martes, 3 de octubre de 2023

CONDADOS PIRENACOS

Del año 770 al 986, aquella región unificada en torno al Condado de Barcelona, se conoce, al estilo germánico de la época, con el nombre de "Marca Hispánica". Su línea fronteriza, colocada primero entre Gerona y Barcelona, desciende más tarde en alas de la reconquista hasta la comarca del Penedés y tiene como meta, no lograda, el curso del Ebro y la sumisión de Tortosa. 

SIGLO X 

Hay aquí como un símbolo claro de esta idea clave de la misión: dos condados, el del Pallars y el de Ribagorza, que estuvieron libres de la invasión sarracena, es decir, que nunca fueron conquistados por fuerzas extrañas y que, por lo tanto, nunca fue preciso reconquistar, no entran ni constituyen la “Marca Hispánica”. Lo hispánico comienza, pues, con la Reconquista, con la liberación de lo que constituye después el contorno geográfico de España. Aquello que no es preciso reconquistar ni liberar, se hace hispánico por su aportación a la empresa común, de tal modo, que si replegado en sí mismo hubiera estado ausente de la aventura, jamás habría merecido el lustre de Hispania y el patronímico de hispánico, que en aquel entonces se identifica con lo que denominamos hoy, Cataluña.
Sabemos que Carlomagno envió a su hijo y heredero el 3 de abril del 801, Luis el Piadoso, con sus tropas en Barcelona, y ponían fin a una efímera etapa de dominación árabe.
Los barceloneses hispanogodos, abrirían las puertas de la ciudad al ejército franco; y aquel paisaje de relativa libertad e independencia desaparecería engullido por la nueva superestructura carolingia.
Carlomagno fundó ese territorio de su protección que le servía de escudo. A principios del siglo IX creó la Marca Hispánica. Denominación geográfica de una serie de condados vinculados a los monarcas carolingios, con amplia autonomía, desigual desarrollo y problemática existencia.
En los tiempos visigodos, los obispos, reunidos en concilios toledanos, han sido casi un Estado. Carlomagno en el 792 obliga a retractarse al obispo Félix de Urgel. Este movimiento permite el control total por parte de los clérigos carolingios de la sede de Urgel, elemento fundamental para la consolidación del poder franco en la Marca Hispánica. Y, lo que es más importante, sella la alianza entre los monarcas asturianos y el imperio carolingio, una alianza que marcará el destino de España. El destino, en primer lugar, de la sede compostelana, pues el entendimiento entre Oviedo y Aquisgrán (sede de Carlomagno), supondrá el apoyo incondicional del imperio carolingio hacia el mito jacobeo; Carlomagno enviará mucho dinero a la sede compostelana, y Santiago se convertirá en la gran luz de la cristiandad medieval, construyendo un cordón umbilical entre la España y la Europa cristianas. Más a largo plazo, esta alianza, unida a la empresa de la Reconquista, convertirá a España en el principal baluarte del proyecto imperial romano y del catolicismo en el mundo. Sin embargo es en esa región donde termina el imperialismo carolingio en España. Carlomagno sólo conseguirá el control del territorio y el impulso de la ruta jacobea. Su gran fracaso será controlar a la Iglesia local.
La peregrinación jacobea será fundamental para España y para Europa. El control de la Marca Hispánica como único territorio hispano de influencia carolingia tenderá a tener una diferencia con los posteriores reinos cristianos. Carlomagno de esa forma contribuya a plantar un hecho diferencial entre los condados pirenaicos (posteriormente Cataluña), y los reinos del resto de la península.
A partir del año 820 se sucedieron varios condes de origen franco. Con el título de marqués, que controlaban la Marca. La guerra civil por derechos dinásticos hizo que los condes (de la futura Cataluña) en las sucesivas políticas de alianzas van teniendo cada vez más poder.

CONDE DE BARCELONA 

Los condes tenían funciones militares, políticas y judiciales, apoyándose en otros señores que aseguraban la defensa del país a partir de castillos repartidos por el territorio; junto con ello, se estableció también una red de parroquias dependientes de una diócesis, según el modelo típico carolingio.
El primer bloque se centraba en los condados del Rosellón, Besalú y Perelada, a los que se añadieron Gerona, Conflent, Cerdaña, Urgel, Berga, Osona y Barcelona, estableciéndose la frontera natural en el río Llobregat. En poco tiempo trataron de ampliar su esfera de influencia, aunque con escaso éxito, hacia los condados tolosanos del Pallars y la Ribagorza, y hacia el sur, llegando a intentar la toma de Tortosa entre 805 y 809.
Aquisgrán (sede de Carlomagno), dejará de confiar en los nobles locales y nombrará gobernadores francos, como Bernardo de Septimania. El tratado de Verdún (843), creaba el territorio occidental para el rey franco Carlos el Calvo, y supuso su cese inmediato y su sustitución por los hermanos Sunifredo y Suñer. Ambos conseguirán que sus hijos les sucedan en el cargo condal, creando con ello el germen de un poder hereditario.
Un hecho importante. Con la muerte de Carlos el Calvo en 877, los condes locales, gobiernan sobre prácticamente sin oposición. Se rompe la línea dinástica carolingia en París lo que generará toda una serie de rebeliones de nobles que, a lo largo de todo el territorio franco, entenderán que dicha ruptura les otorga fuerza moral a ellos para independizarse. Flandes, Borgoña o Aquitania inician estos procesos, como lo inician los condados pirenaicos. El rey franco Luis el tartamudo, repartió sus condados en el año 878 y los de Barcelona y Gerona correspondieron a Wifredo el velloso, considerado el primer gobernante autónomo de la región, y que a su muerte dejará sus tierras a sus hijos: a Sunifredo Urgel; a su hijo Mirón II Cerdaña y Besalú; y a sus hijos Borrell y Suñer, Barcelona y Gerona.
Una vez conseguido el poder civil los condados se aplican a construir una Iglesia propia. En el año 888, crean un arzobispado en Urgel; su arzobispado propio, lo que explica que sea tan importante la Seo para el catalanismo.
Aquí es importante que tengamos en cuenta que habrá con el tiempo una división, los que posteriormente serán Cataluña y los que serán Aragoneses.
Estabilizada la frontera, el conde de Urgel y de Cerdaña, Wifredo el Velloso, fue investido en 877 también con los condados de Barcelona y Gerona; rápidamente se lanzó a conquistar otros señoríos menores de las zonas centrales, que habían quedado fraccionados hacia 825, tras una revuelta contra el poder franco.
Centralizado el poder, Wifredo estableció un sistema sucesorio en sus territorios, centrándose en la casa condal de Barcelona. Durante el siglo X, ésta se iba a consolidar, y los restantes condados se fueron vinculando poco a poco a la misma, a medida que se iban independizando del poder franco gracias al debilitamiento y desmembración del imperio carolingio tras la muerte de Carlos el Calvo.
Aprovechando la crisis de la monarquía carolingia, a partir de Wifredo el velloso, los condes de la Marca Hispánica dejan de ser nombrados por el rey francés y pasan a un régimen sucesorio.  En el año 947 el conde de Barcelona, Osona y Gerona era Borrell II. Procuró tener buenas relaciones con los francos y los musulmanes. Ratificó los acuerdos de paz con el califa cordobés (vasallaje). No obstante el caudillo Almanzor atacó Barcelona, y en mayo del 985 Almanzor avanzó a sangre y fuego hacia Barcelona, mientras el conde Borrell II organizaba a la desesperada la defensa de sus territorios. Monasterios de los alrededores de Barcelona fueron destruidos y sus comunidades asesinadas. La resistencia duró poco, Almanzor arrasó Barcelona llevándose consigo un cuantioso botín y un elevado número de cautivos que serían vendidos como esclavos. Borrell II pidió ayuda a los reyes francos, que estaban en grave crisis y no obtuvo la ayuda pedida. La nueva dinastía de los Capeto tampoco atendió a las peticiones de ayuda.
Porque cuando Hugo Capeto exigió renovar los vínculos con el condado barcelonés, Borrell II  no respondió y fue seguido por los demás condes de la Marca Hispánica, consiguiendo así la independencia de hecho de los Capetos francos. A la muerte de Borrell II le sucede su hijo Ramón Borrell que repobló los territorios. Se abstuvo de jurar lealtad a los reyes francos aunque fue requerido para ello. Esto es lo que el nacionalismo  interpreta como el comienzo de la independencia de hecho y se reconoce “de iure”. Ramon Borrell y tuvo que soportar incursiones de Almanzor entre los años 1000 y 1002. En el año 1010 el Califato de Córdoba había entrado en crisis y organizó una expedición militar que derrotó a Sulaimán lo que puso de forma definitiva el dominio musulmán sobre Barcelona.
El siguiente conde de Barcelona es Berenguer Ramón I, nacido en 1005. Desde la muerte de su padre, en los condados de Barcelona, Gerona y Osona, gobernaba su viuda Ermesenda, y su hijo, Berenguer Ramón I (1017-1035).

SEPULCRO  RAMÓN BERENGUER I 
Y SU ESPOSA

 Se casó con la hija de Sancho García, conde de Castilla, con la que tuvo dos hijos. Fue un hombre de paz. Promulgó un decreto que liberaba a los propietarios de tierras de cualquier vinculación jurisdiccional que no fuera la del condado y los liberó de los impuestos. Le sucedió su hijo Ramón Berenguer I llamado el viejo, (1035-1076) y también “Hispaniae subjugator”, (Apoderador de España). Legó a sus hijos más territorio reconquistado. Impuso el pago de parias, (tributos), a los reinos musulmanes de Zaragoza, Lérida y Tortosa con lo cual se enriqueció el condado y pudo formar un ejército. En 1068 sancionó un código regulando las relaciones y reafirmando la primacía del conde de Barcelona.

viernes, 29 de septiembre de 2023

CARLOMAGNO -LA MARCA HISPÁNICA

Las actuales Cataluña, Aragón y Septimania estaban, como el resto de la península habitada por hispano-romanos luego ya confundidos con los visigodos, llamados hispanogodos.
Como sabemos los musulmanes llegaron a la península Ibérica en el 711 y después de la conquista de al-Ándalus, se dirigieron a Francia y el valí de Hispania invadió Septimania (actualmente en Francia), estableció su capital en Narbona y en el 719 ofreció un pacto en los habitantes hispanogodos. Con el añadido de las nuevas tierras conquistadas, al-Ándalus quedó dividido en cinco áreas administrativas correspondientes a las actuales Andalucía, Galicia-Lusitania, Castilla y León, Cataluña-Aragón y 

Y se establecieron en esos territorios dominando fácilmente las regiones.
Sabemos que los francos detuvieron a los musulmanes en la batalla de Poitiers, que tuvo lugar el 10 de octubre de 732 entre las fuerzas comandadas por el líder franco Carlos Martel (abuelo de Carlomagno), y un ejército musulmán a las órdenes del valí de Al-Ándalus, cerca de la ciudad de Tours, en la actual Francia, aunque esta batalla está en entredicho, lo cierto es que los musulmanes no avanzaron. Los francos cristianos derrotaron al ejército musulmán. Este hecho frenó la expansión musulmana hacia el norte, desde la península ibérica y es considerada como un acontecimiento muy importante ya que impidió la continuación de la invasión musulmana por Europa. Además de haberse defendido y preservado la religión cristiana.
Por lo tanto los musulmanes se conformaron con lo conseguido hasta los Pirineos.
Ya en el año 714 tomaron Zaragoza y las ciudades que hallaron a su paso. Desde allí el general berebere Tariq fue enviado al alto Aragón, donde el hijo del conde Cassio le prestó vasallaje e incluso se convirtió al Islám, sin duda para conservar sus dominios. De ahí arranca la poderosa familio Banu Qasi (descendientes de Cassio). El año 714 fue ocupada por el sarraceno Musa y se convirtió en un centro musulmán importante llamado “Medina al-Baida Saraqusta” (Zaragoza la Blanca), que Carlomagno intentó ocupar sin éxito el año 788.
Mientras tanto Barcelona formó parte del al-Ándalus del año 718 al 801. En aquel tiempo, la ciudad fue conocida como (Barshilūna o Barshaluna). Estamos hablando, pues, de casi un siglo de historia.
Décadas después de Poitiers, en abril de 797 ya se habían producido contactos entre las autoridades militares de la Barcelona árabe, dirigidas por el comandante de la guarnición, y la cancillería carolingia de Aquisgrán. Aquellos contactos tenían el propósito de alterar el mapa de la Frontera Superior de al-Ándalus (el territorio situado entre el río Ebro y los Pirineos). Pero, en aquel propósito, cada una de las partes tenía un objetivo diferente. El gobernador Sa'dun, secundado por las oligarcas hispanogodos de la  ciudad, aspiraba a transformar “Barxiluna” en un emirato independiente. Mientras que Carlomagno ambicionaba completar el proyecto iniciado en tiempo de los reyes Pipino el Breve, (padre de Carlomagno), conquistar el territorio entre los Pirineos y el Ebro y crear un escudo defensivo contra las incursiones árabes, lo que posteriormente conocemos como la 

Marca Hispánica.

Todo se precipita a partir de la primavera del año 800, en una magna asamblea celebrada en Tolosa en que se tomó el acuerdo de conquistar Barcelona.
Carlomagno envió a su hijo y heredero el 3 de abril del 801, Luis el Piadoso, con sus tropas en Barcelona, y ponían fin a una efímera etapa de dominación árabe. Por lo tanto se produjo la batalla y los barceloneses, dirigidos por el musulmán Sa'dun, ofrecieron una resistencia encarnizada, las murallas ofrecían una protección segura, y  los francos tuvieron que resignarse a estrechar el asedio.  Esta situación se mantuvo durante el otoño y buena parte del invierno.
Durante décadas, el poder árabe no pasó de la existencia de una guarnición de un centenar de soldados, que nunca intervinieron en la vida cultural y económica de la ciudad.
Pero sorprendentemente, los barceloneses, abrirían las puertas de la ciudad al ejército franco; y aquel paisaje de relativa libertad e independencia desaparecería engullido por la nueva superestructura carolingia. Los barceloneses se entregaron a Carlomagno. Los hispanogodos, que estaban habitando sometidos por los musulmanes, previendo la inutilidad de su sacrificio, pactaron las condiciones de la rendición a espaldas de la guarnición árabe. El cambio de bando de las élites, las oligarquías de origen hispano visigodo es la razón que explica no sólo la conquista e incorporación de Barcelona al Imperio franco, sino el papel destacado que, inmediatamente, alcanzará la ciudad en el mundo político, militar, económico y cultural carolingio. Pero, también, nos revela que aquellas élites barcelonesas abandonaron a los árabes, convencidos de que los francos les darían el mismo trato que habían recibido las oligarquías locales de Nimes, de Narbona, de Carcasona, de Elna o de Gerona; durante la conquista carolingia de la vieja Septimania (737-785). En aquellos casos los indígenas debieron pactar con los conquistadores sobre la garantía de que se respetarían sus propiedades, leyes y autoridades inmediatas. El elemento indígena y visigótico fue, pues, una fuerza política ante la cual los reyes francos prefirieron contemporizar. He ahí la causa del generoso precepto de defensa y de inmunidad otorgado por Carlomagno a los barceloneses el año 801.

CARLOMAGNO 

La empresa carolingia de conquista del arco mediterráneo se hizo con una importante participación de los descendientes del éxodo de las actuales Tarragona y Narbona, que se habían exiliado al país de los francos durante la ocupación árabe (714-723). Mas adelante la segunda, tercera y cuarta generación de aquel exilio alcanzarían un papel protagonista en la reorganización de la nueva Marca de Gotia. Aquellos hijos del exilio a medida que avanzaba la conquista no fueron nunca vistos como extranjeros por la población indígena.
Los francos dieron el nombre de Gotia (en latín, Gothia) a la región habitada por los visigodos en la región pirenaica y que cayó en poder musulmán a partir del 759 hasta la conquista de Barcelona en 801. Se aplicaba tanto a la Septimania como a la hoy llamada Cataluña Vieja. Lo que se conoce como la “Marca Hispánica”. El nombre de Gotia se usó entonces porque esta zona había sido parte del reino visigodo desde el siglo V y muchos nobles visigodos se habían refugiado en la zona tras la conquista musulmana de la península Ibérica.
Fue un territorio en el cual Carlomagno en 795creó una zona de control franco, más allá de la antigua provincia de Septimania del desaparecido Reino visigodo de Toledo, como una barrera defensiva entre los omeyas de Al-Andalus y el Imperio Carolingio franco (ducado de Gascuña, ducado de Aquitania y la Septimania carolingia). La Marca Hispánica no tenía una estructura administrativa unificada propia.
Era el territorio ganado a los musulmanes en contraposición a la Marca Superior andalusí, e iba de Pamplona hasta Barcelona. Los condados más importantes fueron los de Pamplona, (poco después en reino), Aragón, constituido en condado independiente en 809; Urgel, importante sede episcopal y condado con dinastía propia desde 815; y el condado de Barcelona, que se convirtió en hegemónico sobre los de Ausona y Gerona, colindantes.
La Gotia estuvo ocasionalmente regida por duques. El duque (dux) era uno de los condes del territorio que había conseguido regir varios de los condados vecinos. Barcelona era una pequeña ciudad recluida en su muralla de la época romana (siglos III e IV).  La Barcelona de la plenitud romana había reunido una población de 5.000 habitantes. Pero las crisis urbanas que anticipaban el colapso del imperio romano. Y la Barcelona del año 801 no tenía más de 2.000 habitantes; y su trama urbana había dejado amplias zonas deshabitadas que se destinaban a espacios de cultivo. No obstante; aquella Barcelona minúscula conservaba la memoria y el prestigio de la época que había sido sede regia de la monarquía visigótica.
El 28 de diciembre de 801, ocho meses después de la incorporación de Barcelona al mundo carolingio, la cancillería de Aquisgrán nombraba a Bera primer conde de la ciudad y del territorio. Barcelona había recuperado su condición de capital condal y capital diocesana de la época visigótica (siglos V-VIII). Y Bera, primer conde carolingio, era un descendiente, por lado materno, del exilio “pre-catalán” al país de los francos. En aquella primera fase (primeras décadas del siglo IX) la cancillería carolingia, plenamente consciente de que estaba construyendo el aparato de dominación sobre un territorio aliado, pero extranjero (la Marca de Gotia) fue muy estricta en el cumplimiento de los pactos, y priorizó el nombramiento de condes indígenas o semi-indígenas; no sólo en Barcelona, sino en el conjunto de aquellos nuevos condados.

LA VIDA EN UN CASTILLO MEDIEVAL

Los castillos, por lo general, estaban situados en un alto, dominando el pueblo y la comarca. Estaban situados cerca de una villa, en lo alto de una colina. Otras veces en un peñasco de difícil acceso. Los llamados castillos roqueros.



Cuando había un ataque enemigo la gente abandonaba las casas y se refugiaba en el castillo. Allí vivía el asedio aglomerada en la plaza de armas, los hombres ayudando en la defensa y las mujeres recluidas en los sótanos junto con los viejos y los niños, como lugar más seguro, pero aterrados testigos por lo ruidos de la batalla, las quejas de los heridos, etc. Solo al final, con el triunfo o la derrota abandonaban la población el castillo. Ya sabían que sus casas habrían sido quemadas y sus huertas arrasadas, sus animales muertos y lo habrían perdido todo. Pero al menos salvaban la vida y podrían volver a empezar. La nobleza era poseedora de una porción de tierra concedida por el rey donde se contaba con servidumbre propia (los vasallos), y eran éstos señores feudales los que levantaban los castillos donde sus vasallos cultivaban la tierra y criaban animales. También estaba presente el clero, que establecía las reglas del lugar en función de la religión católica. En la Península Ibérica, algunos castillos pasaban a pertenecer a los musulmanes o cristianos de forma alternativa en sucesivas ocasiones según las circunstancias. Fundamentalmente durante la Reconquista, no siendo sólo entre musulmanes y cristianos, sino entre los propios reinos de taifas musulmanes entre sí y entre los propios reinos cristianos entre sí. Entre las dependencias de los castillos cristianos existían, la capilla, lugar sagrado del interior del castillo, un salón principal, donde la nobleza ofrecía sus banquetes en eventos especiales a sus invitados, los patios de armas, donde además de la preparación militar se celebraban las festividades populares.

La torre del homenaje era la construcción más característica y dominaba todo el conjunto. Servía como residencia del señor, ya fuera rey o noble. Tenía la posición más protegida, de forma que si en un ataque caían el resto de las defensas, esta torre proporcionase un último refugio. El tamaño de la cocina era equivalente a su importancia en la zona. Además de una cocina, era frecuente que contaran con una panadería propia y también se situaba una cervecería, bebida importante en el medioevo. Uno de los problemas más grandes era el frío. Como inicialmente los castillos se construyeron de piedra, eran terriblemente gélidos. Eran oscuros, pues las ventanas se hacían pequeñas por seguridad. Las paredes estaban cubiertas de tapices y los suelos aún en las residencias regias era simplemente paja, recurriendo a braseros hasta la invención hacia el siglo XIII de las chimeneas murales de alfombras, que protegían del frío y contribuían a aumentar la imagen de prestigio y poder. Cuando llegaba la noche se recurría a los candelabros, las lámparas, las velas y las lucernas para iluminar en la oscuridad. Siglos después se extendió el uso de las chimeneas. La alimentación era a base de carne, jabalí, pavo, cisne y el cerdo. Acompañaban la carne con una diversidad de piezas de pan y empleaban las manos. También era común consumir vegetales frescos. El uso de las especias, para potenciar el sabor o disimular los alimentos de dudosa frescura, fue un recurso muy utilizado. Los utensilios básicos eran los platos de madera, cerámica o metal, también las cucharas y cuchillos de metal, y por último los vasos y copas de oro, plata, bronce o cristal. Había aguamaniles para limpiar las manos. El agua se servía en puntos específicos del castillo. Generalmente se colocaba una cisterna en algún punto elevado con conexiones que llevaban el líquido hasta lugares más bajos. CASTILLO DE LOARRE 
También contaban con pozos desde donde se extraía el agua del subsuelo. El baño representaba una de las mayores dificultades a la hora de vivir en un castillo. A las gentes no les preocupaban sus desechos, y la verdad es que no les importaron durante mucho tiempo. Solían hacer sus necesidades en pozos que daban a lado exterior del castillo o en el foso que lo circundaba. Como el agua se estancaba, el hedor era espantoso. La mayoría de los castillos no contaban con calabozos para mantener prisioneros. Luego se fue pensando que podría resultar “interesante” para un señor feudal mantener prisioneros en su propiedad. Lógicamente los caballos eran el medio de transporte más veloz en aquellos tiempos así como un medio de comunicación, además resultaban imprescindibles en batalla. Por esto, cada señor feudal que se respetara requería de un número elevado de estos animales y de un lugar propio para su crianza. Los famosos fosos de agua, en realidad eran pocos los castillos que contaban con un foso natural, por lo que se hacía necesario construir uno de forma artificial. En estos casos, como el agua se estancaba y los desperdicios se vertían al agua, ésta se pudría. Pero en los castillos en que había que subir una empinada colina, no tenían foso. Las torres redondas eran mucho más seguras que las cuadradas. Al levantarse por encima de la muralla ofrecían una visión amplia de la región y zonas ideales de disparo para los arqueros. La mayoría de los castillos contaba con portones muy elaborados, con varias puertas y, a veces, con el famoso puente levadizo. En la Península Ibérica se edificaron alrededor de unos 6.000 castillos, tanto musulmanes como cristianos, de los cuales España mantiene, algunos bien, otros en ruinas y muchos a medias, unos 3.000 en total. El paso del tiempo ha causado que algunos prácticamente hayan desaparecido, aunque otros han podido vencer el trascurrir de los siglos, superando guerras, abandonos y expolios. Los castillos no eran solo fortalezas, sino que podían realizar tareas de centros administrativos de la región que controlaban, siendo donde se recaudaban las rentas, se impartía justicia, se ejecutaba las sentencias, etc. La piedra era el material con el que estaban realizadas la mayor parte de las estructuras, aunque algunas de estas dependencias empleaban además la madera, el ladrillo o el adobe. Los reyes se caracterizaban porque no vivían en un lugar fijo y de hecho no solían estar en un sitio más de unas pocas semanas. Se trasladaban constantemente de castillo en castillo, con una extensa corte que podía ser de cientos de personas. Iban junto a muebles, vestidos, tapices, etc. CASTILLO DE MANZANARES EL REAL 
Los castillos o fortalezas eran muy difícil de tomar. Una de las pocas formas de poderlo conseguir era mediante un asedio a través del que se creaba un cerco que impedía salir a sus moradores. Pero era una tarea muy ardua ya que los asedios se planificaban para durar meses o incluso años. Se creaba un campamento en su entorno, atacando y esperando que se rindiesen al quedarse sin alimentos ni agua con los que resistir. La rendición quizá podía pactarse a conveniencia de ambos bandos o en caso contrario unos debían seguir atacando, que también era complicado y muy costoso y otros seguir resistiendo por si llegaba ayuda o el enemigo abandonaba. Muchas veces el sitiador conseguía entrar y arrasaba absolutamente todo, normalmente sin hacer prisioneros. También se excavaban túneles hasta llegar bajo las murallas, en los que se acumulaban maderas para incendiar y debilitar la consistencia de estas. Los ataques con arietes para derribar la puerta principal. La invasión mediante escalas, las torres de asalto para llegar a lo alto de las murallas. Además de envenenar las aguas, arrojar al interior restos humanos y animales contaminados con enfermedades o restos descuartizados de prisioneros. Con frecuencia había un pasadizo secreto de huida. Las murallas, junto a las defensas naturales en caso de que las hubiese, rodeaban todo el recinto. En la parte superior de las murallas estaba el adarve, una zona transitable y resguardada por almenas. Las murallas, que solían estar rematadas por almenas, eran muy anchas y altas para soportar los impactos de la artillería. Estos gruesos muros podían tener cierta inclinación; eran los taludes, que ofrecían mayor resistencia a los proyectiles. A lo largo de las murallas y torres había pocos vanos al exterior, siendo en forma de saeteras y troneras desde las que se podían disparar flechas y demás proyectiles. Otro elemento de defensa en los muros eran los matacanes, que consistían en balcones o espacios salientes desde donde se arrojaban materiales como piedras y brea, arena calentada al fuego o bien mezclas incendiarias a base principalmente de cal viva, azufre, brea o aceite de roca. Los señores empleaban gran cantidad de tiempo en cacerías en los bosques cercanos. Había también juegos de torneos y justas, que solían llevarse a cabo fuera del castillo, en los que los participantes simulaban que estaban luchando. Los castillos comenzaron a perder su importancia militar con la llegada del uso de la pólvora. Al principio los cañones eran complicados de manejar y de poca efectividad, pero fueron mejorando y debilitando la resistencia de los castillos. Éstos fueron transformándose en construcciones palaciegas para reyes y nobles. Por este motivo muchos reyes fueron destruyendo algunos castillos, ya que la nobleza llegó a obtener mucho poder en las comarcas, debilitando las decisiones reales.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

EL ARTE ROMÁNICO ESPAÑOL

El arte románico en Europa fue una manifestación del cristianismo de la Edad Media. Fue un arte religioso que reflejó la sociedad medieval, que a la vez era guerrera y cristiana. Romana, prerromana, bizantina, germánica y árabe. No era solo de una región sino que paulatina y simultáneamente se fue introduciendo en las diferentes regiones de Europa, con las características propias. La prosperidad y la renovación inspiraron gran cantidad de obras, iglesias y catedrales. 

Las órdenes religiosas como la del Cluny y la del Cister construyeron monasterios y el Camino de Santiago aportó influencia en la religión y en la arquitectura. Se edificaron con la aportación también de los aldeanos con dinero y trabajo. Artesanos y arquitectos especialistas, picapedreros, etc. El Arte Románico penetró en España en el siglo XI por los Pirineos y se extendió por el norte del país a través del Camino de Santiago. Este estilo artístico tiene unas características comunes en Europa, aunque en España mantiene un cierta personalidad propia. Fue influida en la península por las tradiciones culturales y lógicamente el arte andalusí. Gran parte de sus construcciones las encontramos en los cascos antiguos de las ciudades, haciendo ver el lugar con el atractivo medieval. La Ruta del Románico en el valle de Boí, entre El Pont de Suert y Taüll, en los Pirineos de Lérida conserva un grupo de templos de los siglos XI y XII, que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Entre ellos destacan las iglesias de San Clemente y la de Santa María de Taüll. Hay que destacar la Catedral de San Pedro de Jaca, el castillo de Loarre, la fortaleza mejor conservada de Europa. En Castilla y León se encuentra Santo Domingo de Silos, en Burgos, con su monasterio benedictino, cuyo claustro está considerado una de las obras maestras del románico español.

CASTILLO DE LOARRE 
En la Ruta del Románico Palentino, se reúne la mayor concentración de iglesias y ermitas románicas de toda Europa. Frómista alberga la iglesia de San Martín de Tours una de las cumbres del románico en España y Europa, Carrión de los Condes, villa muy importante en su tiempo. Zamora está considerada la capital del románico ya que conserva el mayor conjunto de construcciones de este estilo de toda España. En Asturias la Ruta del Románico cerca de Oviedo podemos admirar obras prerrománicas como Santa María del Naranco. Galicia, con su Catedral de Santiago de Compostela al frente, está repleta de monumentos y edificios de un gran valor, que destacan por su calidad artística. El Pórtico de la Gloria, de la Catedral es la obra cumbre de la escultura románica. España es el tercer país del mundo con mayor cantidad de bienes declarados Patrimonios de la Humanidad. El turismo cultural ha hecho que nos visiten cerca de 8 millones de personas por motivos culturales, a los que hay que agregar unos 13 millones del turismo interior

LA CATEDRAL DE JACA 
El origen de la catedral y su relación íntima con la villa de Jaca debe situarse en ese mundo de las peregrinaciones jacobeas, tremendamente rico en flujos e intercambios de personas, productos e ideas, y en un preciso momento histórico en el que los reinos cristianos hispanos luchaban contra el invasor musulmán y avanzaban lentamente desde la montaña hacia el valle dejando a su paso testimonios de la fe restablecida. Así, conquistada Jaca a comienzos del siglo X, inmediatamente se amuralla y se organiza su vida religiosa mediante la fundación de un viejo monasterio puesto bajo la advocación de San Pedro (llamado luego el Viejo, para diferenciarlo de la propia catedral, que recibió el mismo nombre).

IGLESIA DE SAN MARTÍN DE TOURS es un templo iglesia católica construido en el siglo XI en Frómista, en la provincia de Palencia, España, que está situado en el Camino de Santiago. Iglesia de San Martín de Tours pertenece al estilo románico y está considerado como uno de los principales prototipos de románico en Europa. Construida en la segunda mitad del siglo XI por orden de doña Mayor de Castilla, como parte de un Monasterio de San Martín. l arte asturiano se manifiesta principalmente en la arquitectura y recoge pocos elementos de tradición visigoda, pero con aportaciones del Bajo Imperio Romano e influencias carolingias, así como artes aplicadas de tinte oriental bizantino. Se extiende principalmente durante los siglos IX y X; es un arte que se da básicamente en el reino de Asturias, de ahí su nombre, y destaca también por la ausencia de cualquier influencia musulmana.

SANTA MARIA DEL NARANCO Mandado construir por el rey Ramiro I de Asturias (842-850) en las faldas del Monte Naranco como edificio palatino. Muy cerca también manda construir la Iglesia de San Miguel de Lillo. Ambas construcciones formarían parte de un amplio complejo palatino de este rey, como lugar de descanso y recreo, no como sede permanente de la corte. Características de Santa María del Naranco es el uso de la bóveda de cañón, los contrafuertes y la utilización de arcos fajones para la sujeción de las bóvedas. Aunque es una edificación en su origen palatino, el factor religioso impregna toda la construcción. Destaca también por el uso de columnas con el fuste sogueado típico del arte asturiano, y la utilización de medallones y fajas como elementos decorativos.

CATEDRAL DE SANTIAGO La construcción de un sitio destinado a rendir culto a los restos del apóstol Santiago, tiene sus raíces en torno al siglo II, en un mausoleo pagano de Compostela (Campo de Estrellas) que contenía los restos de dos mártires cristianos. Este edificio sepulcral, despertó el interés del obispo Teodomiro, quien en torno a 829, identificó los restos como pertenecientes al apóstol Santiago y a dos de sus discípulos, Atanasio y Teodoro. Durante un tiempo, por decisión del papa Nicolás I, la iglesia sirvió de concatedral junto a la de Iria Flavia, pero fue el 5 de diciembre de 1095 cuando por fin los fieles pudieron conocerla como la gran catedral de Santiago. Siguiendo el patrón de la época, una cruz latina con tres naves en cada uno de los brazos sirvió de estructura a la planta. La obra culminó el Románico, pero como siguieron produciéndose reformas y construcciones, quedó abierta a los estilos que traían los nuevos tiempos. La construcción de la Catedral comenzó en torno a 1075, promovida por el obispo Diego Peláez. Tras derruir una parte de las antiguas construcciones, el sepulcro pasó a figurar en el presbiterio y más tarde, bajo el auspicio de Diego Gelmírez, el cual impulsó las obras del primitivo claustro, los trabajos se mantuvieron de forma intermitente, hasta quedar completada en 1105.

IGLESIA DE SAN CLEMENTE DE TAHULL Situada en el Valle de Bohí, en Lérida. Fue consagrada el 10 de diciembre de 1125 según consta en una inscripción hallada en una columna que se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. De planta de tres naves, techumbre de madera. Decoración lombarda del exterior que denota la inspiración de Mantua y Verona

AL-ANDALUS DURANTE 800 AÑOS

Solemos escuchar y leer incluso a historiadores refutados que los musulmanes dominaron la península Ibérica durante 800 años. Pues bien, nad...