martes, 10 de noviembre de 2020

39.- REINOS CRISTIANOS - CORONA DE ARAGÓN (4)

En la Batalla de Muret muere el Rey de Aragón Pedro II, frenando la expansión de la Corona de Aragón en la zona del Mediodía francés. Su sucesor era Jaime I. Nació en Valencia en 1208 y murió en 1276. Fue llamado el Conquistador. Fue Rey de Aragón, de Mallorca y de Valencia, conde de Barcelona y de Urgel y señor de Montpellier. Hijo de Pedro II de Aragón y de María de Montpellier. Cautivo de Simón de Monfort, caudillo de los cruzados partidarios del papa en la campaña albigense, solamente la intervención de los nobles aragoneses y catalanes con el papa consiguieron liberarle. En pocos años Jaime paso por duras pruebas que forjaron sus carácter. Una de las primeras dificultades que tuvo que afrontar el rey-niño, fue la amenaza del nuevo Papa Honorio III. Casa Jaime con Leonor de Castilla, aunque luego fue anulado, aunque ya tenían un hijo. Comienza los graves problemas. Pugna entre la nobleza y la monarquía, bancarrota financiera heredada de su padre, problemas derivados de la sucesión en el condado de Urgell y la rebelión de los ricos-hombres aragoneses.
A raíz de la batalla de las Navas de Tolosa se produjo el hundimiento y la fragmentación del poder almohade en al-Andalus, que propició en las décadas siguientes el avance de las fronteras de los reinos cristianos hacia el sur, y mientras Portugal llegaba al Algarbe en 1249, Castilla conquistaba Sevilla (1248) y Jaime I el castillo y villa de Biar (1245), dando por finalizada la conquista de las tierras valencianas. Por entonces se proclamó un emir de los musulmanes en Murcia. En 1229 se firmó en Calatayud un acuerdo por el que el emir se declaró vasallo de Aragón, le ofreció rentas y Peñíscola, Morella, Alpuente, Culla y Segorbe, a cambio de ayuda militar y la entrega de los castillos de Ademuz y Castielfabib. En 1235 se casaría con Violante de Hungría, con quien tuvo diez hijos. Jaime I fue el primer gran protagonista de la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, comenzando por la conquista de Mallorca, que Jaime promocionaría como una obra colectiva, que a todos beneficiaría. Sobre la conquista de Mallorca, buena parte de la historiografía nacionalista le atribuye a Jaime I una premeditada intención pancatalanista con las conquistas de Valencia y Mallorca. Sin embargo antes de morir en 1276 lo que hizo fue desgajar su patrimonio dinástico entre sus hijos. A Pedro III le legó las posesiones peninsulares (Aragón, Cataluña y Valencia) y a Jaime II las ultrapirenaicas (Rosellón y Cerdaña) e insulares (Baleares). ----------CASTILLO DE MONZÓN -------
Además participaron unos 15.000 infantes y unos mil caballeros aragoneses en virtud de sus obligaciones con el soberano en su mayoría procedentes de condados catalanes, a los que se sumaron unos 500 mercenarios originarios de la Provenza, Marsella y Narbona. Además del del rey, aportaron huestes Nuño Sánchez I de Rosellón y Cerdaña. Hugo IV de Ampurias, la Orden de los Templarios, Ramón II de Moncada, entre otros. La isla de Ibiza fue conquistada en 1235. Mallorca se constituyó como un territorio más de la Corona. La conquista supuso acabar con la piratería islámica en las Baleares, que se constituían en puente para el comercio entre Cataluña y el norte de África. La conquista de Valencia, auténtica obsesión para Jaime I, cuyas energías absorbió durante quince años, se preparó minuciosamente dada su trascendencia, una vez ocupada Mallorca y alejado el peligro musulmán del Mediterráneo. El Puig se tomó en agosto de 1237. Se llega a los límites estipulados para la conquista entre Aragón y Castilla en el tratado de Almizra en 1244, firmado para delimitar las áreas de reconquista de las Coronas de Castilla y Aragón. Con el reino de Castilla, Jaime ayudó a su yerno Alfonso X a pacificar la rebelión de los mudéjares murcianos. Acudió en ayuda del rey de Castilla, sometió Murcia en 1266 e inició un proceso de repoblación con catalanes y aragoneses, devolviendo luego Murcia a Alfonso el Sabio. También el Conquistador autorizó a sus súbditos a luchar con el rey de Castilla frente a la ofensiva de Marruecos y Granada. Para resolver sus diferencias con Francia, el 11 de mayo de 1258 Jaime I firmó con Luis IX (San Luis), el tratado de Corbeil, en virtud del cual Luis IX renunció a los derechos que desde tiempos de Carlomagno pretendía tener sobre el Rosellón, Conflent y Cerdaña, y a los condados catalanes (Barcelona, Urgel, Besalú, Ampurias, Gerona y Vic), y Jaime I a los derechos que le asistían sobre diversos lugares del mediodía francés. El tratado ha sido juzgado con dureza por los historiadores, en particular los catalanes, ya que ponía fin a la expansión y política ultra pirenaica de la Corona de Aragón.
El espíritu de cruzada de Jaime I le llevó a emprender una expedición a Tierra Santa, como resultado de la embajada tártara que recibió. Los tártaros, enemigos de los turcos, ofrecían unir su ayuda a la del emperador bizantino Miquel Paleólogo en la expedición a Tierra Santa que desde hacía tiempo Jaime I proyectaba. El 4 de septiembre de 1269 zarpó de Barcelona pero una tempestad hizo fracasar la empresa. La mayoría de los historiadores apelan a la edad del monarca, con sesenta años, y, sobre todo, al deseo de estar junto a Berenguela Alfonso, con quien tenía amores. En 1275 se sublevaron los mudéjares valencianos y Jaime I El Conquistador fue derrotado por los moros en Llutxent (junio de 1276), falleciendo el mes de julio de ese mismo año. Su herencia se repartió entre Pedro III de Aragón, Valencia y conde de Barcelona, y Jaime, que recibió Mallorca, y los condados de Rosellón, Cerdaña y el señorío de Montpellier. Fue en el reinado de Jaime I cuando se produjo el nacimiento de la conciencia territorial en la Corona de Aragón, sobre todo en los Estados fundacionales de Aragón y el principado de Cataluña. En Cataluña, la protección de la monarquía permitió el triunfo de los Usatges de Barcelona y su difusión territorial por Cataluña a mediados del siglo XIII. También Jaime I otorgó a Valencia una ordenación político-administrativa. Para los historiadores aragoneses el juicio histórico sobre Jaime I suele ser negativo, acusándole de separar Aragón y Cataluña, entregando la primera a Alfonso y la segunda a Pedro, quedando Valencia para el tercer hijo, Jaime. Complicó el problema con el trazado de la frontera entre Aragón y Cataluña, tras la adjudicación final de Lérida a Cataluña, y puso la frontera en el cauce del Cinca, y el resultado fue el enfrentamiento entre ambos territorios, que llevaban cien años unidos. Y la misma opinión les merece sus acciones de conquista y la creación de los reinos de Valencia y de Mallorca. Obviamente, para mallorquines y valencianos, la visión del monarca es radicalmente opuesta y es el gran rey, el tótem histórico, el mito, el punto de partida de los futuros reinos de Mallorca y de Valencia, el creador de sus señas de identidad hasta nuestros días. Territorio, fueros, moneda e instituciones. Fue un gran creyente y un gran pecador, además de mujeriego, ya que sus últimos añores corresponden a las vísperas de su muerte. Monarca longevo, falleció a los 71 años, tras sesenta y tres de reinado, que coincide con la época del apogeo medieval.

200 AÑOS DE LA BATALLA DE AYACUCHO