jueves, 9 de noviembre de 2023

CORONA DE CASTILLA-LEÓN 3

El hijo de Alfonso X el sabio, Sancho, a pesar de haber sido desheredado, fue coronado en Toledo el 30 de abril de 1284 como Sancho IV. Poco antes, Sancho todavía príncipe, en 1281 se había casado con María de Molina, lo que había provocado el rechazo de su padre y del papa, por razones de parentesco. 

SANCHO IV

Pero en 1301 la reina María de Molina, (ya viuda) consiguió que el papa considerase legítimos al matrimonio y a sus siete hijos.
En su aspecto militar ya se había enfrentado en 1275, a una coalición de ejércitos musulmanes y fue vencido en Écija.
Ya coronado rey tuvo durante toda la vida luchas internas con los infante De la Cerda, que reclamaban el reino que les había dejado su  padre, Sevilla y Badajoz. También con Lope de Haro, señor de Vizcaya.
Realmente la nobleza nunca vio con buenos ojos la política de su padre en su admiración por las culturas árabe y judía. Las luchas internas por alcanzar el poder fueron constantes al principio. Su hermano el infante don Juan se unió al señor de Vizcaya, y Sancho mató al de Vizcaya y encarceló a su hermano. Y también mandó matar a 400 seguidores del infante de la Cerda, (el hijo del hermano de Sancho), aunque los perdonó al poco tiempo y volvió a sublevarse apoyándose en los Benimerines, ocasionando el conflicto en la plaza de Tarifa, sitiando el lugar, pero fue defendida y los atacantes abandonaron el sitio.
Sancho IV murió en 1295 y dejó como heredero a su hijo de nueve años, Fernando, sin terminar de resolver las disputas con los Infantes de la Cerda.

MARÍA DE MOLINA 

Fernando IV de Castilla nació en 1285 y durante su minoría de edad, su crianza y la custodia fueron encomendadas a su madre María de Molina, que ya viuda, era una mujer fuerte, procuró aplacar a la nobleza, e impidió en varias ocasiones que su hijo Fernando IV fuese destronado. 
La peste, que en forma de terrible epidemia, atacó al ejército de sus enemigos e invasores. Esto salvó a Fernando. La mayoría se retiró, y María de Molina triunfó. Entre 1301 y 1302 María de Molina perdió el control de su hijo. Se vio además desairada por su él, quien, influido sin duda por sus nuevos consejeros, le pidió cuentas de su tutoría en las Cortes de Medina del Campo. Fernando en 1309 prosiguió la lucha contra los musulmanes, fracasó en su intento de tomar Algeciras pero se apoderó de Gibraltar y más adelante en 1312 la ciudad jienense de Alcaudete.

FERNANDO IV 

El Maestre de la Orden del Temple en el reino de Castilla y León, se dispuso a entregar a María de Molina las fortalezas de la Orden en el reino, más la reina no aceptó tomarlas sin el consentimiento de su hijo el rey. María de Molina, ya mayor, estaba ya descansando de sus funciones cuando muere su hijo Fernando, dejando un heredero, el futuro Alfonso XI que había nacido en 1311. Es cuando comenzaron nuevamente las disputas por la regencia. Los infantes Juan, su tío abuelo y Pedro, su tío, formaron regencia, y la tutela la asumieron su madre Constanza de Portugal, hasta su fallecimiento el 18 de noviembre de 1313. Y luego su abuela, María de Molina.
Alfonso XI asumió el trono en 1325, obtuvo la victoria en la Batalla del Salado, contra los Benimerines en 1340 que fue fundamental ya que las fuerzas combinadas de Castilla y Portugal derrotaron decisivamente a los benimerines, último reino magrebí que trataría de invadir la península y hacerse con el último reino musulmán que quedaba, Granada. Posteriormente Alfonso conquistó el reino de Algeciras en 1344.
Sofocó una revuelta que le hicieron Alfonso IV de Portugal y el noble Juan Manuel, pero perdió Gibraltar, que había conquistado su padre. Se alió con Francia en la Guerra de los Cien Años, y puso sitio a Gibraltar. Falleció durante el asedio víctima de la peste negra, que asolaba la región y muchas zonas de Europa, en marzo de 1350.


ALFONSO XI 
En 1329 doña Leonor de Castilla, (hermana de Alfonso XI de Castilla), se casó con el rey Alfonso IV rey de Aragón, de Valencia, de Cerdeña, rey de Córcega y conde de Barcelona. Se procuraba mejorar las relaciones de ambas coronas. Tuvieron dos hijos. Por influencia de ella, el rey de Aragón en 1333 donó al hijo de ambos, Fernando, los señoríos y villas de Játiva, Alcira, Morvedre, Sagunto, Alicante, Morella, Castellón y Burriana, infringiendo las promesas hechas ante las Cortes y la voluntad de su padre de no dividir los territorios. Esto fraccionaba el reino a lo que opusieron los valencianos y el heredero, Pedro, hijo del primer matrimonio, con lo cual los nobles se dividieron en dos bandos. Uno a favor de Leonor y otro a favor de Pedro, su hijastro. Pedro era el heredero legal. Pero posteriormente los jurados de Valencia amonestaron al rey y finalmente cedió ya que esa donaciones eran contrarias a los fueros. Con lo cual aceptó la orden que su padre había dictado donde declaraba que el reino no sería dividido.
Al morir Alfonso XI de Castilla, le sucede su hijo, el famoso Pedro I de Castilla, apodado por unos el Cruel y por otros el Justiciero. Al principio de su reinado hubo luchas entre facciones que se disputaban el trono. Una era la del rey Pedro, y otra la de su hermano de padre, el conde Enrique de Trastamara, hijo bastardo de Alfonso XI y de Leonor de Guzmán.
A su vez, Pedro I de Castilla se encontraba en guerra contra Aragón, cuyo rey, Pedro IV el Ceremonioso apoyaba a Enrique de Trastamara. Y por si fuera poco este conflicto era también un frente de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, ya que a Pedro el Cruel le apoyaba Inglaterra y a Enrique de Trastamara le apoyaba Francia. Inglaterra y Francia enviaron ejércitos a Castilla para apoyar a sus respectivos candidatos. Aragón se jugaba la hegemonía en el Mediterráneo compitiendo con Génova, que a su vez tenía intereses comunes con Castilla. Las alianzas que obtuvieron en la contienda con Inglaterra, Francia y Marruecos, uno y otro, hizo que la nobleza enfrentada a Pedro I se envalentonara.


PEDRO I 

En 1357, Pedro entró en tierras de Aragón, y luego entró en Castilla en 1359. Enrique reunía en Francia a las Compañías Blancas (mercenarios franceses), al mando de Beltrán de Duguesclin. Pedro I venció en Nájera y años después en Valencia consiguiendo un pacto de paz con Pedro IV de Aragón. Pero no cumplió el pacto de paz y reinició la guerra.
En 1360, viendo Enrique que aumentaban sus partidarios, no dudó del buen éxito de una invasión en Castilla. Renovando las hostilidades contra Aragón, en 1361 Pedro I ganó varias fortalezas. Ajustó la paz con Pedro IV de Aragón obligándose ambos reyes a restituirse los castillos y lugares conquistados. Pedro I de Castilla se apoderó en 1362 de varias plazas musulmanas. Estamos en la guerra castellano-aragonesa de 1356-1369, llamada “Guerra de los Dos Pedros”, fue una serie de enfrentamientos que mantuvieron Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón entre 1356 y la muerte del primero en 1369. El conflicto no fue continuo, estuvieron separados por varias treguas y negociaciones de paz que fracasaron.
Este conflicto era, pues, al mismo tiempo guerra civil en Castilla por el dominio de España entre Castilla y Aragón y un campo de batalla de la Guerra de los Cien Años. En este contexto, en un determinado momento del conflicto, en 1366-1367, el rey Pedro el Cruel, que había perdido el dominio de la mayor parte de Castilla. Pidió ayuda a Eduardo, príncipe de Gales, heredero de Inglaterra (llamado “el príncipe negro”) y a cambio prometió entregarle el Señorío de Vizcaya, incluyendo la villa de Castro Urdiales.


EDUARDO DE WOODSTOCK (EL PRÍNCIPE NEGRO)

Al principio pareció que esta alianza funcionaba. El ejército castellano-francés de Enrique fue derrotado por fuerzas inglesas en la batalla de Nájera,(abril de 1367). Pedro recuperó el trono castellano y el príncipe inglés pidió su recompensa. Pero entonces el rey Pedro le dijo que muy pronto todos los castillos y villas de Vizcaya le reconocerían como soberano pero en privado envió cartas a los caballeros de Vizcaya para que no reconocieran al inglés. La decisión quedó en manos de los linajes señoriales de Vizcaya.
 Si éstos hubiesen pensado que Vizcaya estaba oprimida por las armas por Castilla y no se hubiesen sentido castellanos tenían una oportunidad de oro para separarse de Castilla y de España para siempre. Pero hicieron todo lo contrario. Como indica el célebre historiador vizcaíno del siglo XIX Labayru, los caballeros vascos les dijeron claramente a los enviados ingleses que “Vizcaya nunca aceptaría como Señor a un príncipe extranjero”. El famoso cronista contemporáneo y futuro Canciller de Castilla, el alavés Pedro López de Ayala afirma en su célebre “Crónica sobre este periodo de la historia de España: “el príncipe de Gales no ovo la tierra de Vizcaya por cuanto los naturales de la tierra sabían non placía al rey fuese aquella tierra del príncipe”. Es decir, los vizcaínos optaron por la lealtad a Castilla. Quedó bien clara de nuevo la hispanidad vasca y vizcaína, quienes, junto a alaveses y guipuzcoanos llenarían las filas del ejército castellano del rey Enrique unos años más tarde en la guerra contra Navarra. Además la muerte del último señor de Vizcaya, don Tello, vasallo del rey de Castilla, propiciaría la unión definitiva entre Vizcaya y la Corona de Castilla, en 1369. Los reyes de Castilla (y luego de España) pasarían a ser señores perpetuos de Vizcaya. Así pues, si los linajes de Vizcaya lo hubiesen querido, Vizcaya se hubiera unido a Inglaterra en 1367 y quién sabe si hoy Vizcaya sería todavía británica.

martes, 7 de noviembre de 2023

CORONA DE CASTILLA-LEÓN 2

A Fernando III, el santo, le sucedió su hijo Alfonso X que fue titular de la Corona de Castilla y León entre 1252 y 1284. Había nacido en 1221.


ALFONSO X EL SABIO

Fue un rey diferente, que sin abandonar su trabajo de gobernante y militar es muy reconocida su obra literaria y su trabajo en pos de la ciencia, historia y judicatura. Patrocinó y supervisó e incluso compuso y colaboró personalmente en diferentes trabajos, muchas veces acompañados por un amplio conjunto de intelectuales de amplia procedencia.
Considerado como el fundador de la prosa castellana, en la que es posible datarse el hecho en su época de la adopción del castellano como lengua oficial.
En el terreno militar, la muerte de su padre había reanudado la ofensiva contra los musulmanes. Tomó Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz. Hay historiadores que aseguran que fue en el sitio de Niebla donde se utilizó la pólvora por primera vez con fines militares, (1262). A los reyes de Granada y Túnez que se habían sublevados les hizo frente. Sofocó la sublevación mudéjar de la Baja Andalucía con facilidad. En Murcia lo consiguió con la ayuda de Jaime I de Aragón, pero tuvo la consecuencia de la huida de los mudéjares andaluces, con el consiguiente despoblamiento de muchos territorios de la campiña del Guadalquivir.
Vamos a dejar a un lado su muy importante trabajo de gobernante cuando ya estaban unidas Castilla y León, para hablar de su labor cultural.
En aquella época un rey, que sin dejar sus trabajos de gobernación y militar se dedique a culturizar a su pueblo pensando que era lo más noble de su política, no era algo muy corriente, sobre todo dejando algo de lado la dirección religiosa. Y a ello se entregó organizando códigos, saber científico, ejercicios lúdicos y versos marianos. Mirando al cielo, mejoró sus campos.

CÓDIGO DE LAS SIETE PARTIDAS 

Como legislador introdujo en sus reinos un formidable cuerpo de textos jurídicos, doctrinales y normativos, ligados al Derecho Romano. Llamados “El Espéculo” y “Las Siete Partidas”. de la que ya hemos hablado.
Su empresa cultural vinculó simultáneamente ingredientes tanto cristianos como musulmanes y judíos. La fecundidad de la colaboración entre intelectuales de las tres culturas tiene su máxima expresión en la Escuela de Traductores de Toledo, instituciones instaladas en Toledo, Sevilla y Murcia, que impulsó el rey sabio y que estaban destinados a los procesos de traducción e interpretación de textos clásicos, greco-latinos, alejandrinos, vertidos de árabe o del hebreo a la lengua latina, romance o lenguas diversas, emergentes, como el castellano. Trabajo el cual, junto a compiladores y autores, emprendió una ingente labor de recogida de toda clase de materiales para la elaboración de libros, que el propio rey corregía y supervisaba. Hizo tabla rasa de las diferencias de raza o religión, por lo que reunió a judíos, musulmanes, castellanos e italianos, que colaboraron libremente y otorgaron al conjunto una proyección universal.
La Historia fue una de sus grandes pasiones. Escribió o participó en “La Crónica General”, donde se propone la relación de la historia universal. Y la “Estoria de España”, (atención al nombre para los desentendidos), redactadas en lengua romance castellana, como prueba del importante apoyo del monarca al idioma castellano, desde un punto de vista unificador, en términos nacionales y políticos.


JAIME I DE ARAGÓN 

“Cantigas”, obras de carácter religioso que es en su vertiente donde el rey alcanza sus mayores logros. Son una serie de canciones líricas escritas en galaico y con anotación musical e ilustraciones que son lo mejor de la pintura de su tiempo.
“Libros de axedrez, dados e tablas”. Se editaron las “Tablas Astronómicas Alfonsíes” elaboradas en 1272.
Considerado como el fundador de la prosa castellana.
El Fuero real de Castilla en 1254, preparó la redacción de la que sería su gran obra, el “Código de las siete partidas”, seguramente de 1263, donde se recoge lo mejor del Derecho Romano para unirlo a las más vivas tradiciones de Castilla. Este código, de larga influencia en el ordenamiento castellano y español, supuso la recepción del derecho romano en Castilla y su incorporación por lo tanto a la corriente europea. De estudio obligatorio aún hoy.
Patrocinó y supervisó e incluso compuso y colaboró personalmente en diferentes trabajos, muchas veces acompañados por un amplio conjunto de intelectuales de amplia procedencia.
Su labor poética le llevó a escribir poesía en lengua gallega. Son sus 453 composiciones algunas en un lenguaje que contiene parodia o insolencia. “El rey hace un libro no porque en él escriba con sus manos, sino porque compone las razones y de él parten las enmiendas y corrige y endereza y muestra la manera de cómo se debe hacer y así se escribe lo que él manda. Pero decimos que el rey hace el libro”
Explica que él concebía la obra, que otros realizarían, pero ponía los medios y con sus instrucciones sobre la estructura, su contenido e incluso hasta los detalles, por eso se podía decir que el rey había escrito el libro.
Hablaremos ahora del desarrollo militar. 
A las grandes expectativas que había despertado entre los castellanos la entronización de Alfonso X, pronto se vieron frustradas. Había participado en vida de su padre en algunas campaña militares como la conquista del reino de Murcia y en el terreno diplomático era bien visto el Tratado de Almizra con Jaime I de Aragón  en 1244, delimitando las áreas a conquistar, un acuerdo de ambos a devolverse las poblaciones que conquistadas por uno, pertenecieran al otro.
Pero estos éxitos no tuvieron continuidad. Al ser hijo de Beatriz de Suabia, que había sido hija del duque de Suabia, emperador de Alemania, le podía corresponder derechos sobre el trono. Trató de obtener la candidatura para la coronación imperial de Alemania, con el apoyo de Sajonia, Brandeburgo, Bohemia y varias ciudades italianas. Gastó grandes sumas de dinero para atraer votos a su elección. Pero no viajó a Alemania y sus adversarios reaccionaron y fracasó el empeño.
El Papa Clemente IV se opuso a Fernando y en 1273 fue elegido emperador Rodolfo de Habsburgo. Estos hechos trajeron el rechazo en Castilla, gastos, hombres, guerras etc. obligaron a crear nuevos impuestos.
A la muerte de su padre había reanudado la ofensiva contra los musulmanes. Tomó Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz. A los reyes de Granada y Túnez que se habían sublevados les hizo frente. Sofocó la sublevación mudéjar de la Baja Andalucía con facilidad. En Murcia lo consiguió con la ayuda de Jaime I de Aragón, pero tuvo la consecuencia de la huida de los mudéjares andaluces, con el consiguiente despoblamiento de muchos territorios de la campiña del Guadalquivir.
Siempre se tituló “Rey del Algarve”, porque parece ser que le había sido donado por Sancho II de Portugal como pago de su apoyo militar. Inició una guerra contra el rey portugués Alfonso III de Portugal que terminó en un diplomático acuerdo matrimonial. Hubo que renunciar al Algarbe. También abandonó sus pretensiones sobre Navarra evitando la guerra con su suegro Jaime I.
En 1272, una serie de reivindicaciones planteadas por los nobles fueron desoidas por el  monarca, lo que provocó el exilio de éstos en Granada, junto a sus ejércitos. Fernando de la Cerda, heredero de la corona a la sazón negoció con los nobles en un acuerdo de reconciliación.

SOLDADOS BENEMIRINES 

Cuando se disponía a combatir a los benimerines, en Marruecos, en 1275, murió el infante Fernando de la Cerda, antes de que su hermano Sancho consiguiera rechazar a los musulmanes. El Rey Alfonso en su decisión provocó un conflicto sucesorio. Muerto el heredero según el derecho castellano debía corresponderle a su segundo hijo la herencia, a Sancho, pero según el derecho romano les correspondía a los hijos de fallecido, es decir a Alfonso de la Cerda y luego en un intento posterior de hacer al infante Alfonso de la Cerda rey de Jaén provocó la rebeldía de Sancho, quien buscó apoyo en Aragón y Portugal (mientras que Francia apoyaba a los de la Cerda) y se hizo reconocer por unas Cortes reunidas en Valladolid, que depusieron a Alfonso X, en 1282. Quedó el viejo rey confinado en Sevilla. Sólo Sevilla, Murcia y Badajoz permanecieron fieles al viejo monarca. Alfonso maldijo a su hijo, a quien desheredó en su testamento, y ayudado por sus antiguos enemigos los benimerines empezó a recuperar su posición. Cuando cada vez más nobles y ciudades rebeldes iban abandonando la facción de Sancho, murió el rey en Sevilla, el 4 de abril de 1284.
Sancho, a pesar de haber sido desheredado, fue coronado en Toledo el 30 de abril de 1284 

domingo, 5 de noviembre de 2023

CORONA DE CASTILLA-LEÓN -1-

A la muerte de Alfonso IX de León en 1230 se plantea el asunto de la sucesión. El testamento dejaba la corona a sus hijas de su primer matrimonio. Los nobles se dividieron en dos bloques. Unos apoyaban a las hermanas y otro a su hijo Fernando. Consiguió éste que sus hermanastras firmaran la renuncia tras un acuerdo.


ESTATUA DE FERNANDO III EN SEVILLA 
De esta forma es como Fernando reinó en ambos reinos con el nombre de Fernando III formándose así la Corona de Castilla-León. Si bien quedaron tres unidades administrativas diferentes, León, Castilla y Galicia.
Al año siguiente se reunió con el rey de Portugal y se fijaron las fronteras definitivamente y sellaron la paz.
A partir de Fernando III, rey de Castilla y de León, se considera el nacimiento de la Corona de Castilla-León.
Fue, sin duda, uno de los reyes más importantes que hemos tenido. Conquistó para la cristiandad  el Reino de Jaén, el Reino de Córdoba, el Reino de Sevilla y Extremadura, obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes. Al finalizar el reinado de Fernando III, únicamente poseían en la Andalucía el Reino de Niebla, Tejada y el Reino de Granada, este último como feudo castellano. Su hijo, el futuro Alfonso X, el sabio, fue enviado por Fernando a la conquista del Reino de Murcia, venciendo a los  moros, dejando la región como un señorío castellano, tras lo cual Alfonso conquistó las plazas de Mula y Cartagena.
Los reinos unidos y las conquistas realizadas ampliaron su reinado llegando a poseer unos 370.000 kilómetros cuadrados.


ESTATUA DE ALFONSO X EL SABIO EN MADRID 
En al-Ándalus después de la derrota sufrida en Tolosa en 1212 surgieron los Terceros Reinos de Taifas. Años después Fernando III había aprovechado el declive del imperio almohade. En 1224 Fernando parte con un contingente de grandes hombres de Castilla, el maestre de la Orden de Santiago y, posteriormente, se le unió la de Calatrava con su maestre al frente y se dirigieron a Sierra Morena para conquistar el valle del Guadalquivir mientras que su hijo Alfonso tomaba el Reino de Murcia. Al convertirse Fernando III en rey de León y Castilla en 1230 se incluye así las taifas y señoríos conquistados a los árabes, nada menos que Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla. Los reinos conservaron su derecho (por ejemplo, a las personas del Reino de Castilla que eran juzgadas en el Reino de León se les aplicaba el derecho de aquel Reino).
Con sucesivas éxitos en batallas y negociaciones llegaron hasta la misma vega de Granada, donde, temiendo seguir la misma suerte que las anteriores plazas, los habitantes parlamentaron con Fernando y ofrecieron la liberación de 1300 esclavos cristianos y otras prebendas. Se aseguró así la supervivencia del Reino Nazarí de Granada, que se prolongaría durante dos siglos y medio más.
Fernando III trató de unificar y centralizar la administración de los reinos castellano y leonés, promovió la traducción del Fuero y Juzgó e impuso el castellano como idioma oficial de sus reinos en sustitución del latín. Repartió las nuevas tierras conquistadas entre las órdenes militares, lo que dio lugar a la formación de grandes  latifundios. También ordenó hacer el Libro de la Nobleza y Lealtad que es una obra de derecho político y normas de los deberes del gobernante para un buen gobierno y las virtudes que debe reunir para cumplir esas obligaciones. Mandó construir las catedrales de Burgos y León. 

CATEDRAL DE BURGOS 

Inició las obras de la catedral de Toledo. El canciller del rey, Juan, fundó la catedral de Valladolid y, posteriormente, siendo obispo de Osuna, edificó esa catedral. Nuño, obispo de Astorga, hizo la torre y el claustro de su catedral. Lorenzo, obispo de Orense, levantó la torre que le faltaba a su templo. Mandó edificar el rey innumerables iglesias, conventos y hospitales y tanto él como su madre efectuaban importantes donaciones.
Hacia 1237 instituyó el Consejo de los Doce Sabios, que eran un grupo consultivo de doce personas doctas que le ayudaban a ser un buen gobernante. El tratado de su creación tiene un epílogo de su hijo, Alfonso X el Sabio.
En 1240 Fernando clausuró la Universidad de Palencia, fundada en 1212 por Alfonso VIII de Castilla, y la trasladó a Salamanca, que fue fundada en 1215 por Alfonso IX de León, ya que no parecía funcionar al nivel que se quería por los escasos recursos que poseía. Desde este momento Fernando dedicó mucha atención y recursos a la Universidad de Salamanca, convirtiéndola en una de las mejores de Europa.


Se esmeró porque en su corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario. Además fue mecenas de artistas.
Conquistó para la cristiandad el Reino de Jaén, el Reino de Córdoba, el Reino de Sevilla en  noviembre de 1248 y Extremadura, obligando con ello a retroceder a los reinos musulmanes. Al finalizar el reinado de Fernando III, únicamente poseían los almohades el Reino de Niebla, Tejada y el Reino de Granada, este último como feudo castellano. Su hijo, el futuro Alfonso X, el sabio, había sido enviado por Fernando a la conquista del Reino de Murcia, venciendo a los moros, dejando la región como un señorío castellano, tras lo cual Alfonso conquistó las plazas de Mula y Cartagena. El reino Taifa de Murcia abarcaba por entonces casi todo Al-Andalus, (1228-1266)


CÓRDOBA 
En febrero de 1236 llegó Fernando III a Córdoba con su ejército. Los cordobeses esperaron la ayuda de Ibn Hud, que venía desde Murcia, pero al comprobar que este no se decidía a intervenir y que se había retirado a Sevilla, iniciaron negociaciones de rendición con Fernando III. Al no aceptar las condiciones del rey para evacuar la ciudad, propició que la ciudad de Córdoba se rindiese en junio de aquel año. En las negociaciones se estableció una tregua de seis años y el pago de parias.
Después de la caída de Córdoba, Ibn Hud se instaló en Almería, y aunque muchas plazas abandonaron su obediencia, siguió gobernando como si nada pasara. A principios de 1238, Ibn Hud fue asesinado por el gobernador de Almería, que inmediatamente se alzó con el poder en aquella ciudad. Poco tardó en anexionarse también el territorio almeriense al atacarle. El asesinato de Ibn Hud y el desmoronamiento del poder almohade propiciaron el avance de las tropas cristianas. Numerosas villas y castillos cordobeses fueron anexionados mediante pactos o por las armas.


SEVILLA 
Con su sucesor la influencia almohade en la península se redujo a la nada y fueron incapaces de socorrer a los musulmanes de Al-Ándalus mientras Fernando III avanzaba por el valle del Guadalquivir. En 1246 Ibn al-Yadd expulsó al gobernador hafsí, Abú Fares, y quedó como principal de Sevilla, firmando una tregua con Fernando III. Los elementos contrarios a este acuerdo le asesinaron y su líder, Axataf, pasó a ser el nuevo gobernante de Sevilla.
Después de la toma de Jaén en 1246 Fernando III devastó los campos sevillanos de Carmona, Lora y otros, como preparación al asedio a Sevilla para el año siguiente, dominando así todo el valle del Guadalquivir. La conquista de Sevilla no era fácil y se llevó de manera simultánea por tierra y por el río. Ordenó la formación de una flota con naves procedentes del Cantábrico, origen de la marina de Castilla para atacar a la flota musulmana. Eso les privó a los musulmanes de los refuerzos procedentes de África.
Mientras las plazas cercanas fueron atacadas por las tropas castellano-leonesas y se procedió al asedio de Sevilla, pero desde Niebla el emir les proporcionaba víveres a los sitiados que llegaban desde San Juan de Aznalfarache utilizando un puente de barcas, reforzado con cadenas de hierro, por lo que Fernando decidió destruirlo mediante barcos cargados de piedras. Así la ciudad quedó aislada del castillo de Triana y no tuvo más remedio que rendirse.
Después Fernando bajó por el Guadalquivir con dos compañías de saqueo, liquidando las resistencias restantes de las Marismas y de la comarca del estrecho de Gibraltar, Jerez, Arcos, Medina Sidonia y otras ciudades gaditanas como Puerto de Santa María, Sanlúcar, Rota y Trebujena. En estas actividades estuvo implicado el príncipe Alfonso, ejerciendo labores de gobierno, dada la mala salud de su padre. Sólo quedaba Cádiz y Niebla. Fernando creyó morir en esos días, pero murió cuatro años después, en 1252 cuando preparaba una expedición a Marruecos para conquistar Orán hasta el Atlántico para controlar ambos lados del estrecho. Ojalá lo hubiera hecho, aunque mucho tiempo después el cardenal Cisneros Logró tomar Orán.
Tras la muerte de Fernando III y de su entierro en la catedral se genera una energía espiritual que atrae a los fieles sevillanos. El papa  Sixto V confirmaría en 1590 que Fernando III poseía el halo de santidad y que merecía el tratamiento de santo. 
Su hijo Alfonso X el Sabio, fue un gran literato y declaró que su saber se lo debe en gran parte al interés que su padre tenía porque su instrucción fuera la mejor posible.
En 1.590 el papa Sixto V confirmó que Fernando III merecía el tratamiento de santo, y más tardé el papa Urbano VIII acreditó su santidad e inició el proceso de beatificación en 1628. Pero fuel el papa Clemente X quien extendió el culto al beato a todos los reinos peninsulares y lo canonizó en 1672. Más de cuatrocientos años después de su muerte.
No fue santo por ser pacífico, sino por su constancia en pelear contra los musulmanes, si bien es cierto que mostraba gran piedad y respeto a la moral cristiana. Instauró la costumbre de lavar los pies a doce de sus súbditos más pobres, costumbre que perduró en la corte de Castilla y después en la española hasta el siglo XX. Cuando estaba en campaña rezaba el oficio “parvo mariano”, antecedente medieval del santo Rosario.
Destacó en el aspecto cultural, en la construcción de catedrales como las de Burgos, Toledo y León. Impulsor de la Universidad de Salamanca. Encargó a Jiménez de Rada que escribiese la “Historia Gótica”. Instauró el castellano en sustitución del latín, como lengua oficial. Designó a doce varones sabios y prudentes para que le aconsejaran, germen del Consejo del Reino. Buen jinete, hábil cazador y excelente jugador de ajedrez.
Fernando III engrandeció Castilla como no lo había hecho ningún otro rey ni antes ni después de su reinado. En pocos años la población triplicaba a la de Portugal y Aragón, por lo que se rompió el equilibrio entre los reinos cristianos en la península. 



Territorial y demográficamente estaba claro que la Corona de Castilla–León era muy superior a todas ellas.

viernes, 3 de noviembre de 2023

PARADORES DE TURISMO - CONVENTO DE SAN MARCOS -LEÓN

Fortalezas árabes, antiguos conventos, monasterios, palacios, etc.  Edificios singulares antiguos recuperados para hoy, con el objeto de que el viajero tenga la ocasión de alojarse entre viejos y nobles muros, donde la sombra del pasado todavía cobija recuerdos imperecederos grabados  en la piedra, el adobe, la madera, en las escaleras, en las habitaciones y pasillos, en comedores y salones; donde las esculturas, pinturas y la propia arquitectura nos hablan de nuestra larga, grande y formidable historia.

CONVENTO DE SAN MARCOS-LEÓN 

De las mejores ideas y realizaciones que se han hecho en España aprovechando lo que hay, mejorando su situación, conservando y además consiguiendo un beneficio. Buena forma de mantener y utilizar nuestro gran patrimonio arquitectónico histórico-artístico. En realidad son una serie de edificios históricos convertidos en hoteles de categoría, localizados en sitios privilegiados, muy bien seleccionados. 
Podría haber muchos más, pero el dinero manda. Detrás de esto está la empresa “Paradores de Turismo de España, S.A”. que es una empresa cuyo capital es, en su totalidad, de la Administración General del Estado. Es decir de toda España. La empresa cuenta con un valioso patrimonio histórico, seguramente en su aspecto artístico el más valioso del mundo en manos de una cadena hotelera, con edificios, de los cuales 45 están declarados Bien de Interés Cultural. Además conserva entre su oferta una propuesta de gastronomía propia de la zona en que se encuentra cada Parador, recuperando la cocina tradicional del lugar.

En 1926 el Marqués de la Vega-Inclán fue la persona de la cual nace este gran proyecto, convertido en realidad, por suerte. Construyó un alojamiento en la sierra de Gredos, que sería el primer Parador. Posteriormente se constituyó la Junta de Paradores y Hosterías del Reino. Parajes de belleza, poblaciones con riqueza cultural e histórica donde se encontrarán monumentos históricos y artísticos factibles de remodelar y convertirlos en hotel. Esa fue la idea original. Y así se hizo. Al de Gredos siguieron otro en Alcalá de Henares, Madrid, en Ciudad Rodrigo en Salamanca, el de Oropesa en Toledo, el de Úbeda en Jaén. Y el de Mérida en Badajoz. Esto hasta 1933. A la vez se construyeron doce Albergues de Carretera, que posteriormente también fueron Paradores. En la década de los 60, durante el ministerio de M. Fraga, fue cuando la red de Paradores alcanzó más impulso y llegó a tener 83 Paradores. Pero ahora hay 98 (hay uno en Portugal). Luego se perdieron los que había en Marruecos. En la década de 1980, algunos hoteles se incorporaron a la red de Paradores como el Hostal de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela, una auténtica belleza.
En el año 2012 las dificultades económicas de la red que fueron encontradas decidió el cierre temporal de varios establecimientos.
Hay personas que exclusivamente se aloja en Paradores, y no les hables de otras cosas, no hay nada comparable para ellos. Sibaritas que aprecian el gusto por el detalle, por lo antiguo, lo histórico. En el Monasterio de San Estebo, por ejemplo se aprecian claramente los estilos barroco y románico, con tres impresionantes claustros, uno románico, uno gótico y otro renacentista, por los que podrás pasear en noches tranquilas, bajo tenue iluminación y con un leve sonido de música religiosa acompañándote. La belleza y monumentalidad del edificio han hecho que fuese declarado Monumento Histórico Artístico en el año 1923.

Un moderno hotel con todas las comodidades, nunca podrá ofrecerte el arte, la historia y el monumento de un Parador.
Iré presentado uno a uno los Paradores más interesantes, porque además de los amigos españoles que pueden conocerlos, tenemos muchos amigos cruzando el océano y alejándonos por Europa que no conocen esta maravilla. Aunque muchos han venido y han sabido de su existencia y han aprovechado al menos un par de días para gozar de la placentera estancia que ofrece un Parador.
Fotos del Parador de León. Un aperitivo, nada más.
Se trata de “El convento de San Marcos”. Es una de las grandes joyas de la arquitectura de la ciudad española de León junto con la Catedral, la Basílica de San Isidoro o la Casa Botines. Se encuentra hoy convertido en Parador y es uno de los monumentos más importantes del Renacimiento Español.

Su fachada es una perla del plateresco español. Es de un solo lienzo con muro de dos cuerpos y dos pisos, rematado en crestería calada y candeleros. El primer cuerpo posee ventanas de medio punto y pilastras platerescas, el segundo balcones y columnas con balaustradas. En el zócalo se presenta medallones con personajes greco-latinos y de la Historia de España (Hércules, Príamo, Héctor, Alejandro Magno, Aníbal, Julio César, Trajano, Judith, Lucrecia, Isabel la Católica, Carlomagno, Bernardo del Carpio, el Cid, Fernando el Católico, Carlos I y Felipe II). En el sobre zócalo se representan cabezas de ángeles. La torre palaciega data del 1711 al 1714. Está decorada con cruz de Santiago y un León y presenta cuatro frisos con entablamento.

La portada y entrada principal tiene dos cuerpos más peineta de estilo plateresco, aunque en el siglo XVIII son añadidos elementos barrocos. En el primer cuerpo hay un gran arco de medio punto con roseta e intradós decorado. La clave es de tipo exaltado representando a San Marcos. Hay medallones con inscripciones bíblicas y un altorrelieve de Santiago triunfante en la batalla de Clavijo. Posee un vano de estilo barroco, con el escudo de armas de Santiago y los del Reino de León. En la peineta están representados el Escudo de armas reales y una estatua de la Fama, obra de Valladolid. Arriba hay un óculo en forma de rosetón coronando la portada.

AL-ANDALUS DURANTE 800 AÑOS

Solemos escuchar y leer incluso a historiadores refutados que los musulmanes dominaron la península Ibérica durante 800 años. Pues bien, nad...