martes, 17 de enero de 2017
REINAS ESPAÑOLAS
La ley que impide reinar a las mujeres no existía en Castilla, si en Aragón, hasta que el rey Felipe V en 1713, instituyó la ley de la Agnación Rigorosa, que solo priva a las mujeres de la sucesión cuando haya legítimos descendientes varones. Es por eso que es España uno de los pocos países en que las mujeres han podido reinar. Independientemente de las reinas consortes, y las regentes, pasamos a ver algunas reinas decisivas en la historia de España. Posteriormente el rey Fernando VII, derogó esta ley con “La Pragmática” para que heredase su hija Isabel, en detrimento de su hermano carlos, provocando posteriormente las Guerras Carlistas al coronarse Isabel II.
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LA REINA URRACA DE LEÓN Y CASTILLA (1081-1126)
Fue la primera mujer que ejerció de forma efectiva el papel de reina “propietaria”, y se trata de un personaje verdaderamente insólito en la Historia del medioevo hispánico, por su condición femenina y por la incidencia que tuvo en los hechos históricos de su época como por las controversias que su persona ha generado después. Sufrió el maltrato físico y psíquico de su marido e incluso de sus súbditos, pero demostró también una fuerza y una determinación indomable que la llevo a ser de nuevo maltratada por al Historia. Hija primogénita de Alfonso VI de Castilla y de Constanza de Borgoña. Contrajo matrimonio en primeras nupcias con el conde Raimundo de Borgoña de quien nacería el futuro Alfonso VII en 1105.
Urraca se convierte en la única heredera a los tronos de León y de Castilla tras la muerte de su hermanastro Sancho. Urraca enviudó y su padre la casó con el monarca aragonés Alfonso el Batallador, intentando evitar disputas ente leoneses y castellanos y garantizar la defensa de sus reinos de la amenaza almorávide. Sufrió la oposición de parte de la nobleza y tuvo tres etapas de reinado diferenciadas por las luchas militares.
Fue anulado su segundo matrimonio por consanguinidad.
MARIA DE MOLINA (1264-1321)
Sancho IV estaba casado con María de Molina, que llegó a reinar Castilla hasta en tres ocasiones. Una mujer de una pieza, defensora de la corona contra los buitres que rondaban. Primero reinó junto a su esposo Sancho IV, pero el matrimonio fue considerado nulo al principio y, por tanto, todos los hijos nacidos fueron considerados ilegítimos. Debe luchar junto a su marido por el trono contra los hijos de su hermano fallecido. María de Molina ya viuda, era una mujer fuerte, procuró aplacar a la nobleza, e impidió en varias ocasiones que su hijo Fernando IV fuese destronado.
La peste que, en forma de terrible epidemia, atacó al ejército de sus enemigos e invasores. Esto salvó a Fernando. La mayoría se retiró, y María de Molina triunfó.
Entre 1301 y 1302 María de Molina perdió el control de su hijo. Se vio además desairada por su propio hijo, quien, influido sin duda por sus nuevos consejeros, le pidió cuentas de su tutoría en las Cortes de Medina del Campo.
El Maestre de la Orden del Temple en el reino de Castilla y León, se dispuso a entregar a María de Molina las fortalezas de la Orden en el reino, más la reina no aceptó tomarlas sin el consentimiento de su hijo el rey.
María de Molina estaba ya descansado de sus funciones cuando muere su hijo Fernando, dejando un heredero, el futuro Alfonso XI. Las Cortes, convocadas en Palencia, decidieron que fuese de nuevo María de Molina quien se encargase de su tutoría. Por ello la reina es llamada por el Consejo de Regencia, lo que acentuó la guerra civil entre las facciones castellanas.
E testamento que la reina dictó, detallaba numerosos legados piadosos. Dispuso el pago de sus deudas y distribuyó numerosas rentas, legados y propiedades. Una reina comparable en decisión y determinación a la gran Isabel I.
REINA JUANA ENRÍQUEZ (1425-1468)
Defendió los intereses de su hijo, Fernando el Católico, y por ello ejerció el poder como lugarteniente general de los reinos de la Corona de Aragón, cuando su esposo se ausentaba, y en Cataluña, de forma permanente. Nació en Medina de Rioseco y murió por complicaciones de cáncer de mama. Reina consorte de Navarra (1447 - 1468) y de Aragón (1458 - 1468), V Señora de Casarrubios del Monte, perteneció al importante linaje de los Enríquez, rama ilegítima de los reyes de Castilla.
Mujer ambiciosa e imperante, fue la segunda esposa de Juan II de Aragón y de Navarra (con el mismo ordinal para ambos territorios), viudo desde 1441, con quien contrajo matrimonio en abril de 1444, contando diecinueve años. Uno de los más grandes deseos de Juana Enríquez, hacia el que tendió hábilmente su política, fue el matrimonio (en octubre de 1469) de su hijo Fernando, de dieciséis años, con Isabel de Castilla, de unos diecisiete. No pudo verlo realizado pues murió antes.
ISABEL I DE CASTILLA (1451-1504)
Está claro que la reina Isabel ocupa un lugar de primer plano en los anales, es por el protagonismo que le tocó ejercer en varios frentes. La unificación de los reinos de Castilla y de Aragón, por su matrimonio con Fernando II, la Conquista de Granada, el logro de la epopeya del Descubrimiento de un continente, y conjuntamente con Fernando dejar la nación en la primera línea de las potencias europeas de la época, modelo político que recogerán y ampliarán los Austrias y que se mantendrá por lo menos hasta la extinción de aquella dinastía, a finales del siglo XVII.
JUANA I DE CASTILLA (1479-1555)
La sucesora de los RR CC ha pasado a la historia como Juana 'La Loca'.
La presunta «locura» de Juana (que desafió abiertamente a su madre en Medina del Campo) y los desaires de Felipe el Hermoso, hicieron mella en Fernando e Isabel.
Y esos primeros indicios se fueron agravando con el tiempo, y en Castilla y Aragón se empezaron a preocupar por la salud mental de su heredera: "Sobre todo cuando Juana y Felipe están de nuevo en los Países Bajos y se acerca el momento de la muerte de Isabel. Ahí se plantean qué puede suceder en el futuro. Dudaban y les preocupaba la política de Felipe y, ya no la capacidad de Juana para regir, sino su capacidad para impedir que Felipe hiciese algo contra los intereses hispanos. Preocupaba que ella tuviera interés por regir los reinos."
Según las leyes castellanas, él iba a ser rey.
Muy diferente era el asunto en Aragón: "Allí ella no iba a ser reina. El que iba a suceder en todo caso, y aún así las cortes tenían sus dudas, era Felipe. Aquí lo que tenía que decir Juana no importaba mucho."
Isabel había fallecido en 1504, y Felipe era todo un peligro ante la inoperancia de quien era la reina de Castilla, Juana.
Al morir Felipe el Hermoso, en 1506, Juana enfermó tremendamente y los hechos fueron trájicos. Doña Juana estaba en el último mes de embarazo lo que hizo que al cuarto día de viaje, siempre de noche con el frío tremendo de Castilla, llegó a Torquemada, Palencia, donde Juana daba a luz a su sexto hijo y póstumo de su marido, una niña bautizada con el nombre de Catalina. Juana no deseaba el gobierno del reino y mandó llamar a su padre para que se hiciera cargo de los asuntos de Estado como regente de Castilla. Posteriormente después de la muerte de Fernando su hijo, Carlos El Emperador, mantuvo a su madre encerrada pero no hizo más que ella firmara poderes suficientes para gobernar Castilla en su nombre. Y así fue, ella murió reina. El 12 de abril de 1555 fallecía doña Juana, tras 46 años de reclusión.
ISABEL DE PORTUGAL (1503-1539)
Realmente era reina consorte. Pero como esposa del Emperador Carlos, además de ser su prima, volvió a demostrar que las mujeres también eran capaces de gobernar. En ausencia de su marido, quien pasó larguísimas temporadas alejado de España, Isabel dirigió los designios de nuestro país con gran diligencia y sabiduría.
ISABEL II (1830-1904)
Como la primera Isabel que reinó en nuestro país, lo hizo por derecho y no como consorte. Pero así como la primera, nombrada La Reina Católica, con un comportamiento conyugal impecable, la segunda Isabel que reinó en España tuvo una larga lista de amantes que no se preocupaba en ocultar. Su reinado fue uno de los más convulsos de nuestra historia y también uno de los más estudiados y analizados. El reinado de Isabel II ha sido, junto con el de Fernando VII, el peor que ha tenido este país. Uno de los más corruptos. Manipulada por su camarilla de ministros, cortesanos y religiosos, ella buscaría intervenir en la política del país, (llegó a postularse para presidenta de gobierno) y acabó por llegar la revolución de 1868, abdicando en su hijo, Alfonso XII dos años después.
MARÍA CRISTINA DE HABSBURGO (1858-1929).
Tras soportar un matrimonio poco afortunado en el que tuvo que aceptar con triste resignación las infidelidades de su esposo, María Cristina tuvo que asumir la regencia de Alfonso XIII, hijo póstumo de Alfonso XII, desde 1885 hasta 1902.
lunes, 16 de enero de 2017
ORDENES DEL CLUNY Y DEL CISTER EN ESPAÑA
LA ORDEN DEL CLUNY
La reforma de la Orden de San benito, iniciada por los monjes franceses de la abadía de Cluny, había de tener consecuencias muy importantes para el arte.
En 909 d. C. surge una restauración de las reglas de Benito de Nursia detallando como ha de ser la vida monacal.
La abadía de Cluny se impone agrupando un gran número de conventos y llega a ser la orden más importante de aquellos tiempos, con gran cantidad de monasterios en Europa. La orden se apoyaba en la alta aristocracia, el emperador, el rey de Borgoña, los condes y los obispos. La Orden se extendió por España, Italia e Inglaterra, contando con 10.000 monjes.
El señor del monasterio era el abad y cada monje en el momento de la profesión rendía homenaje al abad. Había sido Sancho III el Mayor de Navarra (990-1004-1035) el que a principios del siglo XI comenzó a apoyar decididamente la reforma de Cluny en sus territorios, que entonces comprendían prácticamente toda la España cristiana. Sus descendientes, Fernando I y Alfonso VI (en Castilla) continuan la obra.
Catedral de Santiago
Hicieron venir monjes de la abadía central de Cluny desde Borgoña a España (concretamente a Sahagún), que conseguirán cambiar el rito mozárabe o de San Isidoro por el rito latino o romano.
Con la religiosidad de los monarcas, la expansión de la orden en España y el establecimiento del Camino de Santiago, la difusión del estilo arquitectónico románico fue muy rápida. La abadía cluniacense se autoinvistió como difusora del cristianismo, sobre todo a lo largo del Camino que era donde se fraguaban la Reconquista y la cristianización del mundo musulmán. La Orden de Cluny alzó monasterios, puentes, iglesias y hospitales y recibió edificios, tierras, prioratos y villas a través de decretos reales para conseguir sus fines. La influencia de Cluny con el apoyo de Roma fue determinante en la España cristiana del siglo XI para la abolición del rito mozárabe.
Claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos
La ordenación de nuevos miembros, que había atraído gran numero de nobles, más por el prestigio y privilegios que por una verdadera vocación monacal había llevado a una relajación de costumbres alejadas de la vida espiritual. El abad intentó medidas tendentes a detener la creciente mundanización, pero llegaron demasiado tarde y no se hicieron efectivas.
Si Cluny había adoptado la Regla de San Benito que incluía la pobreza como precepto, el caso es que sus monasterios eran, en ocasiones, verdaderos palacios repletos de lujos y los abades, señores feudales con la máxima relevancia en la política mundana. Desde comienzos del siglo XII el gran atractivo especialmente en la nobleza europea son las Ordenes Militares de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, losTemplarios y otras.
Ejemplos de las construcciones son Santa María de Ripoll- San Vicente de Cardona-Catedral de Santiago entre otras muchas.
LA ORDEN DEL CISTER
La Orden cisterciense es una orden monástica católica reformada, cuyo origen fue la fundación de la Abadía de Císter por Roberto de Molesmes en 1098. En la región de Borgoña, Roberto se retiró con sus seguidores para hacer vida monacal a un lugar aislado llamado Cîteaux (Císter), que cederá posteriormente su nombre a la orden.
El sucesor de Roberto sería Alberico que obtuvo la protección papal.
Luego, Bernardo de Claraval fue una de las primeras personalidades de la Europa del siglo XII y principal protagonista en el desarrollo de la Orden del Císter.
Monasterio de Poblet
Consiguió llevar a la Orden del Císter a su máxima expansión, con un total de 343 monasterios fundados en toda Europa.
Los monasterios del Císter se situaban en zonas yermas o inhóspitas pero con abundancia de agua. Normalmente el sitio elegido era un lugar boscoso y aislado por montañas. Eran los propios monjes o laicos que trabajaban para ellos quienes roturaban y cultivaban estas tierras.
Esta gran cualidad colonizadora y "civilizadora" de los cistercienses será especialmente útil en el solar hispano del siglo XII y comienzos del XIII, en el contexto de la secular pugna entre cristianos y musulmanes.
Hay que tener en cuenta que más allá de los hechos de armas, la verdadera "victoria" y presión sobre el rival musulmán se llevaba a cabo mediante la repoblación de amplios territorios yermos. En ese empeño trabajaron pertinazmente los reyes cristianos durante los primeros siglos de la reconquista.
Esta tarea de repoblación se desarrollaba en zonas no muy alejadas del enemigo y contaba con el riesgo de acabar con la propia vida de los repobladores.
Por eso, Alfonso VII y Alfonso VIII emplearon a los sacrificados monjes blancos del Císter como avanzadilla durante décadas ocupando espacios de difícil defensa.
Como hecho ilustrativo, la histórica Orden de Calatrava nació a partir de unos pocos monjes cistercienses que fueron los únicos que se arriesgaron en defender la fortaleza de Calatrava la Vieja ante la amenaza de los almohades que había, incluso, amedrentado a los caballeros templarios que decidieron abandonarla.
En esta misma línea, las órdenes militares españolas, vanguardia de su cruzada contra los almohades, se acogieron a la regla cisterciense.
Monasterio de Veruela
La principal razón del mal estado -incluso la ruina avanzada- en que se encuentran bastantes conjuntos monásticos cistercienses es, precisamente, su alejada ubicación de núcleos urbanos. Tras la desamortización de Mendizábal del siglo XIX estos monasterios quedaron abandonados o acabaron en manos particulares que rara vez pudieron o quisieron mantenerlos.
La arquitectura cisterciense se consideraba un estilo propiamente dicho, está a caballo entre el románico y el gótico. Incorporan como novedad, la bóveda de crucería sencilla y también frecuentemente el arco apuntado. A diferencia de iglesias parroquiales o monásticas de Cluny, las iglesias del Císter se pintaban de blanco, no empleándose pinturas murales figuradas y las ventanas sólo podían tener cristales blancos. Ello daba a la iglesia una gran luminosidad (a pesar de que en el templo cisterciense no disponía de grandes ventanales ni se tendió a la desmaterialización del muro, como en el gótico).
Las construcciones del Cister eran costosas de levantar. Solían tener grandes dimensiones, estaban completamente abovedadas y se edificaban con perfecta sillería. Por ejemplo, en la España cristiana del siglo XII, salvo algunas pocas catedrales, los edificios de mayor porte, sin duda, fueron los conjuntos monásticos del Císter. Los más reconocidos son los monasterios de Poblet, Santes Creus, Vallbona de les Monges, Valldigna, Rueda, Veruela y Piedra, en la antigua Corona de Aragón, el Monasterio de Oliva en el Reino de Navarra, así como el Monasterio de las Huelgas de Burgos o el de Huerta en el Reino de Castilla.
domingo, 15 de enero de 2017
BATALLAS NAVALES CONTRA INGLATERRA
Durante el siglo XVI, la rivalidad entre España e Inglaterra fue muy recurrente. Estamos acomplejados porque nos quedamos con verdades a medias, pero no podemos olvidar que somos de los países que mejor nos ha ido contra los británicos.
Pero si algo diferencia sus derrotas del resto es su tendencia a esconder estos fracasos. Lo que ha faltado en España es el interés por leer y estudiar estos episodios. Hemos permitido durante demasiado tiempo que nuestros enemigos escondieran los méritos españoles. Si hiciéramos caso a Hollywood que los británicos son invencibles en el mar. Pero es completamente falso. Cualquier inglés o español al que le pidamos que cite tres derrotas de la Armada española, si es mínimamente conocedor de la historia, lo hará sin muchas dificultades: la Armada Invencible, Trafalgar y la Guerra de Cuba.
Si pidiéramos lo mismo sobre la Royal Navy sería casi imposible encontrar siquiera tres.
Derrotas inglesas que hoy día parecen estar recuperándose del olvido, como Cartagena de Indias, la Contraarmada o Tenerife, hasta otras confrontaciones desconocidas para el gran público como Veracruz, Atacames, Cádiz o el Raid del Medway. Entre las más ignoradas tenemos la Incursión Castellana de 1380, cuando Fernando Sánchez de Tovar logró penetrar por nada menos que hasta el Támesis.
Isabel I de inglaterra era hija de enrique VIII, la bestia parda que se lió con Ana Bolena dejando de lado a su mujer, Catalina de Aragón, nieta de nuestros RR CC y hermana del Emperador Carlos V. Antes que ella había reinado María Tudor, la primera hija de Enrique y la única de Catalina. María Tudor como buena hija de española era católica, no protestante. Se casó con Felipe II. Y Felipe fue rey, consorte, de Inglaterra antes que de España. Pero no tuvieron hijos. Y María Tudor murió en 1558. Con lo cual al morir ella, Felipe ya no pintaba nada en Inglaterra. Heredó Isabel, y volvieron las cosas de la religión donde habían quedado antes de María, es decir a las reformas religiosas sin la autoridad del papa de Roma.
Isabel además de palmar en Holanda varias veces tuvo la feliz idea de apoyar a un ladrón de los mares como Francis Drake. La reina concedió numerosas “patentes de corso”, que era una especie de licencias para convertir un oficio deplorable como era la piratería en su servicio útil al pueblo inglés. Así, contó con una armada formada por piratas “por cuenta ajena”. Por tanto, asaltar los buques españoles, asesinar a su tripulación y robar su mercancía ya no era un execrable crimen, sino que era una forma de servir a Dios y a su sagrado pueblo anglicano, puesto que se limpiaba el mar de católicos españoles. Además, esta práctica ayudaba a sanear las finanzas de Inglaterra. Pero claro, Felipe II gobernaba la gran potencia del mundo de entonces que era España, y pensaba en asaltar Inglaterra. Necesitaba una razón de peso para ello. Y llegó, se enteró que había una cosnpiración para asesinar a Isabel y coronar a María Estuardo, que era cristiana. Fue descubierto el complot y aunque al principio se resistió, Isabel terminó por ordenar la ejecución de María, que en su testamento cedió todos sus derechos al trono inglés a Felipe II. María fue ejecutada en febrero de 1587.
Y es aquí donde podemos decir que se inicia la guerra naval entre España e Inglaterra. Aunque la guerra comenzó en 1585. En octubre de ese año Drake, saqueó Vigo y Santiago de Cabo Verde, además de intentar hacer lo mismo en La Palma, donde el asalto no tuvo éxito; cruzó a las Indias Occidentales capturando Santo Domingo y Cartagena de Indias, por cuya devolución exigió a las autoridades españolas el pago de un rescate, y San Agustín (en la Florida). Irritado por estos ataques, Felipe II mandó armar una gran flota con la misión de invadir Inglaterra.
La ejecución de María I de Escocia en febrero de 1587 ultrajó a los católicos de la Europa continental. Su reivindicación al trono fue heredada por Felipe, que era viudo de María I de Inglaterra. En julio del mismo año, Felipe recibe autorización del Papa Sixto V para deponer a Isabel, que ya en 1570 había sido excomulgada por Pío V.
Luego vino la victoria inglesa en Cádiz en 1587. La flota inglesa de Francis Drake destruyó la armada española fondeada en la bahía. Desembarcó en el Algarve destruyendo varias fortalezas, atacó la flota de Álvaro de Bazán amarrada en Lisboa, y poniendo rumbo a las islas Azores. En el transcurso de la expedición la flota inglesa consiguió destruir más de 100 barcos españoles, retrasando los planes españoles de invasión más de un año.
Felipe II con este asunto y con que quería acabar con la piratería inglesa y sus constantes incursiones en las posesiones hispánicas, al tratarse Inglaterra de una isla de poco menos de 3.000.000 de habitantes, de los cuales menos de un cuarto se encargaban de su protección, una fuerza militar anticuada y falta de experiencia, Felipe II estimó que un pequeño contingente sería suficiente para someter en pocas semanas todo el país.
Ya en el capítulo anterior hemos hablado de la “Gran Armada”, que al ser derrotada los ingleses la bautizaron “La Armada Invencible”, quedándose este nombre irónico incluso entre los españoles para siempre. La armada dirigida por el duque de Medina-Sidonia atacó a la flota inglesa liderada por Charles Howard en el canal de la Mancha. Las condiciones climatológicas adversas y los enfrentamientos con la flota inglesa provocaron la derrota en la que realmente los ingleses solo provocaron el hudimiento de un solo navío español. El resto lo hicieron la circunstancias climatologicas y la mala cartografía.
La Contraarmada inglesa, desplegó unas 160 naves de varios tipos y perdió 40 navíos entre hundimientos y capturas causando fuertes pérdidas en las arcas inglesas. A la vez permitió la reconstrucción de la flota española.
Ayudados por corsarios, los ingleses continuaron con sus robos en alta mar. Pero un sistema de escolta frustaron los ataques. Expediciones de piratas como Martin Frobisher y John Hawkins fueron derrotadas. El navío “Revenge” uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la Batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias.
En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos. En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales.
Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas.
En 1595, cuatro barcos españoles comandados por Carlos de Amésquita desembarcaron en Cornualles, al oeste de Inglaterra. También huyeron sin problemas de una flota enviada para destruirlos.
En julio de 1596, una expedición anglo-holandesa dirigida por el Robert Devereux, II conde de Essex saqueó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas. Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias. Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha.
El sucesor de Felipe II, su hijo, continuó la guerra.
En mayo de 1600 Felipe III de España inició las conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que resultaron fallidas.
Las tropas españolas serían derrotadas a comienzos de 1602 en la batalla de Kinsale, con la coalición perdiendo 1200 hombres, entre ellos 90 españoles, forzando así su regreso a España y dejando como prioritaria la consecución de sus objetivos en Flandes.
Tras la muerte de Isabel I en 1603, su sucesor Jacobo I de Inglaterra firmó en 1604 el tratado de Londres con Felipe III, mediante el cual ambos países acordaban el fin de la guerra.
El resultado para España fue mucho más positivo. Fue la principal potencia europea en el siglo XVII, hasta que las derrotas contra Francia en la guerra de los Treinta Años y el ascenso del poderío naval holandés acabaron reduciéndola a una potencia más.
Pero para Inglaterra llegaría el más grande de todas sus derrotas, la del asedio de Cartagena de Indias. Esto se enclava ya en otra guerra y el sitio acaeció en mayo de 1741. El almirante inglés Edward Vernon atacó con éxito Portobelo en Panamá. La plaza solo contaba con 700 hombres. Realmente inglaterra pretendía cortar la comunicación española y el comercio entre el Virreynato de Nueva España y Nueva Granada para terminar por dificultar las posibilidades de navegación entre América y España.
Pero un capitán español capturó una nave inglesa dedicada al contrabando en el mar Caribe en 1731. El capitán inglés, de apellido Jenkins, fue llevado ante el capitán español. Este le cortó la oreja, pero le perdonó la vida. Eso sí, le mandó un mensaje el rey de Inglaterra Jorge II. Dicen que Jenkins guardó su oreja en alcohol y volvió a Inglaterra. Pasaron unos años de relación muy tenssa entre Inglaterra y España, donde el rey inglés recibía presión para declarar la guerra. Fue entonces, en 1738 cuando Jenkins pudo contar en la Cámara de los Comunes lo acontecido a todos, incluso a la prensa inglesa. El rey, cuando oyó de dicho incidente, montó en indignación. Y esto hizo que se le llamara “La batalla de la oreja de Jenkins” Las incendiarias proclamas de un parlamentario, decidieron dar un golpe decisivo, para lo que reunió una formidable flota de 186 buques, con 27 600 hombres, armada con 2000 cañones, que salió desde Port Royal (Jamaica) y fondeó a principios de marzo de 1741 junto a la costa de Cartagena de Indias, la ciudad más importante del Caribe. El rey Felipe V en 1739 instauró el Virreinato de Nueva Granada y puso como virrey a el teninete general Sebastián Eslava. La ciudad estaba defendida militarmente por Blas de Lezo, marino con experiencia en batallar con los británicos y los piratas africanos, y aunque con discrepancias, ambos hombres trabajaron para la defensa de la plaza. Se disponía solamente de unos 3600 hombres y de una flota de seis buques solamente.
El asedio y la defensa se conoce por el arrojo, la valentía y la inteligencia de Blas de Lezo y de Eslava, que fueron tan determinantes que ha quedado para la historia y los anales de las batallas casi imposibles de ganar. Pero se logró, con sólo seis barcos y la décima parte de hombres, derrotaron a la Armada de Vernon, que fue un desembarco solo superado en la historia por el de Normandía de la II Guerra Mundial.
El fracaso de la Armada inglesa, se mire desde el punto de vista que se mire, fue muy superior al de la Gran Armada de Felipe II.
sábado, 14 de enero de 2017
RESUMEN DEL SIGLO XVI
Aparte de las gestas militares, incluso las derrotas, de los siglos XVI y XVII, hay que hablar que España, que era practicamente duenña del mundo adelantado, además dio lo mejor de si mismo, que aún hoy se conserva: su cultura. Conservamos un tesoro incalculable, casi inagotable, que pocas naciones poseen en calidad y cantidad.
Esta nación, además de extender sus territorios y aportarles el adelanto de la cultura y los avances de todo tipo, produjo o compraba todo lo bello y destacable que surgía en aquel tiempo.
Podemos hablar de escultores, literatos, pintores y artistas y artesanos, constructores, arquitectos y mecenas que potenciaron un desarrollo impresionante del que es necesario difundir y promover. Posiblemente algunos gobernantes de aquel tiempo en otros sentidos puedan ser criticados, incluso no estar de acuerdo con decisiones, que vistas hoy en día, 400 o 500 años después se nos antojan extrañas. Pero lo que no es posible obviar es el aplauso y el mecenazgo que reyes y nobles repartieron como jamás se ha hecho.
Cuando hablamos del siglo de oro no todo el mundo está de acuerdo con las fechas. Si hablamos de poder y riqueza es una cosa, pero si hablamos de adelantos y arte se trata de otra. El oro y la plata se gastó en guerras, que quizá no deberíamos haber estado, endeudandonos hasta lo impensable por defender casi siempre una religión, gobernada a su vez en muchas ocasiones por gente corrupta y alejada del auténtico cristianismo, por el que tantos españoles dieron su vida,
Los fasto de reyes y holganza de nobles y clérigos sería injusto no reconocerlo pero en las artes y las letras, siempre que no topasen con la religión y la Inquisición, la España de los Austrias resultó espléndida. En lo tocante a ciencia y pensamiento moderno, sin embargo, las cosas fueron menos espléndidas. El peso de la Iglesia era enorme y su resistencia a cuanto vulnerase la ortodoxia cerró infinitas puertas y aplastó innumerables talentos. Por lo visto Felipe II prohibió que los estudiantes españoles se formaran en otros países, y la Iglesia cerró la puerta a libros impresos fuera.
Los fanatismos nunca son buenos, y el religioso, la hipocresía social con que los poderes llámense Islam radical, judaísmo, etc. envenenan cuanto se pone a tiro.
En todo caso, con santos o sin ellos, la nómina de artistas españoles de talento de la época es extraordinaria; y el sólo nombre de Velázquez, ya en el XVII, posiblemente el más grande pintor de todos los tiempos, bastaría para justificar el siglo. Pero es que en la parte literaria aún corrió mejor suerte.
El siglo XVI es el siglo de oro de España. Para empezar con los personajes que destacaron lo más grande y de ahí todo nace, son los Reyes Católicos, que aunque doña Isabel muere en 1504, con su testamento y sus órdenes realizadas, deja marcado el camino a los que cogen el turno, y Fernando continúa como lo que era, un príncipe del renacimiento, astuto, gran diplomático y guerrero, triunfador y luchador donde los haya. Dejando también el camino señalado a los que vinieron, sus nietos, Carlos I y Fernando de Habsburgo. Y con los reyes termina la casa de Trastámara. Empiezan los Austrias con la gran parte del camino hecho.
Para empezar en 1503 España derrota a Francia en la batalla de Ceriñola, considerada la primera batalla donde se usaron armas de fuego. En1512 Navarra peninsular es conquistada por Fernando. En 1521 Hernán Cortés conquista el Imperio mexica.
En 1533 Francisco Pizarro conquista del Imperio incaico. En 1535 los ejércitos del emperador Carlos V conquistan Túnez. En 1571 la flota de la Liga «Santa» vence a la flota otomana en la batalla de Lepanto. En 1572 Francisco de Toledo finaliza la conquista del Imperio inca con el asesinato de Túpac Amaru I.
En 1584-1585, Los Tercios españoles asedian Amberes, y finaliza con una gran victoria para las armas españolas. En 1585-1604 se produce la Guerra anglo-española que finalizará con el Tratado de Londres con victoria española.
En 1521 Fernando de Magallanes llega a Filipinas y muere ese mismo año.
En 1533 Pedro de Heredia funda la ciudad de Cartagena de Indias. En 1538 Gonzalo Jiménez de Quesada funda la ciudad de Bogotá. En 1541 Pedro de Valdivia funda la ciudad de Santiago de Chile. En 1521 el río Amazonas es descubierto por Francisco de Orellana.
En 1522 Juan Sebastián Elcano termina la primera circunnavegación exitosa del planeta.
Juan Ponce de León (1460-1521) Militar y explorador español, descubre de la Florida. Juan Sebastián Elcano da la vuelta al mundo.
Al analizar el mundo cultural en la España del siglo XVI, debemos partir de un hecho esencial: la inmensa mayoría de la población española era analfabeta. La cultura escrita era monopolio de una minoría culta, formada por clérigos y nobles o burgueses cultivados. No obstante, la cultura popular oral estaba muy influenciada por la cultura erudita, muy especialmente a través del clero.
La introducción del renacimiento en España fue temprana en la literatura. Citaré solo a los más importantes, aunque ha habido muchos más dignos de mención.
Garcilaso de la Vega y Juan Boscán comienzan, Gutierre de Cetina, Diego Hurtado de Mendoza, posible autor del Lazarillo de Tormes (1554) Francisco de Aldana, Luis de Góngora. La otra mira hacia un espiritualismo cristiano, Fray Luis de León, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. En cuanto a la poesía narrativa Alonso de Ercilla autor de La Araucana, que narra la conquista de Chile por los españoles.
En el terreno del humanismo destacan Luis Vives, Juan Ginés de Sepúlveda, Hernán Núñez de Toledo o Juan de Mariana, entre otros, y otra Antonio de Guevara cronistas de Indias, Hernán Cortés y sus Cartas de relación; fray Bartolomé de las Casas y su Historia de las Indias (1517); Bernal Díaz del Castillo con su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (1575); Álvaro Núñez Cabeza de Vaca; los cronistas de la conquista del Perú Francisco de Jerez, Gonzalo Fernández de Oviedo, Pedro Cieza de León, el Inca Garcilaso de la Vega etc. El Lazarillo de Tormes, que inicia el género de la novela picaresca consolidado en una obra de transición, el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes ha sido considerada la primera novela moderna. El teatro español empieza en el renacimiento con una obra maestra, La Celestina, de Fernando de Rojas (1499 y 1502), como La lozana andaluza (1528) de Francisco Delicado o libros de caballerías Amadís de Gaula, 1508, las figuras señeras del también músico Juan del Encina, Lope de Rueda con sus cómicos Pasos (1567, y la revolucionaria fórmula escénica del fénix de los ingenios Lope de Vega (1562-1635), autor este el más prolífico del teatro mundial, y sus primeros discípulos Guillén de Castro (1569–1631) o Juan de la Cueva (1543-1612).
En la pintura destacaron muchos, como Juan de Flandes, Vicente Macip, Pedro Machuca, Julio de Aquiles. Hernando de Esturmio, Alonso Berruguete, Juan de Juanes, Vicente Requena el Viejo, Alonso Sánchez Coello, Roland de Mois, Diego de Urbina, Vicente Requena el Joven, Juan Pantoja de la Cruz, El Greco (1541-1614), Luis de Carvajal, Francisco Pacheco y Juan Gómez.
De los conquistadores y exploradores hemos ya destacado en los capítulos anteriores, pero daremos una pequeña lista de los destacados. Gonzalo de Alvarado, Alonso de Bazán y Herrera, Hernán Cortés, Juan de Cuéllar, Diego Pacheco (gobernador), Juan de Escalante, Juan de Garay, Garci Sánchez (conquistador), Juan García de Carvajal, Francisco de Godoy (conquistador), Juan de Grijalva, Francisco Hernández de Córdoba (fundador de Nicaragua), Juan Hidalgo (conquistador), Pedro de Hinojosa, Juan Cano (conquistador), Pedro de Mendoza, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Francisco de Orellana, Francisco Pacheco (capitán), Francisco Pizarro, Juan Ponce de León, Juan Pérez de Tolosa, Rodrigo de Aguirre, Pedro de Valdivia.
Del trabajo y el talento de esta gente y muchos más podemos decir que nace la España moderna de la cual mana el resto de la historia hasta nuestros días.
Está claro que no hay ningún país o cultura que no haya sido invadida por otro o por otra cultura. Al igual que entraron en la península los romanos, godos y musulmanes, los españoles entraron en un continente pero para quedarse, como propio, como extensión de sus reinos, y otorgándole lo mejor que tenía, sus mejores hombres, su cultura, y sobre todo su religión, que tengamos en cuenta que en aquel entoncees era lo más importante que poseía el ser humano.
España es la responsable de haber trasladado a América el urbanismo, el derecho, las economías estructuradas, la agricultura, las universidades, las catedrales, las técnicas arquitectónicas, la influencia del Renacimiento, la imprenta, la rueda, la escritura, la música entre otras infinitas cosas. Se fundamos 23 universidades en América desde 1524. Portugal no fundó ninguna en Brasil durante su periodo colonial, mientras que la Inglaterra colonial de entonces, por ejemplo, hasta ese momento se había preocupado más bien poco por educar a sus indígenas.
A través de la península, hacíamos llegar a América todas las corrientes intelectuales y las artes que la grandiosa España de entonces absorbía. Además un idioma rico, culto con el que entenderse en todo un continente.
Como dijo Carlos Fuentes “Se llevaron el oro pero nos dejaron el oro”.
La humanidad entera y sobre todo 550 millones de personas estamos en deuda con ellos.
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