viernes, 27 de diciembre de 2024

FRAY LUIS DE LEÓN

Nació en Belmonte (Cuenca) en 1527 y murió en Madrigal de las Altas Torres, (Ávila) en 1591
En 1541 el joven Luis es enviado a estudiar a Salamanca, donde su tío Francisco de León, es catedrático de Leyes. Pertenece Luis a una familia bien situada de juristas, y la intención de su padre debió de ser la de que el primogénito continuara la saga familiar. Sin embargo, el joven debió sentir la llamada de la vocación religiosa, pues ya en la capital del Tormes, ingresa en el convento de los agustinos en 1542.

ESTATUA JUNTO A LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA 
PATIO DE LS ESCUELAS 

Inicialmente cursa los estudios de Artes (Gramática latina, Lógica, Filosofía Moral y Natural), necesarios para acceder a una de las titulaciones superiores (Teología, Medicina, Leyes, Cánones). Era frecuente que los frailes profesos cursaran esos estudios en sus propios conventos. El curso 1546-47 se matricula como estudiante en la Facultad de Teología, donde cursará sus estudios hasta 1551. A partir de ese momento iría combinando la formación académica con el ejercicio de la docencia en conventos de la propia orden, como los de Soria y Salamanca. En 1557 en que se encarga del sermón de apertura. Su denuncia fogosa de los males de la Orden no dejó indiferente a los mayores, que señalan el celo mal entendido del joven.
En 1560 obtiene mediante exámenes los títulos de licenciado (licentia docendi) y de maestro (doctor) en Teología. A partir de ese momento, podía optar a la docencia universitaria. Comienza un peregrinaje por distintas cátedras de Teología, que le lleva a la cátedra de Santo Tomás, en 1561 y a la cátedra de Durando en 1565. Esta es la que ocupa cuando en 1572 se desata el episodio que mejor se conoce de la vida de fray Luis: la denuncia y prisión en las cárceles de la Inquisición entre 1572 y 1576, el proceso de fray Luis.
El ambiente de crispación en la Universidad de Salamanca venía de lejos. A él contribuye el sistema de oposiciones a cátedras, en las que intervenía el voto de los alumnos, con un complejo sistema de recuento. Era frecuente la formación de grupos de presión, y los sobornos y fraudes no eran extraños. Junto con ello, la polarización en la Facultad de Teología entre agustinos y dominicos, opositando por las distintas cátedras generaba en ocasiones conflictos.
En 1569 se inicia la comisión de teólogos presidida por el decano de la Facultad, Francisco Sancho, comisario después del Santo Oficio. Las reuniones derivaban con frecuencia en duros enfrentamientos y amenazas entre fray Luis y León de Castro, profesor de griego en la Facultad de Artes y defensor de opiniones contrarias a las del agustino. Ese apasionamiento tenía por objeto la puesta en cuestión de la autoridad de la Vulgata y de la traducción griega de los Setenta, frente al mejor conocimiento de los textos originales hebreos.
Los tres contestatarios son denunciados resultando la denuncia en el encarcelamiento de los tres en el mes de marzo de 1572. Se inicia así una experiencia humana de la que fray Luis sale con nueva fortaleza, pero que causa el abandono de su actividad y el retiro por parte de Cantalapiedra, y que acaba en 1575 con la vida de Gaspar de Grajal antes de cerrarse el proceso. Finalmente, los tres serán absueltos, fray Luis en 1576, Cantalapiedra en 1577, y Grajal, cuyo proceso continúa incluso después de muerto, en 1578.
Las acusaciones, diez en primera instancia, a las que se añaden otras nuevas a lo largo del proceso, son de importancia.
Durante los cuatro años largos que dura el proceso, lento y minucioso, de marzo de 1572 a diciembre de 1576, fray Luis se enfrenta con entereza y denuncia la lentitud de la burocracia y la maldad de sus acusadores, la envidia y mentira. También es leyenda que fray Luis escribiera en la cárcel buen parte de su obra literaria.
En esos escritos reconstruimos una concepción de la teología, más acorde con el espíritu humanista: el mejor conocimiento de las lenguas en que se han escrito los textos originales permitirá una mejor traducción de los textos bíblicos. Con todo ello se construirá una teología bíblica en la que nuevos sentidos iluminen los textos. Pero todo ello será visto como escandalosa novedad mal sonante y herética.
El 7 de diciembre de 1576 llega de Madrid sentencia absolutoria, recomendando que sea reprendido y advertido de la necesaria moderación y prudencia. Había pasado la tormenta y el fraile salía fortalecido.
De vuelta a Salamanca en diciembre de 1576, se reintegra a la Universidad, pero como su antigua cátedra de Durando estaba ocupada en propiedad, la Universidad le ofrece una cátedra extraordinaria de Teología para que explique teología escolástica. Ocupa esa cátedra hasta 1578 en que oposita y gana la cátedra de Filosofía Moral, en la Facultad de Artes. Es un paso intermedio para llegar a la que era su verdadera aspiración: la cátedra de Sagrada Escritura, la misma a la que había opositado en su primer intento en 1560. Ahora, en 1579, la gana, teniendo como rival a un hijo dominico de Garcilaso de la Vega. De nuevo la oposición se viste de pendencias entre agustinos y dominicos. Pero la chancillería de Valladolid falla a su favor y podrá desempeñar su docencia sin nuevos cambios de cátedra hasta el fin de sus días.
También en torno a 1561 había realizado el comentario romance al Cantar de los Cantares, retirado por la Inquisición (y que no verá la luz hasta 1798).
Y enseguida se pondrá manos a la obra para construir su prestigio literario, dando a la imprenta su primera gran obra en español y una de las cumbres del Renacimiento: De los nombres de Cristo. El diálogo de los tres frailes agustinos, Marcelo, Juliano y Sabino, constituye un auténtica summa de la teología humanista, y una cumbre prodigiosa de la prosa renacentista, en busca de su estatus de lengua clásica. La obra sale en 1583. Cada una de estas ediciones sale acompañada de una obra, La perfecta casada.
Un nuevo proceso en 1582, por opiniones expresadas en un acto en la Facultad de Teología
Los años ochenta son época de grandes trabajos universitarios, tanto en la docencia de la cátedra de Biblia, y los actos extraordinarios, que le llevan a ser recibido en audiencia por el propio rey Felipe II.  La Madre Ana de Jesús, sucesora de Teresa de Jesús al frente de las carmelitas descalzas le encarga a fray Luis que ponga orden en los papeles de la madre Teresa, y los prepare para la imprenta. Fray Luis llevará a cabo esa labor de editor y crítico textual, culminando con la edición de las obras de la Madre Teresa de Jesús en Salamanca, en 1588.
En 1591 comienza para fray Luis con un agravamiento de su salud, probablemente un tumor. En enero se justifica ante la Universidad por sus largas estancias en Madrid, y presenta certificados médicos de su quebrantada salud. Termina los últimos capítulos del Libro de Job, entre Madrid y Salamanca, se reincorpora a las clases de verano de la Universidad en julio, pero en agosto debe presidir el capítulo de la Orden, que se reúne en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). El 14 de agosto es elegido Provincial de la Orden en ese capítulo, pero no pudo llevar a cabo ninguna acción como tal, porque el 23 de agosto muere en el convento de San Agustín del lugar. Su cuerpo es trasladado a Salamanca, donde llega el día 24 por la noche. Se le entierra con asistencia de la Universidad y de los conventos en el claustro del convento de San Pedro de la Orden de San Agustín.
Muchos años después, reducido el convento a ruinas por el abandono y los estragos de la Guerra de la Independencia, la Universidad de Salamanca y la ciudad se propusieron recuperar los restos de su hijo insigne. El 28 de marzo de 1856 los restos localizados fueron trasladados solemnemente a la capilla de San Jerónimo de la Universidad. Aquel día, sobre el féretro que contenía los restos del agustino, una corona de laurel y un tintero, reposaba el manuscrito autógrafo de la Exposición del Libro de Job, la obra a la que fray Luis puso punto final poco antes de morir.
 

sábado, 21 de diciembre de 2024

GALLEGOS EN AMÉRICA

Comentaba un amigo Ingeniero de minas, que cada vez que su empresa lo enviaba a algún país, al volver su abuelo le preguntaba donde había estado.
-En EEUU abuelo, -¿Y cómo están los gallegos allí?.
- Pues muy bien, trabajan y prosperan. -Bien, los gallegos siempre hemos sabido abrirnos camino en cualquier lugar.
La semana pasada estuve en Francia.
-¿Y allí, que tal los gallegos?. -Muy bien, igual trabajan duro y tienen sus tradiciones.
-Dentro de poco tengo que ir a Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán
- ¿Y eso dónde está?. -En Asia del sur.
-¿Y allí hay gallegos?. No abuelo, donde voy no hay gallegos.
-¿Y judíos, hay judíos?- No abuelo, tampoco hay judíos.
- ¡Coño, no vayas!, un país donde no van ni gallegos ni judíos es un país de mierda!
La anécdota es verídica. El gallego se adapta a cualquier lugar del mundo, lo ha hecho siempre. Y ha sabido formar una familia, prosperar trabajando duro y mantener sus tradiciones y su idioma.


Claro está que en América Hispana la cosa fue más fácil.
A través de las comunidades gallegas en países como Argentina, Venezuela o Cuba, las tradiciones gallegas se han preservado y fusionado con las culturas locales
A lo largo del siglo XIX y XX, miles de gallegos abandonaron su tierra natal en busca de mejores oportunidades en el continente americano. La emigración fue impulsada por la pobreza, las dificultades económicas y la falta de tierras en una Galicia rural que no podía sostener a toda su población. Argentina, Venezuela y Cuba fueron los destinos principales de este éxodo masivo, que marcó un antes y un después en la historia tanto de Galicia como de América Latina.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, Argentina se convirtió en uno de los destinos predilectos para los gallegos. A medida que la economía Argentina crecía, la llegada de emigrantes gallegos permitió que se establecieran nuevas comunidades que mantuvieron vivas sus tradiciones. Estos emigrantes contribuyeron enormemente al desarrollo del país, desde la agricultura hasta el comercio, y su influencia se reflejó en la vida cotidiana, en el lenguaje, la música y las celebraciones populares.
Actualmente Buenos Aires es la ciudad con el segundo mayor número de población gallega del mundo, después de Vigo. Buenos Aires es "La quinta provincia de Galicia, a 10 mil kilómetros de distancia", señalan allí con  orgullo.

La capital argentina posee un total 700 instituciones gallegas que a su vez se agrupan en 83, dos menos que el total en España y que representan la quinta parte de las instituciones gallegas en el extranjero.
Parroquias, teatros, panteones, hospitales, Centros culturales, Centros comerciales, empresas, etc. son la prueba que la comunidad gallega se organiza y avanza en Hispanoamérica.
En Venezuela, las comunidades gallegas desempeñaron un papel crucial en el crecimiento de sectores como la industria petrolera, el comercio y la educación. Muchos de los gallegos que llegaron a Venezuela en las primeras décadas del siglo XX se integraron plenamente en la sociedad, pero sin perder su identidad cultural. La música gallega, las festividades como la fiesta del "Santiago Apóstol" y las costumbres gastronómicas gallegas se mantuvieron vivas a lo largo de las generaciones.
Por su parte, Cuba fue otro de los puntos de referencia para los emigrantes gallegos, que dejaron su huella en la cultura isleña. En este país, la mezcla de culturas, el mestizaje y la influencia gallega se evidencian en el folclore cubano, la música, el baile y la gastronomía. No es casualidad que muchos de los cubanos de ascendencia gallega se identifiquen con las raíces gallegas, celebrando con orgullo las festividades tradicionales como la fiesta de la Virgen de la Peregrina o el Día de Galicia.
Un ejemplo de esta influencia es Fidel Castro, quien, a pesar de ser reconocido por su legado político, también contaba con ascendencia gallega por parte de su padre, lo que añade una dimensión más a la conexión histórica y cultural entre Galicia y Cuba.


Foto del presidente de Cuba, Fidel Castro, y el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, durante una partida de dominó en el municipio de Láncara (Lugo, Galicia), lugar de origen de la familia del líder cubano. 

A pesar de las diferencias geográficas y sociales, las comunidades gallegas en América han logrado conservar sus tradiciones y costumbres a lo largo del tiempo. Las asociaciones culturales gallegas, los centros de estudiantes gallegos y las entidades de ayuda mutua han sido fundamentales para mantener este legado vivo. En ciudades como Buenos Aires, Caracas o La Habana, se siguen celebrando las festividades más importantes de Galicia, como el Día de Galicia, el Día de la Ascensión o las fiestas de los patrones gallegos.
La gastronomía es otro de los pilares fundamentales de esta conexión cultural. En los hogares de los emigrantes y sus descendientes, platos tradicionales como el pulpo a la gallega, el lacón con grelos, las empanadas o el caldo gallego siguen siendo una parte esencial de la dieta diaria, especialmente durante las celebraciones festivas. En muchos de estos países, los productos gallegos han encontrado su lugar en el mercado, gracias a la fuerte demanda de los descendientes de gallegos que no han perdido el vínculo con su tierra.
En América uno de cada tres españoles es gallego. Argentina lidera con 181.037, seguida de Brasil con 51.409 y Cuba con 48.784, Suiza 41.188, Uruguay con 40.818, Venezuela, con 32.118, por delante de Estados Unidos de América con 26.108.
La conexión con América no solo ha beneficiado a las comunidades gallegas en el extranjero, sino que Galicia también ha absorbido influencias de estos países. Con el regreso de muchos emigrantes a su tierra natal, Galicia ha experimentado una revitalización cultural que se refleja en la música, la danza y la literatura. Bandas de música tradicional gallega han incorporado instrumentos y ritmos latinoamericanos, creando una fusión única que celebra el mestizaje cultural. El regreso de emigrantes que traen consigo nuevas costumbres también ha permitido una renovación de las tradiciones gallegas, que ahora incluyen influencias de la gastronomía y la música latinoamericana.

Además, la relación económica y cultural con países como Argentina, Venezuela o Cuba ha sido crucial para el desarrollo de Galicia en áreas como el turismo, el comercio y la cultura. Las relaciones entre Galicia y América continúan siendo fuertes, y los gallegos en el exterior siguen siendo un motor económico y cultural importante para la región.
La emigración gallega a América ha dejado una huella indeleble en ambas orillas del Atlántico. Las comunidades gallegas han logrado mantener vivas sus tradiciones y costumbres a lo largo de los años, mientras que Galicia ha absorbido y adaptado influencias culturales que han enriquecido su identidad. Este vínculo cultural sigue siendo una de las grandes fortalezas de Galicia, que continúa mirando a América con cariño y gratitud, sabiendo que su historia y su futuro están entrelazados con el continente americano.
Personalmente he visto en el puerto de Buenos Aires, en los años 50 y 60 llegar barcos con muchísimos emigrantes en busca de mejor vida. Siempre tenían un familiar allí que les ayudaría a trabajar. Y por entonces salir del pueblo en España para ir a América, era prácticamente despedirse de sus seres queridos para siempre. No era como los que fueron a Alemania o Suiza ya con contrato de trabajo y con la posibilidad de volver.
 

viernes, 20 de diciembre de 2024

REALES ALCÁZARES – SEVILLA

Constituyen un conjunto de edificios palaciegos que tienen su origen con la dominación islámica y que fueron ampliándose sucesivamente con muy distintos sistemas constructivos.

Están situados junto a la catedral y forman en bello conjunto en el centro de la ciudad de Sevilla. Son Patrimonio de la Humanidad junto a la catedral y al Archivo de Indias.
De los alcázares árabes quedan el bello recinto amurallado que se prolongaba hasta el rio. El resto de las construcciones se fueron destruyendo por incendios, terremotos, eran cuarteles, almacenes y reformas efectuadas por orden de Carlos I. Felipe II y también los RR CC  El rey Pedro I edificó un palacio estilo mudéjar.

A principios del siglo X, Abd al-Rahman III, el entonces califa de Córdoba, ordenó la construcción de un palacio fortificado que se utilizaría como nueva sede del gobierno. Esta primera estructura se amplió en los siglos siguientes; en el siglo XI, el rey ordenó la construcción de nuevos establos y almacenes. También supervisó la construcción del palacio Al-Mubarak, que pronto se convirtió en un centro cultural de la ciudad.
Con el paso del tiempo, a través de los reinados de los almorávides y almohades, se construyeron y demolieron más de doce palacios. Hasta la fecha se conservan pocos restos. El mayor cambio de dinámica comenzó cuando los cristianos se apoderaron de Sevilla. El Alcázar se convirtió en un lugar de residencia.


Tras la conquista de la ciudad en 1248, Fernando III no realizó ninguna actualización en el Alcázar. La corte cristiana se estableció durante décadas en los antiguos espacios almohades. Entre 1252 y 1260 Alfonso X aprovechó el espacio del edificio principal para construir el palacio Gótico. Los demás edificios del Alcázar almohade fueron reformados.​ En el siglo XIV, tras el terremoto sucedido en 1356, que afectó gravemente a la ciudad, el rey Pedro I ordenó el derribo de tres edificios palatinos almohades para construir el palacio Mudéjar, que se adosó al palacio Gótico. La construcción comenzó el mismo año 135611​ y, según las inscripciones del propio Alcázar, finalizó en 1364
El siglo XVI trajo más influencia renacentista, dando como resultado lo que vemos hoy: una impresionante fusión de diversas influencias culturales.
En la actualidad, el Real Alcázar de Sevilla es uno de los lugares más importantes y más visitados del sur de España. 

Los visitantes pueden reconocerlo como el telón de fondo de los Jardines del Agua de Dorne en la exitosa serie de televisión Juego de tronos, y como escenario de varias películas notables como El reino de los cielos y Lawrence de Arabia. El palacio sigue siendo la residencia oficial de la familia real en Sevilla.
La puerta del León, situada en la muralla exterior del conjunto, supone la principal vía de acceso al recinto. 
La sala de Justicia se accede por el patio del León. Es de planta cuadrada, de estilo mudéjar y fue construida en el reinado de Alfonso XI. Desde la sala de Justicia se accede al patio del Yeso, que fue edificado a finales del siglo XII, de época almohade. El patio de la Morería es el patio principal y está presidido por la puerta del palacio de Pedro I.
La Casa de Contratación abarcaba desde la actual plaza de la Contratación, donde tenía su fachada principal, hasta la parte occidental del patio de la Montería.
Tenemos el Cuarto de Príncipe, el Patio de las Muñecas, la Sala de los Abanicos, la Alcoba Real, el Salón de Embajadores, La sala de Tapices, el Patio de Crucero, Patio de Crucero, Sala de Justicia, y mucho más.
La visita puede ser guiada por un guía oficial. También hay una página web para ver el Alcázar “on line”.


 

jueves, 19 de diciembre de 2024

LA CRUELDAD DE ENRIQUE VIII

Enrique VIII, el rey inglés, estaba casado desde 1509 con Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, una reina muy querida por los ingleses pero que no lograba darle un heredero que viviera más de un par de meses, estaba realmente coladito por Ana Bolena, a la que mandaba docenas de ardientes cartas mientras esta administraba con sabiduría y contención la fogosidad del rey, enardeciéndole aún más.  

A tal punto llegó la  cosa que decidió separarse de su esposa para poder casarse de nuevo, aun cuando ello supusiese un verdadero cisma en la Iglesia y motivo de creación de la Iglesia Anglicana. Y es que Roma no estaba por la labor de la anulación, máxime siendo el todopoderoso español Carlos V sobrino de la casi santa Catalina. El que más adelante sería su enemigo Thomas Cromwell, dijo de ella: "Si no fuera por su sexo, podría haber desafiado a todos los héroes de la historia". El gran erudito Erasmo de Rotterdam dijo que a Catalina le "encantaba la buena literatura y que la había estudiado con provecho desde la niñez." Luis Vives, el importante humanista valenciano, trabajando en Londres, escribió un libro donde defendía que las mujeres tenían derecho a la educación, cosa que en aquel tiempo parecía una pérdida de tiempo. El libro fue encargado por ella y el sabio se lo dedicó, (De institutione feminae christianae).

Catalina no tuvo suerte con los partos y en los dos murieron ambos hijos. En 1513, Catalina volvió a quedarse embarazada pero falleció poco después de nacer cuando Enrique había vuelto de Francia. En diciembre de 1514 tuvo otro hijo, el príncipe Enrique, que falleció al poco tiempo. Recién en febrero de 1516, Catalina dio a luz a una hija que sobrevivió sana. María.

La muerte del varón fue para Enrique un golpe tremendo, y para toda la nación. La primera obligación de una reina era dar un hijo varón al reino, todo lo demás era secundario. A partir de ese momento se acabó la luna de miel entre Enrique y Catalina. Durante los nueve años siguiente la reina tuvo un embarazo tras otro y en esos periodos el rey se entretenía con otras mujeres. Catalina supo disimular, como lo había hecho su propia madre, ya que el asunto no era extraño por entonces. Pero Enrique se mostró respetuoso con Catalina, de momento.

Pero la figura que iba tomando forma en sus intrigas era la del cardenal Thomas Wolsey. Isabel Blount, una amante del rey tuvo un hijo de éste, que fue bautizado y Catalina fue obligada a asistir a la ceremonia, donde se le puso el nombre de Enrique Fitzroy.

Catalina comenzó a hacer muchas obras de caridad, de todo tipo. Incluso en una revuelta donde hubo sangre a los extranjeros señalados culpables de la crisis económica que asolaba Londres, Enrique ordenó ejecutar a todos los revoltosos que se habían apresado. Intercedió Catalina de rodillas ante el rey para que perdonara la vida a los culpables y Enrique cedió a la petición.

Pero la actividad de la reina no solo fue la compasión y la ayuda a los pobres, sino una importante labor para introducir el humanismo en la corte. Se rodeó con Luis vives, con Erasmo y otros.

A todo esto sucedió que Carlos V, sobrino de Catalina, decidió casarse con su prima portuguesa Isabel, lo que enfureció a Enrique que nombró caballero y otros títulos muy importantes a su hijo bastardo Enrique Fitzroy. Catalina manifestó su desagrado y el cardenal Wolsey aprovechó para quitarle todas sus damas y sustituirlas por otras afines a él. Separó a la madre de la hija, mandando a María Tudor, que tenía nueve años, al inhóspito castillo de Ludlow.

ANA BOLENA 

Mientras los ingleses ya hablaban abiertamente en la calle del asunto llamando a la Bolena  con nombres injuriosos o abiertamente ramera. Las protestas arreciaban y Enrique los convocó en las cercanías del palacio y justificó su actitud. No convenció y los abucheos a cardenales y vítores a Catalina se multiplicaban. La reina fue encerrada acusada de sedición por su comportamiento lejos de estar compungida por el pecado. Se le ordenó que permaneciese oculta y sin visitas. Pero el pueblo se acercaba donde ella residía y la aclamaban y vitoreaban mostrándole así su apoyo. Fue convocada a comparecer ante el Tribunal, ningún abogado defensor de su causa había llegado a hablar con ella y el 18 de julio de 1529 se celebró el juicio en el que el rey estaba representado por sus abogados y ella habló por si misma. Estaba tan capacitada como cualquier abogado.

El 18 de julio de 1529 se celebró el juicio ante la Corte Eclesiástica. Catalina se defendió personalmente con argumentos sólidos y bien presentados. Recurrió contra la apertura del juicio ya que estaba el asunto siendo visto en Roma.

Tres días después, en segunda comparecencia fue requerida para hablar ante el Tribunal pero ella se levantó y en lugar de responder fue hacia donde estaba el rey, se arrodilló y mirándole a los ojos le suplicó piedad, diciendo que fue virgen a su matrimonio con él, que había sido coronada como reina consorte y que le había dado varios hijos, si bien con la desgracia de que Dios se los había llevado, quedando solamente una. “Solicito humildemente que me ahorréis el sufrir este nuevo tribunal. Y si lo hacéis encomiendo a Dios mi causa”. Terminada su alocución, hizo una profunda reverencia y se marchó.  Al parecer todos estaban de acuerdo con la tesis de Enrique de que no había habido matrimonio con ella, pues había sido la verdadera esposa de su hermano.


ENRIQUE VIII

El Papa prohibió que Enrique se volviera a casar antes de haberse tomado una decisión en Roma. Wolsey había fracasado y fue despedido ese año. En intrigante cardenal Wolsey, que fue el iniciador de las tramas contra Catalina, trato de realizar un complot contra Ana Bolena para exiliarla comunicándose con el papa. Pero fue descubierto y fue arrestado y retirado falleció poco después.  Tiempo después Catalina fue desterrada de la Corte, y se concedieron sus antiguos apartamentos a Ana Bolena. Se nombró a Thomas Cranmer, el capellán de la familia Bolena, como sucesor al puesto libre de arzobispo de Canterbury.

El caso es que no mucho tiempo después de lograr casarse con Ana Bolena, aproximadamente 1000 días, tras calmar sus ansias y recibir de ella tan solo una hija, la futura Reina Isabel I, el Rey, empeñado como estaba en lograr un varón y sin ser consciente de que esta hija habría de ser la mejor gobernante que han tenido los ingleses y forjadora de todo su esplendor, terminó por acusar a la Bolena de adulterio, incesto y traición, siendo por ello condenada a morir decapitada. El juicio estuvo colmado de irregularidades y la Bolena paso de ser una mujer de innegable atractivo: «Nunca se la describió como una gran belleza, pero hasta aquellos que la aborrecían admitían que tenía un encanto exacerbado. El cutis oscuro y el pelo negro le daban un aura exótica en una cultura que veía la palidez blanca como la leche como parte imprescindible de la belleza. Tenía unos ojos especialmente notables: 'negros y hermosos' escribió un contemporáneo, mientras otro afirmó que eran 'siempre los más atractivos', y que ella 'sabía bien como usarlos con eficacia'.» (Lindsay)  a otro con supuestamente tres pechos, seis dedos... y capaz de lo peor.

"Enrique me hizo marquesa siendo plebeya; luego me hizo reina, y como una mujer ya no puede subir más alto en la tierra, ahora me quiere hacer santa en el cielo, muriendo inocente".  Esas fueron las palabras de la Bolena cuando supo de la sentencia, y no iba descaminada, ya que con el tiempo termino por ser considerada mártir en la cultura protestante y como la reina consorte más influyente de la historia de Inglaterra.

Ana solicitó ser ajusticiada con una espada en vez de con el tradicional hacha, motivo por el cual se requirió los servicios de un verdugo de París, dado que el de la Torre de Londres no era demasiado hábil con la espada. Trás llegar días después el encargado de dar fín a su vida, el alcaide fue a comunicarle tal extremo: "Señora, ya ha llegado", interesándose luego la reina por la habilidad del verdugo con la espada le contestó con gravedad: "No se conocen quejas...". "Bien de todas formas no le daré trabajo porque estos días he adelgazado", " ¡Seré conocida como La Reine sans tête (La reina sin cabeza)!"

Llegado el momento del ajusticiamiento, se presentó con el pelo recogido y vistiendo una enagua roja bajo un vestido gris oscuro de damasco, adornado con pieles. Tras decir unas palabras a los presentes se arrodilló en posición vertical (en los ajusticiamientos con espada, no había bloque en el que apoyar la cabeza) y aunque hay quien mantiene que sus damas le quitarón el tocado y le pusieron una venda sobre sus ojos, mientras ella esperaba la espada repitiendo: «a Jesucristo encomiendo mi alma; el Señor Jesús recibe mi alma.» , otros mantienen que quedó con la cabeza ladeada mirando fijamente al verdugo con sus grandes ojos, quien le dijo: "Milady, si os quedáis mirándome no puedo concentrarme y me resulta imposible dejar caer la espada". Entonces Ana se disculpó al verdugo mientras cerraba los ojos. El verdugo fue certero y solo necesitó un tajo para cumplir su misión.

Fue enterrada sin boato alguno en un ataúd poco apropiado, su cuerpo y su cabeza quedaron en un arca en un lugar una tumba sin marcar de St. Peter ad Vincula. Ni tan siquiera su hija, ya convertida en reina, hizo intento alguno de rehabilitar su memoria o dignificar el lugar de reposo de los restos de su madre. Solo tras unas reformas en tiempos de la reina Victoria se marcó el lugar donde yacen sus restos.

El retrato de Ana Bolena es obra de Frans Pourbus el Joven (1569-1622), es posterior a la muerte de Ana Bolena. Se expone en la Pinacoteca Malaespina de Pavia.

LOS MOZÁRABES

A los cristianos que viven bajo el poder musulmán que invade España desde el 711 se les llama “mozárabes”. Desde el siglo IX están en minorí...