lunes, 8 de abril de 2024

LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

La Inquisición medieval fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc, el sur de Francia. Tras la publicación en 1231 de la bula de Gregorio IX titulada “Excommunicamus”, estableció formalmente el tribunal de la Inquisición haciéndola depender directamente del pontífice y nombrando a los padres dominicos como inquisidores, estableciendo que los herejes fueran entregados al brazo secular para su castigo.
El concilio de Tarragona de 1242 estructuró definitivamente el tribunal de la Inquisición en Aragón.

TORQUEMADA ANTE LOS RR.CC. 

Esta fue el primer Tribunal de la Inquisición, que todavía no se instituyó en Castilla.  Pero  la orden de los padres dominicos  en los tribunales inquisitoriales no evitó, sin embargo, que la Inquisición actuase en Aragón para combatir la apostasía de algunos frailes de dicha orden mendicante. La introducción de la “Inquisición nueva” en Aragón fue empeño especial de Fernando II quien forcejeó con el papa varios años, entre licencias y derogaciones. Fue establecida por Fernando en Aragón como herramienta de persecución de la herejía y las disidencias. El tribunal de Zaragoza se fundó en 1482, y tenía competencias sobre el territorio aragonés y Lérida, aunque Teruel estaba excluida. En 1483 fue nombrado Torquemada inquisidor general, a la vez que de Castilla, de los reinos de Aragón, Cataluña y Valencia. La oposición le fue intensa desde el primer momento, no sólo por la abundancia de conversos y el apego de los frailes dominicos a sus privilegios en la amortiguada Inquisición anterior, sino por el de los aragoneses a sus Fueros, en peligro de infracción ante este entrometimiento castellano.
Inquirir significa averiguar, preguntar. Éste era el objetivo primero del Santo Oficio. Averiguar sobre la verdad de la herejía de una persona, y si las denuncias presentadas eran verdad y no se trataba de venganzas personales. Al recibir una denuncia había una investigación siempre secreta. Si se comprobaba que la denuncia no tenía fundamento, al denunciante le multaban y hubo miles de denunciados que jamás supieron que habían estado en el punto de mira y que las denuncias habían sido archivadas
El Santo Oficio fue creado en Castilla para combatir los focos judaizantes que se habían localizado en el arzobispado de Sevilla.


El cristianismo es una fe que se proclama “dogma de fe”. Norma desde el rey hasta el último morador. Al comienzo del reinado de Fernando e Isabel, judíos y musulmanes formaban comunidades propias, pero habitaban en tierra ajena. Tenían casas de oración, sus leyes y autoridades y escuelas. Tenían permiso del rey para ello esto desde hacía siglos. Abonaban un impuesto (paira) y no podían formar parte de las instituciones. Los musulmanes eran invasores y los judíos al no ser cristianos, el pueblo llano los rechazaba pues no olvidaba que fueron los que rechazaron a Jesús y lo hicieron crucificar y también convinieron acuerdos con los musulmanes en su invasión en el siglo VIII. Y esos cristianos se consideraban herederos de los reyes godos y descendientes de Roma. Por esto es por lo que se dice que “Soy cristiano, apostólico romano”.
Todo esto es importante para entender los hechos. Si se pierde este punto de vista, tan alejado de nosotros en nuestros días, no podremos comprender los hechos sucedidos, sus porqués y las decisión que se tomaron. 
A partir de las serias revueltas de 1391 en adelante, los conflictos eran cada vez mayores, alcanzando hasta la desconfianza a los nobles y reyes. Es por esto por lo que se obligó a la conversión a los judíos, para evitar tantos problemas en la sociedad de entonces. Era lógico entonces crear un organismo que averiguara si esta situación de falsa conversión era cierta en cada acusación. Por ello es por lo que en 1478 se creó el “Santo Oficio de la Inquisición”, en decir, que “averiguaba”, “inquiría”. Y se descubrió que entre los conversos había todo tipo de actitudes religiosas, desde los sinceros cristianos hasta los más recalcitrantes judíos que continuaban con sus costumbres y ritos, denunciados y rechazados por los cristianos. Estaba claro que la situación era insostenible. Los cristianos viejos seguían protestando por el posible engaño de los conversos y porque consideraban un insulto grave la existencia de conversos que continuaban con su religión a escondidas.

Es evidente que el año 1492 contempla cuatro acontecimientos singulares, la toma de Granada. La entrega de la ciudad de Granada marcó la que podemos considerar como la cúspide del reinado. Sin embargo, el Reino de Granada seguía contando con una población que era mayoritariamente musulmana. Isabel emprendió un intenso trabajo de adoctrinamiento para conseguir que se produjesen numerosos bautismos. Fray Hernando de Talavera ocupó la sede arzobispal, recién creada, el cristianismo había estado prohibido en Granada hasta entonces y el Papa otorgó a los Reyes un derecho de patronato sobre las diócesis que se fueran creando, de modo que ellos escogían los obispos. Es el mismo sistema que se aplicaría luego en América, recién descubierta ese mismo año.
La Inquisición ya había sido establecida en 1478, por los reyes con el fin de mantener el catolicismo más puro en todos sus territorios. Fue creada para actuar como tribunal con el fin de descubrir y someter a juicio a los herejes. Esto conllevó al crecimiento del odio entre judíos y cristianos, ya que cuando una persona tenía una rencilla con algún vecino o conocido, lo acusaba directamente de ser judío para llevarlo a juicio y complicarle la vida. De este modo, aumentó notablemente el número de denuncias falsas y acusaciones por ser judío. Tanto el gobierno, como los demás funcionarios proclamaban que era importante expandir el catolicismo real. Por ello, promulgaron leyes para prohibir los matrimonios mixtos entre cristianos y judíos o judíos conversos, ya que ensuciaban la pureza de la sangre. A raíz de este rechazo continuo y creciente, muchos judíos que no renunciaron a su fe fueron asesinados y otros muchos expulsados del país. Con ellos, se fue buena parte de la cultura y de las tradiciones que hasta ese momento había habido en el territorios.  Pero los judíos eran una amenaza para la monarquía y los Reyes Católicos vieron en la Inquisición el medio para eliminar la fuente de uno de sus mayores problemas.


Lo cierto es que el Tribunal del Santo Oficio en España era más garantista que la Justicia ordinaria. La Institución consagró la figura del abogado de oficio, quizá existiera ya, pero con su uso en esta institución quedó para siempre. Sepamos que el primer Tribunal inquisitorial para juzgar delitos contra la fe, no fue español, sino que nació en Alemania, en 1220 a petición del emperador Federico II, que reinaba también en el sur de Italia y en Sicilia. Lo creó el papa Honorio III. La herejía paso a ser un delito de atentado contra el rey, es decir contra el Estado, castigado con la pena de muerte en la hoguera., por lo que esas ejecuciones no fueron contabilizadas como ordenadas por la Inquisición local, sino por la Justicia Ordinaria.
La Santa Inquisición en España fue estructurada desde el principio como un tribunal subordinado directamente a la Corona. Ofrecía unas garantías procesales más amplias que los tribunales ordinarios y, de hecho, ejecutaba bastante menos. Recurría a la tortura en escasas ocasiones, y siempre bajo supervisión de un inquisidor que tenía orden de evitar daños permanentes, a menudo junto a un médico, en contraste con las salvajes torturas aplicadas por la autoridad civil. El desarrollo de la tortura era registrado escrupulosamente por los secretarios, incluyendo los quejidos y exclamaciones proferidas por las víctimas. Además, el Santo Oficio tenía un manual de procedimiento que prohibía muchas formas de tortura usadas en otros sitios de Europa y por los tribunales ordinarios. En cuanto a las manidas torturas admitidas en todos los sistemas judiciales de Europa hasta hace dos días, estaba terminantemente prohibida la efusión de sangre. Un físico estaba presente en los interrogatorios, que se detenían en cuanto saliera aunque fuese una gota de sangre por la nariz, cosa que los tribunales civiles era algo común. Salvo raras excepciones, se empleaban artilugios de tortura. Las confesiones obtenidas durante el tormento no eran válidas por sí mismas y debían ser ratificadas, fuera de él, en las veinticuatro horas siguientes.
Entre los reos finalmente condenados, los castigos podían ir desde una multa económica, servir en galeras como remeros durante un tiempo específico, penas de prisión o, en los casos más graves, ser quemados vivos.
La Inquisición en España, es propaganda británica y holandesa más que nada. Parece mentira que aún haya gente que se sienta identificada y crean que tienen algo que ver con la que gente que nació 500 o 700 años atrás, culpando o ensalzando.
Desde que se creó la Inquisición en España, en 1478 hasta que se abolió, en 1834, (356 años) ha habido 341.000 procesos documentados con la ejecución a 31.912 personas. Es decir algo más de 7 al mes. También indica que sólo el 10%  eran ejecutados. Pero estamos hablando desde el siglo XV al XIX. Para aquellos tiempos no eran cifras tan alarmantes. En la actualidad, en el país modelo de democracia en el mundo, EE UU, desde 1976, año en que la Suprema Corte reimplantó la pena de muerte, se ha ejecutado a 1.462 personas hasta diciembre del 2017. Es decir casi 4 al mes. En Inglaterra el Tudor persiguió con saña a los católicos. En Francia los gabachos se cargaron en una sola noche a más hugonotes que todos los que fueron quemados en autos de fe, y las brujas fueron perseguidas sin piedad en Alemania y Centroeuropa.
Aparecieron herejías en el sur de Francia y en el norte de Italia, la albigense y la valdense. Calvino a mediados del siglo XVI se había erigido en el principal dirigente del protestantismo europeo, capaz de hacer frente a la Contrarreforma católica que defendía nuestro Carlos V, en Emperador del Sacro (Sagrado) Imperio romano. 
El calvinismo superó pronto en influencia al luteranismo. Calvinista fue el protestantismo dominante en Suiza y en Holanda, así como el de los hugonotes franceses, los presbiterianos escoceses, ingleses y otras comunidades como Hungría, Polonia y Alemania. Pues durante su mandato en Ginebra fueron enviados a la hoguera unas 500 personas en 23 años, entre ellos el aragonés Miguel Servet, una ciudad con 100.000 habitantes. Casi 22 personas al año y un 0,5% de la población.
Mientras que en España, Henry Kamen, historiador hispanista  británico considera que hasta desde la aparición de Torquemada en 1483 hasta 1530, (47 años) el número de personas ejecutadas por la Inquisición española fue alrededor a dos mil (42 cada año). Esto en toda España, que tenía una población del orden de 7 millones de habitantes, (Un 0,03% de la población)
En Ginebra existe un monumento de varios metros de alto de Calvino. Si tuviéramos un monumento, aunque fuera pequeño a Torquemada sería un escándalo impresionante y en Ginebra lo tienen con mucho orgullo, ya que fue un defensor de su religión.
Alemania, Suecia, Inglaterra, Holanda, Bélgica, países de religión protestantes no se quedaron atrás. A diferencia del Tribunal español los sentenciados por su Inquisición siempre fueron delitos contra el Estado, por lo que no se contabilizan las muertes en la hoguera por decisión de la Inquisición.
Desde que se creó la Inquisición en España, en 1478 hasta que se abolió, en 1834, (356 años) ha habido 341.000 procesos documentados con la ejecución a 31.912 personas. Es decir algo más de 7 al mes. También indica que sólo el 10%  eran ejecutados en vida, otros lo eran con la persona fallecida, por lo que la sentencia era simbólica, realmente eran estatuas en representación de los reos. Pero estamos hablando desde el siglo XV al XIX. Para aquellos tiempos no eran cifras tan alarmantes. En la actualidad, en el país modelo de democracia en el mundo, EE UU, desde 1976, año en que la Suprema Corte reimplantó la pena de muerte, se ha ejecutado a 1.462 personas hasta diciembre del 2017. Es decir casi 4 al mes. En Inglaterra el Tudor persiguió con saña a los católicos. En Francia los gabachos se cargaron en una sola noche a más hugonotes que todos los que fueron quemados en autos de fe, y las brujas fueron perseguidas sin piedad en Alemania y Centroeuropa. En España, el número de "candorosas herboristas” ejecutadas fue ridículo en comparación. Teniendo en cuenta que se dedicaban sobre todo a practicar abortos, preparar venenos que vendían. Los que acaban en la hoguera eran pocas, las que se negaron hasta el último momento de abjurar de sus herejías a pesar de haber tenido cien veces oportunidad de hacerlo. Las cifras demuestran que la caza de brujas fue un problema ajeno al Mediterráneo. Según cálculos del historiador alemán Wolfgang Behringer, la persecución provocó en toda Europa entre 40.000-60.000 víctimas, donde 500 corresponden a la suma de las ejecutadas en España, Portugal e Italia (exceptuando las regiones alpinas de lengua italiana). En esta cifra, correspondiente a la primera parte de la Edad Moderna, Francia habría ejecutado a 4.000 y Alemania al menos a 25.000.
Y lo más importante para tener en cuenta es que la religión, el estado y la política estaban unidos como casi un solo estamento. En toda Europa. La religión del rey era obligatoria para todo el reino.

LOS GODOS FUERON CREADORES DE ESPAÑA

Roma en sus luchas contra los visigodos, en el año 414, el general romano Constancio atacó al rey visigodo Ataúlfo, que fue forzado a refugi...