domingo, 17 de mayo de 2020

LOS TERCIOS Y EL CAMINO ESPAÑOL

Los Tercios estaban formados no solo por soldados españoles, sino también reclutados en diversas partes de Europa (alemanes, italianos, valones, borgoñones, flamencos, ingleses, irlandeses...). Los españoles, aunque solo representaban entre un 30 y un 50% del total de los efectivos, estaban considerados el núcleo combatiente selecto que daba solidez al conjunto y aportaba la gran mayoría de los mandos. Ellos constituían la fuerza esencial que hacía del tercio el soporte seguro y siempre fiel de los intereses hispanos. Son famosos por su extrema valentía y arrojo, una fe inquebrantable y preferir morir antes que rendirse. Pero para llegar al centro de Europa, donde se disputaban las batallas en cuestión, era necesario un camino seguro. El llamado “Camino Español” fue ideado en 1563 por el cardenal Granvela cuando Felipe II todavía pensaba visitar los Países Bajos. Ofrecía la ventaja de que se extendía por territorios propio o aliados. Fue utilizada la primera vez en 1567 por el duque de Alba para convertirse en el nuevo gobernador de los Países Bajos, y el último ejército que recorrió el Camino Español original lo hizo en 1620. La geografía del camino era un serio problema, pero no el único. También había que prever cómo alimentar y alojar cada día a un cuerpo de varios miles de hombres. En un primer momento esto se resolvió mediante el establecimiento de almacenes en los principales puntos de concentración de tropas, pero asumir un coste permanente para un viaje que se realizaba una vez al año como mucho era económicamente inviable, y aun así era obligado recurrir a menudo a la requisa por la fuerza de comida y otros recursos en las poblaciones de paso, forzando a los habitantes a alojar a la tropa, un procedimiento común en las guerras europeas del momento que si no acarreaba altercados, dejaba arrasados territorios propios o de los aliados. En 1551, se creó en Saboya el llamado sistema de etapas. En aquellos mercados locales por donde se preveía que iban a confluir las tropas en un momento dado, se contrataba el suministro de alimentos con antelación. Así, cuando llegaban los soldados, la comida y el alojamiento ya estaban preparados. Luego todo desaparecía cuando los soldados se iban y el mercado seguía funcionando. Esto no solo evitaba empobrecer la región, sino que la enriquecía, y además mejoraba el mantenimiento de los ejércitos.
Para la década de 1620 el estallido de la Guerra de los Treinta Años pondría a prueba la estabilidad del corredor militar. Francia se había dedicado a envenenar las relaciones entre España y los cantones suizos logrando interrumpir el flujo de soldados en repetidas ocasiones. Se daba en esta zona un inoportuno choque de intereses, ya no es solo que amenazar el Camino Español fuese una estrategia más para debilitar el poder de los Habsburgo, es que Francia misma tenía su propio Camino Francés que atravesaba el sur de Alemania. Los tercios de españoles e italianos encontraron otra forma de llegar hasta Flandes, nada menos que a través del canal de la Mancha. La nueva paz con Inglaterra garantizaba la seguridad de los navíos españoles que circulasen por el Mar del Norte. Pero los holandeses no tenían razones para mostrarse tan amigables. En 1.639 tiene lugar la batalla de las Dunas, en la que una flota comercial inglesa que transportaba tropas españolas se encontró de lleno con los buques de guerra del almirante holandés Troomp. Los marinos ingleses se negaron a combatir contra quienes en definitiva eran aliados suyos, resultando en la captura de un millar de españoles. La ficticia seguridad que el canal de la Mancha ofrecía quedaba ahora en evidencia y España hubo de limitarse a reclutar a su soldadesca en tierra hasta el colapso final en 1.648. Unos años antes, Francia que había entrado en la Guerra de los 30 años de parte de los protestantes, aun siendo un país católico, porque veía el poder del Sacro Imperio y el de España. En 1635 declaró la Guerra a España y la situación de Cataluña era clave dado su posición fronteriza. Dejando a un lado las batallas habidas, recordamos que quiso invadir España por Navarra, y Francia fue derrotada en Fuenterrabía. Los catalanes no quisieron acudir a esa asedio francés. Después de su derrota, casi habían cortado el camino a Flandes, que usaban los Tercios para abastecerse. De ahí viene lo difícil que es poner una pica en Flandes. Se pensó abrir un segundo frente en los Pirineos, que permitiría un rápido abastecimiento a las tropas. Este frente se abriría en Cataluña, lo que posibilitaría una aportación del Principado. La presencia del ejército no era agradable para las poblaciones fronterizas. El pueblo despreciaba al ejército, los nobles no querían aportar y la situación económica que era grave, influía negativamente para que Cataluña, al igual que el resto de España, entrara en guerra. Los ecos de la protesta llegaron a Barcelona y en mayo de 1640, campesinos gerundenses atacaron a los tercios que acogían. A finales de ese mismo mes, los campesinos llegaban a Barcelona, y a ellos se unieron los segadores en junio que se dirigían a su manifestación. En Cataluña, “El Corpus de Sangre” fue una rebelión en Barcelona, del 7 de junio de 1640 por un numeroso grupo de segadores, con la connivencia de una buena parte de la población local. Un pequeño incidente entre un grupo de segadores y algunos soldados castellanos, en el cual un segador quedó malherido, precipitó la revuelta. Pero esto es otra historia. El campo de batalla entre Francia y España que era Cataluña, los catalanes querían evitar al comienzo de la guerra y por no querer costear algo su defensa en favor de España, ahora lo hacían en favor de Francia, para colmo cediendo parcialmente su administración a un extranjero. Francia además quería atacar Aragón y Valencia. Un llamamiento general de Olivares y de Felipe IV en 1643 a todos los estamentos para la formación de un ejército de unidad, grande pero irregular, acabó en derrota en el intento de la toma de Lérida, incrementada en su repliegue anárquico hacia Zaragoza. Este fue el punto final de la carrera del duque de Olivares. El fracaso de su política centralista en un conglomerado de regiones poco dispuestas a ceder autonomía. Olivares se retiró y murió dos años después abatido e ignorado por todos. Para colmo todavía pudo ver como los mejores Tercios que le quedaban a España, el 19 de Mayo de 1643, eran derrotados los Tercios en Rocroi , de lo que tanto se ha hablado. Pero la derrota no fue tan abrumadora como la propaganda francesa ha hecho creer, ya que los tercios recuperaron Rocroi y siguieron combatiendo en Flandes durante la segunda mitad del siglo XVII. Sin embargo seis meses después el 25 de Noviembre del mismo año 1643 los franceses fueron derrotados y tuvieron su propio Rocroi en Tuttlingen, batalla de la que nadie habla. Además un año antes de esta batalla, el 26 de mayo de 1642, prácticamente las mismas tropas que se enviaron a Rocroi habían derrotado al ejército francés en la Batalla de Honnecourt, de la que tampoco se habla.Y tampoco se habla de la casi desaparición del Camino de los Tercios Españoles, y el porqué de su desaparición, que era por el que se abastecía a los Tercios, que es la consecuencia de varios problemas de logística y desabastecimiento.
“No se puede dudar, escribía el cardenal Richelieu a Luis XIII, de que los españoles aspiran al dominio universal, y que los únicos obstáculos que hasta el presente han encontrado son la distancia entre sus dominios y su escasez de hombres”. Según el historiador británico Geoffrey Parker, la ruina de España y de sus tercios radicó en no saber adaptarse a los cambios sociales, políticos y religiosos que se estaban produciendo en Europa. Una rigidez que para muchos explica el hundimiento de la política de los Austrias. La idea de un imperio multinacional y católico dejó paso a la fragmentación nacional y religiosa que todavía perdura en Europa. Al factor demográfico, con la despoblación de gran parte de España, se añade la menguante economía y la escasez de dinero. El tercio era una tropa profesional muy cara. Otro factor del declive militar español viene dado por la deficiente organización administrativa, política y fiscal de los diferentes reinos y territorios que componían la monarquía hispana. Falló la excesiva descentralización, contraria a la tendencia general unificadora, tanto en política como en recursos, de las potencias europeas del momento. En última instancia, la derrota militar de España y sus tercios es consecuencia del fracaso político y el deterioro del Estado. Los tercios, como la maquinaria imperial, se van oxidando hasta que, a partir de la guerra de Sucesión, con la llegada al trono español de los Borbones, se produce la reorganización de las fuerzas terrestres. Serán sustituidos por regimientos al mando de coroneles, según los modelos francés y alemán. Felipe V no mostró ninguna querencia por ellos, los cortesanos y militares a su servicio la tuvieron aún menos, buscando un sitio en el nuevo orden que nacía. Por tanto, es fácil entender que en un abrir y cerrar de ojos los servicios prestados por los Tercios a la Casa de Austria , criticada sin cesar por la nueva dinastía y sus partidarios para legitimar con mayor vehemencia su instauración en el trono de la Monarquía, cayeran en el más terrible de los castigos de la Historia, el olvido. En definitiva, la complejidad del gran reto político y militar que fue mantener abierto el Camino Español bien pudo ser el origen del dicho castellano «poner una pica en Flandes», es decir, conseguir algo extremadamente difícil.

viernes, 8 de mayo de 2020

MUJERES DE LA GENERACIÓN DEL 27

Coincidieron con una generación de grandes poetas y escritores y también con una época de cambios revolucionarios. El reconocimiento no fue por igual, pero no es cuestión de buscar culpables, la época en que vivieron era la que era. Ellas tienen el mérito de que siendo mujeres supieron abrirse paso y haber roto moldes en una época muy difícil Solo una pequeña semblanza de estas personalidades. Maruja Mallo, Marga Gil-Roësset, María Zambrano, María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín, Concha Méndez, Zenobia Camprubí, Cristina de Arteaga, Margarita Manso.
MARÍA ZAMBRANO ALARCÓN, Málaga, 22 de abril de 1904, murió en Madrid, en febrero de 1991. Filósofa y ensayista fue discípula de Xavier Zubiri y colega de José Ortega y Gasset. Su extensa obra, entre el compromiso cívico y el pensamiento poético, no fue reconocida en España hasta el último cuarto del siglo XX, tras un largo exilio. Recibió los galardones literarios, el Premio Príncipe de Asturias en 1981, y el Premio Cervantes en 1988.
CONCHA MÉNDEZ nació en Madrid en 1898. Amiga de Luis Buñuel, de García Lorca y Rafael Alberti, frecuentó reuniones, lecturas poéticas y exposiciones con la joven generación artística de los años treinta. En 1926 publicó su primer libro, "Inquietudes". En 1932 se casa con el también poeta Manuel Altolaguirre, en cuyos proyectos intervendría.
MARÍA TERESA LEÓN fue compañera y amiga durante más de cuarenta años del poeta Rafael Alberti. Ella fue una gran escritora, novelista, ensayista, dramaturga y traductora. Escribió libros tan emotivos como su libro de memorias, Memoria de la melancolía.
ERNESTINA DE CHAMPOURCÍN fue la mujer de otro poeta Juan José Domenchina secretario durante la guerra de Manuel Azaña. Gerardo Diego sufrió presiones para no incluirla en la obra antológica “Poesía española contemporánea”. Pero él la incluyó como miembro de su propia generación
ZENOBIA CAMPRUBÍ AYMAR una catalana que se casó con , que no es un poeta considerado de la generación del 27, sí tuvo mucha influencia en esa generación en sus inicios. Ella se convirtió desde el primer momento y hasta su fallecimiento, 40 años más tarde, en compañera inseparable y decisiva colaboradora del poeta. Ya de joven escribía cuentos en castellano y en inglés, y a desarrollar sus dotes literarias. Interesada por la obra del poeta y pensador indio Rabindranath Tagore, lo traduce al castellano partiendo de las prosificaciones en inglés que de su obra hiciera el propio Tagore.
ROSA CHACEL nació el 3 de junio de 1898 en Valladolid. En 1915 se matricula en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando para estudiar escultura, materia que abandona en 1918. Comienza a frecuentar el café Granja del Henar y el Ateneo, donde dará su primera conferencia polémica sobre "La mujer y sus posibilidades". En abril de 1921 se casa con el pintor Timoteo Pérez Rubio. En 1922 se trasladan a vivir a Italia. En 1930 publica su primera novela, Estación. Ida y vuelta. Tres años después viaja a Berlín por seis meses. En estos años formativos recibe la influencia de Proust y del Joyce de Retrato de un artista adolescente, pero también de Freud y Nietzsche. Entra en el círculo de Ortega y Gasset. Publica en la Revista de Occidente dos relatos, y también en La Gaceta Literaria. Con la llegada de la Guerra Civil Pérez Rubio se alista y Chacel firma el Manifiesto de los intelectuales antifascistas. En febrero de 1937 se trasladan a París hasta que en marzo 1939 se mudan a Sudamérica a vivir entre Río de Janeiro y Buenos Aires.
CRISTINA DE ARTEAGA era hija del XVII Duque del Infantado, Joaquín de Arteaga y Echagüe Silva y Méndez de Vigo Nació en Zarauz, Guipúzcoa, en septiembre de 1902. A los 24 años era doctora en Ciencias Históricas. Escribió poesías, libros y artículos de temas históricos y religiosos. Entró en el Monasterio de la Concepción Jerónima de Madrid en 1934, donde profesó en 1936. Fue una gran historiadora y entre otras obras escribió la biografía de su familia “La Casa del Infantado" así como "Una mitra sobre dos mundos" la del Venerable Don Juan de Palafox y Mendoza. La obra ocupó toda la vida de Sor Cristina de la Cruz Orteaga: desde los 15 años, en que descubrió en su propia casa los legajos inéditos del archivo personal del Venerable, lejano pariente suyo; a la tesis doctoral de 1925, premio extraordinario de la Universidad Central de Madrid.
MARUJA MALLO gallega de nacimiento nació en 1902 y murió en 1995. Fue una pintura surrealista muy comprometida con la República. Considerada de vanguardia interior española. En la década de los 20 trabaja para varias publicaciones como La Gaceta Literaria, El Almanaque Literario o la Revista de Occidente y realiza portadas de varios libros. Frecuenta a Ortega y Gasset. Colaboró con Alberti, conoció a Miguel Hernández. Colaboró intensamente con Alberti hasta 1931, quedando constancia de este trabajo conjunto los decorados del drama "Santa Casilda" Al estallar el conflicto bélico del 36, Maruja Mallo huye a Portugal, donde la recibe Gabriela Mistral, quien en aquel momento era embajadora de Chile en Portugal. Gabriela Mistral, le ayudó a trasladarse a Buenos Aires, recibiendo una invitación de la Asociación de Amigos del Arte, a dar una serie de conferencias sobre la temática popular en la plástica española, "Proceso histórico de la forma en las artes plásticas", en Montevideo y luego en Buenos Aires, iniciando así su exilio en Argentina que desde 1937, duraría 25 años. Allí siguió pintando, dando clases y cultivando amistades, entre ellas, Pablo Neruda.
MARGARITA GIL ROËSSET Nació en Madrid en 1908 y murió en 1932 Fue escultora, ilustradora, poetisa española, fue una niña prodigio. A los siete años ya mostraba una extraordinaria capacidad para el dibujo. Gracias a su escultura, Marga Gil, quien se instruyó por sus propios medios, fue aceptada en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de 1930 y de 1932. Su mejor escultura fue el busto de la esposa de Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí. En el ámbito de la ilustración, combinaba modernismo y simbolismo e ilustraba los cuentos que escribió Consuelo Gil Roësset de Franco, su hermana. Es probablemente uno de los ejemplos más duros y singulares del expresionismo español. Margarita era admiradora de Zenobia Camprubí, conocida por ser traductora del poeta bengalí Rabindranath Tagore y esposa de Juan Ramón Jiménez. En 1932, en un recital de ópera Margarita y el matrimonio fueron presentados. La escultora quedó enamorada de él. Marga decidió de inmediato hacer un busto de Zenobia. Como era imposible el amor con un hombre casado y Margarita era muy religiosa, decidió suicidarse.
MARGARITA MANSO Después de morir su padres cuando aún ella era muy joven, su familia se instaló poco después en Madrid. Acudió a la Academia San Fernando, donde Julio Romero de Torres fue su profesor más destacado. En dicho recinto educativo la pintora hizo enorme amistad con Maruja Mallo y Alfonso Ponce León (con quien se casó en 1933), sirviendo de fuente inspiradora constante en sus pinturas destacadas. Quedó así conformada la Generación del 27. El relato de la visita del grupo de amigos al monasterio de Santo Domingo de Silos es muy famoso: como el ingreso era exclusivo para hombres, Maruja Mallo y Margarita Manso decidieron disfrazarse de hombres y así pudieron visitar el cenobio. “Las Sin Sombrero”. Este ensayo “surrealista” lo ejecutaron Dalí, García Lorca, Manso y Mallo como forma de plantarse ante ciertas normas absurdas. En esa época era impensable acudir a espacios públicos con la cabeza descubierta, pero eso fue exactamente lo ocurrido en La Puerta del Sol de Madrid a principios de 1920. El sangriento conflicto armado desatado en el año 1933 significó la desaparición pública de las obras de Margarita Manso. En diciembre de ese mismo año se casó con Alfonso Ponce de León, quien era un falangista militante. Este fue secuestrado en la puerta de su domicilio por los franquistas. Durante el año 1936, la dictadura le quitó todo a Margarita Manso. Su esposo apareció muerto en una cuneta el 9 de octubre. La musa de la Generación del 27 comenzó a desaparecer. A tal punto, que sus hijos desconocieron las vivencias de su madre adolescente.

jueves, 2 de abril de 2020

GUERRAS CARLISTAS

Fernando VII instauró la Pragmática Sanción, que volvía a establecer el sistema de sucesión tradicional de Alfonso X de Castilla, por el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones. Es decir, que podía reinar su hija Isabel, (como si lo hizo), en lugar de su hermano de él, Carlos María Isidro de Borbón. Y de esa forma surgió el Carlismo, Y a la muerte del rey en septiembre de 1833, Carlos emitió el Manifiesto de Abrantes, en el que declaraba su ascensión al trono con el nombre de Carlos V. El general Santos Ladrón de Cegama proclamó a Carlos como rey de España en La Rioja), y se da como comenzada la Primera Guerra Carlista. Carlos María Isidro de Borbón e Isabel II de Borbón
La nobleza se adhirió al bando isabelino en su mayoría y también la mayor parte del estamento militar. Los apoyos al movimiento carlista provenían de las clases populares y muy especialmente de los campesinos. Con todas las limitaciones que se quiera pero el carlismo se extendió por las regiones del interior de las regiones vasco-navarras, por el Maestrazgo y por la montaña catalana, la serranía de Ronda y la de Córdoba. Se daba una curiosa paradoja: el pretendiente don Carlos, que era muy meapilas pretendía imponer en España un régimen absolutista y centralista, y era apoyado sobre todo por navarros, vascos y catalanes, es decir precisamente donde el celo por los privilegios forales y la autonomía política y económica era más fuerte. El campo solía ser de ellos; pero las ciudades, permanecieron fieles a la jovencita Isabel II y al liberalismo. Al futuro, dentro de lo que cabe, o lo que parecía iba a serlo. Don Carlos, que necesitaba una ciudad para capital de lo suyo, estaba obsesionado con tomar Bilbao; pero la ciudad resistió y Zumalacárregui murió durante el asedio, convirtiéndose en héroe difunto por excelencia. En cuanto al otro héroe, Cabrera, lo apodaban el tigre del Maestrazgo, era una verdadera mala bestia. Y cuando los gubernamentales fusilaron a su madre, él mandó fusilar a las mujeres de varios oficiales enemigos. Ése era el tono general del asunto, tan español La Primera Guerra Carlista se desarrolló en tres fases muy diferentes. La primer se prolongó hasta julio de 1835. Aparecieron partidas ordenadas por oficiales del ejército que habían servido en el cuerpo de voluntarios realistas durante la Época Ominosa. Este alzamiento fue sofocado por tropas leales al gobierno de Madrid. Recreación de la guerra carlista en Abárzuza (Navarra).
La segunda fase de la guerra duró hasta septiembre de 1837 y se caracterizó por un cierto dominio de los carlistas. El ejército de la regente María Cristina no estaba bien pertrechado y también tenían problemas de Hacienda. Poco apoyo extranjero y un plan ineficaz de contención en la zona vasco-navarra. Carlos llegó hasta Arganda, no entrando inexplicablemente en Madrid que estaba prácticamente desguarnecido. La guerra civil, como todas, se desarrollaba con ferocidad y crueldad. Los humildes párrocos broncos sin el menor complejo se echaban al monte con boina roja, animaban a fusilar liberales y se pasaban por el arco las mansas exhortaciones pastorales de sus obispos. El caso es que la sublevación carlista, léase, campo contra ciudad, fueros contra centralismo, tradición frente a modernidad. Esto acabaría siendo un desparrame sanguinario donde las dos Españas, unidas en la vieja España de toda la vida, la de la violencia, la delación, el odio y la represalia infame, estallaron y ajustaron cuentas, fusilándose incluso a madres, esposas e hijos de los militares enemigos. Lo expresaba muy bien Galdós en uno de sus Episodios Nacionales, “La pobre y asendereada España continuaría su desabrida historia dedicándose a cambiar de pescuezo, en los diferentes perros, los mismos dorados collares”. La tercera fase de la contienda finalizó en julio de 1840 y fue de clara hegemonía gubernamental al terminar la reorganización del ejército que llegó a la cifra de cien mil hombres y también aprovechando la división del carlismo en dos facciones, el partido navarro, exaltado y el castellano, moderados. Inglaterra se ofreció como mediadora para la firma de un acuerdo o armisticio. Los comisionados británicos consiguieron el Convenio de Vergara. Así la guerra terminó con “El abrazo de Vergara” entre los generales Espartero y el carlista Maroto, en agosto de 1939. “Soldados nunca humillados ni vencidos depusieron sus temibles armas ante las aras de la patria; cual tributo de paz olvidaron sus rencores y el abrazo de fraternidad sublimó tan heroica acción, tan español proceder” escribió Maroto. La Segunda Guerra Carlista se originó al nombrar a Isabel como futura reina de España. Iniciada en 1846 fue provocada por no llevarse a cabo el matrimonio entre la reina y Carlos Luis de Borbón, hijo de Carlos (autoproclamado Carlos V) y por lo tanto se denominaría Carlos VI en la genealogía carlista. No está claro si fue realmente una guerra civil o una simple lucha de guerrillas de escasa trascendencia. Los hechos se circunscribieron casi exclusivamente a Cataluña con pequeños levantamientos armados. La esperada llegada de Carlos VI a España desde su exilio en Londres nunca se produjo, lo que provocaría la disolución en 1849 de los últimos reductos sublevados. Y el intento carlista por entronizar a su pretendiente, en esta ocasión Carlos VII, sobrino del anterior se produjo en 1872 y se enfrentaría hasta 1876ª tres regímenes, a saber; el efímero reinado de Amadeo I de Saboya, que fue la causa que desencadenó el conflicto, la también efímera Primera República y por último el reinado de Alfonso XIII. Carlo VII abanderó la contienda desde su partido Comunión Católico-Monárquica de raíces absolutistas con un ejército que se autoproclamaba el “ejército de Dios, del Trono de la Propiedad y de la Familia”. La lucha se centró de nuevo en Cataluña y también el País Vasco y Navarra, donde resultaron un estrepitoso fracaso como el intento de tomar Bilbao. El general Martínez Campos erradicó el carlismo de Cataluña y en Pamplona donde entró Alfonso XII en 1876 provocando la retirada de Carlos VII.

viernes, 27 de marzo de 2020

REGENCIA DE MARIA CRISTINA - ISABEL II-

La Restauración es la vuelta de la Casa Borbón y la consolidación de Fernando VII en 1814 hasta su muerte en septiembre de 1833. Hereda, en virtud de la ley promulgado por Fernando VII, su hija Isabel II, pero como era menor de edad tuvo de regente primero a su mamá, María Cristina de Borbón, cuarta mujer de Fernando VII, que ocupa la Regencia de 1833 a 1840, tras la muerte de su marido. 

María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, reina regente de España 
Durante ocho años y madre de la futura Isabel II, no debe confundirse con otra María Cristina que también fue regente años después, María Cristina de Habsburgo-Lorena, viuda de Alfonso XII y regente en nombre de su hijo Alfonso XIII desde 1885 hasta 1902. Durante la regencia de María Cristina, las revoluciones urbanas habían potenciado el acceso de los liberales progresistas a los Ayuntamientos y ello hacía más difícil el control gubernamental de las grandes ciudades. Isabel tenía tres añitos cuando murió se padre. Reinaría durante poco más de cuarenta años, de 1833 a 1874. La primera y mayor preocupación de la regente y el Gobierno fue controlar a los partidarios de don Carlos, hermano de Fernando, que desde Portugal, se había proclamado rey de España al conocerse la muerte del rey. El movimiento Carlista surgió cuando Fernando VII abolió la “Ley de Sucesión Fundamental” que había instaurado Felipe V. Según las condiciones, las mujeres podrían heredar el trono aunque únicamente de no haber herederos varones en la línea principal, hijos, o lateral, hermanos y sobrinos. Fernando decretó la “Pragmática Sanción”, que volvía a establecer el sistema de sucesión tradicional de Alfonso X de Castilla, por el cual las mujeres podían reinar si no tenían hermanos varones. Es decir, que podía reinar su hija Isabel, (como así lo hizo), en lugar de su hermano de él, Carlos María Isidro de Borbón. También los liberales eran mirados con recelo, los futuros progresistas. Ante la presión carlista María Cristina decidió acercarse a los liberales pues era la única manera de defender el trono de su hija. Sin embargo, la separación de lo que se ha denominado las dos Españas era mucho más compleja. Con Don Carlos se encontraban la mayoría de la opinión de País Vasco, parte de Cataluña y Navarra, hostil a la dinastía que les había privado de sus libertades particulares (fueros). La nobleza en cambio, al frente de los grandes latifundios apoyaba a la Corona, que era el régimen en que se habían perpetuado esos privilegios. El importante retraso que España había acumulado con respecto a las otras potencias europeas a nivel económico y social no fue solucionado después de la guerra.

María Cristina de Habsburgo-Lorena y su hijo, el futuro Alfonso XIII

Rompiendo toda relación con el liberalismo, pero también con los absolutistas más radicales que luego apoyarán a Don Carlos, sólo consiguió atraerse las críticas de la mayoría de la población. En ningún momento quiso recurrir a las ideas liberales y persiguió implacablemente a todo aquel que las defendía. Sólo se fio en su camarilla sin percatarse de que los miembros de esta cuidaban más de sus intereses personales que de los de la nación. Las provocaciones de los antiguos voluntarios realistas y la presión ejercida por algunos militares llevaron a la regente a aceptar la existencia de un régimen representativo basado en el muy moderado, Estatuto Real. Más adelante, los estallidos revolucionarios que se produjeron entre 1834 y 1836 hicieron posible la transición desde la fórmula del Estatuto Real a la Constitución de 1837 que imponía ciertas limitaciones al rey, en este caso la reina regente, en el ejercicio de sus funciones y le obligaba a compartir la soberanía con la nación. La Constitución duró solamente ocho años, hasta 1845. Permitía la alternancia en el gobierno de los dos partidos liberales. Después de la regencia de María Cristina en 1840 pasó al General Esparteros durante los siguientes tres años en que se declaró mayor de edad a Isabel en 1843. Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» nació en Madrid en octubre de 1830, y fue reina de España desde 1833, aunque se proclamó en 1843. Se sanciona por presión de los “Moderados” la nueva Constitución en 1845, ya con el reinado de Isabel II. Esta Constitución también duraría veinticuatro años, hasta 1869 que es cuando se promulga la nueva Constitución, al año siguiente del derrocamiento de la reina con la “Revolución La Gloriosa” de 1868, de lo que luego hablaremos. Comenzó pronto la reina a poner luz entre las piernas. Amantes, (un puñado), su primer hombre fue el General Francisco Serrano. El conde de Romanones la describió “era algo retrasada, apenas sabía leer, solo sabía sumar y su ortografía era pésima. No leía y jugaba con perritos, ignoraba las reglas de comportamiento y estas señas de identidad la acompañaron toda la vida, sin embargo era alegre y generosa”. A los 16 años se casó con su primo Francisco de Asís, del que tuvo once hijos. Ahí es ná. Y digo que no fue nada porque al señor le llamaban “Paquita”, quien era un afeminado y jamás se le conoció mujer alguna, más bien al contrario. Los hijos eran oficialmente de su marido, pero de esto sacó beneficio, todo un negocio. Recibía dinero por cada churumbel reconocido. Solo sobrevivieron cinco hijos. Uno de ellos, el que sería el rey Alfonso XII. Parece ser que era hijo del capitán Moltó. Cómo sería la señora que el propio papa, Pío IX llegó a decir, “Es puta, pero piadosa”. Entre los miembros de la familia real hay que destacar a la infanta Isabel Francisca, popularmente conocida como “La Chata”, fue princesa de Asturias, es decir heredera a la corona, hasta el nacimiento de su hermano Alfonso, y durante el reinado de éste hasta que nació su sobrina María de las Mercedes. Como sería de querida y popular, le gustaban los toros, las verbenas y la música, que hasta el gobierno de la Segunda República pidió que no abandonase el país. Otro miembro conocido es su hermana María Luisa, casándose ambas el mismo día en Sevilla. Esta mujer fue la madre de María de las Mercedes, futura reina al casarse con Alfonso XII. María Luisa donó a la ciudad de Sevilla los jardines de su palacio de San Telmo, que hoy llevan su nombre. Hemos tocado un poco la vida personal y familiar de Isabel II, pero en lo político la cosa no tuvo ni pizca de gracia. Una reina casi analfabeta, caprichosa y aficionada a los fornidos palafreneros, unos militares ambiciosos metidos en políticos, unos políticos metidos hasta las orejas en la corrupción. Pronunciamientos militares y revolucioncitas parciales Narváez y O'Donnell, con el acuerdo de un tercero llamado Espartero, para inventarse dos partidos, liberal y moderado, que se fueran alternando en el poder; y así todos disfrutaron, por turnos. Llegaba uno, despedía a los funcionarios que había puesto el otro y ponía a sus parientes, amigos y compadres. Al siguiente turno llegaba el otro, despedía a los de antes y volvían los suyos. Y de esa forma tan suave como con Nivea, nos fueron dando una forma de gobernar. Aquella pandilla de sinvergüenzas se fue repartiendo España durante cierto tiempo. Jefes de gobierno sobornados por banqueros extranjeros. Farsas electorales. Votos comprados y si no represión, destierros al norte de África, Canarias o Filipinas, que todavía nos queda algo en América. Una anécdota es que la famosa canción que dice “María Cristina me quiere gobernar / y yo le sigo, le sigo la corriente / porque no quiero que diga la gente / que María Cristina me quiere gobernar”. La canción fue un gran éxito en el siglo XX pero se trataba de una antigua copla, que había llegado a Cuba hacia 1833 con los exiliados de la guerra carlista.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...