miércoles, 17 de diciembre de 2025

ARTE MUDEJAR EN ARAGÓN

Durante el medioevo en la península ibérica, después de la entrada de los musulmanes, aparte de los reinos cristianos que fueron formándose y de los asentamientos musulmanes, en la mezcla de esos reinos cristianos y musulmanes, había dos habitantes equiparables, pero contrapuestos: un mozárabe era un cristiano viviendo en suelo musulmán y un mudéjar era un musulmán viviendo en suelo cristiano. 

CATEDRAL DE SAN SALVADOR - ZARAGOZA
Las fronteras estaban en constante movimiento debido a las conquistas de unos y otros, y también de las repoblaciones que favorecían esa mezcla de habitantes
Cuando los cristianos conquistaban un territorio había necesidad de reformarlo arquitectónicamente, pero la mano de obra musulmán mudéjar dio un toque distintivo. Se le llamó arte mudéjar, aunque en realidad hubo varios artes mudéjares: en cada sitio, la mezcla de arte cristiano y musulmán producía resultados diferentes. El más loado es el arte mudéjar de Aragón, una de las regiones históricas de España conquistada por los cristianos a lo largo de los siglos XI y XII. Las primeras muestras de estilo aparecen unas décadas después de la conquista definitiva con sus principales rasgos: partiendo de una base románica o gótica se incorporan esquemas octogonales, gruesas paredes y decoración que mezcla ladrillos y cerámica vidriada, especialmente sobre campanarios que parecen minaretes. 

TORRE DE LA COLEGIATA DE STA. MARÍA - CALATAYUD
Zaragoza y Teruel acumulan la mejor muestra del arte.
El término mudéjar procede de la palabra árabe mudayyan o “aquel a quien le es permitido quedarse”. El término empleado por vez primera por José Amador de los Ríos en 1859. Define una expresión plástica nueva y singular, caracterizada por el empleo de materiales económicos como el ladrillo, el yeso, la cerámica y la madera. Para enriquecerlos, la ornamentación toma una importancia excepcional, cubriendo toda la superficie con Sebka o paños de arquillos entrecruzados, composiciones geométricas con lacerías, estrellas y vegetales estilizados o el empleo de cerámica vidriada.

ALFARJE DE LA ALFAJERÍA -ZARAGOZA 
El Arte Mudéjar es una manifestación genuina, fruto de la convivencia de las culturas musulmana, cristiana y judía en los reinos hispánicos. El origen histórico-social del mudéjar hay que buscarlo en el avance de la reconquista leonesa, castellana y aragonesa que supuso la incorporación de territorios con población musulmana, que aportan su saber en el campo de diversas artes.
En Aragón se desarrolla entre el siglo XII y el XVII. Dentro de la particularidad de este estilo, el mudéjar aragonés presenta además características diferenciadoras del realizado en otros territorios como Castilla o Andalucía.

PALACIO DE LA ALFAJERÍA -ZARAGOZA 
Las características más acusadas del mudéjar presente en Aragón frente al de otros territorios (Castilla y León Toledo, Andalucía) son: No suelen presentar atauriques de yeso, sino que las paredes del interior de las iglesias se suelen pintar o esgrafiar.
La decoración mural exterior de ladrillo es mucho más compleja y barroca que el mudéjar de otras partes de España, creando verdaderos entramados de "encaje" de ladrillo a base de frisos de esquinillas, espinas de pez y, sobre todo rombos, arquerías murales a base de arcos mixtilíneos o de herradura entrecruzados, lacerías, etc.

TORRE DE LA IGLESIA DE SAN PABLO - ZARAGOZA 
Esta decoración de ladrillos salientes del muro crea un importante efecto de claroscuros, que es reforzado por los brillos de la cerámica vidriada que se verá posteriormente. El efecto alcanzado es de vida y movimiento. El alfiz se emplea para enmarcar tanto los arcos murales decorativos como los constructivos. Los vanos pueden ser de medio punto o apuntados y hay gran predilección por los ajimeces con mainel central. La cerámica vidriada es uno de los sellos de interés de la arquitectura mudéjar en Aragón. Se emplean grandes platos circulares y otras figuras para decorar los muros e incluso se da en bastantes iglesias que los fustes de las columnas se hacen de este material. Los colores predominantes son el blanco, verde, rosado.
Algunos techos de salones importantes son cubiertos con madera, el trabajo se denomina "alfarje", no confundir con artesonado, que sería el nombre genérico del trabajo en madera. El tratamiento ¡, la realización y su complejidad es completamente distinta, siendo clásico en el Palacio de la Alfajerí, de ahí su nombre.
En Aragón se desarrolla entre el siglo XII y el XVII. Dentro de la particularidad de este estilo, el mudéjar aragonés presenta además características diferenciadoras del realizado en otros territorios como Castilla o Andalucía.

CATEDRAL DE TERUEL 
La Arquitectura Mudéjar de Aragón se incluyó en la Lista del Patrimonio Mundial en 1986 con las torres y la catedral de Teruel, y posteriormente se amplió en 2001.
Los monumentos que integran este bien seriado son: Torre, techumbre y cimborrio de la Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel; Torre e iglesia de San Pedro de Teruel; Torre de la iglesia de San Martín de Teruel; Torre de la iglesia del Salvador de Teruel; Ábside, claustro y torre de la colegiata de Santa María de Calatayud; Iglesia parroquial de Santa Tecla de Cervera de la Cañada; Iglesia de Santa María de Tobed; restos mudéjares; Torre e iglesia parroquial de San Pablo de Zaragoza y Ábside; parroquieta y cimborrio de la Seo de Zaragoza. 
Estos diez monumentos fueron seleccionados por ser los más representativos y los que mejor reflejan el fenómeno mudéjar como hecho histórico y cultural que debiera servir de ejemplo de paz y respeto entre los pueblos.

PALACIO DE LA ALFAJERÍA -ZARAGOZA 
Palacio de la Aljafería de Zaragoza, En la Saraqusta, Zaragoza, de finales del siglo XI, una de las taifas más poderosas de toda al-Andalus, la gente se maravillaba con la historia del gran palacio de la alegría, o palacio de la Aljafería, cuya leyenda decía que había sido construido en una sola noche.
Si por algo especial es reconocido popularmente el mudéjar aragonés es por su magnífica colección de espectaculares campanarios.
La mayoría de los campanarios de estilo mudéjar de Aragón son del tipo llamado "alminar", es decir, de planta cuadrada con un machón central y entre éste y los muros perimetrales, escaleras cubiertas por bóvedas por aproximación de hiladas. Por encima de esta estructura típica de alminar almohade se construía un cuerpo de campanas.

IGLESIA DE SANTA MARÍA - TOBED
Los campanarios fueron al principio de sección cuadrada, pero por la influencia italiana causada por los dominios aragoneses en aquellas tierras, se construyeron también de planta poligonal, en concreto octogonal.
Otra variedad es la torre que se eleva como un prisma cuadrangular pero rematada con cuerpo de campanas octogonal, como en el caso de Ricla.
La Arquitectura Mudéjar de Aragón se incluyó en la Lista del Patrimonio Mundial en 1986 con las torres y la catedral de Teruel, y posteriormente se amplió en 2001. Los monumentos que integran este bien seriado son: Torre, techumbre y cimborrio de la Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel; Torre e iglesia de San Pedro de Teruel; Torre de la iglesia de San Martín de Teruel; Torre de la iglesia del Salvador de Teruel; Ábside, claustro y torre de la colegiata de Santa María de Calatayud; Iglesia parroquial de Santa Tecla de Cervera de la Cañada; Iglesia de Santa María de Tobed; restos mudéjares; Torre e iglesia parroquial de San Pablo de Zaragoza y Ábside; parroquieta y cimborrio de la Seo de Zaragoza. Estos diez monumentos fueron seleccionados por ser los más representativos y los que mejor reflejan el fenómeno mudéjar como hecho histórico y cultural que debiera servir de ejemplo de paz y respeto entre los pueblos.

ALFARJE DEL SALÓN DEL TRONO - ALFAJERÍA 
Palacio de la Aljafería de Zaragoza, En la Saraqusta, Zaragoza, de finales del siglo XI, una de las taifas más poderosas de toda al-Andalus, la gente se maravillaba con la historia del gran palacio de la alegría, o palacio de la Aljafería, cuya leyenda decía que había sido construido en una sola noche.

domingo, 14 de diciembre de 2025

HISTORIA DEL CHOCOLATE

Tras la Conquista de México en la década de 1520  llega a las costas españolas. Fue en el actual Monasterio de Piedra, en el año 1534, dónde por primera vez se elaboró el chocolate en su cocina monacal.
En el municipio de Nuévalos, en la comarca de Calatayud y al sur de Zaragoza, se localiza el Monasterio de Piedra donde tiene origen el chocolate a la taza. 


El Monasterio fue construido en el siglo XII y actualmente está dentro de un Parque Natural con un alucinante entorno hidrográfico. Se trata de un monasterio con siglos de historia entre sus paredes que nos cuenta que un monje del Cister que acompañó a Hernán Cortés a México, Fray Jerónimo de Aguilar, envió el primer cacao, junto con la receta del chocolate, al abad del Monasterio de Piedra, D. Antonio de Álvaro. Fueron los monjes de este insigne cenobio los primeros en probar este manjar. Con ello se explica la gran tradición chocolatera de la orden Cisterciense. 


En algunos Monasterios de hecho, existe una pequeña estancia, sobre los claustros, la llamada chocolatería, dónde cocinaban y degustaban el chocolate
No fue hasta el siglo XVII cuando sale regularmente desde el puerto de Veracruz, abriendo una ruta comercial marítima que abastecería la nueva demanda de España, y posteriormente de Europa.
La introducción en las costumbres culinarias españolas fue inmediato, y su popularidad alcanzó niveles muy elevados ya a finales del siglo XVI.
En la América precolombina el chocolate se condimentaba con chiles y resultaba una mezcla amarga y picante cuyo sabor no agradó inicialmente a los conquistadores españoles, que pronto se vieron motivados a endulzarlo  además de prepararlo caliente. Fueron los españoles los primeros en difundirlo en Europa.
La costosa y exótica bebida pudo mantenerse como secreto de Estado hasta 1606, cuando llegó a Italia.


Pronto ganó popularidad en Francia después del matrimonio de una princesa española con el rey de Francia, en 1615. En 1657, un francés comenzó a vender tablillas de chocolate en Londres y, para 1700, algún inglés le agregó leche, mejorando su sabor y consistencia. Sin embargo, el chocolate fue disfrutado casi exclusivamente como bebida hasta el siglo XIX, porque los altos impuestos lo volvieron prohibitivo
Se llegó a decir que el chocolate es para el español lo que es el té para el inglés. De esta forma, el chocolate logró convertirse en un símbolo nacional. La afición tan desmedida por esta bebida hizo que el café se incorporara tardíamente a las costumbres culinarias españolas, comparado con la incorporación que tuvo en otros países europeos. En España el chocolate era considerado exclusivamente como una bebida reconfortante y apenas era empleado en otros aspectos culinarios, existiendo raras excepciones de platos clásicos españoles donde el cacao entre como ingrediente. Tras la Guerra Civil Española la costumbre fue decayendo poco a poco a favor del consumo de café.


sábado, 13 de diciembre de 2025

ISABEL DE TRASTÁMARA, REINA DE CASTILLA Y LEÓN

Hace hoy 551 años. Tenía 23 años y la cabeza en su sitio. 
Vayamos a esa puesta en escena con la que Isabel demostró a todos que nadie iba a marcar las líneas de su reinado, salvo ella misma.
¡Qué par de ovarios! ¡ Y sin Ministerio de Igualdad !!

Anulada por el papa los actos de Val de Lozoya, que fue una infructuosa jugada del rey Enrique IV, mal aconsejado para anular el Pacto de los Toros de Guisando, donde se nombraba a Isabel heredera a la corona de Castilla y León, por lo tanto Princesa de Asturias, a los ojos del pueblo de Segovia la situación era la del rey en buena armonía con su hermana de padre. A muchos les pareció que Isabel no debía demorar su proclamación como reina de Castilla y recordamos que no se necesitaba ser coronada o consagrada, como en Francia, sencillamente se le proclamada. Así, el 13 de diciembre de 1474, Isabel de Trastámara asiste a los solemnes funerales por el recientemente difunto rey Enrique IV, su hermano, en la Iglesia de San Martín Vera en Segovia. Isabel vestía la ropa de ceremonia cubierta de paños de luto. Pero a la salida se despojó de los paños apareciendo con todo el lujo que requería la siguiente ceremonia, la proclamación como reina de Castilla. Isabel no esperó a su esposo, de camino, para proclamarse reina.
Gutierre de Cárdenas, hombre de confianza de Chacón, y de Isabel, por una de las cosas por las que pasará a la historia es por sostener la espada abriendo la comitiva de Isabel, cuando fue proclamada reina, era un papel simbólico que en los acuerdos del matrimonio entre Fernando e Isabel estaba dispuesto para el aragonés. Pero ante su ausencia, Isabel no esperó y le otorgó ese encargo a Gutierre de Cárdenas. Fueron al Alcázar tomando Isabel posesión de su poder real.


Parece ser que al llegar Fernando con sus tropas, hubo de esperar a las puertas de la ciudad, dos días, en un campamento improvisado, para poder entrar por orden de la reina. Venía Fernando de luchar en la Guerra del Rosellón, defendiendo los intereses de la Crona de Aragón, de la que era heredero. Ante el enfado y la reclamación de Fernando, supo hacerle entender que había sido necesario porque de esa forma fue recibido por la reina ya proclamada y con los honores que correspondían el rey de Aragón y consorte de Castilla, de forma de que el pueblo se diera cuenta que Castilla tenía unos monarcas con autoridad. 
Se comunicó la noticia inmediatamente a las ciudades y en los días siguientes unos y otras obedecieron haciendo reconocimiento de la proclamación. Solo sabemos de dos rotundos silencios, Madrid, a la sazón residencia de Juana y su madre y de  Plasencia, en posesión de los Estúñiga, que sabían que podían serles reclamadas la devolución de Arévalo, ya que la nueva reino no consentiría el despojo cometido a su madre. Pero ambos casos, solo fueron abstenciones, lo que se interpretaba como un tiempo de espera y negociación.


El juramento de las Cortes y la Junta de la Hermandad podían esperar.
Fue el 2 de enero de 1475 cuando Fernando se unió a sus esposa, la Reina que le esperaba en la Catedral. Entraron en el templo asistir en el altar mayor a la ceremonia litúrgica de acción de gracias. Pasaron al Alcázar.
De que hablaron en la mesa, en su intimidad, no es posible saberlo, pero la reina supo convencer a Fernando de que se había hecho lo más conveniente.
Se pensó en un documento que dejara las cosas acordadas claras. Tres razones explicaron los reyes a Fernando del Pulgar, el cronista real para ello: Una; La tradición política y sobre todo la religión cristiana no admite diferencia sustancial entre varón y mujer. Segundo; pasados cinco años de matrimonio solo habían tenido una hija, y no debían a hacer peligrar sus derechos de herencia para pasarlos a otro miembro indirecto de la Monarquía, cosa que algunos pretendían aún. Tercero; La reina siempre manifestó y abrigaba el deseo de un poder compartido, como una función, no una propiedad. De este modo dos personas podían simultáneamente ejercerlo. En este sentido se les encargó a personas de ambas tendencias, Carrillo y Mendoza, que elaborasen un documento con forma de acta arbitral determinando la forma y circunstancia en que debía llevarse en adelante el ejercicio compartido del poder real. Aquella Concordia de Segovia, firmada el 15 de enero de 1475 estipulaba que todas las cartas, sellos y monedas llevarían ambos nombres, precediendo el del marido como era costumbre cristiana, pero anteponiendo las armas de Castilla a las de Aragón.


Todos los homenajes y rentas serían hechas a la reina, en Castilla, pero de todo aquel dinero ella daría cuenta a su marido para que juntos decidieran en que invertirlo. Lo mismo hará luego Fernando con la Corona de Aragón. En cambio la administración de justicia y nombramientos podrían hacerse por separado, conforme las circunstancias lo aconsejasen. El 28 de abril Isabel entregó a su marido un documento delegando en él sus propios poderes, sin renunciar a ninguno, de tal forma que encontrándose ella presente o ausente pudiera Fernando ejercer las funciones reales. A su vez Fernando el 14 de abril de 1481, cuando entró en posesión de la Corona de Aragón, entregaría a Isabel un documento similar. Este documento figura en los Registros de aquel Archivo con esa fecha. De esta forma se completaba un proceso iniciado en 1369 con la revolución que derribó al rey Pedro I comenzando la dinastía Trastámara. Se emprendió una tarea impresionante, proyectos de Alfonso X y Alfonso XI. La Monarquía Hispana surgía como primera forma de organización de un Estado, que busca una razón de existir. Esa forma de Estado se apoyaba en dos principios. España era una unidad preexistente a la que correspondía una conciencia histórica, y la monarquía aparecían como los garantes sobre todo, de la justicia, el cumplimiento de las leyes, cartas, fueron, privilegios, buenos usos y costumbres, considerados en conjunto como ejercicio de libertades en plural.


A punto de heredar la Corona de Aragón, nuestros protagonistas tuvieron que plantearse el modelo político que les convenía. La norma castellana, que se aplicaría en el caso de Granada, tendiendo al unitarismo institucional, mientras que la aragonesa se inclinaba por la unión de los reinos, conservando cada uno las tres características esenciales, un territorio, un fuero y unas Cortes. Cuando Navarra fue incorporada a la Corona de Castilla, años después, se hará mediante pacto que le permitía conservar esa condición de reino. Una demostración de que se había optado por la fórmula de unión de Reinos. Si bien esta fórmula no renunciaba a la condición de soberanía, definida además con el calificativo de “absoluto”,  que se define como independiente de cualquier otra autoridad superior.
Modelo en el espíritu de la caballería; tal debían ser los reyes. Esto nos revela el lema “Tanto Monta” No se refiere a la paridad de la pareja. Como Caballero del Toisón de Oro, Fernando necesitaba un emblema y una leyenda acorde. Isabel había escogido el haz de flechas, que significaba la reunión de los reinos, y la F era la inicial de su marido. Acudió Fernando al humanista Antonio de Nebrija, poniéndole como condición que comenzara por la letra Y, como ya lo hiciera en el signo del yunque utilizado por él en justas y torneos. El gran latinista le propuso una pequeña historia que Quino Curcio había introducido en la biografía de Alejandro Magno. Llegado éste a Gordión el macedonio se había encontrado un yugo con la letra Y, en torno a la cual se había atado un nudo con tal malas artes que nadie era capaz de desatar. A esto estaba la promesa de conquistar el mundo. Alejandro sacó su espada y la cortó de un tajo diciendo “Tanto Monta”, lo que en castellano del tiempo viene a decir, “da lo mismo cortar que desatar”. En otras palabras, se aclaraba que Fernando, haciendo valer su posición, tomase la vía recta, y que el fin justifica los medios, asunto hoy discutible, pero entonces no. Los dos emblemas, yugo y flechas, aparecen juntos en los escudos de armas y sirven para la identificación del reinado.

FERNANDO FERNÁN - GÓMEZ

REINO DE NAVARRA (segunda parte)

  Muerto Sancho III en el 1035, el reino de Navarra se desmembró. Como dejó entre sus hijos la herencia repartida. A García le correspondió ...