Su nombre se debe a los árabes, que lo llamaron “Al Qasar”,
que significa “fortaleza”
Las investigaciones aseguran que en la época romana, en el
siglo III fue un palacio romano donde, tras la reconquista de la ciudad,
establecieron el pretorio, sede del magistrado o pretor, era un recinto
amurallado que partía desde una construcción de carácter defensivo, situado en
la zona más alta de Toledo y seguía en línea recta hacia Zocodover y el
Miradero, para unirse de nuevo a él a través del Puente de Alcántara.
A partir de entonces se utilizaron las inmediaciones para
“residencias regias” que se completaron con la construcción de las iglesias
“pretorienses”, llamadas así por su proximidad al pretorio, como la de Santa
Leocadia. Se cree que en esta iglesia están enterrados, flanqueando la tumba de
la santa, los reyes Wamba y Recesvinto.
Su posición estratégica ha favorecido la ocupación humana durante milenios, existiendo vestigios de una fortaleza construida durante el período de dominación romana.
Su posición estratégica ha favorecido la ocupación humana durante milenios, existiendo vestigios de una fortaleza construida durante el período de dominación romana.
Las posteriores culturas establecieron aquí la residencia de
sus dirigentes, es el caso de los visigodos y los musulmanes. En época
visigoda, el rey Leovigildo (573-586 d.C.) estableció en Toledo su capitalidad
y a partir de entonces se utilizaron las inmediaciones del Alcázar como
residencias regias. Después, en época musulmana, se convirtió en una fortaleza
árabe, residencia del cadí, mandada construir por Abderramán III en 932
d.C
Los visigodos aprovecharon esta zona y los musulmanes (711-1085) dotaron de singular importancia este espacio creando en esta zona el denominado “Alfizén” (Al-Hizan) Las últimas investigaciones arqueológicas realizadas en esta zona, con motivo de su adaptación a Museo del Ejército, arrojan nuevos datos sobre este período, con notables estructuras recuperadas.
Los visigodos aprovecharon esta zona y los musulmanes (711-1085) dotaron de singular importancia este espacio creando en esta zona el denominado “Alfizén” (Al-Hizan) Las últimas investigaciones arqueológicas realizadas en esta zona, con motivo de su adaptación a Museo del Ejército, arrojan nuevos datos sobre este período, con notables estructuras recuperadas.
Reconquistado Toledo por Alfonso VI, recupera el espacio del
Alfizén musulmán dotándole de nuevas funciones y dependencias palaciegas. Los
Reyes Católicos se alojan en Toledo en numerosas ocasiones, el Alcázar es más
un palacio para la monarquía que un emplazamiento militar. Aun así, nunca
perderá su importancia estratégica, y durante la Guerra de las Comunidades
(1520-23), el Alcázar vuelve a ser objeto de disputa, siendo controlado en
primer lugar por las fuerzas de Carlos I y posteriormente por los comuneros. El
monarca propone un nuevo impulso para el degradado edificio y convoca para su
construcción a algunos de los mejores arquitectos de la época y con Felipe II,
Juan de Herrera construye la magnífica fachada sur. Cuando decide en 1561
trasladar la corte a Madrid, el Alcázar pierde su función palaciega y comienza
una etapa de abandono y decadencia. Durante esta etapa será cárcel, cuartel de
caballería, residencia para la madre y para la viuda de Carlos II.
No volverá su función militar hasta la guerra de Sucesión, en el siglo XVIII, siendo convertido de nuevo en cuartel por el archiduque Carlos de Habsburgo. A consecuencia de esta función militar, sufre hacia 1710 un violento incendio, que no sería el único ya que en el siglo siguiente se repetiría, durante la ocupación francesa (1810).
Actualmente es un edificio representativo de la arquitectura renacentista española. Situado a 548 metros sobre el río Tajo, el Alcázar de Toledo domina el horizonte y las vistas panorámicas de la ciudad, además de ser uno de sus monumentos más importantes y visitados. Es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad. Su privilegiada situación ha hecho de él un lugar de gran valor estratégico militar y así lo intuyeron los diversos pueblos que se asentaron en él.
Hacia 1875 será sede de la Academia de Infantería hasta la Guerra Civil (1936-1939) fue que utilizado como punto de resistencia de la Guardia Civil y resultó prácticamente destruido por las tropas republicanas y los milicianos. Un asedio desde el 21 de julio al 27 de septiembre de 1936. Fue liberado ese día por las tropas nacionales. El franquismo sacó provecho con la publicidad del heroísmo de sus tropas.
En 1961 se finalizan las obras de reconstrucción y se reabre
con un pequeño museo dedicado al “Asedio” y algunas funciones militares.
Durante el actual período Democrático (1998), se adecua parte del edificio para alojar la “Biblioteca de Castilla-La Mancha”, hoy en pleno funcionamiento. A partir de entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha inicia las gestiones en colaboración con el Central para alojar en las dependencias vacías del Alcázar el actual “Museo del Ejército”, abriendo sus puertas en el verano de 2010. En el interior se ubica hoy en día la exposición permanente distribuida entre 13 salas temáticas y 8 salas históricas ordenas cronológicamente.
Durante el actual período Democrático (1998), se adecua parte del edificio para alojar la “Biblioteca de Castilla-La Mancha”, hoy en pleno funcionamiento. A partir de entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha inicia las gestiones en colaboración con el Central para alojar en las dependencias vacías del Alcázar el actual “Museo del Ejército”, abriendo sus puertas en el verano de 2010. En el interior se ubica hoy en día la exposición permanente distribuida entre 13 salas temáticas y 8 salas históricas ordenas cronológicamente.







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