sábado, 11 de agosto de 2018
EL DESASTRE DEL 98
España había sido un poderoso Imperio, y como tal tuvo muchos enemigos, los vecinos los más peligrosos. Aprovechando las traiciones de Fernando VII, la invasión francesa, la güera contra Napoleón, las ideas de la ilustración, los liberales y la influencia de la revolución francesa y la independencia de EEUU, las emancipaciones americanas llegaron, y aunque nos duela, llegaron de mano de los hijos de los españoles nacidos en aquel continente, que prefirieron Inglaterra y EE UU antes que a España. Siendo muy condescendientes era explicable, pero no la forma, ya que en realidad aquello fue una impresionante Guerra Civil de todo un continente, del cual salieron multitud de países que no tenían ni remotamente un sentido de Estado, y salvo algún que otro que deseaba la emancipación pero contando con la corona española, el resto fue por las bravas.
Estamos en el reinado de Alfonso XIII. Tras la pérdida de la América continental nos quedan a principios del siglo XIX bajo la corona española, Cuba y Puerto Rico, las islas Filipinas y un conjunto de islotes y pequeños archipiélagos en el pacífico.
Cuba y Puerto Rico, como sabemos están situadas en cerca de EEUU. Su economía estaba basada en la agricultura de exportación del azúcar y tabaco, fundamentalmente.
Pero estaban obligadas a comprar las harinas castellanas y los textiles catalanes e impedidas de exportar azúcar a Europa. Por supuesto que no tenían capacidad de autogobierno. Para colmo de males existía la explotación esclavista en beneficio de una oligarquía muy preponderante. En Filipinas la población española era escasa. La soberanía se había mantenido gracias a una fuerza militar y a la presencia de varias órdenes religiosas.
En Cuba en 1868 se comenzó a sufrir los movimientos autonomistas. Una sublevación popular que dio comienzo a la lucha por la abolición de la esclavitud en las plantaciones azucareras y por la autonomía política. El pastel estaba servido.
Hay que saber que durante los treinta años de trata de esclavos legal en el caribe, (1790-1820) se ha podido establecer la presencia de 146 embarcaciones catalanas entradas en Cuba. En Cataluña se podían encontrar muchos grupos de presión para evitar las reformas en Cuba que pretendían acabar con la esclavitud. Estos espacios reunieron a los empresarios más importantes del momento, como Joan Güell y Ferrer
A partir del 1865 el único país europeo que tiene esclavitud es España.
Los comerciantes que volvieron ricos después de establecerse en el caribe, y otras países, se les llamó “indianos”. Eran líderes locales en la época de finales del XIX y principios del XX Gente de Galicia, Asturias, Cantabria, el País Vasco, Cataluña y Canarias, se vieron obligados en esa época a emigrar a países como Brasil, Cuba, Argentina, Uruguay, Chile Venezuela o México.
Los que lograron amasar verdaderas fortunas y decidieron volver años más tarde a sus lugares de origen, destacando el prestigiode su fortuna e incluso comprando títulos nobiliarios. Pero muchos se enriquecieron con la trata de esclavos, como el marqués de Comillas, y con negocios de ultramar y grupos de presión políticos que obstaculizaran la posibilidad de legislación abolicionista.
La esclavitud no se suprimió definitivamente en las colonias españolas hasta el 7 de octubre de 1886.
Norteamérica, después de la guerra de Secesión, había abolida la esclavitud. Y eso influyó poderosamente. Por supuesto que su fuerza hegemónica en el caribe era clara, lo que ayudaba a las ideas de desplazar a España del área.
La Guerra de los Diez Años en Cuba duró hasta 1878, y concluyó con la Paz de Zanjón, en la que el general Martínez Campos se comprometió a dar a Cuba formas de autogobierno. Surge el Partido Liberal Cubano, que representaba a sectores de la burguesía criolla.
Pero en 1892 José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, partidario de la independencia sin anestesia.
La guerra se recrudeció a partir de 1895. Desde España llega el general Weyler que no se le ocurrió otra cosa que una represión brutal y campos de concentración. No obstante esto no impidió que la lucha continuara.
Puerto Rico miraba de reojo, ya que había conseguido la abolición formal de la esclavitud en 1873, con la I República.
En Filipinas se creó la Liga Filipina creada por José Rizal. El descontento de ciertos grupos indígenas con la administración española y el excesivo poder de las órdenes religiosas fue su caldo de cultivo. Pretendía simplemente la expulsión de los españoles, de las órdenes religiosas y la confiscación de sus latifundios y así lograr la independencia. Rizal fue capturado y ejecutado pero la insurrección se mantuvo.
Los líderes independentistas de Cuba y Filipinas estaban en estrecho contacto con los norteamericanos. El gobierno de Sagasta llegó al convencimiento de que era necesario reconocer una amplia autonomía.
EEUU jugó sus cartas, y como siempre, (sigue haciéndolo) se las arregla para sentirse amenazado y justificar su ataque.
El gobierno estadounidense envió a La Habana el acorazado de segunda clase Maine. El viaje era más bien una maniobra intimidatoria y de provocación hacia España, que se mantenía firme en el rechazo de la propuesta de compra realizada por los Estados Unidos sobre Cuba y Puerto Rico. El 25 de enero de 1898, el Maine hacía su entrada en La Habana sin haber avisado previamente de su llegada, lo que era contrario a las prácticas diplomáticas tanto de la época como actuales. En correspondencia a este hecho, el gobierno español envió al crucero Vizcaya al puerto de Nueva York.
Sin embargo, a las 21:40 del 15 de febrero de 1898, una explosión ilumina el puerto de La Habana. El Maine había saltado por los aires. De los 355 tripulantes, murieron 254 hombres y 2 oficiales. El resto de la oficialidad disfrutaba, a esas horas, de un baile dado en su honor por las autoridades españolas.
Sin esperar el resultado de una investigación, la prensa sensacionalista de William Randolph Hearst publicaba al día siguiente el siguiente titular: «El barco de guerra Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo».
A fin de determinar las causas del hundimiento se crearon dos comisiones de investigación, una española y otra estadounidense
Tradicionalmente ha sido una opinión muy extendida entre los historiadores españoles el creer que la explosión fue provocada por los propios estadounidenses para utilizarla como excusa para su entrada en la guerra en una operación de bandera falsa.
España negó desde el principio que tuviera algo que ver con la explosión del Maine, pero la campaña mediática realizada desde los periódicos de William Randolph Hearst, hoy día el Grupo Hearst, convencieron a la mayoría de los estadounidenses de la culpabilidad de España.
EE.UU. acusó a España del hundimiento y declaró un ultimátum en el que se le exigía la retirada de Cuba, además de empezar a movilizar voluntarios antes de recibir respuesta. Por su parte, el gobierno español rechazó cualquier vinculación con el hundimiento del Maine y se negó a plegarse al ultimátum estadounidense, declarándole la guerra en caso de invasión de sus territorios, aunque, sin ningún aviso, Cuba ya estaba bloqueada por la flota estadounidense.
Comenzaba así la Guerra Hispano-Estadounidense, que con posterioridad se extendería a otras colonias españolas como Puerto Rico, Filipinas y Guam.
Por la Paz de París en diciembre de 1898, España no tiene otra, renuncia a Cuba, cede Filipinas, Puerto Rico y Guam. Seguía manteniendo la soberanía en tres archipiélagos del Océano Pacífico (islas Marianas, Las Carolinas y Las Palaos; Sibutú y Cagayán (no habían sido incluidas en el tratado de paz por error). Las Marianas, Las Carolinas y Las Palaos fueron vendidas a Alemania. Sibutú y Cagayán pasaron a soberanía de EEUU, mediante el pago de 100.000 dólares al gobierno español.
Murieron 50.000 soldados. Volvieron importantes capitales de inversión en aquellas zonas
que posibilitaron un saneamiento de la Hacienda.
Los intelectuales de la generación del 98 como Unamuno y Baroja, expresaron la crisis de la conciencia nacional en sus escritos. La indignación popular era fortísima.
Tanto es así que llegaron una serie de medidas de reforma y modernización de la política y la educación, llamado el Regeneracionismo.
También esto fue aprovechado por los nacionalistas periféricos y dejó con el culo al aire al régimen de la Restauración Monárquica y su capacidad para afrontar problemas de altura internacional y de autoridad interna.
viernes, 10 de agosto de 2018
FIN DEL SIGLO XIX
Alfonso XII palmó en 1885, muy joven. Dejó un futuro vástago a su esposa (la segunda) María Cristina de Habsburgo. La alternancia en el gobierno de dos partidos (conservador y liberal), no dependía del triunfo en las elecciones, sino de la decisión del rey. Su origen estuvo en la exigencia de Práxedes Mateo Sagasta de que el rey llamase a gobernar en 1881 a su partido como alternancia al de Antonio Cánovas del Castillo. Esta práctica artificial impulsada tomaba como modelo el sistema británico. Y España a lo suyo, injusticia social, alejada de la vida pública y con un nivel educacional pobre y aguantando las tensiones del ejército arrogante. La oligarquía económica también en su historia de ganar como fuera y una Iglesia católica controlando vidas, conciencias y educación. El Estado, dejaba en manos de la Iglesia una gran parte de la educación.
Cánovas del Castillo
La idea que se tenía del patriotismo era barato, muy popular en cosas de poca trascendencia, Folclore, tradiciones religiosas, toros y poco más. De forma y manera que cualquier listo de año 1, se hacía con los mandos en los pueblos o regiones. Un pueblo fácilmente manipulable por un populista de los que nunca han faltado. La prensa también era para echarle de comer aparte. Siempre partidista y propensa a hacer negocio y manipular. Algo que ya es tradición en “esta España mía esta España nuestra, ay ay!”
Pero no todo estaba pedido, había novelas que entraban en la casas y la gente leía, y la pintura se había puesto de moda, libros de la Historia Española se consultaban y todos esos esfuerzos realizados por algunos intelectuales iban a prolongarse durante la regencia de María Cristina.
Pero estábamos muy lejos de los principios de democracia y de libertad que unos ilusos y extravagantes honrados patriotas habían soñado casi cien años antes, cuando promulgaron la Constitución de Cádiz.
Seguíamos quedando trasconejados, por detrás de la Europa que había cogido el tren de la revolución Industrial, y avanzaba hacia un mundo más digno e igualitario.
No teníamos cultura y educación ni la previsión de tenerla a medio plazo.
En 1895 Sabino Arana funda el PNV, con ideas independentista y católicas.
Cataluña andaba pensando en promulgar una Constitución, cosas de Cambó.Práxedes M. Sagasta
Y después de este desastre del 98, del que ya hablaremos, vino lo que se dio en llamar el “Regeneracionismo” que nace con Joaquín Costa, llevado por la inspiración de la obra “Oligarquía y Caciquismo” de 1901 donde criticaba duramente el estado de cosas que estaba impidiendo una realización y concreción de la verdadera democracia, es decir el gobierno del pueblo, de todo el pueblo y no solo del partido que, ganador en comicios pero que no reconoce a ningún otra idea que no sea la suya, plagada de intereses y corrupción.
A finales de siglo hay un renacimiento cultural que se dio en llamar la “edad de plata”. La ciencia, la música, la literatura y la pintura alcanzan un grado de expresión extraordinarios incluso a nivel internacional. Personajes como Sorolla, Unamuno, Falla, Pérez Galdós, Ramón y Cajal, Menéndez y Pelayo, Benavente, entre otros son los responsables de este florecimiento. Algo típicamente español, cuando todo está jodido, es cuando aparecen los mejores intelectuales. Pero todos los novelistas no narran las desventuras del campesinado ni de la clase obrera. Tampoco les interesa el mundo de la política. En la música triunfa la zarzuela, género auténticamente español. Pero descolla sobre todas las artes la arquitectura. Se construyen grandes edificios públicos.
Y a todo esto llegamos al 17 de mayo de 1902, fecha en que Alfonso XIII cumple la mayoría de edad necesaria para ocupar el trono, 16 añitos. Y lo avisa ya en su discurso en el primer Consejo de Ministros, su decisión de participar en los asuntos políticos y ser protagonista de lo que las leyes le indican, incluyendo el de jefe del Ejército.
De todas formas en los primeros años de reinado se notaba la influencia que tenía su mamá sobre el joven rey.
Pero aunque las cosas marchaban no del todo mal, vino un suceso desgraciado en unos yacimientos mineros cerca de Melilla donde murieron en la revuelta (del Rif) y entre trabajadores y militares emboscados murieron mas de 150 españoles. Luego se solucionó el asunto con el envío de tropas en el verano de 1909.
Ese verano las cosas se calentaron. En Barcelona hubo una insurrección militar y anticlerical, para oponerse al envío de tropas a África, reservistas casados y con hijos la mayoría, que eran muchos catalanes. Esto se tomó como una provocación. Huelga general y la violencia se desató. Barcelona se llenó de barricadas y el pueblo, manejado por demagogos y oportunistas de líderes radicales, comenzó la quema de iglesias y conventos ante la pasividad del ejército. Se quemaron 80 edificios religiosos y murieron entre sacerdotes y civiles unas 100 personas. Se profanaron tumbas de religiosas de clausura y las pasearon por la ciudad en un espectáculo macabro. La llegada de tropas y la nula organización de los revoltosos hizo que se pudiera controlar la situación. La Semana Trágica de Barcelona había acabado. La burguesía catalana, respiró al fin.
Se iban manifestando dos tendencias claramente contrapuestas, la derecha y la izquierda, el socialismo y conservadores. Y en la izquierda el socialismo manifestaba sus reivindicaciones pacíficamente y en los anarquistas, enemigos de un orden general establecido, “Ni Dios, Ni patria Ni rey”, pensaban que la forma de ir arreglando las cosas era a base de violencia.
En los sucesos de Melilla, en el verano de 1909, murieron 150 españoles, y en Barcelona a causa del reclutamiento para esa solución militar se desencadenó la “Semana Trágica”.
De esta forma en el país el anarquismo, que quiere decir la ausencia de leyes, se transformó en sinónimo de terrorista. El auge burgués e industrial del momento estaba metiendo mucho dinero en las provincias vascas, Asturias y sobre todo en Cataluña, donde ciudades como Barcelona, Sabadell, Manresa y Tarrasa, con sus manufacturas textiles y su proximidad fronteriza con Europa, aumentaban la riqueza y por supuesto inspiraba, al igual que hoy, un sentimiento de superioridad al resto del país, no era un sentimiento separatista todavía pero si de descentralizar el estado, una federalismo.
En 1916 los militares de la península estaban jodidos en comparación a los destinado a África. Sometieron a presiones al gobierno y a la corona. Pero al menos controlaban los problemas sociales.
Y para arreglar las cosas se desata la Primera Guerra Mundial. España se declara neutral, aunque el rey era algo germanófilo ya que la reina era de origen alemán. Y el país se divide en las opciones. La izquierda, intelectuales y nacionalistas simpatizaban con los aliados y los franceses. Y los conservadores y el ejército simpatizantes con los imperialistas. Dos bandos, cultura alemana o civilización aliada.
domingo, 5 de agosto de 2018
AMADEO I Y EL DESGOBIERNO
A mediados del siglo XIX, entre a ambición de poder, los desgobiernos y la mala leche, que nos legaron ya los celtas, estaba todo organizado para que el país se fuera yendo al carajo. Las desamortizaciones, que en principio la cosa sonaba bien en realidad solo valieron para los que era de la Iglesia, pasara a manos de ricos hacendados. Se reforzó el papel de la oligarquía y para colmo las propiedades que no interesaban, monasterios, conventos y otras haciendas se olvidaban, se abandonaban y así han llegado hasta nosotros. Hechas un asco muchas de ellas.
Pero los campesinos vivían igual o peor, se crearon proletariados por causa de una mala industrialización en grandes núcleos urbanos, obreros mal pagados y hambrientos que rumiaban un justificado rencor. La reina ya sabemos lo que fue e hizo, elegante definición del papa Pio Nono: «Es puta, pero piadosa»
De todas formas, el virus del ruido de sables ya estaba allí. Los generales protagonistas empezaron a participar activamente en política, y entre ellos destacaron tres, Espartero, O'Donnell y Narváez, los de las calles de Madrid.
En 1848 la crisis económica era terrible y hubo pánico en la Bolsa de Madrid al conocerse la oleada revolucionaria de París, en marzo hubo intentos más o menos serios de revolución que fueron sofocados. La verdad que fue un fracaso. También el 7 de mayo cuando se sublevó el ejército en Madrid con ramificaciones en Sevilla, Barcelona y Valencia. Se disolvieron las Cortes, se detuvo a unos cuantos, consejos de guerra, conmutaciones y pelillos a la mar.
En cambio en 1854 hubo un pronunciamiento liberal que desencadenó una disputa entre rebeldes y leales, sin muertos y sin victorias. Pero hubo un manifiesto, lo presentó la Unión Liberal que era un grupo político nacido en la época moderada, (la regencia de María Cristina). Proponían moralidad pública, (¡já!), desaparición de las camarillas en palacio, (otra vez ¡já!), y creación de Juntas en toda España.
La reina se vio obligada a llamar al que fuera su regente, el General Esparteros, ya convertido en héroe nacional.
Por otro lado Marruecos tocaba las pelotas. Las relaciones entre Marruecos y España siempre fueron tensas. Una partida de moros atacó la guarnición de Ceuta. Y basta que nos toquen el orgullo y un par de cosas para que se despertara el sentimiento patriótico popular. España recibió el apoyo de las cancillerías de Europa, y casi es esto lo que obligó a iniciar una guerra que fue declarada en octubre de 1859. Y aquí estimado amigo lector encontramos como en Cataluña y Las Vascongadas (se llamaban así), se crearon oficinas de reclutamiento voluntario en las que se alistaron un cuantioso número de carlistas de Navarra. Ese patriotismo no se veía desde la invasión napoleónica. En Barcelona se organizó un desfile para despedir a los voluntarios, con bendición del capellán de Monserrat y toda la pesca.
La guerra de África fue algo corta, la dirigió O´Donnell, y en Castillejos el general Prim, que orientó a la toma de Tetuán como paso previo a las condiciones de negociación. Se firmó lo que se llamó el Tratado de Wad-Ras.
En otro orden de cosas en 1866 una fuerte crisis económica, con quiebras empresariales, restricción de créditos, caída de las bolsas, una desocupación laboral, malas cosechas, para colmo, y como no, la especulación y la corrupción, (¿te suena?), es decir los tres factores importantes, la economía, la política y la sociedad, crearon un escenario que produjo la desintegración del régimen isabelino.
Un pronunciamiento militar en Cádiz en septiembre de 1868 fue el detonante de la revolución llamado “La Gloriosa”, y comienza aquí el sexenio revolucionario. El apoyo popular fue inmenso. La reina que veraneaba en Lequeitio, con el ambiente calentito que se respiraba, se piró a la francesa, como Pepe Botella, es decir sin saludar, y se marchó sin renunciar a la corona y sin abdicar. Por supuesto se fue dónde van todos los desesperados, a Francia. Se negaba a abdicar, la muy burra, hasta que dos años después, en junio de 1870 firmó su abdicación.
Lo hizo en su hijo Alfonso, que tenía 13 añitos. Y en vez de guardar las composturas, nunca lo había hecho, se dedicó a criticar todo lo que se le ponía por delante y que le recordara a los políticos que le habían llevado a esa situación.
A la vez que teníamos la revolución de 1868 en Cuba se iniciaron unas insurrecciones que desencadenarían la Guerra de los Diez Años. Un poema de situación.
El gobierno provisional organizó el asunto. Las Cortes promulgaron una nueva Constitución, que establecía la monarquía como forma de gobierno y una serie de medidas de carácter liberal, pero no mucho.
Por lo que las Cortes, al abdicar la reina ninfómana, (así la llamaban), establecieron una regencia al general Serrano y éste encargó a Prim formar gobierno. Su tarea era encontrar un príncipe adecuado para la corona de España y lo encontró en la persona de Amadeo de Saboya, que sería elegido rey en el mes de noviembre de 1870. Solo puede pasar en España que sea elegido un rey por votación en un parlamento. Pero así fue. Y como siempre hasta en eso España es diferente, y el rey no tuvo apoyos de casi nadie, ni de la derecha ni de la izquierda ni de su padre. Bueno de éste sí, porque era el padre, políticamente hablando, era Prim, un héroe catalán de la guerra de África, que fue asesinado en Madrid al mes siguiente, y con él desaparecía el principal apoyo del rey.
Amadeo tuvo serias dificultades debido a la inestabilidad política española. Hubo seis ministerios en dos años que duró su reinado, e intentaron asesinarle el 19 de julio de 1872. El pobre rey enloquecía ante las complicaciones de la política española. «Ah, per Bacco, non capisco niente!», solía exclamar. En realidad Amadeo era un tio majo, liberal. . Pero claro. En la España de envidia y mala leche de toda la vida, eso no podía funcionar nunca. Y encima, a Prim, que lo trajo, se lo habían cargado de un trabucazo antes de que el rey tomara posesión. Así que, hasta las pelotas de nosotros, Amadeo hizo las maletas y nos mandó a tomar por saco. Dejando, en su abdicación, un exacto diagnóstico del paisaje: «Si al menos fueran extranjeros los enemigos de España, todavía. Pero no. Todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la Nación son españoles». Terminó hasta los pelos. Se marchó convencido de que los enemigos de España, eran los propios españoles. No estaba descaminado el hombre. Corto espacio estuvo en el trono. Tragedia de un hombre que fue llamado para ser rey de un país en el que ninguno de sus súbditos quiso concederle la menor oportunidad.
El mismo día en que abdicó Amadeo I, el 11 de febrero de 1873, reunidos en la Asamblea Nacional, a pesar que la reunión no era constitucional, se declaró que la República era la forma de gobierno a partir de ese momento.
La I República marcó, en su corta duración, la culminación de proceso revolucionario iniciado en 1868.
miércoles, 1 de agosto de 2018
MEJORAS REALIZADAS EN EL SIGLO XIX
La división definitiva de España en provincias se hizo, después de varios intentos en 1833 cuando los liberales estaban asentados en el poder. Se crearon 49 provincias al frente de las cuales se puso lo que actualmente son los Delegados del Gobierno. Paralelamente con la uniformidad administrativa y social surgieron los nacionalismos radicales y separatistas. Las Guerras Carlistas se convirtieron en defensa de los fueron tradicionales de Navarra y el País Vasco.
Se promulgaron el Código Civil, el Código de Comercio y el Código Penal, que garantizaban que en todo el territorio nacional se aplicaran las mismas leyes para todos, por encima de las leyes tradicionales.
La Hacienda Pública estaba en bancarrota, ya desde la época de después de Trafalgar, y la Guerra vino a empeorar la situación. Lo que llevó con el tiempo a la Desamortización de Mendizábal que abordó la desamortización eclesiástica en 1836 lo que significó un gran aumento en los recursos de la Hacienda, por la venta de los bienes de la Iglesia.
Existía desde Carlos III el Banco de San Carlos, que aunque era privado se creó para conceder préstamos a la corona. Funcionó hasta 1820 en que se creó el Banco de San Fernando, que emitía billetes solo con valor en Madrid.
Banco Nacional de España
Pero no solo se fundó ese banco sino también el de Barcelona, Bilbao, Santander, Málaga, etc. todos tenían la capacidad de emitir billetes en su provincia.
La segunda mitad del siglo XIX experimenta una lenta pero continuada recuperación. Siempre subordinada a la deuda ocasionada por las pérdidas de las colonias, la invasión francesa y las guerras carlistas. Una característica general del siglo es la baja productividad agrícola española. La población activa estaba en su mayoría dedicada al sector. La mayoría era de cultivo extensivo del cereal y constituía un modelo atrasado.
La industria llegó a España de la mano de instituciones públicas y de capital extranjero. La burguesía nacional seguía anclada al pasado y no se sumó a la industria. Cataluña apostó por la industria textil algodonera ya que desde hacía tiempo contaba con telares mecánicos. Aunque el éxito industrial catalán fue importante, si lo comparamos con el francés o el inglés se ve la debilidad de la base industrial.
Con la industrialización vino el incremento de la población y la emigración de las zonas agrarias a la ciudad. Esto hizo ampliar las ciudades que todavía seguían oprimidas por sus murallas. Madrid, Barcelona y Bilbao servían de ejemplo a otras ciudades. Se prefirió el ensanche de las ciudades, con sus grandes expropiaciones y derribos antes que añadir barrios que oprimirían aún más la ciudad.
Evidentemente junto con la aparición de la industria al poco tiempo se inician los movimientos obreros. En 1855 aparece en Barcelona la primera huelga general en España. Le seguirán ocupaciones de fincas en Andalucía, se propaga el ideario anarquista que entró en contacto con las asociaciones obreras y círculos republicanos. Todo esto se incrementa con las crisis de 1851 al 1854 y después con la revolución de 1868.
El carbón y la máquina de vapor liberaron la industria de la dependencia de la ubicación de las fuentes de energía. El ferrocarril y el barco se hicieron imprescindibles. Pero fue ya en el siglo XX, en que se comenzó a emplearse la electricidad cuando se consigue el verdadero desarrollo de la movilidad industrial.
Primer Depósito del Canal de Isabel II
Fuente del primer depósito del Canal de Isabel II
El abastecimiento de agua en Madrid siempre fue un problema desde que la corte se instaló en la ciudad. Se realizaba, durante siglos, por medio de pozos y fuentes, que ya resultaban insuficientes. Proyectar un canal de agua para el abastecimiento parecía una fantasía. Pero se iniciaron las obras en agosto de 1851 y se inauguraron siete años después. Se llamó, como hoy en día Canal de Isabel II.
También llegó el telégrafo siendo en en 1857 cuando se disponía de una red básica a nivel nacional. La primera prueba del teléfono fue realizada en Mataró en 1877. La construcción de edificios siempre contó con la dificultad económica, inestabilidad política y voluntad partidaria de los gobiernos de turno. No obstante son de esta época el Congreso de los Diputados, de 1850. La Biblioteca Nacional obtuvo de las desamortizaciones unos 70.000 libros y esto hizo que la Biblioteca Pública del Palacio dejara ser propiedad de la corona y en 1896 se pudo inaugurar la actual biblioteca. El Teatro Real en cambio, fue promovido por la reina Isabel II. Se pudo inaugurar en 1850. El comercio dejó de ser local, para convertirse en nacional y exterior. Se importaban bienes de equipo y se exportaban alimentos. Se desarrolló la prensa de masas, con páginas de publicidad y artículos documentados.
Hasta mediados del siglo el Estado controlaba la formación y lo planes de estudio de las universidades, convirtiendo así en instituciones cerradas sin apenas contacto con la sociedad y de bajo nivel científico. Hacia finales del siglo las críticas destacaron por parte de intelectuales de la época como Giner de los Ríos, Unamuno, etc.
La tradicional moral de la Iglesia influía negativamente en el desarrollo de las ciencias como el darwinismo, la antropología, el positivismo, etc. la creación de la institución Libre de Enseñanza en la década de 1870, aunque limitada a las ciencias naturales, realizó no obstante algo de recuperación.
Hubieron en el país cuatro epidemias de cólera, la última en 1885. el hambre estuvo presente en casi todo el siglo, con una mortalidad alta, infantil y en adultos.
Acueducto de Amaniel - Madrid
Pero es de este siglo el nacimiento del Romanticismo. Una reacción frente a la tradición establecida. Los artistas románticos buscaron una huida de la realidad que les rodeaba dando rienda suelta a un ideal sublime.
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