realmente ninguno fue vencedor claro, pero Enrique IV no se atrevió a proclamar su victoria ante sus tropas, cosa que si hizo Alfonso aconsejado por su valedor, experto en asuntos militares. Se dice que en realidad el que combatió con la armadura de Alfonso fue Gonzalo de Córdoba, (el que sería El Gran Capitán), su protector, e indujo a Alfonso a declararse vencedor.

ISABEL DE CASTILLA 
Las cosas se complican y entra en el asunto el papa Paulo II como pacificador. Encarga las negociaciones al nuncio papal ante la corte de Enrique IV y embajador de este en Roma, con plenos poderes. Pronto sentenció que la legitimidad de la corona pertenecía a Enrique IV y las cosas debían volver a como estaban en 1464, Alfonso volvería a ser infante, pero recordemos que había sido proclamado Príncipe de Asturias, es decir heredero a la corona, lo que desplazaba a la hija del rey, Juana, (la Beltraneja).
 

martes, 23 de diciembre de 2025

GUERRA DE SUCESIÓN CASTELLANA 1474-1479

La guerra por la sucesión con Portugal por el trono de Castilla fue inevitable, estalló y duró cinco años, de 1474 a 1479. Los enemigos de Castilla eran el reino de Portugal, los enemigos de Aragón, Francia y los que habían sido partidarios del noble castellano contrario a Isabel Juan de Pacheco. Un personaje importante que dominó la evolución política de Castilla durante el reinado de Enrique IV y que llegó a ser maestre de la Orden Militar de Santiago entre los años 1467 y 1474. Fue un gran intrigante en asuntos de gobierno y el que propagó la idea de que la niña Juana no era hija del rey Enrique IV, sino de Beltrán de la Cueva, y comenzó a llamarla “la Beltraneja”.

Su única meta era la de ganar poder y riqueza para convertirse en grande del reino sin preocuparse de lo demás. Fue favorable al rey, luego le traicionó en “La Farsa de Ávila”, ridiculizándole y proclamando rey a Alfonso, hermano de Isabel, y luego seguramente asesinó a Alfonso. Toda su vida fueron intrigas y ambiciones desmedidas.
Con lo cual hubo un acuerdo importante el llamado “Tratado de los Toros de Guisando”, en el que Isabel quedaría como heredera de la corona de Castilla.
A pesar de las oposiciones y diferentes problemas Fernando e Isabel se casaron. La boda, celebrada en 1469, de la que ya se consideraba como heredera de Castilla y de don Fernando, futuro rey de Aragón, había suscitado inquietudes en Francia y Portugal; aquellas naciones veían con disgusto constituirse un bloque hegemónico en la Península y al morir el rey el 12 de diciembre de 1474 e Isabel se proclamó reina de Castilla y León en virtud de aquellos acuerdos.

Juana la Beltraneja

El importante cardenal don Pedro González de Mendoza, el arzobispo de Toledo don Alfonso Carrillo, el conde de Benavente, el marqués de Santillana, el duque de Alba, el Almirante, el Condestable, el duque de Alburquerque —don Beltrán de la Cueva y muchos pueblos y ciudades, fundamentalmente de Asturias, cuna de la casa de Trastámara y llevan el honor de sentirse herederos de la monarquía visigoda,  juran a doña Isabel como reina legítima de Castilla. Pero el duque de Arévalo y don Diego López Pacheco, (hijo del anterior Pacheco), marqués de Villena, se niegan a rendirle homenaje.
Se trataba de resolver el problema que planteaba la presencia de la reina Juana, madre del rey fallecido, que había tenido hijos bastardos. Además dar una solución airosa al futuro de su hija, (la Beltraneja). Los Reyes, de acuerdo con lo previsto en Guisando, exigían el regreso de la reina a Portugal y ofrecían un matrimonio adecuado para Juana, probablemente con Enrique Fortuna, hijo del infante de Aragón, don Enrique.
Los hechos se precipitan, en efecto, cuando el arzobispo Carrillo, convencido de su poder como hacedor de reyes y sospechando siempre maniobras para desposeerle, abandonaba la Corte despechado con Fernando.

Alfonso V de Portugal 

Por parte de Alfonso V de Portugal tenía proyectos de tomar la defensa de Juana desde el mismo mes de diciembre de 1474, aunque existían opiniones contrarias a una guerra. Antes de decidirse a la intervención el monarca portugués quería garantías de contar con apoyos suficientes en el interior de Castilla y también con el compromiso de Luis XI de Francia, enfrentado a Aragón por la cuestión de Rosellón y Cerdaña. Los informes que le remitía Diego López Pacheco sobre las previsibles adhesiones en Castilla y la nueva actitud de Carrillo deciden a Alfonso V, al menos desde el mes de marzo, a tomar en sus manos la defensa de su sobrina, con la que anunciaba, además, el propósito de contraer matrimonio. El pretexto de defender la posición y la voluntad de Juana la Beltraneja no es convincente, ya que esta era una niña de 12 años y el rey portugués tenía 44 años, lo que indica que el motivo era hacerse rey de Castilla y León que conjuntamente con Portugal, lo harían el rey más importante de la península y uno de los más influyentes de Europa.
En Portugal, Juana (la Beltraneja), aunque también se proclama reina de Castilla, está manipulada por su marido, el rey y por los nobles castellanos que en su día eran opositores a Isabel. Este es el motivo real del conflicto.
En el mes de abril, Alfonso V de Portugal enviaba una embajada a Valladolid para anunciar sus propósitos y ordenaba la concentración de su ejército en Arronches; era el comienzo de la guerra, aunque las primeras hostilidades se producen con el levantamiento de Alcaraz, una de las villas que deseaban retornar al realengo. Las operaciones en torno a Alcaraz constituyeron la primera victoria de la guerra para los isabelinos.
En juego estaba el desenlace de la vieja pugna entre la nobleza y la monarquía, la delimitación del ámbito castellano y portugués de navegación en el Atlántico meridional, y el diseño de bloques de alianzas de las potencias europeas: la unión de intereses de Castilla y Aragón, vieja aliada de Francia la primera, habitual enemiga la segunda, hacían trascendental esta definición. Portugal había de actuar en la guerra contando con la alianza de Francia, aunque procurando no dañar sus relaciones con Inglaterra; Castilla y Aragón se incorporarían a la alianza antifrancesa de Inglaterra, Borgoña y Nápoles.

Las hostilidades empiezan en mayo de 1475, cuando tropas portuguesas pasan la frontera castellana. El rey de Portugal, Alfonso V, pretende defender los derechos de su sobrina doña Juana, con quien acaba de contraer matrimonio. Los nobles castellanos hostiles a doña Isabel entran en rebeldía. La guerra de Sucesión Castellana tiene, pues, un carácter doble de guerra civil y de guerra internacional. Por su situación geográfica y su empuje económico, Castilla constituye el eje de la Península. La victoria de uno u otro bando significaría un desplazamiento del peso político de la nueva monarquía hacia el oeste y el Atlántico o hacia el este y el ámbito mediterráneo; lo que está en juego es la formación de un bloque Portugal-Castilla, que vendría a deshacer el bloque Castilla-Aragón en vías de constitución. A Francia también le preocupa la unión Castilla-Aragón; por eso decide aliarse con Portugal.
En los primeros meses de la campaña, los portugueses se apoderan de parte de Extremadura y de Galicia, ocupan Toro y, durante algunos días, Zamora. Cuentan con una invasión francesa por el norte para obligar a los Reyes Católicos a capitular. La reorganización del ejército castellano y la ayuda de Aragón permiten una contraofensiva de don Fernando por tierras de Burgos y, sobre todo, en Zamora. A principios de marzo de 1476, en Toro, las tropas castellanas derrotan a las portuguesas. Alfonso V de Portugal espera restablecer la situación a su favor con la alianza de Francia; pero la renuncia momentánea de Aragón a sus derechos sobre el Rosellón incita a Luis XI, rey de Francia, a retirarse del conflicto. Los reyes de Castilla afianzan su poder, reuniendo Cortes en Madrigal (abril de 1476) y repartiéndose las tareas: don Fernando pacifica la tierra de Zamora, mientras doña Isabel se dirige a Andalucía. En febrero de 1479, don Fernando, que desde hace algunas semanas es ya rey de Aragón por muerte de su padre, derrota a los últimos partidarios de doña Juana en las inmediaciones de Mérida (batalla de Albuera).

FERNANDO V DE CASTILLA Y LEÓN
Recordemos la intervención de Fernando en el Rosellón y el envío de tropas de Isabel al conflicto ayudando a Cataluña. La escasa fuerza militar portuguesa y las consecuencias de la batalla de Toro, marzo de 1476, consiguió que la unión de los partidarios de Juana se fuera disolviendo. La famosa batalla realmente tuvo un resultado incierto, ya que Fernando al frente de sus tropas tuvo una victoria, huyendo el rey portugués, pero luego fue derrotado sin consecuencias graves, con lo cual ambos bandos se consideraron vencedores. Pero mientras que Portugal se reorganizaba militarmente, Fernando, siempre hábil en todos los campos, envió cartas a todas las ciudades de Castilla y a varios reinos extranjeros, dándoles la noticia de una gran victoria, en la que las tropas portuguesas habían sido aplastadas. El portugués se vio forzado a regresar a su reino. Francia se retiró del conflicto y la guerra se convirtió en batallas navales, donde los portugueses se impusieron y se libró la batalla decisiva en Guinea. Finalmente la guerra terminó con un Tratado de paz en Alcácovas, reconociendo Portugal a Isabel y Fernando como reyes de Castilla y a quedando en manos portuguesas la hegemonía del Atlántico, salvo las Islas Canarias.

Isabel de Aragón 
El tratado de Alcáçobas (4 de septiembre de 1479) pone fin a la guerra: doña Isabel y don Fernando quedan reconocidos como reyes de Castilla; doña Juana, la Beltraneja, renuncia a sus supuestos derechos y se la obliga a pasar el resto de su vida en un convento de Coimbra (allí muere en 1530); se arreglan los desposorios del infante don Alfonso, hijo del príncipe heredero de Portugal, con la infanta Isabel, primogénita de los Reyes Católicos; por fin, Castilla acepta la expansión portuguesa en África.
Isabel de Aragón, que nació en octubre de 1470, y su madre, Isabel, por su parte convocó a Cortes en 1476 en Madrigal y allí su hija Isabel fue proclamada heredera a la corona de Castilla al ser ella la primogénita de los reyes de Castilla y al no tener sus padres descendencia masculina.
El matrimonio de la hija de los reyes de Castilla, Isabel con el infante Alfonso de Portugal, que tenía en 1480 solo cinco años, vivía con su abuela, y al año siguiente llegó Isabel de Aragón que tenía unos diez años. La boda se celebró por poderes en 1490. Pero Alfonso de Portugal murió en julio de 1491, al año siguiente de su boda, dejando viuda a Isabel, la hija de los reyes de Castilla. 

lunes, 22 de diciembre de 2025

COEXISTENCIA DE RELIGIONES EN AL-ÁNDALUS

Como sabemos los Reyes Católicos derrotaron el último bastión musulmán en la Península en 1492. Ese mismo año fueron expulsados los judíos. Los musulmanes que se quedaron, llamados moriscos, fueron expulsados en 1613 por Felipe III.  Aquí es donde se queda establecida en toda la península la religión cristiana. Sin embargo durante siete siglos las tres religiones compartieron territorio en lo que se llamó el Al-Andalus.


Algunos han idealizado la concordancia de las tres culturas. Otros en cambio, con datos históricos en la mano, han querido demostrar que no fue precisamente una época de buena convivencia. Hoy en día tampoco lo es precisamente, por lo que no podemos reclamar a los antepasados lo que no podemos arreglar hoy en día con muchos más elementos de cultura y adelantos.

Cuando el Islam invadió la península la religión cristiana era mayoritaria, por ser la religión de los reyes godos, pero también existía la judía, discriminada y poco difundida. Ni Moisés ni Jesucristo fueron visto como paganos a los ojos de los musulmanes, bien al contrario, formaban parte para ellos de una serie de profetas que propugnaban una religión creyente en la de Abraham. Realmente digamos que daban como un tiempo de espera para que se convirtieran en musulmanes, mientras tanto, en virtud de las leyes del Corán debían pagar un tributo, la Yizjá. De esta forma se toleraba la práctica de las otras dos religiones y estaban exentos de unirse al ejército. En realidad era una tolerancia discriminatoria. Judíos y cristianos tenían sus propias autoridades pero estaban legalmente en inferioridad de condiciones frente a un musulmán. También es cierto que los cristianos no les importaban expandirse, mientras que los judíos se agrupaban y además eran mucho más gregarios y formaban lo que se llamó “juderías”.  No obstante los judíos y cristianos colaboraron tanto con el emirato como con el califato. El Harem 


Las conversiones al Islam no eran de cualquier forma, sino fuera de presiones, por propio convencimiento y sin esperar recompensa. Pero la llegada de los Almorávides en el 1086 supuso una radicalización en las costumbres religiosas musulmanas. Un musulmán podía casarse con una judía o una cristiana, pero no a la inversa.

Los cristianos hablaban el latín o lenguas romances, y el árabe se fue extendiendo, quedando el latín como idioma de cultura, siendo los cristianos bilingüistas. De ahí la importancia de que el castellano, lengua romance, (romana) fuese adquiriendo para sí términos árabes y hebreos que nos han llegado, mientras que las otras lenguas han quedado encerradas en sí mismo y por lo tanto menos divulgadas.

En  definitiva que en Al-Ándalus siempre ha existido el temor, el recelo y la desconfianza. A la vez también hubo la cooperación y el entendimiento, dentro de ciertos cauces, entre las tres religiones. Desgraciadamente la llegada de los almorávides y los  almohades en territorio musulmán y también la expansión de los reinos cristianos fueron socavando estas costumbres, por otra parte con una fecha de caducidad tácita. 

Las luchas entre los reinos cristianos y Al-Andalus, luego las Taifas eran moneda corriente. Luchas muy sangrientas con esclavitud del derrotado en el mejor de los casos.


Por ejemplo Almanzor que era un caudillo del califa Hisam II, llevó a cabo medio centenar de sangrientas campañas militares contra los reinos cristianos. En las mismas hizo decenas de miles de prisioneros y lanzó cabezas cortadas contra las ciudades enemigas para desmoralizar a sus ciudadanos. Hizo no menos de cincuenta aceifas o incursiones en los reinos cristianos en busca de esclavas que vender en Córdoba y cautivos por los que pedir rescate, llegó a arrasar Zamora, León, Pamplona, Barcelona y Santiago de Compostela, entre otras muchas poblaciones cristianas, hasta hacer más de 200.000 prisioneros entre esclavas, niños o cautivos para pedir rescate o intercambiar por cautivos musulmanes y con ello poder financiar sus campañas. Almanzor utilizó el terror como arma de guerra, en Barcelona lanzaba cabezas de cristianos contra las murallas y pasó a cuchillo a todos los soldados, en Santiago incendió la ciudad y traslado las campanas a Córdoba llevadas por los cautivos y esclavos.  Montó un mercado de esclavos que cubrió los deseos más lascivos y los más bajos instintos de la corte califal. Entre las esclavas más apreciadas estaban las vasconas que fueron las madres del califato y en segundo término las doncellas gallegas, los infantes y jóvenes eran sodomizados. Las posteriores invasiones de almohades, almorávides o benimerines siguieron las mismas pautas de obtener esclavas y cautivos como botín de guerra en sus incursiones en los reinos cristianos. Almanzor murió en el 1002. Poco después cmenzaron las intrigas por el poder en el califato de Córdoba. 


El Califato de Córdoba desapareció en el 1031 estableciéndose los reinos de Taifas, que fueron siendo vencidas por los cristianos aunque normalmente eran vasallos de algún reino y pagaban tributo por ello.  En el año 1238 se fundó el reino nazarí de Granada, siendo el último que quedaba hasta desaparecer en el 1492.

 

domingo, 21 de diciembre de 2025

ARTE MUDEJAR FUERA DE ARAGÓN

Derivado el árabe Mudajjan (domesticado), este término acuñado en 1859 hace referencia a los musulmanes no convertidos que vivieron en la España posterior a la Reconquista y, por extensión, a la cultura creada por ellos; en particular, por los arquitectos y artesanos que construyeron y decoraron todo tipo de estructuras en zonas reconquistadas.

Los mudéjares fueron un minoría islámica que vivió en la península entre el siglo XI y su conversión obligada y posterior expulsión en el XVII. Los mudéjares no se consideraban como tal, sino musulmanes, miembros de la comunidad islámica descendientes directos de la tradición andalusí.
Sea como fuere, el término mudéjar hace referencia a aquellos musulmanes que permanecieron en territorio conquistado por los cristianos, a los que generalmente se les segregó en barrios denominados morerías y entidades autónomas conocidas como aljamas, pero a los que, en un principio, se les permitió seguir practicando sus costumbres y su religión siendo considerados ciudadanos libres, aunque con un grado variable de discriminación, sobre el que aún siguen debatiendo los historiadores.
Pero en cuanto a la arquitectura y decoración es un estilo artístico característico de la Península Ibérica que se desarrolló entre los siglos XII y XV, en paralelo al románico y al gótico.

ARCO DEL CARMEN  MEXICO 

Tuvo el uso predominante de ladrillo, más económico, rápido y fácil de trabajar que la piedra. Se utilizaba tanto para la construcción de muros como en fachadas e interiores.
Las cubiertas se realizan con armadura “a par y nudillo”, también llamado artesonado de madera. Debajo del entablado de madera que forma la inclinación del techo, es encuentra la armadura, hecha con vigas inclinadas que siguen la pendiente del techo, (los pares). Se colocan bastante cerca unas de otras (80 cm aprox.) y se conocen como pares o alfardas Estas vigas se apoyan en la cumbrera, que es la parte más alta, y en los muros de fachadas. Luego se colocan las vigas que unen los pares en forma horizontal, de manera que da resistencia al posible pandeo del tejado, son los nudillos.

TORRE DE SAN FRANCISCO - CALI COLOMBIA

La madera el yeso y cerámica vidriada son otras incorporaciones, que permitían una gran riqueza decorativa a bajo coste.
Ya en el grupo se ha publicado el mudéjar en Aragón, que es Patrimonio de la Humanidad.
A principios del siglo XIX se pudieron de moda estas adaptaciones neomudéjares en ciudades como Madrid. Incluso hubo claros de su extensión en algunos países de América como el famoso Arco del Carmen en San Cristóbal de la Casas, en México, erigido en 1677 con el más puro estilo mudéjar en la época Colonial, perteneció al Convento de la Encarnación. o la Torre Mudéjar de Cali, en Colombia. Es decir, el campanario de un templo, en este caso de la Capilla de la Inmaculada que se integra en el complejo religioso de San Francisco.

Sinagoga del Tránsito -Toledo 

Aplicando formas y elementos islámicos a la arquitectura medieval y renacentista, el mudéjar se ejecuta principalmente sobre estructuras de ladrillo adornadas con mosaicos elaborados (arriba), aunque también se puede contemplar en yeserías, artesonados de madera y metales ornamentados. Son típicas las evocaciones a la geometría y la caligrafía árabe. El mudéjar se ha convertido en un idioma hermoso; también en la contribución más típicamente española al ámbito universal de la arquitectura.

Santa María la Blanca -Toledo

Es un estilo con presencia en las principales regiones de España. Los primeros ejemplos de arte mudéjar, como las iglesias de San Tirso y San Lorenzo, se remontan al Sahagún del siglo XII, localidad ubicada a media hora de la ciudad de León. Sin embargo, encontró especial profusión en las comunidades de Andalucía, Castilla-La Mancha, especialmente en Toledo, por ejemplo la Portada del convento de la Madre de Dios, portada mudéjar, exquisitamente ornamentada, y en Aragón, cuya capital, Zaragoza, la ciudad de Teruel los tres valles que la rodean cuentan con la mayor concentración mudéjar del país, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En Madrid tenemos nada menos que la Plaza de toros de Las Ventas estilo neomudéjar. 
 
Plaza de las Ventas - Madrid

El Real Alcázar de Sevilla, construido a lo largo de varias generaciones tras la Reconquista de Sevilla en el año 1247, este gran palacio está abierto al público. Todavía lo sigue utilizando la familia real española cuando alguno sus miembros están en la capital de Andalucía.
Casa de Pilatos, en Sevilla. La construcción de este palacio renacentista y mudéjar comenzó en 1483, propiedad de los Duques de Medinaceli. Su imponente belleza le llevó a aparecer en diferentes éxitos de taquilla de Hollywood como Lawrence de Arabia.

Sistema de estructura de un tejado 

Catedral de Santa María de Mediavilla, en Teruel. Su edificación comenzó en 1171 y duró varios siglos. Está considerado uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura mudéjar en España.
Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza. Este templo con una arquitectura que mezcla los estilos barroco y mudéjar fue la primera iglesia de la cristiandad dedicada a la Virgen María. Además, es el hogar de una de las estatuas marianas más famosas de Europa.



Las iglesias de Santiago del Arrabal o Santa María la Blanca y la Sinagoga del Tránsito, todas ellas en Toledo, son claras exponentes del mudéjar en Castilla-La Mancha.

viernes, 19 de diciembre de 2025

MOZÁRABES Y ARTE MOZÁRABE

Los cristianos que viven bajo el poder musulmán que invade España se les llama “mozárabes”. Desde el siglo IX están en minoría. Pueden mantener su religión, pero pagando impuestos adicionales y no pueden tener cargos, ni propagar su religión.

Las iglesias muchas de ellas son convertidas en mezquitas. En ocasiones, sufren matanzas y martirios. Muchos mozárabes fueron trasladados al Norte como resultado de las incursiones de la Reconquista. El arte mozárabe, derivado del visigodo con formas del arte islámico, se desarrolla en el Norte, en territorios cristianos, en el Sur sólo quedan pocos vestigios.
Cuando dicen que se convivía en paz los pueblos entre las distintas religiones, deberían saber, por ejemplo que la “Jornada del Foso” en 797, en Toledo, ciudad mozárabe, fue una matanza de los jefes de multitud de familias. De mediados del siglo IX, son los mártires de Córdoba, como san Eulogio, martirizado en 859.
Los musulmanes se hacen ceder iglesias para instalar sus mezquitas; como la Mezquita de Córdoba, construida sobre la catedral de San Vicente de Córdoba: en el 748, obligan a los cristianos a cederles la mitad de esa basílica para establecer allí la mezquita mayor de la ciudad, porque aún no tenían capacidad arquitectónica; en el 785, Abderramán I, consolidado en el trono de Al Andalus como emir independiente, obliga a los cristianos a entregar la otra mitad de su catedral, donde coexistían ambos cultos por imposición islámica que ahora completan. En 786, derriba la Catedral para construir allí la Mezquita de Córdoba con alarifes (arquitectos) hispanogodos y decoradores bizantinos de mosaicos, después será ampliada varias veces por sus sucesores.
Toledo consigue cierta autonomía en 873. Al ser reconquistada en 1085, vivían todavía mozárabes en Toledo.
Los mozárabes aportaron a los núcleos cristianos de resistencia del Norte el incremento del sentido cristiano de esa resistencia, con su propio espíritu de resistencia al Islam, esencial en la Reconquista, y aportaron con su emigración, o exilio, o rescate al Norte, el aumento de población esencial para consolidar los territorios liberados y para reconquistar otros. Reconquistar era repoblar, tener población dispuesta a vivir en los territorios de primera línea, o en la tierra de nadie, y a defenderlos. La Rioja, se repobló en parte con población vascona y con población mozárabe.
El latín, aunque aún es la lengua escrita utilizada por los mozárabes para los textos religiosos y culturales, ya se ha ido descomponiendo dialectalmente, de forma que el habla mozárabe es ya muy parecida al castellano arcaico. En la literatura de Al Andalus, se conservan palabras mozárabes intercaladas en versos árabes. La jarcha es un pequeño poema o en habla mozárabe insertado al final un poema en árabe llamado moaxaja.
El arte de repoblación es la tercera etapa del periodo prerrománico hispano, tras las fases que corresponden al Arte visigodo y al Arte asturiano.
Al avanzar el reino cristiano de Asturias y trasladar su capital a León se impuso  curiosos monumentos no estudiados hasta principios del siglo XX.
Son las iglesias levantadas por “mozárabes”, como dijimos, cristianos que se quedaron en tierras de moros conservando su religión cristiana. Esas iglesias  tenían un arte diferente a los monumentos asturianos pero también de tradición visigoda.
El término “mozárabe” entre los estudiosos está en desuso ya que se ha usado como parte de la historia de las comunidades citadas.
Existe una nueva teoría que fundamentalmente indica que las ermitas castellanas no son concretamente mozárabes, sino que encontrado vestigios de influencias visigóticas. y conviene hablar de arquitectura de repoblación, ya que estas iglesias se construyen en el momento en que los diversos reinos cristianos empiezan a reconquistar los territorios de la meseta que estaban en manos del islam.
Las iglesias que edificaron los mozárabes en Castilla y León tenían arcos de herradura que les daba cierto aspecto islámico. Los monjes que habitaban en Córdoba, que eran numerosos, tuvieron que emigrar perseguidos por rechazar el islamismo. Refugiados en el norte construyeron un nuevo tipo que hoy llamamos mozárabes. Otros se marcharon a Cataluña donde dejaron muestras de su estancia en los capiteles por ejemplo del monasterio de Ripoll y en la cripta de la catedral de Vic, en el prerrománico de Cataluña además, una parte importante de la pintura de la época prerrománica, principalmente miniaturas, es pintura mozárabe, como la Biblia Hispalense (988).
Las iglesias mozárabes son iglesias, blancas a veces con dos filas de columnas que sostienen arcos de herradura sobre las que se apoyan las cubiertas de madera de las tres naves. Las hay cerradas con bóveda, de una sola nave. Apenas poseen decoraciones salvo los capiteles que son de un tipo corintio degenerado.
El arte mozárabe, que es uno de los estilos prerrománicos más destacados, tiene como elemento más característico el arco de herradura procedente del arte visigodo, de donde también lo toma el arte islámico. El hecho de que en la mitad Sur de España queden unos pocos restos es debido a las destrucciones de las épocas de radicalismo islámico.
Las iglesias, austeras exteriormente, suelen tener un espacio interior muy hermoso y de gusto oriental, con arquerías de herradura, columnas con capiteles corintios de tradición cordobesa y, en algunos casos, tallas escultoras de gran esquematismo imaginativo.
Las principales características que definen la arquitectura mozárabe son:
Un gran dominio de la técnica en la construcción, empleando principalmente sillería a soga y tizón. (colocación de ladrillos de norte a sur y de este a oeste). Ausencia o sobriedad de la decoración exterior. Diversidad en las plantas, si bien la mayoría destacan por las pequeñas proporciones y espacios discontinuos cubiertos por cúpulas (de arista, gallonadas, de nervios de crucería califal...). Uso del arco de herradura al estilo islámico califal, muy cerrado y con el peralte de dos tercios del radio. Uso del alfiz. (el marco que rodea el exterior de un arco en ventanas o puertas) Uso de la columna como soporte, coronada por un capitel corintio decorado con elementos vegetales muy estilizados. Los aleros sobresalen y se asientan sobre modillones de lóbulos. (viguetas de madera con formas para sostener los aleros)

SANTA MARÍA DE MELQUE
En Toledo, siglo IX. Nació como conjunto monástico en los siglos VII y VIII en las cercanías de la que era la capital del reino visigodo, Toledo. Su fecha de construcción inicial es muy antigua, del siglo VII, que coincide con el final del reino visigodo. Estos vestigios que quedan en la mitad Sur de arte mozárabe. La planta es cruciforme, con un ábside central; los dos ábsides laterales fueron añadidos más tarde. Se conservan íntegras sus distintas naves, algunas capillas laterales y una sala dotada de arcos de herradura muy pronunciados. Se conserva también un nicho probablemente del fundador del templo, como ya se indicó.
El presbiterio es amplio como corresponde a una comunidad monástica y a ambos lados de él pueden apreciarse arcos de medio punto achatados. Sobre la bóveda se conserva la torre musulmana a la que se accedía por escalera exterior. Su fábrica es de enormes bloques de granito ensamblados en seco, que recuerda el acueducto de Segovia
Lo principal del arte mozárabe está en los reinos de León y Castilla

SAN MIGUEL DE ESCALADA
En León, el templo mozárabe fue construido (913) aprovechando materiales de épocas anteriores, visigótica y romana, observando aún hoy en el muro el aprovechamiento de lápidas, entre ellas, una inscripción visigótica.
El templo mozárabe fue construido aprovechando materiales de épocas anteriores, visigótica y romana, observando aún hoy en el muro el aprovechamiento de lápidas, entre ellas, una inscripción visigótica. Antes de la construcción del templo se encontraba en este lugar un templo de origen tardorromano que tiene su origen en la arquitectura paleocristiana.  Se puede afirmar, gracias a una inscripción actualmente desaparecida, que debido al incremento de monjes fue necesario ampliarlo, consagrándose en el año 951 de la era hispánica (913 en nuestra cronología) por el obispo Genadio

SAN CEBRIÁN DE MAZOTE, 
Valladolid. Con fuerte influencia visigoda, asturiana y califal (árabe). Planta basilical de tres naves con arcos de herradura sobre columnas reutilizadas, capiteles únicos, cimborrio, y una cabecera con triple ábside (el central de herradura) y un contrapuesto ábside occidental, algo casi único. Declarada Monumento de Interés Cultural, fue restaurada usando a Santiago de Peñalba como modelo para reconstruir su crucero y cimborrio.

SANTIAGO DE PEÑALBA
(937) Joya del mozárabe leonés, construida en el siglo X. Planta de cruz latina, dos ábsides (uno en el pie de la cruz), cúpulas gallonadas, y arcos de herradura. Considerada una de las iglesias más importantes de la repoblación cristiana, con una rica decoración que combina elementos visigodos, asturianos y árabes.

SAN BAUDELIO DE BERLANGA.
En Soria. Construida a finales del siglo XI, destaca por su singular arquitectura y por las pinturas murales que decoran su interior. Es considerada un ejemplo excepcional del arte mozárabe, tanto por su diseño como por su contenido artístico, lo que le ha valido el apodo de la "Capilla Sixtina del arte mozárabe". Fue declarada Monumento nacional en el 1917, lo que no evitó que en 1922 parte de sus obras pictóricas fueran vendidas a un marchante de arte y, tras ser arrancadas de los muros, se distribuyesen entre varios museos, como el Museo del Prado en Madrid y algunas instituciones estadounidenses.

MONASTERIO DE YUSO

En La Rioja, en San Millán De La Cogolla. Monasterios de Yuso y Suso. Ambos monasterios con Patrimonio de la Humanidad. Además es un núcleo monumental de primer orden. Este es lugar famoso porque en el siglo VI, a comienzos de la Alta Edad Media, fue elegido por Millán (o Emiliano), un pastor de Berceo, para retirarse.  El municipio no está exactamente en el Camino de Santiago, hay14 kilómetros de la ruta con dirección a San Millán de la Cogolla.


MONASTERIO DE SUSO
En el siglo X ya se había fundado un pequeño monasterio que gozó de la protección de los reyes de Navarra y fue saqueado por las tropas de Almanzor. El monasterio fue reconstruido rápidamente y ampliado, pero se pensó que era conveniente llevar los restos de San Millán a Nájera, donde estarían mejor guardados. Se cuenta que los pusieron en una carreta y empezaron el traslado, pero cundo llevaban un corto trecho los bueyes se detuvieron y no hubo forma de que siguieran. Se consideró una señal divina y en ese preciso lugar se levantó un segundo monasterio. Como estaba en la colina abajo del anterior lo llamaron de Yuso (de Abajo) y el primero quedó como de Suso, de Arriba.
Suso está en lo profundo del monte y tiene una preciosa iglesia mozárabe de dos naves que se ampliaron en el siglo XI, ya con formas románicas. Traspasar el umbral supone sumergirse en la historia y la leyenda. En el atrio se guardan los sepulcros de los Siete Infantes de Lara y de tres reinas de Navarra. Al fondo están las cuevas que fueron el refugio de los primeros eremitas y el sepulcro de San Millán, con su cubierta labrada del siglo XII.
El de Suso es un cenobio visigodo (siglo VI) recoleto y solitario enclavado en un paraje umbrío, como perdido en un bosque. El de Yuso, sin embargo, tiene trazas de gran monasterio señorial e imponente. No en vano se le conoce como El Escorial de La Rioja. 

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LEBEÑA
En Cantabria, del municipio de Cillorigo de Liébana, (Cantabria). Es uno de los mejores testimonios del arte prerrománico en España, encuadrado dentro del denominado “arte de repoblación” o mozárabe. Esta construcción debió levantarse en un periodo de tiempo relativamente corto, ya que no se observan cambios de planteamiento ni reformas del esquema original. Por ello, es posible pensar que fuera obra de un personaje principal de Liébana, y su finalidad podría ser para capilla funeraria de Santo Toribio. De planta centralizada, combinada con la de tipo basilical, de tres ábsides y tres naves, que se enfatiza con la ayuda que alcanzan los dos tramos centrales de la nave principal.

El tipo de piedra empleada en la construcción es la mampostería, utilizándose la sillería, en arenisca y caliza, solo en los ángulos y en los cercos de los vanos. Los cimientos son visibles sin terminar de tallar.

 

REINO DE NAVARRA (segunda parte)

  Muerto Sancho III en el 1035, el reino de Navarra se desmembró. Como dejó entre sus hijos la herencia repartida. A García le correspondió ...