martes, 7 de noviembre de 2023

CORONA DE CASTILLA-LEÓN 2

A Fernando III, el santo, le sucedió su hijo Alfonso X que fue titular de la Corona de Castilla y León entre 1252 y 1284. Había nacido en 1221.


ALFONSO X EL SABIO

Fue un rey diferente, que sin abandonar su trabajo de gobernante y militar es muy reconocida su obra literaria y su trabajo en pos de la ciencia, historia y judicatura. Patrocinó y supervisó e incluso compuso y colaboró personalmente en diferentes trabajos, muchas veces acompañados por un amplio conjunto de intelectuales de amplia procedencia.
Considerado como el fundador de la prosa castellana, en la que es posible datarse el hecho en su época de la adopción del castellano como lengua oficial.
En el terreno militar, la muerte de su padre había reanudado la ofensiva contra los musulmanes. Tomó Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz. Hay historiadores que aseguran que fue en el sitio de Niebla donde se utilizó la pólvora por primera vez con fines militares, (1262). A los reyes de Granada y Túnez que se habían sublevados les hizo frente. Sofocó la sublevación mudéjar de la Baja Andalucía con facilidad. En Murcia lo consiguió con la ayuda de Jaime I de Aragón, pero tuvo la consecuencia de la huida de los mudéjares andaluces, con el consiguiente despoblamiento de muchos territorios de la campiña del Guadalquivir.
Vamos a dejar a un lado su muy importante trabajo de gobernante cuando ya estaban unidas Castilla y León, para hablar de su labor cultural.
En aquella época un rey, que sin dejar sus trabajos de gobernación y militar se dedique a culturizar a su pueblo pensando que era lo más noble de su política, no era algo muy corriente, sobre todo dejando algo de lado la dirección religiosa. Y a ello se entregó organizando códigos, saber científico, ejercicios lúdicos y versos marianos. Mirando al cielo, mejoró sus campos.

CÓDIGO DE LAS SIETE PARTIDAS 

Como legislador introdujo en sus reinos un formidable cuerpo de textos jurídicos, doctrinales y normativos, ligados al Derecho Romano. Llamados “El Espéculo” y “Las Siete Partidas”. de la que ya hemos hablado.
Su empresa cultural vinculó simultáneamente ingredientes tanto cristianos como musulmanes y judíos. La fecundidad de la colaboración entre intelectuales de las tres culturas tiene su máxima expresión en la Escuela de Traductores de Toledo, instituciones instaladas en Toledo, Sevilla y Murcia, que impulsó el rey sabio y que estaban destinados a los procesos de traducción e interpretación de textos clásicos, greco-latinos, alejandrinos, vertidos de árabe o del hebreo a la lengua latina, romance o lenguas diversas, emergentes, como el castellano. Trabajo el cual, junto a compiladores y autores, emprendió una ingente labor de recogida de toda clase de materiales para la elaboración de libros, que el propio rey corregía y supervisaba. Hizo tabla rasa de las diferencias de raza o religión, por lo que reunió a judíos, musulmanes, castellanos e italianos, que colaboraron libremente y otorgaron al conjunto una proyección universal.
La Historia fue una de sus grandes pasiones. Escribió o participó en “La Crónica General”, donde se propone la relación de la historia universal. Y la “Estoria de España”, (atención al nombre para los desentendidos), redactadas en lengua romance castellana, como prueba del importante apoyo del monarca al idioma castellano, desde un punto de vista unificador, en términos nacionales y políticos.


JAIME I DE ARAGÓN 

“Cantigas”, obras de carácter religioso que es en su vertiente donde el rey alcanza sus mayores logros. Son una serie de canciones líricas escritas en galaico y con anotación musical e ilustraciones que son lo mejor de la pintura de su tiempo.
“Libros de axedrez, dados e tablas”. Se editaron las “Tablas Astronómicas Alfonsíes” elaboradas en 1272.
Considerado como el fundador de la prosa castellana.
El Fuero real de Castilla en 1254, preparó la redacción de la que sería su gran obra, el “Código de las siete partidas”, seguramente de 1263, donde se recoge lo mejor del Derecho Romano para unirlo a las más vivas tradiciones de Castilla. Este código, de larga influencia en el ordenamiento castellano y español, supuso la recepción del derecho romano en Castilla y su incorporación por lo tanto a la corriente europea. De estudio obligatorio aún hoy.
Patrocinó y supervisó e incluso compuso y colaboró personalmente en diferentes trabajos, muchas veces acompañados por un amplio conjunto de intelectuales de amplia procedencia.
Su labor poética le llevó a escribir poesía en lengua gallega. Son sus 453 composiciones algunas en un lenguaje que contiene parodia o insolencia. “El rey hace un libro no porque en él escriba con sus manos, sino porque compone las razones y de él parten las enmiendas y corrige y endereza y muestra la manera de cómo se debe hacer y así se escribe lo que él manda. Pero decimos que el rey hace el libro”
Explica que él concebía la obra, que otros realizarían, pero ponía los medios y con sus instrucciones sobre la estructura, su contenido e incluso hasta los detalles, por eso se podía decir que el rey había escrito el libro.
Hablaremos ahora del desarrollo militar. 
A las grandes expectativas que había despertado entre los castellanos la entronización de Alfonso X, pronto se vieron frustradas. Había participado en vida de su padre en algunas campaña militares como la conquista del reino de Murcia y en el terreno diplomático era bien visto el Tratado de Almizra con Jaime I de Aragón  en 1244, delimitando las áreas a conquistar, un acuerdo de ambos a devolverse las poblaciones que conquistadas por uno, pertenecieran al otro.
Pero estos éxitos no tuvieron continuidad. Al ser hijo de Beatriz de Suabia, que había sido hija del duque de Suabia, emperador de Alemania, le podía corresponder derechos sobre el trono. Trató de obtener la candidatura para la coronación imperial de Alemania, con el apoyo de Sajonia, Brandeburgo, Bohemia y varias ciudades italianas. Gastó grandes sumas de dinero para atraer votos a su elección. Pero no viajó a Alemania y sus adversarios reaccionaron y fracasó el empeño.
El Papa Clemente IV se opuso a Fernando y en 1273 fue elegido emperador Rodolfo de Habsburgo. Estos hechos trajeron el rechazo en Castilla, gastos, hombres, guerras etc. obligaron a crear nuevos impuestos.
A la muerte de su padre había reanudado la ofensiva contra los musulmanes. Tomó Jerez, Medina-Sidonia, Lebrija, Niebla y Cádiz. A los reyes de Granada y Túnez que se habían sublevados les hizo frente. Sofocó la sublevación mudéjar de la Baja Andalucía con facilidad. En Murcia lo consiguió con la ayuda de Jaime I de Aragón, pero tuvo la consecuencia de la huida de los mudéjares andaluces, con el consiguiente despoblamiento de muchos territorios de la campiña del Guadalquivir.
Siempre se tituló “Rey del Algarve”, porque parece ser que le había sido donado por Sancho II de Portugal como pago de su apoyo militar. Inició una guerra contra el rey portugués Alfonso III de Portugal que terminó en un diplomático acuerdo matrimonial. Hubo que renunciar al Algarbe. También abandonó sus pretensiones sobre Navarra evitando la guerra con su suegro Jaime I.
En 1272, una serie de reivindicaciones planteadas por los nobles fueron desoidas por el  monarca, lo que provocó el exilio de éstos en Granada, junto a sus ejércitos. Fernando de la Cerda, heredero de la corona a la sazón negoció con los nobles en un acuerdo de reconciliación.

SOLDADOS BENEMIRINES 

Cuando se disponía a combatir a los benimerines, en Marruecos, en 1275, murió el infante Fernando de la Cerda, antes de que su hermano Sancho consiguiera rechazar a los musulmanes. El Rey Alfonso en su decisión provocó un conflicto sucesorio. Muerto el heredero según el derecho castellano debía corresponderle a su segundo hijo la herencia, a Sancho, pero según el derecho romano les correspondía a los hijos de fallecido, es decir a Alfonso de la Cerda y luego en un intento posterior de hacer al infante Alfonso de la Cerda rey de Jaén provocó la rebeldía de Sancho, quien buscó apoyo en Aragón y Portugal (mientras que Francia apoyaba a los de la Cerda) y se hizo reconocer por unas Cortes reunidas en Valladolid, que depusieron a Alfonso X, en 1282. Quedó el viejo rey confinado en Sevilla. Sólo Sevilla, Murcia y Badajoz permanecieron fieles al viejo monarca. Alfonso maldijo a su hijo, a quien desheredó en su testamento, y ayudado por sus antiguos enemigos los benimerines empezó a recuperar su posición. Cuando cada vez más nobles y ciudades rebeldes iban abandonando la facción de Sancho, murió el rey en Sevilla, el 4 de abril de 1284.
Sancho, a pesar de haber sido desheredado, fue coronado en Toledo el 30 de abril de 1284 

CAPTURA DEL STANHOPE - 1710

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