miércoles, 19 de octubre de 2022

URRACA - REINA LEÓN -- (1090-1126).

Fue una reina poderosa, que accedió al trono al morir su padre sin heredero varón, a pesar de haber tenido varias esposas. La reina Urraca fue la primera mujer que ejerció de forma efectiva el papel de reina “propietaria” y se trata de un personaje verdaderamente insólito en la Historia del medioevo hispánico, por su condición femenina y por la incidencia que tuvo en los hechos históricos de su época como por las controversias ha generado después. Sufrió el maltrato físico y psíquico de su marido, pero demostró también una fuerza y una determinación indomable que la llevo a ser de nuevo maltratada por la Historia. Hija de Alfonso VI y de Constanza de Borgoña, se casó con Raimundo de Borgoña en 1090 y, al enviudar (1107), Alfonso VI les dio a ella y su hijo Alfonso el señorío de Galicia. 

Su segundo matrimonio, con Alfonso I el batallador (1109), fracasó en su objetivo de reforzar la estabilidad interna y externa, pues el país se vio agitado por graves problemas políticos (la presencia de guarniciones aragonesas en ciudades castellanas y leonesas), que llevaron al país a la guerra civil, y sociales, por los nobles y también por la presión almorávide.
La orden de Cluny, la nobleza, Enrique de Borgoña rey portugués y los magnates gallegos se opusieron a la unión con Aragón, el clero y la nobleza castellana apoyaron a Urraca, y la burguesía era partidaria de Alfonso el batallador.
En 1109 se llegó a un acuerdo de gobierno conjunto y de normas sucesorias, a principios de 1110 la reina y el rey discutieron tan gravemente que doña Urraca optó por abandonar León y refugiarse en el monasterio de Sahagún, en espera de que las bulas pontificias llegasen. Y Urraca mantuvo relaciones con el conde de Candespina, Gómez González, con quien tuvo un hijo.
Tal vez ello explique la reacción de Alfonso el Batallador: en septiembre de 1110, la prendieron y la encerraron. Alfonso formó un ejército para arrasar Castilla y tomó todas las plazas fuertes del reino, incluyendo Toledo, Sahagún, Burgos, Palencia, Osma y Orense. El conde de Candespina se las arregló para liberar a Urraca. Pero ella supo que los nobles gallegos habían secuestrado a su hijo el príncipe Alfonso.
Enrique de Borgoña, rey de Portugal y cuñado de doña Urraca, se alió con Alfonso el Batallador, formaron un ejército conjunto que se enfrentó al castellano en la batalla del Campo de Espino en abril de 1111, contra las tropas dirigidas por Gómez González, conde de Candespina, y doña Urraca. La victoria sonrió al Batallador y a su aliado portugués, y el conde de Candespina, halló la muerte.

El Batallador entró triunfalmente en Toledo, lo que molestó a su aliado portugués Enrique de Borgoña, y se le ocurrió una entrevista secreta con doña Urraca para pasarse a su lado y combatir juntos a Alfonso el Batallador. Urraca hizo una jugada extraña, reconciliarse con su esposo. Hecha pública la reconciliación los monarcas portugueses reaccionaron con furia. Se acordó el perdón para todos por los delitos y la proclamación de Alfonso que fue coronado rey de Galicia, en septiembre de 1111.
El monarca aragonés estaba furioso contra su mujer, pues reunió a su ejército y atacó, a mediados de octubre, a la comitiva gallega que transportaba al niño Alfonso hacia León. El noble Gelmírez pudo escapar hacia Galicia llevándose consigo a su nuevo rey.
Entre Urraca y El Batallador había nuevamente una guerra civil. Y el conde don Pedro de Lara se había convertido en influyente amante de Urraca. Hacia la primavera de 1112, Urraca pudo reunirse con su hijo en Galicia, donde también recibió apoyos, subsidios y tropas para enfrentarse a su esposo, que había cometido toda clase de tropelías en Castilla. Con la dirección de Pedro de Lara, las tropas de doña Urraca empujaron al ejército del Batallador hacia Carrión de los Condes.
Una nueva reconciliación de los cónyuges, se llevó a efecto en 1112. Pero las desavenencias eran insufribles a pesar de la intermediación de un delegado papal.
En Castilla la guerra continuaba, las tropas castellanas dirigidas por Pedro de Lara, se habían hecho con el control de algunas plazas. Urraca sabía que las conquistas obedecían a que su marido se hallaba más preocupado por la situación en Aragón. Por ello, decidió recurrir al poderoso Diego Gelmírez.
Se vieron en mayo de 1113, y Gelmírez pidió que la diócesis fuese arzobispado con él mismo de arzobispo. Urraca le prometió ambas cosas a cambio de ayuda militar. En una acción conjunta, la guarnición aragonesa de Burgos fue sitiada por las tropas de Gelmírez, mientras que Pedro de Lara detuvo al ejército de refuerzo del propio monarca aragonés. Teresa (ya viuda de Enrique de Borgoña), en busca de una alianza con el rey de Aragón, le informó de que su hermana Urraca planeaba envenenarlo y hacerse con todos sus estados. Esta vez Alfonso el Batallador repudió a la reina Urraca, la expulsó de sus reinos y prohibió, bajo pena de muerte, que alguien le diese cobijo.

La ruptura definitiva en 1114 provocó un problema en todo el reino de Castilla, hastiado de las luchas militares. La alta aristocracia castellana, señores feudales, laicos y eclesiásticos cerraron filas hacia la reina, el embrión de la burguesía de los concejos castellanos apoyó siempre a Alfonso el Batallador. A partir de 1114 se abrió una etapa negra en el devenir de la reina Urraca
Pero aún había otro problema mayor: Gelmírez, que con la ayuda del conde de Traba, impulsaba cada vez más la autonomía del reino de Galicia, esgrimiendo a Alfonso como baluarte, pues sabía que la reina jamás iría en contra de su hijo. Dos veces entró Urraca para prender a Gelmírez pero no lo consiguió. Gelmírez recurrió a la ayuda de Teresa de Portugal, que le envió tropas para que sitiasen a Urraca en un castillo fronterizo con Portugal. A su vez, Urraca logró que se uniesen a su causa los habitantes de Santiago de Compostela, hartos del gobierno despótico de Gelmírez. Urraca y Gelmírez firmaron una especie de tregua en Tierra de Campos a principios de 1117.
Pedro Froilaz, el conde de Traba se hallaba junto al ya adolescente Alfonso en Toledo, donde el futuro rey velaba sus primeras armas contra los musulmanes. Enterado de las noticias que venían del norte, el conde resolvió llevar a Alfonso a Galicia, donde el joven príncipe expuso sus derechos a la corona de Galicia y a la de Castilla, instando a su madre a la concordia. Así, en mayo de 1117, Gelmírez y Urraca firmaron el llamado pacto del Tambre, que puso fin a los conflictos bélicos y que, de manera más que evidente, consolidó el futuro de Alfonso en el trono castellano.
El mismo año de 1117, durante conversaciones entre reina y obispo en la capital se produjo un motín. Urraca y Gelmírez tuvieron que refugiarse en la torre del palacio episcopal, pues habían prendido fuego a la catedral en busca de venganza.
Cuando encontraron el escondite de reina y obispo, Gelmírez arrancó la capa a un pobre vagabundo y escapó embozado, trepando por los tejados. La reina Urraca fue violentamente atacada y despojada de sus ropas; pero aun así, en paños menores, plantó cara a los amotinados y les conminó a que expusiesen sus quejas, ayudando con ello a calmar la violenta situación. Finalmente, accedió a relevar a Gelmírez como señor jurisdiccional de la ciudad y a reponer la justicia. Otra muestra más de carácter fue el que no cumplió nada de lo prometido, sino que, con la ayuda del conde de Traba, llevó a cabo una violenta represión contra quienes habían protagonizado el motín. Pero jamás perdonó a Gelmírez y continuó con la persecución contra el obispo compostelano, al que llegó a hacer prisionero en 1121. Pero para entonces las cosas habían cambiado.
Alfonso, a la sazón un joven ya de veinte años, se armó caballero en la catedral de Santiago en 1124, lo que significó la retirada de Urraca. La indómita reina castellana falleció en Saldaña, en marzo de 1126, y su hijo heredó sin mayor problema el reino de Castilla y León como Alfonso VII (el Emperador se le llamaría)
 

jueves, 13 de octubre de 2022

EL EXPEDICIONARIO ESPAÑOL EN AMÉRICA - SIGLOS XVI Y XVII

¿Cómo fue aquello para los soldados y gente sin recursos, que fueron a América?

Plantearse ir al Nuevo Mundo era una posibilidad que no cualquiera era capaz de afrontar. Era la aventura total en aquellos tiempos. Sumemos a la enorme distancia, el desconocimiento casi absoluto de lo que se pudiera encontrar, la posibilidad de no regresar jamás y luchar contra lo desconocido. Aquellos hombres aguerridos tuvieron que enfrentarse a enfermedades y enemigos diferentes en tierras ignotas.

Entre los males destacaban las niguas y la modorra, que ésta sí fue una enfermedad novedosa para los españoles. Los síntomas incluían apatía generalizada, somnolencia acompañada por fiebres, falta de apetito y al final, la muerte. Además de estas enfermedades, todos los exploradores sufrieron períodos más o menos intensos de hambruna y de sed. Largas caminatas y continuos percances menguaban las provisiones, obligando a los hombres a ingerir alimentos podridos, cortezas de árboles y hasta restos de caballos, e incluso de sus propios compañeros muertos, para no morir de hambre. Dar la vuelta era tan arriesgado como seguir adelante, era desobedecer las órdenes.
Un hombre del pueblo, en aquella España nuestra, que eran los únicos que trabajaban de verdad, partiéndose el lomo de sol a sol y los que pagaban impuestos, cosa que no hacían ni el clero ni los nobles, es decir que vivían del trabajo ajeno legalmente. Aquel hombre trabajaba en campos que no eran suyos, sino del noble, o del obispo. Y sus padres y abuelos hicieron lo mismo, pasarlas putas. De cuando en cuando era obligado a luchar en causas en que no se había metido, pero de perderlas, en vez de trabajar para este, trabajaba para otro, que además le sometía un poco más, si es que se salvaba de morir, claro.
Además sabía que sus hijos también tendrían que hacer lo mismo. Agachar la cabeza y rezar. Ya tenía unas ganas locas de echarse al monte, y de saquear al noble, mandar al cura al carajo y robar por los caminos, que es lo que muchos hicieron. Al fin y al cabo daba lo mismo y de perdidos al río porque vivir así a poco que se lo planteara no era vida, no tenía la posibilidad de salir de ese laberinto.
Un buen día, o desgraciado, según se vea, vienen unos tipos por el pueblo reclutando voluntarios y dicen que en un lugar de no se sabe muy bien en que punto de este puñetero mundo, hay una posibilidad de salir de estas. Se trata de ponerse a las órdenes de un tío que, con la autorización del rey buscaba hombres jóvenes, sanos y trabajadores, con ganas de darse de ostias con la vida, y embarcarse en un viaje de meses para ir a unas tierras que están a tomar por saco, pero que si llegaban, si luchaban, si no te matan y si tienes mucha suerte y logras volver, vendrás con oro y otras riquezas, o te quedas allí para siempre.
Lo de vivir como la mierda aquí, ya está claro, y lo de morir de asco también, con lo cual hay que intentarlo. Y aquél español se decidió a liarse de una puta vez y dejar lo malo conocido y buscar lo bueno por conocer, y a luchar para cambiar la suerte, como sea, por las buenas o por las malas.
Y se marchó, y a su barco no le llamó libertad, precisamente, pero sintió en la cara el viento del océano, y aguantó la selva jodida, las fiebres, las enfermedades desconocidas, el calor y la humedad insoportables, las órdenes con mala leche, aguaceros, caimanes, traiciones, armas, medallas, rezos, miedos y odios. Y a abrirse paso, matando, saqueando y persiguiendo la sempiterna quimera del oro. Y muchos tuvieron que pagar el precio estipulado, morir en las laderas de los ríos, devorados luego por las alimañas, o sacrificados por indígenas en la pira. Pero también en los ratos libres, mientras unos se pierden en la espesura tras el amor de la india, otros consiguen conquistar a aquellas gentes y enseñarles una religión nueva, un idioma nuevo, que usen el suyo para ellos, pero que aprendan a hablar en cristiano. 
. Y consiguen levantar pueblos, enseñarles lo que es una rueda, para qué sirve un caballo, la agricultura organizada, la ganadería rentable, conseguir el hierro, el papel, llevarles la imprenta, construir colegios y Universidades, y una administración e ideas nuevas. Y también convencerles con la religión que no se hacen sacrificios asesinando a un compañero ni a una chavala de esa forma. Y lentamente se va formando una nueva civilización, todo con la bendición de la corona.

Algunos volvieron a su pueblo con algo de riqueza y muchas heridas en el cuerpo y en el alma. La mayoría se queda allá, en aquellas tierras, en tumbas perdidas. Muchos de los que vuelven están jodidos, terminan pidiendo limosna a las puertas de las iglesias. Mientras tanto España se puebla de buitres reales, en forma de burocracia, de explotadores de minas y otras mandangas que se hacen con el negocio.

Pero de todas formas, aquellos hombres que se quedaron, muchos se casaron con las indias, porque así lo manda la Santa Madre Iglesia, la bendice el papa y lo fomenta la corona, y queriendo a sus hijos, cuidándolos e inculcando lo poco que sabían unos, o lo mucho otros, que de todo ha habido, pero incorporándolos a una cultura que, en las tierras españolas que dejaron, eran capaces de construir catedrales, conocer la física, la química, las matemáticas, la astronomía, saber navegar a vela, la medicina, escritura y artes. Para algo tenían de abuelo nada menos que a Roma y otras civilizaciones importantes de las que se habían nutrido.

SACRIFICIO DE NIÑAS INCAS 
Nada que ver con lo que estaban haciendo en el norte los ingleses, franceses, holandeses y otras raleas con los indígenas, que se dedicaban a exterminarlos o apartarlos como apestados.
Todos aquellos españoles fueron haciendo un mundo nuevo, con un idioma y una religión que aglutina hoy a 550 millones de personas.
Muchos se llevaron parte del oro que consiguieron y otros muchos más dejaron allí su vida. Claro que aquello fue una impresionante lucha entre unos y otros, pero allí no estaban los indígenas viviendo en paz y armonía precisamente. Tenían guerras constantes entre tribus o con la civilización de los Incas o de los Mexicas. Para conseguir algo debían hacerse fuertes, y muchos de los que fueron eran hombres duros que venían de una civilización organizada pero difícil.
Algunos volvieron resignados y heridos en el alma, y otros muchos se quedaron para siempre, formando con el paso de los años, de los siglos, un continente nuevo, un continente impresionante, que se llama Hispanoamérica.

CATEDRAL DE MÉXICO  (1571)




miércoles, 12 de octubre de 2022

EL LEGADO ESPAÑOL EN AMÉRICA

La imagen estereotipada de una conquista de saqueo y rapiña no responde en absoluto a la realidad histórica de una empresa que fue, sustantivamente, una empresa de incorporación de los pueblos americanos a la sociedad, a la religión y a la cultura española y, por ende, europea.
Ya la Reina Católica, Isabel de Castilla, promulgó decretos en 1494 para la protección de los indios frente a los posibles (y ciertos) abusos de los colonizadores. Determinó que los indios seguirían siendo propietarios de sus tierras y prohibió expresamente la esclavitud. Pero la corona no se quedó solo en esto, puso decisión, recursos, conocimientos y sus mejores hombres a la tarea de integrar a los pueblos americanos a la cultura española, es decir la que predominaba en Europa. Isabel muere en 1504 y ese mismo año muere Colón. Ambos nunca supieron que se había descubierto un continente. Se creía aún que eran un conjunto de islas cercanos a la India, por eso Colón les llamó “indios”.
Pero Fernando el católico se planteó seriamente promulgar por escrito como orden real, los derechos de los indígenas. Así nacieron las “Las Leyes de Burgos u Ordenanzas para el tratamiento de los indios”. Juristas y teólogos estudiaron el asunto y de aquí salió el resultado de que lo importante era la evangelización del indígena. También que la corona tenía el dominio sobre los territorios descubiertos o por descubrir, y el indio era un hombre libre, no podrá ser explotado, pero debía trabajar a favor de la corona, a través de los españoles que allí estaban, y para ello se crearon la “encomienda” y el “requerimiento”.
Estas Leyes de Burgos se les considera hoy como el primer acuerdo sobre los Derechos Humanos, siendo el precursor de ese derecho.
Podemos asegurar que España no se limitó a explorar aquel vasto territorio, sino que realizó una empresa aún más asombrosa y trascendente: la incorporación de sus gentes a su cultura y a su fe, en definitiva, a la civilización cristiana, europea y occidental. Y no con la intención de que fuera una forma circunstancial, sino definitiva.
Más adelante el rey emperador Carlos I, para el buen gobierno de los indios, con las bases de la voluntad ya de la reina Isabel en su ordenanza de 1494 y la promulgación en 1512 de la Leyes de Burgos por el rey Fernando y asimismo para hacerse pública la polémica creada por fray Bartolomé de las Casas, convocó para 1540 una junta legislativa que se albergó en la Universidad de Salamanca, para iniciar las reorganización que los humanistas venían pidiendo décadas atrás. Fueron invitados legisladores y religiosos influyentes como el abogados, teólogos y economistas. Ello redundó en la promulgación de las Leyes Nuevas, del 20 de noviembre de 1542 en Barcelona. Fundamentalmente sus puntos es que suprime las Encomiendas, que tanto problemas habían dado, y regula la forma de hacer los nuevos Descubrimientos y de gratificar a los Conquistadores. También suprime la esclavitud de los indígenas, y las guerras de Conquista. Recogen, entre otros, los siguientes derechos: la prohibición de injuriarlos o maltratarlos, la obligación de pagarles salarios justos, su derecho al descanso dominical, la jornada laboral máxima de ocho horas y un grupo de normas protectoras de su salud, especialmente de la de mujeres y niños. Esto en el año 1542.
Hay que tener en cuenta que América antes de la llegada de los españoles no fue una edad de oro, ni es un paraíso perdido. La vida era muy dura, por eso la esperanza de vida era corta. De 16 a 22 años para los hombres y de 14 a 18 años para las mujeres, además de cada diez niños nacidos sólo cinco o seis llegaban a esas edades pues morían antes de los 5 años, a veces por enfermedades, otras por infanticidios.
Todo se regía por la lucha por la supervivencia, se pasaba hambre. No había vacas, no había gallinas, no había ovejas ni cabras, todo ello fue traído en barcos por los españoles. Cuando no se tenía que comer  se comían cortezas, hierbas y madera, o se practicaba el canibalismo como algo muy habitual y extendido. Había epidemias de virus que no se podían parar, no se conocían los remedios naturales para curar todos los males. Había enfermedades antes los españoles, se han encontrado momias con síntomas de tuberculosis, también otras momias de niños que fueron emborrachados y abusados. Las guerras encarnizadas eran constantes. Incluso las civilizaciones a las que se les atribuyen la construcción de las grandes pirámides se dedicaban al exterminio y a la caza de humanos. No existía nada que uniera a esas gentes; ni lengua, ni costumbres, ni creencias... nada. Por eso es un error decir que llegaron los españoles y NOS conquistaron; no existía un “nosotros”.
Porque, en efecto, existía, era constatable el desfase tecnológico entre ambas orillas del océano Atlántico. De hecho, observado desde parámetros de clasificación cultural occidentales, como ha advertido Sanchiz, “las civilizaciones precolombinas se encontraban en una fase cultural equiparable a la Edad del Bronce cuando los españoles llegaron a América”.
Más significativo le ha parecido el hecho de que los indígenas americanos no hicieran uso de la rueda, “no por desconocimiento, ya que sí se observa la forma de la rueda en pequeñas figuras y juguetes”.  El ejemplo de la rueda, “que no se usó con fines de transporte porque por motivos bioclimáticos no había animales de tiro”. De todas formas si conocían la rueda y solo la usaron para juguetes porque los animales no les servían, se dejaron muchas posibilidades que ofrece la rueda, correas de trasmisión, engranajes, poleas, polipastos, carretillas, etc.
Tampoco tenían desarrollado un sistema de navegación avanzado. Jamás hubiesen podido alejarse mucho de las costas, ni aguantar temporales o fuertes corrientes.
Realmente fue un Descubrimiento en toda regla, se descubrió un continente. Una vez hecho esto quedan cuatro cosas por hacer fundamentales para aquella época. Colonizar, extraer riqueza, evangelizar y adaptar a los indígenas a la civilización más avanzada. Y esa labor la realizó España, incluso con una integración social mutua. En el norte, la zona no dependiente de la corona española, las cosas fueron distintas. Allí se apartó al indígena, no se le intentó civilizar y eso que estaban mucho más atrasados que en el sur. No eran ni agricultores ni ganaderos. Eran nómadas. Ni se les enseñó. No se les dio idioma, ni religión y mucho menos se mezclaron.
Y hay que recalcar que en américa nunca hubo colonias españolas, sino virreinatos, es decir que el pueblo era español. Hasta que llegaron las emancipaciones. Pero eso es otra historia.
UNIVERSIDAD DE SAN MARCOS
LIMA -PERÚ (1551)

Ingentes recursos y conocimientos fueron invertidos en la tarea de poner a América a un nivel aceptable. Pensemos que los indígenas no sabían navegar a vela, no conocían la rueda ni el hierro. Se emplearon entonces conocimientos de astronomía, navegación, construcción naval, ingeniería militar, arquitectura, bellas artes, literatura, teología, derecho, administración y economía; fueron necesarios para el buen fin de la empresa americana. No sorprende la hegemonía de España en todos esos campos durante los siglos XVI y XVII. Después vino el siglo XVIII. Para unos de consolidación y reforma. De revisionismo y claudicación para otros. Un siglo durante el que, en cualquier caso, España mantuvo una posición entre las cuatro o cinco grandes potencias mundiales.
Sin duda, en la América española se cometieron abusos, no pocos impulsados o consentidos por las autoridades locales, y no se niega la barbarie cometida a espaldas de las leyes vigentes. Pero es indiscutible que todos ellos lo fueron al margen de la legalidad, en contra de la ley dictada desde la metrópoli. Una ley que, no pocas veces, perjudicaba los intereses materiales de los colonos españoles, y de ahí su incumplimiento muchas veces. España se impuso desde un principio un objetivo de integración de la población aborigen en la sociedad de la nueva España trasatlántica mediante una política de discriminación positiva (como diríamos hoy) de los indígenas mediante las leyes protectoras. Si alguien puede informar de Universidades o Colegios para indígenas en las colonias inglesas, francesas, holandesas o de cualquier país en América, le agradeceré me de ese dato.
A partir de 1640, fueron muchos los mercaderes españoles que invertían sus metales preciosos en América, sobre todo en Perú, en vez de arriesgarse a que fueran confiscados en España o se perdieran en el viaje. Este capital fue la base para la transformación de las ciudades en la era posterior a la minería. El oro y la plata que se traían a la España península era el Quinto Real, es decir el 20% del total obtenido. El resto quedaba en América o los Virreinatos. Si no hubiera sido así los españoles no habrían podido dejar en América 55 Universidades desde 1550 y más ciudades patrimonio de la Humanidad (32), que en la propia España. Por otro lado hay que decir que la cantidad de oro y plata llegada a España en 300 años es menos que la hoy obtenida sólo en Perú en un año o en México en el mismo periodo. Los métodos de extracción eran muy rudimentarios comparativamente, y no digamos las dificultades del transporte.
Las aportaciones de España en la colonización de América.
Cuando en el año 1636 se fundó la Universidad de Harvard (inicialmente dirigida hacia el estudio de la Teología), ya había en las Indias españolas una decena de Universidades que llegarían a más de treinta en el momento de la independencia. Treinta Universidades, la primera la Real y Pontificia Universidad de México, creada por real cédula del emperador Carlos V  inaugurada el 25 de enero de 1553. A esto hay que agregar una veintena de colegios mayores adscriptos.
Una característica de algunas Universidades en la América española es que tenían cátedras de lengua indígena, cuyo conocimiento era obligatorio para todos los curas y religiosos que en la América española ejercieran la enseñanza.
Portugal nunca fundó una en Brasil. Tampoco lo hicieron Francia y Holanda
La rueda. Polea y polipasto, como elemento de trabajo y transporte.  La noria. Aunque los mexicas tenían tornos de alfarería, no se les había ocurrido usar la rueda como medio para facilitar el transporte. El arado, que contribuyó, de manera decisiva, a la transformación de la agricultura. El hierro. La metalurgia de Toledo era la más avanzada de Europa.
La cerámica de Valencia, azulejos, vajillas. Las armas de fuego. La pólvora. La seda.
El papel y la imprenta moderna, con la edición en América de diccionarios, libros religiosos, científicos, jurídicos, etc., contribuyó a la difusión de la cultura europea en el Nuevo Mundo
La escritura y la gramática de Antonio de Nebrija. En 1500 se publicó en Toledo La Celestina, en 1508 Amadís de Gaula en Zaragoza y, después, vendrían Cervantes, Calderón de la Barca, Quevedo, Lope de Vega, etc., cuyas obras llegaron a América al poco de ser publicadas en España. La vid. (Perú, Chile, Argentina y California). El vinagre. Los olivos. La cebada. La fabricación de cerveza. Leguminosas (garbanzos, lentejas, habas)
El arroz, las almendras, el ajo, la cebolla, la ciruela pasa y otras variedades de frutos secos.
Ganado bovino, incluido el toro de lidia, y, con ello, los productos lácteos. El trigo. El limón. La naranja, la manzana, la pera, el melocotón y el higo. La caña de azúcar, el lino, el cáñamo.  El ganado ovino. El caballo y su guarnicionería. El sebo. El alquitrán. El calendario juliano, y después, el Gregoriano. El reloj mecánico, inventado en Europa en el siglo XIII. Las arquitecturas europeas y árabes. Iglesias, monasterios, catedrales, viviendas, pueblos y ciudades. . Técnicas de jardinería. Técnicas de construcción de barcos de pequeños, y hasta de gran tonelaje.
Técnicas de navegación transoceánicas. La ballestilla, el astrolabio, el cuadrante, la brújula marina, la ampolleta, instrumentos de navegación y la cartografía. Técnicas de explotación de la minería y el utillaje de hierro como picos, alzaprimas, cuñas y almádenas,  los molinos de ganga accionados por fuerza hidráulica, o el método de amalgama.
Las universidades. El Derecho Romano que constituían la base jurídica en Castilla.
La aritmética, geometría, astronomía y música. El sistema financiero: el dinero, la banca, la letra de cambio, las sociedades mercantiles, etc. Troqueles, prensas y demás utensilios para acuñar monedas.  La Casa de La Moneda de México, la primera "Casa de la moneda" de América. Conocimientos de economía y administración. Conocimientos de farmacia
Construcción de hospitales y su gestión.  Técnicas hidráulicas, acueductos y embalses,  canalizaciones y el molino hidráulico. El tornillo de Arquímedes. Técnica de los tapices, importantísimas fueron las colecciones de tapices de los reyes Fernando e Isabel.
La marroquinería, el repujado, el damasquinado, la esmaltería, la azabachería, la mazonería, la orfebrería, la joyería. Encuadernación de libros. El vidrio, la técnica de las vidrieras
Técnicas de pintura. La técnica del laminado del oro ("pan de oro”). La música occidental llevada por los españoles durante el renacimiento y el barroco, así como los instrumentos musicales necesarios para su interpretación: el violín, el laúd, el arpa, el clave, el clavicordio, trompetas, atabales, sacabuches, el bajón, flautas, tambores, etc. La guitarra española, el instrumento más popular en España. Las técnicas de entretejido: alfombras, vestidos, terciopelos.
La técnica del artesonado.
Las técnicas urbanísticas para planificar las nuevas ciudades coloniales consideradas hoy, en muchos casos, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: Ciudad de Potosí y ciudad histórica de Sucre, en Bolivia; Cartagena de Indias y centro histórico de Santa Cruz de Mompox, en Colombia; ciudad vieja de La Habana y sus fortificaciones, Trinidad, centro histórico de Cienfuegos, centro histórico de Camagüey, en Cuba; Viejo San Juan, en Puerto Rico; centros históricos de Quito y Cuenca, en Ecuador; centros históricos de México, Oaxaca, Puebla, San Miguel de Allende, Guanajuato, Morelia, Zacatecas y Campeche, en México; distrito histórico de Panamá; centros históricos de Cuzco, Lima y Arequipa, en Perú; Antigua Guatemala, en Guatemala; Coro, en Venezuela, y otras muchas ciudades coloniales construidas por los españoles y que hoy son candidatas a figurar en la lista de la Unesco: Salta, en Argentina; Villa de Leyva, en Colombia, etc.
La ingeniería militar. Fuertes, los castillos, murallas, fortificaciones. La ingeniería civil: innumerables puentes (puesto que desconocían el arco, tenían que utilizar puentes de cuerdas suspendidos), puertos, canales y calzadas, en cuya construcción se empleó la grúa (la de cigüeñal, la de arbolar, la de pisar, la portuaria, la accionada por rueda, la flotante), dragas, la máquina de hinca de pilotes, las máquinas de achique, la noria de vejigar, etc.
El Camino Real de Tierra Adentro, que comunicaba la Ciudad de México con Santa Fe de Nuevo México (hoy en Estados Unidos), fue una de las obras de ingeniería más importantes de las realizadas por los españoles en América, hasta el punto de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2010. Las lentes. El idioma común. La religión católica. El mestizaje
Ingentes recursos y conocimientos fueron invertidos en la tarea de poner a América a un nivel aceptable. España no se limitó a explorar aquel vasto territorio sino que realizó una empresa aún más asombrosa y trascendente: la incorporación de sus gentes a su cultura y a su fe, en definitiva, a la civilización cristiana, europea y occidental; no de manera circunstancial sino definitivamente. Pero se realizó de una forma organizada y constante, no a los dictados de las conveniencias de la Metrópoli. Y era así, porque aquellos territorios eran también españolas.
Cuando acusan de saqueo de oro y plata es porque no saben que las cantidades que se sacaron en los doscientos cincuenta años que España estuvo allí a base de pico y pala se sacan hoy en día en un año con las herramientas actuales. De la producción se llevaba a l Metrópoli el 20%, el 80% restante se quedaba en América, y allí se invertía por sus propietarios en ganadería, agricultura, construcción, etc. Porque para un español de aquellos tiempos era mucho más rentable vivir en América que vivir en la península, dado que su vida era mucho más cómoda.
Y la gran parte de lo que sacó España se invirtió allí mismo en ciudades, universidades, hospitales, iglesias, escuelas, fábricas, etc. Lugares en los que se integró a los indios con los españoles porque tenían los mismos derechos. Los indigenistas no puede ser que desconozca o añoren la época anterior a la conquista porque ¿Dónde dejan el canibalismo, el desconocimiento de la navegación marítima, el desconocimiento de la escritura, el desconocimiento de la agricultura, etc.? España sacó a la mayor parte de la población originaria de América del Paleolítico Inferior, y el que no lo vea es que no lo quiere ver. Igual que los romanos nos dieron a los españoles casi todo lo que somos.
Los datos estadísticos están publicados por la propia Casa de Contratación de Sevilla que controlaba exhaustivamente todo el tráfico. No obstante si algunos ignorantes quieren seguir echando la culpa de su atraso a España pueden leer a Humbolt y entender de una vez para siempre que el campesino de Perú o de Méjico a finales del XVIII tenía más nivel de vida con diferencia que el alemán.
Las Fundaciones de Ciudades en América realizadas por España
Santo Domingo. Ciudad fundada por Bartolomé Colón el 5 de agosto de 1498. Santiago de Cuba la capital de Cuba fue fundada en 1515 por el conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar
La Ciudad de Guatemala, fue fundada en 1541 como centro militar. La ciudad de Bogotá fue fundada el 6 de agosto de 1538 por el español Gonzalo Jiménez de Quesada. Buenos Aires tuvo dos fundaciones, la primera en 1536 por Pedro de Mendoza, fue destruida y la segunda en 1580 por Juan de Garay. Santiago de Chile, fundada el 12 de febrero de 1541, Pedro de Valdivia.
La capital de Venezuela, fue fundada como centro ganadero en 1560 por el mestizo Francisco Fajardo. En 1567, el conquistador español Diego de Losada, refunda formalmente la ciudad el 25 de julio de 1567 con el nombre de Santiago de León de Caracas. La capital de Ecuador, Quito  la funda Sebastián de Belalcázar el 6 de diciembre de 1534, como ciudad de San Francisco de Quito. La capital de Perú, Lima se funda el 18 de enero de 1535, con el nombre de la Ciudad de los Reyes. Paraguay, capital Asunción, fechada su fundación el 16 de septiembre de 1541, por el teniente gobernador Domingo Martínez de Irala. Panamá fue fundada el 15 de agosto de 1519 por Pedrarias Dávila cerca de una ranchería Cueva a la que llamaban Panamá.
México. El 13 de agosto de 1521, los mexicas fueron derrotados con la toma de la ciudad, a manos de los españoles. Los territorios que anexionó Cabeza de Vaca al Imperio Español integrándolos en el Virreinato de Nueva España, podrían equivaler en extensión a lo que hoy es la actual Europa occidental y el hito de su conquista, quizás solo haya sido superado por el Gran Alejandro casi dos mil años antes en su expansión cultural y militar hacia el antiguo oriente.
España exploró y conquistó extensísimos territorios que abarcaron desde Carolina del Norte en la costa Este norteamericana hasta Alaska en la punta noroeste del subcontinente: California, Arizona, Nuevo México, Texas, Alabama, Mississippi, Arkansas, Kansas, Florida, Luisiana, Virginia, Georgia, Carolina del Sur y del Norte, Tennessee, Oklahoma, Oregón, Nevada, etc.
Desde 1573 se dictaron normas y ordenanzas para la fundación y disposición urbanística de las nuevas ciudades y se reguló hasta el extremo. Se adoptó el sistema de cuadrícula castellano. Una plaza mayor y alrededor las principales edificaciones gubernativas y religiosas. La plaza era el centro del comercio, el paseo, celebraciones, etc.  Actividades de ocio y festivas.
España dejó unas 30 Universidades funcionando antes de la independencia, 39 ciudades y monumentos que son ahora Patrimonio de la Humanidad, más de 150.000 licenciados en diversas materias, de distintas razas y colores de piel, dejaron hospitales, Lima por ejemplo tenía una cama por cada cien habitantes cifra que hoy no tiene por ejemplo Los Ángeles. Se construyeron caminos, alguno de más de tres mil kilómetros como en Camino real de México a la tierra alta hoy EE. UU.
La corona y el pueblo español se desangró con la exploración y la conquista.
Muchos hombres murieron solamente por su fe, por su impresionante voluntad de descubrir. Recordemos sin ir más lejos la muerte de Magallanes y la llegada de Elcano con solamente 18 hombres, hambrientos, después de tres años de viajar y confirmar empíricamente que el planeta era esférico. Eso señala perfectamente la calidad de aquellos hombres, capaces de alcanzar el máximo sueño, la mayor gesta lograda por el hombre.

viernes, 30 de septiembre de 2022

ACUEDUCTOS ROMANOS EN HISPANIA Y SU TÉCNICA

La grandeza del Imperio Romano crecía proporcionalmente al volumen de agua que entraba en él. Para establecerse era necesario dotar a las ciudades y territorios de su imperio de unas sólidas infraestructuras, algunas de las cuales han llegado en servicio hasta nuestros días.
Idearon, trazaron y mantuvieron una ingente red de acueductos, cisternas y depósitos, con una tecnología punta, para asegurar un satisfactorio suministro. La arquitectura del agua se convirtió en símbolo de la grandeza de Roma y, consecuentemente, también de sus gobernantes y emperadores. 
Cuando hablamos de acueductos, tendemos a identificarlos con los grandes puentes sobre arcos, al estilo del de Segovia, sin tener en cuenta que estos son solo la parte monumental de un trazado que puede llegar a superar los cien kilómetros de longitud. Así es en realidad una conducción de agua, que es lo que etimológicamente significa acueducto. A través de estas inmensas canalizaciones, el agua llegaba en condiciones de potabilidad a las ciudades para dar servicio primero al ámbito público (fuentes y termas) y después al privado (domicilios).
¿Como se construyeron los acueductos romanos en Hispania? Tenemos unos cuantos:
Acueducto de Albarracín-Cella - Aqua Fontis Aureae - Acueducto Aqua Nova Domitiana Augusta (Córdoba) - Acueducto de Bejís - Caños de Carmona-Acueducto de les Ferreres- Acueducto de Gades - Acueducto de Huelva - Acueducto de los Milagros - Acueducto de Peña Cortada - Acueductos de la rambla de Carcauz - Quedan restos del acueducto romano de Altea - Acueducto de Segovia - Acueducto de Sexi - Acueducto de Valdepuentes (Córdoba).
ACUEDUCTO DE SEGOVIA
La construcción y el mantenimiento de los acueductos era una de las empresas más costosas y una de las obligaciones a las que tenían que hacer frente las ciudades que querían disponer y vanagloriarse de semejante infraestructura.
Desde el punto de captación, pasando por todos los obstáculos del terreno, que se salvaban mediante sifones, puentes, conducciones subterráneas, son sistemas de vasos comunicantes,  hasta llegar al punto o torre de distribución. Desde aquí, los acueductos alimentaban en primer lugar las fuentes y las termas públicas.
Las grandes ciudades contaban también con divertículos acuáticos, ninfeos (monumentos dedicados a las ninfas) y enormes fuentes decoradas por las que caía el agua en cascada.
Las casas cuyos propietarios podían permitirse este lujo disponían de agua corriente, conectada a la red hidráulica de la ciudad. Tampoco menospreciaban el agua proporcionada por la naturaleza. Así, el agua de lluvia era almacenada en cisternas que servían para llenar los estanques de los jardines que adornaban los patios.

ACUEDUCTO DE LOS MILAGROS 
Gran parte de las domus (viviendas urbanas) y villae (residencias en las afueras de la ciudad o bien en el campo) disponían de sus propias termas.
El agua corriente conectada a la red pública era siempre de pago y el precio dependía del caudal contratado. Puede creerse que el grifo monomando, que mezcla agua fría y caliente, es una conquista del confort actual, pero no. Aunque hay muy pocos ejemplares, se conservan hoy, procedentes de las frías provincias romanas
Sería un error creer que las piscifactorías son un invento moderno. Además de las diversas técnicas de pesca, los romanos dispusieron de viveros, tanto para peces de agua salada como de agua dulce. El cordubense Columela, en el libro octavo de su De re rustica, comenta ampliamente el procedimiento de cría.
ACUEDUCTO DE TARRAGONA 
Las tintorerías (tinctoriae y fullonicae) también requerían un importante suministro de agua. Las conocemos con detalle gracias sobre todo a los restos conservados en Pompeya.
Las presas y canales eran infraestructuras para aumentar, mediante el riego, la producción agrícola. Este aporte de agua, que no precisaba potabilidad, comportaba obras no tan aparatosas como las de los acueductos y, por ello, se han conservado en menor medida. La agricultura árabe, por ejemplo, abundó en los mismos parámetros que la romana. Los romanos se sentían muy orgullosos de sus realizaciones en el campo de la ingeniería hidráulica.
Los ríos constituyen un riesgo en el caso de inundaciones, que destruyen cuanto se asienta en sus orillas. Con todo, las inundaciones en Roma fueron frecuentes, intentaron paliarlas mediante canales y otras obras de gran envergadura. Además de las diversas técnicas de pesca, los romanos dispusieron de viveros, tanto para peces de agua salada como de agua dulce.
PUENTE ROMANO DE SALAMANCA 
La fuerza motriz del agua no fue en absoluto menospreciada. Se comprueba en los molinos hidráulicos y en la minería. En las explotaciones auríferas, el caso de Las Médulas (León) es de una gran espectacularidad: la perforación de galerías en el conglomerado de la montaña permitía hacer circular una enorme cantidad de agua, cuya presión provocaba el derrumbe para recuperar el oro del yacimiento.
Pero no hay que olvidar que los acueductos eran la necesaria estructura para la enorme cantidad de agua que se empleaba en la ornamentación, el lujo y el espectáculos.
No había ciudad que se preciara, por pequeña que fuese, que no contara al menos con unos baños o termas públicas. Su módica entrada daba acceso al común de los mortales, que podían asistir a diario y disfrutar de momentos de relax e intercambio social. Su ingeniería era brillante. La calefacción funcionaba mediante la circulación de aire caliente bajo un pavimento hidráulico, sostenido con pilares de ladrillo, sobre el que se echaba agua fría, dando lugar a una especie de sauna. En los caldaria había también pequeñas piscinas cuya agua se calentaba con el mismo procedimiento.
ACUEDUCTO DE ALMUÑECAR 
Estas obras adquieren en ocasiones una complejidad extrema y su realización, incluso hoy y con nuestros medios, sería objeto del máximo esmero y no poca dificultad en su replanteo, de forma que se garantizase su correcto funcionamiento.
Doscientos cincuenta años tardaron los trabajos de explotación en las Médulas, hasta principios del siglo III, en lo que hoy es El Bierzo. Fueron la mayor mina de oro del Imperio y la construcción de los canales fue el primer paso que permitió extraer oro de la montaña. Fueron una de las obras hidráulicas más extensas del mundo antiguo, y su trazado una obra de ingeniería que ha perdurado 2.000 años. Los canales han sido recuperados como rutas de senderismo y ahora se valora su inclusión dentro del espacio cultural y protegido de este Patrimonio de la Humanidad en 1997. El entorno de las minas de oro romanas es uno de los principales tesoros paisajísticos de El Bierzo. Pero lo que no todo el mundo sabe es que, oculta en las faldas de las montañas que rodean la antigua explotación aurífera, se encuentra una impresionante red de canales de agua que abastecían la mina y que suman más de 600 kilómetros de longitud, algunos de los cuáles se pueden recorrer ahora en itinerarios de montaña.


La red de canales permaneció poco conocida e infravalorada hasta época reciente y su cartografía y estudio detallado no se acometió hasta los primeros años del siglo XXI. Casi enterrados por el paso del tiempo, deformados por los procesos de erosión de las laderas y sepultados bajo un manto de arbustos. Una extensión de más de 600 km. Una de las características que más llama la atención en las observaciones de campo es la pendiente suave y uniforme que presenta el trazado de los canales, que en algunos casos alcanza los 143 km y que se mantiene, con un pequeño margen de error, en torno al 0,2-0,3%. Al mantenerse la pendiente regular a lo largo de muchos kilómetros, el trazado de los canales queda identificado de manera peculiar sobre el terreno. Y es que la construcción del canal se llevaba a cabo desde la explotación hacia el curso de agua y no al revés. Lo que marca la posición es la altura de la mina. Entre diferentes puntos de explotación en Las Médulas existen diferencias de cota de hasta 200 metros.
El Acueducto de Segovia se construyó para traer agua desde el río Frío, en la sierra de Guadarrama, a la ciudad de Segovia.
Se trata de una obra de ingeniería romana con
Azud de toma de agua. Es una presa derivadora, desde la que se deriva el agua del río hacia la cacera, que deberá llevarla a la ciudad.
Decantadora, desarenadora, una vez el agua ha sido derivada desde el azud, una serie de muros verticales contra los que choca el agua, -diríamos un pequeño laberinto-, hace que las piedras y arena que arrastra el agua se depositen y el agua inicie su recorrido hasta la ciudad.
El recorrido se realizaba por una cacera abierta en el terreno, con la suficiente pendiente, para que el agua se desplazara hasta las dos casetas desarenadoras y decantadoras, existentes ya en la ciudad. La entrada y salida del agua, dejaba bajo ella un importante deposito, en el que por la gravedad, las arenas y piedras que arrastraba el agua, se depositaban y desde las que podía derivarse el agua al canal del acueducto, o bien, en caso de que no fuese precisa, podrían echarla fuera.
Por medio de un canal situado sobre la parte alta de la construcción, llamado acueducto aéreo, el agua se trasladaba al recinto amurallado, donde debió existir un depósito o gran cisterna en la que alojar las aguas, para desde allí poderlas llevar a la fortaleza y edificios que pudieran tener ese privilegio. La plaza de las arquetas, es el nombre de una de las plazas de la zona, derivada seguramente de ello.
Si nuestra cultura bebe en las fuentes de la griega, nuestra tecnología evoluciona a partir de la romana
 

COLÓN LLEGA A AMÉRICA -3-

El viernes 3 de agosto de 1492 estaban listos para zarpar. Para Colón era un día glorioso, al fin podría demostrar su sueño. Solo eran tres ...