viernes, 8 de febrero de 2019
9- FELIPE II - Flandes
En 1578 el rey portugués don Sebastián falleció. Por los derechos heredados de su madre, Felipe II era el más legitimado para sucederle. Pero debió plantar batalla para ello con don Antonio, nieto ilegítimo del rey Manuel el Afortunado. Mientras un cardenal de la casa Avis había sido nombrado rey, don Enrique. Éste proclamó sucesor a Felipe si bien los representantes del pueblo querían a un rey portugués. A la muerte de Enrique nuestro Felipe comenzó a usar el título de rey de Portugal desoyendo a todos que le pedían paciencia. No obstante, aquel don Antonio también se hizo proclamar rey y marchó a Lisboa, de donde tuvo que huir cuando el ejército español enviado por Felipe, al mando del duque de Alba tomó la capital. En diciembre de 1580 Felipe entró en Portugal y en 1581 las Cortes portuguesas le reconocieron como rey. Se garantizaba la independencia del reino, y sus colonias y la continuidad de sus instituciones, el sistema judicial y monetario. Se inició así la unión peninsular que duró hasta 1640, pero que siempre fue frágil.
En las clases altas de Portugal y España había vínculos familiares abundantes y personajes de la cultura que ejercían en uno u otro país. Pero las clases populares y el bajo clero portugués mantuvieron siempre una actitud contraria a los españoles. Y Castilla y aún más el resto de España en general ignoraron a su vez a Portugal.
En los dominios europeos que había heredado fueron un dardo envenenado. Los Países Bajos, el Franco Condado (Borgoña) y Luxemburgo fueron causas de continuas guerras y culpables de buena parte de la decadencia posterior. Felipe representaba el absolutismo político y la defensa a ultranza de la religión cristiano-romana, y siendo esas zonas muy prósperas, que contaban con una buena organización civil de buen nivel cultural, con las reformas iniciadas por su padre, el emperador Carlos V, veían en Felipe una amenaza ya que se había erigido en defensor de la Contrarreforma, mientras que allí eran proclives a la Reforma Protestante. El interés político europeo se centraba en esa zona por su poder comercial y económico, con lo cual la oposición a Felipe estaba servida.
Ya hemos hablado en el capítulo anterior de la llegada del Duque de Alba a Flandes con resultado negativo. Represión del duque y resistencia de los flamencos. Entra en escena Guillermo de Orange.
La Guerra de los Ochenta Años, enfrentó a las Diecisiete Provincias de los Países Bajos contra Felipe II. Realmente comenzó en 1568 cuando la gobernación estaba en manos de Margarita de Parma su hija ilegítima. Se ganó la enemistad de Guillermo de Orange.
Los tercios se vieron obligados a largas jornadas de asedio. Un ejército preparado para el encuentro frente a frente, suponía un enorme gasto de hombres y dinero para la Corona Española, y que no daba los frutos deseados.
Tenemos que recordar que el 7 de octubre de 1571 se sucedió la famosa Batalla de Lepanto, con Don Juan de Austria, hermano del rey a la cabeza (24 años tenía Juan) también estuvieron en aquella batalla, Barbarigo, Juan Andrea Doria, Álvaro de Bazán, Lope de Figueroa, Sebastián Veniero, Alejandro Farnesio, Juan de Cardona, Colonna, Luis de Requesens y hasta Miguel de Cervantes.
Pero de eso hablaremos en otro capítulo. Lo que queda claro es problemas no le faltaban al bueno de Felipe II.
Ya en 1575 Felipe II destituye al Duque de Alba en el ejército de Flandes y pone a Luis de Requesens, más negociador. Pero de igual resultado, o peor ya que las tropas españolas, que, sin cobrar, tras la bancarrota española de 1575, saquean la ciudad de Amberes produciendo una gran cantidad de muertos.
Requesenes murió y obligó a un periodo corto sin gobernador hasta que llegó Juan de Austria en febrero de 1577.
Después de la entrada de Orange en Bruselas, Alejandro Farnesio se une a las tropas de Juan de Austria y derrotan al holandés en enero de 1578. Meses después murió el valeroso Juan de Austria. Con lo cual el rey coloca en su puesto a Farnesio, que era un hábil negociador, buen militar y buen financiero. Logró atraer a su partido a los descontentos con Orange y escarbó en las discrepancias religiosas. Consiguió que los holandeses se aliaran en 1579 y se reconciliaran con Felipe II.
Pero los protestantes a su vez formaron la Unión de Utrecht, embrión de la actual Holanda en enero de 1579 entre las provincias rebeldes de los Países Bajos, en aquel tiempo enfrentadas a la corona española durante la guerra de los ochenta años.
Sobre todo después de la Acta de Abjuración de 1581, por el cual estas siete provincias del norte, de mayoría protestante, rompían definitivamente con el reino de Felipe II. Aunque tardará muchos años en ser reconocido por España, las Provincias Unidas, u Holanda, como prefiramos, comienza a funcionar como país independiente.
Pero se fueron conquistando ciudades, Gante, Brujas, Bruselas y finalmente Amberes después de un larguísimo asedio. Y sobre los territorios holandeses; conquistando Eindhoven, Breda o Nimega. Pero para la conquista total era necesario el control del mar, y este estaba en manos holandesas e inglesas. Mientras los piratas ingleses, al mando de Drake castigaban los puertos españoles.
La ejecución de María Estuardo, una reina católica, ordenada por Isabel de Inglaterra, aunque ésta no estaba muy de acuerdo con la ejecución, pues temía las consecuencias de las potencias católicas, este hecho como decía decidió al monarca español a intervenir en Inglaterra.
Felipe II preparaba su Gran Armada para reconquistar el Canal de la Mancha.
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