lunes, 13 de junio de 2022

HERENCIA ROMANA Y GODA

El 19 de Agosto de 378 cerca de Andrinópolis, se produce la batalla fundamental que cambió el curso de la historia de aquel momento. Unos 18.000 visigodos derrotaron a unos 70.000 romanos, y el mismo emperador, Valente, moriría en la batalla.
Años después, en agosto del 410 los visigodos comandados por Alarico (caudillo militar visigodo de la tribu de los tervingios considerado el primer rey de los visigodos), entran en Roma. Era la primera vez en 800 años que un ejército extranjero ponía los pies en la ciudad de Roma, Alarico consintió el saqueo. Y aunque Roma ya no era lo que había sido era todavía un símbolo del Imperio y su destrucción conmovió al mundo.
El ejército de Roma, soporte del Imperio, está destruido, no existe. Se nombra a Teodosio para Co-augusto de Oriente sustituyendo al emperador caído.
Teodosio trasladó la corte a Constantinopla en el año 380. En este momento, el Imperio Romano se hallaba en una situación novedosa, los dos emperadores eran católicos.
Teodosio convocó el primer concilio de Constantinopla en el año 381, donde el arrianismo fue condenado.
Bajo los emperadores Graciano y Teodosio el Grande los ciudadanos romanos se convirtieron en masa al cristianismo.

A medida que los bárbaros germanos entraban en contacto con la civilización fueron aceptando también el cristianismo, pero lo hicieron en la versión arriana, en parte porque eso les daba una excusa para seguir considerando a los romanos como enemigos.
En el 392 d.C.  Graciano se retiró a Tréveris en la Galia para dejar que Teodosio actuara sin estorbos. Los romanos presentan una gran debilidad tras la derrota de Adrianópolis y  necesitan más tropas, que consiguen reclutar entre los visigodos  para luchar contra otros bárbaros. Reunifica bajo su mando, en el año 394, a todo el Imperio romano y siendo por ello el último emperador en gobernar la totalidad del Imperio.
El interés de Teodosio se centró en el Imperio Romano de Occidente, favoreció el alistamiento de godos y otros bárbaros en las legiones romanas. Convirtió en generales a un buen número de ellos. Los godos entonces tuvieron obligaciones militares de luchar por los romanos como un contingente nacional, en lugar de integrarse completamente en las fuerzas romanas.
Parece ser que Graciano descuidó las labores de gobierno,  por lo que las legiones de Britania eligieron emperador a su general, Magno Clemente Máximo, quien se adueñó de la Galia en el año 383, y mató a Graciano.
Teodosio se encontraba todavía en Milán en el año 395, cuando cayó enfermo. Antes de morir, Teodosio dispuso que su hijo mayor, Arcadio, gobernara el Imperio Romano de Oriente, mientras que su hijo menor, Honorio, gobernaría el Imperio Romano de Occidente. Los nuevos emperadores tenían dieciocho y once años respectivamente, así que Teodosio les asignó tutores que actuarían como regentes durante su minoría de edad.
Posteriormente, Alarico volvió a su comportamiento rebelde contra el hijo de Teodosio y sucesor en Oriente, Arcadio, poco después de la muerte de Teodosio.

Para frenar el avance, el Imperio romano de Occidente autorizó a los visigodos a asentarse en el sur de la Galia y controlar territorios de Hispania. Más adelante, entre 416 y 476 los visigodos  expulsaron a los alanos y los vándalos, y confinaron a los suevos en Galicia. El Imperio romano desapareció en 476, y los visigodos alcanzaron su independencia.
Tenemos al Reino visigodo de Tolosa con capital en Tolosa (Toulouse), en el año 418, tras el pacto o “foedus” entre los visigodos y Roma, y duró hasta el 507, cuando el rey Alarico II fue derrotado por los guerreros francos en la batalla de Vouillé y la actuación de los visigodos se vio supeditada a las circunstancias, lo que dio paso al Reino visigodo de Toledo o “Reino hispano visigodo”
Por lo que los visigodos trasladan a Hispania las formas de gobierno que ya habían tenido en la Galia. En ningún momento los visigodos se consideraron a sí mismos invasores ya que su asentamiento en Hispania había sido legalizado por el muerto Imperio Romano de Occidente. La población autóctona, los hispanorromanos, tampoco los vio como invasores, sino como vecinos molestos y groseros, gente con la que había que acostumbrarse a vivir, aunque nunca de rodillas. Esta situación de inestabilidad contribuyó a empeorar las condiciones sociales que ya se vivían. Se registraron revueltas en la primera mitad del siglo V, por grupos de población. Protestas de campesinos víctimas de la explotación y genes de las ciudades, rebeldes por pobreza y desacato a las leyes. Ya no se sentían romanos pero no tenían un proyecto político. Algunos autores han querido ver en ello el embrión confuso del primer sentimiento nacional y empeño de desvincularse de un poder superior. Se denominaron “bagaudas”, y fueron un elemento más en la descomposición política. Fueron derrotados por los visigodos.
Los últimos emperadores fueron hombres de paja al servicio de los germanos hasta que la situación terminó con el último emperador, Rómulo Augústulo en el 476.
Y así fue como Roma desapareció de Hispania después de seiscientos años.
Y así es como la herencia que recibieron los posteriores reyes cristianos viene de aquel pacto o “foedus” del 418, entre Roma y los visigodos, que unido a la población autóctona hispano-romana, forman las raíces de este antiguo país que llamamos como los romanos, pero en castellano, “España”.

domingo, 12 de junio de 2022

CATALANES EN EL SIGLO XVI

Carlos I fue un monarca absoluto en Castilla-León y constitucional en Valencia, Aragón y Cataluña. Gracias a su importancia demográfica y económica hizo que la monarquía tendiera a ser unificada en Castilla, donde vivían los reyes y los otros reinos gobernaban mediante virreyes.
A todo esto hay que agregar Navarra. Conservó sus Cortes, fueros y costumbres, sus leyes y su moneda y el rey estuvo representado por un virrey. Todo esto que narramos se refiere a la Navarra de la parte peninsular. La Navarra ultra pirenaica pasó a ser una especie de protectorado de Francia en la época de Fernando el Católico. En 1516 murió el rey Juan III de Navarra de la dinastía de Labrit. Por entonces se disputaron el trono dos menores de edad, nuestro Carlos y el hijo del fallecido, Enrique, a quien apoyaba el rey francés. Carlos se negó en 1518 a devolver el reino y enfrentado al rey francés, Francisco I, que no aceptaba casarse con Leonor de Austria, hermana de Carlos. En 1521 Francisco invadió Navarra luchando para favorecer a Enrique. Fue esto aprovechando la guerra de las Comunidades Castellanas y la ausencia de Carlos que se encontraba en Alemania. Muchos navarros se levantaron en favor de Francia, entre ellos los pamploneses. Quince días después ya habían conquistado Navarra.

Carlos organizó una coalición antifrancesa con familias italianas y con el papa León X. Invadieron el Milanesado en 1521. Murió poco después el papa y subió Adriano de Utrech, el que había sido preceptor de Carlos, y las cuestiones quedaron aseguradas.
En mayo de 1521 España sufrió una grave amenaza de seguridad con la invasión francesa durante la primera guerra entre Carlos V y Francisco I de Francia. Los franceses ocuparon Navarra, parte de Guipúzcoa y llegaron hasta Logroño. También atacaron Cataluña y en 1522 sitiaron Puigcerdá e incluso atacaron Amposta con su flota. Carlos, ya reconciliado con Castilla, contó con el apoyo de tropas castellanas, aragonesas y el muy importante de las milicias guipuzcoanas y vizcaínas con el que derrotó a los franceses, liberó Logroño, reconquistó Navarra y Fuenterrabía en duras batallas expulsando hacia Francia a los invasores.
También los catalanes respondieron con valor y Puigcerdá resistió y venció a los franceses. Incluso el vizconde de Canet con 1000 exbandoleros pasados al servicio real atacó y saqueó la zona de Gascuña, en Francia. La colaboración catalana con el Emperador siguió siendo notable. En 1535 Carlos planeó una ofensiva muy importante calificada como Cruzada por el Papa: la conquista de Túnez, una de las principales bases de la piratería musulmana que asolaba la Europa mediterránea en aquella época. Barcelona se convirtió en base logística de toda España y punto de partida para el gran desembarco que se planeaba en Túnez.
En Barcelona se construyeron 50 de las 130 galeras y galeones de la flota de invasión. Desde Málaga llegaron 500 tablones para cañones, toneladas de madera desde Vizcaya y Guipúzcoa, y también llegaron para apoyar a los trabajadores y maestros catalanes, expertos vascos, italianos y flamencos así como miles de soldados castellanos pagado todo ello con oro y plata de América. Cuando llegó el momento, la invasión fue un éxito y Túnez fue conquistada tras batallas muy duras. Barcelona había sido decisiva. Miles de marineros catalanes participaron en la ofensiva.
Por supuesto, no todo era perfecto y hubo durante el reinado notables roces entre las autoridades reales y las instituciones catalanas pero en general siempre se encontraron soluciones y prevaleció la colaboración entre Cataluña, la Corona y el resto de los territorios hispánicos.
 
Fuente: Rafael María Molina. Historiador

sábado, 11 de junio de 2022

ESPAÑA Y LA REVOLUCION FRANCESA

Estalla la Revolución Francesa, y lógicamente las noticias que van llegando hacen que se vayan adoptando medidas en España, como la de cerrar Las Cortes, que estaban en manos del Marqués de Floridablanca, un ministro capaz e inteligente. Se trata de aislar a España de las recetas revolucionarias. Se apoyó al rey francés y se puso fin a los proyectos reformistas. Y la Inquisición de la Iglesia empieza otra vez a destacar, desterrando a Jovellanos, un ilustrado de importante trabajos y realizaciones. El rey apartó de la vida pública a la mayoría de los pensadores avanzados. El fracaso de las medidas de Floridablanca supuso su sustitución por el Conde de Aranda, Pedro de Abarca, un ilustrado, que concertó una Alianza con Prusia y Austria para ayudar al rey francés, forma de proteger al español. Se preparaba una guerra en Europa que Aranda no apoyaba, ya que  el conde vio la formación de los ejércitos revolucionarios y su respaldo popular en el país vecino, lo que hizo ser partidario de no intervenir, dado el fracaso casi seguro y las pocas ganancias que se podrían obtener.

Cuando la República ejecuta al rey francés Luis XVI en enero de 1793, motivó en España la sustitución por Manuel Godoy en 1792, que ya era duque y Teniente General, hombre fuerte del gobierno de España, y firmó con el Reino de Gran Bretaña su adhesión a la Primera Coalición contra Francia.

 
Por otra parte los nobles franceses huidos de su país habían conseguido que Federico Guillermo II rey de Prusia, y de Francisco II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y luego de Austria, firmaran su alianza con el “Manifiesto de Brunswick” donde apoyaban al rey francés y fue una amenaza de invasión militar y política dirigida al pueblo francés republicano. Pero el pueblo francés ejecuta a su rey en enero de 1793. Se redactó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y una nueva Constitución. El Comité de Salvación Pública cayó bajo el mando de Maximilien Robespierre y los jacobinos desataron lo que se denominó el Reinado del Terror (1793-1794).
La República Francesa declaró la guerra a España en marzo de 1793 y pronto se apoderó del valle de Arán. Comienza la guerra del Rosellón, un conflicto que enfrentó a España y a la República Francesa entre 1793 y 1795.
El Consejo de Estado preparó la ofensiva, el mayor al mando del general Ricardos. También se establecieron puntos militares en Navarra, Guipúzcoa y en la zona central aragonés.  La Corona portuguesa se unió a la ofensiva contra los franceses. El capitán general de Cataluña, Ricardos, invadió el Rosellón En tanto que una flota anglo-española operaba en Tolón en apoyo de los realistas. Tras ocupar diversas localidades de la frontera, en mayo de 1793 derrotó al ejército francés. Los triunfos del general Ricardos culminaron con la batalla de Truillás, librada en septiembre. Sin embargo, el general Ricardos, falto de suministros, tuvo que retirarse.
REY CARLOS  IV 
 
El general Ricardos, de regreso en Madrid, murió en marzo de 1794. Durante las campañas de 1794 y 1795 las tropas francesas consiguieron arrojar a los españoles del Rosellón y penetraron en Cataluña, las provincias vascas y Navarra, llegando a ocupar Miranda de Ebro.  Las ideas revolucionarias en España en mano de Guipúzcoa que fueron quienes facilitaron la entrada en Irún, Fuenterrabía, Pasajes y San Sebastián. En Madrid se descubrió una conspiración republicana denominada del "Cerrillo de San Blas". En otros puntos de España se detectaron células republicanas donde se discutía si la futura República Ibérica debía ser federada o unitaria.
Se unía la escasez de recursos humanos y materiales para continuar la guerra. Por ello, Godoy decidió entablar negociaciones de paz con los franceses, que las aceptaron de buen grado, pues también deseaban la paz tras la caída de Robespierre y el fin del Terror. Godoy firmó con Francia la Paz de Basilea (1795), que también firma Francia con Prusia y Austria. En esos entonces gobernaba en Francia el Directorio. A cambio de terminar la guerra, se reconocía a la República Francesa, y a cambio de los territorios españoles ocupados se cedía a Francia la parte española de la isla de La Española y se normalizaban las relaciones comerciales. Por su parte, Portugal no participó porque no tuvo conocimiento del tratado.
Para España las alianzas con la Francia del Directorio no trajeron más que desdichas. Después tras diversas revueltas, en diciembre de 1799 se produce un golpe de Estado y toma el poder total, Napoleón, supuestamente para salvar la república de una posible restauración monárquica. Un militar ególatra que traería muchas desgracias en España
Las comunicaciones con América fueron muy complicadas y difíciles, y esto empobreció aún más a la población. Lo cual hizo impopular a Godoy y al rey.
 
GODOY  Y  MA. LUISA DE PARMA
 
En abril de 1801, Napoleón pide a Portugal que rompa su alianza con Inglaterra y cerrara sus puertos a los barcos ingleses.  Mediante el Tratado de Madrid en 1801, firmado por Godoy España se comprometía a declarar la guerra a Portugal si la nación vecina mantenía su apoyo a los ingleses y en caso de negativa, invadir el país mediante un ejército conjunto. La negativa portuguesa a las condiciones impuestas en el tratado provocó el comienzo de la “Guerra de las Naranjas”, en la que el ejército español invadió el Alentejo con el apoyo de las tropas auxiliares francesas, que llegaron a Portugal reforzadas por las españolas.  Godoy  necesitaba recobrar su prestigio, así que organizó un cuerpo expedicionario a cuyo frente se puso él mismo. Así fue como España se vio envuelta en medio de esta guerra, que tan solo duró 18 días. Godoy se hizo con la plaza portuguesa de Elbas, he hizo llegar a su amante, María Luisa de Parma, esposa del rey de España, Carlos IV unas cuanta naranjas. La fama de una y otros quedó al descubierto. Sirvió para bautizar éste conflicto bélico. Napoleón no consiguió conquistar Portugal, pero sí consiguió que, al menos cerrase sus puertos a Inglaterra.
Tal conflicto bélico dio como resultado el Tratado de Badajoz, un acuerdo de paz entre España y Portugal, poniendo fin a la Guerra. En septiembre del mismo año, Francia y Portugal firmaron el tratado de Madrid con el mismo fin. En ambos se incluía la obligación de cerrar los puertos portugueses a sus aliados británicos y permitir el paso franco a los franceses. España y Portugal firmaron la paz mediante el Tratado de Badajoz, el 6 de junio de 1801,  que consistía en líneas generales la pérdida de territorio portugués, en particular Olivenza y Táliga y sentó las bases para la invasión total de la Península Ibérica por las fuerzas francesas.
El franchute estaba empecinado en derrotar a Inglaterra, que era muy superior en el mar.
Carlos IV de España y Napoleón I de Francia, merced los tratados firmados con la anterior República Francesa y por el interés de la recuperación de Gibraltar, obligaban a España a contribuir económicamente a las guerras de Napoleón, y también a poner a disposición de éste la Armada para combatir a la flota británica. Con lo cual nos hicimos aliados de Francia para invadir a Inglaterra comenzando la guerra con Inglaterra con la pérdida de Menorca y la derrota naval en el Cabo San Vicente.
Dejamos Trafalgar para la próxima.

viernes, 10 de junio de 2022

LAS LÁGRIMAS DEL REY BOABDIL

El rey chico, como era conocido Boabdil, dejaba a su amada, Maryam bint Ibrahim al-atar, su esposa, que le había dado dos hijos y que había sufrido junto a él por el asedio de la ciudad por los Reyes Católicos, en Mondújar, un pueblo de Granada. El monarca había luchado nueve años y permanecieron juntos los esposos con el sufrimiento de tener secuestrados por los reyes cristianos a sus hijos. En 1492, cuando Boabdil se rindió, ellos pensaron que les serían devueltos los hijos.

 


Los reyes cristianos no entregaron a los niños, por precaución, aunque algunos nobles intercedieron ante los monarcas. Finalmente, después de un año devolvieron al hijo menor. El mayor había muerto años atrás. Ahmed vio a su madre, enferma y postrada, pero ni la reconoció. El marido trató de calmar a su esposa explicándole que había sido educados en la fe católica y ese mismo desdén lo había tenido con él. Pero la pena de Maryam solo la pudo soportar tres días, y al fin falleció sin el cariño de su hijo. Se prepararon las honras fúnebres según la tradición musulmana y con la categoría que merecía la reina de las Alpujarras. Cuando terminaron las exequias, fueron todos hacia el cementerio, donde a la entrada estarían Munkar y Nankir, los responsables de juzgar la vida llevada por los fallecidos. Se depositó el cuerpo en la tumba, mirando a la Meca. Terminado esto la comitiva marchó a dar el pésame a Boabdil y al resto de la familia. El rey Nazarí había llorado la pérdida de Granada y ya solo pensaba ahora en marchar a África pero guardó la compostura.
Mientras que un vencido Boabdil salía camino del exilio en compañía de su madre, la vengativa Aixa. Al coronar uno de los cerros que anticipan la sierra, Boabdil descendió del caballo, se giró y, mientras contemplaba compungido el perfil de Granada al atardecer, con sus palacios y torres reflejando la delicada luz dorada que baña la ciudad los días de invierno, se echó a llorar.

 

Es entonces cuando dicen las lenguas de doble filo que Aixa pronunció: "Llora, llora como mujer lo que no supiste defender como hombre". Pero esto último no es cierto. ”. No hay constancia histórica de que Aixa le dijera a esa frase a su hijo. Se sabe que en el siglo XVI, en una carta, el obispo fray Antonio de Guevara, escritor, historiador y eclesiástico, habla sobre dicho episodio y cuenta que un miembro del séquito de Boabdil escucho como Aixa, la madre del caudillo destronado, habría dicho sin dirigirse directamente a su hijo: “Justa cosa es que el rey y los caballeros lloren como mujeres, pues no pelearon como caballeros”. La mitología, la leyenda, las modificaciones en los siglos y sobre todo el romanticismo del XIX que tanto daño ha hecho a la historia ha modificado y convertido una frase en otra y adjudicando al personaje más desgraciado.  La frase la escribió también tres siglos después, el padre Echevarría en una obra titulada “Los paseos de Granada”. De ser cierta, sería una gran injusticia. Boabdil luchó por Granada, no fue un buen guerrero, no fue hábil negociador, pero se dejó llevar por los consejos de su madre, pues fue ella quien hizo que su hijo traicionara a su propio padre y se aliara con los poderosos y pérfidos clan de los Abencerrajes. De ahí que sea conocido como Boabdil el Desdichado.
Sus lágrimas siguen hoy inspirando a poetas, y el lugar donde las derramó se llama desde entonces Puerto del Suspiro del Moro.
Poco tiempo después, cuando se echó a navegar, sin mirar hacia tierra, dobló la rodilla hundido por la tristeza, sin reino ni reina y profundamente abatido. Buscó algo donde asirse para no caer, hasta que una mano infantil rozó el cuerpo de Boabdil.
Se volvió y en los ojos de su hijo encontró el brillo de los ojos de su amada Maryam. 

ALCAZAR DE LOS REYES CRISTIANOS – CÓRDOBA

Situado junto al río Guadalquivir y no muy lejos de la mezquita-catedral y del alcázar de los califas, hoy Palacio Episcopal. Se trata de un...