miércoles, 2 de abril de 2025

ANDALUCÍA NO ES AL- ANDALUS

Andalucía actual no es la Andalucía de la época medieval. Los conflictos identitarios que se producen en España no deben llevarnos a esas distorsiones de la historia. Por ejemplo, en la política actual de la Comunidad Andaluza se intenta encontrar un elemento identitario de esta comunidad y, como no existe el idioma propio como ocurre en otras regiones, lo resuelve diciendo que la identidad de Andalucía es la de Al- Andalus. Por eso lo exalta. 


EMIRATO DE CÓRDOBA (756 – 929)
Pero es tan musulmán lo que hay en Zaragoza o en Toledo como lo que existe en Andalucía. En toda la zona del mudéjar aragonés se siguió construyendo igual incluso después de que fuesen expulsados los musulmanes. Fíjese lo integrados que estaban.Resulta curioso que hay partidos políticos andaluces que han adoptado el discurso de Blas Infante, que era una persona de derecha moderada.
Lo de la “Leyenda negra”, sin embargo, es propaganda contra España que se impone porque el mundo anglosajón, que la impulsó, es el que ha prevalecido. La realidad es que todos los imperios han cometido tropelías, el asirio, el babilonio, el romano, el español… Y lo que no se debe hacer es poner solo el foco en esas tropelías mientras que se ocultan los logros alcanzados. 
De las críticas que se hacen en América contra Cristóbal Colón se hacen por elevación; en vez de señalar a quien realmente es culpable hoy de los problemas que arrastran, se decide atacar a una figura histórica de hace cinco siglos. Es absurdo, pero se atada a quien no se puede defender. Lo que pasa es que los españoles estamos acostumbrados y parece que cuando se quiere convertir a Cristóbal Colón en un villano, pues casi no se le presta atención. Fíjese que, por el contrario, en Italia sientan peor que en España las críticas a Colón. Se quedan estupefactos, no entienden cómo hacen pasar por villano a quien antes se consideraba un héroe. Es la vieja táctica de buscarse un enemigo exterior que, en el caso de Colón, resulta efectivo para ellos, aunque sea un disparate. 


CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031)
Carece de sentido completamente, es como si los españoles nos pusiésemos ahora a exigirles a los romanos que pidiesen perdón por los desafueros que cometieron en España. Pero es al revés, porque aquí se produce un fenómeno curioso. En España se está muy orgulloso del Imperio romano, de su conquista, y se valora mucho su extraordinaria aportación para dotar a todo el Mediterráneo de una cultura común, pero cuando se trata del imperio español, aceptamos que nos pongan verdes, como decía antes. Verdaderamente es un caso único. Salvo alguna excepción como Numancia, que ya exaltó Cervantes, normalmente en España nos ponemos de parte de los romanos.
Juan Gil es Doctor por la Facultad de Bolonia. Fue profesor agregado de la Universidad Complutense. Catedrático de Filología Latina de la Universidad de Sevilla. 

PRIMEROS REINOS DE TAIFAS (1031-1085)
Son numerosas las ocasiones en las que se confunde al-Andalus con Andalucía. Esta equivocación, no sólo se da en un ámbito concreto, ni siquiera en una zona geográfica determinada, sino que es una equivocación bastante extendida. Tampoco sería correcto denominar andalusíes a los andaluces, error muy generalizado en los países árabes, ni referirse a la Junta de Andalucía como ukumat al-Andalus (Gobierno de al-Andalus).
Desde la llegada de los musulmanes a la Península, en el año 711, hasta la caída del Reino de Granada, en 1492, la extensión de al-Andalus fue cambiando según las épocas y dinastías.

ALMORÁVIDES 

Su máxima extensión la alcanzó a mediados del s. VIII, cuando llegó a establecerse en prácticamente la totalidad de la Península, lo que incluye también a Portugal, nuestro país vecino, al que se ha obviado reiteradamente al referirnos a este periodo como la “España musulmana”. Términos totalmente inexactos y anacrónicos, pues ni existía España como nación o Estado, ni únicamente abarcó el territorio que hoy ocupa. Además de la Península, al-Andalus se extendió por parte del Reino Franco, actual Francia, llegando hasta Poitiers, donde los ejércitos andalusíes fueron derrotados y empujados hasta los Pirineos.
A lo largo de sus ocho siglos de historia, al-Andalus conoció diversas extensiones, así como distintas formas de gobierno, no siempre uniformes para todo el territorio.
Durante el primer periodo, conocido como emirato dependiente de Damasco, al-Andalus fue gobernada por veinte emires nombrados por el califa omeya.
Tras este periodo, y con la llegada de Abd al-Rahman (I), príncipe omeya, que decidió refugiarse en esta tierra, huyendo de la matanza que los abbasíes llevaron a cabo contra su familia para hacerse con el control del imperio musulmán, al-Andalus se convierte en un territorio independiente del resto del imperio.
Cuando se proclama el Califato Omeya de Córdoba, en el año 929, el territorio andalusí había perdido parte de su extensión frente a los cristianos del norte, aunque sigue controlando buena parte de la Península. Los enfrentamientos a los que la administración andalusí tuvo que hacer frente, no sólo fueron externos, sino también internos, ya que la diversidad y complejidad de la sociedad provocaba revueltas y rebeliones que el Estado debía contener. Pese a todo, durante el siglo X, al-Andalus vivió una época de tranquilidad, lo que permitió que se alcanzara el máximo esplendor cultural.
A esta brillante etapa le siguió el periodo de Taifas, en el que el territorio andalusí se dividió en múltiples reinos independientes. Con la llegada de almorávides y almohades, al-Andalus se volvió a unificar administrativamente, pero su extensión se fue reduciendo, conforme se producía el avance de los reinos cristianos.

ALMOHADES 

A mediados del siglo XIII, al-Andalus se circunscribía prácticamente al Reino Nazarí de Granada, cuya extensión abarcaba las actuales provincias de Granada, Almería, Málaga e, incluso, parte de Cádiz, Córdoba y Jaén. Este reino fue disminuyendo, a su vez, hasta desaparecer en 1492.
Como se puede observar, al-Andalus llegó a ser mucho más y mucho menos extensa que la actual comunidad andaluza.
Una respuesta sencilla sería decir que los habitantes de al-Andalus, eran los andalucíes  (siempre teniendo en cuenta la extensión que ocupaba en cada periodo).
La mayoría eran musulmanes, que no árabes. Los árabes, es decir, aquellos que vinieron de Arabia, eran una minoría que gozaba de grandes privilegios.
En su mayoría estaba constituida por bereberes procedentes del norte de África. También hubo una importante población no musulmana de procedencia eslava y del África subsahariana, los esclavos.
Junto a éstos, convivían también los pobladores de la Península, visigodos e hispano-romanos que se quedaron en este territorio, gobernado por los musulmanes. Entre ellos había judíos y cristianos. De los últimos, algunos decidieron mantener su religión, y otros se convirtieron al Islam. Los actos de conversión se generalizaron poco a poco, de modo que a principios del siglo XIII ya no quedaban comunidades cristianas autóctonas en al-Andalus.


REINO NAZARÍ DE GRANADA (1280-1492)
¿al-Andalus es Andalucía? Como hemos podido observar sería totalmente desacertado realizar esta equiparación.
Según se ha expuesto, el conjunto de la población andalusí iba mucho más allá de zonas geográficas concretas, etnias o religiones, por lo que, también sería desafortunado realizar esta identificación.
Por otro lado es erroneo también decir que esuvieron en España 800 años. Habría que decir en que zonas, y quines eran, porque los que llegaron en el 711 se disolvieron en el 1031. Es decir que dominaron ese territorio 320 años. Y del resto muchos eran vasallos de los reinos cristianos (como Granada de Castilla), y fueron desapareciendo paulatinamente. Además que ellos mismos tuvieron dos invasiones de otras tribus, los Almorávides y los Almohades.

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