sábado, 15 de junio de 2024

ISABEL I DE CASTILLA – (Tercera parte)

Relato basado en la serie de TVE.
En el anterior capítulo supimos que el 25 de octubre de 1464 es designado el infante don Alfonso, hermano de Isabel, como heredero del Reino de Castilla una serie de nobles encabezados por Juan Pacheco, marqués de Villena.
Realmente era una burla en la que con un muñeco se reconocía al rey Enrique IV y se le destronaba acusándole de cobarde, homosexual y cornudo. Y se proclamó rey a Alfonso XII como rey de Castilla. Fue lo que se conoce como “La Farsa de Ávila”. 
El rey Enrique tenía sus partidarios los primeros los nobles de la casa Mendoza Así estalla una guerra que terminará tres años después, en 1468. 
El rey Enrique IV se ve abrumado y hace llamar a Beltrán de la Cueva, al que había echado como parte de los acuerdos para no entrar en guerra. Pero la guerra se inicia y el reino se debilita, se empobrece, cosechas descuidadas,, muertes de hombres y familias desprotegidas, etc. Enrique acude al papa para que intervenga en parar la guerra pero no es atendido. 
El ejército enemigo de Enrique está al mando de Pedro Girón, el hermano de Pacheco, que van triunfando aceleradamente. Alfonso, joven aún e inexperto, quiere que le consideran y entrar en batalla en Simancas. 
Pasado el invierno de 1465 a 1466 Enrique y Diego de Mendoza idean ofrecer a Pacheco la mano de Isabel para que se case con su hermano Girón, para lo cual deben obtener la autorización de Alfonso, con lo cual le entregará la Orden de Santiago. Por lo cual será el maestre de la Orden. 
Pacheco sabedor que no podría asaltar la fortaleza de Segovia, ofreció al rey una propuesta de paz. Eliminaría a su rival (Alfonso) de la escena política. El rey debía alejar de la corte a los Mendoza y a Beltrán de la Cueva y devolvería a él los cargos que había ostentado.  Pedro Girón era un hombre bruto, ya maduro para Isabel, freire incapaz de cumplir sus votos de castidad por ser maestre de Calatrava, padre de bastardos, ambicioso y hombre violento. Enrique dio su consentimiento. Isabel se encomendó a la protección de Dios. 

Beatriz de Bobadilla y Andrés Cabrera

Entremedias el converso tesorero del rey, Andrés Cabrera, habla con la ama de Isabel, Beatriz de Bobadilla, y le pide matrimonio. Esta no se decide aún. Isabel y Beatriz ante la gravedad de la situación deciden ir a ver a Alfonso para que no acepte la boda de Isabel con Girón, pero en el camino son atacadas por unos bandoleros. Por suerte Cabrera y unos cuantos hombres les seguían en secreto y pudieron defenderlas. 
En un viaje de Girón había encontrado a un viejo que iba con su hija por el bosque llevando un carro. Girón se deshace del viejo y se lleva a la chica y la viola. Ésta se suicida con la daga de Girón cortándose la yugular. 
Unos meses después un joven se ofrece al lugarteniente de Girón como soldado y puesto a prueba es aceptado como guardaespaldas de Girón. 
Debido a la desesperación de Isabel, su protector Chacón, se entrevista con Mendoza para pedirle que intervenga ante el rey para que no apruebe la boda de Isabel con Girón. Pero en noble no acepta interceder.  
Mientras el hermano de Isabel, Alfonso autoriza la boda de su hermana seducido por ser maestre de la Orden de Santiago. Isabel se ve vestida de novia y entra en depresión cuando le entregan el documento firmado por su hermano aceptando la boda.                  
Aquel soldado que se ofreció en las filas del ejército enemigo del rey, acude a un médico judío que le prepara un veneno que debe ser utilizado de a poco. Este lo va mezclando con el vino que le ofrece a Girón durante varios días, y en el viaje de vuelta Girón se sintió enfermo hasta que se encuentra realmente mal y un médico cristiano diagnostica que tiene la fiebre negra. 
Sorpresivamente murió en abril de 1466. El joven soldado realmente era el hermano de la chica violada y cumplió la venganza tramada junto a su padre. Pacheco, en el palacio del rey, acusa a Chacón de ser el instigador de la muerte de su hermano. De pronto vio a Beltrán junto a Cabrera y supo que el rey no había cumplido la promesa.
La muerte de Pedro Girón detuvo toda negociación y prosiguió la guerra. 

Enrique IV y Juan Pacheco 

Pacheco pierde la batalla en Toledo. Con lo cual decide hacerse con Segovia, plaza muy difícil de tomar, tanto la ciudad como la fortaleza. Pero hábil y astuto consigue entrar en Segovia tomando la ciudad. No lo consigue con el Alcázar defendido por Cabrera. 
Recordemos que Isabel no vivía en palacio, sino en la ciudad y por lo tanto se convierte en rehén de Pacheco y del arzobispo Alfonso Carrillo, que también había participado en la Farsa de Ávila, contrario al rey. Lo único bueno para nuestra Isabel es que se reuniría con su hermano y ambos fueron ver a su madre. El pérfido marques Pacheco despidió a Beatriz y otras mujeres cercanas a Isabel. En el mes de agosto de 1467 ambos bandos se enfrentaron en Olmedo, conocida como la Segunda Batalla de Olmedo. En el bando del rey se encontraban nobles y fundamentalmente Beltrán de la Cueva y sus hombres. Sin embargo Pacheco no asistió a la batalla. En el bando de Alfonso iban las tropas de Pacheco, el arzobispo Carrillo y el arzobispo de Sevilla y los hombres de la Orden de Calatrava. El resultado fue incierto pero en la lucha se dice que intervino cuerpo a cuerpo el rey Alfonso, no obstante es más posible que haya sido Gonzalo Fernández de Córdoba, su doncel, el que vestido con la armadura de Alfonso, luchara en su nombre. Dada la situación Alfonso fue aconsejado por su valedor, que le  indujo a declararse vencedor de la batalla, dándose esta por terminada. 

Baile de Momos en honor a Alfonso.
Los hermanos se reúnen con su madre y celebran el cumpleaños de Alfonso. El propio Jorge Manrique dio fe de la brillantez de la corte.
Alfonso en diciembre de 1467 dio, en agradecimiento, a su hermana el señorío de Medina del Campo, uno de los mandos de la voluntad de su padre. Así es como Medina entró a formar parte de la vida de Isabel, para no desprenderse jamás de la villa, hasta el momento de su muerte.


domingo, 9 de junio de 2024

ISABEL I DE CASTILLA – (Segunda parte)

Relato basado en la serie de TVE.

Habíamos dejado al rey Enrique IV de Castilla metiendo la pata como siempre, ganándose enemigos más que amigos.

Beltrán de la Cueva pasó de Mayordomo del rey a formar parte de la Orden de Santiago en 1459 y al año siguiente le concede la fortaleza de Carmona y el castillo de Ágreda. Y para colme en 1461 entra a formar parte del Consejo Real, desplazando a Juan Pacheco. 

Lo cierto que es el patriarca de la poderosa familia de los Mendoza, Diego Hurtado de Mendoza había informado al rey de que Juan Pacheco, marqués de Villena, intrigaba contra él, ofendido por estos nombramientos a Beltrán y encabezaba a muchos nobles pertenecientes a los caballeros de los Linajes. Pero en realidad estos caballeros se alinean en dos bandos enfrentados, uno junto a Pacheco y otros junto a Andrés Cabrera marqués de Moya o los Arias-Dávila.

Andrés Cabrera era un judeo-converso, tesorero del rey y de Segovia, y posteriormente fua partidario de Isabel, como ya veremos.

Enrique IV siempre fue proclive a negociar y no a luchar por lo que desea tratar de hablar con Pacheco y los suyos. Mendoza le aconseja al rey que Pacheco no es trigo limpio y que además de estar sembrando discordia en los pueblos que tiene influencia, para desgracia son años de malas cosechas y la gente tiene hambre mientras ve que los judíos son cada vez más ricos y que el rey tiene guardia mora y no ven que se actúe para solucionar problemas, aparte de la sospecha difundida de que la hija del rey, no lo es en realidad, por lo que ya la llaman “la Beltraneja”.

En otro orden de cosas aparece en escena un joven militar llamado Gonzalo Fernández de Córdoba y Beltrán lo nombra doncel de infante Alfonso, ordenando que no se separe de él. 

Reunidos para negociar Pacheco y su hermano Pedro Girón, hombre bruto pero muy rico y militar victorioso y el arzobispo Carrillo. De parte del rey estaban Diego de Mendoza, el arzobispo Fonseca, Beltrán de la Cueva. Pese a los consejos de sus fieles el rey Enrique acepta todas las propuestas ofrecidas por Pacheco y su gente menos una, desheredar a su hija.

Sin embargo, pronto verá que todo eso le lleva a ser un rey sin mando, en manos de las ambiciones de los nobles. Y, sobre todo de Pacheco, que pide la expulsión de Beltrán de la Cueva de la Corte y que Alfonso pase a su custodia, lejos del rey Enrique.

Dado que lo más importante no es aceptado los nobles se retiran y más tarde confabulan secuestrar al rey. Con lo cual con dos hombres a cuyas hijas ha secuestrado se dispone a partir a Segovia y hacerse con el rey, la princesa Juana y los infantes Alfonso e Isabel.

En el castillo dirige la operación Pedro Girón y matan a los guardias que protegen a los infantes y se hacen con la princesa. Por suerte Andrés Cabrera se huele algo y recurre a Fernández de Córdoba quien escoge un par de hombres y matan al guardia de custodiaba la habitación de los secuestrados. Mientras Pacheco y su hermano obligan al rey a echar a Beltrán y se llevan al rey entregando a Beltrán una peonza como señal de que pueden liberar a los infantes y a la princesa. Pero Fernández de Córdoba y Cabrera con unos hombres liberan a la reina y a los niños. Posteriormente consiguen en los pasillos del palacio, liberar también al rey y encerrar a los hermanos Pacheco y Girón. Al siguiente día Enrique visita a Pacheco en la cárcel y decide liberar a los hermanos. También permite que Isabel y Alfonso viajen para ver a su madre.

Mientras la reina Juana expone a su marido un plan muy elaborado. Sacar de la corte a Beltrán y que entregue la Orden de Santiago, esto para conformar a Pacheco y los suyos. También casar a su hija Juana con el infante Alfonso, con lo cual la corona no correría peligro y dado que saben que Pacheco está formando un ejército, buscar la alianza del rey de Portugal, hermano de la reina de Castilla, Alfonso V y para ello ofrecer a Isabel en matrimonio, cosa que el rey anhelaba.

La oferta es ofrecida a Pacheco y Carrillo. Isabel abrirá casa propia en Segovia con la protección de Chacón y con su ama de la infancia, Beatriz de Bobadilla, lejos de la reina, Alfonso quedará custodiado por Pacheco Fernández de Córdoba y los judíos conversos no serán molestados. Beltrán ha dejado de ser maestre de la Orden de Santiago y ha abandonado la Corte. Y se acuerda que Isabel se casará con quien aprueben Pacheco y Carrillo. Por supuesto que no se les dijo que ya estaba hablado del matrimonio con el rey portugués.

Pero esto finalmente llega a oídos de los conjurados y ven la jugada que se les prepara, ya que si el rey de Portugal envía sus tropas, unidas a las de Enrique, ellos no podrían hacerles frentes. Solo les queda la posibilidad de que Isabel rechace al portugués ya que ella tiene trece años y él le saca veinte años más.

(Alcazar de Sgovia en tiempos de Isabel)

Evidentemente Isabel en ceremonia y fiesta para sellar el compromiso, rechaza al rey portugués delante de toda la Corte. Esto complica la situación para todos.

Pacheco, Carrillo y  los nobles contrarios a Enrique preparan el derrocamiento del rey, una simulación que pasaría a la historia como “La Farsa de Ávila”.  Isabel supo de la noticia de que el 25 de octubre de 1464 es designado el Príncipe don Alfonso, su hermano, como heredero del Reino de Castilla una serie de nobles encabezados por Pacheco.

Realmente era una burla en la que con un muñeco se reconocía al rey Enrique IV y se le destronaba acusándole de cobarde, homosexual y cornudo. Y se proclamó rey a Alfonso XII como rey de Castilla. Por lo tanto en Castilla había dos reyes, enemigos y hermanos de padre.

Isabel ya entonces pensó que la propia vida de ser hermano corría peligro. Amenazaba el presagio de una guerra civil. El rey Enrique tenía sus partidarios. El más leal los nobles de la casa Mendoza. De esta forma es como estalla una guerra que terminar tres años después, en 1468. Pero Alfonso reinó durante esos tres años. Fue un títere en manos del marqués Pacheco y no fue seguido por muchos castellanos que seguían fieles a Enrique IV. Pero tuvo una corte con actividad cultural a la que acudían caballeros de renombre.


El rey Enrique se ve abrumado ya que por mucho que negoció, e que la guerra es inevitable y el resultado incierto. Hace llamar a Beltrán de la Cueva, quien se pone a su disposición

sábado, 8 de junio de 2024

ISABEL I DE CASTILLA (Primera parte)

Relato basado en la serie de TVE. 
Isabel de Portugal, de la casa de Avis fue reina consorte por su matrimonio con Juan II de Castilla entre 1447 y 1454, año en que murió el rey. Fue madre de la reina Isabel la Católica y del infante Alfonso de Castilla. La corona la heredó Enrique IV, hijo del primer matrimonio del rey, por lo tanto Isabel y Alfonso eran hermanos de padre. 


La reina Isabel estaba muy recelosa del poder que había alcanzado el valido del rey, Álvaro de Luna, que aunque había protegido al rey y vencido en varias batallas, hacía y deshacía en nombre del rey y su poder era enorme. Confabulando con nobles contrarios a don Álvaro consiguieron convencer al rey de que era un traidor y había que deshacerse de él, cosa que se consiguió y don Álvaro terminó decapitado en 1453.
En el pueblo de Madrigal de las Altas Torres, en Ávila, nació Isabel de Trastámara el 22 de abril de 1451. Al nacer era infanta de Castilla, ya que el heredero y por lo tanto Príncipe de Asturias era su hermano de padre Enrique, (futuro Enrique IV),  hijo de Juan II del primer matrimonio con su prima María de Aragón. Dos años después de Isabel nació Alfonso en noviembre de 1453, por lo que Isabel pasaría a quedar en tercer lugar en la sucesión a la corona. Enrique IV, ya rey de Castilla, envió a sus hermanos con su madre a Arévalo lejos de la corte y cerca de Medina del Campo. Isabel de Portugal, ya viuda quedó algo trastornada después de la muerte de su marido y con el tiempo su dolencia fue a más, tanto así que se le aparecía el fantasma de don Álvaro de Luna. 
Isabel está condenada desde su primera juventud al cuidado de su madre y de su hermano que nunca maduró. Allí fue educada por los monjes en la pobreza y la oración. Fue de gran ayuda su mentor y hombre de confianza, Gonzalo Chacón y también su ama doña Beatriz de Bobadilla, personas a las que les profesaría un gran afecto que duró toda la vida.
En testamento, su padre, Juan II, había dejado en herencia al infante don Alfonso que fuese maestre de la orden de Santiago, además de villas y rentas suficientes para su manutención de todos ellos de acuerdo con su rango.

ISABEL DE PORTUGAL 
Pero Enrique IV no cumplía con el deber de enviarle los fondos necesarios llevando a esta familia a una situación de pobreza. 
Aquí es donde entran en escena en la vida de Isabel dos personas importantes durante años. El arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo y Juan Pacheco importante y rico noble castellano, Marqués de Villena. Ambos ven la desidia del rey en su gobernanza, en la forma en que desprecia a sus hermanos y, posiblemente su impotencia sexual, dado que había estado casado con Blanca de Navarra durante trece años y no habían tenido descendencia, (y por lo tanto se pidió la anulación del matrimonio), por lo que el rey se casó con su prima Juana de Portugal, de la casa Avis en 1455, y tras siete años sin hijos, Juana dio a luz en 1462 a una niña que fue también llamada Juana, lo cual vino a encender las sospechas de que no sería hija del rey y sería posible que fuera hija de Beltrán de la Cueva, hijo éste de una familia de nobleza menor, que se había hecho primero paje y luego ascendió rápidamente a mayordomo del rey y prácticamente amigo. 

JUAN PACHECO 
Tanto Pacheco como Carrillo vieron que sería bueno congraciarse con Isabel y Alfonso, porque las cosas podrían cambiar con el tiempo, ya que no pensaban en que Juana llegara a reinar o que pudiera casarse con un extranjero, quedando ellos muy lejos del poder real.  Por lo cual aunaron esfuerzo y visitaron a Isabel de Portugal y sus hijos en presencia de Chacón, y les ofrecieron apoyo y una buena suma de dinero para favorecer la relación, aunque Pacheco y Chacón habían sido enemigos en tiempos de Álvaro de Luna, con lo cual acordaron olvidarse de viejas disputas. 

GONZALO CHACÓN
Es posible que un médico judío hiciera a Juana de Portugal una inseminación artificial y que lograse que la reina quedara embrazada. O al menos eso es lo que se contó en la Corte y como dijimos la reina Juana dio a luz a una niña en 1462, lo que provoca gran alborozo en el rey y sospechas en otros. Así las cosas la reina Juana de Avis ve que la línea de sucesión a la corona está marcada por ese nacimiento, ya que desplaza a sus hermanos, Alfonso e Isabel. Por lo que se decide llevar a la corte a ambos, por seguridad, se argumenta, hasta ver que se hará con ellos, pero separándolos de su madre que quedaría sola en Arévalo, sumida en un profundo dolor que acentuará más su enfermedad mental.
En la corte Isabel descubre sin quererlo la degeneración que había entre la servidumbre, y en el propio arzobispo, propiciada por la reina seguramente para mantener oposición a Isabel. 
Los hijos de Isabel de Portugal piden al rey que trajese a la corte a su madre lo que les es negado. El fiel Chacón intercede ante Diego Hurtado de Mendoza, Marqués de Santillana, un noble dueño de grandes propiedades en Castilla y hombre fiel a la corona para que influyese en la corte para que Isabel y Alfonso pudieran ir a Arévalo a ver a su madre, cosa que consigue. 
Enrique IV en otra torpeza nombra a Beltrán, conde de Ledesma, lo que hace pensar en que es un pago por los servicios prestados. No obstante hay que decir que no hay una documentación ni testigo que lo asegure. La hija de Enrique IV obtuvo el reconocimiento de todos los nobles y eclesiásticos de sucesora por ser hija del rey y su esposa Juana, otorgándole el título de Princesa de Asturias, formalidad tradicional en Castilla. Pero Pacheco protestó por ello por escrito ante notario sin explicar la razón de  porque no tenía derecho la niña. Se puede decir que pensaba que le correspondía a Alfonso, por ser varón y por lo tanto no podía ser desplazado en la sucesión. O porque pensaba que no era hija legítima. 
Lo cierto es que el documento no fue exhibido en esas fechas, sino mucho después, como ya veremos. A pesar de todo Juan Pacheco la apadrinó en su bautizo, siendo las madrinas, su propia esposa y la infanta Isabel, que por entonces tenía once años.

REINA JUANA DE AVIS 
Las voluntades testamentarias del rey Juan II iban siendo burladas una a una. Cuellar que le correspondía a Isabel pasó a manos del de la Cueva. El señorío de Arévalo le fue despojado a su madre, la reina viuda, entregándose a Álvaro de Zúñiga, que iba a contraer matrimonio con una hija de Pacheco.
Estos y otros muchos hechos que sufrió en carne y en su familia, las guardó Isabel en su memoria y en su mentalidad de que dado que el destino de las mujeres de esta clase social, estaban ligados a las uniones para enaltecerlas y no para destruirlas.
Siguen las torpezas de Enrique IV ganándose enemigos y favoreciendo a otros. Beltrán de la Cueva paso de Mayordomo del rey a formar parte de la Orden de Santiago con el cargo de comendador de Uclés en 1459 y al año siguiente le concede la fortaleza de Carmona y el castillo de Ágreda. Y para colme en 1461 entra a formar parte del Consejo Real, desplazando a Juan Pacheco.  
Lo cierto que es Diego de Mendoza había informado al rey de que Pacheco intrigaba, ofendido por estos nombramientos a Beltrán. 

jueves, 6 de junio de 2024

EL ISLAM EN HISPANIA

Es una religión monoteísta abrahámica fundamentada en las enseñanzas del profeta Muhammad ibn Abdullah (570-632 d. C.).
De las tres religiones monoteístas del mundo, el Islam es la que apareció más tarde, concretamente en el siglo VII. 
Mahoma con 25 años mejorará su posición social como resultado de su matrimonio con Jadiya, un viuda rica mayor que él. Se cree que en alguna de sus expediciones comerciales a Siria y a La Meca, tuvo contacto directo con cristianos y judíos, puesto que le gustaba reflexionar sobre lances religiosos. Hacia el año 613 empezó a predicar. Estas revelaciones serian recogidas a lo largo de su vida y agrupadas "shuras" o capítulos. La totalidad de estas forman el Corán, libro sagrado de los musulmanes. De una manera bastante rápida fue consiguiendo adeptos. En todo caso, el Islam se expandió  muy rápidamente y en muy pocos años como una mancha de aceite  aprovechando las debilidades de una cristiandad que no acababa de despuntar después de la caída del imperio romano y donde tanto en Roma como en Bizancio andaban a la greña, agotados y donde el campesinado se moría a base de impuestos y solo una élite vivía como oligarcas.
No obstante tuvieron enemigos. Los musulmanes hicieron frente al ataque de los mecanos en la batalla de Badr (624 d. C.), en la que poco más de 300 soldados desbandaron un ejército de alrededor de 1000 mecanos. Algunos le acreditan la victoria a la intervención divina y otros al genio militar de Mahoma.
Tras la victoria de Badr, los musulmanes dejaron de ser un pequeño grupo de seguidores de una nueva religión, para convertirse en una fuerza militar de consideración. Se sucedieron múltiples enfrentamientos entre musulmanes y otras tribus árabes en los que los primeros tuvieron éxito.



Durante el año 630 d. C. se abrieron las puertas de La Meca para recibir al ejército musulmán, la ciudad de donde una década antes habían huido llenos de pánico. La Meca se encontraba ahora en manos musulmanas, y contra todas las expectativas, Mahoma le otorgó la amnistía a todos los que se rindieron y aceptaron su fe.
El Islam como religión no se empezó a propagar hasta la fundación de Bagdad en el 762. Prueba de ello es que Juan Damasceno, el último cristiano en aquella zona no menciona ni una sola vez la religión islámica. Esto es una línea de investigación muy interesante. 
El islam prometió igualdad, protección, eliminar la corrupción material y moral y lo consiguió con diplomacia después de los primeros cien años.
En el 711 quien entró en la Península ibérica no fue una cultura con una religión determinada, sino una cultura que aprovechó las debilidades de un territorio para expandirse. Lo normal en aquella época. Los primeros códices europeos que hablan de la normativa  musulmana datan de finales del siglo IX ( crónicas de los francos). Eso quiere decir que aún por aquel entonces  nadie sabía muy bien nada sobre el islam como religión. Antes de morir Carlomagno, en el s. IX , anduvo interesado en quieres eran aquellas gentes y quien era Mahoma para implantar en la Europa cristiana  el mismo modus operandi, por decirlo de alguna manera para  unificar la cristiandad. Hay estudios muy interesantes sobre el tema.


Lógicamente nos han dejado un  legado, no tan amplio  como el romano ni muy escaso como los bizantinos.
Ser musulmán en aquel final de la Antigüedad tardía, siglos oscuros, era fácil .Mahoma es el sello de los profetas: Moisés y Jesús, con él se acaban “las revelaciones", él va a poner orden en una sociedad que no quiso escuchar a Moisés y a Jesús. A cambio solo pide cumplir los 5 pilares del Islam nada difíciles : La declaración de fe, la oración, la limosna, el ayuno y la peregrinación. 
Para la invasión de la península ibérica los musulmanes calcularon las posibilidades y las riquezas que podrían obtener para lo que mandaron una expedición a la península y quedaron maravillados. Por lo que noticiados los árabes se pusieron a la preparación de invadir la península.
Los textos musulmanes que hablan de la conquista de la península en su conjunto son fuentes escritas más de un siglo y medio después de los hechos. 
Los textos cristianos son irrelevantes, salvo la Crónica mozárabe de 754, escrita unos 30 años después de terminada la conquista. 
Los musulmanes había invadido y conquistado anteriormente el actual Magreb, la península arábiga, Siria, Egipto, Libia, la Mesopotamia y Persia
La conquista del reino visigodo en nuestra península requirió de campaña y muchos esfuerzos militares y también de pactos con judíos y nobles visigodos, a cambio de un tributo la mayor de la veces. 

REINOS DE TAIFAS EN EL 1037 
Es evidente que el reino visigodo atravesaba una época de debilidad causada por el empobrecimiento del pueblo y as luchas fratricidas  que debilitaban el poder real. Les vinieron de perlas a los musulmanes las calzadas romanas que les facilitaron los desplazamientos del ejército. 
Para finales del siglo VII el reino visigodo había perdido alrededor de un 25% de la población. Años de peste, sequía, hambre y otras causas indirectas, durante los reinados de Witiza y de Rodrigo. 
Las luchas nobiliarias fueron un fator habitual entre los visigodos, que muchos reyes murieron asesinados. 
La división en dos facciones de nobles en esos años fue determinante y es posible que haya sido parte de los witizanos los que favorecieron a los musulmanes incluso como aliados. 
Los judíos no se quedaron ajenos, al contrario, viéndose favorecidos seguramente por un mejor trato que con los visigodos, (no olvidemos que habían sido expulsados un siglo antes), siendo numerosos en la Bética, en la Galia Narbonense y junto al Mediterráneo, además habitaban en ciudades y pueblos como Tarragona, Elche, Córdoba Zaragoza, Sevilla, Málaga e incluso en Toledo, entre otras. 
Los judíos eran en su mayoría conversos forzados,  pero falsos cristianos por lo que eran castigados salvo algún noble que los defendían como Isidoro de Sevilla. Los cristianos del norte de África que habían huido, informaron del apoyo dado a los musulmanes por parte aquellos judíos. 
También sucedía que en el norte de África había bereberes que profesaban el judaísmo por mestizaje, los cuales dieron apoyo a los musulmanes en su conquista. 
El reino visigodo cubría el territorio peninsular y la Septimania en el sur de Francia. Baleares estaba bajo soberanía bizantina. Más adelante pasaría a depender  pasar después a depender del reino franco (798) para ser defendidos de los musulmanes. 
Lo cierto y verdad es que en el Califato Omeya venían teniendo planes de conquista para la península desde hacía unos cuantos años, dada la información que manejaban de un reino con problemas, empobrecido y con luchas fratricidas. 
Al conquistar Marruecos al final de 670, sabemos de una primera incursión musulmana en las costas del levante. Fueron ocupando de a poco el norte de África que se culminó en el 705 al conquistar Tánger. Cartago ya había sido arrasada en el 696. Luego conquistaron Ceuta en el 710. 
En el año 711 el rey visigodo, don Rodrigo, estaba luchando en el norte y muchos nobles visigodos no le eran fieles. La situación para los musulmanes se mostraba propicia. Con lo cual se lo tomaron con interés y prepararon la invasión estableciendo acuerdos y consiguiendo apoyos, sobre todo de los judíos, que veían la posibilidad de un mejor trato y conveniencia de negocio que con los cristianos, y sectores sociales visigodos descontentos por los privilegios de las clases altas.
Es posible que hayan sido los barcos de don Julián los que ayudaron a cruzar el estrecho a las fuerzas invasoras. Entraron por Gibraltar, con un ejército de 12.000 hombres, la mayoría bereberes, y desembarcaron a las órdenes de Tariq-ibn Ziyad que era el gobernador de Tánger. De forma y manera que cuando el rey Rodrigo llegó con su ejército en plan a ver qué diablos está pasando aquí, era tarde y en la batalla famosa batalla cerca del río Guadalete, del cual toma su nombre dicha batalla, allí perdió Rodrigo la batalla y la vida.
Ante los enfrentamientos internos de los propios visigodos, la falta de auténtica resistencia y los apoyos, el avance musulmán fue bastante sencillo.
Los largos gobiernos de Abd al-Ramán III y de su hijo Al-Hakan II (961-976)supone el apogeo del Califato cordobés. La llegada del Almanzor a base de éxitos militares y crueldad sanguinaria, hizo que se hiciera con el poder prácticamente, pero al morir éste en el 1002, poco tiempo duró el Califato, desmoronándose en el 1031 en pequeños reinos de Taifas, que terminaron siendo vasallos de los reinos cristianos. Para mediados del siglo XIII ya solamente quedaba el reino nazarí de Granada, vasallo también de la Corona de Castilla-León. Al dejar de pagar los impuestos, poco después comenzó la guerra que duró diez años y como todos sabemos terminó en el 1492, despareciendo así los reinos musulmanes en la Península. 
Por lo que no es cierto que el Islam dominaran aquí durante 800 años. 
yor que él. Se cree que en alguna de sus expediciones comerciales a Siria y a La Meca, tuvo contacto directo con cristianos y judíos, puesto que le gustaba reflexionar sobre lances religiosos. Hacia el año 613 empezó a predicar. Estas revelaciones serian recogidas a lo largo de su vida y agrupadas "shuras" o capítulos. La totalidad de estas forman el Corán, libro sagrado de los musulmanes. De una manera bastante rápida fue consiguiendo adeptos. En todo caso, el Islam se expandió  muy rápidamente y en muy pocos años como una mancha de aceite  aprovechando las debilidades de una cristiandad que no acababa de despuntar después de la caída del imperio romano y donde tanto en Roma como en Bizancio andaban a la greña, agotados y donde el campesinado se moría a base de impuestos y solo una élite vivía como oligarcas.
No obstante tuvieron enemigos. Los musulmanes hicieron frente al ataque de los mecanos en la batalla de Badr (624 d. C.), en la que poco más de 300 soldados desbandaron un ejército de alrededor de 1000 mecanos. Algunos le acreditan la victoria a la intervención divina y otros al genio militar de Mahoma.
Tras la victoria de Badr, los musulmanes dejaron de ser un pequeño grupo de seguidores de una nueva religión, para convertirse en una fuerza militar de consideración. Se sucedieron múltiples enfrentamientos entre musulmanes y otras tribus árabes, en los que los primeros tuvieron mucho éxito. Durante el año 630 d. C. se abrieron las puertas de La Meca para recibir al ejército musulmán, la ciudad de donde una década antes habían huido llenos de pánico. La Meca se encontraba ahora en manos musulmanas, y contra todas las expectativas, Mahoma le otorgó la amnistía a todos los que se rindieron y aceptaron su fe.
El Islam como religión no se empezó a propagar hasta la fundación de Bagdad en el 762. Prueba de ello es que Juan Damasceno, el último cristiano en aquella zona no menciona ni una sola vez la religión islámica. Esto es una línea de investigación muy interesante.
El islam prometió igualdad, protección, eliminar la corrupción material y moral y lo consiguió a base de diplomacia después de los primeros cien años.
En el 711 quien entró en la Península ibérica no fue una cultura con una religión determinada, sino una cultura que aprovechó las debilidades de un territorio para expandirse. Lo normal en aquella época. Los primeros códices europeos que hablan de la normativa  musulmana datan de finales del siglo IX ( crónicas de los francos). Eso quiere decir que aún por aquel entonces  nadie sabía muy bien nada sobre el islam como religión. Antes de morir Carlomagno, en el s. IX , anduvo interesado en quieres eran aquellas gentes y quien era Mahoma para implantar en la Europa cristiana  el mismo modus operandi, por decirlo de alguna manera para  unificar la cristiandad. Hay estudios muy interesantes sobre el tema.
Lógicamente nos han dejado un  legado, no tan amplio  como el romano ni muy escaso como los bizantinos.
Ser musulmán en aquel final de la Antigüedad tardía, siglos oscuros, era fácil .Mahoma es el sello de los profetas: Moisés y Jesús, con él se acaban “las revelaciones", él va a poner orden en una sociedad que no quiso escuchar a Moisés y a Jesús. A cambio solo pide cumplir los 5 pilares del Islam nada difíciles : La declaración de fe, la oración, la limosna, el ayuno y la peregrinación.
Para la invasión de la península ibérica los musulmanes calcularon las posibilidades y las riquezas que podrían obtener para lo que mandaron una expedición a la península y quedaron maravillados. Por lo que noticiados los árabes se pusieron a la preparación de invadir la península.
Los textos musulmanes que hablan de la conquista de la península en su conjunto son fuentes escritas más de un siglo y medio después de los hechos.
Los textos cristianos son irrelevantes, salvo la Crónica mozárabe de 754, escrita unos 30 años después de terminada la conquista.
Los musulmanes había invadido y conquistado anteriormente el actual Magreb, la península arábiga, Siria, Egipto, Libia, la Mesopotamia y Persia
La conquista del reino visigodo en nuestra península requirió de campaña y muchos esfuerzos militares y también de pactos con judíos y nobles visigodos, a cambio de un tributo la mayor de la veces.
Es evidente que el reino visigodo atravesaba una época de debilidad causada por el empobrecimiento del pueblo y as luchas fratricidas  que debilitaban el poder real. Les vinieron de perlas a los musulmanes las calzadas romanas que les facilitaron los desplazamientos del ejército.
Para finales del siglo VII el reino visigodo había perdido alrededor de un 25% de la población. Años de peste, sequía, hambre y otras causas indirectas, durante los reinados de Witiza y de Rodrigo.
Las luchas nobiliarias fueron un fator habitual entre los visigodos, que muchos reyes murieron asesinados.
La división en dos facciones de nobles en esos años fue determinante y es posible que haya sido parte de los witizanos los que favorecieron a los musulmanes incluso como aliados.
Los judíos no se quedaron ajenos, al contrario, viéndose favorecidos seguramente por un mejor trato que con los visigodos, (no olvidemos que habían sido expulsados un siglo antes), siendo numerosos en la Bética, en la Galia Narbonense y junto al Mediterráneo, además habitaban en ciudades y pueblos como Tarragona, Elche, Córdoba Zaragoza, Sevilla, Málaga e incluso en Toledo, entre otras.
Los judíos eran en su mayoría conversos forzados,  pero falsos cristianos por lo que eran castigados salvo algún noble que los defendían como Isidoro de Sevilla. Los cristianos del norte de África que habían huido, informaron del apoyo dado a los musulmanes por parte aquellos judíos.
También sucedía que en el norte de África había bereberes que profesaban el judaísmo por mestizaje, los cuales dieron apoyo a los musulmanes en su conquista.

El reino visigodo cubría el territorio peninsular y la Septimania en el sur de Francia. Baleares estaba bajo soberanía bizantina. Más adelante pasaría a depender  pasar después a depender del reino franco (798) para ser defendidos de los musulmanes.
Lo cierto y verdad es que en el Califato Omeya venían teniendo planes de conquista para la península desde hacía unos cuantos años, dada la información que manejaban de un reino con problemas, empobrecido y con luchas fratricidas.
Al conquistar Marruecos al final de 670, sabemos de una primera incursión musulmana en las costas del levante. Fueron ocupando de a poco el norte de África que se culminó en el 705 al conquistar Tánger. Cartago ya había sido arrasada en el 696. Luego conquistaron Ceuta en el 710.
En el año 711 el rey visigodo, don Rodrigo, estaba luchando en el norte y muchos nobles visigodos no le eran fieles. La situación para los musulmanes se mostraba propicia. Con lo cual se lo tomaron con interés y prepararon la invasión estableciendo acuerdos y consiguiendo apoyos, sobre todo de los judíos, que veían la posibilidad de un mejor trato y conveniencia de negocio que con los cristianos, y sectores sociales visigodos descontentos por los privilegios de las clases altas.
Es posible que hayan sido los barcos de don Julián los que ayudaron a cruzar el estrecho a las fuerzas invasoras. Entraron por Gibraltar, con un ejército de 12.000 hombres, la mayoría bereberes, y desembarcaron a las órdenes de Tariq-ibn Ziyad que era el gobernador de Tánger. De forma y manera que cuando el rey Rodrigo llegó con su ejército en plan a ver qué diablos está pasando aquí, era tarde y en la batalla famosa batalla cerca del río Guadalete, del cual toma su nombre dicha batalla, allí perdió Rodrigo la batalla y la vida.
Ante los enfrentamientos internos de los propios visigodos, la falta de auténtica resistencia y los apoyos, el avance musulmán fue bastante sencillo.
CALIFATO DE CÓDOBA SIGLO X
Los largos gobiernos de Abd al-Ramán III y de su hijo Al-Hakan II (961-976)supone el apogeo del Califato cordobés. La llegada del Almanzor a base de éxitos militares y crueldad sanguinaria, hizo que se hiciera con el poder prácticamente, pero al morir éste en el 1002, poco tiempo duró el Califato, desmoronándose en el 1031 en pequeños reinos de Taifas, que terminaron siendo vasallos de los reinos cristianos. Para mediados del siglo XIII ya solamente quedaba el reino nazarí de Granada, vasallo también de la Corona de Castilla-León. Al dejar de pagar los impuestos, poco después comenzó la guerra que duró diez años y como todos sabemos terminó en el 1492, despareciendo así los reinos musulmanes en la Península.
Por lo que no es cierto que el Islam dominaran aquí durante 800 años.

COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (2)

En 1.484 Colón presentó al reino de Portugal su empresa de ir a las Indias Orientales por Occidente. Juan II le escuchó atentamente y quedó ...