Han pasado más de 800 años de la batalla de los reinos
cristianos vencedores, contra el
ejército Almohade, iniciando el fin de la dominación musulmana en la Península.
Pero unos años antes, el 18 de Julio de 1195 en Alarcos, próximo a Ciudad Real,
se desarrolla un combate entre el ejército Almohade y las tropas de Alfonso
VIII de Castilla, con una humillante derrota del rey cristiano.
CARGA DE LOS TRES REYES
ALFONSO VIII DE CASTILLA
Muhammad al-Nasir
El ejército cristiano tenía un tamaño
ciertamente respetable, pero el gran número de tropas convocadas por el califa
almohade Muhammad al-Nasir (Miramamolín para los cristianos) era mayor, unos
20.000 hombres. Son cifras calculadas por historiadores modernos, despreciando
las crónicas antiguas dado lo desmesurado de las cifras.SANCHO VII DE NAVARRA
El 16 de Julio, al alba, comenzaría
el combate con un carga por parte de las tropas cristianas. Tras una carga de
la primera línea de las tropas cristianas, capitaneadas por el vizcaíno don
Diego López de Haro, que hicieron huir a la vanguardia de voluntarios
musulmanes, los almohades, que doblaban ampliamente en número a los cristianos,
realizan la misma táctica que años antes les había dado tanta gloria. La
caballería ligera y los arqueros de la vanguardia, poco armados pero ligeros,
simulan una retirada inicial frente a la carga para contraatacar luego. En ese
momento, el ejército almohade avanzó hacia la línea de López de Haro, que
comenzaba a flaquear ante la duración del esfuerzo anterior y el hecho de que
su avance había sido en subida. Mientras, la caballería andalusí comenzó el
movimiento envolvente. Este punto crítico de la batalla sucedió al mediodía, y
se mantuvo con movimientos de ataque y contraataque a lo largo de bastante
tiempo sin que la iniciativa se decantara claramente por ninguno de los bandos.
Posiblemente, en un momento de la batalla, el avance y la maniobra envolvente
desde los flancos de las tropas almohades estuvieron a punto de decidir la
victoria.PEDRO II DE ARAGÓN
El choque fue brutal, los miles de
soldados almohades intentando descabalgar a los jinetes, que avanzaban bajo una
lluvia incesante de flechas por parte de la retaguardia musulmana. An-Nasir,
contraatacó con el groso de su ejército e intentaron rodear al ejército
cristiano gracias a su mayor número de tropas en una lucha feroz a campo
abierto, las fuerzas cristianas estaban en un punto crítico. Los cadáveres se
contaban ya por miles.Ante la desesperada situación, Alfonso VIII de Castilla avanzó cargando heroicamente con las últimas y mejores tropas de su ejército entre las que se encontraba la caballería pesada capitaneados en primera línea por Pedro II de Aragón, Sancho VII de Navarra y el mismo Alfonso VIII. Esta valentía quedaría en la historia como la carga de los tres reyes. La carga de los soberanos, independientemente de la actitud militar de riesgo total y absoluto, y envalentonar a las tropas al ver batirse a los tres reyes cristianos unidos, es indudable que pasa a la historia como un símbolo de la unidad, tanto de los territorios como de la religión contra el enemigo común. Los monarcas prosiguieron su avance imparable hacia el campamento enemigo donde se encontrarían con la guardia negra de An-Nasir, soldados de raza negra que luchaban junto a los musulmanes. Su estilo de combate se basaba en atarse con cadenas en sus rodillas, y de sus rodillas al suelo o a un poste atado a él. Así simbolizaban su intención de luchar hasta el final.
Las cadenas fueron rotas por los hombres de Sancho VII, segando las
vidas de quien atadas a ellas estaban. Es por esto por lo que se incorporó el
símbolo de las cadenas al escudo de Navarra. An-Nasir tuvo que huir de su
tienda roja a toda prisa en desbandada, junto con su ejército a los que los
caballeros cristianos en persecución durante varios kilómetros iban dando caza,
mientras se ponía el sol. Así consiguió el ejercito cristiano una victoria
decisiva que cambiaría nuestra historia hasta día de hoy. Aunque no supuso el
fin del Imperio almohade, la derrota conllevó un significativo declive de los
almohades y al desmembramiento de Al-Andalus en reinos de Taifas.
La Reconquista tomó un impulso que produjo en los siguientes cuarenta años el avance de los reinos cristianos, los cuales conquistaron casi todos los territorios del sur bajo poder musulmán.
La Reconquista tomó un impulso que produjo en los siguientes cuarenta años el avance de los reinos cristianos, los cuales conquistaron casi todos los territorios del sur bajo poder musulmán.
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