jueves, 25 de enero de 2024

ÁLVARO DE BAZÁN Y GUZMÁN

El marino más laureado de España nació y se crió en las casas de los Bazán que ocuparon una manzana en el entorno de Reyes Católicos-Plaza Isabel la Católica en Granada, el 12 de diciembre de 1526 y murió en Lisboa el 9 de febrero de 1588.

Era marqués de Santa Cruz, grande de España, miembro del Consejo de su Majestad Felipe II, capitán general del Mar Océano y de la gente de guerra del Reino de Portugal. Fue célebre por el uso de galeones de guerra, por utilizar por primera vez infantería de marina para realizar operaciones anfibias y por no haber sido derrotado nunca.

ÁLVARO DE BAZÁN Pintura de Rafael Tejero 1828
Museo Naval de Madrid 

El escudo familiar es un tablero de ajedrez.​ En el de los marqueses de Santa Cruz se han añadido las ocho cruces de San Andrés que rodean al tablero de ajedrez.

Siempre fue un hombre de mar que siguiendo la tradición de su padre y de su abuelo fue marino desde los cinco años. Le llevaba su padre en el barco para que aprendiese el oficio.

Fue uno de los grandes almirantes de la historia naval española y muy probablemente el hombre decisivo para que ante el turco ganáramos la batalla de Lepanto, y protagonista de otras muchas hazañas y venturas sobre la Mar Océana.

Él debía haber sido el gran capitán de la Gran Armada de Felipe II, pero la Parca se lo llevó de entre nosotros y del mandato de Felipe II algunos meses antes.

Álvaro de Bazán en diciembre de 1576 fue nombrado Capitán General de las Galeras de España.

Quizás el único fracaso de su existencia le llegó cuando ya estaba muerto: el desastre de la Armada Invencible. El almirante ideó acabar con las continuas ofensas de Inglaterra mediante una invasión. Convenció a Felipe II en enero de 1586; pero tres meses después, todos los espías extranjeros estaban al tanto de la que se preparaba. El marino de Granada recibió el encargo de planificar la invasión británica y empezó a armarla en Lisboa, por entonces unificada con las Españas. Serían no menos de 700 naves y unos 100.000 hombres. En este ambicioso proyecto trabajó Don Álvaro hasta el 9 de febrero de 1588, cuando el tifus le debilitó y acabó con su vida en la capital portuguesa.

GALEÓN ESPAÑOL

Fue un militar y almirante célebre por el uso de galeones de guerra y por utilizar por primera vez infantería de marina para realizar operaciones anfibias.

En la batalla de Lepanto, la flota reunida por la Santa Liga estaba compuesta por 207 galeras, seis galeazas y 76 buques ligeros. Álvaro de Bazán y Guzmán se unió con las 30 galeras de la Escuadra de Nápoles. Desde el principio dio muestras de prudencia en sus consejos y se convirtió en uno de los más eficaces colaboradores de Don Juan de Austria a quien que buscase sin demora un enfrentamiento contra el enemigo porque comenzaban a surgir roces entre los aliados.
En el centro de la batalla, la galera La Real, nave capitana de Don Juan de Austria, se abalanzó contra la nave capitana turca de Alí Bajá, La Sultana y ambas naves se enzarzaron en un combate cerrado. Marco Antonio Colonna apoyó a la nave de Don Juan de Austria, situándose a la retaguardia de La Sultana y aislándola de socorro y refuerzo.

Álvaro de Bazán envió a 10 galeras y un grupo de fragatas y bergantines para apoyar el éxito que puede suponer la captura de la nave capitana otomana. Como resultado de este refuerzo, el centro otomano quedó totalmente deshecho.

Álvaro de Bazán fue el hombre clave en la victoria de Lepanto, sus órdenes salvaron la situación de la flota cristiana en tres momentos críticos y actuó en cada momento de la forma correcta maximizando los pocos recursos que tenía.
Tras la Batalla de Lepanto, Álvaro de Bazán participó en la ofensiva que Don Juan de Austria dirigió con éxito sobre Túnez.

ESCUDO FAMILIAR DE LOS BAZÁN

Una gesta importante, de las muchas, fue la victoria para conseguir la corona de Portugal para Felipe II. La candidatura de Felipe II al trono portugués tenía el apoyo de la nobleza y el clero, pero no del pueblo llano.

Antonio de Portugal, prior de Crato, era sobrino de los reyes Juan III y de Enrique I de Portugal. Tras la muerte de Enrique, último representante de la Casa de Avís, fue proclamado rey de Portugal. Pero Felipe II planteó sus derechos a la corona como hijo de Isabel de Portugal.

La candidatura del rey Felipe II era clara y en junio de 1580 las tropas del Duque de Alba

persuadieron a este de apoyar sus reclamaciones con la ocupación militar del país; ya a mediados de febrero de 1580 en la corte de Madrid se preparaba la expedición.5​ En junio, el ejército español reunido por Felipe II en Badajoz entraron en Portugal. Y en Cádiz se formó una flota con el mando de Álvaro de Bazán.

Mal armada y peor instruida, la hueste seguidora del pretendiente portugués no supuso ningún obstáculo para los tercios españoles del duque de Alba de Tormes que marcharon por tierra sobre Lisboa, y para la armada de Álvaro de Bazán, que penetró en el estuario del río Tajo neutralizando a la fuerza naval adepta al prior de Crato. Felipe II pudo entrar triunfante y ser proclamado rey de Portugal en las Cortes.

Un hombre que siguiendo la tradición de su padre y de su abuelo fue marino desde los cinco años le llevaba su padre en el barco para que aprendiese el oficio

ESTATUA EN MADRID  

Estatua erigida por iniciativa particular, fue realizada en bronce por Mariano Benlliure tomando como modelo la conocida escultura de Carlos V, obra de León Leoni.

La estatua fue inaugurada por la reina regente María Cristina el 13 de diciembre de 1981.

viernes, 19 de enero de 2024

CORONA DE ARAGÓN - 9 -

Alfonso V de Aragón estuvo en guerra contra Génova desde1454 hasta su muerte en junio de 1458, en Nápoles. La falta de descendencia, hicieron recaer en su hermano Juan II la categoría de heredero en1458, por lo que pudo actuar en el reino de Aragón como auténtico soberano. Al igual que en Navarra, Juan II desarrolló en Aragón una política personalista en la que primaron sus intereses dinásticos en Castilla; el reino aragonés se vio inmerso en un conflicto que le exigía una aportación continuada de dinero y de hombres, además de sufrir las zonas lindantes con Castilla los devastadores efectos de la guerra.


JUAN II 
En mayo de 1441 moría su esposa Blanca de Navarra. La muerte de la Reina se producía mientras su marido, Juan, seguía inmerso en las banderías internas castellanas, capitaneando la liga de nobles castellanos que, aliada circunstancialmente con los “infantes de Aragón”, conseguía desterrar del reino al valido Álvaro de Luna y capturar al rey de Castilla, su primo,  en Medina del Campo; durante los dos años y medio siguientes, Juan de Navarra pudo actuar, siquiera momentáneamente, como amo y señor del gobierno de Castilla.
La sucesión al reino de Navarra iba a generar un prolongado enfrentamiento entre dos bandos irreconciliables, los agramonteses y los beamonteses. Los distintos estados de la Corona de Aragón se negaban en Cortes a seguir suministrando ayuda económica a su lugarteniente para la guerra frente a Castilla. En Navarra el gobierno quedaba en manos del príncipe de Viana que, por ley, debía ser coronado, ya que, según el testamento de doña Blanca el primogénito Carlos quedaba como heredero universal de sus bienes, aunque le instaba a no tomar el título real sin contar con la anuencia paterna. El viudo rey consorte no tenía ninguna intención de perder su regio cargo, aunque, todavía ocupado en los asuntos castellanos, dejaba momentáneamente el gobierno de Navarra en manos de su hijo Carlos.
Juan II en Navarra firma las capitulaciones matrimoniales en 1443 con Juana Enríquez. La boda se celebró en 1447, y de este segundo matrimonio nacieron cuatro hijos: Fernando, el futuro Rey Católico,  las infantas Leonor y María y Juana.
Ya en la batalla de Olmedo habían sido vencidos los infantes de Aragón en 1445, con lo cual ese asunto se fue diluyendo. Juan II decidió en 1450 instalarse, junto con su nueva familia, en la Corte navarra, agravando así la crisis sucesoria. La destitución del príncipe de Viana, su hijo, del cargo de lugarteniente, se completó con la pérdida de poder de los beamonteses, partidarios de Carlos y de la legitimidad sucesoria, y el ascenso político de los agramonteses, partidarios de Juan II, culminando así la ruptura entre padre e hijo, que arrastró al reino de Navarra a una situación de guerra civil.



CARLOS DE VIANA 
Desde 1450 el príncipe Carlos, derrotado entró en negociaciones con Castilla, pactos firmados en septiembre de 1451, que sirvieron para ser acusado por su padre de alta traición. El enfrentamiento civil se saldó, momentáneamente, con la derrota de los beamonteses en Aybar, en octubre de 1451, en la que el príncipe Carlos fue hecho prisionero. Mientras que la mujer de Juan, que estaba en estado de gestación se trasladó a Sos, Aragón, donde nació Fernando, en 1452.
Juan II llegó a nombrar a Juana Enríquez, su segunda mujer, como gobernadora de Navarra, y negoció, en 1455 en Barcelona, la sucesión al trono navarro, desheredando para ello a Carlos de Viana y a su hermana Blanca, en beneficio de su hija menor Leonor.
El príncipe Carlos, derrotado en Navarra, acudió a Nápoles, donde fue acogido por su tío, el rey  Alfonso V de Aragón. Con la muerte del rey de Aragón en 1458, Juan heredó el trono aragonés y su hijo Carlos se convirtió en el príncipe heredero de la Corona. Navarra desde entonces ocupó un lugar secundario en el desarrollo del conflicto por la sucesión entre padre e hijo.
Alfonso V dejó a Ferrante, su hijo natural, el reino de Nápoles, mientras que su hermano Juan II fue reconocido como rey de Aragón y heredero de los diversos estados de la Corona, que eran muchos.
Juan II de Aragón y de Navarra en julio de 1458 se coronó rey de Aragón. Y encumbró a su hijo Fernando en detrimento de Carlos.  Juan era ya hombre de avanzada edad, sesenta y un años.
Por su parte, el gobierno municipal de Barcelona, que asumía la capitalidad del Principado, se dirigió a Juan II para reclamar su presencia en la ciudad. Tanto las Cortes del reino de Aragón  como las catalanas exigieron a Juan II que designara a su primogénito Carlos de Viana como príncipe heredero y futuro rey de la Corona de Aragón. El monarca aragonés decidió, firmar la llamada Concordia de Barcelona en enero de 1460 por la que perdonaba a su hijo Carlos, y, reconoció obligado a Carlos como primogénito. El acercamiento entre padre e hijo duró poco tiempo ya que el príncipe Carlos, desde Barcelona, negoció con Enrique IV de Castilla su boda con Isabel de Castilla. Estos contactos, a espaldas de su padre, sirvieron de justificación para que Juan II ordenara la detención y encierro de su propio hijo en diciembre de 1460 en Lérida. Esto provocó revueltas en Cataluña donde las clases privilegiadas que eran contrarias a Juan obligaron al rey a liberar a su hijo y a firmar unas capitulaciones, en las que no podría entrar Juan en Cataluña y reconocía a Carlos heredero de todos sus reinos. Fernando y su madre llegan a Barcelona y entre diciembre de 1461 y febrero de 1462, la reina conspirará contra las autoridades catalanas desafectas a su esposo.
Pero inesperadamente muere Carlos de Viana enfermo y se complicó la situación. Fernando II es reconocido heredero de la corona aragonesa.



FERNANDO II 
La reina, temiendo también ella por su vida y por la de su hijo Fernando, se refugia en Gerona. Los enemigos del monarca formaron un ejército para terminar con el levantamiento campesino y destituir al monarca en 1462. Aragoneses, valencianos y mallorquines, mientras tanto, prestan su apoyo a Juan II, además de los de la Busca y los remensas, y algunos nobles y clérigos.
Juan II consiguió ayuda de Luis XI de Francia a cambio de las rentas del Rosellón y Cerdaña. El 28 de mayo de 1462 el Monarca rompió la Capitulación y entró con sus tropas en el Principado; era el comienzo de la guerra civil catalana iniciada desde las instituciones más representativas, la Generalitat, el Consell de Cent de Barcelona y el Consell del Principat, dominadas por los grupos oligárquicos. Pudo invadir Cataluña en 1462, lo que le costó su destitución según los acuerdos tomados en su día.
El ejército de la Generalitat entra en Gerona y asedia la ciudadela, donde se encuentran la reina Juana y el infante Fernando. Aquellos días, tropas populares formadas por campesinos la ayudan a resistir, testimonio elocuente de la profunda división de la sociedad catalana. La reina supo defenderse en espera de ayuda. La Diputació de Cataluña desposee a Fernando de los derechos de su primogenitura y ofrecen su gobierno a Enrique IV de Castilla, nombrándole Conde de Barcelona, pero se encontró la resistencia del rey francés y Enrique la rechazó. Luego se lo ofrecieron a Pedro de Portugal, pero este muere en la batalla de Calaf. Ofrecieron la corona también a Renato de Anjou, que había sido vencido por el padre de Juan II, (Alfonso V), en Nápoles y estaba refugiado en Francia. En 1466 que aceptó ser rey de Aragón pero envió a su hijo Juan que muere cuatro años después.
En 1468 muere el infante Alfonso de Castilla, (el hermano de Isabel), por lo que después de numerosos conflictos, se llega al pacto de los Toros de Guisando, y se reconoce a la infanta Isabel, la hermana de Enrique IV, rey de Castilla, como heredera. El rey Juan II, padre de Fernando, trató de conseguir por todos los medios posibles el matrimonio de Fernando con Isabel. Se firmó un acuerdo según el cual los contrayentes actuarían conjuntamente y tomarían decisiones entre los dos. Además, este enlace no era del agrado del rey Enrique IV, por lo que se lleva a cabo en secreto.
Mientras tanto el rey aragonés Juan II seguía luchado y en 1471, en octubre tomó Gerona, y venció en la batalla de Santa Coloma de Gramanet. Y continuó con otras localidades menores. Muchas pueblos se rendían sin problema, dado la forma de trato del rey. Barcelona seguía resistiendo aunque estaba sitiada por tierra y por mar. Pero en el mes de octubre de 1472 se firmó la Capitulación de Pedralves que suponía la capitulación de  toda Cataluña, no solamente de Barcelona.
La guerra civil catalana ha durado diez años. Se ponía fin a la guerra pero no a la crisis económica ni al conflicto entre los campesinos y los señores. También quedaba por recobrar los condados del Rosellón y Cerdaña que el francés retenía. Cosa que consiguió con una rendición, y aceptó el pago de las deudas, pero cuyas condiciones el francés no cumplió y que el aragonés no pudo recuperar por la falta de medios. Cataluña saldría a medio plazo bien librada porque mantenía sus estructuras políticas y sociales con capacidad de reforma y esto la hizo entrar en la modernidad. Sin embargo no fue igual para Aragón que había contribuido a la victoria de Juan II para que mantuviera unida a la Corona y asegurarse el comercio marítimo en el Mediterráneo. La fuerza de los nobles detuvo cualquier cambio.
Juan II dejó a su hija de su primer matrimonio, Leonor, el reino de Navarra. Desde aquí es cuando Navarra queda desprendida de la unión con las fuertes coronas de Aragón y Castilla  Y Fernando, que era hijo de su matrimonio don Juana Enríquez, heredó el reino de Aragón y los condados catalanes. Todavía en 1478 Cerdeña se sometía definitivamente a la Corona de Aragón, viéndose así el anciano Monarca reconfortado en los últimos meses de su vida.
Murió Juan II en enero de 1479. Fue enterrado en el real monasterio de Poblet.

lunes, 15 de enero de 2024

NÚÑEZ DE BALBOA - EL OCÉANO PACÍFICO

Hace hoy 505 años de su muerte, acaecida el 15 de enero de 1519.
Había nacido el 10 de agosto de 1475  en Jerez de los Caballeros.  Fue el primer europeo en ver el océano Pacífico desde la orilla de americana, y el primer europeo en fundar una ciudad permanente en tierras continentales americanas.


En 1509 Vasco Núñez de Balboa, se embarcó como polizón en una expedición que salía al encuentro de Alonso de Ojeda, quien había fundado en Nueva Andalucía un establecimiento dejando en él a un grupo de hombres al mando de Francisco Pizarro. Núñez de Balboa adquirió popularidad entre sus compañeros gracias a su carisma y el conocimiento del territorio. Más tarde, el regimiento se trasladó a Darién, donde Núñez de Balboa fundó en 1510 el primer establecimiento permanente en tierras continentales americanas, Santa María de la Antigua del Darién.
En 1511 obtuvo el cargo de gobernador. Movido por el propósito de encontrar el mar del que hablaban los indígenas, se internó en el continente. Se dispuso a cruzar el istmo de Panamá, cosa que le llevó bastante tiempo,  Tras dos días de marcha por la selva alcanzó Ponca. Mandó llamar a su cacique y le interrogó sobre la ruta que debía seguir. Este trayecto fue el más duro del viaje. Tardaron en cubrirlo cinco días, dado lo abrupto del mismo. Finalmente llegaron a su objetivo el 24 de septiembre de 1513. El día siguiente hacia las diez de la mañana los guías le indicaron el lugar desde el cual podría ver el otro mar. Balboa ordenó detenerse a su gente y partió solo, pues deseaba ser el primer español que viera la Mar del Sur. Coronó la montaña en unos minutos y desde allí contempló extasiado el Pacífico. El escribano de la expedición, Andrés de Valderrábano, escribió luego en su diario: “Y en martes veinte y cinco de aquel año de mil e quinientos y trece, a las diez horas del día, yendo el capitán Vasco Núñez en la delantera de todos los que llevaba por un monte raso, vido desde encima de la cumbre del la Mar del Sur antes que ninguno de los cristianos compañeros que allí iban”.  Llamó entonces al resto de sus hombres para que contemplaran la maravilla. 


MONUMENTO A NÚÑEZ DE BALBOA EN PANAMÁ
A continuación procedió a tomar posesión en nombre de los reyes de Castilla: cortó varias ramas de los árboles, amontonó piedras y grabó sobre los troncos de algunos árboles los nombres del rey Fernando y de la reina Juana. Los indios miraban asombrados toda la ceremonia. Balboa hizo venir al escribano y le ordenó tomar los nombres de todos los que habían estado presentes en el acontecimiento: 67españoles. Tomó posesión de sus aguas y le otorgó el nombre de Mar del Sur.
Las peticiones que Balboa había hecho al monarca español Fernando el católico, las cumplió este a través del nuevo gobernador, quien partió con una expedición de 1500 hombres y 17 naves. Era la flota más numerosa y completa que había salido de España con destino a América hasta entonces.
En esta gran expedición viajaron el piloto Juan Vespucio; Pedraria, varios clérigos y finalmente venían mujeres entre las cuales estaba Isabel de Bobadilla, esposa de Pedrarias.
Balboa recibió a Pedrarias en el mes de julio de 1514 y aceptó bastante resignado la sustitución del cargo de gobernador y alcalde mayor. Esto causó malestar entre los colonos.
Cuando Pedrarias tomó el cargo, Gaspar de Espinosa apresó a Núñez de Balboa y se le enjuició “en ausencia”. Sin embargo fue declarado inocente de la muerte de Nicuesa, por lo que fue liberado posteriormente.
El 23 de septiembre de 1514 Balboa fue nombrado por la Corona adelantado del Mar del Sur y gobernador de Panamá y Coiba, subordinado al nuevo gobernador, pero al mismo tiempo a Pedrarias se le ordenó que le concediese a Balboa libertad para ejercitarse en los asuntos de gobierno,  el 20 de marzo de 1515.
Pedrarias cambió la política de alianzas con los indios iniciada por Balboa, por otra basada en la guerra y el saqueo. En 1515 Balboa se quejó por carta al rey.
Eso no detuvo las ambiciones de Balboa de seguir recorriendo nuevamente el Mar del Sur. Pedrarias no tardó en darse cuenta y furioso apresó a Núñez de Balboa, les quitó a los hombres que necesitaba y estaba dispuesto a castigarlo pero lo absolvió.
En España el cardenal Cisneros, que gobernaba los reinos tras la muerte del soberano Fernando el Católico en enero de 1516, le ordenó a Pedrarias en julio de 1517 ponerse bajo la autoridad de los monjes jerónimos. Esto complicó la política de Castilla del Oro  que era desde 1514 una gobernación autónoma que fuera segregada en 1514 por el descubrimiento del océano Pacífico, que abarcaba el sureste de Centroamérica.
Núñez de Balboa quiso continuar y fundó para ello una empresa llamada "compañía del Mar del Sur", pero se retrasó la partida.  Al final Pedrarias consintió que Núñez de Balboa llevara a cabo la exploración del mar recién descubierto.
Así entre 1517 y 1518, Núñez de Balboa construyó cuatro navíos. Navegó 74 kilómetros por el Pacífico. En secreto le ordenó también a un grupo que averiguasen si había llegado de España algún nuevo gobernador. Pedrarias le escribió una carta a Balboa en términos cariñosos para que se presentara ante él con mucha urgencia y Balboa accedió rápidamente. En mitad de camino se encontró con un grupo de hombres al mando de Francisco Pizarro, quien lo detuvo por orden del gobernador. Balboa fue acusado de traidor por intento de usurpación del poder contra Pedrarias. Al final Balboa fue detenido por Francisco Pizarro y acusado de traidor por intento de usurpación del poder contra Pedrarias y de tratar de crear un gobierno aparte en el Mar del Sur. "Esta es la justicia que el Rey y su teniente Pedro Arias de Ávila mandan hacer contra este hombre por traidor y usurpador de los territorios de la Corona", afirmaron antes de la ejecución. El proceso se abrió a mediados de enero de 1519 y fue sentenciado con la pena de muerte por decapitación. También fueron condenados cuatro de sus colaboradores. Fue conducido al patíbulo con sus amigos. Núñez de Balboa no pudo contener su indignación. La contestación de Núñez de Balboa fue contundente:  y dijo “Mentira, mentira; nunca halló cabida en mí semejante crimen; he servido al Rey como leal, sin pensar sino en acrecentar sus dominios”. El verdugo consumó el castigo.
Francisco Pizarro, que participó en la captura de Balboa, posteriormente consiguió el apoyo de Pedrarias para la organización de la expedición que lo llevaría a la conquista del Perú.
Unos años más tarde, el navegante portugués Fernando de Magallanes durante su expedición a Filipinas y las Molucas al servicio de la Corona de España, le dio el nombre de Pacífico por encontrarse aguas tranquilas durante la mayor parte de su viaje desde el estrecho de Magallanes.
El descubrimiento español del océano es sólo un pedazo de la historia de la navegación española, una gigantesca aventura que comenzó a hacer posible hace ahora 530 años.
En una complicada expedición repleta de ciénagas, lluvias y enemigos se hicieron paso hasta llegar a lo que llamó el Mar del Sur (Océano Pacífico). Fernando el Católico, tras conocer la buena nueva, reconoció a Núñez de Balboa como descubridor del Mar del Sur y la gobernación de Panamá y Cohíba. No obstante, fue a partir de este momento donde la envidia y la traición afectaron a las hazañas del explorador.
El explorado extremeño fue una víctima del temperamento ambicioso de Pedrarias. Gaspar de Espinosa, el alcalde mayor de Castilla de Oro.
Vasco Núñez de Balboa fue decapitado. Su cabeza permanecería expuesta a la vista de la gente durante días y tras esto nada más se supo de los restos del explorador y conquistador que fue ejecutado tras ser acusado de traicionar a la corona.
Francisco Pizarro, tras participar en la captura de Núñez de Balboa, conseguiría el apoyo de Pedrarias para la organización de la expedición que lo llevaría a la conquista del Perú. El alcalde Gaspar de Espinosa fue quien recorrería las costas del mar del Sur en los barcos que el mismo Núñez de Balboa había mandado construir. Luego, en 1520, Fernando de Magallanes rebautizaría el mar como océano Pacífico, por sus calmadas aguas cuando las vio.

domingo, 14 de enero de 2024

LA PRINCESA DE EBOLI – (1540-1592)

 

Su verdadero nombre fue Ana de Mendoza y de la Cerda, y era hija única y por tanto heredera de una de las familias más nobles de la España del siglo XVI. Nació en Guadalajara, en 1540. Su leyenda ha superado con creces la realidad. El parche que llevaba en su ojo no se supo nunca con certeza si lo perdió en un accidente de esgrima, en una caída, o si por el contrario lo utilizó únicamente para ocultar un ojo bizco.

Hija de nobles y heredera de rancio abolengo, es prometida con apenas 12 años y casada a los 17 con un noble portugués mucho mayor que ella. Hoy nos puede parecer una barbaridad pero era muy común en aquella época, en la que los intereses dinásticos y familiares eran muy importantes. Tuvieron 6 hijos (el primero a los 19 años de edad),  y lograron acrecentar sus títulos y posesiones, logrando entre otros el de príncipes de Éboli. La pareja vivió cómoda y tranquila durante trece años, que fue cuando murió el marido en 1573.

La Princesa había solicitado junto con su marido dos conventos de carmelitas en Pastrana, Guadalajara. Entorpeció los trabajos porque quería que se construyesen según sus dictados, lo que provocó numerosos conflictos con monjas, frailes, y sobre todo con Teresa de Jesús, fundadora de las Carmelitas descalzas. El Príncipe puso paz, pero murió al poco tiempo. Volvieron los problemas, ya que la princesa, ya viuda, quería ser monja y que todas sus criadas también lo fueran. Le fue concedido a regañadientes por Teresa de Jesús y se la ubicó en una celda austera. Pronto se cansó de la celda y se fue a una casa en el huerto del convento con sus criadas. Allí tendría armarios para guardar vestidos y joyas, además de tener comunicación directa con la calle y poder salir a voluntad. Ante esto, por mandato de Teresa que en 1574 fundó en Segovia otro convento al que pasaron las religiosas que estaban en el monasterio de Pastrana, que fue abandonado, dejando sola a Ana.
Fue obligada por el rey a renunciar a los hábitos Ésta volvió de nuevo a su palacio de Madrid, no sin antes publicar una biografía tergiversada de Teresa, lo que produjo el alzamiento de escándalo de la Inquisición, que prohibió la obra durante diez años. Teresa, en abril de 1575 recibió una denuncia que puso la princesa de Éboli en la Inquisición por el “Libro de la Vida”, obra escrita por Teresa.
Cuando regresó a la Corte, comenzó una vida caracterizada por la intriga y el escándalo, fruto de su personalidad caprichosa y voluble y de las relaciones con Antonio Pérez, secretario del Rey. La princesa  aprovechó la influencia de Pérez. A la muerte del rey Sebastián de Portugal (1578), la princesa colaboró con Pérez con el fin de apoyar la candidatura de la duquesa de Braganza al trono portugués, oponiéndose así a las pretensiones dinásticas de Felipe II.

Se sabe con total seguridad que Ana y Antonio Pérez vivieron un apasionado romance, el cual debía mantenerse secreto. Pero sabedor el rey Felipe del disparatado tren de vida que llevaba su secretario, pleno de lujo y ostentación, en el Madrid imperial, exigió a su secretario que pusiera fin a vida tan disoluta y se casara, para firmar oficialmente su nombramiento. Esta faceta de crápula la mantendrá Antonio Pérez durante buena parte de su vida, quien, una vez secretario, se entrega a los brazos (y a la cama) de la princesa de Éboli. Pero de esto se enteró Juan de Escobedo, secretario personal de don Juan de Austria, que ya había vencido en Lepanto y era hermanastro de Felipe II, se encontraba en Flandes luchando. Escobedo supo de la relación de Pérez y la princesa y también de las intrigas que mantenían. En aquel momento de 1576 Juan de Austria era gobernador de los Países Bajos y quería del rey fondos que sufragaran sus proyectos de paz con los rebeldes flamencos, salida de los Tercios de los Países Bajos, para utilizarlos en la invasión de Inglaterra, rescatando a María Estuardo de su prisión, casarse con ella y reimplantar el catolicismo en aquel reino, tras el destronamiento forzado de Isabel I de Inglaterra.

La cosa no fructificó por consejo de Antonio Pérez que al parecer mantenía negocios con los flamencos. Escobedo reunió pruebas de los negocios ilícitos de Pérez y sus relaciones con su pariente, la princesa de Éboli. Cuando al poco, Escobedo amenazó a Antonio Pérez con divulgar su confabulación a menos que éste apoyara las pretensiones de don Juan de Austria. Pérez temió ser denunciado ante el Rey y ordenó su asesinato, primero con dos intentos fallidos de envenenamiento y, posteriormente, el 31 de marzo de 1578  murió acuchillado por seis sicarios una noche.
Felipe II hizo averiguaciones y terminó descubriendo la verdad. La princesa y Pérez fueron detenidos. Ella fue encerrada en 1579, primero en el Torreón de Pinto, luego en la fortaleza de Santorcaz y privada de la tutela de sus hijos y de la administración de sus bienes, para ser trasladada en 1581 a su Palacio Ducal de Pastrana, donde estuvo atendida por su hija menor Ana de Silva. Y
Felipe II, por temor a que huyera con su amante, mandó poner rejas en puertas y ventanas del palacio, donde permanecía encerrada. La Princesa de asomaba una sola hora al día por la reja que daba a la Plaza, que se llama desde entonces Plaza de la Hora. Mientras Pérez, y tras once años de prisión pudo escapar y huir a Aragón en 1590, parece ser que con la ayuda de su propia mujer y con dinero proporcionado por la princesa. El 19 de abril de 1590 llegaba a Aragón, buscando amparo, valiéndose de su condición de hijo de aragonés, en los fueros de aquel antiguo reino, donde, en virtud del privilegio de manifestación, se puso bajo la protección del Justicia foral, don Juan de Lanuza. No obstante, el magistrado ordenó su reclusión en una cárcel de Zaragoza.

El conflicto generó, un enfrentamiento entre el rey y Aragón. Felipe ordenó a la Inquisición aragonesa que encarcelara a Pérez por hereje. Cuando fue liberado por el pueblo y Pérez huyó a Francia, el rey lo tomó como una rebeldía contra su autoridad y envió un ejército de 12000 hombres que avanzaron sin resistencia apenas. Suspendió los fueros, mandó ejecutar al Justicia de Aragón y reunió a las Cortes aragonesas en 1592 que reinstauraron el derecho foral acordando que el cargo de Justicia Mayor sería nombrado por el rey y podía ser destituido por él. 
Pérez una vez en territorio galo, Pérez recibió el apoyo de Enrique IV, acérrimo enemigo del rey Felipe, protección que él pagó revelando traidoramente secretos de Estado, al poner en manos de éste atractivos proyectos desestabilizadores para España. El fracaso de los intentos de invasión francesa motivó el traslado de Pérez a Inglaterra, donde también contó con importantes ayudas, ofreciendo interesante información que sirvió para el posterior ataque inglés a la plaza de Cádiz en 1596.

RECREACIÓN DEL ASOMO A LA PLAZA DE LA PRINCESA

Pero el Tratado de Vervins (1598), que dio fin a las guerras de religión en Francia, supuso el final diplomático de Pérez, que se dedicó a la escritura, llegando a publicar dos importantes obras que tuvieron un destacado efecto negativo en la figura de Felipe II: las Relaciones y las Cartas, otra base originaria de la injusta leyenda negra formada contra aquel monarca y contra España.
La Princesa llamaba al rey Felipe II en sus cartas "primo". El monarca se referiría a ella como "la hembra". Es curioso que mientras la actitud de Felipe hacia Ana era dura, siempre protegió y cuidó de los hijos de ésta y su antiguo amigo Ruy, el esposo de ella. Felipe II nombró un administrador de sus bienes y más adelante llevaría las cuentas a su hijo, Fray Pedro ante la ausencia de sus hermanos.
Finalmente Ana muere en su encierro el 2 de febrero de 1592.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...