jueves, 4 de enero de 2024

LA GRANDE Y FELICÍSIMA ARMADA ESPAÑOLA

Anoche tuve la desgracia de ver la película “Isabel, la edad de oro” que trata de los movimientos de la reina Isabel I de Inglaterra en los momentos en que su mala relación con el monarca español Felipe II, ve como éste decide enviar una fuerza naval contra Inglaterra.

La producción es de los estudios Universal Pictures, es decir que son americanos, no ingleses. Pero ya esperaba yo que pusieran en ridículo a España y quedaran los ingleses como víctimas que salían vencedores ante un enemigo atrasado y meapilas. Las fotos que aporto son del final de la película, donde ya las frases hablan claramente lo que por el mundo anglosajón nos conceptúan.
BATALLA DE LAS GRAVELINAS 


En 1585, como consecuencia de los constantes ataques de los corsarios ingleses a la flota española y del apoyo inglés a las Provincias Unidas de los Países Bajos, que en aquella época estaba enfrentada a España en la guerra de los Ochenta Años, se desataron las hostilidades entre Inglaterra y España, lo que  dio comienzo la guerra anglo-española.
En 1585 es cuando comienza la guerra. Francis Drake zarpó de Plymouth. Al alcanzar la costa oeste de Galicia, saquea las islas de Bayona y bloquea la villa de Vigo. Los vigueses acudieron a la defensa y obligaron a que huyeran abandonando su botín.
Rumbo de las Indias, desvalijó varias carabelas en La Palma y El Hierro de las Canarias y las islas de Cabo Verde. Atacaron la isla La Española y luego Cartagena de Indias.
La flota de Drake llegó a Portsmouth.
En 1587 dirigió una campaña contra la flota que Felipe II estaba preparando para invadir Inglaterra. En una expedición sin precedentes, la flota de Drake atacó y saqueó Cádiz, destruyendo más de 30 barcos destinados a la Armada Española. El éxito rotundo de la expedición de Drake retrasó un año más los planes españoles.
El famoso corsario, comerciante de esclavos, luego político y almirante Inglés al servicio de Isabel I de Inglaterra, hizo que a Felipe II se le hincharon las narices, supo de la ejecución de María Estuardo en febrero de 1587, una reina católica, ejecución ordenada por Isabel de Inglaterra, este hecho decidió al monarca español  a intervenir en Inglaterra. Además Felipe quería acabar con la piratería inglesa y sus constantes incursiones en las posesiones hispánicas. Por lo tanto, y al tratarse de una isla de poco menos de 3.000.000 de habitantes, de los cuales menos de un cuarto se encargaban de su protección, una fuerza militar anticuada y falta de experiencia, Felipe II estimó que un pequeño contingente sería suficiente para someter en pocas semanas todo el país
Lo que en un primer momento hubo fue  terror ante la reacción del monarca más poderoso de su era, Felipe II y pánico después ante la cercanía de la mayor flota, en esfuerzos, que ninguna nación ha conseguido nunca reunir, y, finalmente, estupor ante la posibilidad de un contraataque.
El propósito de Felipe II, tal y como incide en sendas cartas del 4 de septiembre de 1587 al marqués de Santa Cruz y al duque de Parma es el "restaurar Inglaterra para la Iglesia católica y poner fin a los ataques ingleses contra los intereses de España". Nunca existió la idea de ocupar y extender el imperio español a las islas, sino el de acabar con un enemigo muy concreto: la reina Isabel I de Inglaterra, de la casa Tudor. La monarca estaba en contra de los católicos y patrocinaba la piratería contra los intereses españoles con corsarios como Francis Drake.
España era un Imperio, el país más poderoso de Europa y tras el triunfo en la Batalla de Lepanto  en octubre de 1571, quedó clara la consolidación del poder naval español.
La expedición y el ataque se desarrolló desde el 12 de julio al 23 de septiembre de 1587.


NOTA FINAL DE LA PELÍCULA 

Otra cosa importante es la de denominar “Invencible” a la Armada Española. En el mundo anglosajón no ha hecho, en absoluto, desde 1588 y hasta hoy la nota predominante, siendo el término “Spanish Armada” el mayormente utilizado. Sin embargo, en España se ha dado pábulo a esa creencia de “Invencible” durante años. El padre Pedro de Ribadeneira en su “Tratado de la tribulación” de 1589 escribe: “Una armada grande y poderosa, y que parecía invencible, aprestada para volver por la causa de Dios y su santa fe católica, y acompañada de tantas oraciones y plegarias y penitencias de sus fieles y siervos, se haya deshecho y perdido por una manera tan extraña que no se puede negar, sino que es azote y severo castigo de la mano del Muy Alto”.
Con todos los datos anteriormente, creemos pues, que el término “Armada Invencible” si bien fue usado ocasionalmente en Inglaterra, cuando lo fuese, rara vez se hizo de una manera especialmente histriónica o denigrante
El ataque que llevó a cabo ocurrió en el contexto de la guerra anglo-española de 1585-1604.
Los españoles, a su vez, sufrieron cerca de 10 000 bajas debido a un feroz temporal que los sorprendió bordeando la costa occidental irlandesa. Un hecho muy importante, y que al mismo tiempo es poco conocido, es que los marinos ingleses fueron a su vez diezmados por causas ajenas al combate, ya que unos 9.000 marineros ingleses fueron víctimas de sendas epidemias de tifus y disentería que estallaron a bordo de los barcos ingleses inmediatamente después del enfrentamiento con la flota española. Además, el ambiente en Inglaterra tras la batalla distó mucho de ser la algarabía de fervor patriótico y festejos.
Hasta la altura del Canal de la Mancha no se efectuó el único gran combate de toda la campaña, por llamarlo de algún modo, pues Francis Drake no tuvo más ocurrencia que prender fuego a sus barcos y estamparlos contra la armada (los llamados brulotes) causando ciertos estragos. Bien, el resultado del único enfrentamiento directo fue el de un solo barco español hundido.
Temerosos de iniciar un prolongado enfrentamiento, la armada inglesa se batió en retirada. La flota española, exhausta, con sus objetivos demasiado desdibujados, incapaces de llegar a ningún puerto aliado y con numerosas pequeñas averías se vería obligada a rodear la isla británica. Las condiciones fueron horribles. Los pequeños arañazos alcanzados por los ingleses fueron transformando los barcos en ruinas flotantes por las tempestades y la defectuosa cartografía portada por los españoles.


NOTA FINAL DE LA PELÍCULA 

Esto es la gran victoria por la que brindan: que los españoles tuvieran que dar media vuelta debido al temporal y a la imposibilidad de combate. Y es que más que una victoria Inglesa fue un cúmulo de desastrosos contratiempos que bien resumió Felipe II en su célebre frase: “Yo envié a mis naves a pelear contra los hombres, no contra los elementos”.
En 1589 Inglaterra llevó a cabo una expedición militar para destruir los barcos españoles que estaban siendo reparados en La Coruña, Santander y San Sebastián, así como para iniciar una insurrección antiespañola en Lisboa. Esta expedición fue conocida como Contra armada y fracasó en sus objetivos. En la batalla de La Coruña fueron rechazados.
La Contra armada inglesa, desplegó unas 160 naves de varios tipos y perdió 40 navíos entre hundimientos y capturas causando fuertes pérdidas en las arcas inglesas. A la vez permitió la reconstrucción de la flota española. Ayudados por corsarios, los ingleses continuaron con sus robos en alta mar. Pero un sistema de escolta frustró los ataques. Expediciones de piratas como Martin Frobisher y John Hawkins fueron derrotadas. El navío “Revenge” uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la Batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias. En 1592 Pedro de Zubiaur vencía a un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos. En 1593 en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses hundiendo sus dos unidades principales.
Entre 1595 y 1596, Drake y Hawkins murieron en las derrotas sufridas por los enfrentamientos de una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en diferentes localizaciones caribeñas.
Muere Felipe II en 1598 y su hijo Felipe III de España proseguiría la guerra contra Inglaterra. En mayo de 1600 se iniciaron conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que no dieron resultado
Aprendida  la lección de la forma de combatir de los ingleses, la mejora en la escolta de las flotas procedentes de América y la rápida recuperación ente las pérdidas militares, muertos la reina inglesa y los corsarios Drake y Hawkins, se debilitó la decisión inglesa y el sucesor Jacobo I firmó un tratado de paz en Londres, posiblemente favorable a Felipe III, en 1604.
Ahora son los prestigiosos historiadores británicos Geoffrey Parker y Colin Martin, expertos en Historia Naval del periodo, quienes publican un gran volumen sobre la mítica historia, La Gran Armada. Un nuevo acercamiento a "la historia de la mayor flota jamás vista desde la creación del mundo" a través de un tocho de 800 páginas que, si te descuidas, lo acabas en tres días.

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