sábado, 22 de marzo de 2025

EL INFRAVALORADO REY FERNANDO

En su libro “Fernando el Católico: vida y mito de uno de los fundados de la España moderna”, el hispanista Henry Kamen, en cuanto a su carácter, asegura que Fernando el católico ha merecido a lo largo de la historia un saco de elogios y críticas, que, solo se basan en mitos e imprecisiones. “En realidad, sabemos muy poco sobre su vida, porque la documentación del periodo es malísima, especialmente en lo referido a la Corona Aragonesa”, explica Kamen. No en vano, el primer archivo nacional surgió en el siglo XVI en Castilla y, por tanto, la documentación sobre los Reyes Católicos está monopolizada por la figura de Isabel la Católica. “Se le atribuyen a ella muchas cosas que son mérito exclusivo de él”, apunta. Antes que él, sólo Jaume Vicens Vives logró una aproximación solvente a la figura del aragonés a través de una biografía fuertemente contestada por los nacionalistas. “Los que están fabricando la nueva ideología de Cataluña no saben nada de historia y copian las ideas de los nacionalistas del siglo XIX, que originalmente vieron al Monarca como una figura positiva pero luego le achacaron las culpas de la crisis demográfica que vivió Barcelona durante su reinado”, señala el británico. Pero no solo los catalanes han despreciado a Fernando el Católico. 

Tampoco los castellanos han mostrado nunca grandes simpatías por un hombre que en realidad solo hablaba castellano y, pese a nacer en la región de Zaragoza, contaba con raíces profundas en el reino vecino. “La nobleza castellana sentía aversión por Fernando, al que llamaban sin fundamentos, de forma despectiva, “el viejo catalán”. A lo mejor tiene que ver con su carácter o su actitud”, analiza Kamen. 

De esta forma, a la muerte de su esposa, Isabel, en 1504, la nobleza castellana se decantó de forma mayoritaria por el extranjero, Felipe el Hermoso y por Juana la Loca, mientras el viejo aragonés abandonaba el reino visiblemente ofendido. La inesperada muerte de Felipe I cuando solo llevaba dos meses en el trono devolvió a Fernando el control de Castilla ante la incapacidad de su hija. “La preferencia de los nobles por Felipe es más bien por su hija Juana, lo cual se ve reflejado en que serán sus hijos quienes protagonizan la sucesión”, sostiene el hispanista. Siendo Rey de Aragón, Valencia, Sicilia, Nápoles y Navarra, conde de Barcelona y gobernador del Reino de Castilla, Fernando murió el 23 de enero de 1516 en Madrigalejo, intuyendo que iba a ser el último representante de la dinastía de los Trastámara y, por encima de todo, el primer Monarca en ceñir todas las coronas que constituyen la España de hoy. “Fernando no fue el unificador de las Españas que reza el mito, pero sí es el iniciador de una gran aventura”, asegura Kamen. En su opinión, España nació a través de matrimonios entre una misma familia y no a base de conquistas o reformas administrativas. Los Reyes Católicos nunca fueron conscientes de la envergadura del Descubrimiento de América y su participación en el proyecto fue muy limitada. “El ideólogo del Descubrimiento es un loco, Cristóbal Colón, que corre con la planificación y con los riesgos. Además, los descubrimientos más importantes se llevaron a cabo después de la muerte de los Reyes”. En el momento en que murió Fernando, el dominio español se limitada a varias islas periféricas y en Europa apenas se conocía en ese momento datos sobre aquellas tierras. A mi juicio esto es discutible dado que por ejemplo en Tratado de Tordesillas de 1494 entre Portugal y Castilla, establece la división territorial del continente, bien es cierto que fue hecha sobre una superficie imaginaria en el mar. Aunque es verdad que no se sabía que era un nuevo continente. Recién en 1503 Américo Vespucio en su escrito Mundus Novus, relata el viaje realizado en 1501 en una flotilla de tres naves portuguesas y afirma que las costas exploradas son tierra firme continental, no islas, y añade que ese continente está "más densamente poblado (...) que nuestra Europa o Asia o África" y que es lícito llamarlo "Novum Mondum".

Cardenal Cisneros 

Fernando impulsó la Junta de Toro en 1505 para la búsqueda de un atajo que hiciera más corto el camino a las Indias. Vespucio, Juan de la Cosa, Yáñez Pinzón y Juan de Solís se presentaron en la corte, entonces en Burgos en 107, ya muerta Isabel. En 1513 Vasco Núñez de Balboa cruza el istmo de Panamá y descubre el Pacífico. Pero si es cierto que trataban los territorios como islas y Fernando seguramente nunca consideró con visión la importancia, más allá de las riquezas que existían cuando supo que se había descubierto un continente enorme. Además es necesario tener en cuenta que la política de Protección a los nativos de América fue iniciada por Isabel y continuada por Fernando. Las Leyes de Burgos, promulgadas por él en 1512 y complementadas por Las Leyes de Valladolid de 1513 y la Real Cédula de 1514. Todas suponían un avance en la afirmación de los derechos a los indios. Todo esto cuando ya había fallecido Isabel en 1504.

Las cédulas de Fernando sirvieron para llenar un vacío legislativo referente a la condición legal de los indios, asegurando la absoluta legitimidad e igualdad de la descendencia que surgiera de los matrimonios mixtos comparados con los matrimonios de Castilla.

Mientras en España, Fernando no pudo llevar a cabo la venganza contra la alta nobleza, por el enorme potencial militar de tan poderoso grupo. Pero cuando las circunstancias lo permitieron, Fernando se apresuró a dar un escarmiento a quienes lo hubieran desafiado. La vejez de Fernando corrió en paralelo con el engrandecimiento de la figura del Cardenal  Cisneros. Hombre de Iglesia y de Estado, Jiménez de Cisneros fue inquisidor general, arzobispo de Toledo e incluso cardenal. Asumió la regencia de Castilla durante la estancia de Fernando en Nápoles, y volvería a desempeñar tal papel desde la muerte del rey hasta la llegada a España de Carlos V. Cisneros utilizó las inmensas rentas que le proporcionaba su extenso y rico arzobispado para una empresa que tuvo mucho de aventura personal: la conquista de la estratégica plaza norteafricana de Orán, un paso más en la expansión imperial española. Esta nueva hazaña no frenó el declive físico de Fernando. El rey, el “viejo aragonés”, se moría. Acosado por una esposa mucho más joven, ansiaba tener descendencia a toda costa.  El legado de Fernando consistió en otorgar todas sus posesiones a favor de su hija Juana, y en el puesto de ella, debía asumir el gobierno y la regencia de los reinos de Castilla y Aragón, su nieto Carlos de Gante, futuro Carlos I y hasta su llegada de la corte de Flandes, nombró a su hijo Alonso de Aragón (hijo de Aldonza y nacido antes de su matrimonio con Isabel) regente de los reinos de la Corona de Aragón y al Cardenal Cisneros, regente de Castilla.

Falleció el gran rey Fernando el católico el 23 de enero de 1516, cuando se hallaba en una remota aldea extremeña, Madrigalejo. Como escribió el historiador de la época, Pedro Mártir de Anglería, “el señor de tantos reinos, el adornado de tantas palmas, el propagador de la religión católica y el vencedor de tantos enemigos, murió en una miserable casa rústica y, contra la opinión de las gentes, pobre”.

El cardenal Cisneros estaba al frente del gobierno y lo estuvo hasta la llegada de Carlos de Gante el 19 de septiembre de 1517

jueves, 20 de marzo de 2025

BATALLAS FAMOSAS DE LOS TERCIOS

1- BATALLA DE CERIÑOLA 1503
El origen de los Tercios, aunque nominalmente esté en la ordenanza de Génova de 1536, lo ubicamos en las campañas de Italia del Gran Capitán.
Esta batalla enfrentó a tropas francesas dirigidas por Luis de Armagnac contra las tropas españolas comandadas por el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. Los franceses contaban con 9500 hombres y 26 piezas de artillería, mientras que los españoles con 9000 hombres y 13 piezas. La victoria hispana en esta batalla marcó el inicio de la hegemonía de la Monarquía Hispánica en los campos de batalla europeos.
2- BATALLA DE PAVÍA 1525
En este combate se enfrentaron las topas del emperador Carlos V contra las de su acérrimo enemigo Francisco I, rey de Francia. Los franceses sitiaron la ciudad italiana que solo contaba con 6300 hombres como guarnición, mientras que las tropas del rey francés eran unos 30 mil. Mientras tenía lugar el sitio, los mercenarios alemanes y suizos empezaron a mostrar ciertos recelos al no recibir sus honorarios. Los generales españoles empeñaron sus fortunas personales para poder pagar a sus tropas. Viendo la situación de sus oficiales, los arcabuceros españoles decidieron que seguirían defendiendo Pavía, aún sin cobrar. Finalmente llegaron los refuerzos del emperador que liberaron la ciudad.


3- BATALLA DE MÜHLBERG 1547
Los príncipes protestantes se unieron para luchar contra el emperador en lo que se conoció como la Liga de Esmalcalda. Ambos ejércitos se enfrentaron en la ciudad alemana de Mühlberg. Los ejércitos imperiales contaban con 25 mil infantes 4500 jinetes y 20 cañones, y las tropas protestantes estaban formadas por 12 mil infantes 3 mil jinetes y 13 cañones. Las tropas hispano-germanas estuvieron lideradas por el propio emperador y el Duque de Alba.
4- BATALLA DE SAN QUINTÍN 1557
Se enmarca en las Guerras Italianas que enfrentaron a franceses y españoles. Los franceses invadieron Nápoles, como respuesta Felipe II ordenó a las tropas españolas situadas en los Países Bajos y lideradas por el Duque de Alba, que invadieran Francia. Los españoles, sin embargo, eran minoría en un ejército formado por valones, flamencos, borgoñones, saboyanos, húngaros, italianos y, sobre todo, alemanes. La victoria sobre las tropas francesas fue la primera gran batalla bajo el reinado de Felipe II, recién coronado. Por ello mismo, el rey decidió construir el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, conmemorando así la victoria, que tuvo lugar el día de San Lorenzo (10 de agosto).
5- BATALLA DE GRAVELINAS 1558
Enrique II de Francia, desquitado por la derrota en San Quintín, preparó una contra-ofensiva. Sin embargo, el duque de Saboya y Felipe II reunieron un ejército de 12.500 infantes y 3.200 jinetes, dando el mando al conde de Egmont y avanzó hacia Calais. Sorprendidos por la rápida maniobra española y con el río Aa a sus espaldas, los franceses no tuvieron más alternativa que presentar batalla. Tras una nueva derrota, Enrique II se rinde y renuncia a los territorios italianos y firma la Paz de Cateau-Cambrésis.
6- RESCATE DE MALTA 1565
El Imperio Otomano, bajo el gobierno de Solimán el Magnífico, tenía la intención de conseguir la hegemonía en el Mediterráneo. El ataque a la isla de Malta fue un importante movimiento. Los cristianos resistieron durante cuatro meses el ataque de los casi 50 mil turcos, mientras que ellos solo contaban con 6 mil hombres. Sin embargo, en septiembre Felipe II mandó 9 mil hombres a socorrer a los sitiados. Destacó la audacia de Álvaro de Sande, uno de los mandos de las tropas de refuerzo, quien, viendo a los turcos acercarse, cargó sobre ellos con una única compañía de arcabuceros, sin esperar a ponerse la coraza o a recibir órdenes. Los desmoralizados turcos, asombrados y viendo que se les venían encima todas las huestes de la Monarquía Católica, dieron media vuelta y huyeron abandonando la isla.
7- BATALLA DE JEMMINGEN 1568
En 1566 se levantaron en armas los rebeldes protestantes de los Países Bajos en una guerra que duraría 80 años. Una de los primeros encuentros entre éstos y las tropas católicas de la Monarquía Hispánica fue en Jemmingen. El Duque de Alba condujo a las tropas a una decisiva victoria en la que el rebelde Luis de Nassau tuvo que salir huyendo. En esta batalla jugaron un papel decisivo el Tercio Viejo de Lombardía y el de Sicilia, que sumaban unos 3500 hombres frente a los 12000 holandeses.
8- BATALLA DE LEPANTO 1571
Juan de Austria, condujo a la Santa Liga formada por Venecia, los Estados Pontificios y la propia Monarquía Hispánica a una gloriosa victoria en el golfo de Lepanto. Participaron personajes ilustres como Álvaro de Bazán, Alejandro Farnesio o Luis de Requesens. También estuvo presente el famoso Miguel de Cervantes, escritor del Quijote y conocido como “el manco de Lepanto” quien describió la batalla como “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros”.
9- BATALLA DE MOOK 1574
Los españoles también eran inferiores en esta batalla, encuadrada en la Guerra de los Ochenta Años contra los rebeldes holandeses. Los ejércitos españoles obtuvieron una sorprendente victoria gracias al arrojo del Capitán Sancho Dávila. Ante tal muestra de ferocidad los holandeses huyeron precipitadamente, lo que causó numerosas bajas y la muerte de sus comandantes, Luis y Enrique de Nassau.

BATALLA DE MÜHLBERG

10- BATALLA DE GEMBLOUX 1578
Don Juan de Austria y Alejandro de Farnesio comandaban a los 1600 infantes con los que salieron a dar caza al ejército de los Estados Generales holandeses, unos 20 mil hombres. El 31 de enero avistaron la retaguardia enemiga y Farnesio lanzó la caballería pero con órdenes para que no entablaran combate. Al ver que la caballería holandesa flaqueaba, ordenó el ataque. La formación rebelde se desmoronó ante el arrojo español y en su huida desorganizó a su propia infantería. El resultado fue la aniquilación del ejército hereje.
11- CAGAYÁN 1582
Una flotilla española comandada por Juan Pablo de Carrión fue enviada a las islas Filipinas para combatir a los piratas japoneses que acosaban los asentamientos europeos. Algunos de estos piratas fueron antiguos samuráis que habían caído en desgracia. Las picas y espadas españolas se mostraron muy superiores a las katanas japonesas, pues solamente unos 40 españoles derrotaron a 1000 piratas en estos combates que se dieron al otro lado del mundo. Hay que aclarar que no eran propiamente Tercios, pero algunos de los hombres que combatieron en Cagayán habían sido reclutados en las Indias y probablemente habían estado previamente en algún tercio en Europa. Pero aunque no lo estuvieran no dejaban de ser soldados españoles, formados en la misma doctrina que los tercios y con los mismos códigos de honor.
12- BATALLA DE EMPEL 1585
También es conocido como el Milagro de Empel. Todavía en el contexto de la Guerra de los Ochenta Años contra los rebeldes holandeses, las tropas de la Monarquía Hispánica se encontraron ante una situación difícil la primera semana de diciembre de el año 1585. Casi 5 mil soldados se vieron rodeados por una flota holandesa en la isla de Bommel. El capitán rebelde, Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, les ofreció una rendición honrosa, pero el Maestre Francisco de Bobadilla le respondió: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante la negativa española los holandeses abrieron los diques e inundaron la zona, por lo que las tropas católicas tuvieron que agruparse en el montecillo de Empel. Allí, cavando una trinchera, unos soldados encontraron una tabla con la imagen de la Virgen Inmaculada. La noche del 7 de diciembre sopló un viento gélido que congeló las aguas y dejó bloqueados a los barcos enemigos. Al amanecer del día 8 de diciembre los españoles atacaron y obtuvieron la victoria, estableciendo a la Inmaculada como patrona de los Tercios, hoy de la Infantería Ligera española.

RENDICION DE BREDA 

13- SITIO DE BREDA 1625
La Guerra de los Ochenta Años dio mucho de sí para aumentar las gloriosas victorias de los Tercios españoles. Ya en el siglo XVII destaca la toma de Breda por los Tercios comandados por el Capitán General de Flandes Ambrosio Spínola inmortalizada en el famoso cuadro de Velázquez. Los holandeses resistieron 11 meses el asedio católico, pero a pesar de su resistencia y de los refuerzos que envió Inglaterra, la ciudad acabó cediendo.
14- BATALLA DE NÖRDLINGEN 1634
Algunos historiadores califican a la Guerra de los Treinta Años como la primera guerra mundial, puesto que enfrentó a la grandes potencias de la época en Europa central. Las tropas de los bandos enfrentados estaban compuestas hombres de naciones muy diversas. La Monarquía Hispánica aportó sus Tercios, que destacaron en la batalla de Nördlingen. La feroz resistencia de las tropas hispanas en la colina de Allbuch rechazando hasta 15 cargas de los regimientos suecos fue determinante para la victoria.
15- BATALLA DE ROCROI 1643
En esta batalla los Tercios no resultaron victoriosos, pero hasta cuando se echaba encima la derrota, los infantes españoles supieron permanecer firmes aguantando las cargas de caballería francesa. Esta vez eran españoles y no de otras naciones, puesto que los tercios italianos presentes salieron huyendo. El propio enemigo describió a las formaciones hispánicas como si de un “muro humano” se tratara, inquebrantable aún cuando se acabó la munición de los mosquetes. Esta batalla marcó el declive de los temidos Tercios que dominaron Europa durante más de un siglo. No obstante no fue la última batalla de los Tercios y además hubo otro triunfo como la batalla de Honnecourt librada el 26 de mayo de 1643  que resultó en una victoria para las fuerzas españolas. La batalla se produjo en el marco de una campaña ofensiva española en los territorios de los Países Bajos meridionales, conquistados por los ejércitos franceses en los años previos de la guerra, durante la cual Melo recuperó las plazas de Lens y La Bassée. Después, el 23 de noviembre de 1643, un ejército imperial aniquiló a otro galo en la Batalla de Tuttlingen. Estos dos ejemplos pueden ilustrar que en sí misma la batalla de Rocroi no tuvo un peso decisivo en las operaciones militares.

martes, 18 de marzo de 2025

EL NACIONALISMO VASCO

El foralismo o fuerismo es una doctrina política que consiste en la aspiración a conservar y/o restaurar los antiguos fueros o leyes antiguas de los distintos territorios de España. Consiste en ideas a favor de los fueros y los privilegios tradicionales propios del Antiguo Régimen del reino de España frente a la centralización política surgida tras la Guerra de la Independencia contra Francia y el desarrollo de un estado moderno liberal. El objetivo del foralismo sería el de mantener las instituciones de gobierno autónomas, un sistema de justicia propio.

Sabino Arana 

Desde 1834 los fueristas del Señorío de Vizcaya y de las provincias de Álava y Guipúzcoa buscaron la forma de conciliar las antiguas libertades y el dominio de los hidalgos o notables con la poderosa corriente política liberal inaugurada en las Cortes de Cádiz. Después de la Tercera Guerra Carlista, los partidos dinásticos recogieron esa bandera durante la Restauración (1875-1923).  Manuel María de Gortázar y Munibe de acuerdo con Cánovas del Castillo consiguieron realizar el “Concierto Económico” en Vizcaya, que constituye el elemento esencial de la presente autonomía vasca dentro de la Constitución española de 1978. Ese Concierto Económico regula las relaciones tributarias y financieras entre la Administración General del Estado de España y la comunidad autónoma del País Vasco, y que forma parte del régimen foral. Históricamente, las tres provincias vascas gestionaron sus propios sistemas tributarios derivados de sus fueros, pero tras la tercera guerra carlista (1876) se implanta un sistema de colaboración entre los territorios históricos y el Estado.

Mientras el nacionalismo catalán tenía como bases sociales a los intelectuales y la burguesía urbana, el vasco se basaba más en la pequeña burguesía y en el campesinado. En consonancia, este nacionalismo poseía una base confesional y conservadora muy acusada. El sentimiento nacionalista vasco se aceleró con los cambios que experimentó el País Vasco en el último tercio del siglo XIX, plasmándose en una pluralidad de grupos. Entre estos grupos y personalidades destacará, sin lugar a duda, el núcleo vizcaíno con Sabino Arana.

Palacio de Ajuria Enea - Sede del Gobierno Vasco 

El nacionalismo vasco, con el fin de la tercera guerra carlista en 1896 supuso la pérdida de la autonomía administrativa vasca y navarra, conservando cierta autonomía financiera a través de los Conciertos Económicos. Comenzó a generarse un sentimiento de resentimiento hacia el gobierno central. El fuerismo es uno de los elementos que deben situarse en el origen del nacionalismo vasco. Nació una literatura fuerista de fuertes componentes románticos porque intentó entroncar lo vasco con la tradición histórica lejana, medieval, llena de tradiciones y hasta de mitos. El fuerismo se dividió a partir de 1876 entre un núcleo navarro y otro vizcaíno. Los miembros del primero defendían la unión entre los vascos y navarros. Los vizcaínos, por su parte empezaron a ir hacia una vía autonomista.

Arana procedía del carlismo y evolucionó hacia el nacionalismo. En 1895 fundó el PNV en Bilbao. Sabino Arana popularizó un nuevo nombre para la patria vasca, Euzkadi, una bandera propia y propuso un lema para el partido: "Dios y Ley antigua". El nacionalismo vasco se impregnó de un fuerte contenido católico y de defensa de la tradición. Se pretendía impulsar la lengua y costumbres vascas, defendiendo la pureza racial del pueblo vasco. El nacionalismo vasco era antiliberal, contrario al movimiento obrero, especialmente el socialista, que había arraigado con fuerza en el mundo industrial vasco. Pero estos planteamientos no parecían muy adecuados para progresar políticamente por su extremo conservadurismo. El despegue del PNV comenzó cuando en 1898 se ampliaron sus bases. El naviero De la Sota ingresó en ese año y poco a poco la burguesía urbana e industrial comenzó a acercarse al Partido. En ese momento de expansión ingresó en la formación de la Sociedad Euskalerria de Bilbao, que editaba el semanario Euskalduna.


Real Academia de la Lengua Vasca.

En el PNV comenzó el debate interno entre los defensores del independentismo y los que buscaban la fórmula de la autonomía dentro del Estado español. Éstos últimos eran muy activos porque pertenecían a los círculos burgueses vascos y contaban con recursos económicos fundamentales para sostener al PNV. Tenían en mente el ejemplo del catalanismo moderado. Esta fuerza de los autonomistas debe apuntarse a la hora de comprobar cómo el Partido comenzó a despegar electoralmente en las municipales y a comenzar a ocupar cargos en las diputaciones. El propio Sabino Arana, que fue moderando su discurso, fue elegido diputado provincial por Bilbao. Sabino Arana ha sido muy criticado por sus detractores, que denuncian el fundamento racista, machista o xenófobo de su ideología.  La credibilidad de los nacionalismos tuvo una acogida desigual entre la población, sobre todo en Cataluña donde fueron bandera de la burguesía industrial y vendría en aumento con los acontecimientos de fin de siglo, con el rechazo popular de la gestión de los gobernantes, culpando del “desastre del 98”. Los sectores nacionalistas se postularon como los únicos capaces de regenerar la política, la economía y la sociedad de la España de fin del siglo XIX.

En España tuvimos una época que se llamó “Regeneracionismo”, movimiento intelectual que acusa la decadencia del país. La paz y la estabilidad eran falsas en realidad, basadas en un triunfo en la Guerra Carlista, se atenía a los principios e intereses de las clases dominantes. La falta de una Revolución Industrial y otros aspectos como la burguesía Catalana y Vasca que se habían adueñado del suelo productivo.  El “Regeneracionismo” nace con Joaquín Costa, llevado por la inspiración de la obra “Oligarquía y Caciquismo” de 1901 donde criticaba duramente el estado de cosas que estaba impidiendo una realización y concreción de la verdadera democracia, es decir el gobierno del pueblo, de todo el pueblo y no solo del partido que, ganador en comicios pero que no reconoce a ningún otra idea que no sea la suya, plagada de intereses y corrupción.

En el País Vasco el euskera era más un problema que otra cosa para el desarrollo. No se encontraba extendido, era muy limitado y no era asimilado por los inmigrantes que llegaban atraídos por el desarrollo económico. Los nacionalistas pertenecían a las clases trabajadoras y estaban vinculados al tradicionalismo cristiano. Según los investigadores, el idioma hablado por los vascos también podría ser de origen neolítico. El idioma vasco durante el siglo XIX era limitado y falto de posibilidades dado su escaso desarrollo. Los avances económicos políticos y culturales con la industrialización y el liberalismo siglo XIX ocasionarían el gran retroceso del euskera que llevaría ya en el siglo XX a la creación de la Sociedad de Estudios Vascos y la Real Academia de la Lengua Vasca y al incremento de iniciativas en favor del euskera que conjurasen el riesgo de su desaparición. De esta manera sería iniciado en 1918 la fundación de la Real Academia de la Lengua Vasca.

El debate sobre la unificación culminaría en 1968, cuando la Real Academia de la Lengua Vasca durante la celebración de su 50 aniversario decidió apoyar y promover formalmente el informe de las Decisiones del Congreso de Bayona de 1964. Finalmente llegamos al el “Euskera batua” o “euskera unido”, que son las normas del actual euskera escrito. Se basa en los dialectos como el navarro, dialecto navarro-labortano y el dialecto central del euskera, y se encuentra influido por el labortano clásico del siglo XVII, precursor de la literatura en euskera y lazo de unión entre los dialectos españoles y franceses.

Lo cierto es que muchos opinan que el euskera batúa ha compilado diferentes lenguas, creando una lengua nueva y terminando con la lengua original. El  euskera batúa y su impulso institucional llegó a ser letal para los dialectos autóctonos.

lunes, 17 de marzo de 2025

EL NACIONALISMO CATALÁN (SIGLO XIX)

En el último tercio del siglo XIX, y no antes, surgieron en España los movimientos nacionalistas vasco y catalán, que si bien eran minoritarios, a lo largo de los años se convertirían en una de las grandes cuestiones del siglo siguiente. Aparecieron como reacción ante la tendencia centralizadora de la administración del Estado. Durante la Restauración Borbónica no sólo fueron unificados los ámbitos jurídicos y administrativo sino que después de la última Guerra Carlista en 1876 fueron abolidos los fueros vascos, los navarros ya habían sido abolidos en 1841. Es evidente las diferencias de ambos nacionalismos. El catalán descansaba inicialmente en una alianza entre la burguesía y el sector cultural con algunos intelectuales y artistas, mientras que el vasco era de corte clerical-conservador y no fue bien recibido por los intelectuales.

LLUIS COMPANYS 
La Cataluña del siglo XIX se caracterizó por ser una abundante fuente de pensamiento conservador y el principal reducto, junto a las provincias vasco-navarras, del absolutismo y el carlismo. Cataluña fue la única región española que se alzó en armas cinco veces en defensa de los sagrados derechos del trono y el altar, además del especial entusiasmo con el que los catalanes lucharon contra la Francia revolucionaria en 1793 y la napoleónica en 1808: durante el trienio liberal (1820-23), en defensa de la Regencia de Urgell contra la Constitución de Cádiz; en 1827, la Guerra Dels Agraviats o dels Malcontents, que reivindicaron el apartamiento de los ministros liberales y el restablecimiento de la Inquisición; y en 1833-40, 1846-49 y 1872-76, las tres guerras carlistas. Mientras tanto, gran parte de la España castellana se distinguía por su apoyo al liberalismo.
Pero no es cierto que los catalanes fueran ajenos a los problemas militares españoles. Participaron en la Guerra de África, voluntarios y oficiales. Fueron comandados por Juan Prim i Prats, que posteriormente sería Ministro de la Guerra y luego presidente del Consejo de Ministros en 1869. Por otro lado, Cataluña fue la fortaleza del proteccionismo frente al librecambismo, Prat de la Riba, Cambó y la Lliga apoyaron a la dictadura de Primo de Rivera. Durante casi todo el siglo XIX Cataluña fue la región más patriota, belicista, islamófoba, esclavista, colonialista e imperialista de España. Durante la Guerra de Marruecos de 1859-60 Cataluña se llenó de versos, canciones, zarzuelas, himnos y obras de teatro incitando a los jóvenes catalanes a alistarse para borrar la Media Luna de la faz de la tierra. Respecto a la esclavitud, de todas las ligas anti-abolicionistas de España, la más activa fue la de Barcelona. La prensa catalana, de todas las tendencias, incluida la de la extrema izquierda republicana y anticlerical, fue extraordinariamente agresiva y patriotera tanto contra los alemanes en la crisis de las Carolinas en 1885, como contra los marroquíes en la de Melilla de 1893, como contra mabises (guerrilleros cubanos) y yanquis en las guerras de Cuba y Filipinas. Cataluña fue la primera región en levantar tercios de voluntarios para todas esas guerras, como ha quedado inmortalizado en incontables versos, cuadros y periódicos de la época.
El Catalanismo excluyente surgió en el último cuarto del siglo XIX, en la época del Romanticismo. Se inició una ideología política catalanista argumentando razones históricas y lo que se llamó el "hecho diferencial" cultural, económico y político. El primer documento (enviado al rey Alfonso XII), fue el Memorial de Greuges (Memorial de agravios), en 1885, recordando las antiguas reclamaciones de las Cortes Catalanas. No dejaba de ser un romántico pedido que señalaba la decadencia de Cataluña desde los Reyes Católicos y recalcaba la diferencia por el hecho de una lengua distinta de la castellana, y en su 2º párrafo decía “La unificación del derecho civil no es indispensable a los fines del Estado. Cuando existen en el país grupos o razas de distinto carácter, cuya variedad casualmente se demuestra en la existencia de legislaciones distintas y aún diversas, la unificación, lejos de ser útil, es perjudicial a la misión civilizadora del Estado.” Pero siendo realistas, lo que les preocupaba era posible firma de un tratado comercial de España con Gran Bretaña para el comercio textil y el debate en las Cortes de Madrid del nuevo Código Civil que podría dejar fuera el Derecho Civil Catalán que en aquella época regía. La muerte, poco después, de Alfonso XII, dejó en la nada estas reivindicaciones pero si pueden considerarse el inicio del movimiento catalanista, y se considera que el catalanismo político quedó definitivamente concretado en 1892 con la redacción de las Bases de Manresa, de 1892, que “Propone una estructura muy acorde al catalanismo tradicional: gobernarse en casa y colaborar con los asuntos generales. Visto con perspectiva, se propone un marco político-jurídico federal asimétrico o confederal parecido al que se debatía en el imperio austrohúngaro del momento”, defiende el historiador del catalanismo Lluís Duran. El partido político “Liga Regionalista” fue fundado el 25 de abril de 1911 como resultado de la fusión del Centre Nacional Català y la Unió Regionalista. Un miembro destacado fue Francés Cambó.

FRANCÉS CAMBÓ
Pero lo cierto es que ese regionalismo no era ajeno a la bonanza económica que gozaba la burguesía catalana. En Cataluña, buena parte de su industria textil despegó gracias a los ahorros de ultramar de toda una generación de emprendedores, la mayoría enriquecidos en Cuba y Puerto Rico. Cataluña apostó por la industria textil algodonera ya que desde hacía tiempo contaba con telares mecánicos. El éxito industrial catalán fue importante. Hay que saber que durante los treinta años de trata de esclavos legal en el caribe, (1790-1820) se ha podido establecer la presencia de 146 embarcaciones catalanas entradas en Cuba. En Cataluña se podían encontrar muchos grupos de presión para evitar las reformas en Cuba que pretendían acabar con la esclavitud. Estos espacios reunieron a los empresarios más importantes del momento, como Joan Güell y Ferrer. A partir del 1865 el único país europeo que tiene esclavitud es España. Los comerciantes que volvieron ricos después de establecerse en el caribe, y otros países, se les llamó “indianos”.
Surge la guerra de Cuba, la intervención americana y lo que se llamó “el desastre del 98” y en diciembre de 1898 se firma “El Tratado de París” para terminar la Guerra hispano-estadounidense. Los Estados Unidos pagaron a España 20 millones de dólares por la posesión de Guam, Puerto Rico. Las  Filipinas quedó  como independiente pero tras la derrota de España los Estados Unidos se volvieron contra los filipinos y se apoderaron de Filipinas convirtiéndola en una colonia estadounidense
En la guerra de independencia de Cuba murieron 50.000 soldados. Volvieron importantes capitales de inversión en aquellas zonas que posibilitaron un cierto saneamiento de la Hacienda. Los intelectuales de la generación del 98 como Unamuno y Baroja expresaron la crisis de la conciencia nacional en sus escritos. La indignación popular era fortísima. También esto fue aprovechado por los nacionalistas periféricos y dejó con el culo al aire al régimen de la Restauración Monárquica y su capacidad para afrontar problemas de altura internacional de autoridad interna.
A partir de ese momento, fundamentalmente se enardece el catalanismo fomentado por la burguesía, para el control de su economía. Hasta logran que a partir de la codificación del idioma catalán que hizo el ingeniero Pompeu Fabra a comienzos del siglo XX, encargado por la burguesía catalana, ésta se fue apoyando y consiguiendo un nacionalismo expansionista.
 

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...