lunes, 14 de abril de 2025

SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA

14 DE ABRIL DE 1931
La llegada de la Segunda República Española tuvo una gran acogida popular en un primer momento, con ilusión y esperanza por buena parte de la sociedad. Se consideraba que se acabarían los tiempos de las corrupciones y el caciquismo


Alfonso XIII tenía las horas contadas. La España monárquica empezaba a ser inviable. No tuvo apoyos ni de dentro del país ni de fuera. Realmente ya se sabía que las elecciones municipales eran realmente un referéndum, no sobre los ayuntamientos sino sobre monarquía o república.
Debían elegirse unos ochenta mil concejales en todos los ayuntamientos de España. En las poblaciones rurales dominaba el caciquismo, y la presión que éstos exigieron explican que en la mayoría de los municipios rurales no hubo votaciones. También la cantidad de concejales monárquicos elegidos. Es por ello por lo que sólo se consideraron legales las votaciones de las capitales de provincia y de los grandes municipios, donde los republicanos fueron mayoritarios.
Los resultados no dejaron lugar a dudas, si bien los monárquicos obtienen más votos, los republicanos consiguen más concejales.
Con la marcha del rey Alfonso XIII la cuestión estaba servida. Se formó el primer gobierno, se creó un Estatuto Jurídico por el que regir el sistema provisional, hasta la redacción y proclamación de una nueva Constitución. Y se emprendieron las primeras reformas, Cortes Constituyentes. El Estado sería aconfesional y se reconocía la libertad sindical y corporativa. Y también se podría gobernar por decreto. Se amnistió a todos los presos por delitos políticos.
No hubo referéndum consultivo al pueblo sobre el sistema ni la posterior Constitución del 9 de diciembre de 1931 en las que sólo pudieron votar los hombres en el Parlamento, (en ella fue aprobado el voto femenino no fue aprobado pero no ejercieron el derecho al voto hasta las elecciones de 1933), pero si podían ser candidatas, y que dieron lugar a un parlamento con una insignificante presencia de la derecha.
Pero en las votaciones municipales de ese año de 1931 si que pudieron votar y ser elegidas las mujeres, con unas condiciones, ser solteras, no ejercer la prostitución, etc. Esto merced a una ley aprobada en 1924 durante la dictadura de Primo de Rivera.
Para aprobar la nueva Constitución, de referéndum pasamos olímpicamente. Las Cortes republicanas negaron al pueblo español su derecho a decidir sobre esa Carta Magna.
El gobierno nacional pacta y con el dirigente Maciá, fundador de Esquerra Republicana, que acepta que se establezca de momento la Generalitat, una vieja institución que había sido disuelta. Se emitió un comunicado proclamando la República Catalana dentro de la República Federal Española.

Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Gregorio Marañón, Pérez de Ayala, Antonio Machado 
En el país vasco la Iglesia era influyente y las cosas no fueron igual que en Cataluña. Simplemente un alcalde ya era capaz de hacer de su capa un sayo. En el país vasco, los alcaldes de Guecho, Mundaka, Elorrio y Bermeo reunidos en Guernika pidieron el reconocimiento de la República Vasca Federada. Los vascos además chocaban con el gobierno central en que allí el nacionalismo tenía profundas connotaciones religiosas y eran contrarias a las políticas laicas y también anticlerical de Madrid.
El clima de tranquilidad duró poco tiempo tras la proclamación de la República. La mentalidad laicista de los partidos de izquierda republicana chocaba frontalmente con el catolicismo conservador. Existió un anticlericalismo moderado, pero la mayor parte, popular, era visceral y violento. La persecución religiosa siguió en sólo cuestión de días. Una oleada de ataques a iglesias y conventos se desató en toda España entre los días 10 y 13 de mayo, ante la flagrante pasividad del gobierno republicano.
Días después de la proclamación de la República, José Ortega y Gasset elogió la tranquilidad con la que el Gobierno provisional republicano había llevado a cabo el cambio de régimen. Se presentó por León con la "Agrupación Al Servicio De La República" (ASR), y fue elegido diputado.
Ya en los debates del texto de la Constitución, que duraron desde el 14 de julio hasta el 9 de diciembre, Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, Gregorio Marañón, Pérez de Ayala, Antonio Machado y otros intelectuales que participaron durante los mismos se dieron cuenta que aquellas Cortes no eran las que ellos habían deseado, entre otras cosas porque la mayoría de la Cámara aplaudía sus palabras, pero votaban en contra de sus proposiciones o enmiendas. Fue cuando Unamuno pronunció las palabras que pasarían a la Historia del Parlamentarismo español: “Señorías, les recuerdo que aquí no hemos venido a hacer el payaso ni el tenor, ni el jabalí” O sea, la desilusión, pues no habían terminado los debates.
Tras las elecciones legislativas de 1931 se inició el gobierno de la coalición republicano-socialista, que iba a detentar el poder a lo largo de dos intensos y convulsos años, entre 1931 y 1933. Por primera vez las izquierdas tenían la oportunidad de regir los destinos de la política nacional.

Discurso de Ortega y Gasset el 6 de diciembre de 1931 conocido como "Rectificación de la República"

La desilusión, pues no habían terminado los debates, cuando Ortega escribe en “El Sol” en septiembre de 1931 el segundo de sus artículos más famosos: “No es esto, no es esto”
Desgraciadamente la Segunda República no fue en su desarrollo, una República netamente democrática.
Las consecuencias de eso es otra historia

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LAS GUERRAS CARLISTAS

El rey Fernando VII murió en 1833 y su hermano, Carlos María Isidro de Borbón,  emitió el “Manifiesto de Abrantes”, en el que declaraba su a...