domingo, 27 de septiembre de 2020

REINOS CRISTIANOS - 3- PORTUGAL

REINO DE PORTUGAL Como vamos narrando la creación de los reinos cristianos, vemos que se solapan en la narración unos con otros de los cuales aún no hemos contado su historia. Esto nos pasa con el reino de Portugal con el de Castilla. Hubo intentos de tener una mayor autonomía en la región, e incluso la independencia por parte de los condes que dominaban el condado de Galicia y de Portucale. Alfonso VI de León entregó el gobierno del condado de Galicia al conde Raimundo de Borgoña, en un intento de acabar con ese clima independentista. Esto incluía las llamadas tierras de Portucale. Los fracasos militares del conde, el rey decidió dar en el 1096 al conde Enrique de Borgoña las tierras más al sur del condado de Galicia fundándose así el condado Portucalense. Se dividió el condado. Este hombre fue eficaz en la lucha contra los musulmanes y tuvo una política independentista. 
 MAPA DE LA PENÍNSULA HACIA 1170 
A su muerte llega al poder su hijo Alfonso Enríquez, y Portugal consiguió la independencia con la firma en 1143 del tratado de Zamora y reconocida por el papa Alejandro III. Alfonso Enrique se proclamó con el título de Alfonso I de Portugal. Conquistó localidades importantes como Santarém, Lisboa, Palmela y Évora. Enrique de Borgoña consiguió primero independizarse de Galicia, y luego, dado que Braga fue ascendida a arzobispado se independiza de Castilla en lo religioso, pero le siguió reconociendo vasallaje. Se puso de parte de doña Urraca contra Alfonso VII el Batallador. Sus dominios fueron creciendo por el sur con la ayuda de los cruzados gracias a la mediación de los templarios y hospitalarios, ordenes en cuya radicación Portugal siempre había favorecido. A la muerte de Enrique le sucede su viuda pero sus amores con un conde gallego fueron castigados con la sublevación de su hijo Alfonso Enríquez, que le sustituyó en el trono. Sus sucesores continuaron las tareas de reconquista hasta que llegado a la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, donde participaron voluntarios portugueses y se aceleraron las conquistas. Más tarde Alfonso III firma la paz con la Corona de Castilla gracias a su matrimonio con Beatriz de Castilla y consigue mantener el Algarve bajo poder portugués. En su momento la independencia del Reino de Portugal fue rechazada por el ya reino de Castilla. Ya en 1297 fue la reina María de Molina, en nombre de su hijo Fernando IV, menor de edad, la que firmó el Tratado de Alcañices con el rey portugués Dionisio I. Portugal suprimía los tratados acordados en contra del reino de Castilla por el apoyo al infante Juan de Castilla. Se establecieron las fronteras. En este tratado se establecía entre otras cosas la delimitación fronteriza entre los entonces reinos de Portugal y de León, en la que se incluía la cuestionada localidad de Olivenza. Pedro I de Portugal consigue reforzar el poder central del gobierno, eliminando la jurisdicción de la aristocracia y el clero. El hijo de este, Fernando I en el año 1369 reclama el trono de la Corona de Castilla a la muerte de Pedro I de Castilla el cruel, como descendiente legítimo por parte materna de Sancho IV de Castilla. Finalmente el escogido para ocupar el trono castellano fue Enrique de Trastámara, hermano bastardo de Pedro I y que fue confirmado por el papa Gregorio XI. Al morir Fernando I sin hijos, su hija Beatriz de Portugal, fue nombrada heredera del país y reina de jure, pero su anterior boda con Juan I de Castilla provoca una insurrección interna de la nobleza, que veía peligrar la independencia de su país, en favor de Juan de Avis, hermano bastardo de Fernando I. Recordemos que en la batalla de Aljubarrota de agosto de 1385, entre tropas portuguesas e inglesas al mando de Juan I de Portugal, y el ejército castellano de Juan I de Castilla, del que formaba parte la mayoría de la nobleza portuguesa. El resultado fue la derrota de los castellanos, el fin de la crisis portuguesa de 1383-1385 y la consolidación de Juan I como rey de Portugal. Con la llegada de este rey, se instala en Portugal la dinastía Avis en 1385. El segundo rey fue Eduardo I de Portugal padre de Juana de Avis, que se casó con Enrique IV de Castilla y, aunque éste por lo visto era impotente, nació una hija, Juana, a la que todo el mundo conoce por “La Beltraneja”, que hubiera sido reina de Castilla, interponiéndose su tía Isabel, ya que no creía que fuera hija natural de su hermano de padre Enrique IV, y de que los reyes eran primos segundos y casados sin la bula papal necesaria, con lo cual, en todo caso la hija Juana no era de matrimonio legitimo con lo cual no podía heredar, por lo que a ella no se le otorgaba nada, solo se cumplía la ley hereditaria, y además de que se hubieran unido las coronas de Portugal y Castilla a manos de un rey portugués y eso no convenía ya que por avatares podría perderse Castilla para siempre en beneficio de Portugal. Mapa de la península hacia 1170

sábado, 26 de septiembre de 2020

REINOS CRISTIANOS - 2 - GALICIA

Sabemos que la zona que hoy es Galicia conjuntamente con Asturias y Cantabria fueron los últimas regiones en ser sometidas por los romanos. Los pueblos eran los galaicos, astures y cántabros. Seguramente vencidos hacia el año 20 a.C. Esto fue producido por la fuerte resistencia y unidad social y territorial que tenían estos pueblos. Es cuando la provincia romana de Gallaecia, galaicos, (llamada así por los romanos por su parecido a la forma de luchar de los guerreros de las Galias), aún no estaba constituida política y administrativamente, cuando aparecen los castros. Una reciente investigación aclara que existió una vinculación celta entre este pueblo y los de Bretaña, Gales e Irlanda. Los galaicos eran unos de los pueblos celtas, o “celtizados”. Hubo unas cincuenta tribus de galaicos, cada una con diferente nombre. Asentados en el norte de Portugal y el área de la Galicia actual, introduciendo en esta región la cultura de los castros o castreña. Roma lleva su cultura y su poder. Fundan tres ciudades, lo que hoy son Lugo, Braga, y Astorga. Con Diocleciano se unifica en una provincia separada de la Tarraconense, Gallaecia.
Los castros yo no tenían importancia defensiva para los romanos, aunque siguieron siendo habitados durante varios siglos. Roma llevó además de organización administrativa, su lengua, el latín, y la religión cristiana. Debilitada Roma ya a principios del siglo V, llegan a la península los vándalos los alanos y los suevos procedentes del norte de Europa, y se puso fin al dominio romano en la región. Los suevos, de religión arriana, se establecieron en la Gallaecia creando un reino independiente que duraría ciento setenta años. Hasta que en el año 585, que habían entrado los visigodos, que ya dominaban el resto de la península ibérica, invaden la Galicia sueva incorporando ésta a su reino. Como sabemos en el 711 llegan los islámicos y en el 715 entran al sur de Galicia, aunque no durarían mas de unas pocas décadas, ante el avance de los reinos cristianos. Galicia, aunque fue independiente durante breve tiempo, siguió existiendo y por entonces estaba incorporado al Reino Astur, como Reino de Galicia, corona dependiente de Asturias primero y de León después. Al sur del río Miño, que en 1139 se independizaría con el nombre de Reino de Portugal. ESCUDO DE GALICIA - - -
Pero el Reino de León fue precisamente la entidad que absorbió al Reino de Galicia, que finalmente sirvió como base para conformación contemporánea de la región de Galicia. El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago fue la consolidación del reino de Galicia. primero dependiendo del reino de León y posteriormente de la Corona de Castilla. La primera integración se produce con Alfonso I de Asturias. Más adelante durante el reinado de Alfonso III se pretende mantener las tierras de Galicia bajo control mediante el nombramiento de herederos de la casa real para su gobierno. Estas medidas no calmaron los conflictos entre los nobles gallegos y los monarcas asturleoneses. Alfonso III deja a su hijo Ordoño II el reino de Galicia, y fija su capital en Braga. A la muerte de Alfonso le sucede su hijo García que a su vez al fallecer hereda Ordoño el trono leonés, y acaba aquí el primer reino de Galicia. Pero es posible que quedara configurado dentro de la corona de León en el 1065. De todas formas las luchas fratricidas desembocan en que el reino de Galicia es dividido en dos condados, el de Portugal y el de Galicia. El último rey de Galicia fue Alfonso VI de León y Castilla y gobernó Galicia hasta su muerte en 1109. Se incorpora definitivamente al reino de Castilla en la Corona de Castilla en 1230 con Fernando III de Castilla. El reinado de Alfonso VI fue de vital importancia, sobre todo porque impuso las peregrinaciones a Santiago, aunque el culto a las reliquias del Apóstol había comenzado ya durante el reinado de Alfonso II. Es en este momento cuando Galicia pasa ya a tener su configuración actual, y se inicia una de las etapas más brillantes de su historia.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

REINOS CRISTIANOS - 1 - COVADONGA

El primer núcleo de resistencia cristiana se formó en la actual Asturias y tuvo como protagonista a Pelayo, un noble visigodo. La batalla de Covadonga (722), dirigida por don Pelayo fue decisiva porque a raíz de esta, los musulmanes abandonaron aquellas tierras y nunca más volvieron. Lo de Covadonga pudo ser solo una escaramuza, pero a los apaleados godos les devolvió el orgullo y la confianza perdidos. La presencia de nobles que se habían refugiado en la zona contribuyó a darle un carácter institucional a las empresas de resistir al empuje musulmán. El caso de don Pelayo, según algunos historiadores, parece ser que en realidad fue una simple emboscada para consolidar la posición. Y su valor era meramente simbólico. Lo cierto es que para los reducidos reinos cristianos posteriores, don Pelayo fue la encarnación de la resistencia contra Al-Andalus, y el punto de unión entre la Hispania visigoda y los nuevos reinos cristianos que fueron formándose. Hay numerosas narraciones por parte de los cristianos que exageran desmesuradamente, incluso con ayudas de la divinidad, pero si es cierto que la victoria supuso la muerte del caudillo musulmán Al-Kama. Llamamos a ese periodo Reino Astur, y de hecho los primeros gobernantes no se auto titulaban reyes, sino “Prínceps”.
Alrededor del 714 los moros habían aparecido en el valle del Ebro y dos años después toman Pamplona. El territorio fue campo de batalla entre musulmanes, francos y vascones. El Imperio carolingio trató de proteger la zona con apoyo de los núcleos de resistencia cristianos y en su afán de dominio del territorio, alcanzó alianzas con las familias más poderosas de aquellas tierras. Los vascones siempre intentaron deshacerse tanto del yugo musulmán como del franco, como lo demuestra la batalla de Roncesvalles en el 778 contra el ejército de Carlomagno, y su política díscola con el emir de Córdoba. El avance musulmán se detuvo en la cordillera Cantábrica y en los Pirineos. Los habitantes de estas zonas crearon sus propios núcleos primigenios de reinos cristianos. La zona de los Pirineos estaba tomada por el Imperio Carolingio ante el avance musulmán, y tuvo una fuerte influencia gala. En su parte occidental se creó el Reino de Pamplona, en la oriental el Imperio Carolingio dominaba la Marca Hispánica que había establecido para detener el avance musulmán, y entre ambas, el Condado de Aragón. No obstante los hispano-romanos y visigodos que componían la población de la península, todos cristianos, a la vez que se desarrolló al-Andalus fueron creando núcleos de resistencia a los musulmanes, primero en el norte y luego irán avanzando y creando lugar a los reinos cristianos medievales, que son los que se encargarán de hacer frente al musulmán, recuperar territorio al cristianismo o someterlos de alguna forma. En la franja norte de la península, desde Galicia a Cataluña, grupos armados combatían a los musulmanes. Operaban sobre todo en la zona cantábrica y eran insumisos a cualquier gobierno desde la época romana, estaban apenas controlados por los visigodos. Aunque se presentan estos hechos como el principio de la Reconquista, más bien parece una continuación de la actitud habitual de los montañeses. Si bien los reinos cristianos no existían entes de la invasión musulmana fueron resistiendo los ataques musulmanes y pudieron destruir guarniciones y atraer a la población visigoda y fundar el hecho y derecho del reino Astur en la persona de Alfonso I, con la corte de Cangas de Onís en el 739. Pensemos que los visigodos llevaban en la península desde el reino visigodo con capital en Toledo desde el 507 y gobernaron hasta la llegado de los musulmanes en el 711. Doscientos años de convivencia con los hispano-romanos, con la mezcla de la población y la unidad lingüística, (los visigodos hablaban el gótico, una lengua germánica extinta, hablada por el pueblo visigodo. Actualmente no existen lenguas derivadas de ella), fueron hablando el latín de los hispanos aunque algunos términos góticos permanecieron y el acceso a la cultura vendría por sí solo con el tiempo. Para finales del siglo VI, escasa o no, la cultura abarcaría a ambas poblaciones. Lo que quiero decir que aquellos visigodos del principio, ya no existían, y eran tan hispanos como los demás, ya que compartían lengua y religión. Volviendo al reino Astur, la presencia de nobles visigodos, refugiados en la zona cantábrica, contribuyó a iniciar de una forma institucional la empresa de constituir un reino. Don Pelayo, descendiente del rey Chindasvinto y fugitivo de la batalla de Guadalete, aclamado como jefe venció a los musulmanes en Covadonga. Los musulmanes despreciaron la zona porque en ese tipo de terreno no estaban habituados a combatir. Tras aquella batalla de Covadonga comienza a organizarse la monarquía. Alfonso I aprovechó las revueltas musulmanas para hacer incursiones en el valle del Duero y atravesando el Ebro llegar a La Rioja. Pero cuando se fundó el Emirato de Córdoba se hicieron fuertes en el norte dejando una zona desierta entre ellos y el emirato recién fundado. Cesaron los avances cristianos y durante las siguientes monarquías el reino Astur fue vasallo del cordobés pagando los correspondientes tributos. Estaba claro que se oponían a estos pagos y dejaron de hacerlo con Alfonso II. Los musulmanes saquearon Oviedo y al volver fueron vencidos en el 794. Es con Alfonso II (791-842) con quien la monarquía se afianza gracias al triunfo de las tesis hereditarias de acceso al trono. Entre los siglos VIII y X el reino astur se expande por las despobladas tierras del valle del Duero y se traslada la capital de Oviedo a León, denominándose desde entonces Reino de León. Será Alfonso II quien conciba el proyecto de la Reconquista y protagonice la primera peregrinación del camino de Santiago al ser descubierta la tumba del apóstol bajo su reinado. Con Alfonso III (866-910) se extenderá la frontera hasta la línea del río Duero, repoblando la zona. A mitad del siglo IX se liberó León del asedio islámico y se venció al ejército musulmán. Los islámicos no pudieron tomar Galicia por mar y a finales del siglo se resistió en Zamora al asedio árabe. El reino Astur llegó a tomar Lisboa, y se contó con el respaldo incondicional de la población mozárabe, que eran cristianos que vivían en zonas árabes, impregnados de la mentalidad visigoda. Esto fundamentó el encadenamiento entre la monarquía y la sociedad visigoda y la astur. El elemento simbólico fundamental de la lucha contra el emirato fue el descubrimiento de unos restos que se atribuyeron al apóstol Santiago y así Compostela comenzó a ser la etapa final de una peregrinación que unió a todos los reinos cristianos peninsulares y de media Europa, impulsada además por el propio Carlomagno. Los reinos cristianos realmente se sentían herederos del reino visigodo, y debían encargarse juntamente con la defensa, de ocuparse de la expansión de la religión cristiana, aunque no se ajustaban a fronteras naturales. El mayor enemigo de la integración peninsular fue el concepto patrimonial de los reinos, es decir, que no buscaban la unidad como lo consiguieron los visigodos, sino que los reyes se sentían propietarios de las tierras conquistadas y las dejaban en herencia. Los reinos cristianos se van formando desde el siglo VIII al XI. Van extendiendo sus territorios a costa de los musulmanes.

martes, 22 de septiembre de 2020

HERENCIA MONÁRQUICA VISIGODA

La conversión del rey visigodo Recaredo en el Concilio de Toledo del 7 de abril del 589 en el cual quedó sellada la unidad espiritual y territorial del reino visigodo, dejando la religión arriana y abrazando el cristianismo romano, también simbolizaba el triunfo de la civilización hispanorromana sobre los bárbaros, y contribuyó a sellar una alianza entre la corona y la iglesia. Tanto es así que la unión de la península era un hecho por la religión cristiana. Pero como sabemos en el 711 un ejército bereber cruzó el estrecho de Gibraltar, como aliado de los nobles visigodos contrarios a la llegada al trono del rey Don Rodrigo, y tras vencerlo en la batalla de Guadalete, comenzó la conquista de la Península Ibérica. Es la invasión musulmana. El reino visigodo se desplomó y se creó una nueva entidad política, Al-Andalus. 

CONVERSIÓN DE RECAREDO 
No obstante los hispano-romanos y visigodos que componían la población de la península, todos cristianos, a la vez que se desarrolló al-Andalus, fueron creando núcleos de resistencia a los musulmanes, primero en el norte y luego irán avanzando y creando lugar a los reinos cristianos medievales, que son los que se encargarán de hacer frente al musulmán, recuperar territorio al cristianismo o someterlos de alguna forma. En la franja norte de la península, desde las actuales  Galicia a Cataluña, grupos armados combatían a los musulmanes. Operaban sobre todo en la zona cantábrica y eran insumisos a cualquier gobierno desde la época romana, estaban apenas controlados por los visigodos. Aunque se presentan estos hechos como el principio de la Reconquista, más bien parece una continuación de la actitud habitual de los montañeses. Si bien los reinos cristianos no existían entes de la invasión musulmana, por lo tanto se trataba de avanzar por el territorio de la península, recuperando para la cristiandad los pueblos sometidos, y o bien expulsar o conseguir una debilidad que produjera impuestos que los musulmanes debían pagar. Está claro que si no había un rey cristiano con los visigodos, tendría que haberlo escogiendo entre los nobles de la población existente ante de la llegada de los agarenos.

JAIME I EN VALENCIA 
Por lo tanto se organizaron y luego fueron resistiendo los ataques musulmanes y pudieron destruir guarniciones y atraer a la población visigoda y fundar de hecho y derecho del reino Astur en la persona de Alfonso I, con la corte de Cangas de Onís en el 739. Cuando ochocientos años después, los reyes Isabel y Fernando salen victoriosos en la guerra de Granada, terminando así con el último reducto musulmán en la península, Rodríguez de Almela, historiador, en esos días, al entregarles a los reyes un ejemplar de su “Compilación de las crónicas e estorias de España”, les recordaba que el origen de la legitimidad de los reinos cristianos, estaba en la estirpe visigoda que a su vez la recibiera de Roma por el primer pacto (Foedus) del 418, en Tolosa. Los ocho siglos de convivencia en el mismo territorio tuvo todo tipo de situaciones en las relaciones de diferentes reinos y con los invasores musulmanes. La consolidación de los reinos cristianos durante la Edad Media presenta una dinámica particular. Los reinos de Castilla y León forman el bloque más aventajado y compacto. Era una época en que se confundía el gobierno de los territorios con las administraciones de las propiedades privadas. Por lo que no es de extrañar que los conflictos familiares, los matrimonios de conveniencia y las cuestiones hereditarias determinasen los dominios sobre amplias extensiones, muchas sin poblar incluso.
Las alianzas, enemistades y los frecuentes cambios fronterizos de los reinos eran moneda común. Esto nos lleva a pensar que el sentimiento de Estado o Nación no existía aún, o era solo un esbozo. Los reinos eran hereditarios y competían entre sí e incluso eran capaces de luchar entre hermanos o padres contra hijos. No obstante tanto León como Castilla, Navarra y Aragón estaban en general empeñados en arrebatar los territorios a los musulmanes en aras de la expansión del cristianismo, o al menos de convertir a esos sus pobladores musulmanes en vasallos de los reinos cristianos. Esto explica cómo pudo ser que los islámicos estuvieran tanto tiempo en la península, digamos que gran parte de ese tiempo lo hicieron como inquilinos mal considerados. El Califato de Córdoba se va desintegrando y termina en el año 1031, pero ya se había iniciado la disgregación del territorio en pequeños reinos llamados Taifas. La primera se considera que fue la de Badajoz en el 1009. Pero el avance cristiano hace que los reyes de las taifas pidieran ayuda al sultán almorávide del norte de África, hasta el 11404. Cuando el dominio almorávide empezó a decaer, surgieron los llamados segundos reinos de taifas en 1144 que habían sucedido a los almorávides en su dominio del norte de África.  Tras el fin del periodo almohade, marcado por la batalla de las Navas de Tolosa (1212), hubo un corto periodo denominado terceros reinos de Taifas, que terminó en la primera mitad del siglo XIII con las conquistas cristianas en el Levante de Jaime I de Aragón y en Castilla de Fernando III el Santo. Y perduró en Granada con la fundación del reino nazarí en 1238, que no capituló hasta el 2 de enero de 1492, fecha que pone fin a la Reconquista.

FERNANDO III DE CASTILLA
Si bien esto no impedía que hubiese alianzas tácticas entre cristianos y musulmanes, ya fuese para combatir a los del credo contrario o a los adversarios del credo propio. Muchas veces a la defensa de la fe, se anteponía la necesidad política o económica de asegurar determinada región. Aún ante esta confusa situación, los reinos cristianos fueron consolidando sus propias identidades a través de instituciones y normas sociales, diferentes entre unos reinos y otros muchas veces, pero que les imprimieron sus particulares rasgos sociales, sus usos y costumbres. Su identidad.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...