lunes, 17 de marzo de 2025

EL NACIONALISMO CATALÁN (SIGLO XIX)

En el último tercio del siglo XIX, y no antes, surgieron en España los movimientos nacionalistas vasco y catalán, que si bien eran minoritarios, a lo largo de los años se convertirían en una de las grandes cuestiones del siglo siguiente. Aparecieron como reacción ante la tendencia centralizadora de la administración del Estado. Durante la Restauración Borbónica no sólo fueron unificados los ámbitos jurídicos y administrativo sino que después de la última Guerra Carlista en 1876 fueron abolidos los fueros vascos, los navarros ya habían sido abolidos en 1841. Es evidente las diferencias de ambos nacionalismos. El catalán descansaba inicialmente en una alianza entre la burguesía y el sector cultural con algunos intelectuales y artistas, mientras que el vasco era de corte clerical-conservador y no fue bien recibido por los intelectuales.

LLUIS COMPANYS 
La Cataluña del siglo XIX se caracterizó por ser una abundante fuente de pensamiento conservador y el principal reducto, junto a las provincias vasco-navarras, del absolutismo y el carlismo. Cataluña fue la única región española que se alzó en armas cinco veces en defensa de los sagrados derechos del trono y el altar, además del especial entusiasmo con el que los catalanes lucharon contra la Francia revolucionaria en 1793 y la napoleónica en 1808: durante el trienio liberal (1820-23), en defensa de la Regencia de Urgell contra la Constitución de Cádiz; en 1827, la Guerra Dels Agraviats o dels Malcontents, que reivindicaron el apartamiento de los ministros liberales y el restablecimiento de la Inquisición; y en 1833-40, 1846-49 y 1872-76, las tres guerras carlistas. Mientras tanto, gran parte de la España castellana se distinguía por su apoyo al liberalismo.
Pero no es cierto que los catalanes fueran ajenos a los problemas militares españoles. Participaron en la Guerra de África, voluntarios y oficiales. Fueron comandados por Juan Prim i Prats, que posteriormente sería Ministro de la Guerra y luego presidente del Consejo de Ministros en 1869. Por otro lado, Cataluña fue la fortaleza del proteccionismo frente al librecambismo, Prat de la Riba, Cambó y la Lliga apoyaron a la dictadura de Primo de Rivera. Durante casi todo el siglo XIX Cataluña fue la región más patriota, belicista, islamófoba, esclavista, colonialista e imperialista de España. Durante la Guerra de Marruecos de 1859-60 Cataluña se llenó de versos, canciones, zarzuelas, himnos y obras de teatro incitando a los jóvenes catalanes a alistarse para borrar la Media Luna de la faz de la tierra. Respecto a la esclavitud, de todas las ligas anti-abolicionistas de España, la más activa fue la de Barcelona. La prensa catalana, de todas las tendencias, incluida la de la extrema izquierda republicana y anticlerical, fue extraordinariamente agresiva y patriotera tanto contra los alemanes en la crisis de las Carolinas en 1885, como contra los marroquíes en la de Melilla de 1893, como contra mabises (guerrilleros cubanos) y yanquis en las guerras de Cuba y Filipinas. Cataluña fue la primera región en levantar tercios de voluntarios para todas esas guerras, como ha quedado inmortalizado en incontables versos, cuadros y periódicos de la época.
El Catalanismo excluyente surgió en el último cuarto del siglo XIX, en la época del Romanticismo. Se inició una ideología política catalanista argumentando razones históricas y lo que se llamó el "hecho diferencial" cultural, económico y político. El primer documento (enviado al rey Alfonso XII), fue el Memorial de Greuges (Memorial de agravios), en 1885, recordando las antiguas reclamaciones de las Cortes Catalanas. No dejaba de ser un romántico pedido que señalaba la decadencia de Cataluña desde los Reyes Católicos y recalcaba la diferencia por el hecho de una lengua distinta de la castellana, y en su 2º párrafo decía “La unificación del derecho civil no es indispensable a los fines del Estado. Cuando existen en el país grupos o razas de distinto carácter, cuya variedad casualmente se demuestra en la existencia de legislaciones distintas y aún diversas, la unificación, lejos de ser útil, es perjudicial a la misión civilizadora del Estado.” Pero siendo realistas, lo que les preocupaba era posible firma de un tratado comercial de España con Gran Bretaña para el comercio textil y el debate en las Cortes de Madrid del nuevo Código Civil que podría dejar fuera el Derecho Civil Catalán que en aquella época regía. La muerte, poco después, de Alfonso XII, dejó en la nada estas reivindicaciones pero si pueden considerarse el inicio del movimiento catalanista, y se considera que el catalanismo político quedó definitivamente concretado en 1892 con la redacción de las Bases de Manresa, de 1892, que “Propone una estructura muy acorde al catalanismo tradicional: gobernarse en casa y colaborar con los asuntos generales. Visto con perspectiva, se propone un marco político-jurídico federal asimétrico o confederal parecido al que se debatía en el imperio austrohúngaro del momento”, defiende el historiador del catalanismo Lluís Duran. El partido político “Liga Regionalista” fue fundado el 25 de abril de 1911 como resultado de la fusión del Centre Nacional Català y la Unió Regionalista. Un miembro destacado fue Francés Cambó.

FRANCÉS CAMBÓ
Pero lo cierto es que ese regionalismo no era ajeno a la bonanza económica que gozaba la burguesía catalana. En Cataluña, buena parte de su industria textil despegó gracias a los ahorros de ultramar de toda una generación de emprendedores, la mayoría enriquecidos en Cuba y Puerto Rico. Cataluña apostó por la industria textil algodonera ya que desde hacía tiempo contaba con telares mecánicos. El éxito industrial catalán fue importante. Hay que saber que durante los treinta años de trata de esclavos legal en el caribe, (1790-1820) se ha podido establecer la presencia de 146 embarcaciones catalanas entradas en Cuba. En Cataluña se podían encontrar muchos grupos de presión para evitar las reformas en Cuba que pretendían acabar con la esclavitud. Estos espacios reunieron a los empresarios más importantes del momento, como Joan Güell y Ferrer. A partir del 1865 el único país europeo que tiene esclavitud es España. Los comerciantes que volvieron ricos después de establecerse en el caribe, y otros países, se les llamó “indianos”.
Surge la guerra de Cuba, la intervención americana y lo que se llamó “el desastre del 98” y en diciembre de 1898 se firma “El Tratado de París” para terminar la Guerra hispano-estadounidense. Los Estados Unidos pagaron a España 20 millones de dólares por la posesión de Guam, Puerto Rico. Las  Filipinas quedó  como independiente pero tras la derrota de España los Estados Unidos se volvieron contra los filipinos y se apoderaron de Filipinas convirtiéndola en una colonia estadounidense
En la guerra de independencia de Cuba murieron 50.000 soldados. Volvieron importantes capitales de inversión en aquellas zonas que posibilitaron un cierto saneamiento de la Hacienda. Los intelectuales de la generación del 98 como Unamuno y Baroja expresaron la crisis de la conciencia nacional en sus escritos. La indignación popular era fortísima. También esto fue aprovechado por los nacionalistas periféricos y dejó con el culo al aire al régimen de la Restauración Monárquica y su capacidad para afrontar problemas de altura internacional de autoridad interna.
A partir de ese momento, fundamentalmente se enardece el catalanismo fomentado por la burguesía, para el control de su economía. Hasta logran que a partir de la codificación del idioma catalán que hizo el ingeniero Pompeu Fabra a comienzos del siglo XX, encargado por la burguesía catalana, ésta se fue apoyando y consiguiendo un nacionalismo expansionista.
 

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