sábado, 13 de diciembre de 2025
miércoles, 10 de diciembre de 2025
BATALLA DE AYACUCHO – 9 de diciembre de 1824
Hace hoy 200 años de la batalla que marcó el fin del
virreynato del Perú. El siglo XIX fue seguramente el peor de todos en la
historia de España.
Aparte de la influencia revolucionaria y libertaria de la revolución francesa, nos topamos con el poderoso Napoleón, que por causa del “Pacto de Familia” con el rey francés Luis XVI nos vimos obligados a entrar con la Armada en la Batalla de Trafalgar en 1805, de trágico recuerdo.
Aparte de la influencia revolucionaria y libertaria de la revolución francesa, nos topamos con el poderoso Napoleón, que por causa del “Pacto de Familia” con el rey francés Luis XVI nos vimos obligados a entrar con la Armada en la Batalla de Trafalgar en 1805, de trágico recuerdo.
Luego, ya autoproclamado Napoleón Emperador de Francia, sufrimos la ocupación que realmente fue una invasión de sus tropas y comienza la mal llamada Guerra de Independencia, (ya éramos independientes) que comenzó en 1808 y terminó en 1814. Entremedias tuvimos por rey al hermano del corso y al terminar vino nuestro rey, tan “deseado”, que fue Fernando VII, que terminó siendo llamado “el rey felón”.
Pero es en estos años cuando España pierde sus territorios de ultramar, la España americana. Un proceso que comenzó en Buenos Aires en 1810 y terminó en el Alto Perú, (hoy Bolivia), en 1825. Salvo el Virreinato de Nueva España donde la independencia de México se obtuvo de forma pacífica con el Plan de Iguala en 1821 en el resto se obtuvo combatiendo.
Los que propugnaban por la independencia de los territorios sobre la monarquía española lo lideraban los criollos, la rica burguesía originaria de españoles, hijos y nietos de españoles nacidos en suelo americano. Bebían de las ideal liberales difundidas por la masonería y los británicos, siempre deseosos de expulsar a España de aquellas tierras americanas para poder comerciar directamente con esa clase criolla.
En la península los masones se aliaron con el bando liberal y a nivel internacional era clara su vinculación con los intereses del Reino Unido. De hecho los principales personajes de la lucha de las independencias americanas habían viajado a Londres y allí fue donde conocieron de primera mano a la masonería, incluso llegando a crear logias nuevas, como la Logia Lautaro, creada seguramente por San Martin, que llevó a Buenos Aires posteriormente.
En América el bando realista, su ejército se alineaban además de la oficialidad y militares enviados desde la península, gente del pueblo, incluso indígenas, aymarás, quechuas, llaneros, campesinos, mulatos, etc. que se sentían más protegidos por la monarquía que con los caudillos criollos, que por lo general eran los terratenientes criollos, comerciantes y exportadores, la clase que manejaba la economía y dominaba la producción y su industria y desarrollo.
Realmente las sucesivas batallas entre realistas y libertadores eran un enfrentamiento entre absolutistas y liberales, monárquicos y republicanos pero por encima de todo una inmensa Guerra Civil entre americanos.
En este contexto se desarrollaron unas cuantas batallas, pero la batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres de las guerras de independencia hispanoamericanas y significó el final definitivo del dominio administrativo español en América del sur.
Casi después de 300 años desde que Francisco Pizarro conquistara el Imperio Inca, el Virreinato de Perú ganó su independencia el 9 de diciembre del año 1824 a través de la Batalla de Ayacucho. En este conflicto el país Ibérico fue derrotado gracias al debilitamiento previo de Fernando VII por las insurrecciones producidas en el país debido a las inconformidades por parte de los ciudadanos con las políticas autoritarias llevadas por el rey.
Volvamos atrás unos años. El pronunciamiento del coronel Riego y otros el 1 de enero de 1820 en Cádiz hizo que los 20.000 hombres que esperaban para embarcarse y partir hacia América con el fin de ayudar en la lucha y sofocar el movimiento independentista no partieran y obedecieran a Riego en su desobediencia al rey. Por entonces ya no quedaban los virreinatos del Río de la Plata y de Nueva Granada, pero quedaba el Virreinato del Perú, seguramente el más rico.
La guerra por el Perú se inició en 1820 con Simón Bolívar atacando por el norte y San Martín por el sur. Pero los ejércitos realistas supieron contener esos ataques, provocando derrotas a los independentistas en varias batallas. El virrey era José de la Serna, un héroe de la Guerra de Independencia en España, de ideas liberales, pero fiel al rey. Los refuerzos esperados nunca llegaron, consiguió retrasar la independencia tres años más. A principios de 1824 las fuerzas de José de la Serna se dividieron a causa de una rebelión encabezada por el general Pedro Olañeta, que generó en batallas mermando las fuerzas, cosa que aprovechó Bolívar para llevar sus tropas a las puertas de Cuzco en el mes de octubre, dejando al mando del final de la campaña a su lugarteniente José de Sucre.
En realidad el traidor de Olañeta había negociado con Bolívar y con San Martín, y se refugió en el alto Perú dejando a De la Serna solo frente al ejército independentista. La batalla se desarrolló en la Pampa de Quinua o Ayacucho. El ejército realista comandado por de la Serna contaba con unos 8.000 hombres de los cuales un 90% eran americanos que deseaban un autogobierno sin romper con la metrópoli y el 10% restante eran militares nacidos en la Península Ibérica.
Por su parte el ejército de Sucre lo componían entre 7.000 u 8.000 hombres, todos americanos y un contingente de militares mercenarios ingleses. Dado que había familiares en ambos bandos provocó la curiosa circunstancia que muchos de ellos se abrazaran antes de entrar en combate.
Los realistas ocupaban una zona elevada per no pudieron resistir mucho por la falta de víveres. Por lo cual ante una embestida enemiga, un flanco realista bojó atropelladamente por la colina y sin duda ahí se decidió la batalla, aunque los realistas tenían muy difícil ganar dada la traición de Olañeta. Los oficiales al frente de los realistas contenían el ataque y hasta pasaron a la ofensiva. El Virrey se lanzó al ataque en persona y cayó herido y fue capturado. Sus hombres fueron capturados y los jinetes huyeron. Poco después se firmó la rendición. El ejército Real del Perú renunciaba a seguir combatiendo y se le permitía el licenciamiento o el regreso a España. Los rebeldes aceptaban que puerto Callao siguiera en poder español. La batalla costó la vida a unos 2.100 hombres de los cuales 1.800 eran del ejército realista.
ANTONIO JOSÉ DE SUCRE
Al año siguiente Olañeta refugiado con sus fuerzas en el
Alto Perú fue derrotado y muerto por Sucre.Honrosa y heroica fue la defensa d la última guarnición española en el puerto del Callao, a 15 kilómetros de Lima. Hasta el 23 de enero de 1826 resistieron los españoles del brigadier José Ramón Rodil. Diez meses en la fortaleza Real Felipe, sabiendo que no llegarían refuerzos y hasta agotar los víveres y las municiones frente a una fuerzas muy superiores. Recibieron unas 20.000 balas de cañón. Cuando tras la rendición se iba a fusilar a Rodil y sus supervivientes, unos 400 hombres de los 2.800 que habían integrado la plaza, Bolívar dio la orden de no ejecutarlos ya que “El heroísmo no es digno de castigo”.
Ese día se arrió la última bandera española en tierra firme americana. Del glorioso Imperio solo quedaban las islas de Cuba y Puerto Rico en América.
A su regreso a España los supervivientes de Ayacucho y Callao tuvieron que aguantar las maledicencias de algunos que pensaban en un supuesto acuerdo masónico contra el rey Fernando VII.
Los muertos en combate, las heridas del Virrey de la Serna y el heroísmo de los supervivientes del Callao son pruebas más que suficientes para acallar esa teoría de la conspiración. Más bien habría que preguntar que hicieron en la Metrópoli por ayudar a aquellos hombres que defendían la causa del rey.
El gobernador del campo de Gibraltar les preguntó con mala intención “Señores, ¿Con que aquello se perdió masónicamente?” . A lo que el brigadier Francisco de Mendizábal respondió lacónicamente “Señor, aquello se perdió como se pierden las batallas”.
El rey recompensó a de la Serna con el título de Conde de los Andes y a Rodil con el de Marqués de Rodil.
Ellos y otros generales y oficiales veteranos desempeñarían puestos de importancia en la España Liberal una vez muerto el rey Fernando VII.
lunes, 8 de diciembre de 2025
ALCAZAR DE TOLEDO
Su nombre se debe a los árabes, que lo llamaron “Al Qasar”,
que significa “fortaleza”
Las investigaciones aseguran que en la época romana, en el
siglo III fue un palacio romano donde, tras la reconquista de la ciudad,
establecieron el pretorio, sede del magistrado o pretor, era un recinto
amurallado que partía desde una construcción de carácter defensivo, situado en
la zona más alta de Toledo y seguía en línea recta hacia Zocodover y el
Miradero, para unirse de nuevo a él a través del Puente de Alcántara.
A partir de entonces se utilizaron las inmediaciones para
“residencias regias” que se completaron con la construcción de las iglesias
“pretorienses”, llamadas así por su proximidad al pretorio, como la de Santa
Leocadia. Se cree que en esta iglesia están enterrados, flanqueando la tumba de
la santa, los reyes Wamba y Recesvinto.
Su posición estratégica ha favorecido la ocupación humana durante milenios, existiendo vestigios de una fortaleza construida durante el período de dominación romana.
Su posición estratégica ha favorecido la ocupación humana durante milenios, existiendo vestigios de una fortaleza construida durante el período de dominación romana.
Las posteriores culturas establecieron aquí la residencia de
sus dirigentes, es el caso de los visigodos y los musulmanes. En época
visigoda, el rey Leovigildo (573-586 d.C.) estableció en Toledo su capitalidad
y a partir de entonces se utilizaron las inmediaciones del Alcázar como
residencias regias. Después, en época musulmana, se convirtió en una fortaleza
árabe, residencia del cadí, mandada construir por Abderramán III en 932
d.C
Los visigodos aprovecharon esta zona y los musulmanes (711-1085) dotaron de singular importancia este espacio creando en esta zona el denominado “Alfizén” (Al-Hizan) Las últimas investigaciones arqueológicas realizadas en esta zona, con motivo de su adaptación a Museo del Ejército, arrojan nuevos datos sobre este período, con notables estructuras recuperadas.
Los visigodos aprovecharon esta zona y los musulmanes (711-1085) dotaron de singular importancia este espacio creando en esta zona el denominado “Alfizén” (Al-Hizan) Las últimas investigaciones arqueológicas realizadas en esta zona, con motivo de su adaptación a Museo del Ejército, arrojan nuevos datos sobre este período, con notables estructuras recuperadas.
Reconquistado Toledo por Alfonso VI, recupera el espacio del
Alfizén musulmán dotándole de nuevas funciones y dependencias palaciegas. Los
Reyes Católicos se alojan en Toledo en numerosas ocasiones, el Alcázar es más
un palacio para la monarquía que un emplazamiento militar. Aun así, nunca
perderá su importancia estratégica, y durante la Guerra de las Comunidades
(1520-23), el Alcázar vuelve a ser objeto de disputa, siendo controlado en
primer lugar por las fuerzas de Carlos I y posteriormente por los comuneros. El
monarca propone un nuevo impulso para el degradado edificio y convoca para su
construcción a algunos de los mejores arquitectos de la época y con Felipe II,
Juan de Herrera construye la magnífica fachada sur. Cuando decide en 1561
trasladar la corte a Madrid, el Alcázar pierde su función palaciega y comienza
una etapa de abandono y decadencia. Durante esta etapa será cárcel, cuartel de
caballería, residencia para la madre y para la viuda de Carlos II.
No volverá su función militar hasta la guerra de Sucesión, en el siglo XVIII, siendo convertido de nuevo en cuartel por el archiduque Carlos de Habsburgo. A consecuencia de esta función militar, sufre hacia 1710 un violento incendio, que no sería el único ya que en el siglo siguiente se repetiría, durante la ocupación francesa (1810).
Actualmente es un edificio representativo de la arquitectura renacentista española. Situado a 548 metros sobre el río Tajo, el Alcázar de Toledo domina el horizonte y las vistas panorámicas de la ciudad, además de ser uno de sus monumentos más importantes y visitados. Es una fortificación sobre rocas, ubicada en la parte más alta de la ciudad. Su privilegiada situación ha hecho de él un lugar de gran valor estratégico militar y así lo intuyeron los diversos pueblos que se asentaron en él.
Hacia 1875 será sede de la Academia de Infantería hasta la Guerra Civil (1936-1939) fue que utilizado como punto de resistencia de la Guardia Civil y resultó prácticamente destruido por las tropas republicanas y los milicianos. Un asedio desde el 21 de julio al 27 de septiembre de 1936. Fue liberado ese día por las tropas nacionales. El franquismo sacó provecho con la publicidad del heroísmo de sus tropas.
En 1961 se finalizan las obras de reconstrucción y se reabre
con un pequeño museo dedicado al “Asedio” y algunas funciones militares.
Durante el actual período Democrático (1998), se adecua parte del edificio para alojar la “Biblioteca de Castilla-La Mancha”, hoy en pleno funcionamiento. A partir de entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha inicia las gestiones en colaboración con el Central para alojar en las dependencias vacías del Alcázar el actual “Museo del Ejército”, abriendo sus puertas en el verano de 2010. En el interior se ubica hoy en día la exposición permanente distribuida entre 13 salas temáticas y 8 salas históricas ordenas cronológicamente.
Durante el actual período Democrático (1998), se adecua parte del edificio para alojar la “Biblioteca de Castilla-La Mancha”, hoy en pleno funcionamiento. A partir de entonces, el Gobierno de Castilla-La Mancha inicia las gestiones en colaboración con el Central para alojar en las dependencias vacías del Alcázar el actual “Museo del Ejército”, abriendo sus puertas en el verano de 2010. En el interior se ubica hoy en día la exposición permanente distribuida entre 13 salas temáticas y 8 salas históricas ordenas cronológicamente.
sábado, 6 de diciembre de 2025
HAITÍ Y REPÚBLICA DOMINICANA
HACE HOY 533 AÑOS...
Como sabemos Colón y sus hombres llegaron a América en octubre de 1492. Estaban en Las Bahamas. Se cree que en la isla de Guanahani, en la que desembarcó Colón, y la llamó "San Salvador". Y tras recorrer el archipielago durante un tiempo, el 5 de diciembre de 1492 Colón y su gente llegaron a una nueva isla en las Antillas Mayores. Le dio el nombre de "La Española" (aunque para algunos se supone que España no existía todavía) y actualmente acoge dos países: República Dominicana y Haití.
La República Dominicana tiene una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, basada en el turismo y otros sectores. Haití, por el contrario, es el país más pobre del hemisferio occidental, con una economía muy inferior.
Como sabemos Colón y sus hombres llegaron a América en octubre de 1492. Estaban en Las Bahamas. Se cree que en la isla de Guanahani, en la que desembarcó Colón, y la llamó "San Salvador". Y tras recorrer el archipielago durante un tiempo, el 5 de diciembre de 1492 Colón y su gente llegaron a una nueva isla en las Antillas Mayores. Le dio el nombre de "La Española" (aunque para algunos se supone que España no existía todavía) y actualmente acoge dos países: República Dominicana y Haití.
La República Dominicana tiene una de las economías de más rápido crecimiento en América Latina, basada en el turismo y otros sectores. Haití, por el contrario, es el país más pobre del hemisferio occidental, con una economía muy inferior.
Haití tiene una herencia francesa y es predominantemente de habla criolla y francesa, mientras que la República Dominicana tiene una herencia española y su idioma oficial es el español. La República Dominicana ha experimentado un mayor desarrollo económico, con una infraestructura más desarrollada y un mayor índice de desarrollo humano. Haití sufre de graves problemas de infraestructura, como la falta de servicios básicos, y un bajo índice de desarrollo humano.
Haití se convirtió en la primera república negra independiente del mundo en 1804 tras una revuelta contra Francia. República Dominicana se independizó de España en 1821 y tuvo un período de ocupación haitiana que influyó en su desarrollo.
La parte de la Española ahora reconocida como Haití había sido colonizada anteriormente por España, luego francesa como parte del Tratado de Rijswijk en 1697 después del hostigamiento de bucaneros franceses y luchas navales entre españoles y franceses. Después de adquirir esta tierra, los franceses comenzaron a importar esclavos africanos en grandes cantidades. La colonia ganó mucha riqueza a través de la exportación de azúcar, índigo y tabaco. En un momento, Saint-Domingue fue la colonia más rica del mundo, superando la riqueza de las colonias americanas, británicas y españolas. Esta riqueza se logró mediante el exceso de trabajo de los esclavos africanos. Se decía que los esclavos en el Caribe francés sufrían el peor trato. El "Código Negro" regularizaba la forma en que los franceses trataban a los esclavos.
La Francia Revolucionaria proclamó en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) la igualdad de los hombres. En 1790 los mulatos y los negros empiezan a reclamar el fin de la discriminación racial. La Asamblea Francesa empezó a reconocer derechos sólo a los mulatos hijos de padres libres. Negros y mulatos libres se prepararon para la guerra con los blancos. En 1791, un militar jamaicano puso en marcha la eliminación de la esclavitud y de los blancos en la parte francesa de la Isla. La violencia de la guerra fue extrema por los distintos bandos.
Muchos de los esclavos rebeldes se refugiaron en la parte española, e incluso Toussaint L’Ouverture, líder de la independencia haitiana, logró formar parte de la oficialidad del ejército español, consiguiendo el liderazgo de los esclavos de la parte francesa en 1793. Poco más tarde, Francia abole la esclavitud aunque la guerra continúa en Haití. En 1799, el conflicto se transformó en una guerra entre esclavos y mulatos.
Mientras todo esto sucedía en la parte francesa, España en virtud del Tratado de Basilea (1795) cede sus territorios de La Española, el primer territorio español en el Nuevo Mundo, a la Francia revolucionaria. Pero la toma de posesión francesa no se producirá hasta que en 1801. El nuevo poder abre los puertos al comercio inglés y americano, impone un sistema de monocultivo, pero no evita la huida de los criollos hacia el continente, al tiempo que establece una constitución que libera a los esclavos de su servidumbre.
Napoleón manda tropas para frenar la situación que acabará
con el destierro de su gobernador, su programa de gobierno y la ocupación
francesa. El gobierno francés se centrará en recuperar parte de la economía
preexistente, defenderá el territorio del norte de las invasiones haitianas y
se preparará para la recuperación de su colonia, pero no tendrán esta
oportunidad. En 1804, el general Jean Jacques Dessalines proclamará la
independencia de Haití y se erigirá en emperador.
Emperador Jean Jacques Dessalines
Dessalines, que ejerce un poder tiránico y decreta el
exterminio de la población blanca no útil para sus intereses, será asesinado en
1806. Tras su muerte, la isla se divide en dos: la parte sur gobernada por el
mulato Alexandre Pétion y la parte norte por Henry Christophe, de raza negra,
que impone de manera despótica su mandato hasta 1820, año de su suicidio. Ese
año, Pierre Boyer reunifica la isla.Mientras esto ocurre en América, Napoleón invade la Península Ibérica en 1808. Este hecho es aprovechado por un sector criollo encarnado por Juan Sánchez Ramírez para canalizar el descontento de la población de origen español contra la ocupación francesa. Las derrotadas tropas francesas evacuaron la parte española a finales de ese año.
Los sucesos violentos que rodean la independencia haitiana producen miedo y un efecto contagio en la zona del Caribe, produciéndose rebeliones entre otros lugares, en las costas de Venezuela.
La guerra contra Napoleón en la península, en 1808, sacuden a una población dominicana que se levanta contra los ocupación francesa. Encabezados por Juan Sánchez Ramírez Nueva, los dominicanos consiguen la independencia de Francia gracias a la ayuda de la flota inglesa, volviendo a formar parte de la Monarquía Española. El descontento entre la población dominicana aumentaba por la mala gestión de las autoridades españolas.
Durante más de 10 años de sucesivos administradores ineficientes, Santo Domingo degenera hasta su desmembramiento social y económico. Pero no será hasta 1821, cuando una revuelta encabezada por José Núñez de Cáceres proclame la independencia de la Parte Española de Haití.
Intentó que el nuevo estado quedase bajo la protección de la Gran Colombia de
Bolívar para evitar una invasión de sus vecinos haitianos, pero sus intentos
fracasaron y la temida ocupación se produjo meses después.
El ejército haitiano de Jean Pierre Boyer invade el nuevo territorio independizado, dando comienzo a un periodo de ocupación que se prolongará durante 22 años. Habría que esperar a 1830 para que España reclamara a Haití la devolución de esta parte de la Isla. A finales de los años 30 del siglo XIX, surge un grupo llamado La Trinitaria que derrotará a los ocupantes haitianos el 27 de febrero de 1844, fecha en la que se proclama el nacimiento de la República Dominicana.
España reconocerá dicha independencia con la firma del Tratado de reconocimiento en 1855, pero tan sólo tendrá vigencia seis años puesto que en 1861 el general Pedro Santana solicitará la anexión a España. Esta adhesión dura hasta 1863 y sirve de punto de partida para un periodo de revueltas y guerra que finalizará en 1865 con la instauración de la Segunda República en Santo Domingo y el total desligamiento de España.
El ejército haitiano de Jean Pierre Boyer invade el nuevo territorio independizado, dando comienzo a un periodo de ocupación que se prolongará durante 22 años. Habría que esperar a 1830 para que España reclamara a Haití la devolución de esta parte de la Isla. A finales de los años 30 del siglo XIX, surge un grupo llamado La Trinitaria que derrotará a los ocupantes haitianos el 27 de febrero de 1844, fecha en la que se proclama el nacimiento de la República Dominicana.
España reconocerá dicha independencia con la firma del Tratado de reconocimiento en 1855, pero tan sólo tendrá vigencia seis años puesto que en 1861 el general Pedro Santana solicitará la anexión a España. Esta adhesión dura hasta 1863 y sirve de punto de partida para un periodo de revueltas y guerra que finalizará en 1865 con la instauración de la Segunda República en Santo Domingo y el total desligamiento de España.
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