jueves, 20 de marzo de 2025

BATALLAS FAMOSAS DE LOS TERCIOS

1- BATALLA DE CERIÑOLA 1503
El origen de los Tercios, aunque nominalmente esté en la ordenanza de Génova de 1536, lo ubicamos en las campañas de Italia del Gran Capitán.
Esta batalla enfrentó a tropas francesas dirigidas por Luis de Armagnac contra las tropas españolas comandadas por el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba. Los franceses contaban con 9500 hombres y 26 piezas de artillería, mientras que los españoles con 9000 hombres y 13 piezas. La victoria hispana en esta batalla marcó el inicio de la hegemonía de la Monarquía Hispánica en los campos de batalla europeos.
2- BATALLA DE PAVÍA 1525
En este combate se enfrentaron las topas del emperador Carlos V contra las de su acérrimo enemigo Francisco I, rey de Francia. Los franceses sitiaron la ciudad italiana que solo contaba con 6300 hombres como guarnición, mientras que las tropas del rey francés eran unos 30 mil. Mientras tenía lugar el sitio, los mercenarios alemanes y suizos empezaron a mostrar ciertos recelos al no recibir sus honorarios. Los generales españoles empeñaron sus fortunas personales para poder pagar a sus tropas. Viendo la situación de sus oficiales, los arcabuceros españoles decidieron que seguirían defendiendo Pavía, aún sin cobrar. Finalmente llegaron los refuerzos del emperador que liberaron la ciudad.


3- BATALLA DE MÜHLBERG 1547
Los príncipes protestantes se unieron para luchar contra el emperador en lo que se conoció como la Liga de Esmalcalda. Ambos ejércitos se enfrentaron en la ciudad alemana de Mühlberg. Los ejércitos imperiales contaban con 25 mil infantes 4500 jinetes y 20 cañones, y las tropas protestantes estaban formadas por 12 mil infantes 3 mil jinetes y 13 cañones. Las tropas hispano-germanas estuvieron lideradas por el propio emperador y el Duque de Alba.
4- BATALLA DE SAN QUINTÍN 1557
Se enmarca en las Guerras Italianas que enfrentaron a franceses y españoles. Los franceses invadieron Nápoles, como respuesta Felipe II ordenó a las tropas españolas situadas en los Países Bajos y lideradas por el Duque de Alba, que invadieran Francia. Los españoles, sin embargo, eran minoría en un ejército formado por valones, flamencos, borgoñones, saboyanos, húngaros, italianos y, sobre todo, alemanes. La victoria sobre las tropas francesas fue la primera gran batalla bajo el reinado de Felipe II, recién coronado. Por ello mismo, el rey decidió construir el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, conmemorando así la victoria, que tuvo lugar el día de San Lorenzo (10 de agosto).
5- BATALLA DE GRAVELINAS 1558
Enrique II de Francia, desquitado por la derrota en San Quintín, preparó una contra-ofensiva. Sin embargo, el duque de Saboya y Felipe II reunieron un ejército de 12.500 infantes y 3.200 jinetes, dando el mando al conde de Egmont y avanzó hacia Calais. Sorprendidos por la rápida maniobra española y con el río Aa a sus espaldas, los franceses no tuvieron más alternativa que presentar batalla. Tras una nueva derrota, Enrique II se rinde y renuncia a los territorios italianos y firma la Paz de Cateau-Cambrésis.
6- RESCATE DE MALTA 1565
El Imperio Otomano, bajo el gobierno de Solimán el Magnífico, tenía la intención de conseguir la hegemonía en el Mediterráneo. El ataque a la isla de Malta fue un importante movimiento. Los cristianos resistieron durante cuatro meses el ataque de los casi 50 mil turcos, mientras que ellos solo contaban con 6 mil hombres. Sin embargo, en septiembre Felipe II mandó 9 mil hombres a socorrer a los sitiados. Destacó la audacia de Álvaro de Sande, uno de los mandos de las tropas de refuerzo, quien, viendo a los turcos acercarse, cargó sobre ellos con una única compañía de arcabuceros, sin esperar a ponerse la coraza o a recibir órdenes. Los desmoralizados turcos, asombrados y viendo que se les venían encima todas las huestes de la Monarquía Católica, dieron media vuelta y huyeron abandonando la isla.
7- BATALLA DE JEMMINGEN 1568
En 1566 se levantaron en armas los rebeldes protestantes de los Países Bajos en una guerra que duraría 80 años. Una de los primeros encuentros entre éstos y las tropas católicas de la Monarquía Hispánica fue en Jemmingen. El Duque de Alba condujo a las tropas a una decisiva victoria en la que el rebelde Luis de Nassau tuvo que salir huyendo. En esta batalla jugaron un papel decisivo el Tercio Viejo de Lombardía y el de Sicilia, que sumaban unos 3500 hombres frente a los 12000 holandeses.
8- BATALLA DE LEPANTO 1571
Juan de Austria, condujo a la Santa Liga formada por Venecia, los Estados Pontificios y la propia Monarquía Hispánica a una gloriosa victoria en el golfo de Lepanto. Participaron personajes ilustres como Álvaro de Bazán, Alejandro Farnesio o Luis de Requesens. También estuvo presente el famoso Miguel de Cervantes, escritor del Quijote y conocido como “el manco de Lepanto” quien describió la batalla como “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros”.
9- BATALLA DE MOOK 1574
Los españoles también eran inferiores en esta batalla, encuadrada en la Guerra de los Ochenta Años contra los rebeldes holandeses. Los ejércitos españoles obtuvieron una sorprendente victoria gracias al arrojo del Capitán Sancho Dávila. Ante tal muestra de ferocidad los holandeses huyeron precipitadamente, lo que causó numerosas bajas y la muerte de sus comandantes, Luis y Enrique de Nassau.

BATALLA DE MÜHLBERG

10- BATALLA DE GEMBLOUX 1578
Don Juan de Austria y Alejandro de Farnesio comandaban a los 1600 infantes con los que salieron a dar caza al ejército de los Estados Generales holandeses, unos 20 mil hombres. El 31 de enero avistaron la retaguardia enemiga y Farnesio lanzó la caballería pero con órdenes para que no entablaran combate. Al ver que la caballería holandesa flaqueaba, ordenó el ataque. La formación rebelde se desmoronó ante el arrojo español y en su huida desorganizó a su propia infantería. El resultado fue la aniquilación del ejército hereje.
11- CAGAYÁN 1582
Una flotilla española comandada por Juan Pablo de Carrión fue enviada a las islas Filipinas para combatir a los piratas japoneses que acosaban los asentamientos europeos. Algunos de estos piratas fueron antiguos samuráis que habían caído en desgracia. Las picas y espadas españolas se mostraron muy superiores a las katanas japonesas, pues solamente unos 40 españoles derrotaron a 1000 piratas en estos combates que se dieron al otro lado del mundo. Hay que aclarar que no eran propiamente Tercios, pero algunos de los hombres que combatieron en Cagayán habían sido reclutados en las Indias y probablemente habían estado previamente en algún tercio en Europa. Pero aunque no lo estuvieran no dejaban de ser soldados españoles, formados en la misma doctrina que los tercios y con los mismos códigos de honor.
12- BATALLA DE EMPEL 1585
También es conocido como el Milagro de Empel. Todavía en el contexto de la Guerra de los Ochenta Años contra los rebeldes holandeses, las tropas de la Monarquía Hispánica se encontraron ante una situación difícil la primera semana de diciembre de el año 1585. Casi 5 mil soldados se vieron rodeados por una flota holandesa en la isla de Bommel. El capitán rebelde, Felipe de Hohenlohe-Neuenstein, les ofreció una rendición honrosa, pero el Maestre Francisco de Bobadilla le respondió: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante la negativa española los holandeses abrieron los diques e inundaron la zona, por lo que las tropas católicas tuvieron que agruparse en el montecillo de Empel. Allí, cavando una trinchera, unos soldados encontraron una tabla con la imagen de la Virgen Inmaculada. La noche del 7 de diciembre sopló un viento gélido que congeló las aguas y dejó bloqueados a los barcos enemigos. Al amanecer del día 8 de diciembre los españoles atacaron y obtuvieron la victoria, estableciendo a la Inmaculada como patrona de los Tercios, hoy de la Infantería Ligera española.

RENDICION DE BREDA 

13- SITIO DE BREDA 1625
La Guerra de los Ochenta Años dio mucho de sí para aumentar las gloriosas victorias de los Tercios españoles. Ya en el siglo XVII destaca la toma de Breda por los Tercios comandados por el Capitán General de Flandes Ambrosio Spínola inmortalizada en el famoso cuadro de Velázquez. Los holandeses resistieron 11 meses el asedio católico, pero a pesar de su resistencia y de los refuerzos que envió Inglaterra, la ciudad acabó cediendo.
14- BATALLA DE NÖRDLINGEN 1634
Algunos historiadores califican a la Guerra de los Treinta Años como la primera guerra mundial, puesto que enfrentó a la grandes potencias de la época en Europa central. Las tropas de los bandos enfrentados estaban compuestas hombres de naciones muy diversas. La Monarquía Hispánica aportó sus Tercios, que destacaron en la batalla de Nördlingen. La feroz resistencia de las tropas hispanas en la colina de Allbuch rechazando hasta 15 cargas de los regimientos suecos fue determinante para la victoria.
15- BATALLA DE ROCROI 1643
En esta batalla los Tercios no resultaron victoriosos, pero hasta cuando se echaba encima la derrota, los infantes españoles supieron permanecer firmes aguantando las cargas de caballería francesa. Esta vez eran españoles y no de otras naciones, puesto que los tercios italianos presentes salieron huyendo. El propio enemigo describió a las formaciones hispánicas como si de un “muro humano” se tratara, inquebrantable aún cuando se acabó la munición de los mosquetes. Esta batalla marcó el declive de los temidos Tercios que dominaron Europa durante más de un siglo. No obstante no fue la última batalla de los Tercios y además hubo otro triunfo como la batalla de Honnecourt librada el 26 de mayo de 1643  que resultó en una victoria para las fuerzas españolas. La batalla se produjo en el marco de una campaña ofensiva española en los territorios de los Países Bajos meridionales, conquistados por los ejércitos franceses en los años previos de la guerra, durante la cual Melo recuperó las plazas de Lens y La Bassée. Después, el 23 de noviembre de 1643, un ejército imperial aniquiló a otro galo en la Batalla de Tuttlingen. Estos dos ejemplos pueden ilustrar que en sí misma la batalla de Rocroi no tuvo un peso decisivo en las operaciones militares.

martes, 18 de marzo de 2025

EL NACIONALISMO VASCO

El foralismo o fuerismo es una doctrina política que consiste en la aspiración a conservar y/o restaurar los antiguos fueros o leyes antiguas de los distintos territorios de España. Consiste en ideas a favor de los fueros y los privilegios tradicionales propios del Antiguo Régimen del reino de España frente a la centralización política surgida tras la Guerra de la Independencia contra Francia y el desarrollo de un estado moderno liberal. El objetivo del foralismo sería el de mantener las instituciones de gobierno autónomas, un sistema de justicia propio.

Sabino Arana 

Desde 1834 los fueristas del Señorío de Vizcaya y de las provincias de Álava y Guipúzcoa buscaron la forma de conciliar las antiguas libertades y el dominio de los hidalgos o notables con la poderosa corriente política liberal inaugurada en las Cortes de Cádiz. Después de la Tercera Guerra Carlista, los partidos dinásticos recogieron esa bandera durante la Restauración (1875-1923).  Manuel María de Gortázar y Munibe de acuerdo con Cánovas del Castillo consiguieron realizar el “Concierto Económico” en Vizcaya, que constituye el elemento esencial de la presente autonomía vasca dentro de la Constitución española de 1978. Ese Concierto Económico regula las relaciones tributarias y financieras entre la Administración General del Estado de España y la comunidad autónoma del País Vasco, y que forma parte del régimen foral. Históricamente, las tres provincias vascas gestionaron sus propios sistemas tributarios derivados de sus fueros, pero tras la tercera guerra carlista (1876) se implanta un sistema de colaboración entre los territorios históricos y el Estado.

Mientras el nacionalismo catalán tenía como bases sociales a los intelectuales y la burguesía urbana, el vasco se basaba más en la pequeña burguesía y en el campesinado. En consonancia, este nacionalismo poseía una base confesional y conservadora muy acusada. El sentimiento nacionalista vasco se aceleró con los cambios que experimentó el País Vasco en el último tercio del siglo XIX, plasmándose en una pluralidad de grupos. Entre estos grupos y personalidades destacará, sin lugar a duda, el núcleo vizcaíno con Sabino Arana.

Palacio de Ajuria Enea - Sede del Gobierno Vasco 

El nacionalismo vasco, con el fin de la tercera guerra carlista en 1896 supuso la pérdida de la autonomía administrativa vasca y navarra, conservando cierta autonomía financiera a través de los Conciertos Económicos. Comenzó a generarse un sentimiento de resentimiento hacia el gobierno central. El fuerismo es uno de los elementos que deben situarse en el origen del nacionalismo vasco. Nació una literatura fuerista de fuertes componentes románticos porque intentó entroncar lo vasco con la tradición histórica lejana, medieval, llena de tradiciones y hasta de mitos. El fuerismo se dividió a partir de 1876 entre un núcleo navarro y otro vizcaíno. Los miembros del primero defendían la unión entre los vascos y navarros. Los vizcaínos, por su parte empezaron a ir hacia una vía autonomista.

Arana procedía del carlismo y evolucionó hacia el nacionalismo. En 1895 fundó el PNV en Bilbao. Sabino Arana popularizó un nuevo nombre para la patria vasca, Euzkadi, una bandera propia y propuso un lema para el partido: "Dios y Ley antigua". El nacionalismo vasco se impregnó de un fuerte contenido católico y de defensa de la tradición. Se pretendía impulsar la lengua y costumbres vascas, defendiendo la pureza racial del pueblo vasco. El nacionalismo vasco era antiliberal, contrario al movimiento obrero, especialmente el socialista, que había arraigado con fuerza en el mundo industrial vasco. Pero estos planteamientos no parecían muy adecuados para progresar políticamente por su extremo conservadurismo. El despegue del PNV comenzó cuando en 1898 se ampliaron sus bases. El naviero De la Sota ingresó en ese año y poco a poco la burguesía urbana e industrial comenzó a acercarse al Partido. En ese momento de expansión ingresó en la formación de la Sociedad Euskalerria de Bilbao, que editaba el semanario Euskalduna.


Real Academia de la Lengua Vasca.

En el PNV comenzó el debate interno entre los defensores del independentismo y los que buscaban la fórmula de la autonomía dentro del Estado español. Éstos últimos eran muy activos porque pertenecían a los círculos burgueses vascos y contaban con recursos económicos fundamentales para sostener al PNV. Tenían en mente el ejemplo del catalanismo moderado. Esta fuerza de los autonomistas debe apuntarse a la hora de comprobar cómo el Partido comenzó a despegar electoralmente en las municipales y a comenzar a ocupar cargos en las diputaciones. El propio Sabino Arana, que fue moderando su discurso, fue elegido diputado provincial por Bilbao. Sabino Arana ha sido muy criticado por sus detractores, que denuncian el fundamento racista, machista o xenófobo de su ideología.  La credibilidad de los nacionalismos tuvo una acogida desigual entre la población, sobre todo en Cataluña donde fueron bandera de la burguesía industrial y vendría en aumento con los acontecimientos de fin de siglo, con el rechazo popular de la gestión de los gobernantes, culpando del “desastre del 98”. Los sectores nacionalistas se postularon como los únicos capaces de regenerar la política, la economía y la sociedad de la España de fin del siglo XIX.

En España tuvimos una época que se llamó “Regeneracionismo”, movimiento intelectual que acusa la decadencia del país. La paz y la estabilidad eran falsas en realidad, basadas en un triunfo en la Guerra Carlista, se atenía a los principios e intereses de las clases dominantes. La falta de una Revolución Industrial y otros aspectos como la burguesía Catalana y Vasca que se habían adueñado del suelo productivo.  El “Regeneracionismo” nace con Joaquín Costa, llevado por la inspiración de la obra “Oligarquía y Caciquismo” de 1901 donde criticaba duramente el estado de cosas que estaba impidiendo una realización y concreción de la verdadera democracia, es decir el gobierno del pueblo, de todo el pueblo y no solo del partido que, ganador en comicios pero que no reconoce a ningún otra idea que no sea la suya, plagada de intereses y corrupción.

En el País Vasco el euskera era más un problema que otra cosa para el desarrollo. No se encontraba extendido, era muy limitado y no era asimilado por los inmigrantes que llegaban atraídos por el desarrollo económico. Los nacionalistas pertenecían a las clases trabajadoras y estaban vinculados al tradicionalismo cristiano. Según los investigadores, el idioma hablado por los vascos también podría ser de origen neolítico. El idioma vasco durante el siglo XIX era limitado y falto de posibilidades dado su escaso desarrollo. Los avances económicos políticos y culturales con la industrialización y el liberalismo siglo XIX ocasionarían el gran retroceso del euskera que llevaría ya en el siglo XX a la creación de la Sociedad de Estudios Vascos y la Real Academia de la Lengua Vasca y al incremento de iniciativas en favor del euskera que conjurasen el riesgo de su desaparición. De esta manera sería iniciado en 1918 la fundación de la Real Academia de la Lengua Vasca.

El debate sobre la unificación culminaría en 1968, cuando la Real Academia de la Lengua Vasca durante la celebración de su 50 aniversario decidió apoyar y promover formalmente el informe de las Decisiones del Congreso de Bayona de 1964. Finalmente llegamos al el “Euskera batua” o “euskera unido”, que son las normas del actual euskera escrito. Se basa en los dialectos como el navarro, dialecto navarro-labortano y el dialecto central del euskera, y se encuentra influido por el labortano clásico del siglo XVII, precursor de la literatura en euskera y lazo de unión entre los dialectos españoles y franceses.

Lo cierto es que muchos opinan que el euskera batúa ha compilado diferentes lenguas, creando una lengua nueva y terminando con la lengua original. El  euskera batúa y su impulso institucional llegó a ser letal para los dialectos autóctonos.

lunes, 17 de marzo de 2025

EL NACIONALISMO CATALÁN (SIGLO XIX)

En el último tercio del siglo XIX, y no antes, surgieron en España los movimientos nacionalistas vasco y catalán, que si bien eran minoritarios, a lo largo de los años se convertirían en una de las grandes cuestiones del siglo siguiente. Aparecieron como reacción ante la tendencia centralizadora de la administración del Estado. Durante la Restauración Borbónica no sólo fueron unificados los ámbitos jurídicos y administrativo sino que después de la última Guerra Carlista en 1876 fueron abolidos los fueros vascos, los navarros ya habían sido abolidos en 1841. Es evidente las diferencias de ambos nacionalismos. El catalán descansaba inicialmente en una alianza entre la burguesía y el sector cultural con algunos intelectuales y artistas, mientras que el vasco era de corte clerical-conservador y no fue bien recibido por los intelectuales.

LLUIS COMPANYS 
La Cataluña del siglo XIX se caracterizó por ser una abundante fuente de pensamiento conservador y el principal reducto, junto a las provincias vasco-navarras, del absolutismo y el carlismo. Cataluña fue la única región española que se alzó en armas cinco veces en defensa de los sagrados derechos del trono y el altar, además del especial entusiasmo con el que los catalanes lucharon contra la Francia revolucionaria en 1793 y la napoleónica en 1808: durante el trienio liberal (1820-23), en defensa de la Regencia de Urgell contra la Constitución de Cádiz; en 1827, la Guerra Dels Agraviats o dels Malcontents, que reivindicaron el apartamiento de los ministros liberales y el restablecimiento de la Inquisición; y en 1833-40, 1846-49 y 1872-76, las tres guerras carlistas. Mientras tanto, gran parte de la España castellana se distinguía por su apoyo al liberalismo.
Pero no es cierto que los catalanes fueran ajenos a los problemas militares españoles. Participaron en la Guerra de África, voluntarios y oficiales. Fueron comandados por Juan Prim i Prats, que posteriormente sería Ministro de la Guerra y luego presidente del Consejo de Ministros en 1869. Por otro lado, Cataluña fue la fortaleza del proteccionismo frente al librecambismo, Prat de la Riba, Cambó y la Lliga apoyaron a la dictadura de Primo de Rivera. Durante casi todo el siglo XIX Cataluña fue la región más patriota, belicista, islamófoba, esclavista, colonialista e imperialista de España. Durante la Guerra de Marruecos de 1859-60 Cataluña se llenó de versos, canciones, zarzuelas, himnos y obras de teatro incitando a los jóvenes catalanes a alistarse para borrar la Media Luna de la faz de la tierra. Respecto a la esclavitud, de todas las ligas anti-abolicionistas de España, la más activa fue la de Barcelona. La prensa catalana, de todas las tendencias, incluida la de la extrema izquierda republicana y anticlerical, fue extraordinariamente agresiva y patriotera tanto contra los alemanes en la crisis de las Carolinas en 1885, como contra los marroquíes en la de Melilla de 1893, como contra mabises (guerrilleros cubanos) y yanquis en las guerras de Cuba y Filipinas. Cataluña fue la primera región en levantar tercios de voluntarios para todas esas guerras, como ha quedado inmortalizado en incontables versos, cuadros y periódicos de la época.
El Catalanismo excluyente surgió en el último cuarto del siglo XIX, en la época del Romanticismo. Se inició una ideología política catalanista argumentando razones históricas y lo que se llamó el "hecho diferencial" cultural, económico y político. El primer documento (enviado al rey Alfonso XII), fue el Memorial de Greuges (Memorial de agravios), en 1885, recordando las antiguas reclamaciones de las Cortes Catalanas. No dejaba de ser un romántico pedido que señalaba la decadencia de Cataluña desde los Reyes Católicos y recalcaba la diferencia por el hecho de una lengua distinta de la castellana, y en su 2º párrafo decía “La unificación del derecho civil no es indispensable a los fines del Estado. Cuando existen en el país grupos o razas de distinto carácter, cuya variedad casualmente se demuestra en la existencia de legislaciones distintas y aún diversas, la unificación, lejos de ser útil, es perjudicial a la misión civilizadora del Estado.” Pero siendo realistas, lo que les preocupaba era posible firma de un tratado comercial de España con Gran Bretaña para el comercio textil y el debate en las Cortes de Madrid del nuevo Código Civil que podría dejar fuera el Derecho Civil Catalán que en aquella época regía. La muerte, poco después, de Alfonso XII, dejó en la nada estas reivindicaciones pero si pueden considerarse el inicio del movimiento catalanista, y se considera que el catalanismo político quedó definitivamente concretado en 1892 con la redacción de las Bases de Manresa, de 1892, que “Propone una estructura muy acorde al catalanismo tradicional: gobernarse en casa y colaborar con los asuntos generales. Visto con perspectiva, se propone un marco político-jurídico federal asimétrico o confederal parecido al que se debatía en el imperio austrohúngaro del momento”, defiende el historiador del catalanismo Lluís Duran. El partido político “Liga Regionalista” fue fundado el 25 de abril de 1911 como resultado de la fusión del Centre Nacional Català y la Unió Regionalista. Un miembro destacado fue Francés Cambó.

FRANCÉS CAMBÓ
Pero lo cierto es que ese regionalismo no era ajeno a la bonanza económica que gozaba la burguesía catalana. En Cataluña, buena parte de su industria textil despegó gracias a los ahorros de ultramar de toda una generación de emprendedores, la mayoría enriquecidos en Cuba y Puerto Rico. Cataluña apostó por la industria textil algodonera ya que desde hacía tiempo contaba con telares mecánicos. El éxito industrial catalán fue importante. Hay que saber que durante los treinta años de trata de esclavos legal en el caribe, (1790-1820) se ha podido establecer la presencia de 146 embarcaciones catalanas entradas en Cuba. En Cataluña se podían encontrar muchos grupos de presión para evitar las reformas en Cuba que pretendían acabar con la esclavitud. Estos espacios reunieron a los empresarios más importantes del momento, como Joan Güell y Ferrer. A partir del 1865 el único país europeo que tiene esclavitud es España. Los comerciantes que volvieron ricos después de establecerse en el caribe, y otros países, se les llamó “indianos”.
Surge la guerra de Cuba, la intervención americana y lo que se llamó “el desastre del 98” y en diciembre de 1898 se firma “El Tratado de París” para terminar la Guerra hispano-estadounidense. Los Estados Unidos pagaron a España 20 millones de dólares por la posesión de Guam, Puerto Rico. Las  Filipinas quedó  como independiente pero tras la derrota de España los Estados Unidos se volvieron contra los filipinos y se apoderaron de Filipinas convirtiéndola en una colonia estadounidense
En la guerra de independencia de Cuba murieron 50.000 soldados. Volvieron importantes capitales de inversión en aquellas zonas que posibilitaron un cierto saneamiento de la Hacienda. Los intelectuales de la generación del 98 como Unamuno y Baroja expresaron la crisis de la conciencia nacional en sus escritos. La indignación popular era fortísima. También esto fue aprovechado por los nacionalistas periféricos y dejó con el culo al aire al régimen de la Restauración Monárquica y su capacidad para afrontar problemas de altura internacional de autoridad interna.
A partir de ese momento, fundamentalmente se enardece el catalanismo fomentado por la burguesía, para el control de su economía. Hasta logran que a partir de la codificación del idioma catalán que hizo el ingeniero Pompeu Fabra a comienzos del siglo XX, encargado por la burguesía catalana, ésta se fue apoyando y consiguiendo un nacionalismo expansionista.
 

domingo, 16 de marzo de 2025

ROMA EN EL PAIS VASCO

En el año 196 a.C. llegaron los romanos a tierras del País Vasco, con los que los antiguos vascos vivieron en paz y en cooperación. Solamente se puede encontrar feroz oposición a la conquista romana en los aquitanos. Cuando los romanos atacan a los aquitanos, éstos, para pedir ayuda, no se dirigen a los galos, sino a los habitantes del sur pirenaico, que a ellos les resultaban más próximos al ser culturalmente afines. Sabemos que esta ayuda sur-pirenaica les llegó de la mano de caudillos experimentados en la lucha junto a Sertorio y que entró en acción en Aquitania (antigua región francesa) en el año 56 a.C. contra las legiones de César,  y encidos los aquitanos  al otro lado de los Pirineos, en la actual Álava , se libra la batalla de Andagoste entre el ejército romano y tropas indígenas de la zona, en la que salen victoriosos los indígenas. Tras las guerras cántabras (29 – 19 a.C.) y victoria de los romanos frente a astures y cántabros, toda la península ibérica había sido conquistada ya por Roma, estableciéndose la "Pax Romana" (Paz Romana).

El actual País Vasco formó parte del Imperio desde antes del cambio de era, mucho antes que otras provincias como Britannia o Dacia, por ejemplo, y que a diferencia de esta última mantuvo su antigua cultura ante la inmensa presión latina. Las tribus vascas se vieron divididas en dos grandes demarcaciones políticas, por un lado Hispania (autrigones, caristios, várdulos y vascones) y las Galias (actual Francia, aquitanos) y provincialmente entre la Tarraconense (Hispania) y la Novempopulania (Galias).

El euskara (la lengua vasca) tomó contacto con el celta en el siglo VIII a.C.; por otro lado, la influencia cultural íbera llegó a la ribera del Ebro de habla vasca con posterioridad, desde Cataluña, subiendo el curso del río Ebro. Es muy posible, por tanto, que los antiguos vascos consideraran a celtas e íberos como invasores y que, ante la llegada de otros invasores más poderosos que los anteriores, se aliaran con estos últimos para expulsarlos.

PUEBLOS PRE-ROMANOS SEGÚN PTOLOMEO

La expansión territorial vascona trae consigo la extensión del euskara hacia el sur  y afianzamiento de ésta hacia el este. En Aragón los vascones colaboran con los romanos en las guerras contra los celtíberos. Una vez derrotados en el año 72 a.C., la colaboración vascona fue recompensada por los romanos con la jurisdicción sobre amplios territorios del Aragón occidental. Estos territorios, al sur, llegaban a 15 km de Salduie, la que después de su conquista sería llamada por los romanos como Cæsar Augusta, la actual Zaragoza.

Después de la conquista romana, hubo vascos enrolados en las legiones romanas en sus guerras contra los britanos, en lo que hoy es Gran Bretaña. Habiendo sido encontradas lápidas mortuorias de la época romana, con nombres eusquéricos, cerca de Londres, antigua Londinium romana. Se asentarían colonos romanos al sur de las tierras de estas tribus vascas y en zonas mineras como las de Somorrostro en Autrigonia (Vizcaya) o en las llanadas de Aquitania, lo que daría lugar a las colonias romanas de la Novempopulania (nueve pueblos), en lo que hoy en día se conoce como Gascuña (región histórica del suroeste de Francia). Unos asentamientos que darían lugar siglos después al surgimiento de las lenguas y pueblos latinos de Castilla y Gascuña, fruto de la romanización de la población vasca.

PUENTE ROMANO 

Tradicionalmente para explicar la pervivencia del euskera se ha considerado a los vascos como un pueblo primitivo, aislado secularmente del resto de los pueblos que le rodeaban y que no participó de la civilización romana, por ser una tierra de bajo interés económico para el Imperio Romano. Los hallazgos arqueólogicos en tierras vascas continuamente desmienten estas teorías, dado que demuestran que la romanización, en todos los aspectos, fue muy superior a otras tierras de la Romania. Aunque esta romanización fue más notable al sur de las tribus vascas, en las zonas costeras y en la Aquitania. Si pervivió Territorios bajo jurisdicción vascona durante la época imperial romana (siglo I d.C.), la cultura vasca, fue por la colaboración y buen entendimiento con los romanos, no por un aislamiento que nunca existió. Si bien ayudó a esta supervivencia el comercio por el Océano Atlántico, como zona económica de interés para el Imperio, lo que posibilitó que la zona vasca quedara al margen de los intensos flujos migratorios que se dieron en otras zonas de la península o en Aquitania (por su alto interés agrícola).

En las tierras vascas hubo minas, por ejemplo, en Arditurri (Oiartzun, Oyarzun Guipúzcoa), Banka (Baja Navarra), Lantz (Navarra), Eskoriatza (Guipúzcoa) o en Somorrostro (Vizcaya) donde se extrajeron minerales (hierro, plata...) para exportarlos a diferentes partes Suelo con mosaicos de la principal ciudad romana en territorio caristio, Iruña-Veleia, cerca de Vitoria-Gasteiz (Álava)del Imperio Romano; producción de cerámica en Pamplona (Navarra) o en Donazaharre (Saint-Jean-Le-Vieux; Baja Navarra); producción de vino en Falces y en Funes (Navarra); industria de salazón en la Getaria guipuzcoana y también en la labortana (topónimo proveniente del latín Cetaria, "salazón"); termas romanas en Fitero (Navarra); calzadas que unían las principales ciudades vascas con Roma; puertos en la costa vasca como Oiasso (Irún, Guipúzcoa) que comunicaban con cualquier parte del Imperio. Otro ejemplo de esta falta de aislamiento se encuentra en el hallazgo de diversas monedas acuñadas en tierras vasconas por la administración romana, ya desde los primeros años, que han sido encontradas en diferentes partes de la geografía vasca.

Siendo el íbero, posiblemente, lingua franca peninsular para muchos pueblos prerromanos antes de la llegada de los latinos. En menor medida, como en esta moneda, también se utilizó la lengua celtíbera para escribir con caracteres ibéricos, dado que en esta zona el celta era la lingua franca. De ahí que las tribus vascas hayan pasado a la historia por su nombre celta y no por su nombre vasco.

La Estela de la época romana encontrada en Gastiain (Navarra) es uno de los principales hallazgos arqueológicos de esta época, y que vuelve a rebatir las teorías de la pervivencia del euskera por falta de romanización, ha sido el reciente descubrimiento del puerto romano de Oiasso (u Oiarso, Oyarzun ), en la actual Irún. Irún se encuentra en la región de Guipúzcoa, el territorio en donde se conserva la cultura vasca con más fuerza. Oiasso era la base comercial de la rutas marítimas desde la que partía la distribución de mercancías hacia el interior, al valle del Ebro y a la gran calzada romana. Las ánforas halladas en Oiasso (Oyarzun) demuestran que, incluso al final del Imperio Romano, el aceite y el vino de Bizancio (la actual Estambul turca) llegaban regularmente a los puertos atlánticos. Además de dedicarse al comercio marítimo y ser uno de los principales puertos del Mare Externum, se dedicaba también a la minería. En las peñas de Aia han localizado tres kilómetros de galerías romanas junto a las explotaciones modernas, unas minas que se dedicaban a la extracción de plata. El hallazgo de galerías de drenaje, notable ejemplo de ingeniería hidráulica romana, indica que había detrás toda una estructura administrativa. Las excavaciones realizadas han dado como resultado 25 poblamientos de época romana en la costa bizkaína y 27 interiores. En Álava el número de asentamientos aumenta hasta los 80.

La urbanización es un fenómeno importado de Roma. En el territorio vascón hay más de 200 asentamientos romanos catalogados. En los restos del oppidum de Iruña (cerca de Vitoria), construido el siglo I a.C., se aprecian las murallas, calles y edificaciones; entre Lodosa y Mendavia se encuentran las ruinas de un centro y de un acueducto; en la cima del monte Urkulu, en el Pirineo, hay una torre en forma circular. También hay restos romanos en el litoral. Utilizaron las desembocaduras de los ríos como puertos para transportar a Burdigala (Burdeos) los minerales extraídos en las minas del País Vasco. Entre estos puertos tenemos la ría de Bilbao (explotación de minas de hierro), Vesperie (tal vez el actual Bermeo), la ría de Gernika (restos en Forua y minas de mármol de Ereño), Tritium Tuboricum (Mutriko o Deba), Menosca (Getaria) y Oiarso (Oyarzun), que era el puerto de salida para la plata y el plomo de las minas de Arditurri, junto al río Bidasoa, y las de Adarra, junto al Urumea.

Las calzadas romanas tenían una doble finalidad, militar y económica. Así, permitían los desplazamientos militares y aseguraban la pax romana, y formaban parte de la infraestructura de explotación económica. Las rutas romanas que atravesaban el País Vasco lo comunicaban por una parte con el Mediterráneo y con el noroeste peninsular, y por otra con Aquitania. Enlazaban dos grandes vías: la del norte, Narbona-Burdigala, y la del sur, Tarraco-Ad Legiones VII Geminam. Desde Briviesca y Miranda, esta vía cruzaba los Pirineos por el alto de Ibañeta, para llegar hasta Burdeos vía Dax. Entre sus puntos importantes estaban Tullonium (Dulantzi), Arakil y Pamplona. Contaba con ramales secundarios que salían desde Pamplona en dirección norte (hacia Oiasso) y sur (hacia Caesaraugusta

Fuentes:  Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco

          

CRISTOBAL COLÓN Y LA FUERZA DE SU PASIÓN - (1)

Para un europeo del siglo XV era muy difícil imaginar un mapamundi de aquellos tiempos. No habían viajado por toda la tierra conocida. Tenía...