jueves, 29 de septiembre de 2022

QUIJOTE QUE ESTÁS EN LOS CIELOS...

En mi humilde mesa de trabajo tengo delante, presidiendo mis ratos con veleidades de escribir algo coherente, dos maderas con figuras de bronce, una de Sancho y otra de D. Quijote. También un mapa medieval del mundo conocido en aquel entonces, y claro está, un diccionario que me aclare las muchas dudas que en mi sesera constantemente golpea la ignorancia, acompañada, eso sí, de un deseo de acertar.
No sé si es un tributo al genio o una forma de que, de una forma silenciosa, alguien me señale cuán pequeño es mi sitio en este mundo.
A raíz de la presentación de una versión del Quijote, realizada por Pérez-Reverte, con polémica incluida, por encargo de la Real Academia Española, he pretendido, modestamente sumarme a la discusión, iluso de mí, con una defensa de los valores que la obra representa y señalarlo para que se sepa.
 

Y es que en la Academia creen que el Quijote es un «libro fundamental» en la formación escolar. «Un maestro lúcido con un buen Quijote en las manos puede hacer por un muchacho mucho más que un plan de estudios completo», aseguró Pérez-Reverte.
De hecho, el académico considera que el Quijote «no debería leerse nunca con 15 años a palo seco». Por eso esta edición (la suya), puede ser una «magnífica herramienta de trabajo», capaz de llevar a los alumnos por el «bosque complejo» de la obra cervantina y permitir una «lectura continuada de lo que es la esencia de la aventura de Quijote y Sancho».
Comentar en clase un pasaje o un capítulo del Quijote es adentrarse en el mundo de la filosofía sin apenas darse cuenta y además con la facilidad del humor. Tenemos allí todos los componentes del ser humano, lo mejor y lo peor perfectamente descrito. Encontraremos la hidalguía, la aventura, la nobleza, y también la codicia, la envidia y la adoración de lo material por encima de lo moral y de lo espiritual.
Precisamente Quijote es sinónimo de luchar por causas nobles y justas, aún sabiendo que lo más seguro es perder.
Pienso que nunca se pierde cuando se lucha o trabaja por causas justas, porque de alguna forma, aunque sea remota, quedará algún resabio de la enseñanza o del espíritu que inspiró al emprendedor. Y alguien recogerá esa ilusión y la siembra traerá alguna vez los frutos deseados.

Amigos dejadme que os cuente un asunto interesante:  “Como a tres leguas deeste valle está una aldea que, aunque pequeña, es de las más ricas que hay en estos contornos; en la cual había un labrador muy honrado, y tanto, que  aunque es anexo al seer rico el ser honrado, más lo era por la virtud que tenía que por la riqueza que alcanzaba. Mas lo que le hacía más dichoso, según decía era tener una hija de tan extremada hermosura, rara discreción, donaire y virtud. La fama de su belleza se comenzó a extender por todas las aldeas vecinas, y por las apartadas ciudades, y por los oídos de toda clase de gente,  y como a imagen de milagros de todas partes a verla venían. Guardábale su padre y guardábase ella, que no hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden a una doncella que el recato proprio.  La riqueza del padre y la belleza de la hija movieron a muchos, así del pueblo como a forasteros, a que por mujer se la pidiesen, más él, como a quien toca de disponer de rica joya, andaba confuso sin saber determinarse a quién la entregaría de los infinitos que le importunaban. Y entre lo muchos, que tan buenos deseos tenían, uno fui yo, a quién dieron muchas y grandes esperanzas de buen suceso conocer que el padre conocía quién yo era, al ser natural del mismo pueblo, limpio de sangre, en edad floreciente, en la hacienda rico y con el ingenio no menos acabado. Con todas estas mismas partes la pidió también otro del mismo pueblo, que fue causa de suspender y poner en la balanza la voluntad del padre, a quién parecía que con cualquiera de nosotros esta su hija bien empleada; y  por salir desta confusión determinó decírselo a Leandra, que así se llamaba la rica que en miseria me tiene  puesto, advirtiendo que, pues lo dos eramos iguales, era bien dejar a la voluntad de la hija el escoger a su gusto; cosa digna de imitar de todos los padres que a sus hijos quieran poner en estado: no digo que dejen escoger a su gusto en cosas ruines y malas, sino que se les propongan las buenas y que dellas escojan a su gusto”

En fin, amigo que lees, si te interesa esta cuestión, te invito a que dediques con la mente descansada, a leer dentro del Ingenioso Hidalgo, el capítulo LI, donde allí se narra estos sucesos, y advirtiéndote que encontrarás el delicioso placer de la caricia de una lectura amable y rica, de vocablos y pensamientos, dando por bien empleado tu tiempo para el disfrute inteligente, quitándose a la holganza inútil de ver televisión, donde sabrás del puterío de moda o de la corrupción política, que viene desde tiempos inmemoriales. Ambas cosas y que de esas siempre tendrás, más la buena lectura solo necesita de tu voluntad para el descanso a la vez que ganas en saber. La única diferencia que encontrarás, es que en el libro podrás aportar tu imaginación y desarrollarás tus sentimientos buenos, mientras que con otras posibilidades encontrarás todo precocinado para comer tal y como a sus intereses convengan.”

CAPTURA DEL STANHOPE - 1710

Blas de Lezo, el almirante “Medio Hombre” , debido a la pérdida de una pierna a los 17 años en el combate naval de Vélez (Málaga), un ojo tr...