sábado, 23 de septiembre de 2023

EL ÚLTIMO VIAJE DE COLÓN

 Empezó en la primavera de 1502. A final de junio llegó a lo que es hoy la República  Dominicana. Allí había sido gobernador, pero ya no le permitían bajar a tierra siquiera. Los reyes le habían permitido sólo ser expedicionario. Descubrir tierras, levantar mapas. Fue un mal gobernante y no supo mantener el orden ni con los españoles en tierra ni con los indios, pero era un gran marino. Allí Colón dijo al gobernador que se aproximaba un gran huracán, cosa que no le creyeron  porque pensaron que era una excusa para bajar a tierra. El gobernador necesitaba mandar una flota hacia España, y desoyendo las indicaciones del almirante envió a las embarcaciones que se encontraron con el huracán que hundió casi toda la flota. Colón se había marchado y se refugió penosamente, pero quedaron las naves muy dañadas.


Su objetivo seguía siendo navegar hacia las tierras de oriente yendo por occidente. Navegaron hasta encontrar tierra y llegaron a la actual Honduras. Fueron costeando hasta lo que es Panamá. Allí encontraron un gran bahía, una entrada que daba un paso hacia oriente.  Pensó que había dado con un foso que abriría el paso al para cruzar por mar hacia el otro lado. El pasaje llegaba solo hasta una laguna, hoy llamada Se marcharon de allí y durante más de dos meses navegaron por un mar embravecido Chiriquí. Las naves estaban en un estado lamentable. Se refugiaron unos días, arreglaron como pudieron las embarcaciones y penosamente regresaron en lo que es la entrada del canal. Si hubiera explorado por tierra junto al río hubiera visto el otro lado, lo que consiguió Núñez de Balboa diez años después, en 1513, ver el océano Pacífico.
Siguieron hasta que el 24 de febrero de 1503, Colón fundó el primer asentamiento español en territorio continental, Santa María de Belén. Los españoles tuvieron frecuentes conflictos con los indígenas, por lo que el hermano del almirante, Bartolomé ordenó el arresto del rey Quibián y toda su familia. El monarca logró escapar arrojándose al río desde la canoa donde se encontraba encadenado, por lo que sus captores lo creyeron ahogado. Una vez en tierra, logró convencer a las demás tribus de atacar Santa María de Belén. Lograron una alianza de paz con varias tribus indígenas, principalmente con la del rey Quibián de Veragua (actual República de Panamá), el que se entrevistó con Colón a bordo de una de sus naves.  Luego de varios exitosos ataques por parte de los indígenas, Santa María de Belén fue abandonada por sus habitantes, quienes partieron nuevamente a España. 
REPLICA DE LA SANTA MARÍA 

Colón, por otra parte, ya con 51 años y con artritis parte con dos carabelas, la Capitana y la Santiago, y dos naos, el Gallego y el Vizcaíno. Sin embargo, una incursión de carcoma en la flota le obligó a encallar las naves en Jamaica deliberadamente el 25 de junio de 1503.  Inicialmente, los nativos dieron la bienvenida a la flota, proporcionándoles alimento y refugio. Pero a medida que los días se convirtieron en semanas las tensiones aumentaron. Después de 6 meses de estancia, algunos hombres de la tripulación mataron a unos nativos. Se les negó la comida, el hambre y la venganza eran inminentes y Colón tuvo la suerte de que al consultar el libro de un matemático y astrónomo alemán encontró que el siguiente eclipse lunar sucedería el 29 de febrero de 1504. Sabiendo esto, tres días antes del eclipse, Colón pidió reunirse con el líder de los indígenas para informarle que el Dios cristiano estaba muy enojado con ellos y que sufrirían las “consecuencias”. Así que, para mostrar su enojo, en tres días “las llamas de la ira” harían desaparecer la luna del cielo.
De hecho, ocurrió lo que dijo Colón. Comenzó el eclipse y la “luna sangrienta” hizo su aparición. Según el hijo del navegante, los nativos se encontraban sumidos en tal terror que de inmediato pidieron a Colón que “hablara con Dios” para devolver a la luna a su tamaño original.
Monasterio de la Cartuja-Sevilla 

Entonces Colón se encerró en una cabaña durante 50 minutos, aparentemente para hablar con el altísimo. Usó su reloj de arena para registrar las fases del eclipse y, justo antes de que llegara a su fin, anunció que Dios estaba de acuerdo en “devolverles” la luna. Así pues, los nativos agradecidos los alimentaron y ayudaron hasta su partida por el Caribe el 29 de junio de 1504. Un año había estado allí hasta que fue rescatado.
Durante ese tiempo Colón ya no era necesario, era una rémora estaba olvidado en España. En una carta a los reyes se quejaba amargamente de su suerte. Dijo que vio evidencias de oro fabulosas. Podrían la cristiandad recuperar Jerusalén.
Por entonces el marino y cartógrafo Juan de la Cosa que había viajado con Colón en el primer y segundo viaje, participó como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda a las costas del continente sudamericano. A su regreso a Andalucía dibujó su famoso mapamundi y poco después volvió a embarcarse hacia las Indias. En los años siguientes alternó viajes a América bajo su propio mando con encargos especiales de la Corona. Es su mapa, al norte, dice “Mar Descubierta por los Ingleses”.  Juan Caboto, navegante y explorador genovés, por encargo del rey inglés había llegado a la parte continental de Norteamérica. Llegó a la costa de Terranova el 24 de junio de 1497, creyendo que eran las costas asiáticas de Cipango.
Además Pedro Álvares Cabral en el año 1500, siguiendo la ruta recién inaugurada por Vasco da Gama, alrededor de África inició una expedición en nombre del rey de Portugal.  El objetivo era regresar con especias valiosas y establecer relaciones comerciales en la India. Su flota de trece navíos parece que se desvió accidentalmente de su ruta, aunque es posible que buscara conscientemente visitar las tierras americanas que le habían correspondido a Portugal en el reparto con Castilla realizado por el Tratado de Tordesillas (1494), de esta manera arribó a lo que, inicialmente, se pensó que era una gran isla que sería la “Terra de Vera Cruz”. Como el nuevo territorio se encontraba dentro de la órbita portuguesa de acuerdo con el Tratado de Tordesillas, Cabral envió una nave con la noticia al rey Manuel I de Portugal.  Había reivindicado para Portugal las tierras que más tarde constituirían lo que hoy es Brasil.
En fin, Colón ya viejo, se embarcó en una carabela y llegó a Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, el 7 de noviembre de 1504. Veinte días después de su llegada, moría la reina Isabel.
De Cádiz pasó a Sevilla, de ahí a Segovia y de aquí a Valladolid tratando de entrevistarse con el rey Fernando el Católico para comentar el resultado de sus últimas expediciones y para negociar los privilegios que habían sido rebajados ostensiblemente por los Reyes sin contar con el Descubridor. Nunca lo consiguió.
Al llegar a Valladolid se empezó a sentir mal y sufrió un ataque al corazón.
Colón murió, sin honores, en Valladolid en 1506, a los 55 años de edad. Luego sus restos fueron trasladados a Sevilla y de allí a Santo Domingo, luego a La Habana y a Sevilla de nuevo, en donde reposan actualmente dichos restos o parte de ellos porque en Santo Domingo reclaman que los restos que poseen son los verdaderos. 
Pero la vida lo llevó más allá de sus sueños, donde la pasión se hace materia y la realidad se impone. Una vez más el destino quiso estar a favor del hombre que marcaría con su gesta un punto épico de la humanidad: que él nunca supiera la verdad, que muriese con su deseo cumplido.
Aunque los hechos eran todavía más inconmensurables, más grandiosos que lo previsto, realmente había llegado a un nuevo mundo.

REINO DE PORTUGAL

Como vamos narrando la creación de los reinos cristianos, vemos que se solapan en la narración unos con otros de los cuales aún no hemos contado su historia. Esto nos pasa con el reino de Portugal con el de Castilla.
Hubo intentos de tener una mayor autonomía en la región, e incluso la independencia por parte de los condes que dominaban el condado de Galicia y de Portucale.

Alfonso VI de León (1070 aprox.) entregó el gobierno del condado de Galicia al conde Raimundo de Borgoña, en un intento de acabar con ese clima independentista. Esto incluía las llamadas tierras de Portucale. Los fracasos militares del conde, el rey decidió dar en el 1096 al conde Enrique de Borgoña las tierras más al sur del condado de Galicia fundándose así el condado Portucalense. Se dividió el condado. Este hombre fue eficaz en la lucha contra los musulmanes y tuvo una política independentista. A su muerte llega al poder su hijo Alfonso Enríquez, y Portugal consiguió la independencia con la firma en 1143 del tratado de Zamora y reconocida por el papa Alejandro III. Alfonso Enrique se proclamó con el título de ALFONSO I DE PORTUGAL. 

ALFONSO I 
Conquistó localidades importantes como Santarém, Lisboa, Palmela y Évora. Enrique de Borgoña consiguió primero independizarse de Galicia, y luego, dado que Braga fue ascendida a arzobispado se independiza de Castilla en lo religioso, pero le siguió reconociendo vasallaje. Se puso de parte de doña Urraca contra Alfonso VII el Batallador, (1180 aprox.)
Sus dominios fueron creciendo por el sur con la ayuda de los cruzados gracias a la mediación de los templarios y hospitalarios, ordenes en cuya radicación Portugal siempre había favorecido. A la muerte de Enrique le sucede su viuda, pero sus amores con un conde gallego fueron castigados con la sublevación de su hijo Alfonso Enríquez, que le sustituyó en el trono. Sus sucesores continuaron las tareas de reconquista hasta que llegado a la famosa Batalla de las Navas de Tolosa, (1212) donde participaron voluntarios portugueses y se aceleraron las conquistas. Más tarde Alfonso III firma la paz con la Corona de Castilla gracias a su matrimonio con Beatriz de Castilla y consigue mantener el Algarve bajo poder portugués.
En su momento la independencia del Reino de Portugal fue rechazada por el ya reino de Castilla. En 1297 fue la reina María de Molina, en nombre de su hijo Fernando IV, menor de edad, la que firmó el Tratado de Alcañices con el rey portugués Dionisio I. Portugal suprimía los tratados acordados en contra del reino de Castilla por el apoyo al infante Juan de Castilla. Se establecieron las fronteras. En este tratado se establecía entre otras cosas la delimitación fronteriza entre los entonces reinos de Portugal y de León, en la que se incluía la cuestionada localidad de Olivenza. Pedro I de Portugal consigue reforzar el poder central del gobierno, eliminando la jurisdicción de la aristocracia y el clero.
El hijo de este, Fernando I en el año 1369 reclama el trono de la Corona de Castilla a la muerte del titular, Pedro I de Castilla el cruel, como descendiente legítimo por parte materna de Sancho IV de Castilla. Pero finalmente el escogido para ocupar el trono castellano fue Enrique de Trastámara

Enrique II de Castilla
hermano bastardo del fallecido Pedro I, y que fue confirmado por el papa Gregorio XI. Al morir Fernando I sin hijos, su hija Beatriz de Portugal, fue nombrada heredera del país y reina de jure, pero su anterior boda con el heredero del trono castellano, Juan I de Castilla provoca una insurrección interna de la nobleza, que veía peligrar la independencia de su país.
Recordemos que años antes, en la batalla de Aljubarrota de agosto de 1385, entre tropas portuguesas e inglesas al mando de Juan I de Portugal, y el ejército castellano de Juan I de Castilla, del que formaba parte la mayoría de la nobleza portuguesa, el resultado fue la derrota de los castellanos, el fin de la crisis portuguesa de 1383-1385 y la consolidación de Juan I como rey de Portugal. Con la llegada de este rey, se instala en Portugal la dinastía Avis en 1385.
El segundo rey fue Eduardo I de Portugal padre de Juana de Avis, que se casó con Enrique IV de Castilla y, aunque éste por lo visto era impotente, nació una hija Juana, a la que todo el mundo conoce por “La Beltraneja”, que hubiera sido reina de Castilla, interponiéndose su tía Isabel, ya que no creía que fuera hija natural de su hermano de padre Enrique IV, y de que los reyes eran primos segundos y casados sin la bula papal necesaria, con lo cual, en todo caso la hija Juana no era de matrimonio legitimo con lo cual no podía heredar, por lo que a ella no se le otorgaba nada, solo se cumplía la ley hereditaria, y además de que se hubieran unido las coronas de Portugal y Castilla a manos de un rey portugués y eso no convenía ya que por avatares podría perderse Castilla para siempre en beneficio de Portugal. (Acordada la herencia a favor de Isabel en el Tratado de los Toros de Guisando). Aunque al proclamarse Isabel como reina, dos años después comienza la guerra entre Portugal y Castilla, que si bien militarmente no hubo una victoria clara, en lo político y por astucia y rapidez de Fernando de Aragón, Castilla se adjudicó la victoria de la Batalla de Toro, saldándose con un acuerdo entre ambos reinos. También Francia apoyaba a Portugal ya que tenía serios problemas con Aragón en Italia, y Fernando heredaría la corona de Aragón.
Esta guerra y su acuerdo han sido fundamentales para ambas coronas, porque Castilla no tenía ambición sobre Portugal en su gobernación, pero Portugal si anhelaba la corona castellana para la esposa del rey portugués, Juana la Beltraneja, que tenía 13 años en aquellos momentos. 

ALFONSO V DE PORTUGAL 

Es decir, que el portugués Alfonso V hubiera gobernado Castilla, y sus descendientes serían los herederos. La historia en la Península hubiera cambiado muchísimo.

viernes, 22 de septiembre de 2023

REINO DE GALICIA

Con la caída del Imperio romano y la invasión de los pueblos germánicos, el territorio de Gallaecia forma parte de los foedus (tratado romano con extranjeros) que efectúan los diferentes pueblos invasores. 

GUERREROS BÁRBAROS 

Los suevos, 30.000 individuos de los que solo 8.000 eran varones con capacidad para luchar, se concentran entre el Duero y el Miño, en la zona de influencia de Bracara Augusta (Braga). Llegados en el año 409, se acuerda un foedus con Roma en el 410 por el que los suevos se establecen en la provincia romana de Gallaecia.
Sabemos que la zona que hoy es Galicia juntamente con Asturias y Cantabria fueron los últimas regiones en ser sometidas por los romanos. Los pueblos eran los galaicos, astures y cántabros. Seguramente vencidos hacia el año 20 a.C. Esto fue producido por la fuerte resistencia y unidad social y territorial que tenían estos pueblos. Es cuando la provincia romana de Gallaecia, galaicos, (llamada así por los romanos por su parecido a la forma de luchar de los guerreros de las Galias), aún no estaba constituida política y administrativamente, cuando aparecen los castros. Una reciente investigación aclara que existió una vinculación celta entre este pueblo y los de Bretaña, Gales e Irlanda. Los galaicos eran unos de los pueblos celtas, o “celtizados”. Hubo unas cincuenta tribus de galaicos, cada una con diferente nombre. Asentados en el norte de Portugal y el área de la Galicia actual, introduciendo en esta región la cultura de los castros o castreña.

CASTRO DE SANTA TECLA

Roma lleva su cultura y su poder. Fundan tres ciudades, lo que hoy son Lugo, Braga, y Astorga. Con Diocleciano se unifica en una provincia separada de la Tarraconense, Gallaecia.
Los castros yo no tenían importancia defensiva para los romanos, aunque siguieron siendo habitados durante varios siglos. Roma llevó además de organización administrativa, su lengua, el latín, y la religión cristiana.
Debilitada Roma ya a principios del siglo V, llegan a la península los vándalos los alanos y los suevos procedentes del norte de Europa, y se puso fin al dominio romano en la región. Los suevos, de religión arriana, se establecieron en la Gallaecia creando un reino independiente que duraría ciento setenta años. Hasta que en el año 585, que habían entrado los visigodos, que ya dominaban el resto de la península ibérica, invaden la Galicia sueva incorporando ésta a su reino.

Como sabemos en el 711 llegan los islámicos y en el 715 entran al sur de Galicia, aunque no durarían más de unas pocas décadas, ante el avance de los reinos cristianos. El norte de Galicia cayó bajo el dominio político de Alfonso I de Asturias, que instaló en la ciudad de Lugo al obispo Odoario. El territorio de Galicia quedó desde el 760 bajo la autoridad de los monarcas que tenían su espacio político y de poder en lo que hoy es Asturias, en una débil posición que tuvo que ser consolidada por su sucesor, Fruela I, que aplastó una insurrección de los gallegos. Galicia, aunque fue independiente durante breve tiempo, siguió existiendo y por entonces estaba incorporado al Reino Astur, como Reino de Galicia, corona dependiente de Asturias primero y de León después. Al sur del río Miño, que en 1139 se independizaría con el nombre de Reino de Portugal.
Pero cuando Alfonso III de Asturias traslada la capital de Oviedo a León, llamamos aquí el reno Astur leonés o simplemente reino de León. Y fue precisamente esta la entidad que absorbió al Reino de Galicia, que finalmente sirvió como base para conformación contemporánea de la región de Galicia. El descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago fue la consolidación del reino de Galicia. primero dependiendo del reino de León y posteriormente de la Corona de Castilla. La primera integración se produce con Alfonso I de Asturias. Más adelante durante el reinado de Alfonso III se pretende mantener las tierras de Galicia bajo el control mediante el nombramiento de herederos de la casa real para su gobierno. Estas medidas no calmaron los conflictos entre los nobles gallegos y los monarcas asturleoneses. Alfonso III deja a su hijo Ordoño II el reino de Galicia fijando se capital en Braga.

CASTRO-VIVIENDA CELTA 

Al final del reinado de Alfonso II, los tres hermanos se levantaron en armas contra su padre, y a su muerte en 910 fue sucedido en el trono leonés por García, siendo el principal de los hermanos. A la muerte de éste en el 914 le sucede su hijo García que al fallecer hereda Ordoño el trono leonés, y aquí acaba el primer reino de Galicia.
Quizá quedara configurado dentro del reino de León en el 1065. De todas formas las luchas fratricidas desembocan en que el reino de Galicia es dividido en dos condados, el de Portugal y el de Galicia cuyo último rey gallego fue Alfonso VI de León y Castilla hasta su muerte en el 1109.  Se incorporará por tanto a la Corona de Castilla y León en 1230 ya con Fernando III. Alfonso VI de León impuso las peregrinaciones a Santiago aunque el culto a las reliquias ya habían comenzado durante el reinado de Alfonso II.
Galicia pasa entonces a tener la configuración actual y se inicia una de las etapas más brillantes de su historia.

MIENTRAS DURE LA GUERRA (Película)

Una película de Alejandro Amenabar, dice adentrarse en un episodio de la historia de nuestro país. El discurso que Miguel de Unamuno pronunció en la Universidad de Salamanca delante del general Millán Astray en que, según dice, se posicionó en contra del régimen fascista después de haber apoyado el levantamiento militar contra la República.

MIGUEL DE UNAMUNO 

El actor que interpreta a Unamuno, Karra Elejalde, dice “Había que tener un par de bemoles para salir ahí, el día de la Raza, que a él le parecía una chirigota, no le hacía gracia, le parecía hitleriano. Y decir me inmolo, para lo que me queda en el convento me cago dentro. Habida cuenta de lo que había pasado con Lorca. Al final venció la coherencia, fue coherente y se la jugó".
La verdad es que el Levantamiento contra la República fracasó. Y entonces los golpistas pensaron en que se debía convertir en una Guerra larga. Sanjurjo, el líder sin duda, falleció en accidente de aviación. Muerto Sanjurjo y Mola, en la elección que posteriormente se hizo, el 1 de octubre de 1936, Franco fue proclamado Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos.
Eso que dice Amenabar de “Régimen Fascista” no existía aún, la Guerra recién había comenzado y Franco llevaba 10 días al frente del ejército. Tampoco existía el franquismo aún.
La famosa y falsa frase de “Venceréis pero no convenceréis” que se atribuye a Unamuno en la película dice “Conquistar no es convencer”. Se suele decir que Millán Astray responde “Muera la inteligencia” pero en la película dice “Viva la muerte” Da igual. Las dos frases del enfrentamiento verbal entre el filósofo y el fundador de la legión, José Millán Astray no existieron realmente.
Amenabar, como tantos cineastas y actores españoles, nos quieren dar “su lección de historia”, es decir, la que su ideología les marca, y en la presentación de la película asegura que los extremos vuelven y el pasado se podría repetir de alguna manera. Y es por eso por lo que hay que conocer la verdad de nuestra historia. Sólo esto último es cierto. Hay que conocer la verdad.
Don Severiano Delgado, Historiador y Bibliotecario de la Facultad de Derecho en la Universidad de Salamanca asegura que las frases las escribió Luis Portillo. Un profesor de esa Universidad que estaba exiliado en Londres.

GENERAL MILÁN-ASTRAY

En 1941, Portillo publicó en una revista británica, "Horizons", la versión de aquel conflicto verbal entre Unamuno y Millán Astray, en el que ya habla de una expresión "¡muera la inteligencia!", que atribuye al general franquista; y también cita una expresión dicha, según Portillo, por el rector salmantino de aquella época, "venceréis pero no convenceréis".
Portillo no estuvo presente en aquel acto nos asegura el historiador. Se trata de una recreación literaria sin intención de descripción histórica. Lo único que hizo fue relatar un enfrentamiento literario posible entre el bien, que representaba el demócrata Unamuno, con el mal, que atribuye a Millán Astray.
Y este relato literario es el que ha ido pasando por historiadores como Hugh Thomas, que en 1961 publicó en inglés su primera Historia de la Guerra Civil española, quien asumió la teoría de Portillo como si fuera una fuente histórica. Hugh Thomas, que siempre ha pasado como un especialista en la Guerra Civil española, la verdad es que se podía haber quedado en Inglaterra. Como dijo Pérez-Reverte, “Empiezas dejando que un inglés te toque los huevos, y nunca se sabe”.
También otros lo han asumido como verdadero, Ricardo de la Cierva, el famoso historiador español, publicó en 1970 su "Historia Ilustrada de la Guerra Civil Española", en la que recoge la versión de Portillo.
La versión que se publicó en la época fue la del escritor Emilio Salcedo (1929-1992). Según Salcedo, Unamuno dijo: "vencer no es convencer y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; el odio a la inteligencia que es crítica y diferenciadora, inquisitiva, mas no de inquisición". Incluso Salcedo reconoce en su texto periodístico que Millán Astray "pronunció muy pocas palabras, justificando la situación del hombre de armas, los motivos del levantamiento militar y, al fin, perdido el control, gritó “Mueran los intelectuales y Viva la muerte”.
Severiano Delgado reconoce que para su trabajo ha utilizado textos históricos que se pueden encontrar en Internet para contrastar la versión histórica de la periodística.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...